sábado, 14 de marzo de 2020

Francesa sensible cariñosa y humana hasta la saciedad Fany Clement museo Che Guevara de Caballito Buenos Aires


Escrito de puño y letra en francés por una joven de esa nacionalidad que llegó hasta Rojas 129 para ver el Museo Ernesto Che Guevara de Argentina. Ella quiso expresarse así:

Buenos Aires,  ¿noviembre? 2006.  (tradujo hija de Betty).
Hola:  yo escribo en francés, porque mi español es ridículo, por el momento.  No sé desde cuanto tiempo estoy observando, escuchando, discutiendo, pero será un tiempo muy largo.
Busqué el Museo Ernesto Che Guevara inútilmente, él está cerrado. Una vez más, esto es injusto para todos, los gobernantes buscan hacer disposiciones, todo eso que toca a la solidaridad, al socialismo…. Por todos los medios, hasta aquellos más monstruosos que pudieran existir, quitando vidas, tantas bellas cosas de la memoria de la gente.  Pero no podrán jamás sacar del corazón de los hombres el amor que tienen por la humanidad y por la tierra (para resumir, por la vida). Entonces yo no encontré el Museo, pero en su lugar encontré un lugar increíble, lleno de un nombre, de una variedad de enseñanzas inimaginables y sobre todo sostenido por dos personas simplemente geniales.  Estaba tentada de entrar al nº 129 de la calle Rojas y al salir ………. sentir salvada con la sonrisa en los labios.  Yo he encontrado allí un gran y bello pedazo de esto que me hace vivir.  Gracias al amor que compartimos por un mismo hombre, más los mismos sentimientos, las mismas ideas que él hizo bien en transmitir a toda la gente del mundo y disponer para todos donde el fue.  Y lo mismo para todos donde él ha puesto su mirada y abierto su corazón.  ¡Todo ya, gracias al Che!  En este entorno Ernesto Guevara vive.  ¡Por todas sus fotos, lo mismo en su escultura! Y sobre todo en la memoria y en el corazón de Toto, de sus cartas y de todas las personas que llegan allí con una pequeña estrella en el alma.  El habla asimismo del Che, sobre las bandas registradas y yo creo también por la boca de todos aquellos que lo llevan sinceramente en su corazón. El no está más acá, esta para siempre en nosotros” me ha dicho Toto y yo creo que es verdad (está en un poster en un plafond, en lo alto que ha pedido como que ha llegado, entonces no se guarda ni un solo recuerdo que el Che esta para todos donde los hombres se luchan y creen en las ideas por las cuales él ha dado su vida.  El ha dicho también “Era justo un hombre, integralmente bello, por cada uno de sus actos y hasta en su alma.  Fidel ha dicho que abaten los enemigos (que ellos saben) a los hombres (lo mismo aquellos de un valor inestimable para todos los pueblos) las ideas quedan para siempre.  La prueba es que este entorno en que estoy , existe.  Pueden arrasar, apresar, cerrar el museo, repartir pertenencias, por todo el mundo……….  ellos continuarán siendo la      y el horror de la humanidad, ahora aquellos que persiguen serán por siempre su ……… y la espera que un mundo mejor verá el día, construído por …………… un país de hombres nuevos indispensables que serán la guía de todos los otros con humanidad.  Siempre aquellos que no vivien por y para la plata, bajo la desdicha, el dolor y la muerte de otros.  Las murallas de “verdadero sentido” de todo horizonte, mano a mano y unidos por las mismas ideas, guiados por el amor, por ver y cantar la justicia y todas las otras cosas bellas y puras.  Ernesto Guevara continuará viviendo por sus ideas y las luchas por aplicarlas, pensando en el con nuestros corazones.  El amor no tiene fronteras.  Muchas gracias a Toto y a toda la gente que pude encontrar gracias a él, y gracias al Che, una vez más!  Muchas gracias, vosotros haceis la ………… de los argentinos.  Perdón por no haber escrito en español pero fueron apenas dos días los que estuve en la Argentina y que además el francés es mi lengua materna, prefiero utilizarlo en lugar del inglés    al que puede comprender, pero que todo el mundo sepa lo que yo pienso.            A los otros y enormemente a Ernesto Guevara, el lenguaje del corazón es universal.  Se reserva a alguna tierra y a algún hombre en particular, se reparte, se da y se vive para siempre y para todos.  Sonrío pensando que el Che, donde él esté pueda comprender esto que yo escribo, porque el hablaba de y que debería estar contento pues ha continuado con la enseñanza, a los que necesitan, como en Bolivia.  Entonces gracias Toto, Irene y a toda la gente que pasó por allí. El museo reabrirá un día y estoy segura, lo veo y lo necesito.  Esto no me impedirá volver, nunca olvidaré este lugar y las personas que conocí. 

¡Viva Ernesto Guevara “Che” siempre!
Hasta la victoria de la humanidad y del socialismo para siempre!
¡Viva Cuba!
¡Viva Fidel y la Revolución!
¡viva los argentinos!
¡viva Toto, Irene y todos los otros!
¡viva todos los pueblos de nuestro mundo que luchan para la justicia y la verdad!   ¡Viva la América Latina unida!

Una vez más, Larga vida al Che en nuestros corazones, sus ideas en nuestra alma y su lucha.
Viva la Revolución Cubana.  Buen restablecimiento a Fidel y gracias por todas las inmensas clases que él ha dictado.
Larga vida al socialismo, el ejemplo de Cuba la Revolucionaria y a la gente de Am´ñerica Latina, coraje y gracias a todos los hombres que continúan en su lucha por la dignidad humana y el pueblo de nuestra bella tierra. Fany Clement  en los caminos de América.
Ps.  ….. para hacer para escribir estas palabras que los eternos discursos del EXTRAORDINARIO COMANDANTE GUEVARA.  Gracias toto.

18 años no es nada y Cuba sigue bloqueada el mundo es cómplice devuelvanle Guantanamo levanten el bloqueo ya museo Che Guevara Buenos Aires Eladio González toto


Tribuna Abierta de la Revolución contra la nueva felonía del gobierno norteamericano, el 18 de noviembre del 2002, “Año de los Héroes Prisioneros del Imperio”.

(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)

Solanch Sanz Suárez, pionera de 4to grado, Escuela “Paquito González Cueto”, Palma Soriano, Stgo. de Cuba

 

Querido Fidel;

Pueblo de Cuba:
Con cuánto dolor conocimos que una vez más inspirados por la injusta Ley de Ajuste Cubano, la cual en estos días ha sido nuevamente defendida por el Presidente de Estados Unidos, un pequeño grupo de ciudadanos, los que se llevaron una niña de solo cuatro años de edad, se lanzaron a una peligrosa aventura al secuestrar una avioneta de la agricultura cubana. Esta ley que ha causado la muerte a muchos cubanos; ley que permite el secuestro de aviones y barcos; ley terrorista y asesina que ha llenado de tristeza algunas de nuestras escuelas, porque uno de sus pioneros ya nunca más estará entre nosotros;  una ley que ha privado del cariño de sus seres queridos a muchas familias cubanas.
La Ley de Ajuste Cubano ha permitido que muchos niños que vivían felices aquí, que jugaban en sus barrios junto a sus amiguitos, que asistían a escuelas, en las cuales tenían derecho a una educación integral, que en su desarrollo cuenta hoy con los más novedosos programas educativos, con no más de 20 alumnos por aulas, de los que no disfrutan ningún otro niño en el mundo como es la computación, la reconstrucción de escuelas, donde cada día eran más respetados y queridos, donde tenían derecho a pertenecer a la Organización de pioneros “José Martí”, que nos prepara para ser cada día más cubanos, más martianos, que nos enseña a amar y conocer nuestra naturaleza, estos han sido arrastrados por sus padres a notables peligros y no pocos han perdido la vida en medio de las olas del mar.
¿Puede haber mayor terrorismo que motivar a un acto como ése? Claro que no.  Usted, señor presidente, y su gobierno que se dicen abanderados de la lucha contra el terrorismo lo saben muy bien y, sin embargo, siguen alentando leyes como éstas. Pero me asombra más, cuando usted no permite la entrada de emigrantes haitianos que arriban a las costas de su país, pues dice que así evita que otros mueran en el mar buscando el amparo estadounidense. Y, entonces, yo me pregunto ¿Acaso no es  el mismo mar en el que mueren los cubanos? ; ¿Por qué entonces incita a los cubanos a que lo hagan?  o  ¿Es que usted solo quiere que los niños cubanos mueran? ¿es que los votos de los cubanos en Miami le hacen más falta que el de los haitianos?  ¿Qué es lo que los hace diferentes en su política?
·                   ¿Será que en Cuba hay una Revolución digna y victoriosa.?
·                   ¿Será que aquí se respetan los derechos humanos y muy especialmente los de los niños?
·                   ¿Será que en Cuba se preparan personas inteligentes, capaces de pensar y valorar lo injusto de su política?
·                   ¿Será que en Cuba ni los más pequeños le tenemos miedo a su imperio?
·                   ¿Será que Cuba es una esperanza para todos los países pobres del mundo?
Respóndase usted mismo, señor presidente.
Si usted quiere permitir la entrada de cubanos a su país, ¿ por qué, entonces, ocurren casos como el de una de las personas que voló en la avioneta, a la cual se le había negado la visa en dos ocasiones y ahora que viaja ilegal usted si la recibe en su país?
Sepa señor presidente del gobierno de los Estados Unidos que los pioneros cubanos no queremos leyes como ésta que mata a nuestros compañeritos. Nosotros queremos que se respeten los tratados migratorios para que no mueran más cubanos. Nosotros exigimos que se respeten los acuerdos de Naciones Unidas, donde hace apenas unas horas 173 países  votaron a favor de que el bloqueo contra nuestro país cese.
Los pioneros, como parte de este pueblo patriótico exigimos, también, que cese ya, de una vez y por todas, la irracional política hacia los cubanos que los pone en peligro de perder sus vidas impulsados por los mezquinos intereses de personas que en el “norte revuelto y brutal que nos desprecia”, sueñan con doblegarnos o ver rendidas nuestras esperanzas.
Cubanas y cubanos:
Por  la libertad que hoy defendemos y  por el amor a la vida que construimos:
Pioneros por el Comunismo ¡Seremos como el Che!

María Isabel Torres Alonso, Directora Escuela de Artes Plásticas de San Antonio de los Baños

¡En combate estamos, Cubanos!
¡La Patria nos contempla orgullosa!
En combate por la gloria vivida; esta de asirnos a la vida, con nuestras propias manos. En combate por el legado de los que forjaron y forjan la Nación Cubana; su independencia, su libertad: ¡Su estatura!
Cubanas y Cubanos:
Cuando nuestros son los sueños que se empinan en algazara, inundando cada pedacito de silencio en las mañanas de escuelas, pañoletas e himno, para crecer aprendiendo.
Cuando imbuidos, todos vamos, en pos de este futuro sostenible.
Cuando mi pueblo estoico, se adueña de sus nuevas metas, por una mejor calidad de vida, con la austeridad que nos identifica y afianza.
Cuando la solidaridad, la confianza y el compromiso de vencer, es consigna indeleble en Pinar y la Isla toda después y siempre antes de los huracanes.
Cuando Cuba marcha erguida, optimista, inspiradora entre los mustios rostros que muestran los pueblos y te revienta entonces, la miseria de estos, la explotación, la desculturalización, la no identidad.
Cuando 173 votos condenan, por undécima vez, al imperio empecinado en su bloquearnos.
Cuando crecidos vamos, se revuelve el imperio en su macabra puesta de obrarnos terroristas.
Entonces ayer, nuestros laboratorios de salud y para la salud, producen armas biológicas y armas químicas ofensivas.
Hoy nuestros diplomáticos son espías.
Hoy Cuba, pone en peligro la cruzada antiterrorismo diseñada e indicada por el “Señor Emperador”, y tropas norteamericanas arrasan con Afganistán y amamantan a Sharon en la orgía sangrienta que extermina al pueblo palestino.
Ayer, hoy y durante 43 años, la misma obcecada política del imperio contra nuestro país. El doble rasero de un gobierno que adeuda su presidencia a la ultraderecha y la mafia cubanoamericana.
La Ley de Ajuste Cubano y los cantos de sirenas, promovidos con irracional propaganda, han incitado durante 4 décadas, a miles de cubanos, al precio de sus vidas a la emigración ilegal.
La Ley de Ajuste Cubano refleja la doble moral de la política antiterrorista ordenada desde Washington; se recibe con los brazos abiertos a personas inescrupulosas, que violentan la legalidad cubana con actos de piratería aérea.
La Ley de Ajuste Cubano incita a la violencia y la muerte; trata de subvertir el orden como política de terrorismo de Estado, aplicada por Norteamérica contra mi país.
Favorece a la Mafia Cubano-Americana, cuyas millonarias sumas y escaños congresionales deben al tema Cuba.
¡Acuso al gobierno de Estados Unidos de promover la muerte de compatriotas y la separación de familias cubanas!
¡Acuso al gobierno de Estados Unidos de incitar y promover actos de piratería aérea!
¡Exijo en nombre del pueblo cubano el cese de la política hostil de Washington hacia nuestro país!
Al Imperio y sus lamebotas; aquí está el pueblo cubano demandando el cese de la Ley Asesina de Ajuste Cubano.
Clamando a viva voz, por la carga al machete para matar bribones.
Exigiendo al corneta mambí que a las ordenes del Generalísimo toque a degüello, y el pecho  de Maceo se abre para las nuevas balas por la Patria.
Exigimos a viva voz, la carga al machete para matar bribones, y Martí vuelve a Tampa desde Dos Ríos, y de Tampa a Uruguay, Paraguay, Colombia, Venezuela y abrazando a Bolívar, con su verbo encendido clama por nuestra, la América toda de los americanos.
A la carga contra los que cabildean para neoliberarnos, globalizarnos, librecomercializarnos, en nombre de  nuestros, no consultados, pueblos.
Los de leyes de ajuste, los del bloqueo, los que lo recrudecen, los miopes y anquilosados.
A la carga contra los que reprimen la verdad y pretenden, entre barras, perpetuar su luz que ilumina y mata.
A la carga cubanos que a Cuba no se le puede tocar ni un tantico así.
Porque al Imperialismo ni un tantico así.
¡Vamos bien Camilo!
¡Hasta la victoria siempre!
¡Patria o Muerte Cubanos!
¡Venceremos!


Dr. Alberto Naranjo Bohera, Director del Hogar Materno de la       Habana Vieja

Comandante en Jefe;
Querido pueblo de Cuba;
Compatriotas:

La historia de nuestra patria, pletórica de páginas heroicas escritas por nuestro pueblo en estos 44 años de enfrentamiento valeroso al más poderoso imperio, que nos odia y desprecia, es un monumento a la verdad, y a la dignidad que siempre han caracterizado al pueblo y gobierno cubano ante tanta mentira, patraña, inmoralidad y desvergüenza de la mafia miamense y sus padrinos en Washington.
El gobierno norteamericano que tanto ha engañado al mundo, nunca a nosotros, con su doble moral y desprecio por los pueblos, hoy con un discurso hipócrita libra una lucha contra el terrorismo que dañe o se interponga en sus intereses petrolíferos. No contra el terror que los asesinos como Orlando Bosch, Posada Carriles, Basulto, Otto Reich y otros de su misma calaña han practicado contra nuestro noble pueblo desde el primer día del enero victorioso e iluminado de 1959.
Cuba, nuestra preciosa y querida isla, que ha resistido gracias a su pueblo y a la genialidad de quién ha dedicado su vida a luchar por la felicidad de su país, ha mantenido una política limpia y honesta en el cumplimiento de los acuerdos migratorios con los Estados Unidos. Jamás se ha violado nada de lo acordado, jamás se ha perseguido o maltratado a nadie, jamás no se le permitió reincorporarse o trabajar a alguien.  Esa es la verdad y esa verdad nos hace fuertes e invencibles.
La mentira, patrimonio siniestro del actual gobierno de los Estados Unidos, es el único recurso que le queda al Sr. Bush para tratar de justificar la Ley Asesina de Ajuste Cubano, un engendro que carece de todo fundamento ético y humano. Es realmente vergonzoso y muy preocupante para el pueblo norteamericano que su presidente, impuesto por los batistianos de la Florida, sea un mayúsculo irresponsable y mentiroso que permite violar el famoso “Escudo antiterrorista” destinado a proteger a su pueblo, solo por su deuda electoral con los mafiosos que hacen palidecer a Ariel Sharon.
Que nadie se engañe, el día que renunciemos a nuestra libertad, a nuestra dignidad, a nuestra independencia y a nuestro honor de revolucionarios inclaudicables, los emigrantes ilegales cubanos serán tan despreciados, maltratados, golpeados, humillados y devueltos como lo son hoy los haitianos, mexicanos y los demás ciudadanos de los países pobres de nuestro hemisferio. Entonces no habrá de Ley de Ajuste Cubano.
El gobierno imperial que se revuelca con la gusanera mafiosa nada tiene de humano en su trato a los pueblos. Los que durante 44 años han tratado de rendir por hambre, enfermedad y dolor a un pueblo entero y lo hacen también en otras partes del mundo, no tienen otro calificativos que salvajes asesinos. Si existiera un átomo de justicia en este mundo, ellos deberían ser juzgados por delitos de lesa-humanidad como los más connotados terroristas que haya conocido la historia.
Los pueblos más temprano que tarde, se levantarán como Cuba, ante tanto oprobio e injusticia sobre la tierra. El imperio se estremecerá y se hará insostenible. La verdad seguirá siendo nuestra bandera de combate.
La política genocida contra Cuba, basada en mezquinos intereses políticos e imperiales es la máxima expresión de la esencia inhumana y vil del imperialismo, de la mente enfermiza, llena de odio y desprecio por el ser humano de quienes lo gobiernan.
Nuestro país, tantas veces agredido y víctima del terrorismo, que estos cínicos personajes dicen ahora combatir, no ha hecho otra cosa que luchar por la  felicidad de su pueblo, su salud, su cultura y brindar mucha luz y esperanza a los pueblos del mundo en este triste y oscuro momento que vive la humanidad.
¡Que país del mundo ama tanto a sus niños y se desvela por ellos!
Cuba, que es un paradigma de la solidaridad ante los pueblos del mundo, no dejará jamás de llevar salud y alegría a los pobres de la tierra y luchar contra las enfermedades y el dolor. La  votación en la ONU contra el bloqueo es la expresión de agradecimiento y reconocimiento de los pueblos a su ejemplo imperecedero. Con los pobres de la tierra, por un mundo más justo, queremos nuestra suerte echar y con esa fe infinita en la victoria, venceremos.
No renunciaremos jamás a nuestra libertad, nuestra independencia y nuestra soberanía. Las ideas y los principios que el socialismo ha impregnado en nuestros corazones de hombres libres, será el tesoro más preciado que custodiaremos los  millones de cubanos dignos dispuestos al más supremo sacrificio por nuestra patria y Fidel.
Cuba, seguirá siendo libre para siempre y su verdad se levantará a lo más alto del altar donde brillan los héroes de la patria, para caer con todas sus fuerzas sobre las groseras mentiras de los farsantes mafiosos de Washington.
¡Gloria eterna a los valores y principios que han hecho de Cuba un monumento a la verdad y la justicia!.
¡Viva Cuba libre!
¡Viva Fidel!


Iroel Sánchez Espinosa, Presidente del Instituto Cubano del Libro

Comandante;
Compañeras y compañeros;
Cubanos todos:
Nada de lo que ocurre en Estados Unidos debería sorprendernos, los conocemos bien, desde la profética visión de Martí, confirmada con creces por décadas de injerencismo  y dependencia, hasta el altísimo precio que hemos tenido que pagar  en víctimas de sabotajes, ataques piratas y agresiones biológicas después de 1959.
Pero de pronto, los autores de tales hazañas han pasado a encabezar una guerra mundial contra el terrorismo, con la colaboración criminal y entusiasta de su antiguo aliado Osama Bin Laden, la gran paradoja del país donde muchos terroristas andan sueltos en virtud de una política de estado que no solo los tolera, sino que los premia.
Premia a los terroristas con la libertad cómplice que gozan en Miami los Orlando Bosch, los Basulto y sus amigos de la Fundación.
Premia a los terroristas al encarcelar a los cinco cubanos que nos protegían de los grupos extremistas que no han cesado de urdir acciones contra Cuba.
Premia a los terroristas con la impunidad para la piratería aérea.
Para el presidente Bush los aeropiratas son perseguidos que huyen del comunismo; en cambio, quienes huyen del capitalismo dependiente y sin salida deben ser rechazados e incluso asesinados. Aquellos que aspiran a vivir el sueño americano, encandilados por los cientos de miles de horas de imágenes idealizadas que la propaganda comercial del capitalismo desarrollado exporta al mundo, son devueltos sin contemplaciones a la pesadilla tercermundista.
El campeón del antiterrorismo ya lo dejó bien claro: con Cuba es otra la política, y por eso en Miami viven felices y aplaudidos los criminales de Barbados, los secuestradores de barcos y aviones. Allí se recibe como héroes a los piratas de ocasión; mientras, para las víctimas del consumismo y las drogas, de las escuelas hacinadas y la violencia callejera, queda la brutalidad policial y la cárcel.  Para la mayoría negra, hispana y pobre que llena los presidios no hay Ley de Ajuste, sino el ajuste racista y clasista de la ley, que nutre la mayor población penal del mundo.
Y para la disidencia, el silencio, que es el destino que reserva el imperio a la inteligencia y el pensamiento. Su prensa publicó cuatro meses después y en una página pagada de un solo periódico el llamamiento de sus más lúcidos intelectuales contra la guerra, nadie ha hablado luego de su manifiesto, ninguna cadena de televisión lo comenta, y no hay un corresponsal extranjero en Norteamérica que investigue por qué ha ocurrido eso en el país de la libertad de prensa.
Ninguna embajada occidental los corteja. No los financian los fondos de la Agencia Internacional para el Desarrollo o la Fundación Nacional para la Democracia: los rostros contemporáneos y amables de la CIA. Ellos solo obedecen a sus conciencias, no a diplomáticos de una potencia que paga por poner sus ideas en las bocas mercenarias de sus títeres locales.
Los funcionarios norteamericanos saben bien cómo se hace, lo hicieron en Europa del Este y lo intentan transplantar sin éxito a esta isla del Caribe. Su paradigma diplomático es Otto Reich —terrorista implicado en el reciente golpe de estado en Venezuela y en la guerra sucia contra Nicaragua— quien acaba de expulsar a cuatro diplomáticos cubanos como regalo de campaña electoral en la Florida.
Con su demagógico discurso, Bush y su Reich hablan de libertad para Cuba:
-                     Libertad para comprar votos.
-                     Libertad para amparar terroristas.
-                     Libertad para corromper tribunales.
A ellos les respondemos desde el 68 y el 95, desde Girón y la Crisis de Octubre:
¡Viva Cuba libre!
-                     Libre de procónsules yanquis.
-                     Libre de elecciones corruptas.
-                     Libre de traficantes de personas.
-                     Libre de impunidad para los terroristas.
¡Patria o muerte!
¡Venceremos!


Grettel Rafuls Trujillo, Pionera de 9no grado.  ESBU “Rubén Martínez Villena”, Ciudad de La Habana

Pueblo mío:
Resulta imposible olvidar cómo desde este mismo escenario de combate, hace ya un año, el 27 de noviembre del 2001, nos adueñamos los niños y adolescentes cubanos de la atención  de la audiencia internacional, para con toda la fuerza  de nuestros corazones y voces, hacernos eco del dolor que aquejaba a un grupo de familias cubanas por la pérdida de trece niños, muertos, a causa de la irresponsabilidad de los adultos que los impulsaron a salir ilegalmente del país, y la arbitrariedad de una política genocida por parte del gobierno imperial contra Cuba, con su máxima expresión en la imposición de la asesina Ley de Ajuste Cubano.
Por indignación eran los reclamos, y de justicia, con la hendidura en el pecho de sabernos arrebatados, tesoros de valor inestimable.
Como adolescente cubana de estos tiempos, con sueños, aspiraciones, preocupaciones y los mismos deseos de vivir a plenitud de cualquier otro de nuestra edad en el mundo, pero con una visión más certera de la humanidad actual, producto de la educación que me ha garantizado la Revolución y los conceptos y principios éticos que una sociedad socialista inculca, defiendo las reflexiones y criterios de la masa pioneril de mi generación.
¿Acaso necesitamos los pioneros cubanos, beneficiarios de un despertar inusitado de la creación en materia educacional, cultural y artística, ser destinatarios de las aparentes obras de caridad del gobierno de los Estados Unidos, a excepción del resto de los latinoamericanos?
La respuesta es tangible, se traduce en la abismal diferencia existente entre las posibilidades de florecimiento de las capacidades de un cubano al nacer, y las de un niño de cualquier otro lugar del planeta.
Estamos hablando de una Cuba nueva, pero no de la que proponía con su genial virtualismo el señor Bush; sino de una Cuba reiterada en su vocación socialista, pero que es consciente de la necesidad de instrumentar proyectos renovadores que revitalicen, legitimen e impregnen en el ser humano sed de conocimientos; que intenta por todos los medios posibles organizar su economía de modo tal que no exista un huracán con la potencia capaz de arrasar, con las sonrisas, las esperanzas, y satisfacciones de ningún príncipe enano, al contar con una escuela equipada con medios tecnológicos que facilitan y enriquecen el proceso docente educativo. A esta patria maravillosa tienen que renunciar todos los infantes que perecen en la búsqueda del paraíso prometido.
Es esta amarga sentencia la que entristece a los que sí disfrutamos de la magia del país que en conjunto nuestro pueblo refunda.
¿Por qué cortar las alas a quienes arden en deseos de hacer, por la inocencia y alegría propias de la edad?
Pero es la cultura, la única arma que por mucho que se modernice la industria bélica no quedará obsoleta. Es ese el mensaje de instrucción que se trasmite a los jóvenes que se encontraban desvinculados del estudio y el trabajo, llegando además, a la creación de un empleo inimaginable hace unos años: el de estudiar.
La Revolución de las secundarias básicas nuestras, las nuevas estrategias que traza el país para propiciar una recreación sana a la juventud, el enorme reto de municipalizar la universidad, la reparación de todas las escuelas capitalinas que se extenderá hacia todo el país, la realidad de televisores, videos y computadoras con que hoy contamos en nuestros colectivos pioneriles, son un indicador indiscutible de lo mucho que en Cuba se trabaja para elevar el nivel cultural del pueblo, que es elevar también su calidad de vida.
Si valoramos lo que gozamos, si estamos conscientes de cómo hay que defender nuestras conquistas, es porque tenemos elementos de juicio suficientes, para concluir la posición privilegiada en que nos encontramos, precisamente por haber nacido en Cuba.
Es desgarrador presenciar que la mayor parte de la niñez y la adolescencia del mundo, tenga como formas de recreación, fomentadas por el sistema capitalista:  el alcoholismo, la pornografía, el consumismo que enajena sus mentes y la adicción a la droga. Los pioneros cubanos también somos adictos, pero al amor, la lectura, la amistad, la alegría, el placer de ser felices.
Exhorto a los mafiosos y vendepatrias radicados en Miami, a que renueven sus conceptos de terrorismo y libertad, porque, o no coinciden con los nuestros o no les conviene que coincidan.
A los criminales nacidos aquí casualmente, quienes renuncian deshonrosamente a las tradiciones de lucha de nuestro pueblo, adoptando la actitud nauseabunda de la Fundación Nacional Cubano Americana, a los mismos que nos acusan de violar los derechos humanos, para los que no existe otra ley que la del dinero, el Apóstol responde:  “¡Traidor es el que recibe homenajes para sí frente al que en su persona lleva encarnada la patria!”
¡Pioneros por el Comunismo!
¡Seremos como el Che!

Elizabeth Mirabal Llorens, Estudiante de 11no grado.  IPVC “Vladimir Ilich Lenin”

Pueblo cubano:
La batalla que libramos todos se enriquece a cada segundo.  La seguridad  de que somos invencibles se asevera sencillamente, porque Cuba se siente embajadora de la verdad irrefutable. La voz y la diestra de la Patria no ceja, no deja reposar la espada, porque sumergirla en el lodo de la capitulación, definitivamente sería peor que rendirse, sería la vergüenza absoluta de todo un pueblo que se irguió hace ya mucho, ante la ignorancia y la injusticia, un pueblo que se atreve a decir que no debe cubrir el  mundo la sombra del águila.
La historia señala y enjuicia, recopila y une su raíz con lo presente para continuar avizorando el futuro y descubre que aún las aves de rapiña no han abandonado el punto de mira muy particular hacia su principal presa. El punzón hiriente está latente y jamás ha dejado de ser venenoso. Es cuestión de terminología. Lo que antes fue política de “fruta madura” ahora se traduce como Ley de Ajuste Cubano.
A los hechos que han conmovido a todos, y que constituyen las fehacientes pruebas de que el mezquino propósito no cambia, se suma una nueva violación, no solo de las leyes de nuestro país o de los convenios internacionales, sino una de las más criminales y graves que pueda perfilar y alimentar un gobierno que tiene la osadía de proclamarse máximo defensor de los derechos humanos y a su vez, principal oponente de un azote que desfigura la piel del mundo: el terrorismo.
La piratería que ridiculiza a Jacques de Sores. El secuestro de una aeronave de nuestro país con un destino final: Miami, engrosa la larga lista de actos. Afortunadamente, en esta ocasión, no pereció nadie, pero estos cubanos podrían ser otros cuerpos abonando el Estrecho de la Florida y no miento.
Múltiples ejemplos conoce nuestro pueblo. Este desvío forzoso contradice cualquier otra afirmación, y el propio Gobierno estadounidense se desmiente al acoger en su seno a quienes impulsados por el popular resorte de una ley asesina, ponen en peligro sus propias vidas, atraídos por el mismo deslumbramiento y prosperidad que aquella nación colosal y suntuosa venía mostrando desde  la Conferencia Internacional Americana, en 1889, a los delegados de la  tierra de Juárez, Sucre, Hidalgo, Morelos, Bolívar y que el Maestro previera, negándose a la tibieza y el olvido del Quetzal y la amada ruina inca. La mafia cubano-americana, respaldada en estas disposiciones inconcebibles para la humanidad que los contempla, sonríe complacida.  Su único interés:  el ego por lograr un degradante saldo político, ha quedado satisfecho y enmascarado con el disfraz diabólico y sutil de la muerte. Los que deportan, a otros inmigrantes basados en su  protección, se vendan los ojos y se cruzan de manos, ante la de su propio pueblo.
Existen numerosos vuelos diarios, en los que muchas viajan  pasajeros norteamericanos, que se trasladan hacia Cuba, y perfectamente hubieran sido víctimas de un accidente terrible y lamentable. Cuba ha sancionado a los que años atrás, desde Estados Unidos desviaban aviones hacia nuestro país.
¿Acaso el gobierno de los Estados Unidos no se siente sacudido por esta actitud constructiva y justa de nuestro gobierno?
¿En qué paraje lejano se le perdió al Gobierno de los Estados Unidos la dignidad de hombres baluartes de su pueblo como Lincoln, el leñador de ojos piadosos y Martin Luther King?
¿Cómo pueden pararse en prestigiosos espacios internacionales a abogar contra el terrorismo, cuando han sido, son y serán el nido de su ingenio?
Se impone la prédica del más genial de nuestros políticos cuando afirmaba que negarnos a resolver un problema de cuya resolución nos pueden venir males, no es más que dejar cosecha de males a las futuras generaciones y que debemos vivir en nuestros tiempos, batallar en ellos, decir lo cierto bravamente y desarmar el bienestar impuro. 
El verbo enardecido, la palabra que aporta y aclara, que explica y fortalece, ese lenguaje cincelado a fuerza de conocimiento, cultura, conciencia que conoce nuestro pueblo, ese pueblo forjado en la manigua, en la Sierra y en el llano, es al que hoy acudimos para demandar y denunciar la mentira, con el mismo lenguaje de que nos hicimos dueños, cuando la verdadera fiera del odio asomó sus fauces en Barbados.
Estos, que troncharon la existencia de un puñado de prometedores racimos, impunes continúan y hasta se les escoge un día para reconocerlos. Los únicos días de significados especiales posibles son estos, en los que rememoramos las tragedias de tantos cubanos víctimas del terrorismo, el mismo terrorismo, el común terrorismo que nos amenaza a todos.
Estas son las posiciones del estudiantado cubano que es el pilar de la Libertad y su ejército más firme porque confía en que las estrellas no desaparecen aunque estén eclipsadas por el Sol, del trabajador, del niño, del obrero, del campesino, del intelectual, del científico. Es una misma bandera y un mismo frente de combate. Nuestro clamor se reitera unificador, demoledor, infinito contra la Ley de Ajuste Cubano, contra el bloqueo, por la libertad de nuestros cinco Héroes prisioneros del Imperio, por la solidaridad de los pueblos, por cumplir lo jurado en Baraguá, por la masificación de la cultura.
Cuba está de pie. Ha conquistado su libertad y no puede volver a ceñirse un grillete. Los cubanos fraguados en las llamas del decoro, todos hemos escogido la misma estrella. La martiana que ilumina y mata, la insurrecta de la boina del Che, la solitaria de nuestra bandera, la estrella que corona a Cuba. Y ella, nos irradia, nos indica un camino, sólo este, el que conduce:
¡Hasta la victoria siempre!



Claudia Felipe Torres, Presidenta Nacional de la FEEM

Querido Comandante;
Compatriotas:
“La tribuna de la verdad se mantendrá siempre, decía nuestro José Martí, cuando las demás tribunas caigan. La verdad tiene un lenguaje sencillo, ella tiene una fuerza secreta que convence, subyuga y conquista”
A elevar a la verdad, única e indiscutible, al sitio que corresponde nos convoca la Patria. Ser los tercos portadores de la verdad desde hace décadas no ha sido sencillo por altruista que es la tarea de esgrimirla.
Nos convoca la evidente crisis de la verdad provocada por el norte que nos desprecia. ¡Tan vejada, tan sucia, tan manoseada, tan escondida nos la tienen! Todos los espacios son válidos para su característico oficio del engaño. Las grandes transnacionales de la desinformación, la paradigmática prensa libre norteña, tiene sin dudas la libertad de mentir.
Los portadores de la verdad son desterrados como corresponde a la tradición imperial, cuatro de ellos, dignos hijos de esta tierra, fueron recientemente forzados a abandonar los dominios del monarca de los billetes verdes en nombre de la tan añeja como recurrente política de El Estado soy yo.
Sin embargo, la verdad, enlodada, retorcida, encarcelada, desterrada, sortea los escollos bañada de luz.
Nos convoca la verdad en este espacio donde convergen mar y cielo privilegiados en su esplendor tropical. Pero no nos convoca el festejo de su belleza.  ¡Cuántas veces se nos han vestido de luto!
¡Cuántas vidas perdidas en el estrecho de la Florida en nombre de la mancillada verdad!  El cielo también se nos ha presentado sin sus galas celestes para traernos el miedo   en bombas asesinas y piratas dignos de los desmanes de sus antepasados. Bien sabe el pueblo norteamericano que el cielo  puede vestirse de muerte.
Pero la excepción cubana es recurso del oficio del embuste. La  irracionalidad y doble moral  asumidas por el gobierno norteamericano en los últimos días requiere la adecuación  de un diccionario lingüístico y jurídico que bien podría nombrarse de La Real Academia del Cinismo.
Resulta que en el caso de Cuba, el desvío de aeronaves es digno de aplauso y el crimen un acto honorable, los mafiosos patriotas y los científicos artífices de la muerte, los asesinos, honrados ciudadanos y los líderes genuinos, tiranos. La seguridad del pueblo, un criterio adecuado a mezquinos intereses y el comercio humano, patente de corzo.  En fin, la verdad innecesaria y la mentira indispensable.
El resto no incluido en su diccionario de excepciones, los efectos colaterales del neoliberalismo brutal, traducidos en miles de inmigrantes, son cazados como ratas.  Ellos no son  un instrumento propagandístico eficaz, los que se estrellan contra las hordas oficiales fronterizas son  los fugitivos del sistema idealizado e impuesto por Estados Unidos.
Otra excepción, los defensores de la verdad, los que luchan contra el único  terrorismo posible, los héroes, en su diccionario son criminales. Cinco de ellos tras las rejas evocan lo más puro y limpio de la esencia humana  ajenos al hedor de la cloaca vengativa y rencorosa de Miami. Antonio universaliza nuestra verdad en sus versos:
Sepan los tan felices de su última ignominia,
Que en mi osadía el terror no funciona
Que en mi honor la injusticia no trabaja
Que en mi virtud la avaricia no mella
Que en mi verdad la dignidad cohabita
Que en mi amor la alegría siempre llega.
La verdad anhelada por milenios, objeto de especulación y teorías, negada y asimilada, es tan simple como la sonrisa de un niño y la fe infinita de un pueblo.  No hay cabida al cansancio en la defensa de la verdad, ella conoce la gratitud y se da a todos y a todos convence sin artificios ni ornamentos. No hay trinchera pequeña en defensa de la verdad, a salvarla acude el verbo sincero, las manos prestas de la tierra, del fusil y la pluma.    Los obstáculos son vanos y efímeros, por más de cuarenta años se han sucedido en la camino a la libertad plena.
Tal como aseveraba el Maestro “Nace el guao en el campo del hombre laborioso y silba la serpiente desde sus agujeros escondidos, pero el Sol sigue alumbrando los ámbitos del cielo y la verdad continúa incólume su marcha por la tierra”.
Escuchen los señores de la  mafia, los piratas, los comerciantes de la vida, los cínicos gobernantes, sí somos una excepción, somos la honrosa excepción de su constelación de oprobio y nuestra verdad se multiplica en los pueblos negados a integrar su dotación de naciones sumisas. Sus artimañas políticas habrán de ajustarse a  la gallardía de este pueblo de gigantes. 
Nuestro cielo seguirá siendo asilo luminoso de ensueños y nubes altas para alcanzar con nuestras sobradas alas, y a los escépticos alertamos:  este pueblo solo sabrá morir forjando imposibles y desafiando utopías; podrán en el camino a la victoria ofrecernos el lecho cálido del indolente; podrán, como expresara el poeta, sembrarlo de sillas que invitan al descanso.
 La verdad una vez despierta, no vuelve a dormirse, y nuestra verdad despertó y no conoce sendero ajeno a la victoria.
¡Viva la Revolución!
¡Libertad para nuestros Héroes!
¡Viva nuestro siempre invicto Comandante en Jefe!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!

Miguel Manuel Fraga González, Vicepresidente de la FEU. Facultad de Derecho, Universidad de La Habana

Vengo hoy a esta tribuna con el inmenso orgullo de ser cubano que es ser parte de este heroico pueblo admirado y respetado en todo el mundo.
Cree el Imperio del Norte, vanidoso y prepotente, que el mundo entero le pertenece, ellos imponen y el resto del planeta tiene que acatar o sufrir las consecuencias. La paz reina donde ellos dicen, la justicia es la que ellos aplican, la democracia la que ellos certifican y controlan, el terrorismo es solo aquel que a ellos daña. Tal parece que la política exterior del gobierno de los Estados Unidos de América sólo reconoce tres categorías de países:

1     Los aliados, que son los Gobiernos de los países que los acompañan en sus propósitos y ambiciones.
2     Los lacayos, que son los Gobiernos de los países, que tienen que cumplir los mandatos del Norte por más absurdos que estos sean.
3     Los enemigos, que son aquellos países que no se pliegan ante los designios del amo Todopoderoso.

Cuba ha sido ubicada desde Eisenhower hasta W. Bush en esta última categoría. Por no cumplir sus órdenes, por querer ser verdaderamente libres e independientes, por eso hemos sido  tratados como enemigos, aunque nunca hemos sido ni jamás seremos enemigos del pueblo norteamericano. A través de una política agresiva y hostil, 10 administraciones norteamericanas han intentado doblegar al pueblo y destruir la Revolución, ninguno ha comprendido jamás, que la Revolución es el pueblo en sí que día a día con su sacrificio y esfuerzo transforma la sociedad construyendo un futuro mejor.
Nuestro pueblo ha sabido pagar el alto precio de su libertad: ¡Incluso con su sangre!, y hoy frente a las amenazas de guerra que se ciernen sobre el mundo sigue luchando.
Desde el 11 de Septiembre del pasado año, el Sr. W. Bush se ufana de liderear una guerra santa contra el terrorismo, y digo santa, pues el propio caballerito W. afirmó que en esa guerra Dios no era neutral. Resulta ser que ahora el poder de los Estados Unidos de América no solo manipula la Tierra sino también el Cielo, sería oportuno preguntar a Bush padre si Alá o Buda fueron consultados y le preguntaría al padre y no al hijo, por temor a que este último, no sepa de qué deidades hablo.
Sr. W. Sabemos que agradece al trágico 11 de Septiembre una popularidad que jamás obtuvo en las urnas, pues usted es un Presidente de facto, o sea, de hecho, o sea, impuesto.
No sea ignorante Sr. W.: ¿Quiere culpables del terrorismo? Ahí están algunas de las administraciones que lo antecedieron a usted, ahí está su propio padre, dando permiso para que terroristas confesos, asesinos y cobardes como Orlando Bosch paseen libres por las calles de Miami: Este pueblo enérgico y viril: ¡Jamás olvidará el crimen de Barbados! Del que junto a Posada Carriles es autor intelectual el Sr. Bosch.
Quiere más terroristas, ahí está la mafia anticubana de Miami en sus cobardes, asesinos y traicioneros comandos de Alfa 66, F 4 y Omega 7. ¿Por qué no los arresta y los envía a los tribunales?
Deje a un lado sus mentiras y haga verdadera justicia, no permita que reine la impunidad sobre crímenes y delitos de los que ha sido victima mi pueblo y el suyo y aquí incluyo el  reciente secuestro de una aeronave cubana. Para su responsable hoy aquí reclamamos solamente una cosa: justicia.
Sr. W, una vez le dije que se cambiara la inicial de su segundo nombre sino era capaz de ver el verdadero poder del pueblo cubano. (Dije entonces: ”Si no ve no puede ser W”).  Hoy le digo más:  ¿Quiere llevar con orgullo esa inicial?  La W., pues tenga valor y vergüenza, permita que impere la verdad de la paz y no la violencia de la guerra.

Cubanos:
Porque la historia no solo absuelve a los inocentes, sino que condena a los culpables, algún día, serán condenados por ella.
En nuestra lucha: ¡Jamás olvidaremos a los caídos! Para ellos:  ¡Gloria eterna!
Nuestra lucha es de ideas y en ella somos invencibles pues contamos con el valor, la vergüenza, la dignidad, y otras virtudes necesarias.
¡No tenemos miedo, pues aquí, no se rinde nadie y la esperanza no se ha perdido!
¡Las campanas que doblan hoy anunciando la guerra, serán acalladas por las voces de los pueblos que claman por la paz!
Algún día, más temprano que tarde, ese mundo mejor, con el que los hombres buenos siguen soñando aún se hará realidad.
Hasta entonces, aquí lucharemos como el Che nos enseñó:
¡Hasta la victoria siempre!
¡Viva el heroico pueblo de Cuba!
¡Viva Fidel!


Hassan Pérez Casabona, Presidente de la FEU


Queridos compatriotas;
Hombres y mujeres de una patria libre, independiente, soberana, que llegaron aquí como expresión de una Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes;
Pueblo de historia fecunda, que venimos tejiendo desde hace más de 134 años, con nuestra sangre, con nuestras energías, con nuestras heroicidades;
Pueblo de titanes;
Obreros dueños de sus fábricas;
Estudiantes para los que se concibe una revolución con nuevos programas educacionales y sociales, de la escuela “Presidente Allende”, de la “Lenin”, de los trabajadores sociales, de la escuela de enfermería, de las universidades de hoy y del futuro; de los que llevamos 80 años como movimiento estudiantil, junto a la patria grande y libre, de los que hemos acompañado siempre a nuestro invencible Comandante en Jefe;
Pueblo de campesinos, de intelectuales, de científicos, de los que estamos dispuestos a ofrecer nuestro corazón por Cuba y por el mundo; de los que hemos hecho de esta tribuna un escenario de combate a escala planetaria, inaugurándola con los jóvenes latinoamericanos o protestando contra la Ley Asesina de Ajuste Cubano, como el 25 de septiembre del 2000; o viniendo aquí un Primero de Mayo o clamando porque el pueblo boricua sea independiente y se vaya la marina yanki de Vieques el 26 de mayo del 2001; o viniendo aquí a entregarles los carnés de militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas a nuestros pioneros; o graduarnos de la primaria, de la secundaria, del preuniversitario, de las universidades, para recibir libros, que es recibir fusiles de ideas y argumentos.
Hoy nuevamente desbordamos plazas y avenidas, en multitudinaria concentración de más de 150 000.  No se divisa el último lugar donde hay un compatriota, está colmada esta plaza de energía, de pasión y, sobre todo, de argumentos, de ímpetu, de fervor revolucionario.
Tres temas vamos a abordar haciendo trizas, como se ha escuchado en esta tribuna, cada patraña.
                   Nos acusan de producir armas biológicas:  una calumnia, una infamia, un ultraje contra nuestro pueblo, contra nuestros científicos que producen vacunas para nuestros niños, para inmunizarlos, para salvar vidas en América Latina, para llevar programas integrales de salud, para que Cuba siga siendo la esperanza.  Lo que producimos es dignidad, lo que producimos es la idea de que otra América es posible, eso es lo que se produce en nuestros laboratorios, en nuestras escuelas; lo que producimos son colaboradores deportivos, entrenadores que vienen aquí con Italia, con Venezuela, con Brasil a nuestra Copa Intercontinental de Béisbol; lo que producimos es la moral de los pueblos en cada uno de los laboratorios e instituciones.  Esas falacias no se las cree nadie, se han desenmascarado en múltiples oportunidades las acusaciones contra nuestro pueblo; basta ya de estar jugando con una nación que ha dedicado lo que no ha dedicado nadie a salvar la vida humana, a salvar la vida de los seres humanos en cualquier latitud, sin poner condiciones, sin poner ningún tipo de barreras, de escollos, venciendo todos los obstáculos.
                   Han expulsado a cuatro diplomáticos de nuestra Sección de Intereses en Washington y de la Misión Permanente de Cuba en la ONU, acusándolos de espionaje; diplomáticos que se dedicaban a promover las relaciones con el noble pueblo norteamericano, un pueblo también culto, pueblo que apoyó en la batalla por Elián con más del 80% de la opinión pública en nuestro favor; pueblo al que quieren engañar, al que manipulan, pero que sabe que el bloqueo no puede durar toda la vida, porque es un acto genocida, es un acto terrorista.
Esos cuatro compañeros nuestros:  Oscar, Machín, Francisco y Carlos son de la estirpe de Imperatori, Quijote Moral; son de la estirpe de nuestros verdaderos diplomáticos, los que contribuyeron al éxito rotundo en Naciones Unidas con los 173 votos a favor y los que nos representan en la Comisión de Derechos Humanos.  Lo único que promueven es la paz, la solidaridad, la hermandad, la fraternidad, la igualdad; lo único que hacen es expresar los valores de una Revolución, de un pueblo que posee cultura, conocimientos políticos, cultura general integral cada vez más en ascenso, y eso ustedes lo conocen muy bien.
No podrán impedir que nuestros mensajes sigan llegando al seno de la sociedad norteamericana, no podrán apagar nuestras voces.  Jóvenes como ellos, ciudadanos decentes, honestos, agricultores, intelectuales, catedráticos, comunidades religiosas, cada vez más aprecian el avance indetenible de esta Revolución, de este pueblo, de sus programas; se quedan gratamente impresionados cuando ven lo que un país pobre, un país tercermundista, puede hacer por los seres humanos.
                   Han puesto en libertad al secuestrador de una aeronave y sus cómplices, sentando un precedente nefasto, estimulando actos terroristas contra nuestro país; estimulando, además, que se ponga en práctica la piratería aérea que se inventó contra Cuba, y que Cuba ha puesto todos sus recursos y toda su voluntad para luchar contra esas prácticas terroristas.
Nuestro pueblo sí tiene todos los conocimientos, sabe de la doble moral, de los dobles estándares, del doble rasero de los pronunciamientos de la Casa Blanca cuando se habla de combatir el terrorismo y va el Presidente a Miami a darse besos y abrazos con los más connotados mafiosos y terroristas del continente, cuya cena vale 25 000 dólares para recaudar dinero para las elecciones de su hermano, como se ha dicho aquí.
Nuestro pueblo sabe muy bien que la Ley asesina de Ajuste Cubano es la causa de la pérdida de muchas vidas para nuestra nación; nuestro pueblo sabe que el terrorismo no se inventó contra Cuba el 11 de septiembre del 2001.  Hemos tenido que pagar 3 478 vidas y 2 099 de nuestros hermanos han quedado incapacitados y estos actos recientes están sentando precedentes, que hay que detener en una sociedad que tiene más de 250 millones de armas, en una sociedad que es la que posee más aviones y hay que ponerle coto a ese tipo de práctica para que no se le cause más problemas a la comunidad internacional.
Se habla de combatir el terrorismo y cada día recibimos nuevas muestras de las acciones que se desatan para subvertir el orden en nuestro país, para acabar con una Revolución que es invencible, para acabar con un pueblo que es de héroes, y nosotros cada día tendremos que estar más preparados para que la comunidad internacional conozca que hay una política hacia el mundo y una hacia Cuba.
Hemos visto las imágenes de los haitianos; sabemos lo que pasa con los braceros mexicanos, los que mueren cada año intentando llegar a las fronteras de ese país.  Mueren cada año más que los que murieron en 40 años intentando cruzar el muro de Berlín.
Nuestro pueblo tiene argumentos.  Se habla del ALCA que no es otra cosa que un mecanismo de dominación imperial, y no se habla de la integración regional; se habla de libre flujo de capitales, de mercancía, de bienes y servicios, y no se habla de libre flujo de personas.
Esta concentración multitudinaria vuelve a desenmascarar la política norteamericana, a acabar con sus patrañas, a decir que la Ley asesina de Ajuste Cubano debe cesar, que el bloqueo debe cesar, que las causas que originaron la batalla por Elián no han desaparecido, por eso está el Juramento de Baraguá, juramento que haremos cumplir en nuestras fábricas, en nuestras escuelas, bajo la conducción de nuestro invencible Comandante en Jefe.
¡Cuba se agiganta!  Su moral crece de Doha a Dar es-Salam, de Damasco a Windhoek, de Bridgetown a Kuala Lumpur, de Monterrey a Atenas, de Bávaro a Malabo, donde vienen primeros ministros graduados en universidades cubanas, de Madrid a Guadalajara, de Los Angeles a Bolivia.  El mundo entero apoya la causa de la humildad, de la decencia, de la soberanía, de la independencia, del decoro de nuestro pueblo.
¡Abajo la Ley asesina de Ajuste Cubano! (Exclamaciones de: “¡Abajo!”)
¡Vivan los Comandantes de la Revolución! (Exclamaciones de: “¡Vivan!”)
¡Vivan nuestros cinco héroes:  Gerardo, Fernando, Antonio, Ramón y René! (Exclamaciones de: “¡Vivan!”)
¡Viva Raúl! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Viva nuestro invencible Comandante en Jefe! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Viva nuestro invencible Comandante en Jefe! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Socialismo o Muerte!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!


Ernesto Chico Véliz, Investigador del Centro de Ingeniería Molecular

Compatriotas:
El servicio de inmigración de los Estados Unidos, ha dejado libres una vez más a quienes se apoderaron de un avión cubano, … como han hecho ya en otras muchas ocasiones con secuestradores y asesinos.
Pero estos señores del INS duermen tranquilos cuando convierten en residentes legales a cualquier delincuente que llegue desde Cuba en una nave secuestrada, ... los ampara una ley, ... una ley que discrimina claramente a los millones de inmigrantes ilegales mexicanos, ... los más de 300 000 salvadoreños,... los 160 000 de Guatemala, y hasta los más de     100 000 canadienses que viven escondidos hoy dentro de ese país, sin derecho ni esperanzas a obtener la ciudadanía.
Sobre esto dice el Presidente de los Estados Unidos “todos los inmigrantes ilegales son devueltos,… excepto los cubanos” … y para justificar la evidente discriminación, dice… “porque los cubanos han sido perseguidos”…
¿Quién le puede creer esto Sr. Presidente?
Usted sabe bien que los verdaderos perseguidos son las masas de  inmigrantes ilegales latinoamericanos, que cruzan el Río Bravo a riesgo de morir en el desierto, perseguidos por sus guardias de la frontera, celebres por su violencia racista, … o perseguidos por rancheros blancos, que al parecer añoran las matanzas de indios que hicieron sus antepasados en la conquista del Oeste.
No señor Presidente,… la televisión mostró al mundo hace unos días  que los verdaderos perseguidos son los inmigrantes ilegales haitianos… que corrían desesperados hacia las costas de Miami, …mientras sus guardias de inmigración los cazaban como animales en un operativo digno de una película de Hollywood.
Usted sabe bien, Sr. Presidente, que son los millones de pobres de este mundo... los verdaderos perseguidos, …perseguidos  por el hambre, el SIDA, el desempleo, … y que intentan cada día colarse ilegalmente a disfrutar el vendido sueño americano, a riesgo de sus propias vidas.
“El señor presidente se ha confundido con lo de la persecución a los cubanos”, ha dicho un funcionario del Departamento de Estado para justificar la declaración de su presidente que nadie cree.
Pero este pueblo sabe que no es ingenua la confusión del Sr. W,… sino mentira maliciosa… Mentira … que es lo que se oye una y otra vez desde los micrófonos de la Casa Blanca cuando se habla sobre Cuba, ... pero es que no puede ser de otra manera cuando ponen a un mafioso como Otto Reich a dirigir la política exterior para este hemisferio... un lunático que no cesa de gritar que en Cuba se fabrican armas biológicas … al tiempo que se tapa los oídos para no escuchar la opinión de los científicos norteamericanos … que han visitado nuestros institutos y conocen la verdad sobre la ciencia en Cuba.
¿Pero por que?, señor presidente… ¿por que existe una ley que discrimina a los más de 5 millones de inmigrantes ilegales que hay en su país, favoreciendo a unos pocos privilegiados, aun cuando estos sean terroristas, secuestradores de aviones o asesinos?
¿Por qué si existe “causa probable de persecución” en Cuba, como miente su funcionario, esta oficina a mis espaldas no les entrega la visa legalmente a estos supuestos perseguidos,… y evita así la muerte en el mar de niños y personas inocentes?
Explíqueme Sr. Presidente, como un avión que salió de Cuba, puede atravesar 500 millones de dólares … convertidos en satélites, radares, bases antiaéreas, y todo tipo de artefactos pagados por el contribuyente norteamericano para la seguridad aérea de los Estados Unidos, ... y aterrizar impune en su territorio arriesgando la vida de ciudadanos norteamericanos?
La verdad usted la conoce Sr. Bush,… solo que usted no puede decirla ante los micrófonos de la Casa Blanca. …  ¡Pero nosotros sí  podemos decirla!  La verdad es que hay una mafia que necesita esa Ley, esa mafia de MIAMI que  estafó las elecciones presidenciales en la Florida …para que usted llegara a la Casa Blanca, …y digámoslo alto y claro, ... usted tiene deudas con esa mafia…
La verdad Sr. Presidente, es que las avionetas robadas en Cuba atraviesan irresponsablemente el espacio aéreo de Estados Unidos, … porque Usted le vendió la seguridad del pueblo norteamericano a esa misma mafia … en esta ocasión a cambio de la reelección de su hermano como gobernador de la Florida.
… esa verdad tampoco le conviene a usted decirla en la Casa Blanca… No es confusión lo suyo Sr. Presidente, …usted sencillamente no quiere decir la verdad... y este pueblo lo sabe...
Un consejo Señor Presidente, pídale ayuda a su Servicio de Inmigración, a todos sus guardias de frontera, ... y a este nido de agentes que esta en ese edificio a mis espaladas... asegúrese por todas las vías …que a esa mafia de origen cubano no se le vaya a vencer la visa que le dieron...
En eso si no se confunda Sr. Presidente... esa mafia que convierte en dólares la muerte de cubanos en el mar, … para acá  no vuelve.
Y más de 100 000 cubanos nos reunimos hoy aquí... para gritarlo...
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!



Gonzalo González Ochoa, Capitán de Corbeta. FAR


Compatriotas:
Aquí estamos para denunciar una vez más la política irresponsable del gobierno de los Estados Unidos, que propicia que algunos ciudadanos cubanos se involucren en hechos aventureros, delictivos y de piratería con el único propósito de abandonar esta hermosa Isla y refugiarse en el supuesto país de las oportunidades.
El secuestro de una nave aérea solo puede ser realizado por personas sin escrúpulos; violadores de las más elementales normas de seguridad del tráfico aéreo, que ponen en peligro la vida de personas incluyendo la de un  inocente menor de edad, arrastrado a tan peligrosa aventura.
Afortunadamente en el secuestro  del 11 de noviembre no se lamentó la perdida de vidas humanas, pero no por eso vamos a dejar de repudiar este vandálico hecho, porque a lo largo de estos años muchas familias hoy, lloran y sufren la perdida de un ser querido aventurado en una salida ilegal, como  la muerte de dos jóvenes estudiantes   cuya inocencia, ingenuidad y consejos malsanos los llevaron a creer que el tren de aterrizaje de un avión era la vía más segura para salir del país o por el dolor causado por manos asesinas que cegaron la vida de hombres dignos que prefirieron la muerte antes de traicionar  la patria, traigo al   recuerdo los nombres de combatientes como  Gabriel Lamoth Caballero, joven de solo 19 años asesinado durante el secuestro  de la lancha de transporte “Baraguá”, de igual manera los jóvenes Yuri, Orosman, Rafael y Rolando Pérez Quintosa víctimas de los sucesos en  la base náutica de “Tarara” y del Teniente de Navío Roberto Aguilar Reyes cuyo asesino se pasea por las calles de Miami.        
La responsabilidad de que delitos como estos  se cometan recae en el gobierno de los Estados Unidos, que mantiene en vigor y aplica sistemáticamente la asesina Ley de Ajuste Cubano, la que con su tratamiento privilegiado y excepcional estimula con fines propagandísticos la emigración y el tráfico ilegal  desde Cuba.
Lo peor de todo esto, es que muchos de esos  hombres y mujeres  que emplean la salida ilegal, han solicitado  a esa Sección de Intereses la visa, y por lo general no le es concedido el permiso para viajar, por no tener una alta calificación profesional o por tener una  larga lista de antecedentes penales, o por no tener un móvil político para emigrar o simplemente por la composición social y racial, pero si por el contrario esos mismos ciudadanos sin importar la vía utilizada, llegan a suelo estadounidense, automáticamente son recibidos sin exigencias ni requisito alguno, violándose de hecho todos los acuerdos  migratorios internacionales.
En todas partes habrá personas que siempre se arriesgarán a perder la vida por emigrar ilegalmente, pero lo que no tiene justificación es que se le estimule para hacerlo, porque eso constituye un horrendo crimen   
Cubanos:  que no piense el gobierno de los EEUU que somos tan ingenuos como para creernos que los supuestos privilegios que conceden a los emigrantes ilegales que proceden de Cuba, es para lograr la reunificación familiar o para mejorar económicamente, sabemos bien claro que de tras de todo esto hay  un enfrentamiento a la revolución cubana, que detrás de todo esto, está el odio desmedido e irracional al sistema social más justo y humano que es el socialismo.
Para nosotros está claro, que el proceso revolucionario de esta  isla  es un obstáculo para las pretensiones expansionistas y hegemónicas del norte revuelto y brutal. Pero no cederemos ante nada, ni ante nadie, porque lo que hasta hoy hemos logrado  lo defenderemos con unidad, dignidad, honor y valentía.
No queremos una ley de ajuste para Cuba, como no la queremos para los demás países, lo que exigimos es que se eliminen las diferencias entre el norte y el sur, entre ricos y pobres, lo que exigimos es justicia para el mundo.   
Que sepa el señor presidente de los Estados Unidos que Cuba no se cansara de desenmascarar  las reales pretensiones del gobierno de la Casa Blanca. Ya el mundo va reaccionando, y el contundente rechazo internacional al bloqueo a este país es  muestra de ello.  
Por más y más leyes criminales que se apliquen contra nosotros, será más grande nuestro amor a la patria y será más grande nuestro espíritu de luchar y de vencer.
Para nosotros los cubanos está claro el camino, seguiremos  luchando contra las leyes asesinas y contra el  terrorismo y seguiremos luchando:
¡Hasta la victoria siempre!
¡Abajo la Ley de Ajuste Cubano!
      




           

Lázaro Barredo Medina, periodista del periódico Trabajadores

Querido Fidel;
Compatriotas:

Me pregunto:
¿Cómo podrá la Administración Bush seguir hablando de seguridad aérea ante la opinión pública norteamericana con el peligrosísimo precedente que acaba de asentar dándole impunidad a los secuestradores de una nave aérea y ejecutores de un acto de piratería bajo el manto de una ley asesina de Ajuste Cubano que lo único que promueve es el desorden, la violencia, el riesgo de muerte y engendra un fenómeno que en nada beneficia a la sociedad norteamericana porque Estados Unidos jamás podrá restablecer la disciplina en sus propias costas mientras esa ley exista?
¿Hasta cuándo podrán mantener engañado al pueblo norteamericano cuando le hablan de una supuesta guerra contra el terrorismo, mientras se ampara la práctica del terrorismo contra Cuba, y peor aún, se anticipa como algo natural que lo continuarán practicando en el futuro?
Con total impudicia la Administración Bush compromete los legítimos intereses del pueblo norteamericano para complacer a la mafia terrorista de Miami que pretende seguir secuestrando las decisiones de política de la administración sobre Cuba, esa misma mafia que chantajea, ofende y amenaza a los políticos norteamericanos cuando se pronuncian por cambiar la fracasada política contra Cuba, esa misma mafia que quema impunemente las banderas norteamericanas en un acto de deshonor, esa misma mafia que promueve la violencia desde el Sur de la Florida y ha sido responsable de más de 250 acciones de terrorismo dentro del propio territorio estadounidense.
Todo lo que viene ocurriendo contra Cuba pone al descubierto la hipocresía de esta administración en su pregonada guerra contra el terrorismo y puede convertirse en una espiral agresiva muy peligrosa dentro de las estrategias de intervención o guerra preventiva, o de “destrucción constructiva” como han definido las acciones contra más de 60 países.
La obsesión contra Cuba, la injerencia contra Cuba, toda esta política por destruir a la Revolución, no es nueva.
Pero el entramado con los Bush es mucho más complejo. No solo por el agradecimiento de Bush a la mafia de Miami por ser el Presidente de Estados Unidos.  Cuando W. ha dicho ante las cámaras de televisión dirigiéndose a la mafia terrorista de Miami, y lo cito:  “Nunca olvidaré la deuda que yo tengo con ustedes”, está expresando un compromiso de fidelidad de toda la familia Bush.
Eso es lo que puede explicar la doble moral que se aprecia en el actual gobierno y que es notorio y público:  los Bush han sido siempre los padrinos de la mafia terrorista de Miami.
George Bush padre estuvo vinculado casi desde el propio 1959 a las actividades que han intentado derrocar a la Revolución y fue el organizador de uno de los grupos de la brigada mercenaria de Playa Girón.  Allí intimó con los connotados terroristas Luis Posada Carriles y Jorge Mas Canosa, cuyos expedientes de actividades son harto conocidos; allí fraguó una intensa amistad con asesinos como Félix Rodríguez Mendigutía, más conocido por “El Gato”, quien se jacta públicamente de tener abiertas las puertas de la mansión de los Bush.  Rodríguez Mendigutía es uno de los hombres vinculados al escándalo Irán-Contras y sobre quien pesan reiteradas denuncias de participación en intentos de atentados contra la vida del compañero Fidel.
George Bush hijo ha llevado a puestos claves de las relaciones con el hemisferio occidental y otras importantes entidades del gobierno de Estados Unidos que deciden políticas relacionadas con Cuba, a más de 25 personeros de la mafia de Miami, los cuales están usando esas potestades gubernamentales para tratar de subvertir y desestabilizar al gobierno cubano, como son los casos de Otto Reich, el cuestionado y rechazado subsecretario de Estado; de Oscar Franco, ex asistente de Ileana Ros-Lethinen, nombrado ahora en el cargo de Director para América Latina en la Agencia Internacional para el Desarrollo y que se ha empecinado en utilizar el dinero de los contribuyentes norteamericanos para fabricar la contrarrevolución en Cuba; o del coronel Emilio González, dentro del Consejo Nacional de Seguridad.  Con el beneplácito del Presidente W. este segmento de la mafia establecido dentro del gobierno de Estados Unidos hará lo posible y lo imposible por impedir el mejoramiento de las relaciones que amplios sectores norteamericanos están demandando en estos momentos.
Cuando en 1976 George Bush padre era jefe de la Agencia Central de Inteligencia, un agente de la CIA, el señor OrIando Bosch, fundó y dirigió a los Comandos de las Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU) y como fuera revelado más adelante en documentos del FBI y de la propia CIA, este CORU se involucró en decenas de ataques con bombas, entre ellos la monstruosa voladura del avión de Cubana en Barbados, que cobró la vida de 73 personas inocentes.
Cuando en el año 2001 los hermanos George y Jeb Bush andaban en Miami en sus trajines de recaudación de dinero y buscaban absoluto respaldo para las elecciones entre los peores terroristas de este hemisferio, un grupo de sus donantes publicaron en el libelo de la mafia una supuesta Declaración de Principios donde reafirman su derecho a seguir practicando la violencia y el terrorismo contra Cuba, mediante “todos los métodos de lucha”.
En agosto de 1989 el presidente George Bush padre acudió a Miami para respaldar la postulación de la “loba feroz”, como miembro del Congreso.  Fue una cosa interesante, porque la señora Ileana Ros llegó a hacer de la liberación de Orlando Bosch uno de sus ofrecimientos de la campaña electoral, en momentos en que el Departamento de Justicia y el FBI catalogaban a Orlando Bosch como “el terrorista número uno”.            Y asunto curioso, el director de su campaña era nada más y nada menos que Jeb Bush.
Más interesante todavía fue el discurso que pronunció el presidente Bush padre en apoyo a la señora Ros-Lethinen, porque allí, ante los más insignes representantes de la mafia anticubana, lo que hizo fue increíblemente decir que rechazaba el terrorismo, asegurando que sus responsables y encubridores serían perseguidos en cualquier parte del mundo.
Reunido con terroristas para condenar el terrorismo y por si fuera poco, unos meses después, en evidencia de que en este acto se había fraguado el asunto, se ha podido conocer que a instancias de Ileana Ros, de su hijo Jeb Bush, de Mas Canosa, del senador Connie Mack, de monseñor Agustín Román, entre otros, ese mismo presidente que prometió perseguir a los terroristas y sus encubridores en cualquier parte del mundo, liberó para que anduviera por las calles de Miami fraguando abiertamente su actividad criminal, a Orlando Bosch, el mismo que el FBI y el Departamento de Justicia llamaron el “terrorista número uno”.
¡Y qué casualidad!  Once años después, el presidente George Bush hijo expresaría una y otra vez casi la copia fiel de lo que dijo el padre ante los terroristas de Miami:  “aquellos que acogen a un terrorista son tan culpables como el terrorista mismo”.  Eso lo ha dicho muchas veces y lo acaba de repetir hace unos días en New Jersey cuando estaba inmerso en la campaña electoral.
Pero para que la casualidad sea mayor todavía, resulta que también por una decisión ejecutiva, W. Bush puso en libertad hace unos meses a otros dos connotados terroristas de Miami, a José Dionisio Súarez Esquivel, más conocido por “Cepillo” y a Virgilio Pablo Paz Romero, quienes tienen el récord de haber realizado una acción terrorista brutal en el mismo corazón de la capital de Estados Unidos, acusados de terrorismo por la fiscalía norteamericana y condenados por terrorismo por un tribunal norteamericano, tras asesinar a Orlando Letelier, el ex canciller de Chile, y a Ronnie Moffitt, ciudadana de Estados Unidos.
Como si todo eso no bastara, es bueno recordar aquí otros dos pasajes de la “fidelidad” de los Bush: 
El presidente George Bush padre acudió a Miami el 20 de mayo de 1992 y en un acto electorero, reunido con la flor y nata de la mafia terrorista, llegó hasta asegurar, y así está registrado en las filmaciones televisivas de la época, que él “sería el primer presidente de Estados Unidos en visitar tierra libre de Cuba”.
El presidente George Bush hijo, diez años después, el 20 de mayo del 2002, acudió también a reunirse con la crápula terrorista de Miami para prometer la dureza de su política contra nuestro país, a tal punto que los principales dirigentes de la mafia en su euforia reconocieron que “si el discurso del presidente Bush lo hubiésemos escrito nosotros, sería igual”.
El amparo a terroristas en Miami, la impunidad a secuestradores y piratas aéreos, el aliento a la emigración ilegal, la guerra radial y televisiva, la calumnia, el engaño y la mentira como columna vertebral que teje uno y otro pretexto, puede ser guerra electrónica, puede ser compra de armas a China, puede ser fabricación de armas biológicas, puede ser cualquier cosa, tendrá asidero en estas mentes calenturientas que tratan por todos los medios de desnaturalizar nuestra imagen ante la opinión del pueblo norteamericano y, como se ha visto, la familia Bush es eje de esa perfidia.
La mafia de Miami y la extrema derecha de Estados Unidos trabajan, además, desesperada e intensamente por elaborar planes y medidas agresivas contra nuestra Patria, por fabricar la contrarrevolución interna y para ello aprueban sumas millonarias para la subversión y la desestabilización de nuestro país.
Es lujuria lo que sienten en medio de la impotencia por nuestra resistencia, por nuestro ejemplo moral, porque cada vez más probamos ante el mundo que es posible lograr gobernabilidad democrática verdadera y desarrollo social justo y equitativo en un mundo cada vez más signado por la incertidumbre, por el caos, por un galopante descalabro que no vislumbra salidas, porque cada vez más probamos ante el mundo que es posible tener imaginación política y salir adelante aun cuando la apuesta del gobierno más poderoso del planeta sea la de acabar con nuestra libertad y nuestra independencia.
Eso es lo que no nos perdonarán jamás ni los Bush, ni sus acólitos. No nos perdonarán mostrar esta moral y dignidad.
No nos perdonarán sostener más alto que nunca nuestra ética y nuestros principios.
No nos perdonarán el orgullo de reunirnos más de 100 000 cubanos aquí y expresar:
¡Viva el socialismo!
¡Viva la Revolución!
¡Vivan Fidel y Raúl!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!



Rogelio Polanco, Director del periódico Juventud Rebelde

Cubanos:
El fin justifica los medios, es la máxima maquiavélica que el gobierno de Estados Unidos enarbola contra Cuba. No importa cuán irracional, ilegal e inmoral sea la conducta que asuman los gobernantes norteamericanos si sirve de botín político en su obsesivo afán subversivo contra la Revolución Cubana.
La grave arbitrariedad que hoy denunciamos nos revela una colosal ironía: las autoridades de Estados Unidos, cuya nación está sobrecogida aún por el criminal secuestro de varios aviones comerciales convertidos en mortíferos misiles, ahora, peligrosa e insólitamente, alientan a otros, sin el menor escrúpulo, a que secuestren también aviones, nada menos que para llevar a vías de hecho un repudiable show propagandístico, que otra vez tiene a Miami y a la mafia terrorista anticubana como principales beneficiarios.
La nación que realiza gastos multimillonarios para militarizar cada vez más sus fronteras, que cierra sus espacios aéreos ante el menor intruso, que está lista para derribar en cuestión de minutos aeronaves en vuelo ante el más mínimo incidente, esa misma nación abre sus cielos y aeropuertos a vulgares secuestradores solo porque el avión desviado alevosamente de su ruta habitual es cubano.
¿Cómo justificar esta cínica excepción ante la opinión pública norteamericana, condenada al pánico con las sistemáticas alarmas de supuestos actos terroristas?
¿Cómo justificar esta mayúscula incongruencia ante los millones de pasajeros de ese país sometidos a largas esperas en los aeropuertos y a minuciosos chequeos de seguridad en los que se rastrea hasta una piedra en un zapato?
Para las autoridades norteamericanas existen terroristas buenos y malos, como ahora pretenden presentarnos a secuestradores buenos. Según su pérfido proceder los aeropiratas de un avión cubano no roban, se fugan; no desvían una aeronave, huyen; no son terroristas, sino desertores; no atentan contra la seguridad nacional de Estados Unidos, son disidentes.
Esa extraña e inmoral manera de juzgar el bien y el mal y de aplicar la ley internacional se ha revertido muchas veces a lo largo de la historia contra su propio país. La complicidad norteamericana en el secuestro de aviones fue uno de aquellos engendros diabólicos alentados contra Cuba y que cual Frankenstein político se viró contra sus siniestros creadores.
Los 51 aviones cubanos secuestrados y casi sin excepción desviados hacia Estados Unidos entre 1959 y el 2001, han provocado la muerte o heridas a no pocos pilotos, custodios y otras personas, así como la destrucción o el daño de varias aeronaves, muchas de las cuales nunca fueron devueltas a nuestro país.
Esa impunidad fue la causa fundamental que generó aquella plaga de secuestros de aviones desviados desde Estados Unidos hacia Cuba y que entre 1968 y 1984 llegaron a la insólita cifra de 71 casos. La verdad histórica no puede ser desmentida: solo el ejemplar y eficiente acuerdo propuesto por nuestro país y las medidas adoptadas contra los sucuestradores, permitieron erradicar aquella práctica cruel.
¿Qué pasaría en las actuales circunstancias si resurgiera aquel criminal flagelo? ¿Dónde está la responsabilidad de las autoridades del país que cuenta con la mayor flota comercial del mundo, con el más denso tráfico aéreo y la mayor red de aeropuertos del planeta? ¿Cómo preservar la seguridad del espacio aéreo y  de los corredores internacionales sobre Cuba si se estimula la piratería? ¿Cómo responderá Estados Unidos ante la opinión pública mundial en caso de producirse un incidente fatal? ¿Qué derecho tiene Estados Unidos a convertir en letra muerta el Convenio para la represión del apoderamiento ilícito de aeronaves suscrito en 1970, del cual es Estado Parte y que tipifica claramente el secuestro de naves aéreas como un delito de terrorismo?
El pueblo norteamericano debe saber la cruda verdad: el gobierno de Estados Unidos será responsable de que no haya seguridad aérea en el Estrecho de la Florida si sigue alentando a los secuestradores de aviones, si deja impunes los actos de piratería aérea, si no cumple los acuerdos migratorios entre nuestras dos naciones que en 1994 establecieron el compromiso de “tomar medidas efectivas para oponerse e impedir el uso de la violencia por parte de toda persona que intente llegar o que llegue a los Estados Unidos desde Cuba mediante el desvío forzoso de aeronaves”.
El gobierno de Estados Unidos será responsable de que no haya seguridad aérea en el Estrecho de la Florida  si no observa las leyes internacionales y mucho menos si no deroga la Ley de Ajuste Cubano, esa infame patente de corso para secuestrar y matar.
Estados Unidos quiere que no sea desnudada ante los ojos del mundo esta insostenible contradicción que exonera y premia a los terroristas del espacio aéreo en medio de su pretendida cruzada antiterrorista global. Por eso estamos aquí, para denunciar a los cuatro vientos la injusticia y la mentira.
La potencia hegemónica que no se resigna a la independencia y la soberanía de su pequeño vecino una vez más usa criminalmente aparatos aéreos para ejecutar su obcecada y desprestigiada política hacia Cuba. Con aviones se bombardearon en el pasado nuestras ciudades y  aeropuertos, se abastecieron las bandas armadas contrarrevolucionarias, se quemaron nuestros cañaverales, se violó nuestro espacio aéreo, se realizó espionaje electrónico, se ejecutaron acciones bioterroristas, se asesinó a hijos inocentes de este pueblo.
No pudieron entonces, como no podrán ahora derrotar nuestra voluntad inquebrantable de vencer.

Arleen Rodríguez Derivet, periodista

…POR SU PROPIO VENENO
Hay cosas que sólo ocurren en Miami, como advierte el prestigioso abogado norteamericano Leonard Weinglass.  Más de 200 haitianos que llegaron el último día de octubre a las orillas de Key Biscayne, en el sur de la Florida y se lanzaron desesperados por la borda del barco encallado, intentando  pisar tierra, fueron apresados con hostilidad por  las autoridades migratorias de Miami-Dade.
Exhaustos por una larga y tortuosa travesía en la que muchos bebieron de su propio orine para sobrevivir al hambre y la sed, los emigrantes del país más pobre del hemisferio occidental shockearon a la opinión pública norteamericana que vio por los noticieros a hombres, mujeres, incluso algunas embarazadas y niños de cualquier edad, lanzarse desde cubierta, nadar y correr desesperadamente por una autopista cercana, para terminar siendo apresados y reprimidos como los esclavos cuando arribaban a América en la época colonial.
Los precarios viajeros habían oído hablar de una ley que otorga asilo automático, según el grado de humedad de los pies del emigrante. Pero cuando los hierros apretaban sus muñecas y el maltrato los reducía violentamente a la obediencia, deben haber entendido, si es que alguien se molestó en explicárselos, que eso de “pies secos, pies mojados”, no es ninguna oportunidad para los que huyen del hambre y creen todavía en el sueño americano. Es una trampa humana, pero sólo diseñada para pescar cubanos.
“El hambre no es razón para dar asilo a nadie”, dijo un funcionario con la tradicional dureza con que se ha tratado siempre el tema haitiano en  el país que presume de ser nación de emigrantes. La declaración, muy coherente con la política de un Departamento de Estado, cuya oficina de asuntos hemisféricos sólo repara en  Haití para bloquearle inversiones como “pedagógico” método de obligarla a ser norteamericanamente democrática, levantó las iras de la comunidad haitiana, jamás atendida con seriedad por  los dueños y señores de la política de la ciudad.
Pero por esos días, se cazaban votos para el gobierno  del estado y los tonos se hicieron más respetuosos del drama haitiano en el oportunista debate de los aspirantes. Tradicionalmente  más sensato, el INS rectificó la grosería diciendo que  “todos los emigrantes ilegales deben ser devueltos, inmediatamente, por razones humanitarias”. Y por primera vez las autoridades norteamericanas  reconocieron explícitamente lo que tantas veces Cuba ha denunciado: que aceptar la emigración ilegal es estimular el criminal tráfico de personas y las aventuras riesgosas en embarcaciones precarias, que cada año convierten al  Mar Caribe en anónimo cementerio de cientos de emigrantes.
Sin embargo, el propio Servicio de Inmigración y Naturalización, obligado por la más absurda ley que se haya escrito jamás, no tardaría en contradecir sus palabras con los hechos. Apenas un par de semanas después del arribo y detención de los haitianos, un pequeño grupo de  ilegales provenientes de Cuba, era recibido en el  propio condado de Miami-Dade con show propagandístico y la promesa de asilo inmediato, aunque para llegar cometieran delitos tan graves como el robo y secuestro de una aeronave civil cubana e  impidieran la intercepción del vuelo al incorporar a mujeres y una niña en el acto de piratería sancionado por todas las leyes internacionales.
Pero ya la verdad  dicha por el propio INS, había echado más luz  sobre la esencia criminal de esa Ley de Ajuste, que  otorga  a los cubanos el vergonzoso privilegio de entrar a los Estados Unidos por la puerta trasera, la de la ilegalidad, la del delito como condición, la que todos los demás emigrantes tienen fuertemente cerrada y con doble candado desde los atentados de septiembre en Nueva York y Washington.
La lógica más elemental obliga a preguntar.  Si por razones humanitarias, por  desestimular  aventuras que pondrían en riesgo las vidas de otros potenciales emigrantes, los haitianos, como los mexicanos, los guatemaltecos o cualquier otro habitante del sur negro, indio, pobre, desesperanzado, son devueltos, ¿en nombre de qué filosofía  los ilegales cubanos son aceptados y continuamente  incitados a arriesgarse? ¿Es que para las autoridades norteamericanas las vidas cubanas no cuentan o para ellos no son seres humanos? ¿Qué son entonces?
Está claro que los potenciales emigrantes de este país son apreciados sólo como instrumentos para la presión, como rehenes de una política  demencial que alienta la emigración ilegal y  riesgosa con el exclusivo propósito de sostener a un círculo de mafiosos que durante más de cuatro décadas ha alimentado la ilusión perversa de convertirse en títere de turno del imperio ante una eventual  desaparición de la Revolución Cubana. Una mafia que manipula sin piedad los sentimientos filiales de todos los emigrados y usa para fines políticos la incurable nostalgia de los que abandonaron su patria  por algo que no acaban de encontrar. Una mafia que está siendo incuestionablemente derrotada por la Historia a puro golpe de verdades y no se da cuenta de que  por su propio veneno morirá envenenada.
Cuba no tiene tan mala memoria como para olvidar que antes de 1959, sus hijos que emigraban ilegalmente recibían de Estados Unidos el mismo trato que hoy se reserva al resto de los latinoamericanos: ser echados de vuelta, sin derecho siquiera a intentar una nueva oportunidad legal durante diez años.
Cuba eligió para sus hijos un sistema de justicia social e igualdad que demanda un colosal y mancomunado esfuerzo frente a todos los obstáculos que interponen los enemigos de esta  opción propia y diferente. Y aspira a instruir a su pueblo en el reconocimiento de que en las virtudes humanas, la cultura, el conocimiento de sí mismos y del mundo, está la fuente de la felicidad duradera, porque no depende de lo se tiene sino de lo que se es.
La inmensa mayoría del pueblo comprende y comparte los sacrificios y las alegrías de armar juntos el hermoso proyecto de una sociedad que premia el talento, la bondad, la entrega, las más hermosas virtudes humanistas que el egoísmo capitalista puso   en riesgo de desaparecer.
Sabemos que algunos no llegarán a comprenderlo hasta después de acumular todo tipo de riquezas y sentir que aun así siguen siendo profundamente infelices. Otros se partirán el espinazo  trabajando, en el inútil afán de integrarse a un sistema que los excluye como parte de las mayorías y terminarán sus días preguntándose dónde están las maravillas que les prometieron. Y todos tratarán de olvidar a los que murieron en el camino sin llegar siquiera a vivir la frustración de sus sueños.
A pesar de ellos, Cuba no renuncia al  arduo intento de alcanzar ese escalón pendiente hacia la civilización humana, donde los seres se distingan por lo que son en sí mismos y no por la cantidad de cosas que tienen y trabajará sin descanso para que la verdad sea guía única en el destino personal que sus ciudadanos elijan.
Pero eso no la priva si no que la obliga a denunciar el sucio juego de muerte que Estados Unidos practica con los cubanos en nombre una ley que ampara la ilegalidad, qué absurdo.
Tan absurdo como declarar una guerra universal contra el terrorismo y condenar de por vida a cinco héroes cubanos cuyo único delito ha sido evitar acciones terroristas de la mafia cubano-americana de Miami y en ese propio Miami  recibir con honores de perseguidos políticos a unos vulgares secuestradores de aeronaves.
El estremecedor episodio de los emigrantes haitianos que permanecen detenidos, incluidos diez niños vigilados por guardias armados, aun no concluye y ya los piratas cubanos andan libres por Miami. Pero la inflexibilidad de las autoridades para con el reclamo de una comunidad haitiana que casi alcanza el número de los cubanos, ha desatado un debate inédito en la ciudad que el imperio le regaló a la mafia cubana en espera de arrebatarnos la libertad conquistada.
Esta vez no se ha oído chillar a Ileana Ros ni a los Díaz-Balart, las autoridades locales lucen confundidas e imprecisas ante las demandas de explicación  y en el libelo de la mafia, los buscadores de Internet solo encuentran referencias culturales cuando se les piden noticias sobre haitianos. Los líderes de la creciente comunidad caribeña allí, invisibilisados   durante anos por el monopolio de la politiquería de origen cubano, comienzan a hacerse sentir, ante la escandalosa doble moral de la política migratoria estadounidense, que rechaza con desprecio a los haitianos hambrientos y abraza calurosamente a los secuestradores cubanos.
La verdad  va cumpliendo su misión higiénica y los mafiosos asisten desesperados al principio del fin de sus instrumentos de engaño, mientras en sus manos tiemblan los hilos del control absoluto de la ciudad, todavía en su poder. Como advirtió Abraham Lincoln, “no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”.
La Ley de Ajuste Cubano puede terminar sepultando para siempre políticamente a los mismos que la han alimentado de cadáveres durante 36 años.
¡Hasta la victoria siempre!
Muchas gracias.


Randy Alonso Falcón, miembro del Comité Nacional de la UJC

Querido Comandante en Jefe;
Aguerridos compatriotas de la Capital y de toda Cuba:

En el mundo globalizado y globalizante que vivimos, las fronteras se abren cada vez más al comercio y a los flujos financieros, a la vez que se cierran aceleradamente a la circulación humana que desde los países del Sur, arruinados por un capitalismo salvaje, busca en el Norte desarrollado la exitosa sociedad de consumo que se les vende a través de la propaganda.
En tiempos en que Estados Unidos convoca presuroso a las naciones de nuestra región a un Acuerdo de Libre Comercio que barrerá con los límites nacionales en el orden económico y político, refuerza simultáneamente el patrullaje de sus fronteras terrestres y navales, levanta un ominoso muro a lo largo del extenso límite territorial con su vecino más cercano e impone la necesidad de visado a ciudadanos de países que hasta hoy no lo necesitaban.
Numerosos latinoamericanos y caribeños –habitantes de un subcontinente donde hay 221 millones de pobres y el hambre mata a una significativa cifra de niños todos los años- han arriesgado y arriesgan sus vidas con la aspiración de entrar en territorio norteamericano, para toparse con la cruda realidad del rechazo, la persecución y la humillación por parte de las autoridades del poderoso vecino.
Más de 400 mexicanos mueren cada año en el cruce de la patrullada frontera estadounidense y alrededor de un millón son detenidos en el intento; miles de haitianos son regresados a su empobrecido país tras poner en peligro sus vidas en el mar en frágiles y sobrecargadas embarcaciones; decenas de miles de centroamericanos viven con el temor de perder su residencia temporal en Estados Unidos y tener que regresar a sus naciones, donde el neoliberalismo, la sequía y los bajos precios del café hacen estragos.
Aquellos que logran llegar a territorio norteamericano, ven muchas veces convertido su “sueño americano” en precarios empleos y duras condiciones de vida, en un país donde 33 millones de ciudadanos, buena parte de ellos inmigrantes, vive bajo la línea de pobreza –según estadísticas oficiales- y más de 40 millones carece de seguro médico; un país donde las autoridades han intensificado la represión contra los inmigrantes después del 11 de septiembre, encarcelando sin causa probada a cientos de personas sólo por su origen, y creando un ambiente de xenofobia que ha multiplicado las agresiones contra árabes y musulmanes.
En medio de tan duro actuar contra los inmigrantes, el gobierno de Estados Unidos mantiene una bochornosa y cínica excepción: la existencia de la Ley de Ajuste Cubano que incita y ampara la emigración ilegal desde Cuba, con el evidente y mezquino propósito de utilizarla como arma política contra la Revolución y nuestro pueblo.
La reciente acogida en suelo norteamericano del secuestrador de una aeronave cubana y sus cómplices en tan deleznable acto, es una nueva y desvergonzada página de esta absurda política que es capaz de convertir a vulgares ladrones y gente sin escrúpulos en exiliados políticos, por obra y gracia de una Ley asesina que ha enlutado a más de una familia cubana y la complicidad de un gobierno que busca retribuir a la mafia terrorista de Miami el colosal fraude electoral con que llevaron al señor W. Bush hasta la Casa Blanca.
Lo ocurrido es lógica consecuencia de las inauditas y falaces declaraciones del Presidente norteamericano en días recientes, pretendiendo justificar el aliento a la emigración ilegal desde Cuba, en clara muestra de la insensatez, la impudicia y la irracionalidad de la política de su administración hacia nuestro país.
¿Con qué moral el gobierno norteamericano puede hablar de cruzada mundial contra el terrorismo y de defensa de la seguridad nacional, mientras incita al secuestro de aviones y la piratería aérea, financia y patrocina a las mafias que desde Miami planifican y ejecutan viles actos de terrorismo contra Cuba y da abrigo a uno de los organizadores del abominable Crimen de Barbados?
¿Cómo pueden explicarles a los estadounidenses, a los familiares de las víctimas de los horrendos hechos del 11 de septiembre, a los padres de los soldados norteamericanos muertos en Afganistán que, mientras proclaman una “guerra infinita contra el terrorismo”, dan refugio y amparo a modernos piratas, ejecutores de un hecho de terrorismo como lo tipifican las legislaciones de EE.UU y Cuba y los convenios internacionales sobre seguridad aérea?
Para colmo de la desvergüenza, el Departamento de Estado norteamericano publica año tras año una lista de países que no combaten el creciente tráfico de personas en el mundo, en cuya versión del 2002 incluyó a 23 naciones, sin nombrar entre ellas a EE.UU, desde donde parten innumerables lanchas rápidas hacia Cuba para trasladar seres humanos hacia aquel territorio por sumas entre 8 000 y 10 000 dólares, sin que los conocidos autores  de estas fechorías sean molestados por las autoridades.
Mientras los ejecutores de actos de terrorismo y secuestro son liberados sin miramientos y criminales como Leonel Macías, asesino del Oficial Roberto Aguilar Reyes, viven en la Florida sin ser molestados por las autoridades; cinco valerosos jóvenes cubanos, luchadores contra el terrorismo, son condenados por la infamia, la venganza y el odio a duras penas de cárcel en aislados reclusorios de los Estados Unidos.
Los hipócritas e inmorales hechos que hoy condenamos son resultado de la desesperación y el odio enceguecido del adversario. Ante el creciente aislamiento internacional de la política anticubana de la administración Bush, el contundente rechazo mundial que acaba de cosechar  el genocida bloqueo contra nuestro pueblo y la evidente oposición mayoritaria de la opinión pública norteamericana a su irresponsable y mezquina política, el gobierno de Estados Unidos y sus ahijados de la mafia anticubana se aferran a la Ley asesina de Ajuste Cubano y a los actos terroristas como sus últimas bazas para destruir a una Revolución que por más de cuatro décadas ha demostrado su fortaleza ante las más inusitadas y criminales agresiones y que ha forjado un pueblo con una sólida conciencia política y una cada vez más elevada cultura.
Pero cada nueva canallada del gobierno norteamericano contra nuestro pueblo, en su trasnochado afán de hegemonía mundial, no hace sino renovar nuestros ímpetus para el combate. Martí nos enseñó que “…los pueblos se disponen a su hora, con la fuerza del instinto, a las grandes batallas”.
Nada nos detendrá ni nos hará retroceder en nuestra lucha. Nuestra moral, nuestros principios, nuestras ideas y la hermosa obra que hemos construido, son armas formidables para destruir las felonías, las groseras mentiras y las cínicas políticas de nuestros adversarios. Sigamos en combate, prestos y altivos, porque sólo los que luchan podrán alcanzar definitivamente la victoria.
¡Viva la Revolución!
¡Viva el Socialismo!
¡Vivan Fidel y Raúl!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!