jueves, 19 de marzo de 2020

Estados Unidos dela alienación corona virus Trump crímen suicidio y capitalismo museo Che Guevara de Buenos Aires Eladio González toto


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19/03/2020
Para contener la pandemia hay que matar la economía
Estados Unidos en el ojo del huracán

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Fuentes: Blog personal

El viernes la OMS declaró que el epicentro de la pandemia ya no era China, sino Europa, pero bien pronto la situación más crítica podríamos tenerla en Estados Unidos. Que Estados Unidos se sitúe en el ojo del huracán parece pulverizar la tesis, lanzada ya en febrero por el centro antiimperialista Global Research, de que el origen de la pandemia estuvo en Estados Unidos y que su gobierno la utilizaba “para poner a la economía china de rodillas”.
El ayatolla Jamenei, líder supremo de Irán, ha seguido esa estela y ha dicho que la pandemia podría ser un “ataque biológico” contra China e Irán, pero a la vista de los perjuicios que se esperan en Estados Unidos de lo que se trataría, más bien, sería de una gran chapuza y una enorme estupidez.
No es que la pandemia haya puesto a “la economía china de rodillas”, sino a la “economía” en general. Y no solo porque lo primero implique lo segundo (dado el tamaño y el papel global de la economía china), sino por la simple razón de que el único medio para controlar la epidemia es, precisamente, matar la economía.
Eso es algo que ya dicen los habituales analistas y estrategas de mercado. Lo más probable es que la pandemia no sea contenida hasta junio, si todo va bien. Europa, dicen, estará en recesión el primer y segundo trimestre. Italia, seguramente todo el año 2020, igual que Alemania, cuyo fuerte vector exportador se revela ahora como talón de Aquiles. Francia, en cambio, por mal que vayan las cosas, podría salir algo menos malparada a causa de la mayor diversificación de su economía. Respecto a Estados Unidos, seguramente conocerá recesión en el segundo trimestre y su tasa de “crecimiento” se reducirá a un 1%… Todo esto son detalles al lado de las posibles repercusiones sobre los mercados financieros.
Como advertía Thomas Piketty bien antes de la pandemia, la situación de las finanzas es más crítica ahora que en 2007, en vísperas del hundimiento. Las burbujas se han inflado, la estructura financiera global está aún más degradada y es más inestable que entonces. Como explica Nomi Prins, después de la crisis de 2008, la política de dinero barato e incluso con interés negativo de los bancos centrales convirtió a estos en una especie de cajeros automáticos para el sistema bancario mundial y los mercados financieros, lo que hizo crecer las burbujas. Gran parte de ese dinero barato de los bancos centrales y sus beneficios fueron a parar a manos del 1% más rico. “Como el Doctor Frankestein, el experimento se convirtió en el monstruo e incrementó aun más las desigualdades”.
Los montos de dinero adoptados en la Unión Europea para prevenir nuevas quiebras son manifiestamente insuficientes. Y lo que es peor: el recurso a una nueva expropiación de las clases medias y bajas en favor de los superricos, a base de recortes y de conversión de deuda privada en deuda pública, será toda una invitación a la revuelta social, pues un segundo atraco difícilmente será comprendido. Claro, todo depende de cuanto duren las parálisis de la pandemia, esa “muerte de la economía”, pero todo indica que se abrirán condiciones extraordinarias para un replanteamiento general de esa “economía”, de nuestra manera de vivir. Si por una vez lo humano -la salud pública- se pone por delante del beneficio, ¿por qué no proseguir por esa senda y de paso solucionar, por ejemplo, la crisis climática?
“Las emergencias sanitarias hacen que los países cancelen normas sagradas para el capitalismo y tomen medidas muy potentes sin esperar a consensos internacionales. Ahora mismo los gobiernos están aprobando medidas unilaterales sin esperar al resto. Si se les da a elegir entre el comercio o proteger a la población, eligen lo segundo, y eso es algo que no está ocurriendo con la crisis climática”, constata Javier Andaluz en un clarificador artículo de Alejandro Tena publicado por Público: La crisis climática: otra gran pandemia pero sin medidas urgentes.
Volviendo a Estados Unidos, Bernie Sanders dijo el lunes que el impacto de la pandemia en su país, en muertes, “será en la escala de una gran guerra”. “Nadie sabe cuantas muertes tendremos pero podrían igualar o superar las víctimas americanas que vimos en la Segunda Guerra Mundial”. Es un pronóstico respaldado por científicos como el director del National Institute of Allergy and Infectious Diseases, Anthony Fauci. Si Trump, que ya ha declarado materia reservada todos los debates de la Casa Blanca sobre la pandemia, es incapaz de entender eso, habría que poner la crisis en manos de, “una autoridad de expertos capaz de guiarse por las recomendaciones científicas y en los hechos”, dice Sanders. ¿Peligra la reelección de Trump? ¿Podría abrirse un momento Roosevelt-New Deal en la sociedad de Estados Unidos?
Desde hoy, Sanders va a hacer bandera principal del sistema de sanidad universal en el país. La pandemia convierte su ausencia no solo en un asunto de justicia, sino también de seguridad nacional. En un país en el que, según se reveló en 2017, tres personas (Bill Gates, Jeff Bezos y Warren Buffett) son más ricas que la suma de la mitad de la población menos favorecida del país (160 millones), los 38 millones de ciudadanos que viven por debajo del umbral de pobreza, los 15 millones de hogares que sufren precariedad alimentaria y los más de medio millón de sin techo, van a sumar ahora las penalidades de la pandemia, cuyos efectos serán diferentes para ricos y pobres. La consideración vale globalmente para todos los pobres del mundo, por lo que, en medio de sus dramas, la pandemia contiene también una invitación a replantear la solidaridad y paliar la desigualdad entre sectores sociales y territorios.
Calentamiento, desigualdad y proliferación militarista de recursos de destrucción masiva, son los tres retos de siglo que la humanidad tiene por delante. El mensaje está ahí, como oportunidad dentro de la pandemia, por si queremos atenderlo. En los próximos meses si Estados Unidos entra en el ojo del huracán, podría convertirse en el mejor terreno de prueba.
(Publicado en Critic)



China Pandemia derrotada lavarse las manos y el cerebro sucio de TN, Clarín, La Nación museo Che guevara Caballito Sergio Ortiz PL


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19 marzo 2020
Coronavirus. Lecciones de China: No sólo hay que lavarse las manos, también el cerebro
Por Sergio Ortiz

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CINCO  LECCIONES  QUE  DEJA  CHINA EN COMBATE AL CORONA VIRUS

Con 81.129 casos y 3.241 muertes a cuestas, China ha sido la vanguardia de lucha contra el coronavirus. Para analizar sus cinco lecciones no sólo hay que lavarse las manos.
SERGIO ORTIZ


Cuando la Organización Mundial de la Salud declaró la enfermedad como pandemia, el 11 de marzo, ya había pasado el pico de contagios y muertes en China, que había luchado en relativa soledad durante los dos meses anteriores. Los números demuestran que el país socialista fue el epicentro de la enfermedad, pues ha sufrido 81.129 casos y 3.241 muertes.
Hace varias semanas, el gobierno de Xi Jinping viene dando informaciones oficiales de que el Covid-19 ha sido derrotado en el país donde aparecieron los primeros casos (lo que no significa que el virus se haya originado allí).
El 18 de marzo la Comisión Nacional de Salud de China informó que el día anterior por primera vez hubo cero casos sospechosos locales de la enfermedad. La totalidad de los 21 casos sospechosos de ese día fueron importados. Mi Feng, funcionario de la Comisión Nacional de Salud, dijo que la provincia de Hubei, la más afectada por el coronavirus, no ha reportado nuevos casos confirmados locales durante 13 días consecutivos fuera de su capital, Wuhan. El personal médico que apoya a Hubei en la lucha contra la epidemia se estaba despidiendo de la provincia de manera ordenada. Los 16 hospitales temporales que se habían puesto en funcionamiento en Wuhan fueron levantados, ya sin pacientes que atender.
En contraste, el coronavirus dejó hasta ayer más de 8.000 muertos en 162 países, con 214.000 contagiados. Italia tiene 35.713 casos y 2.978 muertes, Irán 17.361 y 1.135 muertes y España 14.746 con 638 muertes. Alemania contabiliza 9.436 infectados, Corea del Sur 8.413, Francia contabiliza 7.730 afectados, Estados Unidos 6.509, Suiza 2.742 y el Reino Unido 1.960. En Brasil hay 394 enfermos y dos muertes, Chile tiene 201 contagiados, Perú 117, Ecuador 111 y Argentina 97 enfermos y 2 muertes.
Todos los consejos sobre prevención empiezan diciendo que hay que lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón por al menos 20 segundos. Pero también debería incluirse el «lavado de cerebro», o sea pensar, usar nuestra cabeza y renovar nuestras ideas, tirando las viejas. El votante norteamericano que en las generales de noviembre próximo vote a Trump, no habrá sacado lecciones del coronavirus. Quizás se lavó las manos pero no se lavó el cerebro.

Lecciones sociales.
La prensa anticomunista en el mundo, con Clarín e Infobae como destacados ejemplos «nacionales», habla pestes del gobierno chino: «dictatorial», de partido único, etc. Ultimamente lo venía calumniando a propósito de las manifestaciones pro-capitalistas en Hong Kong. Esa campaña repetida 24 horas del día por muchos años suele dejar heridas profundas en la mente de la gente.
El Covid-19 mostró al gobierno de Xi Jinping como muy sensible. El presidente se puso a la cabeza de la lucha contra la epidemia, visitando Wuhan, ordenando la cuarentena de millones de personas en el país (sólo en Hubei 60 millones) por todo el tiempo que fuera necesario. Esa orden fue cumplida, siendo clave para evitar la propagación.
Si la primera lección podría denominarse «No subestimar la enfermedad», la segunda sería «Tener un buen gobierno al frente de las tareas». China lo tiene. Muchos países capitalistas no pueden decir lo mismo.
El tercer asunto vinculado tiene que ver con el sistema sanitario. En Estados Unidos hay 30 millones de personas sin seguro de salud y otros 40 millones que tienen sistemas limitados. A cada persona le han cobrado 3.000 dólares para hacer el test sobre coronavirus en hospitales y la medicina privada. Trump disolvió o achicó entidades estatales relacionadas con la salud. En Italia y España había habido fuertes recortes de la salud, propios del neoliberalismo, y las consecuencias están a la vista.
En China la salud es gratuita, el Estado está presente y envió 46.000 médicos a cuidar la salud en Hubei durante el pico de la crisis, puso allí 16 hospitales temporales y construyó dos nuevos de 1.000 y 1.600 camas en diez días de labor.
La tercera conclusión sería «Salud para todos, la Salud es un derecho humano». La campaña progresista de Bernie Sanders plantea «Medicare para todos o coronavirus para todos». Excelente. La salvedad es que se trata de una consigna en las primarias estadounidenses, pero en la República Popular China es una realidad.
Tratándose de una emergencia sanitaria es lógico que estén en consideración los medicamentos. Cuando Trump cayó en la cuenta de la epidemia, ofertó mil millones de dólares a quien descubriera la vacuna.
En China para curar los enfermos en general, sobre todo los casos menos graves, en todo el país en el 96.37 por ciento de los casos fue utilizada la Medicina Tradicional China (MTC), porcentaje que bajó levemente, al 91.05, en la provincia de Hubei. También han usado interferón cubano, otros fármacos chinos y de origen japonés.
Al mismo tiempo están a punto de comenzar a experimentar una vacuna propia. La Academia Militar de Ciencias Médicas de China informó que desarrolló con éxito una vacuna recombinante contra el Covid-19. Fue desarrollada desde mediados de febrero por un equipo de científicos liderado por Chen Wei, una de las expertas en los virus del SARS y el Ebola. Así lo informó Reuters, citando al Ministerio de Defensa.
La cuarta enseñanza de China es que los remedios y vacunas deben estar en manos del Estado y empresas y laboratorios nacionales, no en las multinacionales.
Ultimo pero no menos importante, «and last but not least» como dicen los británicos, para afrontar una crisis de esta índole la sociedad debe tener lazos de solidaridad muy fuertes. En Argentina se dijo bien «La Patria es el otro», pero lamentablemente el 51 por ciento macrista de 2015 y el 40 por ciento de 2019 no es solidario, como lo mostraron otra vez los sojeros.
La sociedad china tiene desigualdades, porque el socialismo no es igualdad absoluta, hay clases y problemas sociales, pero con un piso alto de fraternidad. De allí que el quinto punto surgido de Wuhan es luchar juntos para salvarse entre todos, no sólo en el país sino en el mundo, siendo solidarios con Italia, Irán, España, etc.
El cronista expuso cinco lecciones de China, que son muchas más, diez o veinte. Al exponerlas tuvo que usar su cabeza. Ahora sí se va a lavar las manos con agua y jabón.

fuente: La Arena


Mil náufragos de la insolidaridad encontraron HOME and LOVE en Cuba la revolucionaria indómita isla de Fidel Castro museo Che Guevara de Buenos Aires Eladio González toto


Cubadebate
Cuba salva
19 marzo 2020

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El Braemar en el Puerto del Mariel. Foto: CNN

El crucero MS Braemar, con 5 casos confirmados de Covid-19 y un millar de personas a bordo, atracó poco antes del amanecer de este miércoles en el Puerto de Mariel, a 40 kilómetros de La Habana. El corredor de evacuación aeroportuaria hacia la pista de la terminal internacional “José Martí”, desde donde cuatro aviones del Reino Unido trasladaron a los evacuados, marchó con la precisión de un mecanismo de relojería.
Mientras el mundo contiene el aliento y resulta imposible predecir las consecuencias de la pandemia, Cuba fue noticia ayer por el trasbordo de los más de mil pasajeros y tripulantes del Braemar quienes, desde el 8 de marzo, estaban confinados en un buque fantasma en el Caribe.  
La odisea comenzó cuando el crucero de la compañía británica Fed Olsen arribó a Cartagena, donde descendió una estadounidense diagnosticada poco después con coronavirus. A partir de ese momento cinco puertos caribeños negaron la entrada al buque y las familias de los cruceristas acudieron a los medios para expresar temor por la suerte de sus seres queridos y la posibilidad de que se vieran obligados a recorrer el largo camino de regreso a Europa, expuestos al contagio masivo y quizás a una muerte a escala industrial antes de que el barco pudiera llegar a Gran Bretaña.
El alarmismo y el morbo mediático que se vive por estos días con el nuevo coronavirus, convirtieron a los pasajeros y tripulantes en una suerte de apestados. Anthea Guthrie, pasajera del Braemar y jardinera jubilada, mostró en su página de Facebook un video del momento en que el crucero era abastecido a 25 millas de uno de los puertos donde no pudo atracar.  Un barco remolcó una segunda barcaza rudimentaria, sin motor ni tripulantes, para acercar al Braemar sacos de arroz y racimos de plátano, que miembros de la tripulación británica subieron a bordo en medio de la noche, como fugitivos en una expedición pirata.
El testimonio de ese momento lo compartió Anthea después de conocida la buena noticia de que Cuba los recibiría. Ella publicó, también, otro video en que los pasajeros, relajados sobre cubierta, agradecían el gesto solidario de la isla y levantaban copas a la salud de los cubanos. Como toda una veterana en las redes, no solo ha estado reportando desde el barco, sino que incluyó la etiqueta #DunkirkSpirit (Espíritu Dunkerque), que alude a la evacuación de 330 000 soldados aliados -la mayoría británicos- de las costas francesas en mayo de 1940, al inicio de la Segunda Guerra Mundial, cuando Adolfo Hitler parecía invencible.
“Para nosotros Dunkerque no habla solo de heroísmo, sino de humanidad. Significa que hay salidas en la peor de las circunstancias y, esta vez, tendremos que agradecérselo a Cuba”, comentó Anthea aliviada tras la noticia de que el crucero atracaría en la isla.
La decisión de La Habana de permitir la entrada al MS Braemar, después de la solicitud del gobierno de Reino Unido e Irlanda del Norte, no extrañó a los cubanos, que tienen una larga tradición de colaboración médica y humanitaria. Desde los inicios de la década de 1960, miles de trabajadores de la salud han colaborado con casi todos los países pobres de este mundo. Más de 35 000 estudiantes de Medicina de 138 países se han preparado gratuitamente en la isla. Tras los devastadores terremotos de Pakistán (2005) y Haití (2010), o durante la crisis del ébola en África occidental, en 2014, los médicos cubanos fueron los primeros en llegar a los territorios marcados por la devastación.
La colaboración cubana de salud y sus indiscutibles resultados científicos, particularmente en el campo de la biotecnología, han provocado ira ponzoñosa en los privilegiados de siempre y simpatía y calidez en los ninguneados de siempre. Pero “la verdad de Cuba”, tabla salvadora para muchos durante la pandemia del Covid-10, ha inclinado la balanza hacia las expresiones de cariño dirigidas al “ejército de batas blancas”.  Los gobiernos latinoamericanos que bajo presión de Washington expulsaron a los médicos, hoy viven el doble calvario del coronavirus y del reclamo de sus pueblos por semejante acto de soberbia y estupidez. Una fila de países reclama la colaboración médica y los fármacos de la Isla, que han demostrado su efectividad en el tratamiento de los enfermos.
La gran paradoja es que, mientras los barcos con petróleo y alimentos contratados por Cuba son acosados por Estados Unidos, los barcos con los enfermos que nadie quiere en sus puertos reciben solidaridad y respeto en Cuba. El régimen de Trump, por cierto, se negó a recibir a Braemar, de acuerdo con artículo que publicó este miércoles el diario The Independent.
Las dos palabras más repetidas desde ayer en Twitter son “Cuba salva”. Ninguna casualidad.
(Publicado originalmente en La Jornada)

http://www.cubadebate.cu/opinion/2020/03/19/cuba-salva/#.XnPC4jRpnIU

programa radial de Liga Derechos Humanos en Argentina los sábados 12 a 14 hs. Radio Rebelde museo Che Guevara de Buenos Aires Toto


tu celular desinfectalo de esta forma protegete también el de tus niños Facultad Bioquimica museo Che Guevara de Caballito Toto