domingo, 14 de julio de 2019

Revolución que no se revoluciona se autodestruye por eso Cuba sigue en pie canción a Fidel libertad a Assange Solidaridad comunicación 13/07/2019 Chaubloqueo museo Che Guevara Buenos Aires

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Cristina Fernandez y CUBA y su revolución Casa de las Américas Julio Cortazar Rodolfo Walsh Paco Urondo Mario Benedetti Chaubloqueo museo Che Guevara de Buenos Aires



  

Número 672 (Nueva Etapa)
  12 de julio, 2019

En esta edición...

  • Envía Cristina Fernández de Kirchner mensaje a la Casa de las Américas
  • Ya viene La Casa por la ventana
  • Ascensor al Paraíso II, por Antonio Martorell
  • La escritura como obsesión en la poesía de José Antonio Mazzotti*, por Marta Lesmes Albis 

ENVÍA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER MENSAJE A LA CASA DE LAS AMÉRICAS 

Con un mensaje de la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, quedó inaugurada ayer una exposición bibliográfica y audiovisual con motivo del Día de la Independencia Argentina, en la Sala de Lectura de la Biblioteca de la Casa.
El mensaje, enviado en la voz de la propia Cristina, decía: “Amigos y amigas de Cuba, aprovecho mi estadía en La Habana para hacerles llegar un fuerte y fraternal saludo de solidaridad y agradecimiento por este acto de presentación de libros, de publicaciones y de material audiovisual de mi Patria. Sé que toda esta valiosa documentación ha sido enviada durante años tanto por instituciones como por compañeros y compañeras peronistas.
“Quiero también felicitar a la Casa de las Américas en el 60 aniversario de su fundación. La labor cultural y de educación que esta Institución lleva a cabo de conjunto con los intelectuales de nuestra Patria Grande no solo es invalorable sino que también es inolvidable. Es en esta misma Casa de las Américas donde aún resuenan los pasos de Julio Cortázar, de Paco Urondo, de Rodolfo Walsh, de Mario Benedetti y de tantos otros.
Sinceramente, un gran abrazo para todos y para todas”.

Cerca de 200 libros y 320 audiovisuales son recogidos en esta muestra sobre el país suramericano y su historia política, haciendo énfasis en la corriente del peronismo y sus líderes. La integración latinoamericana, la solidaridad y la unidad de la Patria Grande son otros de los tópicos que se relacionan con los textos de esta exposición, aseguró Jesús Cruz, fiel colaborador de la Casa y quien facilitó parte del material que allí se exhibe.
Estos materiales se unen a la amplia colección de la Biblioteca de la Casa de las Américas, que atesora, entre muchos otros archivos, documentos censurados por las dictaduras latinoamericanas, gracias en buena medida a sus colaboradores y amigos de todo el mundo.

YA VIENE LA CASA POR LA VENTANA 
Aprovechando el impulso de celebración por los primeros sesenta años de la Casa de las Américas, la Temporada de Verano que desde aquí se organiza concluirá el próximo viernes 19 de julio con la esperada jornada de La Casa por la Ventana. Justo ese día quedará inaugurada,  a las 5:00 pm, la exposición Línea de la Vida. 60 años de la Casa de las Américas, empeño que ha venido ocupando a la Dirección de Comunicación e Imagen y que recorrerá las paredes de la edificación con gráfica y objetos atesorados durante estas seis décadas de trabajo.
La Casa promete un día completo de actividades para todas las edades que comenzará desde las 10:00 am, con una Feria de novedades editoriales, souvenirs, revistas y libros viejos de la Editorial; algo que estará ocurriendo de manera simultánea mientras suceden otras acciones. A las 11:00 am, y aprovechando el habitual vínculo entra esta institución y la Oficina del Historiador de la Ciudad, se recibirá a las personas que participan del programa Rutas y Andares y se realizará el ya tradicional recorrido Vamos a caminar por Casa, el cual contará con la conducción de Gerardo Hernández, historiador de la Casa, quien brindará un primer acercamiento a la exposición, antes de ser inaugurada.
Entre las 2:00 pm y las 4:00 pm se harán una serie de presentaciones que iniciará con el esperado libro infantil Casa de cuentos para niños, preparado por el diseñador Nelson Ponce en colaboración con la Colección Colibrí y el sello editorial de la Casa. Más tarde, se premiará el ganador del concurso de fotografía Mi Casa es tu Casa, el cual ha estado recorriendo las redes sociales y al término de este, la poeta Soleida Ríos ofrecerá su acción poética Susurros.
Antes de dejar inaugurada La Línea de la Vida… quedarán presentados La Madriguera, de Milton Fornaro, novela Premio de Narrativa José María Arguedas, a cargo de Laidi Fernández de Juan; Los estratos, de Juan Cárdenas, comentado por su editora Katia Gutiérrez (Colección La Honda) y Huellas en el tiempo, Ambrosio Fornet (Cuadernos Casa), por Caridad Tamayo Fernández.
Para el cierre de la jornada queda reservada una descarga de música electrónica a la manera de Djoy de Cuba, a las 5:00 pm en el Patio Casa Tomada. Luego de “tirar “la Casa por la Ventana, las actividades recesarán hasta el venidero septiembre, cuando se retome el ciclo de acciones por la Casa en sus sesenta.

ASCENSOR AL PARAÍSO II
Por Antonio Martorell

Ascender al paraíso dos veces quizás es pedir demasiado. No en este caso. Ascensor al paraíso I fue resultado de un junte colectivo entre jóvenes grabadores latinoamericanos a quienes provoqué a expresar sus respectivas utopías en las paredes, piso, plafón del ascensor y las áreas de acceso en los tres niveles de Casa de las Américas en la Habana como parte de un taller en durante La Joven Estampa en 1999. El pie forzado fue el que cada xilografía tuviera la forma exterior de un rompecabezas cuya imagen y contorno no necesariamente encajaba con las otras piezas. Realmente un rompecabezas. También partimos de la premisa de que todos coincidimos con la imagen aterradora del infierno, pero el paraíso es vislumbrado de distinto modo en cada país y persona dadas sus creencias colectivas e idearios individuales. El resultado fue sorprendente en su variedad, calidad y, sobretodo, significación. Quizás porque los participantes eran todos jóvenes, pese a ya haber cosechado los bienes de la revolución sexual en las pasadas décadas, era ésta la manifestación principal expresada de un modo explícito o simbólico.

Tantos años después, en vista del natural deterioro en la superficie de los grabados, no empecé los esfuerzos de la institución por conservarlas, Casa de las Américas me solicitó una renovación del ascensor. No vacilé en aceptar ni en modificar el acercamiento al tema tanto en materiales como en su ejecución. En vez de un encuentro entre jóvenes grabadores latinoamericanos, optamos por un número más reducido de artistas y algunos no tan jóvenes: mis colaboradores del Taller de La Playa de Ponce en un gesto de solidaridad con la hermana República de Cuba a la que tanto debemos por ser solidaria con nuestras luchas libertarias. Otra diferencia, que luego veremos no lo es tanto, ha sido la de enfocar las imágenes, más que al destino del viaje, el paraíso, al ascenso.

Si la primera versión fue casi en su totalidad en blanco y negro, ésta privilegiaría el color en el ascenso, aunque no en la espera. Me explico. Nos percatamos de que la espera es diferente al viaje y que, si bien el ascensor está poblado del color de las ilusiones, la espera está detenida y en blanco y negro. Además, desde sus orígenes, la idea del ascensor estuvo motivada por mi percepción, compartida en varias ocasiones con otros compañeros de viaje, de la incomodidad que supone la comunidad involuntaria del viaje en ascensor. Todos hemos experimentado la mezcla de atracción y rechazo, necesidad de privacidad con ansia de comunicarnos, la cercanía y contacto físico que obliga al “excúseme”, “con permiso”, “lo siento”, etc. El título Ascensor al paraíso es un intento, sin garantía de éxito de superar las contradicciones ciudadanas. Gestos detenidos, palabras arrestadas, miradas de soslayo, saludos protocolares y silencios defensivos pueblan este ascensor que, por pequeño, resulta más frágil su percepción, más intimidante el viaje. Cada piso una espera a la vez que una despedida, cada ascenso o descenso, según sea el caso, poblado por nuestros deseos, solos o acompañados.
           
Nuestro propósito al vestir este ascensor es alivianar la espera, entretener el ojo, proporcionar un compartir, provocar la comunicación entre los pasajeros. Esta memoria evidencia los contenidos de este viaje, si bien con destino celestial, en ocasiones más cercano a un purgatorio con posibilidades de infierno. Esto nos motivó a inscribir frases, que, si bien no son dichas siempre, son pensadas y sentidas.
           
Para hacer hincapié entre la espera y el ascenso hemos optado por dibujar la espera al carbón directo sobre la pared blanca. Así es patente la transformación del que espera en pasajero, de la inmovilidad al ascenso, del boceto al grabado en madera. Este proceso y sus posibles significados han surgido de la práctica misma, del diálogo con materiales, herramientas, superficies, técnicas y con mis compañeros de taller. En el interior del ascensor optamos por el vinilo adhesivo por ser más práctico, aunque más costoso, prometiendo mayor estabilidad y fácil conservación.

Al principio del proyecto, comenzaron a montarse los pasajeros cortados en madera e impresos sobre papeles de distintos colores y texturas además del fieltro negro y gris. Luego, en la computadora, se jugó con superficies adicionales, recortes y matices determinados por entradas y salidas, tableros de manejo, iluminación, abrir y cerrar de puertas, el afuera y el adentro.
           
Proyecté el vestir un ascensor hermano en Puerto Rico pero esta vez, como la anterior, no pudo ser. La idea surgió de los caminos paralelos de nuestros dos países, su búsqueda del paraíso, cada cual a su manera, lo que supone de encuentros y despedidas, ascensos y descensos, ilusiones y desengaños.

Tengo la peligrosa costumbre de ser un detective aficionado del arte que practico.  Como si fuera un crimen, busco y rebusco motivos aparentes u ocultos, pistas que me revelen el camino a veces sinuoso, siempre fascinante entre el comienzo y el final del sendero de una idea al tomar cuerpo presta a encontrarse con el espectador. No siempre el mayordomo es el culpable. Pero, si no es posible saber a ciencia cierta a dónde nos conduce nuestro ascenso, es necesario iluminar el viaje con nuevas preguntas, encontrar otros pisos, abrir distintas puertas antes de llegar al paraíso. 

Antonio Martorell
Taller La Playa de Ponce
2 de julio de 2019 

LA ESCRITURA COMO OBSESIÓN EN LA POESÍA DE JOSÉ ANTONIO MAZZOTTI*

* Reseña sobre libro de poesía El Zorro y la Luna, poemas reunidos. 1981-2016 (Premio José Lezama Lima, Casa de las Américas, 2019), de José Antonio Mazzotti.

Por Marta Lesmes Albis.

Buena parte de la poesía de José Antonio Mazzotti (Lima, 1961),[1][1] compilada en el volumen El Zorro y la Luna; poemas reunidos. 1981-2016, mereció, en 2018, el Premio José Lezama Lima del certamen literario de Casa de las Américas. Se encuentran aquí los títulos anteriores Poemas no recogidos en libro (1981), Fierro curvo (órbita poética) (1985), Castillo de popa (1988), El libro de las auroras boreales (1994), Señora de la noche (1998), Declinaciones latinas (1995-1999), Sakra Boccata (2006), Las flores del mall (2009) y Apu Kalypso (palabras de la bruma) (2015); todo un derroche de poesía en diálogo constante consigo misma.

La primera impresión, surgida de la lectura total del volumen, algunas de cuyas partes ya conocía, se corrobora en otros acercamientos sobre la obra poética de Mazzotti y en ideas suyas expresadas en diversas entrevistas. A la pregunta acerca de si el poeta es un ser comprometido con su sociedad, Mazzotti respondió en cierta ocasión que su obligación principal era con el lenguaje y con la poesía.[2][2] Y es cierto, la palabra, la poesía, la escritura como un todo sin fin desbordan estas páginas con vehemencia y hasta angustiosamente, y son en verdad diferentes y lo mismo -al cabo, su centro cordial- construidas en medio de abrumadores contextos sociales, pero de forma tal que si la lectura no es atenta puede crear ilusiones como si la realidad exterior al poema fuera una simple mampara encubridora, porque el credo poético de Mazzotti se afirma en la creencia de que  el poeta es un ser cultural y ético con derecho “a subrayar su libertad civil y por lo tanto participar de las causas justas por el cambio social.”

La obra de José Antonio Mazzotti se inscribe dentro de aquella generación cuyos miembros crecerían, de acuerdo con Roger Santiváñez, “durante el estado de bienestar que significó la Revolución Peruana del General Velasco, quien encabezó un proceso de reformas estructurales” que cambiarían la historia del Perú, entre 1968 y 1975. Dicho proceso: “fue la culminación de un devenir de lucha y anhelo que abrigaba el pueblo peruano desde la propuesta de José Carlos Mariátegui en 1930 y que tuvo un punto de gran efervescencia continental con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959.”[3][3] Dentro de ese grupo, Mazzotti sostiene una concepción revolucionaria de la vida que tiene en la palabra, en la literatura y muy en especial en la poesía un primerísimo lugar, pero anclado, aunque no de modo ortodoxamente  representacional, en el contexto de la realidad contemporánea, porque, como afirma, “si eres revolucionario en el lenguaje, ¿por qué no tener una visión revolucionaria de la vida?”[4][4]

Desde el triunfo en 1980 de Poemas no recogidos en libro en los Juegos Florales de la Universidad de San Marcos, ya Mazzotti, a pesar de su juventud, había descollado como un poeta de madurez. Este premio no sería un suceso fortuito, sino el principio de una trayectoria sostenida en el renuevo expresivo y la posibilidad de descubrir siempre, como ya ha reconocido la crítica, “múltiples lecturas”. Poemas no recogidos en libro se publicó un año después. En el prólogo, Washington Delgado afirmó: “El trabajo premiado sorprende por su extraordinaria madurez: la técnica en el manejo del verso libre y la arquitectura total del poema resultan impecables y, al mismo tiempo, estas virtudes estilísticas se hallan al servicio de un pensamiento y sentimiento poéticos poderosos, profundos e implacables.”[5][5]

Mazzotti es un poeta de temas y tópicos constantes. Las claves principales de su obra están en aquel primer libro: el Perú, su cultura y el exilio; el amor y el erotismo; la escritura como tópico autorreferencial, la crítica política y social. La construcción de su universo poético no representa la realidad, sino que expresa su inconformidad con la misma a través de la irreverencia y la desacralización de los convencionalismos de todo tipo, los mitos, la religión, la historia, la vida diaria…, para lo cual los dislocamientos en la sintaxis, el barroquismo y el hermetismo de las imágenes operan como un recurso extraño y al mismo tiempo iluminador.

El desafío es harto elocuente en el epígrafe (después de una lectura de R. Jakobson), [6][6] que precede ese poema colosal titulado “Yegua es la hembra del caballo.”  La poesía, considera Mazzotti, “tiene como finalidad principal transformar el lenguaje. Trata de acercar nuestro lenguaje, limitado, comunicativo, contextual, referencial, a esa otra posibilidad que es la construcción de una realidad diferente, la poesía como visión del mundo.”[7][7] El epígrafe, después de una lectura de R. Jakobson, en su cargada ironía en relación con el poema, desmiente la linealidad del esquema de Jakobson y demuestra, una vez más en la historia de la poesía, que en tanto la realidad ofrece el contexto básico para la creación, ésta posee su lógica propia porque es otra realidad construida.

Los motivos y referentes literarios encontrados en los poemas de Mazzotti son casi imposibles de enumerar, tantos y tan diversos… para dar fe de una propuesta original fundada en el conocimiento profundo de la poesía desde el barroco virreinal, hasta el neobarroco, hecho que le permite al creador retomar y recrearlo todo en su verso y, al mismo tiempo, renegar de todos los modos precedentes.

Me gustaría evadir el absoluto de visitar algunos de los mejores momentos de esa obsesión por la escritura, a mi modo de ver el tópico vertebrador de su poesía. En todo caso no sería sino solo el repaso de los más gratos de mi lectura, más comprometida ahora con la intención de otorgar a mis argumentos ciertos ejemplos más o menos objetables, que de explicarla. El propio poeta me libera, de manera explícita, de ese arriesgado compromiso en la Advertencia a la primera edición de El Zorro y la Luna cuando afirma: “Las alusiones que en algunos de estos poemas alguien desee identificar de acuerdo con su propia imaginería, «¿tómelas cada uno como quisiere y déles la alegoría que más le cuadre», según sugiere el Inca Garcilaso.”[8][8]

En “A un joven poeta activista”, de Poemas no recogidos en libro, se aprecia desde el comienzo la tensión entre realidad y escritura. El sujeto lírico, que expresa aquí su relación activa con el contexto real (“No me hables /de la Realidad, a mí/ hundido en cien batallas”), exige también a su mudo interlocutor similar compromiso con la poesía cuando le demanda: “métete la realidad en el poema”. “Valle del santa /invocación de Calíope y del olvido”, de Castillo de popa, es un remedo de la épica homérica, en irónica asociación con la cruda realidad de los pobres y marginados del continente -o ¿del mundo? En Las flores del mall podemos advertir un repaso crítico de la historia desde la más remota antigüedad, pasando por la de nuestro continente de sur a norte, hasta nuestros días, sin forma de poder encontrar la palabra categórica o la cita rotunda para un ejemplo.

En estos versos, la alusión al acto de creación es algunas veces directa, en otras se presenta en imágenes cuales bramidos acosadores desde el fondo frío y blanco de la página. La obsesión por la escritura ostenta una marcada insistencia y casi siempre en concordancia con las demás preocupaciones y los modos irreverentes que asedian continuamente al sujeto lírico. En poemas como “Los amores imposibles, los poemas” expresa:

y son lo mismo al fin y al cabo el poema y la puerta que se cierra
sin hacer ruido y son lo mismo esa puerta que se cierra y un amor
                        imposible que hace ruido estrepitosamente
y tienes que escribir el poema
                                   escribir el poema
                                     escribir el poema
                                                           a como dé lugar.

Algunos otros títulos de Poemas no recogidos en libro (“Contra el arte poética”, “Oración” y “Palabras”, por ejemplo) son elocuentes por lo explícito de la idea de la escritura como una obsesión que permanecerá, pero menos evidentemente, a lo largo de su trayectoria creativa, cuando la alusión adquiere nuevos y más intrincados matices. EnEn press de banca”, de Señora de la noche, no nos extraña que el cuerpo y la palabra se aniden en una misma imagen: “de treinta para abajo/ una musculatura/ insuficiente, de treinta/ para arriba el esfuerzo/ parece una palabra suspendida/ en la punta del verso más hermoso”. Se repite en “Muslos”: “Quién quiere escribir todo pareciendo/ que quiere abarcar todo y sin embargo/ no abarca sino el borde de la hoja”. Y en Declinaciones latinas el poema homónimo retoma entonces el acto de escribir en la era de las nuevas tecnologías, aunque para el poeta la novedad tecnológica no signifique una diferencia sustancial dentro de los desafíos que debe enfrentar el escritor:

Es muy fácil adquirir conocimiento
asumiendo la densidad de la nada, que es lo que a todo el mundo
                        aloca
como la raya intermitente de la computadora, a partir de la cual
todo se puede escribir, siempre que sea alfabeto latino, y allí
                        viene
tu problema: que no hay alfabeto latino
que valga de nada, si no hay ruta
que seguir /…/

O como se expresa en el Poema 10, de Las flores del mall:

Escribir sobre la tierra fragorosa, sobre el pasto, escribir
Como un enfermo de sarna /…/
/…/ escribir
De ti, escribir de mí, escribir
De nada, pero

Escribir
Escribir
Escribir

Desde su primer libro y siempre en la búsqueda del renuevo dentro de una definida concepción de la poesía como espacio en el que las palabras y las imágenes están descolocadas frente a un espejo empañado, la poesía de José Antonio Mazzotti repasa los principales modos históricamente conocidos de la creación poética y en sus libros las imágenes van de la metáfora sensorial, a la narrativa, de la poesía pura al conversacionalismo, hasta llegar a esa cualidad de la intelección difícil y el hermetismo barroco ahogado en la imposibilidad de la expresión diáfana, “donde se retuerce la sintaxis y la referencialidad de los poemas, negando el carácter supuestamente comunicativo del poema.” Apu Kalypso, palabras de la bruma, aunque ya no se lee con la vehemencia de los anteriores, retoma sus constantes en un verso más sereno o pausado, pero da fe desde el título de esa cualidad de su poesía de desafiar a la palabra misma, para no caer rendido en el empeño, sino siempre victorioso, con la poesía como obsesión en ristre. 






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[1][1] José Antonio Mazzotti (Lima, 1961) reconocido poeta de la llamada "generación del 80", en Perú, (con Eduardo Chirinos, Raúl Mendizábal, Roger Santiváñez, Bethoven Medina y otros) es también un relevante académico que dirige, desde 2010, la prestigiosa Revista de Crítica Literaria Latinoamericana. En 1988, viajó a los Estados Unidos para una Maestría en literatura latinoamericana en la Universidad de Pittsburgh, luego continuó estudios de doctorado en la Universidad de Princeton y realizó investigaciones sobre poesía latinoamericana contemporánea. Ha sido profesor en las universidades de Temple, Amherst, MIT, Sevilla y Harvard. Actualmente es catedrático de literatura latinoamericana en el Departamento de Estudios Románicos en la Universidad de Tufts, en Boston. Investigador constante de la obra del Inca Garcilaso, cuenta con varios importantes libros sobre este y otros temas. Víctor Vimos, “José Antonio Mazzotti: un valor supremo de absoluta plenitud.” 7 de diciembre de 2015. https://www.cartonpiedra.com.ec/noticias/carton-piedra/1/jose-antonio-mazzotti-un-valor-supremo-de-absoluta-plenitud.
[2][2] Ibidem.   
[3][3] Ibidem
[4][4] Bethoven Medina Sánchez. “Los flujos poéticos y críticos de Jose Antonio Mazzotti” http://www.librosperuanos.com/autores/articulo/00000000728/Los-flujos-poeticos-y-criticos-de-Jose-Antonio-Mazzotti.Febrero 2011.
[5][5] Washington Delgado, En “Prólogo” a  Poemas no recogidos en libro. https://sites.fas.harvard.edu/~icop/poemas_no_recogidos_en_lib.html.
[6][6] No sería ocioso recordar que a Roman O. Jakobson (Rusia, 1896- U.S:A. 1982), reconocido lingüista, investigador literario y semiótico, se le debe el clásico diseño de la comunicación verbal, hoy día ya superado, en el que se explica de manera lineal los factores y funciones que intervienen en una situación comunicativa ideal.
[7][7] Bethoven Medina Sánchez “Los flujos poéticos y críticos de Jose Antonio Mazzotti” http://www.librosperuanos.com/autores/articulo/00000000728/Los-flujos-poeticos-y-criticos-de-Jose-Antonio-Mazzotti.
[8][8] José Antonio Mazzotti. “Advertencia a la primera edición”. En El Zorro y la Luna, poemas reunidos 1981-2016. La Habana, Casa de las Américas, 2018.