miércoles, 23 de agosto de 2017

segunda parte CHE EN BOLIVIA traición y masacre a la retaguardia con Tania museo Che Guevara Caballito

LA EMBOSCADA A LA RETAGUARDIA GUERRILLERA.

SEGUNDA PARTE.

Por Froilán González y Adys Cupull.

En las entrevistas con el boliviano José Castillo Chávez (Paco), sobreviviente de la emboscada del 31 de agosto, relató que había días que caminaban en una sola jornada, entre 40 a 60 kilómetros, abriendo caminos con machetes. Tania, a consecuencias de las niguas, sufrió de llagas y  unas heridas profundas en los pies y prácticamente no podía caminar, es por ello que Joaquín determinó dejarla en un lugar seguro, con Alejandro (Gustavo Machín Hoed de Beche) que también estaba enfermo, con la finalidad de protegerlos hasta que se recuperaran y los demás continuarían hasta el lugar donde se encontrarían con el Che.

Con ese objetivo se aproximaron a la casa del campesino Honorato Rojas, que fue el primero que conocieron durante la exploración realizada con el Che en febrero. Los guerrilleros desconocían que en el mes de mayo el ejército lo había apresado y torturado y donde Honorato admitió haber colaborado con la guerrilla, que lo trataron bien y que había recibido dinero, que estaba agradecido, porque atendieron a sus hijos enfermos y se había comprometido a colaborarles. Los militares desconfiaron ante la posibilidad de que volviera a prestarles ayuda y decidieron designar a dos soldados que de manera permanente vivirían en su casa para vigilarlo.

El 30 de agosto los guerrilleros cruzaron el Río Grande y llegaron a la casa de Honorato. Le solicitaron ayuda. El campesino les preparó comida. También se comprometió a llevar alimentos y medicinas a Tania y Alejandro en una aguada cercana, situada al otro lado del Río Grande.

Uno de los soldados que permanecía de guardia se ocultó al observar a los guerrilleros. El otro estaba pescando y el hijo mayor de Honorato fue a avisarle. El soldado partió hacia el campamento militar acantonado en un lugar conocido como Lajas, a unos 35 kilómetros de distancia.

Los militares se movilizaron. El Capitán Mario Vargas Salinas al mando de la tropa, al llegar a la casa de Evaristo Caballero, le pidió que los guiara, pero el campesino se negó, buscando varios pretextos. Le prometieron pagarle bien, pero buscó nuevas justificaciones, y entonces le obligó a ir.

El grupo militar de avanzada se encontró con el soldado que se había quedado en la casa de Honorato e informó que estaba dentro de la choza cuando escuchó que los perros comenzaron a ladrar; se asomó y vio que llegaban los guerrilleros armados con carabinas. El soldado se cambió de ropa, escondió su fusil, se acostó en el camastro y se tapó completamente, simulando estar enfermo.

El soldado escuchó cuando los guerrilleros eran atendidos por el campesino y éste les informaba que le habían detenido, llevado a Vallegrande, torturado y que ocuparon su finca, donde construyeron unas barracas; les mostró los golpes que le habían propinado y les informó que los militares se encontraban en Lajas, a 40 kilómetros de allí. Explicó que posteriormente Honorato entró a la casa y les llevó una olla de comida que estaba cocinando, les vendió unas gallinas, maíz y les prometió que al día siguiente los guiaría hasta cruzar el río.

Con esta información los militares continuaron avanzando. Andrea Vega, esposa de Honorato, con tres de sus hijos y algunos bultos, trataba de fugarse de la zona, fue detenida por los militares e interrogada. Ella informó que se iba para Yajopampa, donde tenía a sus parientes, y que los guerrilleros habían vuelto, conversaron con su marido y le pidieron comida para 45 hombres. Fue obligada a regresar para evitar sospechas de los guerrilleros. Andrea lloró para que la dejaran continuar y se produjo una situación dramática cuando se negaba a regresar.

Mientras tanto, la avanzada militar se encontró con Honorato y su hijo mayor que, con otros bultos, también trataba de abandonar el lugar. Vargas Salinas lo amenazó de muerte, acusándolo de traidor. La mujer y los hijos lloraron y suplicaron. El campesino informó que los guerrilleros le pidieron que les cruzara por el vado esa misma noche, que les aconsejó que era muy peligroso, que debían y sería mejor esperar al día siguiente, ellos le respondieron que volverían a las cinco de la tarde. pero que él no quería hacerlo y para no tener más problemas quería marcharse para siempre del lugar.

Vargas Salinas lo conminó a que regresara y guiara a los guerrilleros o sería fusilado. Andrea lloró, le pidió a su marido que no aceptara, que lo iban a matar también; en tono suplicante pidió a los militares que lo dejaran marcharse. Vargas no aceptó y le advirtió que, si no cumplía, él, su mujer e hijos serían fusilados por complicidad con los guerrilleros.

El día 31 de agosto Honorato guio a los guerrilleros a la emboscada, quedando vivos Freddy Maymura y Paco (José Castillo Chávez), por la noche comenzaron a interrogarlos. Freddy se negó a hablar. Los militares afirmaban que era cubano, porque no respondía a ninguna de las preguntas y comenzaron a torturarlo, primero le dispararon e hirieron en un brazo y por la noche, cerca de la arena del río, lo asesinaron.

Sobre la emboscada Paco narró que el día 31 de agosto como a las cuatro de la tarde, Honorato Rojas los guió hasta el vado del Río Grande donde los esperaba el ejército.

Señaló que el primero en caer fue Braulio, (Israel Reyes Zayas) que se dió cuenta de la presencia de los soldados emboscados, disparó su ametralladora y mató a un soldado.

“Yo estaba cruzando el río delante de Tania, detrás de ella Joaquín, (Juan Vitalio Acuña Núñez) cuando se produce el tiroteo, el instinto de conservación hizo que tratara de protegerme y me metí en el agua. Vi que Joaquín había logrado salir del río, que estaba caminando dificultosamente, pero después cayó. Lo vi caer en la orilla.

“Después que todos caímos, no hubo resistencia, entonces los soldados salieron por ambos lados del río, ellos estaban emboscados por las dos bandas del río, nos disparaban por delante y por detrás….

“Negro (Restituto José Cabrera Flores) logró salir vivo de la emboscada, porque se encontraba más o menos en el medio del río, que era más hondo y seguramente se dejó llevar por el agua y él nadaba muy bien. Seguramente salió de la zona nadando…  Tania también fue arrastrada por el río.”

Continuará.