viernes, 28 de noviembre de 2014

San Luis latió corazón solidario con Cuba y Patria Grande Latinoamericana Nicaragua Venezuela Bolivia Ecuador ALBA Mascuba PL CAPAC Daniel Persico FPV Operacion Milagro Museo Che Guevara

 

 

De: CoordinacionMovArgSolCuba@gruposyahoo.com.ar [mailto:CoordinacionMovArgSolCuba@gruposyahoo.com.ar]
Enviado el: viernes, 28 de noviembre de 2014 11:59 a.m.
Para: Coordinación; A A CAPAC
Asunto: [Coordinacion] En San Luis latió el corazón solidario con Cuba y la Patria Grande Latinoamericana

 

 

En San Luis latió el corazón solidario con Cuba y la Patria Grande Latinoamericana

 

Fueron dos días de un intenso trajín político, porque la solidaridad con Cuba y pueblos hermanos latinoamericanos y caribeños es un hecho profundamente político, en el correcto sentido del término.

El 22 y 23 de noviembre se hizo en San Luis, capital de la provincia del mismo nombre, el XIV Encuentro Nacional de Solidaridad, organizado por el Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba (MASCUBA).

Nunca antes se había hecho un encuentro nacional en esta provincia del oeste argentino, que tiene una población de 220.000 habitantes. Este año le tocó ser la sede y estuvo a la altura de la responsabilidad, con un duro trabajo organizativo y político. Sin el mismo, esos dos días no habrían tenido el muy buen resultado que tuvieron. De allí que la primera mención es para los compañeros de esa provincia y quien coordinó esos esfuerzos, el diputado provincial Juan Larrea (FPV-PC).

San Luis queda lejos, salvo para la región cuyana. De allí que haya sido tan meritoria la concurrencia del dirigente docente de Suteco, de Corrientes, Gerardo Marturet, quien vino de muy lejos representando a la Coordinadora del Nordeste. Podría discutirle el título de viajero el periodista Eduardo Pereyra, llegado desde San Carlos de Bariloche, en el sur. Nora Paiola, de Santiago del Estero, también se fatigó en viaje con varias combinaciones. También de lejos vinieron los compañeros del Comité de Almirante Brown, provincia de Buenos Aires, con Rubén Záccaro.

De todos modos el viajero que hizo el periplo más largo fue Armando Guerra, del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), llegado desde La Habana. Fue su cuarta participación en los Encuentros de Solidaridad, de modo que ya se lo cuenta como un argentino más, a pesar de su nacionalidad y acento tan cubano.

El que debutó en estas lides fue el flamante embajador de Cuba, Orestes Pérez, quien habló en el acto de apertura, el sábado en la Universidad Nacional de San Luis, junto con otros oradores. También cerró el evento el domingo a la tarde, sólo que en otro auditorio. Y en el interín se hizo tiempo para escuchar en las dos comisiones que funcionaron (una sobre Bloqueo, Lucha por la libertad de los Cinco Cubanos y los Programas Solidarios con Cuba, y otra sobre la Organización de MASCUBA).

El diplomático impresionó como un hombre muy formado políticamente y que sabe cuál es su función en el país, a pesar de su corta residencia. También estuvo en la fiesta del sábado a la tarde-noche en una plaza, donde hubo varias bandas musicales. Sin embargo allí no brilló por su afición al baile; se mantuvo expectante y mirando, como si todavía no tuviera suficiente confianza en los alborotadores amigos argentinos. Otras representantes de la embajada, como Ivian y Betty, sí cantaban y bailaban.

La que subió al escenario y se animó a cantar “Hasta siempre”, en homenaje al Che Guevara, y otra de su país, “Nicaragüa, nicaragüita”, fue la embajadora de Nicaragüa, Norma Moreno. Ella había hablado en la apertura del encuentro, junto con Orestes Pérez, y en el Panel sobre “Integración Latinoamericana y Caribeña”.

En esa apertura hicieron uso de la palabra el representante de la embajada de Venezuela, Arnoldo Olivares; el enviado del ministerio de Desarrollo Social, Daniel Ezcurra, y el senador nacional Daniel Pérsico (FPV).

Justamente la presencia de dos embajadores (Cuba y Nicaragüa) y representantes de las embajadas de Venezuela, Bolivia y Ecuador, así como de la República Árabe Saharahuí, Muhamed Salem Bachir, fue la nota distintiva de esta edición del Encuentro. Y eso merece remarcarse: San Luis fue el centro de expresión de la solidaridad con los países del ALBA, que a su vez son tan solidarios con Argentina, como se grafica con dos números. Más de 27.000 alfabetizados con el Yo Sí Pueblo y más de 48.000 operados gratuitamente de la vista con Operación Milagro, eximen de mayores comentarios...

Por eso si alguien preguntara qué tuvo de nuevo o importante el evento de San Luis habría que decirle que fue la concurrencia de embajadores y representantes de países del ALBA, instancia unificadora y antiimperialista que cumplirá diez años el próximo 14 de diciembre. Y que por eso mismo hubo mociones para organizar actividades, charlas, videos, etc, para esa fecha en ciudades argentinas.

El otro avance significativo se expresó en el Panel 2, sobre “Lucha mediática en defensa de Cuba y fortalecimiento del CAPAC”, donde coordinó Záccaro y hablaron Ernesto Espeche (Radio Nacional Mendoza), Wences Rubio (Radio Nacional San Luis), Alberto Mas (CAPAC), Eduardo Pereyra (Radio Nacional Bariloche) y quien firma esta crónica, como dirigente del PL y periodista del diario La Arena). La secretaria de prensa de la embajada de Cuba, Beatriz Parra González, y el representante de la oficina de Prensa Latina, Martín Hatchoun, hicieron buenos aportes a los que ya habían planteado los disertantes.

Si los amigos de Cuba que se desempeñan en los medios y son comunicadores, estudian periodismo, etc, se ponen el CAPAC al hombro, entonces será más pareja la lucha entre la Patria de José Martí, de un lado, y los monopolios de la información que tirotean a Cuba y el ALBA desde la gusanería de Miami y la SIP, del otro.

Como si toda esa actividad de paneles y comisiones no hubiera sido suficiente, al caer la tarde la Universidad fue escenario del último Panel: “Cuba y la Patria Grande, soberanía ante las agresiones imperialistas”. Allí hablaron el representante saharahuí, Bachir, y una diputada nacional del FPV, presentados por el anfitrión Juan Larrea. Le tocó a éste decir las palabras de cierre, luego que el embajador cubano hubiera pronunciado las suyas, exhortando a ampliar la solidaridad con el ALBA y la Patria Grande Latinoamericana, de convocar junto a MASCUBA a muchos argentinos y argentinas con vistas a una Multisectorial Argentina de Solidaridad de una base amplia y plural, con sindicatos, organismos de derechos humanos, centros de estudiantes, legisladores, artistas, intelectuales, legisladores y partidos políticos populares.

Con ese compromiso, de formar la Multisectorial, los 125 delegados se fueron de regreso a sus catorce provincias, cansados por el trajín y los viajes, pero con la felicidad a flor de piel de haber estado presentes en un Encuentro de Solidaridad que lo fue por Cuba pero también, y quizás por primera vez en forma tan expresiva, por la Patria Grande. Se volverán a reunir en otro evento nacional en 2016; durante 2015, además de las tareas solidarias planteadas, estarán atareados en los encuentros regionales y la construcción o fortalecimiento de las regionales Metropolitana, Centro, Cuyo, Noroeste, Noreste y Patagónica.

SERGIO ORTIZ

Sergio Ortiz
facebook.com/sergio.ortiz.906
twitter: @Sergioortizpl

 

Ciudadanos y medios  INTACHABLES:  no entran en un tacho de basura.

¿ QUÉ TIENEN EN COMUN ?

Ambito Financiero, diario Clarín, La Nación, Adelina Dalesio de Viola, Baby Echecopar,  Chiche Gelblung, Ernestina Herrera De Noble, González Oro, Hadad,  Feinman, Lage, Jorge Lanata, Manzano, Mariano Grondona, Mario Markic, Mirta Legrand, Nelson Castro, Openheimer, Petinato,  Rolando Hanglin, Susana Gimenez, Gerardo Sofovich, Julio Bárbaro, Chiche Duhalde,  Jorge Giacobbe, Felipe Solá,  Beatriz Sarlo,  Joaquín Morales Solá, Juan Sebrelli,  Salvia, Mariano Grondona, Mauro Viale, Tenenbaun, Majul y algunos otros.   Aunque “siniestro” es sinónimo de izquierda, entre estos comunicadores sociales, medios  y personajes políticos hay algunos de derecha (diestra).  Eso sí, todos coinciden siniestramente en denostar con fruicción a la Revolución cubana. 

 

 

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compro dolar blue vendo pesetas verdes veni a mi cueva alquilo leasings no hay té de Ceylan Lorena Paola se puso tetas Argentina seria derecha y humana

Malhaya triste destino el de los niños argentinos, con padres que tratan de destruir a la Patria.

25 de Noviembre de 2014

ESTÁN NERVIOSOS

El  precio del dólar ilegal fue convertido en icono de la gobernabilidad por medios opositores. El Gobierno nacional respondió con el poder de policía del Estado y desbarató la desestabilización. Controla una matriz de riesgo con 40 mil obligados.

José Sbatella 

Se quebró la expectativa devaluatoria

José Sbatella
Titular de la Unidad de
Información Financiera (UIF)

Las recientes acciones del Estado redujeron el valor del dólar "contado con liquidación" utilizando el poder de policía de los distintos organismos ligados a las actividades financieras, ahora coordinados y actuando simultáneamente en todo el territorio nacional.

La operatoria fue promovida por medios opositores y se utilizó para fugar dólares, básicamente a Estados Unidos, ya que permite comprar acciones o bonos con pesos en Argentina por medio de un Agente  de Bolsa, luego venderlos en Nueva York y dejar los dólares depositados allá. La operación inversa también posibilita ingresar dólares y transformarlos en pesos al valor que es acordado por los agentes de Bolsa locales.

Ese valor es el de referencia para el dólar ilegal y forma parte de la operación consistente en elevar su precio continuamente para inducir a la población a comprarlo, ya que las expectativas promovidas son a la suba. El sistema violenta la estabilidad y empuja a la devaluación del peso, ya que al quedar retrasado el dólar oficial respecto del valor impuesto como el establecido por "la mano invisible del mercado", se inicia el ciclo de espiralización.  
Los sectores beneficiados en gran escala son los que retienen cosecha esperando precisamente una devaluación. También los que sobrefacturan importaciones al obtener un doble e ilegal beneficio: consiguen dólares extras para fugar a guaridas fiscales y trasladar a costos internos el ficticio, y fraudulento, mayor costo. Los que subfacturan exportaciones también ganan porque triangulan ventas, de manera que en Argentina se factura a un valor menor que el que paga el comprador, y en consecuencia liquidan menos dólares internamente quedando la ganancia depositada en guaridas fiscales.

El problema se agrava cuando las operaciones se hacen por conglomerados integrados internacionalmente, donde estas operaciones se hacen utilizando los "precios de transferencia" que son definidos arbitrariamente por el administrador centralizado del grupo. Por operaciones de evasión, elusión y fraudes contables se fugaron 92 mil millones de dólares desde 2003, un aporte más que significativo al sistema global de lavado de dinero.

La implementación del sistema antilavado que culminó con la salida del país de la lista gris de países del GAFI, luego de la visita in situ del grupo de evaluadores internacionales, cierra un período de lagunas informativas que no permitían identificar el origen de los fondos ni los beneficiarios en última instancia de las rentas financieras.
Hoy existe una matriz de riesgo que recibe la información de 40 mil sujetos obligados por la legislación vigente y que abarca todas las actividades ligadas a la circulación del dinero.

También se ordenó el sistema de inspecciones conjuntas que potenciaron el poder de policía, antes subutilizado. Se aplicaron sanciones monetarias y se clausuraron las operaciones de algunos operadores en infracción en distintas regiones del país. En suma, se quebró la expectativa devaluatoria. Esto explica el odio irracional de los pocos caceroleros autoconvocados. También las maniobras judiciales contra la presidenta  y funcionarios de primera línea del gobierno. Cuando el dólar ya no sirve para generar descontento, se apela a denuncias de todo tipo para mantener la tensión de la población.

Da vergüenza ajena el circo mediático de denuncias del espacio opositor. Llegan a situaciones irracionales que legitiman que se los acuse de sedición por el atropello a la Constitución en el caso del remplazo de un juez de la Corte. Y preocupa la irracionalidad de lo que puedan intentar antes de las elecciones del año que viene.

Hay legitimidad y voluntad para desarticular las maniobras desestabilizadoras. Hay nueva militancia juvenil dispuesta a defender lo ganado. Estamos los sobrevivientes para recordar con memoria, verdad y justicia. Ellos están muy nerviosos.

http://tiempo.infonews.com/nota/138657/se-quebro-la-expectativa-devaluatoria

 

 

Ateneo Conciencia Nacional La Plata

Equipo de Difusión

 

 




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impunidad de contaminadores Stephan Schmidheiny Casale Monferrato Eternit Mato Grosso Minas Gerais veneno cancer amianto asbesto Chaubloqueo Museo Che Guevara ecoloju

De: Antonio Elio Brailovsky [mailto:antoniobrailovsky@gmail.com]    ecoloju
Enviado el: viernes, 28 de noviembre de 2014 12:00 a.m.
Para: eladiogonzaleztoto@gmail.com
Asunto: La impunidad de los contaminadores

 

 

 

Queridos amigos:

 

Mientras hablamos de sustentabilidad, los países de América Latina están siguiendo un modelo de crecimiento basado en las formas más brutales de contaminación. Se usan masivamente plaguicidas cuyo impacto sanitario y ambiental se desconoce. Se apuesta a la gran minería que usa cianuro en los mismos ríos que la gente usa para beber y regar. Se aprueban proyectos de fracking sin saber qué sustancias químicas se emplean allí y, en casos extremos (como el de Argentina), los legisladores aprueban convenios con multinacionales a libro cerrado sin poder leer qué están aprobando.

 

Esto nos genera una sola certeza, y es que va a haber víctimas de esta modalidad de capitalismo salvaje extractivo. ¿Al menos nos estamos preparando para dar alguna forma de justicia a esas víctimas?

 

La respuesta es previsiblemente negativa: nuestro sistema jurídico está preparado para dar impunidad a quienes cometan desastres ambientales, aunque causen víctimas en forma masiva.

 

Permítanme que les cuente una historia. En Italia, después de una lucha de casi una generación, condenaron al dueño de una fábrica de amianto que había causado miles de enfermos y muertos. Demostrados de un modo absolutamente contundente los daños producidos y condenado el empresario, la Justicia italiana lo dejó en libertad porque dijo que la causa había prescripto.

 

Allí los italianos se enteraron de que los homicidios cometidos con un revólver tardan largo tiempo en prescribir, pero los cometidos con sustancias químicas prescriben a toda velocidad. Ésa es la parte de las leyes que la gente no suele leer.

 

Conocí al empresario condenado e impune, Stephan Schmidheiny, en una jornada académica, realizada en Bariloche en 1998. Venía a promocionar su Fundación, que apoyaría desinteresadamente, dijo, a los grupos ambientalistas de todo el mundo. El diálogo generó inquietudes, ya que parecía que el simpático personaje ocultaba algo:

-¿Usted de qué se ocupa?

-Hago negocios diversos.

-¿Qué es Avina? (Su fundación)

-Un nombre de fantasía.

-¿Dónde queda su oficina?

-Yo viajo mucho. Está en mi computadora.

-¿Qué cantidad de dinero puede ofrecer en donación?

-Ilimitada.

Ingenuamente, creímos que trabajaba para la CIA. No sospechábamos la sombra siniestra de una de las peores industrias de la historia y su operativo de lavado de imagen.

 

Hoy el amianto está prohibido pero no hay dificultades en conseguirlo en cualquier lugar que lo busquemos. Stephan Schmidheiny está condenado por miles de enfermos y muertos y sigue en libertad por normas semejantes a las que permitirán la impunidad de los que están poniendo en marcha grandes proyectos extractivos, salvo que hagamos algo para cambiar esas leyes.

 

En esta entrega, ustedes reciben:

  • Un detallado informe sobre el tema de Eliane Brum, publicado recientemente en el diario El País, de España. Me gustaría ver en nuestros medios de comunicación informes semejantes con una frecuencia mucho mayor de la que tenemos ahora. Tal vez una mirada sobre los anunciantes de los medios oficialistas y de oposición, progresistas y conservadores, nos ayude a comprender las razones de esa omisión. Así como Stephan Schmidheiny financiaba a los ecologistas para disuadirlos de denunciarlo, los grandes contaminadores hacen lo mismo con los medios de comunicación masiva.
  • El recordatorio de mi novela "Mariano Moreno, Tiempo de Opresión" y el contacto con el editor para quienes quieran adquirirlo. Allí Moreno, uno de los revolucionarios de 1810, descubre el sufrimiento ambiental de los indígenas sometidos a la explotación extractiva durante la época colonial. Creo, como docente, que aún no hemos explorado lo suficiente el uso de la narrativa en la enseñanza de la historia ambiental. Una novela nos muestra los sentimientos vivos de los seres humanos, lo que a veces queda oculto en la frialdad de las estadísticas.
  • La obra de arte que acompaña esta entrega está en la tapa del libro, que reproduzco más abajo. Es un grabado de Theodore de Bry, que muestra la explotación de los indígenas en los socavones del Potosí en el siglo XVII.

 Un gran abrazo a todos

 

Antonio Elio Brailovsky

 


 EL PAÍS Edición Nacional del miércoles 26 de noviembre de 2014 »
Romana y el billonario del amianto: el dolor que no prescribe

                                                          Por Eliane Brum

La italiana que se convirtió en símbolo de la lucha contra la fibra asesina es una de las víctimas derrotadas por Stephan Schmidheiny en el tribunal que avergonzó a Italia

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Cuando la entrevisté, dos años atrás, me dijo que ya no lloraba. En algún momento de su lucha contra Eternit, las lágrimas se secaron dentro de Romana Blasotti Pavesi. Pasamos una tarde y una mañana conversando en su apartamento en Casale Monferrato. Resulta difícil creer a primera vista que en la pequeña ciudad del Piamonte la tragedia respira entre calles y paisajes de cine italiano, en las vitrinas de las confiterías donde los krumiris, las deliciosas galletas de Casale, se ofrecen a quien pasa. Entonces personas como Romana comienzan a hablar. Y cuando hablan enumeran sus muertos. Y la narración una vez más desafina con el escenario del apartamento en el que su soledad es acompañada por una población de bibelots bien ordenados y coloridos, una colección de pequeños elefantes de todas las formas, orígenes y texturas, la mayoría con la trompa hacia arriba. Le pregunto si dan buena suerte y ella me responde que así parecen felices. Romana se excusa un momento, con permiso dice, y desaparece en el cuarto. Vuelve de allí con una caja. De dentro de ella saca con la punta de los dedos un cabello largo y raro con diferentes matices de dorado y rojo. Bello, molto bello. Es de Maria Rosa, dice. La hija de Romana fue la quinta de su familia en morir por el cáncer del amianto.

Roman Blasotti Pavesi, en su apartamento, en la ciudad italiana de Casale Monferrato en 2012 / JOÃO LUIZ GUIMARÃES

Romana es la presidenta de la Asociación de Familiares y Víctimas del Amianto de Casale Monferrato. La ciudad fue la señalada por la fábrica de Eternit instalada allí en 1906. Durante décadas, considerada el lugar idóneo para los obreros, hasta que los primeros comenzaron a caer por enfermedades provocadas por el material conocido también como asbesto. Después, ya no eran los trabajadores que estaban en contacto directo con la fibra, sino residentes que nunca habían pisado el suelo de la fábrica. Profesores, médicos, periodistas, profesionales de todo tipo que habitaban la ciudad comenzaron a morir de enfermedades causadas por el amianto. La contaminación ambiental ya se había consumado y las décadas serían atravesadas por la tragedia. Romana afirma que más de 40 nuevos casos de mesotelioma, un cáncer agresivo y fatal provocado por el amianto, surgen cada año en la ciudad.

Casale Monferrato entonces se levantó y lideró un proceso histórico en la justicia italiana contra el billonario suizo Stephan Schmidheiny y el barón belga Louis de Cartier de Marchienne, este último muerto durante el juicio. Stephan Schmidheiny es heredero de la familia que fundó la Eternit suiza y estableció fábricas de amianto por varios países a lo largo del siglo XX, incluso en Brasil, sembrando la muerte. En 1976, asumió la dirección de los negocios y, según su versión, habría decidido abandonar la producción de amianto al descubrir que la fibra causaba enfermedades fatales. La Eternit suiza solo salió de las manos de la familia más de una década después, a finales de los ochenta. El grupo dejó la producción cuando el amianto ya se había convertido en un escándalo de salud pública en Europa con miles de víctimas y demandas de indemnización. El primer país en desterrar el amianto fue Islandia, en 1983, seguida pronto por Noruega, en 1984. En 2005, el material fue prohibido por la Unión Europea. Hoy está proscrito en 66 países del mundo, una lista de la cual Brasil no forma parte. Con la venta de las participaciones del grupo suizo Eternit, todo el pasivo ambiental y humano quedó atrás.

A lo largo del proceso de la Justicia italiana, los fiscales revelaron una telaraña de centenares de muertos y enfermos, la mayoría de Casale Monferrato. Hombres y mujeres contaban cómo perdieron padres, madres, hijos y hermanos de cáncer, algunos enfermos solo tuvieron tiempo de declarar antes de morir. Además del mesotelioma, la asbestosis, conocida como Pulmón de piedra, es otra enfermedad progresiva y fatal causada por el amianto. En este caso, la inhalación de la fibra provoca un ininterrumpido proceso de cicatrización que va endureciendo el órgano hasta impedir los movimientos de espiración e inspiración. Las víctimas de la asbestosis mueren lenta y dolorosamente por asfixia. En Brasil, era en ese momento cuando empresas como Eternit mandaban a sus representantes a los hospitales para que los trabajadores en plena agonía firmasen un documento aceptando una indemnización irrisoria a cambio de la vida que acababa, impidiendo así que sus familias iniciasen acciones judiciales después de su muerte.

Marcada por miles de muertos y enfermos, Casale Monferrato lideró en la Justicia un proceso histórico contra el billonario del amianto

El marido de Romana, Mario Pavesi, ya padecía asbestosis cuando comenzó a sentir la punzada en la espalda que anunciaba el mesotelioma. Mario era un hombre reservado, guardaba su mundo dentro de sí, y durante meses mantuvo el secreto del aguijonazo persistente. Ya había visto muchos compañeros de fábrica tener ese mismo síntoma y morir después. Un día, de repente, Mario dejó escapar un gemido. Y Romana supo que la atmósfera de la casa iba a cambiar de forma inexorable, porque aquel hombre no gemía.

Mario se había quedado huérfano a los 16 años, obligado a sustentar a la madre y los hermanos pequeños. En seguida, la Segunda Guerra incendió Europa y fue enviado como soldado a uno de sus frentes más duros, el de los Balcanes. En el día en el que se materializó ante Romana, en una osadía rara para aquel muchacho demasiado serio, hacía apenas un año que había regresado de Yugoslavia. Nunca se habían hablado pero Mario ya se presentó con intenciones de casamiento. Días después vieron Ninotchka en el cine. Mario ya había visto la película, pero como Romana se volvía loca con Greta Garbo, fingió que era su primera vez. Se casaron siete meses después. En 1957, ya con sus hijos Ottavio y Maria Rosa, Mario entró en Eternit, donde trabajaría durante 20 años. Cuando sintió la punzada en la espalda, estaba jubilado. Murió de mesotelioma la noche del 15 de mayo de 1983, a los 61 años. Poco antes de morir, Mario salió de su inconsciencia y tendió la mano a Romana. Ella la retuvo durante un largo silencio. Después de una vida, se despidieron así. Romana no hubiera podido adivinar en aquel momento que su trayectoria cambiaría radicalmente de curso, y que el hombre que amaba sería solo el primero de su familia sepultado por el amianto. En ese tiempo, Romana aún lloraba.

Familia amputada: después del amianto, solo quedan Romana y su hijo Ottavio. / ARCHIVO DE FAMILIA

Como las enfermedades provocadas por el amianto, como el mesotelioma, tienen un largo tiempo de latencia, en algunos casos décadas, el pico de la tragedia de salud pública sucede a veces con la fábrica ya cerrada. Italia desterró el amianto en 1992, pero aún hoy continúa la batalla con el escándalo sanitario. En Brasil, la fibra solo está prohibida en seis Estados: Rio Grande do Sul, São Paulo, Pernambuco, Rio de Janeiro, Mato Grosso y Minas Gerais. En la actualidad, el país es el tercer productor mundial, el tercer exportador y el cuarto usuario de amianto. Mientras la fibra va desapareciendo de los barrios más nobles del centro-sur, sigue peligrosamente abundante en favelas y periferias, así como en las casas de de quilombolas [descendientes de esclavos], ribeirinhos[poblaciones que viven de la extracción de recursos en la ribera de los ríos, en particular los amazónicos], de pequeños agricultores e indígenas.

Desde las últimas décadas del siglo XX, Brasil viene coleccionando muertes de trabajadores, así como de familiares que tuvieron contacto con las ropas sucias de amianto, por asbestosis y mesoteliomas. Hay varios expedientes en la Justicia buscando la forma de desterrar el amianto del país, así como de indemnizar a las víctimas, pero la industria exhibe un lobby poderoso influyendo en el actual gobierno, en el Congreso y en el Poder Judicial. Las muertes de centenares de brasileños, la mayoría trabajadores, y la tragedia de salud pública que se avecina con la contaminación medioambiental tienen mucho menos visibilidad que el sentido común y la responsabilidad pública permitirían, lo que convierte la persistencia del amianto en Brasil en una caja negra aún por ser totalmente desvelada.

Antes de morir, Mario tendió la mano a Romana.  Así se despidieron 

En Italia, las víctimas y familiares de víctimas llevaron al billonario suizo a la Justicia y consiguieron condenarlo en dos instancias. El 13 de febrero de 2012, Stephan Schmidheiny fue condenado por un Tribunal de Turín a 16 años de prisión y al pago de 100 millones de euros. El delito fue descrito como “desastre ambiental doloso permanente y omisión dolosa de medidas de seguridad para los trabajadores”. El 3 de junio de 2013, la sentencia no solo fue confirmada en la corte de apelación, sino ampliada de 16 a 18 años de prisión. Todo indicaba un desenlace victorioso para aquellos que perdieron su propia vida o la vida de aquellos que amaban, en el juicio en última instancia, celebrado en Roma.

Y entonces, el miércoles 19 de noviembre de 2014, lo inimaginable sucedió. Ante las víctimas de Casale Monferrato y de otras regiones, la corte italiana anuló la condena de Stephan Schmidheiny: no por inocencia del reo, sino porque el delito había prescrito. Se dijo en el tribunal que era una decisión acorde al Derecho, y no a la Justicia. “A veces el Derecho y la Justicia toman direcciones opuestas, pero los jueces no tienen alternativa: deben seguir el Derecho”, dijo Francesco Iacovello, procurador general de la Corte de Casación de Roma. En un comunicado, la Corte afirmó que “la acusación era de delito ambiental y no de homicidio”. Y, por tanto, “no podría ignorar la expiración del plazo de prescripción que comenzó a contar a partir de 1986, cuando Eternit cerró sus fábricas en Italia”.

 

Coleccionando muertes de trabajadores, Brasil es el tercer productor mundial, tercer exportador y cuarto usuario de amianto

La conmoción duró apenas un segundo antes del primer grito, que luego se transformó en clamor: “¡Vergüenza! ¡Vergüenza! ¡Vergüenza!”. Víctimas, familiares de víctimas, vecinos de la ciudad contaminada parecían heridos de muerte. La escena era impresionante. Iba a ser una victoria histórica, que tendría impacto en las víctimas del mundo y contribuiría a acelerar la desaparición del amianto de países como Brasil. Y de nuevo el poder económico –y por consecuencia el político- venció. Para algunos que observaban desde fuera, estaba claro que solo podría haber sido ese el desenlace, porque esa ha sido siempre la lógica del mundo. Pero, en los últimos años, los habitantes de Casale Monferrato y todos aquellos que perdieron padres, madres, hermanos, hijos en la brutal agonía provocada por las enfermedades del amianto creyeron que podrían alterar el curso de la Historia. “No es posible que la demanda por justicia prescriba en algunos casos”, afirmó a la prensa Matteo Renzi, primer ministro italiano. “Hay heridas que no conocen límites de tiempo”. En Casale Monferrato, las campanas de todas las iglesias sonaron al mismo tiempo en señal de luto. Uno de los líderes de la lucha de las víctimas, Bruno Pesce, anunció que, en la semana en la que el príncipe del amianto, Stephan Schmidheiny, venció, dos vecinos de Casale Monferrato murieron de mesotelioma. Y murieron derrotados de todas las maneras posibles.

A los 85 años, Romana Blasotti Pavesi se descubrió vencida. Su batalla contra Stephan Schmidheiny no fue la más importante de su existencia. La muerte de quien se ama es siempre la mayor batalla perdida en una vida humana. Y Romana vio primero a su marido, Mario, después a su hermana, Libera, en seguida a su prima Anna, el siguiente fue Giorgio, su sobrino, y por fin, aunque nunca se sepa si acabó, Maria Rosa, la hija. Todos muertos por mesotelioma, el cáncer del amianto. “No es venganza”, repitió siempre Romana. “Nuestra lucha contra Stephan Schmidheiny es por todo lo que él representa”. La vieja mujer desvía el extraordinario azul de sus ojos hacia dentro, al lugar de los recuerdos, y dice: “No siento rencor por el responsable de toda esta tragedia, pero si él tuviese la posibilidad de acompañar a un enfermo que le fuese querido, de principio a fin, tal vez pudiese entender algo”.

La sentencia de Stephen Schmidheiny fue anulada por prescripción del delito, no por su inocencia. Víctimas y familiares gritaban en el tribunal: ¡Vergüenza!

Fue con la muerte de Maria Rosa, en la bárbara subversión de la lógica que obliga a una madre a enterrar a su hija, cuando Romana perdió la capacidad de llorar. Maria fue el nombre que el padre escogió, Rosa lo eligió la madre. Maria Rosa nunca trabajó con amianto. En los recuerdos de Romana, uno le sobresalta. Ella y Mario llevando a la entonces pequeña Maria Rosa a pasear por los alrededores de la fábrica donde el padre era un trabajador orgulloso. Remolinos de polvo se levantaban del material descartado, era hasta bonito. Y entonces Maria Rosa, ya adulta y madre de un hijo, aparece en casa de la madre: “Tengo mesotelioma”. Había atribuido el dolor de la espalda a una caída ocurrida cuando esquiaba. La radiografía reveló la verdad brutal. Su último gesto, en agosto de 2004, fue vencer la fragilidad de su cuerpo machacado por el cáncer para abrazar a su hijo, Michele, con una fuerza que nadie sabe de sonde sacó.

Familia amputada: después del amianto solo quedan Romana y su hijo Ottavio. /ARCHIVO DE FAMILIA

Con la mitad de la familia amputada por el amianto, Romana dedicó las últimas décadas de su existencia a buscar justicia. Mientras ella y sus compañeros de lucha se organizaban, la mayoría de ellos cargando certificados de defunción de familiares y compañeros de trabajo, Stephan Schmidheiny llevaba adelante una de las más fascinantes y exitosas operaciones de lavado de biografía –ogreenwashing- de la historia reciente (lea el artículo sobre eso aquí). Pronto pasó a ser llamado por la prensa internacional de “filántropo” y, por paradójico que parezca, “ambientalista” y “ecologista”. Fue una de las estrellas de la Río-92, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medioambiente y Desarrollo, y creó, entre otras organizaciones, Avina: una fundación dedicada a programas ambientales y de reducción de la pobreza que actúa también en Brasil. Entre los honores que le fueron ofrecidos, figuran el titulo de doctor honoris causa en humanidades por la universidad estadounidense de Yale y la Orden de la Cruz del Sur, que le fue concedida por el entonces presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso.

En el sitio web de Avina, el hombre llevado a la Justicia por las víctimas del amianto como un criminal socioambiental es presentado como “pionero de la lucha contra el amianto”. La noticia de la anulación de su sentencia por la corte italiana se publica bajo la llamada “desarrollo sostenible”. En posicionamiento con fecha de este mes de noviembre, así se manifiesta Avina: “(…) contraria a que se siga empleando amianto en cualquier tipo de industria. Por eso las autoridades públicas de todas las naciones deben normalizar y regular la prohibición de la producción y uso del amianto, además de desarrollar acciones de protección de la ciudadanía de las víctimas afectadas por él”.

En su defensa, el magnate suizo suele afirmar que desconocía el potencial destructivo del amianto. Según su versión, cuando supo que la fibra era cancerígena, decidió abandonar el sector. En un comunicado después de la anulación de la sentencia, portavoces de Stephan Schmidheiny afirmaron: “La defensa espera que el estado italiano proteja a Stephan Schmidheiny de futuros procesos criminales injustificados y cierre todos los procesos actuales”.

La hija Maria Rosa fue la quinta persona que Romana perdió por el cáncer de amianto

Líderes de la lucha por la desaparición del amianto, víctimas y familiares contestan la inocencia del heredero de la Eternit suiza presentando documentos que comprueban que la relación entre el amianto y las enfermedades como asbestosis se conoce desde comienzos del siglo XX. En los años sesenta del mismo siglo ya estaba documentada la relación entre la fibra y el mesotelioma. En Brasil, la fábrica de Eternit en el municipio paulista de Osasco se instaló a comienzos de la década de los cuarenta, cuando ya se conocía el potencial destructivo del amianto. Stephan Schmidheiny llegó a hacer una especie de prácticas en la fábrica brasileña, uno de los argumentos que usa al afirmar que desconocía los males causados por la fibra. En el proceso judicial italiano quedó claro que, en 1976, ante las crecientes noticias sobre la relación entre asbesto y patologías fatales, la industria promovió una conferencia en Alemania para discutir estrategias para hacer frente al problema sin dejar de producir amianto, de la cual Stephen Schmidheiny participó.

Según las víctimas, aunque fuese posible aceptar que el desconocimiento sobre el carácter tóxico del amianto fuese de hecho real, nada explica que el grupo hubiera vendido Eternit: una transacción comercial lucrativa que supuso la continuidad de las operaciones, aunque en manos de otros dueños, como pasa en Brasil y en otros países en los que la fibra aún no ha sido prohibida. Señalan incluso la imposibilidad de justificar el abandono del pasivo ambiental y humano consumado, mientras la fortuna de la familia Schmidheiny se construía. “Stephan Schmidheiny obtuvo en la Justicia una victoria formal”, afirma la ingeniera brasileña Fernanda Giannasi, auditora jubilada del Ministerio de Trabajo de Brasil y una de las líderes mundiales en la lucha por la desaparición del amianto. “Para el resto de su vida va a tener que convivir con ese estigma. No le permitiremos olvidar ni por un minuto lo que él hizo contra la humanidad”.

La voz de las víctimas tiene mucho menos resonancia, sin embargo, que la poderosa operación de marketing internacional invertida en el cambio de imagen de aquel al que consideran su verdugo. La financiación de acciones de caridad y de programas socioambientales por Stephan Schmidheiny ha silenciado a varias personas histórica y profesionalmente ligadas a la defensa de los derechos humanos y del medioambiente en el mundo y también en Brasil. Es parte de la explicación del porqué las victimas del amianto, considerado una de los mayores tragedias de salud pública de la historia de la humanidad, entablan sus batallas solos, aislados de parcelas de la sociedad que, por lógica, deberían luchar a su lado.

 

Mientras las víctimas luchaban por la justicia, el billonario del amianto emprendía una exitosa operación de lavado de biografía

Romana, como un personaje shakesperiano, se encontró lanzada al ruido y la furia de fuerzas poderosas. Ella, que empezó su vida trabajando como empleada doméstica en las casas de los más ricos, tuvo la osadía de hacer frente a un billonario homenajeado por revistas como Forbes y universidades como Yale. En el tribunal, al ver agigantarse ante ella el espectro aniquilador de la injusticia, Romana solo consiguió encontrar un adjetivo: “Abominable”. Después diría: “Estoy cansada. Cansada de sufrir y de ver personas morir a mi alrededor. La decepción duele como jamás habría podido imaginar”.

Los años se acortan ante ella. Pero Romana sabe que, mientras hay vida, la escritura de la Historia puede ser peleada. Abandonó el tribunal protegida por el único hijo que le quedó, Ottavio. Y no lloró.

Romana en lo que queda de la fábrica de amianto Eternit que contaminó la ciudad y causó cientos de muertes por mesotelioma. / JOÃO LUIZ GUIMARÃES

Eliane Brum es escritora, reportera y documentalista. Autora de los libros de no ficción: Coluna Prestes - o avesso da lendaA vida que ninguém vêO olho da ruaA menina quebradaMeus desacontecimentos. E de novela: Uma duas Web:elianebrum.com. Correo electrónico: elianebrum.coluna@gmail.com Twitter:@brumelianebrum

 


 

 

 

 

 

 

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