jueves, 7 de junio de 2007

G 8 Pobreza Riqueza Injusticia Club de Ricos Mundo de pobres Brasil México Argentina Indonesia pakistán Bangladesh Sudáfrica Venezuela Nigeria
















SOMOS MAS DE OCHO

Altercom* Jorge Gómez Barata * 5 de junio de 2007

Una de las consecuencias del modelo de desarrollo vigente es que los recursos del planeta no alcanzan para todos. La tarea del G8 es asegurar que alcancen para ellos y preservarlos de quienes quisieran compartirlos. La justicia distributiva no figura entre las virtudes de la globalización. Al club de los ricos corresponde el papel del can Cerbero, mientras los pobres son rehenes de aquel estilo de vida.

Si Brasil, México, Argentina, Indonesia, Pakistán, Bangladesh, Sudáfrica, Venezuela y Nigeria entre otros, se propusieran las metas, alcanzaran los ritmos de crecimiento de China y la India y decidieran imitar la sociedad de consumo occidental, el planeta colapsaría irremediablemente. No hay energía, agua ni materias primas para semejante eventualidad, la tierra no alcanzaría para construir autopistas, los vehículos no cabrían en las ciudades y el aire se volvería irrespirable.

Europa y los Estados Unidos no cuentan en su territorio ni con una mínima fracción de lo necesario para sostener sus dispendios. La escasez de energía los aterra y la dependencia de las existencias en el extranjero convierte a la superpotencia mundial en un Superman con pies de barro.

Tal vez Estados Unidos hubiera preferido opciones menos indoloras, pero el crecimiento incontrolable del consumo, sobre todo de energía, el inminente agotamiento de las fuentes tradicionales de hidrocarburos, agua dulce y madera, acompañadas por el auge del nacionalismo con aspiraciones desarrollistas y el desencadenamiento de procesos como el calentamiento global y los cambios climáticos, han revelado la urgencia de actuar vertiginosamente, no para evitar el desastre como para administrarlo e intentar sobrevivirlo.

La quiebra de la Unión Soviética y luego el 11-S, proporcionaron el escenario para poner en marcha el «Plan B», encaminado a acelerar el establecimiento de la hegemonía mundial. Ante la coyuntura, el imperio y sus clientes europeos, no vacilan en echar mano a los recursos necesarios para sostener sus estándares, sin importar dónde se encuentren, de qué modo se adquieren ni a qué precio. Lo inadmisible para el imperio es la vulnerabilidad y la incertidumbre.

Las tropas fueron a Irak por el petróleo y más tarde o más temprano, con una u otra excusa atacarán a Irán y tratarán de derrocar a Hugo Chávez y detener la Revolución Bolivariana.

Derribar gobiernos e incluso exterminar poblaciones no es un obstáculo que los inhiba y sus fronteras éticas son extraordinariamente flexibles.

En la realización de sus objetivos estratégicos, el exclusivista Club de los Ocho países más ricos del planeta está unido, no sólo por el pragmatismo de sus elites y sus gobiernos, la integración al sistema de la clase media de donde otrora surgieron las vanguardias políticas y culturales, la complicidad del mundo académico y científico y la frivolidad con que la mayoría de los habitantes de los países ricos, asumen las posiciones de sus gobernantes.

Las enérgicas demostraciones de los activistas del movimiento antiglobalización, rudamente reprimidas en todos los escenarios, no encuentran el eco necesario en los sectores académicos, intelectuales y científicos como tampoco, excepto magnificas excepciones, se asumen posiciones críticas respecto a proyectos como la conversión de alimentos en combustibles.

En esas demenciales empresas, los países imperialistas cuentan además con el entusiasmo de las oligarquías nativas que se benefician con la posibilidad de colocar nuevas producciones en los mercados externos, relanzando sus esquemas agroexportadores, mientras continúan ignorando las necesidades de sus poblaciones. Algunos elementos no oligárquicos, incluso de izquierda, son confundidos por la posibilidad de un crecimiento económico estructuralmente anómalo y deficiente.

El modelo de sociedad impuesto por los países ricos al Tercer Mundo no se refiere exclusivamente a los estilos de vida de las sociedades de consumo, sino a onerosas cargas determinadas por el orden internacional vigente. Ni China ni India han podido evadir enormes gastos en armamentos, determinados por enrarecidas situaciones a las que los Ocho no han prestado la debida atención ni realizado esfuerzo alguno por solucionar.

Si cada país que avanza por la senda que debiera conducir al bienestar de sus poblaciones, es obligado por realidades exógenas a invertir en armas, bombas y cohetes y llevar a la órbita sus propios satélites de comunicaciones y defenderse de las maniobras desestabilizadoras de la reacción mundial, tal como ocurre hoy con Venezuela, el camino se hará más difícil y para muchos prohibitivo.

Lo más sencillo en la reunión del G8 es la foto oficial: los ricos caben en un sofá; los pobres son más pero no están convidados.

Altercom
Agencia de Prensa de Ecuador. Comunicación para la Libertad.
Jorge Gómez Barata
Profesor universitario, investigador y periodista cubano, autor de numerosos estudios sobre EEUU.

Aborto Tinelli Campaña Nacional Revictimizan a violadas

Como revictimizar a una niña violada
“Me están castigando por no acceder a la adopción”, aseguró Mónica, la mamá de la chica de Mar del Plata violada por su padrastro, que en febrero pidió autorización para hacerse un aborto, nunca concedida. La chica, de 14 años, terminó perdiendo ese embarazo no deseado, como consecuencia de una crisis de estrés. A tres meses de la denuncia de la violación, la Justicia local no ha hecho nada para identificar al violador. Y para colmo, ahora se investiga si la pérdida del embarazo que sufrió la chica fue espontánea o inducida, revictimizando a la niña. El fiscal de la causa Carlos Pelliza obtuvo el aval para comprobar mediante una pericia si el aborto se produjo como consecuencia de algún producto medicinal.

El aborto, de eso no se habla
Por primera vez se estimó la magnitud del aborto en la Argentina a través de dos métodos científicos validados internacionalmente. El cálculo obtenido concluyó que anualmente se producen entre 460 mil y 600 mil interrupciones voluntarias del embarazo: casi un aborto por cada nacimiento registrado en el país. Se concluyó que a lo largo de su vida fértil, en promedio, cada mujer argentina tendría dos abortos inducidos. Además, se dedujo que por cada aborto que termina con complicaciones que demandan atención hospitalaria, siete no la requieren. “Es un avance importante. Ahora hay un número con un sustento científico. No es más una apreciación fortuita”, destacó la médica Zulema Palma, integrante de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, el colectivo de más de 250 ONG que el lunes último presentó en el Congreso un proyecto de legalización del aborto.

Putas, Aborto Prostitutas, Aborto Prostíbulo, Caño en el atrio de Iglesias para que baile la Novia tras la ceremonia, trata de blancas

La TV. argentina ya roza lo prostibulario

En “Gran Hermano famosos”, sus protagonistas se destacan por sus enconos, flatulencias, ciclotimias, holgazanerías y apologías varias sobre el mal vivir. Los griegos ya admiraban el cuerpo masculino hace 27 siglos. La televisión argentina lo acaba de descubrir a juzgar por la cantidad de strippers que empiezan a pulular a toda hora por su pantalla y la fijación embelesada de las cámaras y comentaristas en su atributo más saliente, de la que no se sustraen, incluso, ciclos de reconocida tradición homofóbica. Julio Bocca y Cecilia Figaredo danzan con sus torsos desnudos con sutil erotismo sobre el escenario de un teatro céntrico y logran un espectáculo auténticamente artístico.”ShowMatch” en cambio, apunta decadente, tosca, groseramente, hacia bustos y colas femeninas y fomenta rudimentarios roces, toqueteos y movimientos que parodian actos sexuales entre hombres, mujeres y travestis. Lo que era y es, en origen, una danza casi prostibularia, reservada para ser representada en locales sólo para mayores de edad, ahora ha saltado como por arte de magia al ciclo de televisión de mayor audiencia (35,7 puntos de rating registró esa noche) y, lo que es peor, la usina de repetidoras de programas chatarra le rinde honores reproduciéndola impúdicamente una y otra vez durante todo el día. ¿La lucha por las audiencias, no tiene límites éticos? Parece que en nuestro país no. Pulsa aquí.

Sociedad

Estado perverso estimula enfermedad del juegoCasino, Bingo, Hipódromo, Lotería, País Timba, País débil Sociedad Enferma Insolidaria Hedonista

Ecuación del Gobierno ArgentinoPrimero te estimulo hasta que enfermes, luego te curo y protejo.
Buenos Aires: Retiran todos los cajeros de los bingos bonaerenses
En un intento por alejar de la tentación a los jugadores compulsivos, el Instituto de Loterías de la Provincia ordenó retirar de bingos, casinos e hipódromos bonaerenses los cajeros automáticos instalados en las salas de apuestas. Los operadores de estos sistemas de azar tendrán un plazo de 10 días para concretar la medida. La decisión se conoció luego de la inauguración del quinto centro de atención gratuita al ludópata, habilitado en Pergamino por el presidente del Instituto Provincial de Loterías, Franco Laporta. "La atención a estos pacientes es una responsabilidad del Estado. El juego existe y debemos lograr que sus efectos indeseados sean mínimos", dijo el funcionario.

Televisión basura Groucho alternativa Marx Argentina Venezuela Telesur














TELEVISIÓN Y LUCHA DE CLASES
Por: Luis Delgado Arria

Ver televisión hoy en Venezuela y, por extensión en América Latina, es comprobar de inmediato que la televisión dominante es esencialmente la televisión de las clases dominantes.
Ya lo vieron Marx y Engels en La ideología alemana: las ideas de la clase dominante son en toda época las ideas dominantes. Porque así como la clase dominante posee los instrumentos de producción material, posee también los de producción intelectual: academias, editoriales, escuelas. En su impetuoso afán hacia la concentración absoluta, el capital no sólo absorbe medios de producción industrial, comercial, financiera: acumula asimismo aparatos económicos, políticos, ideológicos hasta sujetar todas las expresiones de civilizaciones heterogéneas a un solo monopolio que blande la verdad. Por ello en Venezuela, como en cualquier otra parte del planeta neo-mercantilizado, el gran capital acapara la gran mayoría de los medios de comunicación.

Pero, si bien está medianamente clara la relación entre superestructura simbólica-cultural agenciada (por y desde) la televisión comercial y el esquema de dominación y subyugación de grandes conglomerados sometidos por décadas a la inopia y el sub-desarrollo, no parece estar muy claro que las conclusiones espumadas por Marx en el siglo XIX sean hoy aplicables para nuestro contexto concreto, y menos en el recuadro más lisamente simbólico-televisivo.

¿Qué es, qué cara tiene, a qué refiere, y cómo se distingue (y combate) hoy día, en Venezuela, en Latinoamérica y el Caribe una clase dominante, mayoritariamente con el dominio de los principales medios de comunicación, información y producción de contenidos de "ficción"?

En 1852 Marx escribía en carta a J. Weydemeyer: "Lo que yo he aportado de nuevo (en lo que respecta a clases sociales) ha sido demostrar: 1] que la existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas del desarrollo de la producción; 2] que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado; 3] que esta misma dictadura no es de por sí más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases" (Marx, Obras escogidas, II, p. 456).

Si cruzamos entonces la variable de la mutación de la industria simbólico-televisual comercial de nuestros días (compactada hoy en el desafiante del fenómeno de la multimedia) con variables tales como 1) la fase histórica de la producción por la que atravesamos, 2) la orientación (o no) hacia una dictadura del proletariado; 3) y la imaginable dirección hacia una abolición (o no) de todas las clases; si hacemos un ejercicio sencillo de cruce de estas variables, resulta claro que si una función cumple la televisión hoy en nuestros contexto este es precisamente la de escamotear en la tele-culebra de las nueve de la noche o el noticiero de las 11, la ilusión de que pudiera ser posible cambiar la injusta lógica reinante de una sociedad cada día más campechanamente seducida por los signos de pertenencia y adscripción innatos a las clases dominantes.

Pero si bien Marx creo que no logra sospechar los impresionantes poderes de expansión de una falsa conciencia (vía hertziana), en su conocido libro La ideología alemana, Marx sí ve claro que:

"Los hombres son los productores de sus representaciones, de sus ideas, etc., pero los hombres son reales y actuantes, tal y como se hallan condicionados por un determinado desarrollo de sus fuerzas productivas y por el intercambio que a él corresponde, hasta llegar a sus formaciones más amplias".

Por eso mismo:

"La conciencia no puede ser nunca otra cosa que el ser consciente, y el ser de los hombres es su proceso de vida real. Y si en toda la ideología los hombres y sus relaciones aparecen invertidos como en la cámara oscura, este fenómeno responde a su proceso histórico de vida, como la inversión de los objetos al proyectarse sobre la retina responde a su proceso de vida directamente físico".

Y en consecuencia, concluye que:

"No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia. Desde el primer punto de vista, se parte de la conciencia como del individuo viviente; desde el segundo punto de vista, que es el que corresponde a la vida real, se parte del mismo individuo real viviente y se considera la conciencia solamente como su conciencia."

Así, Marx y Engels concluyen e incluyen en la redacción del Manifiesto del Partido Comunista ya en 1847, que el tránsito de una sociedad hacia otra no clausura necesariamente las rémoras que caracterizaron a una época precedente cuando afirman que: "La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase".

Ver televisión, así, como cualquier práctica que ejerce el hombre en una sociedad dada, es, además, una practica histórica, soportada en una forma particular, única de situarse este en el mundo. Ver televisión, leer televisión, disfrutar televisión, analizar televisión son procesos que se operan desde un conjunto de condicionamientos y variables culturales que hacen de esta simple acción una praxis simultáneamente socio-económica, cultural, histórica y, en última instancia, una praxis decididamente política.

ARQUEO-TELEVISIÓN Y CAVERNA PLATÓNICA

Pero la tendencia notoriamente clasista, racista, patriarcal, banal y neo-colonial que cruza nuestra programación televisiva de hoy día no sólo podemos verla en los programas fictivos erróneamente tildados de "dramáticos". Esta misma propensión se hace incluso más evidente una vez rastreamos un poco el envoltorio de formatos y contenidos de noticiarios y programas de entrevistas de corte más propiamente político.

Así, los noticiarios y entrevistas "a personalidades" hechos (en Venezuela y en buena parte de Latinoamérica) a cargo de sociedades mercantiles no rara vez familiares, común es que se brinden a encubrir su verdadero ideal de ciudadanía, de sociedad civil, de país y de proyecto continental. Todo ello tras una ofensiva municionada en el costal de la ramplonería conceptual y ética. Y melindrosamente ataviada de eufemismos estéticos, aliños de chicas y galanes, operados más a la medida de sus intereses comerciales que de sus ideales solamente estéticos.

Así las cosas, desastres cotidianos de corte carcelario, comunitario, económico o ecológico (diligentemente planificados, impulsados y manipulados por el sistema neoliberal) son congruente y sistemáticamente exhibidos noche a noche como evidencia de la ineptitud de la clase política de turno, tenazmente presentada como indolente, prehistórica, iletrada, petulante y haragana.

Desde luego que el sobredicho salvajismo es referido sólo cuando quien maneja las naciones no es un Berlusconi latinoamericano, non plus ultra de las principales cadenas mediáticas de cada país.

De bulto queda así historiar la afición de nuestra "industria televisiva" en su devoción por las técnicas de terrorismo mediático (como las que hemos resistido durante periodos de complot político no hace mucho vividos en Venezuela).

Los síntomas de una programación reincidentemente manipulada, presente en la mayoría de los canales comerciales, no son así ni los únicos ni los más característicos agentes que los poderes del capital ponen en previsión de cualquier asomo o barrunto revolucionario, del cuño que fuere.

ANTROPOLOGÍA TELEVISUAL O EL NOVÍSIMO LEGADO DE LEVI STRAUSS

Pero la manipulación televisual no se instala solo en el espacio más evidente de la programación. Así, no pocos de los segmentos explícitamente mercadeados como "no políticos" o "ideológicos", como es el caso de los presuntamente "juveniles", "educativos" y/o "científicos", (como los dedicados al estudio biologicista de la naturaleza o los consagrados a la historia de las antiguas civilizaciones precolombinas), aparecen hoy tozuda y notoriamente traspasados por el ideologema de la superioridad implícita de la cultura dominante.

Según este ideologema son justamente las culturas (norteamericana o europea) las cultural y científicamente capaces de re-descubrir (para nosotros los latinoamericanos) los secretos más recónditos de nuestras culturas ancestrales, y la importancia de conservar nuestra fauna, flora, historia, costumbres y tradiciones.

De tanto ver programas como estos, ya comienza a hacérsenos casi natural y entretenido observar por televisión a un puñado de pseudos-científicos norteamericanos (y/o europeos), literalmente facilitándonos lecciones a los naturales (aborígenes del presente) sobre los ardides técnicos con que nuestros antepasados (primordialmente incas, aztecas o mayas) lograron erigir sus moradas, templos, monumentos y caminos.

Esta neo-antropología televisada nos aclara cómo, lo que para nosotros los suramericanos han constituido atolladeros y misterios milenarios, para un diminuto puñado de supuestos científicos, cientistas sociales y productores de televisión extranjeros formados en los centros hegemónicos de poder no representan sino meros crucigramas, aficiones o entretenimientos relativamente sencillos de responder.


Resulta al menos chocante que sean precisamente estas mismas culturas (norteamericana y europea) que en forma metódica han asolado más del 80% de sus bosques, ríos, lagos, llanuras; y en el caso de la sociedad estadounidense, que han desmantelado adrede sus previamente sitiadas reservaciones indígenas, sobrevivientes a la conquista del Lejano Oeste, las mismas que aparezcan ahora orondas y campantes en nuestros canales privados de televisión, inquiriendo surtirnos de didácticas prédicas científicas, antropológicas, morales y ecologistas.

La plusvalía ideológica, como diría Ludovico Silva, que edifica esta operación lógico-televisual no es otra que la de la enfatizar la importancia impagable de seguir contando con la "ayuda civilizada" de los países desarrollados, mercadeándonos así la eficacia y utilidad de perpetuar nuestra postración y dependencia al tótem de la ciencia europeo-usamericana.

De representaciones televisuales como éstas, el tele-espectador promedio termina desde luego certificando que son justamente estas presuntas "culturas superiores" las que tienen en su mano el apresto, la sensibilidad cultural y el discernimiento científico para ayudarnos a nosotros (los primitivos latino-americanos, africanos y asiáticos) a salir de nuestro largo, doloroso e injustificable atraso histórico, hijo de nuestra sospechosa afición por la flojera, la dejadez y la barbarie.

El objetivo, desde luego, que subyace a este tipo de representación busca empotrarnos bien duro (y de una vez por todas) en nuestros duros cerebelos un vestigio de culpa y minusvalía por el despilfarro consuetudinario e irresponsable de nuestros propios recursos. Y administrarnos así el menosprecio de nuestros recursos humanos y naturales, dejándonos muy en claro la moraleja de nuestra inferioridad tecno-científica (y política) para solventar por propia mano nuestras propias situaciones y calamidades.

Basta a la sazón encender la televisión abierta en horario infantil, juvenil y de todo público para constatar que buena parte de los enlatados de la televisión "educativa" y/o "cultural" concebida y facturada en los países desarrollados más que una televisión que versa sobre América Latina, es una televisión premeditadamente facturada por los centros más industrializados para representar displicente y despreciativamente a América Latina y al resto del mundo proletarizado.

Luego, más que una televisión de ellos, sobre nosotros, es una televisión de ellos para ellos. Una TV para satisfacer su interés de ratificarse como centros del mundo mientras nos comunican a nosotros el lugar de encadenados, de dependientes, de subordinados a su modelo (único) de vida, erudición, ciencia y progreso.

MACDONALIZACIÓN DE CEREBROS, IMAGINARIOS Y CULTURAS


El Mac Donalds televisivo hecho enlatado gráfico-conceptual no postula así lisamente una oferta desprendida y filantrópica, como se dice, graciosamente servida para nuestro sano entretenimiento, solaz e impulso cultural. Al contrario, es una televisión de ellos para vender, celebrar, (y eternizar sobre nosotros) su hegemonía y por tanto, la vigencia imperturbable de su cultura, su aparataje tecnológico-simbólico y su modelo civilizatorio.

La conclusión obvia es que para seguir contando con el apoyo europeo-norteamericano para el desarrollo es provechoso (por no decir imperioso para todos) seguir jugando su juego, (y por consiguiente, apostando a sus intereses), que por retruque patriarcal también terminaría siendo concomitante con los nuestros.

La Ford Motors acuñó (e impuesto con relativo éxito en EEUU) hace años el falso silogismo de que: "Lo que es bueno para la Ford , es también bueno para los Estados Unidos". Glosando esta falacia lógica, la representación televisiva producida por EEUU y en menor grado por Europa, parece buscar remachar este razonamiento para Latinoamérica y el tercer mundo: "Lo que es bueno para los intereses de EEUU (y de Europa) es consonantemente bueno para Latinoamérica y para el resto de los países del hemisferio".

Este tipo de operaciones ideológicas contribuye a explicarnos porqué persiste la estupenda imagen de EEUU y, en general, del capitalismo criminal incluso entre vastos sectores poblacionales precisamente víctimas de las mismas políticas discriminatorias y regresivas adornadas de supuesta filantropía.

Desde luego, la ideología tiene terreno fértil en una estructura de clases en las que no sólo persiste la falsa conciencia de clase impulsados por los desclasados de siempre. Marx sostenía, además, que durante los acontecimientos históricos que condujeron al golpe de Luis Bonaparte en 1851, el proletariado y la burguesía actuaron de manera productiva y progresista, mientras que el lumpen-proletariado se había evidenciado improductivo y retrógrado. De acuerdo con Marx, el lumpen-proletariado no percibía ningún beneficio en participar en la revolución, y hasta tendría motivos para preservar la estructura de clases ya que los miembros del lumpen-proletariado dependían directa o indirectamente de la burguesía y de la aristocracia para su supervivencia.

Es posible (y conveniente) identificar así una casta no sólo de neo-burgueses que se atribuyen la defensa de los medios mal llamados de comunicación en la mayoría de nuestros países. Cabe también distinguir una franja de lumpen-proletarios pertenecientes a las clases baja, media-baja y media-media para quienes, básicamente (por razones comerciales y/o de empleo), conviene apadrinar el estatus quo de la estructura oligopólica de la industria televisiva así como el injusto repartimiento radioeléctrica imperante.

Así las cosas, salvo contadas excepciones, este es el tipo de representación televisual que hoy por hoy tenemos:
Una televisión que reúne en el consumo mientras fractura en la solidaridad y la praxis revolucionaria.
Una televisión que ameniza shows tipo circense, al tiempo que invisibiliza (y por tanto disipa) movilizaciones colectivas en defensa de luchas anticoloniales, de liberación, y por reivindicaciones y derechos.
Una televisión que adrede entremezcla (y confunde) lo estratégico con lo banal, y lo nacional con lo universal exotizante.
Una televisión que deliberadamente envilece y disipa la historia nacional y regional en una sucesión epiléptica de escenas aisladas, intrascendentes e inconexas.
Una televisión adictiva.
Una televisión racista y machista.
Una televisión neo-colonialista.
Una televisión que se regodea en la minusvalía de individuos y de colectivos (principalmente del tercer mundo) al tiempo que ejemplifica y celebra la implícita superioridad intelectiva, tecno-científica y, últimamente, hasta para-psicológica europeo-norteamericana.
Una televisión ramplona, chabacana, insípida, frívola, calculadamente facturada para desarraigar todo asomo vernáculo y por tanto, subversivo de pensar y actuar a favor de proyectos de participación, nacionalismo y liberación.
Una televisión superabundantemente anecdótica, hija de un mundo naturalmente injusto, indescifrable, individualista, y en lo absoluto atenta a las soluciones estructurales de los grandes problemas contemporáneos de las mayorías.
Una televisión ideológicamente postmo, es decir, valorativamente desesperanzada, raquítica de ideas y vacía de salidas al desaire hiper-capitalista.
Una televisión que ubica la importancia de nuestros países (y de nuestro continente) en el pasado remoto y perdido, facilitando imponer de nuevo la rancia idea de la imposibilidad de que hoy estemos en capacidad de concebir (y poner en práctica) soluciones socio-económicas, políticas y geopolíticas propias. Se proyecta remachar con ello nuestra "endémica minoría de edad" enfatizando la necesidad de un nuevo protectorado (cultural, tecnológico, político y económico), de nuestros países hacia aquellos países predestinadamente "desarrollados".
Una televisión que nos bombardea una y otra vez (y desde distintos formatos) mensajes sobre cómo los sujetos (blancos, norteamericanos o europeos, o los suramericanos culturalmente blanqueados hasta devenir idénticos a los norteamericanos o europeos), cómo este sujeto blanco sabe y maneja con soltura eso que el indio, negro o mestizo ignora, o constitutivamente en la vida alcanzará a conocer.
Una televisión que postula la utilidad de desarrollar una ética profesional flexible, dúctil y contemporizadora con los poderes del gran capital. Todo a cambio de ser más visible que célebre. Al precio que sea. Aunque lograrlo exija hincarse a diario ante los ejecutivos y demás regentes del canal. Trepar es cuestión de contemporizar con los amigos, familiares y apadrinados de los empresarios, los amos, los propietarios (con todas sus letras) del canal.
CON LO MÍO, MÍO, MÍO, CON LO MÍO NO SE META…

Esta balada agreste que popularizó la recia cantante llanera venezolana Cristina Maica bien pudiera ser el leit motiv de cierta clase muy adicta a solicitar y granjear concesiones de gobiernos sépticos y pusilánimes cuando no se le renueva lo que ellos ya asumen como derecho natural. Si Betancourt, Pérez, Ciliberto o Lusinchi se la dio (la concesión televisiva gratuita por 30 años), que el que arre se la bendiga para siempre, parece ser su designio natural.

Por eso, cuando un señorón de estos le asesta la mano a una aquiescencia televisiva, el sólo apelativo de "televisión de servicio público" le mueve más al carcajeo que a la sorpresa.

Pero es que un canal de televisión comercial no es un negocio cualquiera. Es un espejo en el que suelen (y según ellos mismos deben) mirarse el resto de los consorcios mercantiles. Desde el gran consorcio bursátil hasta el más bizantino estudio de diseño gráfico. Ser impuesto así de la orden de "talento joven" suele terminar con una tarea de favores, venias y absoluciones a los amigos, familiares, conocidos y apadrinados de los neo-rancheros y los mayordomos de estos medios.

Confrontamos una televisión-herramienta de lo que el profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén Martín Van Creveld distinguió en 1991 como Guerra de Cuarta Generación. Esto es una transformación de la guerra en términos radicalmente distintos a los que había manejado la teoría de Clausewitz. Van Creveld predijo que en un futuro cercano las bases militares serían suplantadas por escondites y depósitos, y que el control de la gente se desplazaría hacia los medios capaces de infundir angustia y terror mediante avanzadas de propaganda.

En dos platos, gran parte (y a veces la mayoría) de lo que nuestra televisión latinoamericana cotidiana e interesadamente nos predica no es sino esta sencilla lección: cómo subestimarnos, y negarnos, mientras, por otro lado, nos enseña a admirar y a afirmar culturas, sistemas jurídico-políticos y socio-económicos ajenos, racistas, patriarcales, y neo-coloniales. Además de contemplar el rédito de operaciones mediático-psicológicas calculadamente emplazadas para aprovechar social, política y militarmente el ambiente terrorista que el mismo sistema de diversas formas patrocina.

La televisión es el medio ideal para inculcarnos no sólo que deberíamos ser fieles amantes "american way of life". No. Lo que nos vende es que deberíamos defender con nuestra vida si es preciso) ese sueño, ese ideal, esa arcadia de bienestar que EEUU y/o Europa construyeron con constancia, trabajo y lealtad a su patria. Nada se dice del latrocinio histórico con que se erigió ese "estado de bienestar" a costa de latinoamericanos, africanos y asiáticos.

La televisión es así el medio perfecto para activar una "Ofensiva Psicológica" de gran escala (o Guerra Sin Fusiles). Esto es, el uso proyectado de la propaganda y de la acción psicológica para inducir conductas y alcanzar objetivos de control social, político o militar, sin requerir el cruento uso de la armas. Por eso resulta tan capital hoy día para el Imperio defender a sus socios locales, usufructuarios de concesiones gratuitas (pero intocables) de radio y/o televisión.

Pero como en toda guerra que se respete, su fin último no es otro que controlar, asimilar o en última instancia, aniquilar al enemigo. Día a día, durante 24 horas, un ejército invisible se mueve, apuntando a la cabeza de radiodifusores y televidentes: no manipula tanques, cazas ni sumergibles. Usa información. Información desmenuzada, direccionada y manipulada, discursiva, por medio de imágenes, metáforas y titulares.

Cualquier coincidencia con la conducta soliviantadora e impúdica de muchos medios comerciales en Venezuela en medio de los hechos del paro petrolero en Venezuela o la deposición y secuestro del presidente Chávez, son mera coincidencia. Desde luego, los nuevos soldados de esta nueva modalidad de combate no se tuvieron que desplazar en tanques por las calles. Tan sólo manoseaban, fregaban, jorungaban la visibilidad noticiosa desde las butacas de cuero de las señoriales plantas privadas de televisión.

SECUELAS DE ESTE TSUNAMI REPRESENTACIONAL

Es sabido: la representación es el proceso mediante el cual la vida se hace historia. Mueve por ello a preocupación que los discursos y paradigmas que estamos hoy internalizando los latinoamericanos sobre el mundo y sobre nosotros mismos, principal pero no únicamente vía televisión, sea el de una historia en la que aparecemos tecnológica, científica y simbólicamente derrotados.

Prácticamente todos los proyectos de re-pensamiento de una neo-televisión se encuentran por ello alineados con las retóricas y la rearticulación de los intereses del capital. Es por esto clave el éxito, lo cual llama al re-pensamiento constante, de proyectos nacionales, regionales o globales de televisión alternativa como pudieran llegar a ser un día Telesur, ANTV o Tves. Y este reto no es sòlo de los directivos u operadores de estos canales: es de todos. Por eso no ayuda silenciar las fallas o los desvíos. Hacer una nueva televisión requiere de hacerla mientras se hace y reconstruye una nueva sociedad. Una sociedad que la interpele, que la requiera, que la castigue incluso con la crítica en lugar de con el directo subterfugio del zapping.

Tanto como es preciso que la televisión oficial y de servicio público en Venezuela (y en general de Latinoamérica) trascienda el paradigma primordialmente promocionista de la acción de gobierno, para apostar más resueltamente por una televisión alternativa, crítica, desacralizadora, vigilante del poder, pacifista, anti-hegemónica, anticolonial, anticapitalista, etc.

Una nueva y hasta inédita experiencia televisual. Participativa, protagónica, humanista, dialógica, democrática, atenta y crítica hacia los extravíos estético-valorativos hacia los que suele despeñarse la televisión hegemónica en su empeño por ponerse del lado del lucro o de los extravíos del poder. Dispositivos favoritos de las más varias raleas de amos, caporales y rabadanes del primer mundo.

El reto que está planteado entonces es forjar una representación televisual y discursivo-simbólica merced a la cual podamos hacer de la vida historia, e inscripción de una neo-épica realista y operable con qué construir (a pulso) un nuevo horizonte nuestro de futuro.

O, parafraseando a Ortega y Gasset, edificar el proceso por medio del cual la vida deja de ser mera biología, fisiología, histología, para descubrirse vida. Experiencia vital en tanto biografía personal, familiar, comunal, regional, nacional, continental.

Vida como biografía, no tanto de y hacia una imagen de progreso foránea que va desmoronándose, sino como una vida que apueste y se edifique como praxis cotidiana de y hacia la transformación, la emancipación, la liberación.

Gran parte de los enlatados hollywodienses (y sus clones criollos, que los hay) afortunadamente nos instruyen a diario sobre cómo naturalizar (cómo hacer ver como totalmente normal) que un conjunto de seres humanos se habitúen, ablanden y hasta enorgullezcan de ser masa, montón, verduras acríticas, y dichosamente conformes de llevar unas vidas social, política y hasta íntimamente insípidas. Una épica de la medianía es su única y más rogada receta.

Así, más allá de los varios y meritorios esfuerzos por facturar una televisión alternativa, participativa y comunitaria, en nuestro caso todavía hoy en Venezuela tenemos tristemente que convenir con Groucho Marx, cuando, puro en mano, rastrillaba en referencia a la industria de la pantalla chica:

"Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me encierro en otra habitación y leo un libro".

Universidad Nacional La Plata Argentina Terciarios Integración latinoamericana Educación MILES

LA UNIVERSIDAD DE LA PLATA SE ABRIÓ PARA DEBATIR y CONSTRUIR UN NUEVO PROYECTO EDUCATIVO Y UN PROYECTO DE INTEGRACIÓN LATINOAMERICANO.


"Tenemos que construir la Universidad al servicio de las mayorías"


El 30, 31 de mayo y 1 de junio en la Universidad de La Plata se realizó el III Foro de Educación "Latinoamérica Educa", donde se debatió sobre el rol estratégico de la educación en la disputa por la construcción del sujeto revolucionario, la enseñanza para la emancipación y la conducción del movimiento nacional. Vuelve a tomar fuerza la alianza estratégica del movimiento estudiantil con el movimiento de los trabajadores.

El encuentro fue organizado por el MILES (Movimiento independiente latinoamericanista estudiantil) y se realizó los días 30, 31 de mayo y 1º de junio, en la Universidad Nacional de La Plata. Durante esos tres días, más de mil estudiantes participaron de los 35 talleres, paneles y mesas redondas que contaron con la exposición de académicos, profesionales y trabajadores de todos los ámbitos sociales, en lo que se concibió como un "espacio para debatir la educación que queremos".

El Foro Latinoamérica Educa en su tercera edición contó con una diversidad de temas y ejes a debatir que desbordó lo que es la educación superior, para empezar a debatir un proyecto de educación integral, siempre en relación con un modelo productivo y un proyecto de sociedad.

El día viernes, luego de una jornada de arduo trabajo en diferentes talleres y paneles, se dio cierre con una mesa redonda acerca de los "Lineamientos estratégico del proyecto de educación para una nueva sociedad latinoamericana" en la que expusieron Walter Formento, sociólogo, investigador y profesor; Gabriel Merino, Representante del MILES y Secretario de Asuntos Latinoamericanos de la Federación Universitaria Argentina (FUA); y el secretario General de la CTA, Hugo Yasky.

Inició la ronda Gabriel Merino, quien señaló "Ya pasamos el momento de resistir al modelo neoliberal, ahora es el momento de construir una ofensiva, un nuevo proyecto estratégico de educación acorde a un proyecto popular latinoamericanista". El referente estudiantil rescató de la historia la Reforma Universitaria de 1918 "Latinoamericanista en esencia, que puso a la Universidad de cara a las necesidades de la sociedad de ese momento. Pero el movimiento estudiantil después volvió a jugar para la oligarquía, bajo formas izquierdistas o liberales de derecha".

"El país necesita una Universidad politizada, que batalle contra la idea de civilización y barbarie. Esta idea de que el pueblo es ignorante, es bárbaro, y por lo tanto está ciegamente conducido por líderes demagogos, que el pueblo no tienen conciencia de clase. Pero es un terrible error político. Porque la conciencia de clase se hace material cuando se es conciente en la lucha, cuando se trabaja contra la explotación. Y la Universidad tiene una función social que cumplir, tiene que ser inclusiva, no con becas individuales, sino que tienen que orientarse a que fracciones enteras de la sociedad ingresen. La universidad debe tener un marco latinoamericano porque no hay proceso de transformación que pueda darse sino es en el marco de la integración de los pueblos latinoamericanos".
"Tenemos que volver a forjar la alianza entre el movimiento obrero y el movimiento estudiantil. La Universidad debe ser la alianza estratégica entre la ciencia y el pueblo. Que debe rescatar y sistematizar los saberes populares y aportar herramientas para la transformación. La docencia y enseñanza debe ser para la emancipación. Debe ser una Universidad que organice, porque sin organización no hay proyecto. Sin organización simplemente hay ideas abstractas.

Este Foro es una instancia de debate y de organización. Vuelve a levantarse el movimiento estudiantil en Latinoamérica, vuelve a articularse con las luchas obreras en alianza estratégica con el movimiento obrero y campesino de Latinoamérica, volvemos a ser protagonistas de la historia, está en nosotros tomar esas riendas" concluyó Merino.

A su turno, Hugo Yasky expresó "Los sectores hegemónicos intentan desencajar a la Universidad de las luchas populares, porque para ellos la función de la Universidad es formar a la elite que va a conducir la sociedad, reproduciendo el sistema de dominación. Por esta razón, muchas veces se intenta volcar el movimiento estudiantil en contra de las grandes causas populares. Hoy estamos en una histórica que nos pone en el camino de construir una nueva sociedad en la que se termine con esa lógica que a principio de los 90 le dio forma a lo que los militares habían construido con el genocidio. Con un tipo de sociedad en la que imperaba el individualismo y la sumisión a los organismos extranjeros que han promovido la privatización de la educación".
Luego, Yasky propuso "Tenemos que empezar a discutir una nueva ley Universitaria que permita avanzar en la construcción de un país con autonomía de los intereses imperialistas. Que ponga en jaque los fatalismos de intelectuales que promovían la sumisión a los sistemas neoliberales. La Ley Federal de Educación, y de Educación Superior diseñó la exclusión educativa porque el proyecto del país requería de eso, porque era un país que necesitaba de mano de obra barata La escuela pública es un campo en disputa, y el tema no es quien es más o menos de izquierda, el tema es si estamos dispuestos a construir relaciones de fuerza del movimiento popular que nos permitan avanzar".
"Los 1.040 pesos que se lograron de aumento para los docentes en el país, significan un avance importante, que está lejos de lo que hace falta, pero mucho más lejos están nuestros alumnos. El pibe del Chaco, de Formosa, y Misiones sigue en las miserables condiciones que estaba antes de la existencia de esta ley y de la ley de educación. No hay manera de construir una universidad popular sino es en el marco de un proyecto popular, es decir, no hay manera de distribuir conocimiento democráticamente sino vivimos en un país que distribuya la riqueza democráticamente".

"Hay que disputar el sentido de la Universidad. Y para esa disputa es clave construir un sujeto social que sea capaz de pararse frente a los que van a querer definir esta universidad para sus intereses. Los estudiantes y trabajadores en alianza estratégica vamos a poder dar esta batalla. Los trabajadores también tenemos que estar inmersos en el debate sobre qué educación queremos, en todos los niveles educativos. Tenemos que construir la Universidad al servicio de las mayorías".

El conocimiento estratégico

Cerró la mesa el sociólogo Walter Formento, quien dijo "Cada vez que hay un momento histórico en el que las grandes potencias se empantanan sobre sus propias contradicciones, como es hoy la guerra de Irak, se abre una ventana histórica para que podamos construir un proyecto propio. Al mismo tiempo entran en crisis los partidos políticos tradicionales que ya no son el vehículo a través del cual se expresan las grandes mayorías populares. En este panorama las grandes mayorías inician el camino del movimiento nacional, la construcción de una nueva síntesis. Esto sucedió entre 1890 y 1916, entre 1934 y 1946, no es nuevo en la Argentina, estamos recuperando nuestra propia historia".
"Otro aspecto es que aparecen nuevas formas de empresas dominantes, estas redes financieras que se concentran en el momento estratégico del negocio y terciarizan el 80% de su planta, y flexibilizan, informalizan y empobrecen el sistema, para hacer negocios en Argentina, en Filipinas, en Indonesia o en donde sea. Y son financieras porque les da lo mismo fabricar pizzas que pizarrones, fabricar prostitución, timba, dados o poesía cruel. Eso quiere decir financiero, que no tienen relación con el producto que producen ni los contenidos, su compromiso es con la valorización del dinero".
"La sociedad post industrial o posmoderna de la que nos hablaban, tienen que ver con lo que llaman la sociedad del conocimiento. Y en realidad, la sociedad del conocimiento quiere decir que el gran núcleo de control para garantizar la expropiación del esfuerzo nacional y popular, pasa por el control del conocimiento estratégico. Nosotros tenemos todo un desarrollo científico por ejemplo en fármacos, una cosa que no están logrando los grandes laboratorios internacionales, y a la hora de transformar ese fármaco en un proceso productivo y en una unidad de negocio no lo podíamos lograr porque nosotros somos investigadores pero no controlamos nada del proceso productivo y del proceso de producción, entonces moríamos a los pies de los grandes laboratorios. No era eso el conocimiento estratégico, sino que es el conocimiento de la capacidad de diseño, concepción y planificación estratégica del negocio. Justamente lo que mantiene controlada la unidad de negocios financiera, mantiene en control el conocimiento sobre el diseño, la concepción y la planificación estratégica, más la unidad de ensamble para no perder el control. Terciariza, se desprende de las unidades estándar de producción y administración, es el 80%. Mantiene el control del núcleo del conocimiento estratégico".
"Por eso cuando vienen a la Argentina necesitan destruir todo el sistema educativo. Porque el sistema público educativo tiene la capacidad de producir cuadros para producir un sistema alternativo. Ellos necesitaban destruir el sistema educativo para que el país no solo no se industrializara, sino que se amoldara a los intereses extranjeros. Tenía que producir alimentos baratos, tenía que producir energía barata, y de ahí viene la matriz energética para producir alimentos y para exportar energía a Chile y a San Pablo, una matriz energética para un país no industrial y para 15 millones de personas. La matriz energética para el proyecto de país neoliberal sobraba. Empieza a faltar, porque empezó a caminar y a ponerse de pie todo un sistema productivo y ya tenemos el cuello de botella de la matriz energética, y alguno dijo "improvisión", pero no, proyecto estratégico, ¿qué improvisión? la matriz energética está diseñada para otro país, no para el nuestro. Eso es parte del conocimiento estratégico, por eso vienen por el sistema educativo y por eso nosotros debemos ir por el sistema educativo. Porque tenemos que llevarlo a un nuevo estadio, tenemos que recuperar todo el conocimiento acumulado del sistema educativo y llevarlo a otro momento superior, porque tenemos que dar cuenta de los nuevos desafíos".

"La educación es un gran espacio de legitimidad. Allí se cruzan todos los sectores sociales, porque la comunidad educativa es la comunidad productiva. Y allí está el espacio que necesitamos para que ese 90% de la sociedad deje de ser menos de 10. Porque en matemáticas 90 nunca puede ser menor a 10. Solo en política 90 es menor a 10 cuando 90 está desarticulado, cuando cada uno de ese 90 tira para su lado y no articula, y no suma. Ese es el espacio educativo, tiene la capacidad de plantearnos el debate a cerca de la articulación. Y el desafío a cerca de la construcción de esta fuerza político social es un desafío complejo. Porque además de articular esa heterogeneidad histórico social, de ese 90% muchos son peronistas, muchos radicales, muchos independientes pero con un fuerte sentido nacional, y otros de la izquierda pero con un profundo compromiso de cambio nacional y latinoamericano. Y cuando digo peronismo no estoy hablando del PJ, estoy hablando de esa identidad histórica que no coincide con el instrumento electoral".
"Conducir el movimiento nacional es conducir ese proceso de articulación de heterogeneidad social pero también de esta heterogeneidad de identidades, donde cada uno quiere teñir al resto con su propia historia. Pero es la síntesis lo que tenemos que pensar. No hay organización, no hay unidad en la construcción de esta fuerza político social sino recuperamos la participación, sino recuperamos la mística del compromiso de la participación y la militancia. Y sino recuperamos el debate de qué es la participación y de qué es la militancia en el sentido teórico y práctico. No formamos cuadros, si los compañeros que militan no tienen la capacidad de organizar cada uno de esos a por lo menos 10. En términos teóricos, hay que trabajar conjuntamente con los compañeros en la comunicación de la nueva visión estratégica popular, nacional y latinoamericana. No batallo en el plano de las ideas sino puedo batallar cómo llegar a ese diagnóstico y a esa visión común. No tengo capacidad de cuadro sino puedo trabajar la concepción acerca de cómo construir lo nuevo y disputar el movimiento nacional, desde adentro".

El sociólogo finalmente planteó "Esta oportunidad histórica nos desafía a construir esa fuerza político social, necesitamos construir en el debate esa visión estratégica de la realidad, necesitamos construir el espacio de la participación, necesitamos construir esos cuadros que hagan posible la articulación de ese 90% que es esta heterogeneidad social. El espacio de la educación es un gran punto de partida, a partir del cual pueda salir a militar y a cruzar al sujeto histórico en términos de sujeto de la revolución. Este es nuestro desafío".