martes, 20 de octubre de 2020

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GOLPES DE ESTADO EN BOLIVIA.

XXII.-  HISTORIA PARA CONTAR.

Por Froilán González y Adys Cupull.

El mismo guion para todos los tiempos.

La historia del boliviano Gustavo Sánchez Salazar, es apasionante, en su condición de viceministro del Ministerio de Gobierno (Interior) de Bolivia durante el gobierno del doctor Hernán Siles Zuazo, dirigió el operativo que en enero de 1983 entregó a Francia al criminal nazi Klaus Barbie.

 

Otro hito importante en su vida fue durante los acontecimientos guerrilleros del Che y su desempeño como corresponsal de guerra del periódico El Diario y contribuyó de manera destacada a la publicación del Primer Comunicado del Ejército de Liberación Nacional de Bolivia con gran repercusión nacional e internacionalmente.

 

Es uno de los autores del libro “El Gran Rebelde. El Che Guevara en Bolivia”, junto a su colega paraguayo, Luis González, quien fuera agregado militar de su país en Bolivia, donde ejerció el periodismo y la docencia. 

 

Lo conocimos en 1982 cuando nos preparábamos para ocupar nuestras responsabilidades diplomáticas en Bolivia, interrumpidas desde 1964, al imponer el gobierno de Estados Unidos la ruptura con el país hermano.  

Gustavo Sánchez Salazar es un reconocido y destacado político, fundador del Movimiento Nacionalista Revolucionario, periodista, luchador comprometido con la Revolución cubana y especialmente con Fidel y el Comandante Manuel Piñeiro.

Después del Golpe de Estado y la dictadura del general Hugo Banzer vivió en Cuba, trabajó como periodista en Prensa Latina y dirigió en Radio Habana Cuba los programas en quechua, idioma que hablaba a la perfección.

Graduado en 1949 en la Universidad de Cochabamba donde se destacó como dirigente estudiantil y participó en la Revolución del 9 de abril de 1952, para más tarde dedicarse al periodismo en importantes medios de prensa, entre ellos El Mundo, Extra, Prensa Libre y la Agencia Nacional de Noticias FIDES.

 

Su hermano Rubén Sánchez, primer alto oficial boliviano prisionero de los guerrilleros se comprometió con Inti Peredo a sacar y publicar el Primer Comunicado y formar parte de los que luchaban para salvar a Bolivia del sometimiento y dominio del Imperialismo norteamericano.

 

Rubén se integró al trabajo clandestino para apoyar como miembro activo al Ejército de Liberación Nacional, más tarde colaboró con los guerrilleros de Teoponte, participó contra las fuerzas derechistas que pretendían derrocar al general Alfredo Ovando y junto a los militares nacionalistas, llevaron al poder al general Juan José Torres. Fue designado comandante del Regimiento Colorado y de la Escolta Presidencial. Participó en el plan secreto para poner en libertad a Regis Debray, Ciro Roberto Bustos y otros guerrilleros desde la prisión de Camiri.

 

El coronel Rubén Sánchez junto a militares nacionalistas se enfrentó al Golpe de Estado del general Hugo Banzer, mientras se encontraba en pleno combate, un francotirador mató a su hijo mayor y a su hija Loida la detuvieron.

 

En el exilio trabajó con Juan José Torres en la restructuración de la Alianza de Izquierda Nacional (ALIN) y después del asesinato de Torres, formó parte del Partido Revolucionario de los Trabajadores de Bolivia y trabajó intensamente en la organización de los campesinos quechuas, idioma que dominaba a la perfección, considerado de inteligencia superior, sagacidad y alta capacidad militar y nacionalista.

 

Mantuvo relaciones con los revolucionarios Mario Roberto Santucho de Argentina, Edgardo Enríquez del MIR Chileno y Raúl Sendic de los Tupamaros del Uruguay y adoptó el seudónimo de Jesús y Poncho Negro.

 

Su hermano Gustavo Sánchez ocupó desde 1982 altas responsabilidades durante el gobierno del doctor Hernán Siles Zuazo, quien lo designó para cumplir secretamente la delicada misión de dirigir el operativo para entregar al gobierno francés a Klaus Barbie, conocidos como el carnicero de Lyon durante la ocupación alemana y acreditó a Gustavo Sánchez como su negociador personal con el gobierno francés y le orientó compartimentar al Ministro del Interior y a la embajada de Estados Unidos.

 

Mientras se llevaban a cabo las negociaciones secretas, Barbie fue llevado a prisión por una deuda de diez mil dólares a la empresa estatal Camibol y decidió pagarla rápidamente para salir en libertad

 

Gustavo Sánchez fue informado que los norteamericanos por una parte y los narcotraficantes por otra querían liberar a Barbie para ocultarlo en algún remoto lugar y tal vez desaparecerlo para siempre, actuó con rapidez para mantenerlo preso legalmente y gestionó con la Fiscalía le exigieran pagar los intereses de la deuda a través de un trámite engorroso y dilatado. 

 

En enero de 1983 todo estaba arreglado con Regis Debray, representante de François Mitterrand en las negociaciones y como no existía tratado de extradición con Francia, la decisión fue preparar un avión que lo trasladara en calidad de deportado hasta la capital de la Guyana francesa y allí entregarlo a las autoridades del país galo. 

 

En febrero de 1983 el gobierno del doctor Hernán Siles Zuazo lo designó director de Inmigración y Extranjería, dependencia del Ministerio de Gobierno (Interior) con el fin de proporcionarle la cobertura jurídica en esos trámites.

 

La Embajada Norteamericana se opuso a la designación y al reclamarle al Presidente, les respondió que los bolivianos decidían quienes eran sus funcionarios, se marcharon contrariados y en respuesta Siles Zuazo lo ascendió a viceministro, con la oposición abierta del Ministro Mario Roncal. Los norteamericanos lo interpretaron como un desafío.

 

La operación de la entrega de Barbie sorprendió a la opinión pública y ocupó todos los espacios informativos. El Ministro del Interior y la embajada de Estados Unidos se enteraron a través de los noticieros.

 

Gustavo Sánchez contó que el jefe de la CIA en Bolivia, le pidió una entrevista urgente con el objetivo de protestar por no comunicarle y coordinar la entrega de Barbie a Francia, le propuso buenas relaciones, trabajar juntos y finalmente trató de comprarlo y reclutarlo. Le respondió: “Yo nunca serví a ninguna potencia. Sirvo a mi pueblo, a mi partido (Movimiento Nacionalista Revolucionario) y a mi Gobierno y estoy orgulloso de ser boliviano.”

 

Después de esa reacción comenzó a recibir amenazas de muerte, lo acusaron de haber vendido a Barbie por 100 mil dólares y otras calumnias. En una conferencia de prensa expresó: “No tengo temor a la muerte. Mi conciencia está en paz. Y si llega una bala perdida, o un carro que pierde el control o cae una teja, ya servimos en algo a la humanidad, llevando al banquillo a un criminal.”

 

La CIA continuó con sus campañas contra Gustavo Sánchez y actualizaron un viejo crimen de más de 10 años atrás, para acusarlo como el autor intelectual y organizador del asesinato del senador Jorge Soliz Román, enemigo de los generales Alfredo Ovando y Juan José Torres, dirigente de una asociación campesina organizada por Barrientos, que fue acribillado a balazos por personas desconocidas que interceptaron su vehículo a cuatro kilómetros de Cochabamba.

 

Dieciocho tiros de ametralladora le perforaron el cuerpo. Algunos de los entrevistados aseguraron que el crimen a finales de 1969 obedeció a intereses de la CIA, con el propósito de aglutinar a los militares barrientistas contra los generales Alfredo Ovando y Juan José Torres.

 

Gustavo Sánchez fue invitado a Francia para participar como testigo en el juicio a Barbie y presentar el expediente y documentos sobre los crímenes del nazi fascista en Bolivia.

 

Según la prensa le planteó a Jacques Vergés, abogado de la defensa y al tribunal, que a Barbie había que condenarlo por los crímenes contra los judíos y los franceses, pero también por ponerse al servicio de los norteamericanos, y amparado por ellos se fue hasta América del Sur y se instaló en Bolivia, donde cometió múltiples crímenes.

 

Según esos despachos añadió que también había que condenar al FMI, por estar matando de hambre a los pueblos latinoamericanos y provocar más víctimas que los propios dictadores militares. 

 

Les pidió a los franceses lo juzgaran también por las redes nazis que se extendieron en América Latina y su complicidad y participación con las dictaduras, la corrupción, el narcotráfico, el Plan Cóndor y sus vinculaciones con la inteligencia norteamericana.

 

Declaró que Francia, España y Europa debían tener una solución para América Latina integral, y no permitir que su política exterior estuviera diseñada en Washington, porque era una olla de presión a punto de explotar en cualquier momento, lo que constituía un gran peligro, no sólo para Bolivia y América Latina sino para Europa y la paz mundial, porque en nuestros países había mucha gente dispuesta a seguir luchando para vivir en paz y progresar.

Los norteamericanos no le perdonaron esas declaraciones y presionaron al Ministro de Gobierno para que lo sustituyera. En marzo de 1985 el Ministro le planteó al Presidente la necesidad de remplazar a Gustavo o presentaba su renuncia. Siles Zuazo respondió: “Preséntela. Será inmediatamente aceptada.” De ese modo designó a Gustavo Sánchez, Ministro de Gobierno y Ministro Interino de Relaciones Exteriores, que también renunció.

Gustavo Sánchez prestó valiosa ayuda en nuestras investigaciones históricas sobre los acontecimientos guerrilleros y gestionó el encuentro con su hermano Rubén Sánchez, nos presentó a varias personalidades entre ellas un boliviano, que cumplió misión diplomática en Estados Unidos, ex agente de la CIA y ex empleado de la embajada de Estados Unidos en La Paz.

Expresó eran grandes amigos, de plena confianza, bien informado, patriota, antimperialista, y anti norteamericano, había cultivado buenas relaciones con otros empleados de la misión diplomática de Estados Unidos, lo que le permitía una buena radiografía de las contradicciones y conflictos que se generaban dentro de ella.

 

El amigo del Ministro, hizo una buena exposición de esas interioridades, especialmente, como vivieron los momentos, de la captura del Che, el asesinato y los comentarios en esa sede diplomática y la presencia de especialistas, para alterar el Diario del Che.

 

Algunas de las informaciones fueron utilizadas en nuestro libro La CIA contra el Che, entre ellas, la presencia de un lituano agente CIA, quien llegó a Bolivia en julio de 1967 al frente de la campaña desinformadora contra la guerrilla y fue la persona que comunicó a Radio Fides que el Che murió por graves heridas, antes de que ocurriera el asesinato. 

 

Con esa información, a través de la Embajada Soviética en La Habana, pudimos conocer que el lituano, se llamaba Antanas Silvestro Dambrava Vitaustas, graduado de leyes y arte teatral en la universidad de Vilnius, capital de Lituania y que cuando las tropas hitlerianas fueron derrotadas, huyó y se estableció en Austria, donde comenzó a trabajar para los norteamericanos. 

 

En   1947 estableció su residencia en Estados Unidos,  trabajó como locutor en la emisora oficial, La Voz de los Estados Unidos de América, redactor de programas para Europa Oriental, desde donde transmitía infundios y campañas divisionistas, jefe de sección de acontecimientos especiales, jefe de la Sección Latinoamericana y desde mediados de 1965, hasta principio de 1967, jefe informativo de La Voz de los Estados Unidos de América en Saigón, capital de Vietnam del Sur, donde elaboraba las noticias, que el mundo debía conocer, de acuerdo a los intereses de Estados Unidos.

 

El amigo de Gustavo Sánchez entre muchos comentarios, contó los entretelones del secuestro, del presidente Hernán Siles Suazo ocurrido en 1984, cuando la CIA trató de impedir una ceremonia de condecoración.

 

Narró que, poco antes de comenzar el acto, hicieron una llamada anónima, para informar que habían colocado una bomba en el Salón de los Espejos de la Alcaldía Municipal, donde se encontraban los invitados especiales, entre ellos, el cuerpo diplomático, medios de difusión, políticos y personalidades del mundo de la cultura. La voz anónima dijo, se realizaría un secuestro masivo, lo que provocó el pánico y un estampido de casi la totalidad de los invitados que abandonaron precipitadamente el lugar. 

 

Gustavo Sánchez nos invitó a otros encuentros con su amigo, algunas veces nos reuníamos en unas oficinas para sus encuentros no públicos. Esa persona siempre se mostró discreto, profundo admirador de la Revolución cubana y de Fidel Castro y del Che. Después de nuestro regreso a La Habana, no volvimos a verlo.

 

En 2013, en la ciudad de Cochabamba y en compañía de un buen amigo, ex cónsul de su país, visitamos a Gustavo Sánchez, estaba delicado de salud y quería agradecernos el reconocimiento a su colaboración, en la investigación histórica cuando publicamos nuestro libro El asesinato del Che en Bolivia. Revelaciones. Hablamos largamente y se filmó la entrevista para un documental sobre su intensa vida que en algún momento concluiremos y daremos a la publicidad.

 

En esa visita en su residencia en Cochabamba, llamamos a su hermano Rubén y a su hija Loida, a quienes visitamos. También a varios de sus amigos, entre ellos, al ex agente de la CIA y ex empleado de la embajada de Estados Unidos en La Paz con quien acordamos vernos dos días después.

 

En la fecha prevista nos reunimos y entre los temas abordados estuvo la irrupción de Evo Morales en la escena política nacional, de quien Gustavo Sánchez era un profundo admirador y su hijo mayor uno de sus ministros. La conversación con el amigo de Gustavo la abordaremos en el próximo artículo.

 

Continuará

 

XXIII.-  CON EL AMIGO DE GUSTAVO.

Por Froilán González y Adys Cupull.

El mismo guion para todos los tiempos.

Tal como estaba acordado nos reunimos con el amigo de Gustavo Sánchez quien expresó que, desde el comienzo de Evo Morales como líder de los cocaleros, los norteamericanos le habían aplicado un sistemático estudio y seguimiento, intensificado ante la posibilidad de que llegara al poder, primero como diputado, luego como candidato a la presidencia y especialmente cuando ganó las elecciones.

 

Afirmó que cuando se haga un libro sobre las mentiras, calumnias y difamaciones que divulga la Embajada norteamericana y la CIA contra Evo Morales asombraría a muchos por la cantidad de páginas y expresó: 

 

“Se ha tejido una telenovela, con declaraciones de agentes, ex agentes, oficiales o autoridades comprometidas con la CIA o los norteamericanos, algunos comprados, otros resentidos, amenazados, con diferentes chantajes y otros obligados a acogerse a la condición de testigos protegidos y hacer declaraciones de esas mentiras, para darle validez y credibilidad.

 

“La injerencia de la CIA en Bolivia siempre ha sido intensa, pero desde que comenzaron a organizar a las ONG como una dependencia de esta, y la llegada de Evo Morales al poder, se extendió con mucha fuerza, con el propósito de derrotarlo.”

 

Cada vez que visitábamos Bolivia lo saludábamos telefónicamente y el 8 de abril del 2018 nos reunimos y le propusimos entrevistarlo para un serial televisivo sobre la injerencia de la CIA y la embajada de Estados Unidos en Bolivia, pero amablemente declinó la invitación indicando no quería afectar a su familia, porque sus hijos y nietos vivían en Estados Unidos y tenía que velar por su seguridad y tranquilidad, pero podía ofrecernos, algunas informaciones de interés.

 

Al día siguiente nos reunimos nuevamente, entregó varios libros, revistas, recortes de periódicos, apuntes personales, notas, una colección de artículos y nos presentó a una persona, que dijo llamarse Jesús Carrera, periodista, analista político, y abogado, que sirvió a la CIA en asuntos jurídicos.

 

Carrera aceptó hablar sin filmación, se refirieron a la convocatoria del referendo para que Evo Morales y Álvaro García Linera pudieran candidatear para un nuevo mandato y que la campaña por el NO fue agresiva y llena de mentiras, calumnias, vulgaridades y hasta ofensas al honor y la dignidad personal, que lamentablemente fueron creídas en determinados sectores de la población.

 

Señalaron que la Embajada de Estados Unidos y la CIA, tenía previsto, en caso de ganar el SI, denunciar un gigantesco fraude a través de Luis Almagro, Secretario General de la OEA, previamente coordinado por el Departamento de Estado de Estados Unidos, donde se denunciaría que, en barrios densamente poblados de Cochabamba, Santa Cruz, Beni y Tarija, aparecieron centenares de urnas, con boletas falsas del NO, eliminadas por la comisión electoral cómplice del Gobierno.

 

También prepararon a falsos testigos, previamente pagados, que formularían las correspondientes denuncias y otros que declararían recibir dinero y falsas promesas, para votar por el SI.

 

Manifestaron que en la Embajada norteamericana tenían un expediente sucio, para acusar a Evo Morales, junto a sus colaboradores más cercanos, de narcotraficantes, matriz de opinión, que han ido construyendo y preparaban un Golpe suave y si fallaba, aplicar la violencia, a través de grupos marginales, delincuentes, drogadictos, traficantes y mal vivientes de La Paz y Santa Cruz.

 

Tenían proyectadas mentiras y calumnias que implicaran al presidente, vicepresidente y sus más cercanos colaboradores, sobre hechos falsos de faldas, inmoralidades, presunto tráfico de influencias, robos, corrupciones, estafas, contrabandos, fraudes, para desmoralizar y desmovilizar a los seguidores del gobierno.

 

Expresaron que contaban con analistas políticos, económicos, académicos, escritores, artistas, investigadores, periodistas y comentaristas televisivos, para atacar al Gobierno y centrar  sus críticas en  el fraude por el SI, y acusarlos de ocultar errores, unos reales y otros inventados o dimensionados y le daban    especial importancia a los llamados ideólogos del socialismo del siglo XXI, enmascarados como socialistas, revolucionarios, izquierdistas, pero en realidad al servicio de la CIA y del  imperialismo norteamericano, o son sus agentes.

 

Manifestaron que la Embajada norteamericana, contaba con un fichero, con nombres de artistas, intelectuales, políticos, académicos, con afinidades políticas o ideológicas y algunos que pudieran comprar, sobornar o chantajear, para firmar un llamamiento de condena al presidente y al vicepresidente por el fraude del SI y evitar el reconocimiento internacional y además sirviera a Luis Almagro para legitimar la convocatoria a una reunión extraordinaria de la OEA, para no reconocer el resultado del referendo y en la Embajada norteamericana, algunos funcionarios estaban dedicados exclusivamente a utilizar  a periodistas para difamar al Gobierno.

 

También expresaron que la CIA contaba con agentes para hacer labores de seguimiento a figuras políticas, militares, funcionarios de gobierno, policía y dirigentes de movimientos sociales, que deseaban denigrar y criminalizar.

 

Afirmaron que la CIA llevaba varios años comprando o comprometiendo a algunos dirigentes mineros, sociales, cocaleros, cooperativistas, fabriles y otros, para fomentar contradicciones, entre cocaleros de los Yungas y del Chapare, provocar enfrentamientos, que originara muertos y heridos, bloquear caminos y carreteras para protestar por el SI y culpar al gobierno de Evo de esos muertos o heridos.

 

Refirieron que la CIA contaban con grupos de calle, para si ganaba el SI, protestar y en medio de la confusión, disparar, culpar al gobierno y acudir a la OEA, a través de Luis Almagro, que estaba chantajeado por la CIA, por un pasado turbio, corrupto, asqueroso y lleno de traiciones y deslealtades, para convocar una reunión extraordinaria de la OEA y descalificar el SI, acusar al Gobierno de masacres; pero como ganó el NO, todo el plan MADE IN USA se vino abajo.”

 

El amigo de Gustavo Sánchez y Jesús Carrera, manifestaron, que el plan contaba con el apoyo de algunos de los dirigentes de los partidos de oposición, lacayos, sin capacidad de hacer nada sin apoyo, asesoramiento y financiamiento de Estados Unidos y destacaron entre ellos a Tuto Quiroga, Samuel Doria Medina y Carlos Sánchez Berzaín a los que catalogaron como engendros de Estados Unidos.

 

Indicaron que una línea de trabajo de la CIA, era intrigar y calumniar entre grupos de revolucionarios, para alejarlos del gobierno y activar a los movimientos separatistas, cuyas acciones más fuertes, se llevaron a cabo en 2008 y 2009, razones por las cuales, el gobierno puso al descubierto la participación activa del Embajador norteamericano Philip Golberg en esos planes y lo expulsó del país, lo declaró persona no grata, al calificarlo de experto en alentar conflictos separatistas y acusarlo de conspirar con la oposición boliviana contra su Gobierno.

 

“Antes de que Trump lo designara embajador en Bolivia, estuvo en la oficina del Departamento de Estado para Bosnia, durante la guerra de los Balcanes y jefe de misión en Kosovo dirigiendo la división de esos países. Según conocemos después fue subsecretario de Estado adjunto para Inteligencia e investigación.”

 

Manifestaron que, los norteamericanos contaban con periodistas dedicados a montar campañas en la prensa y mencionaron algunos nombres y órganos de prensa de esos asalariados de la CIA, en Estados Unidos, Brasil, Uruguay, Colombia, Chile y España. Entregaron varios documentos de análisis, entre ellos un artículo sobre la DEA, de un autor de apellido Nikandrov, que expresa:

 

¨…Durante muchos años Bolivia estuvo dependiendo por completo de Estados Unidos, políticamente, financieramente y económicamente. La estación local de la CIA tenía una oficina permanente en el Palacio Presidencial, el agregado militar norteamericano controlaba al Ejército y la misión del FMI emitía órdenes al Ministerio de Economía. La Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA) operaba sin el menor control utilizando sus poderes para comprometer a cualquier político inconveniente, sindicalista o líder de organizaciones indígenas.

 

¨Parecía como que no había ninguna manera de que los bolivianos pudieran liberase de este dominio. Sin embargo, Evo Morales y un grupo de personas afines a su lado lograron restablecer la independencia y la soberanía del país…”

 

“La incondicional dominación norteamericana llegó a su fin con la nacionalización de sus yacimientos de petróleo y gas, con la aprobación de una nueva constitución, con la incorporación de la población originaria a la vida política y económica y el ingreso del país al movimiento por la unificación de Latinoamérica. ¨  

 

Esas opiniones y consideraciones fueron transmitidas a las autoridades competentes del gobierno de Evo Morales, pero ante los últimos acontecimientos y el Golpe de Estado de noviembre del 2019, vamos a publicar casi íntegra la entrevista del abogado Jesús Carrera, aunque hay que tomarlo como punto de partida para nuevas investigaciones, pero en todo caso reflejan las opiniones personales de Carrera, vinculado a la Embajada Norteamericana en La Paz, la DEA y la CIA.

 

Continuará.

 

 

XXIV.- INFORME DE JESÚS CARRERA.

Por Froilán González y Adys Cupull.

El mismo guion para todos los tiempos.

“Soy abogado, analista político y de Inteligencia. Como abogado tuve relaciones con agentes de la DEA y la CIA cuando estaban en la base en Chimoré, en el Chapare, desde los años 90 hasta 2005 y después he mantenido relaciones con algunos de ellos y comunicaciones personales con colaboradores o empleados en la embajada norteamericana. Eso me ha permitido manejar algo de información para mis análisis.

 

“Sobre la intervención de los norteamericanos en Bolivia siempre la hubo y desde los años 80, creció con la presencia de la DEA que infiltró prácticamente a todo el gobierno, en especial los ministerios de Gobierno (Interior), la Presidencia, Relaciones Exteriores, el Alto Mando Militar y la cúpula de la policía. Después proliferaron las fundaciones y ONG que siguen las políticas de la CIA e infiltran y captan agentes o colaboradores en todos los sectores y oficinas gubernamentales.

 

“La CIA está en Bolivia desde los años 50, y la DEA desde finales de los 70 pero se entronizó con los Golpes de Estado de Banzer y García Meza, ambos con apoyo de la Embajada de Estados Unidos y el financiamiento de grupos de narcotraficantes con el beneplácito de los norteamericanos.

 

“Durante el gobierno de García Meza su Ministro del Interior, Luis Arce Gómez, favoreció a sus socios del clan Roberto Suárez, primo hermano de Arce Gómez y Sonia Atala, ambos financiadores del Golpe de Estado de 1980, Sonia era miembro de la mayor corporación de la droga y del más poderoso clan en Bolivia dirigido por una mujer.

“Atala, cruceña y sobrina del narcotraficante Hugo Hurtado-Candia, vendía televisores y radios en Panamá hasta que fue contratada por Luis Arce Gómez y después del Golpe de 1980 varios capos de las drogas se instalaron en Bolivia y Arce Gómez puso a Sonia a cargo de tráfico de cocaína y lavado de dinero.

“Es muy hermosa, pero fatal, podía ordenar la muerte de cualquiera en cualquier parte del país. Su mansión en Santa Cruz fue conocida como   la "Casa de las torturas", debido a los tormentos y asesinatos crueles a sus competidores, era protegida por un grupo de paramilitares organizados por el neonazi Klaus Barbie.

“Atala fue muy poderosa, comenzó a trabajar para la DEA cuando se negó a pagar un envío de cocaína al Cartel de Medellín, la denunciaron y la DEA la reclutó y la utilizaron como testigo clave en el juicio a Luis Arce Gómez en Estados Unidos, se declaró culpable y recibió una sentencia menor a cambio de información incriminatoria y declarar contra Evo Morales.  

“Para las elecciones de 2019 se avecina la ejecución del plan de la CIA y la DEA contra Evo Morales y aplicar el expediente sucio de ¨narcotraficante¨ montado durante años y a varios de sus más cercanos colaboradores, para solicitar la extradición y condenarlos en Estados Unidos y de no lograr la extradición, secuestrarlos o asesinarlos.

“Han tejido una novela,  apuntalada con múltiples declaraciones de sus agentes, ex agentes y oficiales o autoridades comprometidos y amenazados por la DEA, obligados a acogerse a la condición de testigo protegido; entre ellos los generales René Sanabria y Oscar Nina, el mayor Fabricio Ormachea, el fiscal Marcelo Soza, el norteamericano Jacob Ostreicher y el ex prefecto y senador por el departamento de Pando, Roger Pinto y otros nombres que sorprenderán a muchos.

“La operación para detener al general René Sanabria, se reunieron en la embajada americana por los agentes de la DEA Reginald Tillery, Andy Banks y el oficial de la CIA Rodney Delano Smith, para ultimar detalles de la operación que culminaría con la detención de Sanabria en Panamá. 

 

“En la prensa se denunció que agentes de la CIA y de la DEA, Salvador Leyva y Edgar Fernando Fritz, viajaron a Bolivia como parte de un operativo para fabricar pruebas e involucrar a figuras del Gobierno de Evo en actividades de narcotráfico y afectar su imagen, pretendían utilizar a ex miembros y oficiales activos de la Policía como supuestos testigos. 

 

“Esas revelaciones se publicaron y provocaron gran revuelo en la embajada norteamericana porque se sintió descubierta y temieron que Evo los expulsara como había hecho con la USAID y en menos de 24 horas de la publicación la embajada de Estados Unidos anunció el retiro de la Oficina de Asuntos Antinarcóticos de Bolivia.

 

El reconocido periodista Jaime Salvatierra denunció que esta conspiración se la reveló una fuente suya de la embajada norteamericana y también le informó que la CIA había llegado a ofrecer a través de un agente secreto radicado en Santa Cruz hasta un millón de dólares a los falsos testigos que colaboraran en esta trama.

 

“Ellos prepararon a opositores y periodistas para iniciar una campaña exigiendo investigar hasta dónde conocía el presidente las supuestas actividades de tráfico de drogas de sus más cercanos funcionarios, entre ellos el viceministro antidroga Felipe Cáceres y lanzar una matriz de opinión internacional para criminalizar y estigmatizar al gobierno boliviano en la lucha contra el narcotráfico y afectar la reelección de Evo en los comicios de 2014.

 

“Después se conoció que una parte de la información fue fabricada y entregada en Paraguay a un conocido agente de la CIA por un oficial boliviano a las órdenes de la embajada de Estados Unidos en La Paz. La estación de la CIA en Paraguay es poderosa y apoya las conspiraciones contra Bolivia, lo mismo que la de Brasil y la de Perú. La Policía Federal de Brasil y la de Perú tienen tareas concretas de la CIA de hacer inteligencia en las fronteras con Bolivia y alimentar el expediente de Narco estado que le fabrican a Evo Morales.

 

“Antiguos agentes de la DEA con los que aún me comunico, contaron que sus jefes Alex Romero, Andy Banks, Reginald Tillery nunca se han desvinculado del expediente a Evo Morales por el supuesto Narco Estado y me han confirmado la información con analistas y periodistas de investigación sobre el espionaje de los Estados Unidos en Bolivia, le sugiero se entrevisten con algunos de ellos, les puedo dar los nombres y la ubicación e incluso prepararles una cita.

 

“El Plan de la CIA y la DEA para evitar la victoria de Evo Morales en octubre de 2019 es provocar un Golpe suave, acusarlo de fraude electoral y quizás otro tema de faldas con presunto tráfico de influencias, corrupción o inmoralidades y repetir la historia del periodista y agente de la CIA Carlos Valverde cuando denunció públicamente presunto tráfico de influencias de Evo por la relación con Gabriela Zapata.

 

“Posteriormente se reveló que Valverde se había reunido en Santa Cruz, con el encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos Peter Brennan y otros personeros de esa misión diplomática, información que el propio Valverde admitió.

 

“Lo activarán con poco margen, para que no tenga tiempo de revertir la mentira ni su efecto, y para desmoralizar y desmovilizar a los masistas frente a las manifestaciones de calle solicitando violentamente la renuncia del binomio Evo Morales-Álvaro García Linera.  En medio de la confusión, llamaran a las Fuerzas Armadas y a la Policía, para hacer respetar la Constitución y el plan es totalmente Made in USA.

 

“La CIA y la DEA llevan años reclutando y minando sectores sociales de los cocaleros de los Yungas, cooperativistas mineros, fabriles y otros como los cocaleros de COFECAY (Consejo de Federaciones Campesinas de Los Yungas) y ADEPCOCA (Asociación Departamental de Productores de Coca) eran los llamados a dar legitimidad a las revelaciones de Estados Unidos y fueron entrenados para repetir que la coca del Chapare, cuya Confederación preside Evo, es destinada en un 80 % al narcotráfico.

 

“La CIA y la DEA reclutan a líderes cocaleros de los Yungas, les dan dinero y becas del Winter Institute en Estados Unidos, algunos regresan reclutados y otros comprometidos o chantajeados porque los inducen a cometer delitos o acudir a fiestas, casinos y prostíbulos en Estados Unidos con esos fines y hacer compras excesivas de productos, para después acusarlos de contrabandistas o traficantes.

 

“Hace unos años, 3 apropiadamente, se dio a conocer   el cuestionario que aplicaba el oficial CIA en Bolivia, interesado en estimular contradicciones entre cocaleros de Yungas y del Chapare y poner a los Yungas contra Evo Morales y los cocaleros del trópico de Cochabamba. 

 

“Yo conocí que la DEA tenían comprado a unos dirigentes de APDECOCA a quienes activaban en contra de Evo Morales para sostener que en los Yungas solo admitían la coca para el acullico, (masticarla) y los del Chapare para la cocaína, buscando un enfrentamiento entre los productores de ambas zonas.

 

“Se hizo público el intercambio de llamadas telefónicas entre el dirigente indígena Rafael Quispe Flores conocido como "Tata Quispe” y Eliseo Abelo, funcionario de la embajada de Estados Unidos de origen boliviano a cargo de los contactos con el sector indígena, campesino y cocalero. Las llamadas entre Quispe y Abelo se hicieron públicas y se conoció como solicitaba apoyo financiero para sus actividades opositoras contra Evo Morales, sus ministros y sus colaboradores o militantes del MAS. 

 

“La oposición en Bolivia está financiadas por la Embajada de Estados Unidos y Rafael Quispe Flores es uno de ellos, que lo han proyectado con la propaganda de “un indio sacará a otro indio” y ha pactado con las fuerzas de derecha, está considerado un traidor, un mercenario y asalariado de la derecha, se ha planteado que carece de moral para hablar en nombre de los campesinos.

 

“La embajada norteamericana le paga para que denuncie y acuse a dirigentes del MAS que molestan a los norteamericanos y se encuentra bajo chantaje porque la CIA conoce que es propietario de bares, cantinas y prostíbulos clandestinos en la ciudad del Alto.

 

“El expediente de Evo lo vienen fabricando desde hace años y hay cantidad de agentes de la embajada americana dedicados exclusivamente a esa tarea, y varias oficinas de la embajada atienden a esos agentes por sectores: en la Policía, en la Fuerzas Armadas, en el poder Judicial, en partidos de oposición, en la prensa, en el sector campesino y cocalero.

 

“El boliviano Eliseo Abelo es empleado de la embajada norteamericana y recluta a bolivianos para cursos y becas en el exterior, especialmente a policías, periodistas y campesinos cocaleros.

 

“El también boliviano Javier López Videla en la embajada norteamericana está al frente del reclutamiento dentro de la Policía, invita a oficiales a cursos en el extranjero, como fachada de los reclutamientos de agentes y entrenamientos de la CIA y la DEA.

 

“Esos cursos los realizan en Lima, es la Academia Internacional para el Cumplimiento de la Ley, una fachada de la CIA y especie de Escuela de las Américas, para sus planes conspirativos contra los gobiernos de izquierda y progresistas de América Latina. En el último curso participaron ocho oficiales de la Policía boliviana y los vínculos con los servicios secretos norteamericanos nunca han cesado.

 

“Los policías que prestan servicios en la embajada norteamericana en La Paz y el consulado en Santa Cruz, son utilizados como civiles para hacer labores de espionaje y seguimiento a figuras políticas, movimientos sociales, ubicación de residencias y conocer las actividades de ellos y sus familiares.

 

“Los servicios de inteligencia de Brasil, Chile, Perú, Argentina y Paraguay, colaboran con Estados Unidos, con información de Inteligencia, radioescuchas y con operaciones especiales en las fronteras.

 

“La CIA cuenta con un grupo de periodistas asalariados en toda la región dedicados a montar campañas en prensa y fabricar libros contra el supuesto Narco Estado de Evo.  Son conocidos asalariados de la CIA para la campaña que intenta posicionar la matriz del Narco estado boliviano entre ellos Douglas Farah norteamericano, Duda Teixeira brasileño, Emilio Martínez uruguayo, Gerardo Reyes colombiano y Casto Ocando venezolano.

 

“Como les resulta muy difícil convertir a Evo en narcotraficante, tratan de mancharlo a través de alguien de su entorno. En ese plan estaba el ex prefecto y senador por el departamento de Pando, Roger Pinto, se fugó hacia Brasil con la colaboración del encargado de Negocios de ese país, Eduardo Saboia, un diplomático reclutado por la inteligencia estadounidense cuando cumplía misión en Washington. La CIA apoyó, estimuló y financió esa fuga.

 

“Ese diplomático le organizó a Pinto múltiples reuniones con el encargado de Negocios de Estados Unidos Larry Memmott y acordaron que, desde Brasil, debía revitalizar la campaña de denuncias contra Evo Morales atacando a varios de sus principales ministros.

“Roger Pinto fue diputado y senador por el partido ultraderechista del dictador Hugo Banzer, director de la iglesia Bautista, técnico del Banco Central de Bolivia, presidente de la Cooperativa de Teléfonos de Pando, de la Corte Electoral, de la Asociación de Ganaderos y Secretario ejecutivo regional de Acción Democrática Nacionalista, el partido de Banzer.

“Participó en una masacre de campesinos y vendió tierras fiscales, lo condenaron a varios años de prisión, pidió asilo político en la embajada brasileña y tiempo después fue conducido bajo escolta diplomática brasileña hasta la ciudad de Curumba y se fugó.

“Al llegar a Brasil la CIA le preparó una entrevista con el periodista Duda Teixeira de la revista Veja con el objetivo de vincular a funcionarios y ministros de Evo con el narcotráfico. Texeira al referirse a Juan Ramón Quintana, Ministro de la Presidencia, escribió que era el autor de las declaraciones más anti norteamericanas del gobierno de Morales y le atribuyó la responsabilidad de la expulsión de la DEA.

“Daban tanta importancia a esta farsa que se trasladó hasta Brasil el jefe Regional de la DEA con el objetivo de tomar contacto con Pinto y hacer ajustes sobre su papel en la campaña internacional contra Evo y sus ministros. Se denunció que los agentes estadounidenses orientaron a la Policía Federal del Brasil recolectar información para engrosar el expediente contra Juan Ramón Quintana.

“Se conoció que Santa Cruz era el centro de operaciones de la DEA para América del Sur y el salir de Bolivia no lo perdonan a Evo y a su Ministro Quintana.

“Tras la detención del mayor de la policía Fabricio Ormachea en Estados Unidos días después de la fuga de Pinto, el periodista Gerardo Reyes de Univisión de Miami afirmó que Ormachea era el principal operador político de Juan Ramón Quintana y repitió el guion de la CIA.

 

“Conocí por oficiales de la Policía, que Ormachea hizo varios viajes a Estados Unidos para encontrarse con la CIA y el FBI, sin saber que lo preferían preso para engrosar el expediente contra Evo y sus cercanos colaboradores.

 

“También se fugó el norteamericano Jacob Ostreicher cuando lo estaban procesando en Santa Cruz por vinculaciones con el narcotráfico; la evasión fue organizada y ejecutada por oficiales CIA y de la Seguridad de la embajada norteamericana. 

 

“El jefe de la operación fue Geoffrey Frederick Schadrack, jefe de la CIA en la embajada, que persuadió al encargado de Negocios Larry Memmott de la necesidad de defender a Ostreicher por el dominio de información comprometedora y su trabajo para la CIA desde hacía varios años.

 

“En el operativo participó Eric Carlo Camus; Ostreicher fue llevado por tierra hasta Perú sin registrar ingreso por ningún punto de control migratorio y en Lima recibió documentos en el consulado norteamericano.

 

“La misma prensa norteamericana reveló que uno de los objetivos principales de la DEA en Bolivia era comprobar la supuesta relación del entorno íntimo de Morales con el narcotráfico y de la denuncia se encargaron los senadores norteamericanos Ted Cruz, Bob Menéndez, Marcos Rubio   y Dick Durbin, apoyados por Luis Almagro Secretario General de la OEA, al señalar: “Bolivia se encamina en una dirección muy peligrosa, alineándose con regímenes ilegítimos como el de Nicolás Maduro”.

 

Trump, Pompeo, sus senadores sirvientes, Almagro y los racistas bolivianos, quieren descuartizar a Evo Morales como los colonialistas españoles con Túpac Amaru y Túpac Katari, pero ambos volvieron una y otra vez, porque como los volcanes llevan la conciencia en las entrañas de la tierra y se vuelven millones.


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LA CIA, BARRIENTOS Y SU GABINETE.

Por Froilán González y Adys Cupull.

El mismo guion para todos los tiempos (II)

Uno de los organizadores del Golpe de Estado al doctor Víctor Paz Estenssoro fue Ricardo Aneyba Torrico, trabajaba en la base aérea del Alto, nació en 1937, de extracción humilde, hijo de un combatiente de la Guerra del Chaco y de una abuela que solo hablaba quechua. Estudió en el Colegio Militar, donde se destacó como líder contra la discriminación y las injusticias, catalogado de inteligencia superior y profunda, buen lector y amante de la cultura y el arte.

Obtuvo una beca en Estados Unidos en una base área en Panamá, donde fue reclutado por la CIA. Recibió entrenamiento de esa agencia de espionaje, asesorado por los norteamericanos organizó al primer grupo de guarda espaldas de Barrientos, quien posteriormente lo nombró Jefe de Inteligencia y la CIA lo designó como Jefe del Departamento Técnico en Bolivia. Bajo su responsabilidad fotocopió el Diario del Che que Antonio Arguedas envió una copia clandestina a Cuba.

“Yo participo en el Golpe con 80 sargentos recién egresados, tomamos el Palacio de Gobierno…  Ya para esa época estaba comprometido con Barrientos para hacer el golpe. Yo había organizado en la Fuerza Aérea con los sargentos y los suboficiales el grupo subversor. Llegamos al Palacio subrepticiamente… Me dicen nadie entra si no tiene esta tarjeta. Empiezan a llegar coroneles y generales como triunfadores, sin tener participación en el golpe. Se llenó el Salón de los Espejos. Había como 200. Yo vestía como los milicianos del Movimiento Nacionalista Revolucionario con pasamontaña y sacón.

“Yo había estado en la base aérea de El Alto con todos los suboficiales, siete días seguidos; preparando el golpe, cuando llegan, me dice Barrientos, se estaba poniendo muy duro el general Alfredo Ovando, así que atento con los suboficiales. Barrientos y Ovando seguían discutiendo los destinos de la nación y llegan a un acuerdo: ser los dos copresidentes.

“Salen al balcón, toma la palabra Ovando y comienza la silbatina feroz, quiere hablar, no lo dejan, sigue la silbatina. Él tenía dentadura postiza y la placa inferior se le rompe, no podía hablar. Tomó la palabra Barrientos y lo aplauden. Esto no era espontáneo; lo armó Barrientos, con la CIA y el mayor Bozo de la Fuerza Aérea y los falangistas.  Utilizó ese ardid para liquidar políticamente a Ovando.

“La CIA en los preparativos del Golpe buscaba informaciones privadas de funcionarios, altos mandos militares o de la cúpula de la policía, para conocer la participación en negocios ilícitos, inmoralidades, comisión de delitos, contrabandos, fiestas de dudosa moralidad, amantes, de ellos o de sus esposas, elementos útiles para chantajearlos y comprometerlos con el golpe.

“La CIA utilizó a militares peruanos para introducir armas y propaganda a través de aeronaves pequeñas que las trasladaban a pistas clandestinas en Bolivia, financió varios medios de prensa, como el periódico El Diario de la familia Carrasco y emisoras radiales. Los norteamericanos manejaban al país como un cantón de cualquiera de sus ciudades.”

Entre los ex dirigentes del MNR que apoyaron el Golpe se encontraban el doctor Walter Guevara Arze y Juan Lechín Oquendo alegando querían impedir la tercera y posiblemente vitalicia reelección de Paz Estensoro. Barrientos siguiendo instrucciones de la Embajada norteamericana apresó a Lechín y lo obligó salió al exilio, igual pasó con el doctor Hernán Siles Zuazo y a Walter Guevara Arze lo designó Ministro de Relaciones Exteriores, otros siguieron ambos caminos y algunos pasaron a la clandestinidad.

En larga conversación en la ciudad de Cochabamba con el doctor Tomás Molina Céspedes, obtuvimos su testimonio. Molina es historiador, docente y ex magistrado, doctor en Ciencias Jurídicas con 10 años de experiencia en el poder Judicial y Ministerio de Justicia, director general del Régimen Penitenciario, miembro de número de la Academia Boliviana de Ciencias Jurídicas con estudios de especialización en Rusia, España, Puerto Rico y Costa Rica. Es autor de 25 libros, siete dedicados al estudio del periodo militar en Bolivia, de 1964 a 1982, entre ellos, las biografías de los generales René Barrientos, Alfredo Ovando, Luis García Meza, Hugo Banzer y Luis Arce Gómez.

“El general Alfredo Ovando estuvo alineado en sus relaciones con Estados Unidos en el mismo frente, por eso mismo se atrevió a dar un Golpe de Estado, de no haber tenido ese apoyo, el Golpe no iba a tener éxito. Ovando y Barrientos juraron a la copresidencia, y Ovando fue el presidente que menor tiempo ejerció ese cargo, desde que fue posesionado hasta que renunció había transcurrido una hora.”

Barrientos fue elogiado por la gran prensa norteamericana y sus repetidoras en España y América Latina, exaltaron el hecho de rendir tributo a la cooperación con Estados Unidos y oponerse a lo que llamaban la Cuba comunista. El reconocimiento al gobierno de facto por Washington y Madrid fue inmediato. La Organización de Estados Americanos (OEA) llamó a sus miembros a imitar a Estados Unidos y España.

Entre las primeras medidas del golpista estuvo la represión contra los dirigentes con posiciones nacionalistas o antiimperialistas, los acusaron de inventados delitos, calumniados de diferentes formas, llevados a la cárcel u obligados o inducidos a salir del país bajo amenazas de muerte. Entre los ministros del nuevo gobierno se encontraban agentes de la CIA, bolivianos colonizados ideológicamente u otros dispuestos a servir al golpista, pero todos aprobados por la Embajada de Estados Unidos.

El general René Barrientos designó como viceministro de Gobierno (Interior) a su gran amigo Antonio Arguedas Mendieta, graduado de radio operador y paracaidista en la Escuela de la Fuerza Aérea, apoyó al Movimiento Nacionalista Revolucionarios y a pedido de Barrientos, lo acompañó a Buenos Aires para recoger al doctor Víctor Paz Estenssoro y éste asumiera la presidencia.

La Embajada de Estados Unidos se opuso y solo cuando aceptó trabajar para la CIA, lo aprobaron. Lo invitaron a Estados Unidos, lo adiestraron y dieron una explicación de los gobiernos latinoamericanos, especialmente de Cuba y orientaron la política a seguir de acuerdo a los intereses de Estados Unidos. Comprendió que la política exterior de Bolivia no existía, estaba subordinada a Estados Unidos y la CIA aprobaba al Ministro de Relaciones Exteriores, principales funcionarios, embajadores en Naciones Unidas, OEA, países de interés para Estados Unidos y los cónsules en varios países.

Antonio Arguedas, nació en 1928, militó en el Partido de la Izquierda Revolucionaria (PIR) divulgador de ideas marxistas en las universidades, centros mineros, campesinos y formó a muchos jóvenes que después fundaron el Partido Comunista de Bolivia. Se graduó de abogado, considerado de inteligencia superior, buen lector, amplia cultura, talentoso, brillante, disciplinado, no tomaba ni fumaba, practicaba natación, andinismo y tiro de pistola en la academia de la policía. En 1963 fue elegido diputado por el Movimiento Nacionalista Revolucionario. En 1968 envió secretamente a Fidel una copia del Diario del Che y denunció la injerencia de la CIA en Bolivia.

Barrientos a sugerencia de la CIA, nombró como su asesor personal en asuntos de inteligencia a Klaus Barbie, nazi fascista alemán, que en 1934 ingresó a las Juventudes Hitlerianas como ayudante del jefe local del partido nazi. Barbie era de nivel cultural bajo, burdo, vulgar, violento y con instintos criminales, formado con ideología del Tercer Reich, se alistó en las SS y empezó a trabajar en la Gestapo y se afilió al partido de Hitler.

En la Segunda Guerra Mundial, fue destinado a Holanda y transferido a Francia durante la ocupación alemana, donde cometió numerosos crímenes, entre ellos la captura de cuarenta y cuatro niños judíos llevados a los hornos de incineración, dirigió las torturas y muerte de Jean Moulin, líder de la Resistencia francesa, envío a los campos de concentración a más de 7 mil personas, ordenó el asesinato de 4.432 combatientes y las torturas de 14.311 de la Resistencia.

Tras la derrota de Hitler regresó a Alemania y adquirió una identidad falsa, dirigió un cabaret, estrechamente vinculado a la prostitución, las drogas, el mercado negro y prestar servicios a los soldados que ocupaban Berlín, donde comenzó a trabajar contra la Unión Soviética y el comunismo al servicio de Estados Unidos. Ante las repetidas peticiones francesas para extraditarlo y juzgarlo por sus crímenes, los norteamericanos decidieron trasladarlo a Bolivia.

El contraespionaje de Estados Unidos utilizó una ruta de escape para criminales de guerra nazis y fascistas que trabajaban con ellos. Barbie salió para Bolivia con su mujer y sus dos hijos bajo el apellido de Altman. La ruta, organizada por los norteamericanos y el sacerdote croata Krunaslov Draganovic, jefe de una red encargada de sacar ilegalmente a alemanes, croatas, húngaros y polacos, con pasado nazi y buscadas por crímenes o delitos. Muchos de ellos habían llegado a Bolivia, trabajaban como asesores o profesores de escuelas militares y estaban agrupados en comunidades económicamente fuertes, con barrios residenciales cerrados, muros protectores, escuelas privadas, clases en alemán, ideología nazi fascista, admiradores de la cultura alemana, desprecio por las nativas y con clara formación racista y de supremacía blanca. 

A sugerencia de la CIA, Barrientos se asoció al criminal nazi y lo nombró presidente de la Sociedad Naviera del Estado, dedicada al comercio internacional, pero la utilizaron en el tráfico ilegal de armas. En la etapa de la guerrilla del Che, sirvió a la CIA dirigiendo los interrogatorios a campesinos, prisioneros o personas acusadas de enlaces.

La embajada norteamericana también le sugirió a Barrientos al militar Hugo Banzer Suárez como Ministro de Educación, quien en 1971 se convirtió en uno de los más feroces dictadores.

Banzer era hijo del inmigrante alemán César Banzer, íntimo amigo de Klaus Barbie, de ideas nazi fascistas, anticomunista, racista, justificaba las torturas y campos de concentración, admirador de Hitler, seguía los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, la invasión a la Unión Soviética, la derrota y rendición de Alemania.

Su padre consideraba perder dinero al invertir en educación de los indios, ideas que trasmitió a su hijo. Hugo Banzer nació en 1926, en un pueblo de campo en Santa Cruz, pero como adolescente escuchaba esos acontecimientos. Ingresó al Colegio Militar y durante su carrera recibió formación en Estados Unidos y en la Escuela de las Américas en Panamá, donde estableció amistad con militares de varios países de Centro y Sur América y sometidos a Estados Unidos.

En su condición de Ministro y con el pretexto de falta de presupuesto, suprimió varias instituciones, entre ellas el Instituto Boliviano de Culturas, el Consejo Nacional de Culturas y el Instituto Cinematográfico. El embajador norteamericano elogió las medidas económicas, sociales y anticomunistas implantadas por Barrientos e incrementaron los Cuerpos de Paz y otorgaron becas a profesores, maestros y jóvenes universitarios para estudiar inglés en Estados Unidos.

El reconocido periodista René Rocabado Alcócer, abogado, economista, docente universitario, corresponsal de prensa en el exterior de la agencia APN de la Unión Soviética, director y jefe de redacción del periódico El Mundo, especializado en economía de hidrocarburos, docente de la Universidad de Cochabamba, con excelentes relaciones con el padre de la esposa del general René Barrientos y con el mismo dictador.

Era corresponsal de la Agencia de Prensa Novosti de la Unión Soviética. Después del Golpe de Estado de Banzer salió al exilio y se estableció en Suecia, donde fue docente universitario y trabajó en un centro de investigaciones.  Es un intelectual muy lúcido a pesar de sus 94 años de edad, pues nació en 1925. En la entrevista expresó:

“El general René Barrientos fue reclutado en Estados Unidos cuando hizo un curso de aviación. Tenía una relación muy íntima con el coronel Fox, jefe de la CIA de la embajada americana en Bolivia. En un mitin campesino en la localidad de Punata, Barrientos me invitó a concurrir y yo pregunté quién era, a pesar de los rumores de miembro de la CIA en Bolivia.

“Fox era muy importante del cuerpo de aviación de los Estados Unidos y en esa reunión, hablamos, y escuché, a una pregunta sobre su esposa, responder en quechua, decir que estaba embarazada.

“Ricardo Aneyba me contó su estancia en Estados Unidos con Barrientos en un curso de especialización y le orientó presentarse como   coronel y él su subordinado y estuvieron hasta en una salida de parrandas. Los norteamericanos lo recibieron como coronel y le asignaron un automóvil de acuerdo al grado y recibió un tratamiento especial.

“En esa beca se distinguió como alumno destacado, fue llevado a una prueba compleja en el Pentágono y demostró su capacidad excelentemente bien, y recibió una buena nota. Se mostró como alumno aventajado, siendo sometido a la máquina de mentira.

“Ricardo Aneyba había organizado, por encargo del presidente Barrientos y reclutado por la CIA, un Centro de Informaciones que recogía las informaciones de las gente de izquierda de sentido popular, intelectuales; su  correspondencia, las llamadas telefónicas.”

Al respecto Ricardo Aneyba Torrico refirió: “Se organizó la Research Metal Company, era la fachada donde funcionaba el Servicio de inteligencia montada por los norteamericanos.

“Yo era el hombre de Barrientos: primero él, después Arguedas, a quien le mandaba un sobre lacrado para Ovando todos los días del año. Mandaba las conversaciones telefónicas con alguna importancia, también las cartas capturadas en el Correo Central de La Paz de políticos fundamentalmente de izquierda y de todos los que nos interesaban. Teníamos equipos sofisticados, con todo tipo de químicos para abrir las cartas, fotocopias de cualquier cantidad de documentos…

“Los militares no sabían de la fachada de la Research Metal Company. Las intervenciones telefónicas se hacían a todas las embajadas. Los gringos me traían nombres para controlar los teléfonos y la correspondencia. Yo me veía con ellos en casas de contacto y de seguridad. Yo alquilaba y ellos pagaban.

“Eran 20 funcionarios, en cuatro turnos, con 8 horas de trabajo durante las 24 horas del día y los 365 días del año. Un técnico para el mantenimiento de las grabadoras, cámaras, utensilios para la apertura de correspondencia. Un estudiante de minas, entrenado en análisis mineralógico y dos porteros en seguridad. El hermano de uno de ellos trabajaba para el FBI…

”El general René Barrientos quería ser presidente constitucional y en 1966 anunció elecciones. El embajador norteamericano, Douglas Henderson informó a su gobierno que cualquier lista de candidatos tenía que incluir a Barrientos, porque estaba dispuesto a pelear para ser incluido.

“En ese informe añadió que podría ser eliminado por violencia física o por conspiraciones, pero mientras permaneciera vivo, regresaría para pelear.  Sugirió no debía ir como candidato único, porque crearía inestabilidad.  Recomendó como oponente al doctor Víctor Andrade, de quien aseguró no sería difícil convencer…”

Víctor Andrade pertenecía a una familia de la burguesía rural, estudió derecho y se especializó en Estados Unidos, fue diputado, Ministro de Relaciones Exteriores en varias ocasiones, Ministro de Trabajo, Embajador en Estados Unidos, Catedrático en la Universidad "New School" de la ciudad de Nueva York y funcionario de una compañía del multimillonario Rockefeller.

Años después reconoció públicamente que trabajó para la CIA, esas revelaciones no aportaban mucho, se sabía cómo esa agencia de espionaje aprobaba a los embajadores y a altos funcionarios de ese ministerio y debían responder a su política exterior.

El 3 de julio de 1966 se realizaron las elecciones y el general René Barrientos resultó electo y como vice presidente Adolfo Siles Salinas. Andrade solo obtuvo el 8.8 por ciento de los votos, pero fue nuevamente nombrado embajador de Bolivia en Estados Unidos.

Ricardo Aneyba expresó: “Cuando en 1967 se descubrió la presencia del Comandante Ernesto Che Guevara y la guerrilla en Ñacahuasú, los norteamericanos comenzaron a preparar a los oficiales bolivianos, en entrenamientos militares, combativos, sobrevivencia en la selva, en inteligencia, asumieron la dirección de las operaciones y establecieron una escuela de Boinas Verdes con instructores norteamericanos traídos desde Vietnam.

“Llegaron nuevos agentes de origen cubano con nombres falsos, los introdujeron en instituciones y empresas y coparon los servicios de Inteligencia militar. En el Ministerio de Gobierno ubicaron a muchos de ellos y querían fuéramos sus subordinados, incluyendo al propio Arguedas y establecieron la censura total…”

Continuará.






















Hildita Guevara Gadea en Méjico con su papá Ernesto Guevara de la Serna, el futuro Che Guevara.


Hilda Gadea, peruana, primera esposa de Ernesto Guevara de la Serna el futuro Che Guevara.








































Aleidita Guevara March en brazos de su mamá Aleida March, segunda esposa del Comandante Ernesto Che Guevara.




Variaron las cifras al día de hoy de

los muertos por Covid

en Argentina   han llegado a   27.000

en Cuba  son  127  ciento veintisiete.