martes, 19 de agosto de 2008

Amor despues de la muerte, del asesinato político Adys Cupull cubana escribe con su esposo Froilán González biógrafo del Che en Cuba revolucionaria
















MELLA Y SOZZI SIGUEN AMANDO

Adys Cupull y Froilán González


En la estación ferroviaria de Santa María Novella, la más importante de la ciudad de Florencia, nos esperaba el arquitecto Sergio Sozzi. Estaba alegre y percibimos la franqueza de quien practica la verdad. Es ágil y muestra en su andar, la destreza que hace olvidar que han transcurrido más de ocho décadas de vida.
El primer contacto fue epístolar cuando investigábamos para el libro Julio Antonio Mella y Tina Modotti contra el fascismo. Los encuentros se fueron sucediendo en Perugia, Cesena, Florencia y la Habana, lo que nos permitió profundizar en el conocimiento de la vida de su padre Gastone Sozzi, asesinado bajo torturas por el fascismo italiano.
En el año 2005, Sergio visitó La Habana, portador de una importante exposición de fotos de su padre, expuesta en el Museo de la Revolución y asistió a la Feria Internacional del Libro que se celebró en la Fortaleza de la Cabaña en la capital cubana. El último encuentro fue en la ciudad de Bologna en el 2007.
Fue Julio Antonio Mella, quien nos señaló el horrendo crimen contra Gastone Sozzi, al protestar en la ciudad de México por el asesinato ocurrido el 6 de febrero de 1928 en la cárcel de Perugia y que el gobierno de Mussolini pretendió presentar como un suicidio.
Este nuevo encuentro fue muy especial, porque la publicación de nuestro libro CON LA MIRADA AL SUR, en la Montana de Aniene, provincia de Roma, nos permitió llegar a Florencia y encontrarnos con él para entregarle una copìa del documental que sobre Mella y el padre de Sergio habíamos concebido, titulado Canción a Gastone Sozzi, con guión de Liván González, dirección del documentalista Otto Miguel Guzmán y la realización de Leandro González, apoyado con imágenes de archivo y otras filmaciones entregadas por amigos de Cuba en Francia, Italia y México. La música fue especialmente compuesta por los jóvenes mexicanos René y Canek Ortiz Aldama.

Gastone Sozzi nació el 8 de marzo de 1903 en el barrio Borghetto de la ciudad italiana de Cesena, región de Forlí. Creció en el seno de una familia obrera de tradiciones socialistas. Su padre Amedeo, trabajaba como operador del horno municipal y la madre, Ida Ceccaroni, era hija de un trabajador agrícola.


Los relatos familiares sobre las primeras luchas obreras, los horrores de la Primera Guerra Mundial y las noticias de la Revolución Rusa, orientaron rápidamente a Gastone Sozzi hacia el Socialismo, enseguida comenzó a colaborar en los periódicos socialistas locales “Lucha de Clases”, “Espartaco” “Germinal” y "El Comunista" y entró a formar parte del Comité Ejecutivo Juvenil de la Federación de Forlí.

Con sólo dieciseis años de edad, en una libreta de notas, escribió: “¿Por qué soy socialista?” Porque amo. Amo todo aquello que de lo bueno y bello hay en la vida. Amo la justicia. Amo a quien se procura el pan con el trabajo. Amo la humanidad sufrida que por sus condiciones económico - sociales embrutece entre las chozas sucias y húmedas de los suburbios de cada ciudad. Amo la paz que trae la civilización, mejora las condiciones de vida y eleva el espíritu. Amo a los proletarios que son mis hermanos porque sufren bajo la hegemonía de las clases prepotentes y holgazanas. Amo la verdad.”

El compromiso político constituyó una decisión de lucha de Gastone Sozzi, un joven sensible que amaba la música, las lecturas filosóficas y científicas. Escribió poesías, cuentos y bocetos. Todo esto mantenido junto a su actividad 1926-1927, más la influencia política de los años 1920-1922 que produjo una vuelco decisivo en su vida.

Esa aficción por la música y la literatura, la continuó su hijo. En su casa del barrio Il Poggetto, observamos un piano. Sergio recibió clases hasta terminar el séptimo año, que interrumpió cuando llegó a Florencia para estudiar arquitectura en la Universidad. Durante años interpretó piezas

musicales de Beethoven, Brahms, Schubert, Mozart, Chopin. Explicó que desde hace meses sus dedos no le contestan de modo satisfactorio, sin embargo, la música estaba en el silencio acogedor de su casa, en los relatos suaves y lentos del hablar, en las cartas y documentos de su padre, en la ausencia física de su esposa, en las preocupaciones y cariños de sus dos hijas y los afectos de los nietos y en los recuerdos que nos rodeaban.

En la sala predomina el azul en las pinturas que reflejan la vida, el hombre y la naturaleza. Al preguntarle por uno específico, respondió que su autor se llama Ortuño, un joven español que conoció por los años 50 cuando el artista vivía en Florencia, era hijo de un antifascista español que debió salir de su país durante la dictadura de Francisco Franco. El cuadro es de 1967 y el autor lo regaló a Sergio y a su esposa.

Es muy difícil no recordar a Gastone cuando se está junto a su hijo. Buscábamos en los ojos y gestos, el parecido que nos hacía retroceder al pasado. A inicios de 1920, Gastone Sozzi asumió la dirección del círculo juvenil comunista y en junio del propio año propuso la creación de un grupo de acción que precisaba mantenerse unidos a los más voluntariosos y preparados militarmente para acelerar el proceso de disolución del orden burgués, instaurar y consolidar el comunismo y combatir desde dentro del partido a los oportunistas, a fin de guiar la sesión hacia la verdadera línea de la Revolución.

Pertenecía a los jóvenes que venían madurando para dar vida al Partido comunista. Ellos constituyeron uno de los componentes más importantes y representaron, como escribió Palmiro Togliatti: "un vivero exterminado de futuros revolucionarios profesionales de cuadros dirigentes."

Durante ese año de 1920 Gastone Sozzi terminó sus estudios de contador, pero las condiciones económicas de la familia habían impedido continuarlos y troncharon sus aspiraciones de especializarse en literatura y filosofía, materias por las que se sentía muy atraído. Este obstáculo no le impidió cultivar el estudio de los clásicos latinos y griegos en la biblioteca de Cesena, mientras en su casa se construyó con grandes sacrificios una propia, donde, junto a los textos políticos, había recolectado obras literarias, científicas y filosóficas.

En enero de 1921 Gastone Sozzi participó en el Congreso de Florencia de la Federación de Jóvenes Socialistas, que decidió la adhesión al Partido Comunista, nacido la semana anterior al Congreso de Livorno. En 1921 y 1922, son años de avance fascista y en agosto de 1922, Gastone Sozzi permaneció en Romagna y la policia fascista lo acusó de haber participado en un encuentro armado en el que resultó muerto un fascista, lo que lo obligó a estar en un período de semiclandestinidad.

De agosto a diciembre de 1922, vivió en Torino donde trabajaba en el periódico del Partido Comunista La Orden Nueva, fundado por Antonio Gramsci. Viajó a la capital soviética en enero de 1923 por interés de Gramsci, que estaba en Moscú y tal como escribió Camilla Ravera, lo apreciaba y respetaba mucho.

En septiembre Gastone se trasladó a Petrogrado e ingresó en la Escuela Internacional, de la cual fue responsable político del grupo de los estudiantes italianos. Al año siguiente, ingresó junto a sus compañeros al Instituto “Tolmacov”. Participó en los trabajos del V Congreso de la Internacional Comunista y estuvo presente en sus sesiones.


En julio de 1925 regresó a Italia para cumplir, a partir de agosto, con el servicio militar obligatorio. Terminado este, entró a formar parte del aparato clandestino del Partido Comunista, con la tarea de dirigir, junto a Cesare Ravera, la oficina militar con el propósito de intensificar la propaganda comunista entre las fuerzas armadas, especialmente entre los jóvenes reclutas. Se ocupó de la redacción de los periódico clandestinos "El Cuartel", "El Recluta" y el "Il franciullo proletario", dedicado a los niños.


En octubre de 1926 se casó con Norma Balelli, con la cual vivió indistintamente en Génova, Milán y Turín, hasta fines de agosto de 1927 cuando Norma debió retornar a Forlí a la casa materna para dar a luz.

En septiembre de 1927 Gastone viajó a Basilea, a una escuela del Partido para discutir los problemas militares. Junto a Palmiro Togliatti debatieron las cuestiones de trabajo a desarrollar en las filas de las organizaciones comunistas en la cambiante situación política nacional. El 2 de octubre de 1927 nació su hijo en Forlí, mientras Gastone, continuaba en el clandestinaje.


Nuestra estancia en Florencia se convirtió en una continuidad del estudio y de la investigación histórica, el arquitecto Sergio Sozzi nos mostró una carta de Gastone a su padre, donde explica que fue detenido el 1 de noviembre en Milán. De los documentos de la cárcel se conoce que el 8 de ese mes fue transferido a la prisión de Perugia, donde fue interrogado hasta el 10 de enero de 1928, hasta que el 4 de febrero una compañera lo reconoció.

La muerte se produjo el 6 de febrero y le comunicaron a su mujer que fue un suicidio, pero no fue publicado en la prensa. El padre y la esposa de Gastone, solicitaron ver el cuerpo y que se le hiciera una autopsia, pero fue negado por las autoridades.

Solo el 22 de febrero el periódico L Humanité dio la noticia y publicó que fue torturado. En el mes de marzo se produjeron las manifestaciones de protestas en París y el gobierno Italiano admitió las torturas, pero insistió en la versión del suicidio.

El 11 de marzo de 1928 El Humanité reveló que en reporte confidencial a Mussolini sobre el caso Sozzi, después del escándalo de la campaña internacional, el abogado militar del Tribunal Especial, el Comandante Ciardi, admitió que la muerte de Sozzi sucedió por un error a causa de un edema con sobredosis de yodo que le se debió realizar.

Con el arquitecto Sozzi hablamos de los italianos, franceses, mexicanos y cubanos que colaboraron en la investigación histórica que dio origen al libro y al documental.

Los florentinos viven orgullosos de los valores arquitectónicos, culturales, históricos y espirituales, de la ciudad, cuna del Renacimiento, generadora de sueños románticos, exponente de esculturas, palacios, iglesias, museos y galerías. Ciudad que, como una bella muchacha, salta de una a otra orilla del río Arno a través de sus puentes. Sergio nos remontó a sus orígenes, que comenzó en un asentamiento para soldados veteranos al parecer establecido por Julio César en el 159 antes de nuestra era.

Florencia es la capital de la Toscana, gran centro turístico, que comparte con Venecia y Roma y durante la Segunda Guerra Mundial, sufrió la ocupación alemana por un año (1943-1944). Quedó como testigo el Puente Viejo, el más antiguo de la ciudad, de origen medieval y el único que sobrevivió a la destrucción de los alemanes.


Nuestro amigo en su automóvil nos condujo por la Fortezza da Basso, por las largas calles de cuando Florencia fue por pocos años capital del Reino de Italia, la Piazzale de Miguel Ángel y la iglesia de San Miniato, dedicada al primer mártir de la ciudad, decapitado alrededor del año 250, por el emperador Decio, durante las terribles persecuciones anticristianas.

Cuenta la leyenda que después de la ejecución, recogió su cabeza y caminó a través del río Arno hasta su ermita en la colina Mons Fiorentinus, donde actualmente está la Basilica di San Miniato al Monte. Ante nosotros fluían los nombres de Giovanni Boccaccio, los Medecis, el Duque de Lorena, Dante Alighiere, el florecimiento de la cultura que le dio nombre a la ciudad, las obras de Miguel Angel, Leonardo da Vinci, Luca Signorelli, Sandro Botticelli, Donato Donatello y entre recuerdos y visitas a lugares arquitectónicos, llegamos hasta la Puerta Romana.

En la intimidad de su hogar, entre recuerdos y anécdotas, José Martí estuvo presente, quisimos dejarle un pequeño libro con su relato sobre la Exposición de París. Con gran sorpresa, Sergio apareció feliz con un viejo y grueso libro, de los raros y clásicos. Y dijo: " Aquí está la Exposición de París", Este fue publicado en 1889. Al interesarnos por el valioso material, explicó que es una colección encuadernada en los años 70 publicadas por la casa Editorial Edoardo Sonzogno, en Milán, en ocasión de ese acontecimiento. El titulo es "LA EXPOSICIÓN DE PARÍS DEL 1889. ILUSTRADA".
Sobre el origen del libro explicó que siempre lo vio en su casa, viene desde la época de la familia del padre, en que vivía en la ciudad de Cesena, no sabía quien hizo la colección, pero fue alguien de la generación del padre de su papá, que en 1889 tenía solo 7 años de edad.

Fue un privilegio recorrer junto a Sergio, la ciudad célebre por su escuela de arquitectura, pintura y esculturas, especialmente la innovadora del siglo XIV al XVI desde Giotto a Miguel Ángel. Nos condujo hasta Santa Maria Novella y el Battistero, con su puerta de bronce dorado.
Nos mostró la Catedral consagrada a Santa María del Fiore en pleno casco antiguo que data del siglo XIV, es famosa por su gran cúpula, de 45 metros de diámetro y 100 de altura, diseñada por Filippo Brunelleschi, uno de los más grandes arquitectos renacentistas. En el interior los frescos de Giorgio Vasari y Federico Zuccari, que representan el juicio final. El edificio, de unas dimensiones gigantescas, es de cruz latina, con una nave principal y dos laterales. El suelo está recubierto de mármol de colores.
El recorrido incluyó el Campanile di Giotto, la Plaza de la Señoría, la mayor de Florencia, donde se encuentra la Fuente Manierista de Neptuno y de Ammannati, la Loggia dei Lanzi y el Palacio Viejo sede del Ayuntamiento. En la plaza se encuentran tres estatuas: Cosimo a caballo, Hércules y Caco y una copia del David de Miguel Ángel que aparece como guardían del Ayuntamiento junto a Hércules. El Palacio Viejo es famoso por su alta torre que posee varios salones, como el de 500 de Dugento, los lirios, y una serie de esculturas en la que se encuentra el genio de la Victoria, de Miguel Ángel.

Visitamos la Galería Uffizi, considerado el primer museo de Italia y del mundo en lo referente a la pintura renacentista y donde se conservan obras desde el Gótico hasta el siglo XVIII, así como de Sandro Botticelli, como la Primavera o el Nacimiento de Venus y La Sagrada Familia, de 1507 de Miguel Ángel. Llegamos al Palacio Pitti y a la iglesia de .Santo Spirito, proyectada en el 1434 por Filippo Brunelleschi, en su última etapa estilística.
A nuestros pies uno de los puentes sobre el Arno, que atraviesa la ciudad, para continuar con sus aguas hasta Pisa y desembocar en el Mediterráneo. En 1406 Florencia conquistó esa ciudad y se convirtió en una potencia maritima, en 1569 en capital del Gran ducado de Toscana y de 1865 a 1870, capital del Reino de Italia. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1982.
El tiempo apremiaba, nos esperaban en Chiavari donde debíamos impartir una conferencia, Florencia no se puede ver completamente en dos días, Sozzi nos llevó hasta la estación ferroviaria, nos despedimos con el abrazo y los deseos de buena salud. Las palabras fueron sentidas: "Saludos para el pueblo de Cuba, Fidel y Raúl."