viernes, 16 de marzo de 2012

Cuba Oaxaca informe actual de Fernando Martinez Heredia Mexico solidario a9

solidaridadconcuba-bounces@listas.mmsc.laneta.apc.org
[mailto:solidaridadconcuba-bounces@listas.mmsc.laneta.apc.org] En nombre de
MMSC
Enviado el: Viernes, 16 de Marzo de 2012

Situación actual de Cuba y sus perspectivas
Fernando Martínez Heredia

Conferencia Magistral en el XVII Encuentro Nacional de Solidaridad con Cuba.
Oaxaca, México, marzo 2012.

Ante todo quiero expresar mi agradecimiento a los organizadores que tanto
han trabajado para que pueda ser una realidad este hermoso XVII Encuentro
Nacional de Solidaridad con Cuba y a las oaxaqueñas y oaxaqueños que han
contribuido tanto. Saludar a las mexicanas y los mexicanos que han venido
desde tantos lugares de la República, a mis paisanos de la Embajada y del
Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos. Y saludar la presencia del
compañero embajador de Cuba, Manuel Aguilera de la Paz, de las autoridades y
de las personalidades sociales y políticas que aquí se han reunido. El
Encuentro constituye un paso más de avance de la solidaridad entre los
pueblos, cualidad humana que crece, y que es un anuncio del porvenir que
tendrá que conquistar la Humanidad.

La clave general del tema que debo abordar hoy está, para Cuba como para la
mayoría de los pueblos, en la existencia del colonialismo, el
neocolonialismo y los grupos de explotadores y dominantes que en muchos
países son sus cómplices y aliados, y está en las resistencias y las
rebeldías de los oprimidos contra el sistema de dominación que el
capitalismo ha desarrollado y que se erigió en América desde hace cinco
siglos. Ese proceso histórico ha sido el causante del llamado subdesarrollo,
de mal gobierno como regla en esos países y de todas las agresiones que los
imperialistas consideren "necesarias" contra resistentes y rebeldes. El
bloqueo y las agresiones sistemáticas de Estados Unidos contra Cuba liberada
son un ejemplo de ese rasgo. No puedo entonces dejar de situar al inicio que
la situación cubana guarda una estrecha relación con la existencia y los
actos del capitalismo imperialista.

Las raíces de la situación actual de Cuba se remontan a la solución
revolucionaria que le dio la insurrección triunfante en 1959 a la necesidad
de destruir el sistema de explotación, dominación y opresión que regía en el
país, al mismo tiempo que la dominación extranjera. Desde 1959 en adelante,
la Revolución formó a los actores de los cambios colosales que sucedieron,
llevó a cabo esos cambios, aseguró la permanencia y la fuerza de un poder
revolucionario, y logró muy profundas transformaciones de las personas y las
relaciones sociales.

El pueblo ha sido y siguiendo el protagonista de los hechos, es la expresión
social de los seres humanos que crecen y es un concepto central. El poder
revolucionario es su mayor creación, y su naturaleza y su actuación
constituyen la vía y la garantía de las conquistas fundamentales y de la
permanencia de la Revolución. Siempre ha sido indispensable que el poder sea
muy fuerte, pero nunca olvidamos que este poder tiene dos rasgos
fundamentales: a) es el fruto de los instrumentos y las grandes jornadas de
la Revolución, como el Ejército Rebelde, la revolución agraria, la
alfabetización, el control total sobre la economía nacional y el armamento
general del pueblo; y b) se guía por un proyecto de liberación que nos
trasciende y nos gobierna a todos. Por eso es un poder popular
revolucionario. La economía, como las demás dimensiones de la sociedad
cubana, se rige por: el bienestar de la mayoría; planes socialistas de
viabilidad de las relaciones sociales económicas; y una estrategia nacional
de país soberano.

Esas son las bases intangibles de la Cuba actual. Es imprescindible partir
de ellas para comprenderla, utilizarlas como conceptos rectores y como
brújula de los análisis que hagamos de la situación y las perspectivas.

Al examinar la situación actual no los agobiaré con muchas cifras. Existe
una buena disponibilidad de ellas en los medios digitales cubanos, y también
en publicaciones periódicas y algunos libros valiosos.

La gran crisis de los años noventa fue la variante cubana del curso de dos
procesos: el final sin éxito de los esfuerzos e ideales del desarrollo del
Tercer Mundo que habían llenado la segunda mitad del siglo XX; y el inicio
por el gran capital de una recolonización selectiva a escala mundial. Como
los cubanos somos los dueños de nuestro país, seguimos gobernando nuestras
relaciones internacionales, pero como somos "subdesarrollados", nos
enfrentamos a muchas variables que están fuera de nuestro control. Una
consecuencia fue la pérdida de las relaciones económicas con la URSS y
algunos de sus aliados, en las cuales habíamos basado la mayor parte de la
reproducción material y el sistema económico. Fue un golpe tremendo para un
país como Cuba, pero lo más impresionante es que a pesar de reunirse en el
tiempo dos procesos tan adversos, incluida la unipolaridad, la nueva
sociedad y el poder cubanos no cayeron.

Un aspecto importante del dominio ideológico totalitario imperialista sobre
la mayor parte de la información y la formación de opinión pública que se
consume cotidianamente es la decisión de cuáles temas existen y se divulgan,
cuáles son sus datos, cómo se deben entender y qué opinión debe tener la
gran mayoría, que es reducida a un público consumidor. Del mismo modo, se
manipulan los que no les son convenientes, con campañas de mentiras y
distorsiones, y se decreta la desaparición de otros temas, cada vez que les
es posible hacerlo. Por eso durante décadas rigió un sistema de mentiras
acerca de la supuesta incapacidad de Cuba de valerse por sí misma, un
alimento típico de la condición colonizada que ellos necesitan imponer a las
mentes y los corazones. Pero ante las realidades de la resistencia
victoriosa de Cuba en los años noventa, ese sistema fue retirado en
silencio, sin que los imperialistas se hayan visto obligados a reconocer que
mintieron con tanto entusiasmo y contumacia. La última forma referida, el
control ideológico con empleo del silencio mediático, es la que se emplea
contra los cinco héroes cubanos presos en Estados Unidos desde hace casi
catorce años, y por eso es tan importante la solidaridad mundial de los que
exigen su liberación, que al mismo tiempo que se movilizan y se hacen más
concientes luchando por una causa justa, denuncian la maquinaria criminal
que pretende unir a su insondable maldad la capacidad de extirpar el
altruismo, la capacidad de pensar y las cualidades humanas de las mayorías
del mundo.

Los que estamos concientes y nos oponemos al sistema poderoso de mentiras
tenemos el deber de ayudar a extender y profundizar esa conciencia, a que la
asuman tantas personas modestas que todavía son engañadas y manipuladas por
aquel poder.

Los tres retos de estos últimos de estos últimos veinte años en Cuba han
sido: lograr la sobrevivencia; conseguir la viabilidad económica; cuál será
finalmente la naturaleza del régimen que ha ido emergiendo de la crisis de
los años noventa. En el momento más agudo de la crisis, fueron decisivos
tres saberes populares: debemos defender sin concesiones la soberanía y la
justicia social, y el poder revolucionario es el verdadero defensor de
ambas.

Le hemos sacado mucho provecho a la coyuntura tan difícil y riesgosa que
vivimos hace veinte años. Entonces quedó claro lo que no es socialismo, la
necesidad de confiar por sobre todo en nuestros principios, convicciones y
fuerzas propias, y lo acertado de mantener y desarrollar el socialismo
cubano.

En las dos últimas décadas se han producido cambios grandes e importantes.
La crisis, y algunas de las medidas aplicadas para enfrentarla, han
implicado retrocesos respecto a la nueva sociedad y a sus proyectos. Pero la
estrategia general, la mayor parte de las medidas y la voluntad
revolucionaria han sido positivas y han resultado decisivas. La unidad
política del pueblo y de este con su poder es el factor principal de lo
político. El poder político de la Revolución se ha mantenido incólume, y
controla la economía nacional y sus relaciones internacionales. La
estrategia y las acciones principales son dirigidas o controladas por ese
poder. La utilización de los recursos se rige por la política
revolucionaria. Los servicios sociales básicos del socialismo cubano se
mantienen, a pesar de las dificultades de tipo diverso que confrontan, y
constituyen al mismo tiempo una de sus representaciones ideales
fundamentales. La redistribución sistemática de la riqueza a favor de las
mayorías sigue por tanto siendo fundamental. Se lucha por mantener las
oportunidades para todos como una tendencia principal, mediante diferentes
iniciativas e instrumentos impulsados y controlados por el Estado.

Paso a referirme a elementos importantes de la situación actual y las
medidas en curso, sin pretender tratarlos todos ni detallar, lo que sería
imposible aquí. Mi intención es ilustrar con esas referencias el momento en
que estamos y contribuir modestamente a los trabajos que desarrollará este
Encuentro de Solidaridad.

La dimensión económica de la sociedad está en el centro de la actividad, los
afanes, las normas y otras medidas, y los debates cubanos actuales. Se ha
emprendido una profunda reorganización de la formación económica, que afecta
de un modo a todos y recibe la atención priorizada de la máxima dirección
del país, del Partido, el Estado, las organizaciones sociales y los medios
de comunicación. Desde las magnas reuniones del Partido y la Asamblea
Nacional del Poder Popular hasta las de las bases y las instituciones
locales --un ejercicio democrático sistemático que abarca a todo el país--,
en todos esos ámbitos se examinan las directivas, las opiniones y los
problemas. La población entera vive envuelta de un modo u otro en esta
coyuntura.

En el período reciente, 150 mil agricultores han recibido en usufructo casi
1,4 millones de hectáreas. Se han eliminado instancias estatales en la
distribución de productos del agro y facilitado las ventas directas. Se
estimula la producción y comercialización de alimentos a escala local y se
les dan facilidades de compra de equipos y otros enseres a los agricultores
particulares.

El número de trabajadores por cuenta propia ha crecido a 350 000, más del
doble que cuando se amplió la posibilidad de serlo, hace año y medio. Las
formas de empleo no estatal se amplían con las cooperativas y el arriendo de
los locales en numerosos oficios y servicios urbanos. La fuerza de trabajo
no estatal, que fue una proporción ínfima durante más de 30 años, crece y se
espera que alcance un 40% del total en 2015. Se les han reducido las
prohibiciones y los gravámenes, y el impuesto avanza como instrumento de
captación de ingreso por el Estado en el caso de esos trabajadores. En
alguna medida se otorgan créditos a los nuevos empresarios pequeños, y se
dan subsidios a personas de bajos ingresos para reparar sus viviendas. Se ha
autorizado la compra y venta de viviendas y de automóviles de uso entre
particulares.

Se avanza en los cambios en el sistema de empresas. Los esquemas llamados
"cerrados" de financiamiento permiten un acceso descentralizado y más fluido
al dinero que se necesita para costear inversiones y producciones. Entre
otras áreas, funcionan en la industria médico-farmacéutica, la producción
petrolera, la agroindustria azucarera, las aerolíneas, el turismo y el
tabaco. La idea general es otorgar a las empresas más autoridad y control
sobre sus actividades y sobre una parte de sus ganancias, al mismo tiempo
que se les reclama dar prioridad a inversiones que puedan amortizarse y
rendir ganancias en breve plazo.

Aunque con fuertes dificultades y rémoras, se avanza en la desconcentración
que fortalece las instancias locales y espera de su desarrollo un dinamismo
y una multiplicación de fuerzas. Ya hay experiencias en curso de separación
clara de funciones, y se pretende aumentar el control de provincias y
municipios sobre empresas públicas de sus territorios.

Los resultados económicos son muy variados. Hay sectores agrícolas que
crecen en sus producciones, mientras otros no cumplen sus planes. Se han
incrementado las ventas al exterior de níquel, combustibles, azúcar y
tabaco, con precios más favorables. También crece el turismo. La exportación
de servicios de alto valor agregado es una fuente muy sólida de ingresos
para el país. Las remesas enviadas a sus familiares por cubanos que viven en
el exterior constituyen una importante fuente de divisas. Se mantiene una
tendencia positiva al equilibrio fiscal, relacionada con ahorros logrados en
algunos sectores, mayores aportes de diversas ramas, crecimiento de los
ingresos por impuestos al sector privado y a la circulación. Pero los
subsidios para enfrentar pérdidas del sector empresarial siguen siendo una
carga pesada.

Si vamos más allá de las relaciones de hechos acerca de los cambios
económicos en curso, pudiéramos sintetizar varias características generales:

1- la posición firme de la máxima dirección del país en cuanto a mantener el
rumbo socialista ante cualquier disyuntiva, que se comunica a todos y
preside lo que se ejecuta;
2- la capacidad y el poder que tiene esa máxima dirección sobre las
decisiones políticas y económicas y sobre los recursos y su asignación;
3- los ideales y la ideología socialista y de defensa de la soberanía
nacional que mantiene una gran parte de la población. En muchos se hace
expresa, en otros es tácita, mediante su identificación con la manera de
vivir socialista y con la patria;
4- la política social revolucionaria que se sigue aplicando y recibiendo los
recursos necesarios, y los principios que la rigen;
5- la centralización por el poder revolucionario del control de los
recursos, de la propiedad o el dominio sobre las empresas grandes y
medianas, sobre la inversión, la macroeconomía y sus planes.

En la situación actual, la estrategia del país y sus tácticas están
condicionadas por el carácter limitado de sus fuerzas y por numerosos
factores externos.

Predomina la estrategia de:

a) mantener y desarrollar polos de producción y servicios capaces de operar
bien, regirse por normas y controles, obtener buenos rendimientos y atraer
inversiones, para exportar y para resolver necesidades nacionales;
b) importar alimentos y otros bienes necesarios a la población, a unos
precios muy altos;
c) reducir importaciones, sea por el nivel del comercio o el de la
producción nacional;
d) aumentar la producción nacional, buscando como palanca principal las
transformaciones de la política hacia el sector agropecuario;
e) redistribuir paulatinamente la fuerza de trabajo, en evitación del
desempleo masivo y al mismo tiempo de errores por precipitación;
f) aumentar las micro y pequeñas empresas privadas que ofrezcan servicios y
bienes al consumo interno, y en alguna medida a turistas;
g) impulsar otras medidas para darle más espacio a las actividades
económicas privadas;
h) inversiones y una actuación enérgica en obras de infraestructura que son
importantes para el desarrollo del país.

Las relaciones económicas internacionales son controladas totalmente por el
Estado o sus órganos. La dirección del país conduce las relaciones con
contrapartes preferidas, como Venezuela, China, Brasil y otros países. Cuba
sostiene relaciones económicas con toda América Latina. Algunas empresas y
negocios conjuntos tienen una gran envergadura, como la refinería de
Cienfuegos y el área portuaria e industrial de El Mariel; la extracción de
petróleo al norte de la isla comienza a hacerse realidad. Estas relaciones
económicas guardan fuertes relaciones con el conjunto de la política
exterior cubana, que tiene una actividad y un prestigio muy superiores a las
dimensiones del país, y que combina muy bien su riguroso apego a los
principios con la flexibilidad, la capacidad de negociación y la presencia
en innumerables terrenos.

Como ha reiterado el compañero Raúl, se han hecho y se harán las
modificaciones legales que sean necesarias, pero hay una frontera: el
sistema socialista es intocable. Mecanismos de amortiguación como los
impuestos y el pago de Seguridad Social, entre otros, sirven para contener
las lógicas desigualdades que generan los altos ingresos de algunos
segmentos de la sociedad. Lo esencial es que nadie quede desamparado, que
todos queden dentro del sistema de justicia social que podamos garantizar, y
que los ingresos, no importa su cuantía, sean solamente frutos del trabajo
honrado.

El Presidente ha denunciado a la corrupción administrativa como un enemigo
principal de la Revolución, y ha impulsado una campaña decidida de
enfrentamiento contra ella, que utiliza todos los instrumentos de la
legalidad y no se detiene ante el rango de los que resulten culpables. Como
ha hecho Fidel a lo largo de nuestro proceso, Raúl denuncia a los que
pretenden formar grupos en el seno del propio aparato estatal, qe acumulen
riquezas y esperen desde sus posiciones un eventual regreso al capitalismo.

El trabajo consciente sobre el Estado y el mercado es fundamental para la
transición socialista, y debe divulgarse, sumar esfuerzos e iniciativas,
convertirlo en una tarea priorizada que tendrá que durar muchos años. Es uno
de los aspectos principales de la Revolución. Todavía son insuficientes las
clarificaciones y los debates acerca de lo que es deseable, permisible o
inevitable en cada momento discernible del proceso, y por consiguiente lo de
que se debe impedir, criticar o denunciar.

Los Lineamientos aprobados en el 6º Congreso del PCC dejan claro que deben
prevalecer la distribución socialista, la empresa como unidad fundamental y
la planificación. Pero en la práctica pesa mucho el pragmatismo. El
socialismo entendido solamente como la distribución justa de la riqueza
social es insuficiente, pero ha hecho aportes maravillosos a favor de las
mayorías, primero a partir de las grandes medidas y leyes, después a través
de su sistematización en la segunda y tercera décadas de la Revolución. Las
personas, las familias y las comunidades mejoraron radicalmente sus vidas y
sus relaciones, y lograron cambiar en muchos aspectos positivos. Si bien no
ha sido posible asegurar un desarrollo económico totalmente autónomo, se ha
producido un desarrollo económico muy notable y, sobre todo, una
modificación radical de la economía y de sus objetivos. Eso no sucedió por
la aplicación de la norma de a cada cual según su trabajo. Fue porque la
gran mayoría trabajó y se esforzó como cubanas y cubanos. Así se obtuvieron
y se distribuyeron los logros, los bienes y las oportunidades, y esto ha
sido un adelanto humano y social inmenso, frente a la situación terrible a
la que somete a las mayorías el capitalismo allí donde domina.

No podemos esperar que se obtenga la eficiencia económica mediante las
supuestas leyes ciegas que porta ella misma, ni por el auge del "sentido
común" o por virtudes de la iniciativa privada puestas al servicio del
socialismo, como sería, por ejemplo, el imperio sin regulaciones de la
llamada relación entre la oferta y la demanda. Es necesario barrer la
ineficiencia, el burocratismo y la inercia, y desarrollar las motivaciones y
la capacidad de utilizar bien los esfuerzos desde el tipo de sociedad que
hemos ido creando. "Advierto que toda resistencia burocrática al estricto
cumplimiento de los acuerdos del Congreso (…) será inútil", dijo Raúl en la
Asamblea Nacional en agosto pasado.

En la actualidad se despliega en Cuba una situación compleja, donde conviven
los disímiles en paralelo. Entre otros cambios, la obtención de ingresos y
la satisfacción de necesidades y deseos se han vuelto más directas que en
las décadas anteriores, en las que las agencias sociales eran las
mediaciones principales. También ha crecido el papel de lo internacional en
la vida económica personal y familiar de muchos, a través de remesas,
misiones, turismo, trabajo en "firmas" o venta de servicios.

La gran insuficiencia del socialismo que ha existido a escala mundial es que
no ha logrado todavía acumular fuerzas culturales suficientes a su favor,
eficaces y atractivas en la lucha contra el capitalismo, y sobre todo para
el combate por las transformaciones liberadoras de las personas, de las
relaciones interpersonales y sociales, y nuevas relaciones con la
naturaleza. Mientras tanto, el capitalismo ha llegado a un callejón sin
salida, por su propia naturaleza actual, que es excluyente para las
mayorías, parasitaria en economía, colonialista, antidemocrática,
militarista agresiva y depredadora del planeta. Pero el capitalismo le sigue
sacando un inmenso provecho al modelo cultural a escala mundial que
desarrolló y a las enormes fuerzas y conocimientos con los que cuenta. Con
ellos les hace a todos los pueblos, incluido el nuestro, una formidable
guerra cultural mediante la cual aspira a convertirse en el controlador de
todo horizonte de vida cotidiana, de realización personal y de convivencia
social.

Como sucede en todo país que tiene un poder revolucionario y realiza una
transición socialista, en Cuba existe una pugna permanente entre las
relaciones y los valores del socialismo y las relaciones y los valores del
capitalismo. Pero, además del poder revolucionario y la decisión popular de
defender nuestro tipo de sociedad, en Cuba funciona una extraordinaria
pacificación de la existencia, desde la persona y las familias hasta las
comunidades y la nación. Esta es una de las mayores conquistas de la
Revolución, aunque casi nunca se habla de ella, y está en la base de un
hecho que es crucial: en Cuba no hay pleitos políticos. Pero sí existe una
gran lucha cultural entre las relaciones y los valores de ambas maneras de
vivir y sentir, y esa lucha señala los lugares de disyuntiva y las tensiones
que marcan la vida de los cubanos en la actualidad y ante el futuro
previsible. En el curso de las dos últimas décadas, el capitalismo ha
recibido refuerzos, pero el socialismo se sabe y se siente superior como
forma de vida humana, y mantiene su predominio en lo esencial.

El imperialismo norteamericano, por su parte, no ha cejado nunca, durante
más de medio siglo, en su designio de destruir a la Revolución cubana y
volver a dominar a nuestra patria. Ha habido y hay matices y diferencias
tácticas entre ellos, es natural; pero su denominador común es dictado por
su naturaleza criminal: destruir la sociedad que hemos creado; reimplantar
el capitalismo; neocolonizarnos; y borrar nuestro ejemplo, al que temen
tanto, porque es tan subversivo para su orden. Es necesario mantener el
conocimiento de los modos actuales de operar que utiliza el imperialismo
contra Cuba, con sus novedades que quieren ser sutiles y su vieja soberbia,
su raigal inmoralidad y su entraña reaccionaria. Permítanme citar a un
intelectual cubano que tuvo que convivir años con ellos para servir mejor a
la Revolución, y se convirtió en un héroe: Raúl Antonio Capote, que fue el
agente Pablo para la CIA, pero era Daniel para sus hermanos cubanos. Dice,
en su libro Enemigo, que acaba de publicarse en Cuba: "La Agencia Central de
Inteligencia de los Estados Unidos de América elaboró un complejo plan de
subversión político-ideológica, dirigido a convertir a los jóvenes cubanos
en enemigos de la Revolución. Para lograr sus objetivos invirtieron
cuantiosos recursos humanos y materiales."

La tarea cubana es difícil, los cubanos estamos conscientes de ello y el
Gobierno Revolucionario da pasos paulatinos para enfrentar los problemas, al
mismo tiempo que preserva el valor supremo, que es la conservación del
carácter socialista del proceso. El compañero Raúl ha reiterado la necesidad
de que la población opine libremente y se contrapongan criterios, para
encontrar los mejores caminos y obtener los consensos imprescindibles para
que sea la participación de un pueblo revolucionario en las decisiones la
que garantice la multiplicación de los esfuerzos y de los logros, la
creatividad y también los sacrificios, y que esa unión organice y viabilice
la fuerza necesaria para vencer los obstáculos y triunfar. No olvidamos que
hay muchos defectos acumulados, que cierran el paso a la satisfacción de
esas necesidades. La materia misma del problema está pidiendo que se debatan
a fondo los problemas centrales de la concepción revolucionaria socialista,
no alrededor de cualquier sucedáneo fugaz o peligroso, sino en y para la
revolución socialista, y tras sus objetivos más trascendentes.

Ante las duras carencias de recursos materiales, resulta meridianamente
claro que el factor subjetivo tiene que ser el determinante en la transición
socialista cubana. Sería criminal no utilizar el inmenso potencial que el
país ha acumulado en el campo de los conocimientos, del manejo de las
técnicas, de la politización, la conciencia y la cultura del pueblo. El
número y la calidad de personas capaces y conscientes es superior a los
demás recursos disponibles, pero su utilización efectiva constituye todavía
una fracción de lo esperable: trabas enormes y muchas veces absurdas lo
impiden. Si conseguimos viabilizar la utilización de nuestras fuerzas,
podremos aumentar sensiblemente la producción, los servicios, la eficiencia,
el buen gobierno, la resolución de los problemas, el enfrentamiento de las
carencias, y optimizar el empleo de los recursos con que contamos.

No es necesario ningún recurso material para ser solidario y ser fraterno,
para aprender a no vivir del esfuerzo ajeno o de espaldas a lo que el país
necesita. Exigir laboriosidad y retribuir el trabajo son dos tareas que
pueden hacerse desde posiciones muy diferentes, incluso opuestas. El
capitalismo ha experimentado todos los usos de la coacción y del dinero para
lograr que las mayorías trabajen con eficacia, y también todas sus
combinaciones, en beneficio de su ganancia y del poder de la burguesía. La
transición socialista –y eso lo ha explicado muy bien el Che en El
socialismo y el hombre en Cuba-- tiene puntos de partida muy diferentes para
hacer cumplir esas exigencias sociales, porque sus objetivos son opuestos, y
al mismo tiempo diferentes. El socialismo utiliza el salario y otras
categorías provenientes del capitalismo, pero no se somete a ellas. Y jamás
debe utilizarlas sin el seguro que brinda el mando que ejerce el poder
popular revolucionario sobre la economía.

Los aprendizajes del mundo del trabajo y de la eficiencia en Cuba están
tratando de articularse íntimamente con los de la educación de los niños y
los jóvenes, con la formación moral de todos; por ejemplo, para qué
trabajar, por qué debemos servir a los demás como nos sirven a nosotros,
cómo la producción de bienes y servicios es un requisito indispensable para
mantener y hacer avanzar la justicia social. Trabajamos para lograr que los
medios de comunicación social estén realmente a favor de la formación
socialista y presten ese servicio al pueblo, que el medio político sea el
vehículo eficaz de la participación popular y se plasme una unión de
gobierno y servicio, un lugar donde sean bienvenidas las iniciativas y las
creaciones. La economía y la política son demasiado importantes para que el
pueblo no participe decisivamente en sus decisiones.

La batalla cubana actual tiene una importancia trascendental. Otra vez se
juega allí una parte del destino de este continente. En los hogares cubanos
es cotidiana la referencia al familiar que está cumpliendo alguna misión de
trabajo solidario en otro país de América Latina y el Caribe, porque son
decenas de miles. En Cuba, en las actividades y organizaciones estudiantiles
comparten las cubanas y cubanos con más de treinta mil estudiantes no
cubanos, que en su gran mayoría son latinoamericanos. En la contienda de las
imágenes, que es crucial en el enfrentamiento cultural mundial entre el
imperialismo y los pueblos, vemos a la gente de abajo, a los más humildes
del continente, explicando cómo viven y resisten, y cómo ahora se movilizan
y tienen esperanzas. La gente en Cuba está pendiente de lo que se sucede en
todos los países hermanos, del Río Bravo a la Patagonia. Vive con emoción
las luchas populares, y los procesos populares de Venezuela, Bolivia o
Ecuador.

Nuestro país desempeña un papel muy notable en la nueva etapa que se ha
abierto en América Latina, y puede hacerlo por la grandeza de la revolución
que supo resistir impávida sin ceder sus principios, formar un pueblo con
cualidades, capacidades y conciencia política incomparablemente superiores a
sus medios materiales, y cambiar la vida y la sociedad en el sentido de
liberaciones, bienestar y dignidad. El ejemplo que ha dado Cuba a los
pueblos colonizados y oprimidos del mundo es excepcional, y su prestigio le
da un lugar privilegiado de potencia moral, pero también cuenta con fuerzas
palpables que son capaces de actuar a favor de los humildes de este
continente de manera eficaz –como son sus contribuciones en salud y en
educación--, y de actuar políticamente a favor de las alianzas de poderes
revolucionarios y las concertaciones de quienes reclaman autodeterminación
para sus países y avances en la distribución de la riqueza social para sus
pueblos.

Las grandes revoluciones contraen enormes obligaciones. José Martí subtituló
"El alma de la revolución y el deber de Cuba en América" a un artículo suyo
que publicó con motivo del tercer aniversario de la fundación del Partido
Revolucionario Cubano. No me referiré a la lección extraordinaria de teoría
para la praxis desde el anticolonialismo que nos dejó en aquellas pocas
páginas, dedicadas a las tareas sumamente complejas que siempre conllevan
las revoluciones. Me limito a citar unas frases suyas: "Hay que prever, y
marchar con el mundo (…) Un error en Cuba es un error en América, es un
error en la humanidad moderna. Quien se levanta hoy con Cuba, se levanta
para todos los tiempos (…) la independencia de Cuba y Puerto Rico no es sólo
el medio único de asegurar el bienestar decoroso del hombre libre en el
trabajo justo a los habitantes de ambas islas, sino el suceso histórico
indispensable para salvar la independencia amenazada de las Antillas libres,
la independencia amenazada de la América libre, y la dignidad de la
república norteamericana." Aquel artículo se publicó un 17 de abril. En esa
misma fecha, 67 años después, la fuerza del pueblo y el poder
revolucionario, unidos ya en Cuba, fue a combatir en Girón la invasión
dirigida por Estados Unidos, y obtuvo la primera victoria del socialismo en
América. En el treceavo aniversario, en 1974, Fidel dijo: "Después de Girón,
todos los gobiernos de América Latina fueron un poco más libres".
Treintiocho años después, podemos parafrasearlo, diciendo que la victoria
del modo de vida socialista en Cuba contribuirá a hacer a todos los pueblos
de América Latina más libres, más socialistas.

--
Movimiento Mexicano de Solidaridad con Cuba
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¡ Salven a los varones argentinos ! "las ballenas"

¡ Salven a los varones argentinos del feminismo !    "las ballenas"  (macho)

 

                                        crónica escrita por Eladio González  (toto)

 

Es preocupante, la foto del artículo llama a engaño.  Sonrisa que tranquiliza, pero los cuarenta y cinco minutos

que duró la conferencia magistral fueron duros para este cronista.   Por el contrario el entusiasmo fue creciendo

entre el público femenino, absolutamente mayoritario.  Sabedora de generar climas especiales la feminista recurrió

a la oratoria “tracción a sangre”, fingió no poder seguir utilizando el micrófono (supuestamente descompuesto)

todo para que el auditorio se conmoviera mucho más, por el agregado de su voz humana, sin el filtro electrónico.  

Lo que expuso, lo que enseñó, lo que planteó, lo que nos propuso caló así más hondo.  Por lo menos a los hombres

(no pierdo mi machismo) y especialmente a mí que se me ocurrió sentarme en primera fila y tuve a la vista su enérgica

gestualidad.  ¿Pero como?, esto no era lo que me enseñó mamá, ni papá hace sesenta y nueve años.  Pensé me estoy

volviendo viejo y además masoquista, vengo a que me vapuleen el espíritu.   ¿Me escuchará PAMI?   Salgo de aquí y

tendré que ir a confesarme a la iglesia mas cercana. (¡ Vade retro Padre Grassi !)

Menos mal que Marcelo Iambrich director del CGP, rebota mis mails y no se enteró que yo le proponía nombraran a

la premiada en Burgos, como  VISITANTE ILUSTRE DE CABALLITO.  ¿Qué tendrá Burgos que no tenga Caballito Hollywood?

Ojalá que ninguna de esas damas presentes, que seguramente serán mis vecinas me haya visto obsequiarle a Dora Barrancos

el libro “Tirando las hombreras por el inodoro” de María Luisa Livingston.  Como director del Museo Ernesto Che Guevara me

había entusiasmado y reenvié la invitación a todos los vecinos, y a muchos contactos más.  Esa misma mañana había invitado

a varias damas y caballeros del barrio que entraron a “Bagatela”, incluyendo a la vecina Ana Paulino a la que confié en un rapto

de senilidad que creía desde hace unos veinte años que los varones habíamos fracasado y que las mujeres deberían ocupar

lugares de decisión lo que llevaría a una situación de progreso nunca visto.  También la exhorté a que invitara a todas sus amigas

y ella misma fuera por la tarde a la confitería del club Ferrocarril Oeste para disfrutar la charla.

No fueron, se lo perdieron, ¡ que lástima !.. o tal vez… ¡ menos mal ! porque hubieran salido agrandadas, no solo en conocimientos

sino en convicción, cosa que da mucha fuerza y hace cambiar las cosas en la pareja.  

Pero ya se sabe, Eladio González toto no era confiable en el barrio, fundó allá por 1996 el Museo Ernesto Che Guevara de

Caballito sin depender de ningún partido político. Pasaron los años y lo asimilaron como al loco del barrio. Pero la locura fue

progresiva y para colmo hoy todas se dieron perfecta cuenta que Toto se había puesto del lado de la yegua y eso ya lo ubicó

en el peor de los infiernos del Dante. Si ellas pudieran, y hubiera un Gran Hermano político me internarían en la casa junto

con Patria Bullrich y Lilita Carrió para destruirme, pero la enérgica coherencia con que Cristina lleva el país adelante me hace decir

sin temores……

 

¡¡ Avanti morocha !!                   Toto                                          

                                               

 

 

 

Ver nota en www.pagina12.com.ar

Lunes, 12 de marzo de 2012

La historiadora argentina Dora Barrancos, premiada en España

Un reconocimiento a la pasión

Barrancos fue premiada por un importante centro científico de Burgos, España, junto a doce mujeres de todas las áreas científicas.

 

Dora Barrancos, una de las trece mujeres premiadas.

 

Por Mariana Carbajal

 

Divertida como pocas a la hora de dar cátedra. Pero a la vez profunda y analítica, la socióloga, historiadora argentina y feminista Dora Barrancos fue distinguida por un importante centro de investigación español junto a otras doce mujeres del mundo, por sus aportes desde diversas disciplinas con una marcada vocación social.

Mujer y Ciencia: trece nombres para cambiar el mundo, es el título de la exposición en la que Barrancos y el resto de las elegidas –entre ellas la primera mujer ganadora del Premio Nobel de Economía– fueron homenajeadas la última semana en el Instituto Nacional de Investigaciones sobre Evolución Humana (Cenieh), de Burgos, España. Barrancos, autora de varios volúmenes que abordan la historia de las mujeres argentinas y latinoamericanas, es actualmente directora del Conicet, por el área de Ciencias Sociales y Humanidades, elegida por el voto de la comunidad científica.
La noticia, dice Barrancos, la sorprendió. Todavía está conmovida, cuenta. Ignora quién puede haber propuesto su nombre para ese seleccionado de notables científicas –en el caso de la argentina, del campo de las ciencias sociales– que han hecho aportes tan diversos a la humanidad.
“La pasión por la libertad me llevó a apasionarme por el conocimiento, pero siempre he creído que éste sólo tiene sentido si contribuye a dignificar la condición humana”, dice Barrancos, ex directora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, autora de Mujeres en la sociedad argentina. Una historia de cinco siglos y Mujeres entre la casa y la plaza, y compiladora de Historia y género, entre otras obras.
Uno de los objetivos del Cenieh es la comunicación de la ciencia y su traslación a la sociedad a través de diversas actividades. La muestra fue parte de ese proyecto. A Barrancos la eligieron “por su activismo social y feminista en distintos ámbitos que impulsan los derechos humanos, de género y sociales”.
La historiadora argentina resultó ser una de las cuatro latinoamericanas galardonadas por el centro de investigación científico español. Las otras doce mujeres premiadas fueron: la científica cubana Concepción Campa, creadora de la vacuna contra la meningitis B y C; la física mexicana Ana María Cetto, especialista bajo cuya dirección y membresía, dos instituciones recibieron el Nobel de la Paz en 1995 y 2003; la filósofa española Adela Cortina –por su aporte a la reflexión sobre ética, política y derechos humanos–; Lourdes J. Cruz, bioquímica filipina que ha contribuido al conocimiento de toxinas de moluscos.
También, fueron premiadas Flora de Pablo, médica española especialista en investigaciones sobre la insulina e impulsora de la actuación femenina en la ciencia; Jenny de la Torre, médica peruana-alemana impulsora de distintas actividades en pos de la atención médica y social y la erradicación de la pobreza; Susan George, politóloga y filósofa estadounidense/francesa, activista en Greenpeace; Jane Goodall, inglesa, especialista en el estudio de primates y activista en pos del desarrollo sustentable; Elinor Ostrom, politóloga estadounidense, primera mujer ganadora del Premio Nobel de Economía, que obtuvo en 2009; Vandana Shiva, filósofa y escritora ecofeminista de la India; Hayat Zirari, antropóloga marroquí especialista en estudios de género y militante feminista por la igualdad de derechos de las mujeres y contra la violencia de género; Tebello Nyokong, científica sudafricana dedicada a estudios sobre cáncer y a promover los derechos humanos y en especial la ciencia entre las mujeres.
La exposición, donde fueron distinguidas, se desarrolló la semana pasada y concluyó ayer, en el Teatro Principal de Burgos.
Fue organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz-Cenieh. “Los trece nombres de esta exposición son de mujeres que desde las más diversas disciplinas, como la Medicina, la Economía, la Filosofía o la Física, entregan mucho más que una jornada laboral: crean redes, comunican, acompañan y denuncian, promueven y, en definitiva, nos demuestran que los avances científicos son válidos, merecen la pena, cuando van acompañados de la firme convicción de que la ciencia excede las probetas y los despachos y se expande al ancho mundo”, destacaron los organizadores.
La muestra, señalaron, apuntó a dar “un reconocimiento al talento aplicado al bien común, representado aquí en trece nombres que han de servir al mundo científico y a la sociedad en general de inspiración”.

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Eduardo Galeano en Cuba presidenta consejo mundial de iglesias diputada asamblea nacional cinco presos peru

 

 

Año 10 Número 22 | Fecha 2012-03-16

TITULARES

Opinión

FE DE ERRATAS: EDUARDO GALEANO EN CUBA por Yinett Polanco

PASIÓN DE ABRIR PUERTAS por Liset García Rodríguez

SIN CUBA, AMÉRICA NO ESTÁ COMPLETA por Raúl Menchaca

LA IRA EN CONTRA DE LOS CINCO por Andrés Gómez

CUBA, EJEMPLO DE SOLIDARIDAD INTERNACIONALISTA por Enric Llopis

Opinión

FE DE ERRATAS: EDUARDO GALEANO EN CUBA

por Yinett Polanco

Donde decía lejos, volvió a decir cerca. Y Galeano regresó a La Habana, a encontrarse con sus amigos, en su casa de siempre, su Casa de las Américas.

Apenas pisó el suelo del aeropuerto comentó: “ Estoy muy contento de volver a la Casa y a Cuba. A la Casa de las Américas que es mi casa, y a Cuba porque, aunque hace años que no vengo, siento como que vuelvo sin haberme ido. Cuba siguió siempre viva dentro de mí, en mis palabras, en mis actos y en mi memoria: todo lo que de aquí recibí, en una relación en la que yo jamás oculté ninguna de mis discrepancias o mis dudas; pero tampoco oculté mi admiración por esta Revolución que es un ejemplo de dignidad nacional, en un mundo donde el patriotismo es el obligado privilegio de los países ricos y poderosos, pero negado a los pequeños y pobres. No conocí en mi vida otro país tan solidario como este, ninguna Revolución tan ofrecida a los demás como ha sido y es la Revolución Cubana.

Con el tiempo, nuevos hogares le han nacido en la Isla a Eduardo. Se llegó también hasta esa casa de las primeras décadas del siglo XX donde un amigo de igual nombre, Heras León, enseña técnicas narrativas a quienes pretenden recorrer el arduo camino del escritor. Jóvenes ávidos de literatura le escucharon hablar en el Centro Onelio Jorge Cardoso del compromiso personal con la historia, con la escritura.

Salió a andar La Habana, la misma que le inspirara aquella crónica de El libro de los abrazos, donde un conductor enamorado abandona su guagua por una mujer y los pasajeros van conduciéndola, por tramos, hasta llegar al final del recorrido. A La Habana Vieja se fue entonces, porque recorrerla es un placer aparte. Ya lo había hecho antes, en compañía de Eusebio, ‘El Creador’ y esta vez pude confirmar que se merece un capítulo del Génesis para sustituir al de la Biblia, porque Dios hizo al mundo en una semana, pero este en pocos años ha hecho La Habana Vieja, que no es ‘moco de pavo.

Se merece un texto sagrado que reconozca la labor creadora de ese loco lindo que con tropical locura ha hecho el hermosísimo barrio de La Habana, que parecía condenada a la ruina, y que él la levantó y con ese impulso creador que tiene logró multiplicarla, descubriendo la energía que yo no sabía que contenía.

Regresó a la Casa de las Américas, donde antes estuvieron Haydée Santamaríay Mariano Rodríguez y hoy lo recibía Roberto Fernández Retamar. Inauguró el Premio Literario del que en otras ocasiones fue jurado, y premiado, él mismo: la Casa de las Américas, nacida de la Revolución Cubana, lleva más de medio siglo ayudándonos a vernos con nuestros propios ojos, desde abajo y desde adentro, y no con las miradas que desde arriba y desde afuera nos han humillado desde siempre.

Volvió al día siguiente. Y su lectura detuvo el tiempo, y desbordó los espacios de la sala Che Guevara, la Manuel Galich, la esquina de G y 3ra. No solo les habló a los lectores de su generación, también les resulta cercano a los jóvenes, que fueron a mirarse en sus Espejos, a reconocerse como Los hijos de los días. Y los días se echaron a caminar, y nos hicieron a nosotros, que así fuimos nacidos, nosotros, los hijos de los días, los averiguadores, los buscadores de la vida.

Galeano regresó a Cuba. Y los cubanos le hemos abrazado.

Fuente: La Jiribilla

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PASIÓN DE ABRIR PUERTAS

por Liset García Rodríguez

Entrevista a Miriam Ofelia Ortega, presidenta del Consejo Mundial de Iglesias para América Latina y el Caribe y diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular

Un canto en Brasil asegura que si las mujeres no pueden entrar por las puertas, lo hacen por las ventanas. Miriam Ofelia Ortega Suárez no solo da fe de esa voluntad, sino que la reafirma cada día de su vida.

Además de presidir el Consejo Mundial de Iglesias para América Latina y el Caribe y ser diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular, es la primera mujer ordenada como pastora de la Iglesia Presbiteriana en Cuba. Fue rectora del Seminario Evangélico de Matanzas durante varios años y ha participado en no pocas batallas políticas dentro y fuera del país, trayectoria que hace evidente que ella sabe por dónde camina y cómo hacerlo.

No se ha detenido ante ninguno de los obstáculos que tuvo ante sí, desde la infancia en su natal Cárdenas. Confiesa que cada uno le dio oportunidad de avanzar. La búsqueda de soluciones, de alternativas, de espacios, siguiendo el principio de cooperación con quienes tiene alrededor, han sido las claves de su vida para abrir puertas, sin descanso.

Liset García Rodriguez -¿Cómo llegó a la teología y por qué?

Miriam Ofelia Ortega- “Estudié desde los cuatro años en La Progresiva, un colegio presbiteriano que daba becas a los hijos de familias pobres, a cambio de que los padres trabajaran allí. Mi mamá fue lavandera de esa escuela, donde cursé desde el preescolar hasta el bachillerato. Le debo mucho, pues nos educaban para ser buenos ciudadanos. Toda mi formación fue religiosa desde entonces.

“Recuerdo con especial simpatía y admiración a Emilio Rodríguez Busto, quien fue director de esa institución. Allí estudiaron Marcelo Salado, Renato Guitart, Esteban Hernández, Alfredo Massip y otros revolucionarios asesinados durante la dictadura de Batista.

Algunos de ellos se escondían en la casa de Blanca Ojeda, directora de la primaria. Recuerdo el día en que a la escuela llegó Pilar García, conocido verdugo y asesino, a buscar a los estudiantes que distribuían proclamas del 26 de Julio en la ciudad de Cárdenas. El Dr. Emilio lo impidió. Dijo que para sacar a los estudiantes del dormitorio había que matarlo a él.

“Era un colegio muy famoso en Cárdenas. Había otro similar, El Cristo, de la Iglesia Bautista, en Santiago de Cuba, donde dio clases Frank País. Mi esposo fue alumno de él. Se estudiaba a Félix Varela; también la asignatura de Moral y Cívica, con mucho énfasis en José Martí. Luego fue cuando ingresé en el Seminario Evangélico, para estudiar Educación Cristiana y, más tarde, Teología”.

LG -¿Cómo concibe la unidad entre Iglesia y Revolución? ¿Hubo o hay lucha de contrarios?

MOO -Cuando triunfó la Revolución muchas personas, conociendo mi religiosidad, preguntaban: “¿No te vas a ir?” Yo respondía: “¿Me voy a ir, a dónde? Si para nosotros la Revolución es una bendición.

Mi papá era obrero de una fábrica y mi mamá, criada. ¡No será cuando más oportunidades se nos abren, que vamos a renunciar a Cuba!”, les decía.

“Eso lo comprendí mejor cuando estuve donde uno de mis hermanos alfabetizó, en Minas de Bueyecito, en la Sierra Maestra. Entendimos que había gente con más miseria que la que habíamos padecido nosotros, y para quienes se dieron todas las posibilidades a partir de entonces.

“Disfruté mucho esas primeras décadas. Sentimos la necesidad de cambiar cosas, pues el impacto de la Revolución era grande. Nos benefició, además, el Concilio Vaticano de 1964, que radicalizó el pensamiento religioso con la opción por los pobres. No veíamos diferencias con lo que postulaba el Gobierno Revolucionario“.

Miriam Ofelia prefiere dejar atrás los años de confrontación entre los creyentes y el naciente Estado revolucionario, especialmente con la jerarquía de la iglesia católica. Pero, una mirada a la época le permite ver que tanto los líderes como los creyentes que se sentían vinculados al proceso ocurrido en el país sufrieron una doble incomprensión, pues quienes estaban fuera de la Iglesia los acusaban de no definirse abiertamente a favor de la Revolución, mientras que los de adentro les criticaban estar transgrediendo sus principios teológicos.

“Cuando Sergio Arce escribió Teología en Revolución. La misión de la Iglesia en la sociedad socialista, aportó un libro muy valioso que traza cuál es nuestra misión. A quienes vivíamos insertados en la Revolución y en la parte revolucionaria de la Iglesia, también nos ayudó la Teología de la Liberación, que aunque impulsada por católicos, influyó en nosotros.

“También fueron años de vínculos con todos los líderes religiosos que vivían en países latinoamericanos bajo dictaduras. Con ellos hicimos reuniones de todo tipo, y el intercambio nos enriqueció más. Hicimos las Jornadas Camilo Torres y otras actividades. Los contactos frecuentes con representantes de las iglesias de los países socialistas interesados en dar su solidaridad con la realidad cubana, nos aportaron igualmente.

“Aquí también llegó el momento en que empezó a cambiar la imagen que se tenía de la gente de la Iglesia. Cuando íbamos a cortar caña, recoger boniato… quienes estaban, siempre nos preguntaban: "y ustedes ¿qué hacen aquí?". Lo mismo que ustedes, respondíamos. "No vinimos a hablar de Dios, sino a trabajar”.

En esa época Miriam Ofelia se incorporó a laborar en el Centro de Documentación de Salud Pública de la ciudad de Matanzas. Rememorar aquellos días la hacen recordar algunos tropiezos, pero enseguida sonríe, porque esa fue otra puerta que logró abrir.

“Había necesidad de traductores de inglés y me ofrecí. Éramos un colectivo de 19 mujeres. Entonces, yo era pastora del templo del barrio de Versalles. Algunas no entendían qué hacía una religiosa allí. Después de un tiempo trabajando juntas, les hablé en estos términos: "¿Ustedes tienen alguna queja de mí?, ¿he sido una mala trabajadora?, ¿por qué esa animosidad conmigo?" Siempre tuve el apoyo del director del centro y del administrador, y después de aquel diálogo la situación cambió. Fueron cinco años útiles para todas pues disfrutamos el compañerismo.

“En otra oportunidad, a inicios de la Revolución, la Iglesia Presbiteriana compró una finca para hacer un campamento para la labor de educación cristiana. El doctor Rafael Cepeda, el reverendo Francisco Norniella y yo fuimos de oficina en oficina en el Partido, el Gobierno, explicando nuestros propósitos. Queríamos hacer cosas en bien de la sociedad.

“Era una tarea difícil, que como otras muchas que asumimos en la Iglesia, me obligaban a pensar, a reflexionar y argumentar, para hallar una solución. Pero hasta conseguir la aprobación y el apoyo necesario no me detuve”.

Ahora está envuelta en el desarrollo sostenible de otra finca en la provincia de Matanzas. “Estamos tratando de que sirva a la comunidad. Sembramos viandas, producimos leche. Hicimos allí un centro ecológico diaconal, con financiamiento del Instituto de Estudios de Género, programa del Centro de Estudios del Consejo de Iglesias de Cuba. Apoyamos a la cooperativa cercana en la instalación de biogás, molinos de viento y la transformación de los suelos y siembras para el ganado. El Centro de Reflexión de Cárdenas y Naciones Unidas nos apoyan y hemos logrado una formidable participación de las mujeres campesinas. Actualmente se puede afirmar que entre Iglesia y Estado tenemos armonía. No niego que sufrimos incomprensiones también dentro de nuestra Iglesia por las posiciones revolucionarias que mantuvimos, pero más allá de aquellos desacuerdos, lo más valioso fueron los retos que la realidad nos impuso vencer y el reconocimiento de la diversidad de pareceres".

LG -Como pedagoga tiene una copiosa hoja de servicios. ¿Llegó por casualidad a esa profesión?

MOO -A los 13 años mis padres decidieron que no siguiera estudiando. Querían que labrara mi futuro como ama de casa. Me quedé tres años ayudando a mi mamá. Pero cuando cumplí los 16, fui a La Progresiva y le dije al subdirector: “Vengo a matricularme de nuevo”. Él preguntó: “Con qué cuentas”. “Con nada”, le respondí. “No tengo dinero para los uniformes, ni los libros, ni los zapatos”.

“Como había sido una buena alumna, el profesor me propuso trabajar en la biblioteca y con eso pagar la beca. Y cuando avanzara un poquito, podría dar clases a los alumnos de primer año que tuvieran dificultades.

“Me compraron un uniforme, zapatos y libros de uso. Empecé donde había niños de 13. Iba a las casas de aquellos con más dificultades, para ayudarlos. Ese fue mi debut como maestra. Mientras, continuaba el bachillerato en Letras, que terminé en 1956. Ese año decidí estudiar Educación Cristiana en el Seminario de Matanzas, y me gradué en 1959.

“Como los misioneros se fueron al triunfo de la Revolución, en el 60 me pidieron que empezara a dar clases en el Seminario. Fue un salto cualitativo que marcó mi vida. Pronto me di cuenta de que necesitaba prepararme mejor. Matriculé el curso de Teología en el Seminario, que terminé en 1966 y, más tarde, en la década de los 80, estuve en el Instituto Superior de Pedagogía donde hice la Licenciatura en Lengua Inglesa.

“Fui profesora en el Instituto Ecuménico del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), ubicado en Bossey, en las afueras de Ginebra, durante tres años. En 1988 fui nombrada por el CMI como Secretaria Ejecutiva del Programa de Educación Teológica Ecuménica para América Latina y el Caribe. Allí estuve hasta 1997 cuando la Iglesia Presbiteriana-Reformada me llamó de regreso para asumir el rectorado del Seminario, donde aún doy clases de Ética, y de Teología y Género. Creo que a la docencia entré por las puertas y por las ventanas. Y no quiero salir de ahí”.

LG -Por ser mujer ¿tuvo que vencer obstáculos adicionales?

MOO -El primero lo vencí en la niñez, al no sentirme completamente aceptada por mi madre. Yo tenía dos hermanos varones. El mayor era el preferido de papá y el menor el de mi mamá. Yo era la del medio. Cuando ellos entraron al colegio La Progresiva, yo lloraba porque quería ir también. Una de las misioneras dijo: “Esta niña tiene deseos de estudiar. Déjenla entrar”. Fue la primera puerta que abrí.

“Durante mi infancia, vi a mi madre sufrir mucho las desventajas de la mujer. Como limpiaba casas, los dueños abusaban de ella”.

Aquella realidad social que padeció la madre, contribuyó a que Miriam Ofelia abrazara entre sus tareas la de enfrentar la desigualdad que sufren las mujeres. Fue una de las razones que la llevaron a convertirse en teóloga feminista. “Así llegué a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Fui propuesta por la Federación de Mujeres Cubanas. Me relacioné mucho con el trabajo de esta organización cuando comenzó la década de la mujer en las iglesias, siguiente a la declarada por Naciones Unidas -hasta el 1995- que concluyó con la cumbre de Beijing, a la que fui invitada. Uno de los asuntos muy debatidos allí fue la participación de las mujeres en la toma de decisiones. Es un tema muy serio en el que debemos avanzar hombres y mujeres juntos”.

Tuvo otros obstáculos por ser mujer, pero los venció poco a poco. Dos personas la ayudaron, según cuenta: Sergio Arce, secretario general de la Iglesia y rector del Seminario durante 15 años, y Francisco Norniella. “Muy revolucionarios los dos, con mucha voluntad de hacer.

“Fue bajo el mandato de Arce, en 1967, que me ordenaron como pastora. Recuerdo que le pregunté: ¿Qué exámenes debo pasar?. Él me respondió simplemente: "Te compras un vestido bien bonito". Ellos sabían que yo llevaba una vida de compromiso y ya había superado todos los escalones teológicos previos.

“El año de 1967 fue, por cierto, muy importante para la Iglesia Presbiteriana cubana, porque se separó del Sínodo de New Jersey. Nuestra Iglesia se convirtió en autónoma. Mi ordenación y esa ceremonia tuvieron lugar el mismo día.

“Otra barrera la vencí junto al hombre con quien formé familia, Daniel Montoya, para poder casarnos. Desde que estaba en el Seminario, muchos pensaron que sería la esposa ideal de un pastor. Pero no acepté ese destino: siempre pensé ser pastora. Fue una lucha tremenda. Él pertenecía entonces a la Iglesia Bautista, vino para Matanzas y aquí nos casamos en 1970”.

Fue la primera mujer en obtener licencia de maternidad en la Iglesia Presbiteriana, y ofreció los sacramentos en la iglesia de Versalles hasta los ocho meses de embarazo.

LG -¿Una cubana en el Consejo Mundial de Iglesias?

MOO -Estuve casi 12 años en el CMI. Fue etapa de muchos aprendizajes. Llegué allí para ser profesora. Una institución internacional con una cubana era importante. Por eso acepté. Fue una etapa inolvidable, pero tuve que trabajar intensamente para que se valorara mi labor como educadora en un medio muy europeo.

En el 2004 fue electa vicepresidenta de la Alianza Mundial de Iglesias Reformadas, también con sede en Ginebra. Luego fue elegida presidenta del CMI. Explica que ahora, de los ocho presidentes, tres son mujeres. “Estoy por América Latina y el Caribe, electa en 2006 y hasta 2013; otra está por Europa y, la tercera, por los Estados Unidos. Hacemos un trío de respeto. El año pasado acordamos seguir apoyando la lucha de las mujeres para su participación en esas estructuras de dirección. Presentamos un documento en el Comité Central del CMI, y causó un gran impacto en la prensa y en las iglesias pertenecientes a ese consejo”.

LG -Si tuviera que hacerle reproches a su vida, ¿cuáles serían?

MOO -No quisiera haber vivido de otro modo. Mi vida no la cambio por nada. Lo que soy se lo debo a la Iglesia, y a lo que aprendí en ella, y también a la Revolución porque llegó justo cuando yo empezaba a brotar como persona. No me arrepiento ni siquiera de lo que pasé cuando no había la comprensión que existe ahora. Siempre vi las cosas difíciles como oportunidades para la lucha y el avance.

“Hay algo que haría mejor: la Miriam madre. Falté mucho de la casa. Estuve haciendo labores por todo el país durante varios períodos. Realmente, no fui la madre ideal, según los patrones tradicionales. Suerte que nuestra hija tuvo un magnífico papá. Él hizo muchas veces la función de madre y padre, con una ternura inmensa. “A los seis años Greta se puso tartamuda. El psicólogo dijo que no tenía ninguna dificultad, que ella hablaba muy bien. "Su problema es que usted nunca está en la casa, pero lo va a rebasar", afirmó. Así fue. Cuando ella se casó me escribió una carta diciendo lo orgullosa que se sentía de mí”.

LG -Usted fue la única representante de Cuba en el sepelio de Lucius Walker en Estados Unidos. ¿Qué palabras escribiría sobre él?

MOO -Su temprana partida nos ocasionó las lágrimas y el dolor que dejan los buenos amigos cuando se van. Lucius nos dio tantas bendiciones, tuvo tantos gestos hacia Cuba, que no podremos olvidarlo nunca.

“Reflejó la solidaridad en los ómnibus amarillos y los carteles de Pastores por la Paz, a su paso por las calles y caminos cubanos, abriendo continuamente sendas de amistad entre su pueblo y el nuestro, que fueron modos de quebrar el bloqueo. Con las Caravanas creó una campaña de ternura que nos unió a todas y todos con infinito cariño. Nuestra gratitud hacia él será eterna”.

LG -Háblenos de sus experiencias como diputada a la Asamblea Nacional.

MOO -Calimete es el municipio que represento ante el máximo órgano del poder cubano. Siempre estoy pendiente de lo que pasa allí, y es motivo de orgullo estar vinculada a ese quehacer en la base. He aprendido de los delegados y delegadas de circunscripción, quienes con mucho esfuerzo, modestia y sacrificio, hacen cosas a veces por encima de sus fuerzas.

“He encontrado una zona rural donde se produce arroz, leche y azúcar, tres producciones tremendas. Por primera vez entré a un ingenio azucarero a hablar con los obreros, he estado en policlínicos, en escuelas. He aprendido del pueblo y ayudo en todo lo que puedo.

“En el extranjero todos creen que por ser diputado en Cuba se percibe un salario. Cuando cuento cómo funciona nuestro Parlamento, las personas se asombran. Las tareas que cumplo las debo solventar yo. Eso es muy cristiano. Hermoso. Da mucho placer, porque lo que hago es servir, intentar “En el extranjero todos creen que por ser diputado en Cuba se percibe un salario. Cuando cuento cómo funciona nuestro Parlamento, las personas se asombran. Las tareas que cumplo las debo solventar yo. Eso es muy cristiano. Hermoso. Da mucho placer, porque lo que hago es servir, intentar ser útil. No es para escalar al poder”.

De las sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional del Poder Popular, narra un momento muy emocionante: cuando el presidente Ricardo Alarcón la invitó a contar las acciones que ha realizado en reclamo de justicia para los Cinco.

“Le habíamos escrito a Obama pidiéndole que los liberara el Día de Acción de Gracias. Relaté las actividades desplegadas a través de nuestras relaciones con las iglesias, para que luchen por los Cinco. Tenemos una red en el Consejo Mundial, con el Consejo Nacional de Iglesias de Cristo de Estados Unidos, con América Latina, con los Derechos Humanos, con otros.

“Cuando escucharon mis palabras, Fidel exclamó: ‘Eso que está haciendo Ofelia es lo que hay que hacer’”.

El Consejo de Iglesias de Cuba, del cual Miriam Ofelia Ortega fue su vicepresidenta, está integrado por 38 organizaciones religiosas entre iglesias, centros y movimientos ecuménicos; otras son miembros observadores y son asociados fraternales de otras confesiones religiosas, la Comunidad Hebrea de Cuba y la Asociación de Autorrealización Yoga. Fue fundado el 28 de mayo de 1941 en la Primera Iglesia Presbiteriana Reformada en Cuba bajo el nombre de Concilio Cubano de Iglesias Evangélicas, como resultado de la labor de las distintas iglesias evangélicas y protestantes de Cuba, quienes se propusieron entre otros objetivos dar mayor representatividad y validez a los pronunciamientos de carácter nacional o general de las iglesias, y hacer posible la relación y cooperación con otras organizaciones religiosas de carácter internacional y ecuménico.

La obra evangelística y misionera de la Iglesia Presbiteriana-Reformada en Cuba se inició en 1890 por la visión y los esfuerzos del cubano Evaristo P. Collazo, obrero tabaquero que trabajó en las ciudades de La Habana y Santa Clara. A partir de 1898 pasó a ser atendida como misión por iglesias presbiterianas del norte y el sur de los Estados Unidos. Los énfasis característicos de la Iglesia Presbiteriana del norte fueron imponiéndose sobre los sureños, más conservadores, y marcaron el empeño teológico y social del presbiterianismo cubano. En 1967 obtuvo la autonomía de la Iglesia madre de los Estados Unidos.

Fuente: Bohemia

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SIN CUBA, AMÉRICA NO ESTÁ COMPLETA

por Raúl Menchaca

Desde que en 1507 el cartógrafo alemán Martin Walldseemuller utilizara por primera vez la palabra América para designar al Hemisferio Occidental, esa masa continental ha sido vista como un todo indisoluble formado por un variopinto conglomerado de naciones.

Europeos, africanos y hasta asiáticos, se mezclaron aquí para dar paso a un grupo humano que tiene más semejanzas que diferencias.

Un desarrollo histórico casi similar, con algunas naciones más apuradas que otras, confirmó la unidad de una región que durante varios siglos las potencias coloniales europeas se disputaron con saña, pero al final sin éxito.

Sólo razones políticas dividieron a un continente convertido en crisol de culturas y razas, y que en el último medio siglo tuvo que desafiar la hegemonía de uno de sus miembros para volver a abrazar a una Cuba injustamente marginada.

Más de un siglo ha durado la supremacía continental de Estados Unidos, que ha empleado todo su formidable poderío económico, y hasta militar, para alejar a Cuba de su natural entorno geográfico.

América vivió así el aislamiento del primer país que decidió abrir un camino diferente y que, contradictoriamente, poco a poco se convirtió en referente para los demás.

Vendría primero el gradual restablecimiento de relaciones, que sin dudas resquebrajó el apretado cerco estadounidense, y más tarde el florecimiento de un ramillete de naciones que decidieron adoptar un rumbo cercano al cubano.

Pero Washington no se quedaría cruzado de brazos y mientras impulsaba el Área de Libre Comercio para Las Américas, la nefasta ALCA que escondía el sueño de tragarse a la región, convocó a la Cumbre de Las Américas, cuya primera edición tuvo por sede nada menos que a Miami.

Como antes en la Organización de Estados Americanos (OEA), por voluntad expresa norteamericana, Cuba quedó fuera esas reuniones, cuyo mayor logro fue haber enterrado el ALCA en 2005, en Mar del Plata.

La entrada de Obama en la Casa Blanca abrió una falsa expectativa, pues el flamante mandatario estadounidense prometió en abril del 2009, en Puerto España, el establecimiento de una nueva política hacia América Latina y el Caribe, algo que quedó sólo en declaraciones.

Las Cumbres de Las Américas, desde Clinton hasta Obama, sólo han servido para que Estados Unidos haga valer su predominio continental, algo que intentan desde la I Conferencia Panamericana, en 1890, cuando desvirtuaron el sueño continental de Bolívar.

Martí, que era adelantado en todo, apreció entonces lo que pasaba en aquella reunión y escribió que “...después de ver con ojos judiciales los antecedentes, causas y factores del convite, urge decir, porque es la verdad, que ha llegado para la América española la hora de declarar su segunda independencia”.

La exclusión de Cuba es la señal más evidente de que esas reuniones han sido organizadas por el gobierno estadounidense como instrumento para intentar ejercer la dominación hemisférica pasando por encima de la voluntad un haz de naciones soberanas, muchas de las cuales ahora se reviran ante tan injusto desatino.

Por eso, cuando hoy los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), a los que ya se han sumado algunas otras voces, reclaman la presencia cubana realizan un acto de desafiante soberanía ante quienes se pretenden dueños.

Ya este no es el traspatio de Estados Unidos que tendrá que admitir que Cuba regresó a un ámbito del que nunca debió estar excluida, porque, y eso se sabía desde aquella “Introducción a la cosmografía”, elaborada por Walldseemuller en el siglo XVI, si falta un país, América no está completa.

Fuente: Cuba Ahora

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LA IRA EN CONTRA DE LOS CINCO

por Andrés Gómez

La tortura que el gobierno, o los gobiernos, de Estados Unidos han impuesto a nuestros Cinco hermanos: Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René por más de trece años y medio sólo es comparable –ya que es la razón de ser de ésta— con los tormentos que las sistemáticas políticas de genocidio, terrorismo y subversión de esos mismos gobiernos le han impuesto por más de medio siglo al pueblo cubano.

Por más de trece años esos gobiernos les han privado a los Cinco de sus más elementales derechos a la vida.

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define tortura de la siguiente manera, “Grave dolor físico o psicológico infligido a alguien, con métodos y utensilios diversos con el propósito de obtener una confesión o como medio de castigo”.

Parte integral de esa sistematicidad de tortura mantenida por más de trece años son los infructuosos intentos por parte de diferentes autoridades de esos gobiernos para que los Cinco traicionen sus ideales patrióticos e ideológicos.  Y como no lo han logrado, y es evidente que no lo lograrán, mantienen e incrementan el suplicio al que los someten.  Y así lo han hecho flagrantemente violando sus propias leyes y más caros principios y procedimientos jurídicos. Violando su propia profesa humanidad.

¿Y por qué este malsano ensañamiento contra estos cinco hombres por parte de los gobiernos de Estados Unidos?  ¿Por qué esta campaña en contra de los Cinco continuamente intenta demonizarlos?

La fiscalía federal que los procesó y procesa, y los tribunales federales que los han juzgado en diferentes instancias, y que los continúa juzgando en esta etapa de apelación extraordinaria, jamás han podido hacerlo por cometer espionaje en contra de los Estados Unidos, delito no cometido por ellos, del cual nunca han sido encausados.

Aún así se les califica continuamente como espías, queriendo conjurar una imagen perversa, de que los Cinco representan un gran peligro para este país. ¿Por qué, si nunca pusieron en riesgo la seguridad nacional de Estados Unidos se les sigue acusando de haberlo hecho y de continuar teniendo la posibilidad de poder hacerlo?

En días recientes al oponerse a la petición de René de poder viajar a Cuba para estar por dos semanas con su hermano Roberto gravemente enfermo de una condición terminal, la fiscalía federal argumentó: “Los Estados Unidos reconoce el carácter humanitario de la solicitud hecha por René González, pero se opone a esta solicitud basándose en preocupaciones de seguridad del FBI”.

Y más recientemente aún, la fiera de Ileana Ros, orgullosa defensora y protectora de terroristas, y además presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara federal de Representantes, declaró: “No hay ningún conjunto de condiciones bajo las cuales podríamos permitir a González volver a Cuba sin poner en peligro la seguridad de Estados Unidos. (…) Urjo al Departamento de Justicia a proteger la seguridad de Estados Unidos y también a honrar a las víctimas de Hermanos al Rescate, declarando explícitamente que no se permitirá a René González viajar a Cuba, de ninguna manera, de ninguna forma, de ningún modo”.

¡Ah!, además de reincidir en la perversa acusación de peligro, no pudo resistir la congresista Ros en esta declaración defender lo suyo: los planes subversivos y terroristas contra el pueblo cubano, y enaltecer, como siempre lo hace, a los terroristas que han llevado a cabo esas infames campañas.

Y ahí, precisamente, está el fundamento de esta campaña de tortura de más de trece años y medio en contra de nuestros Cinco hermanos por parte de todos ellos en este país, los gobiernos federales y sus aliados en contra de Cuba; que es el también la raíz de los tormentos que las sistemáticas políticas de genocidio, terrorismo y subversión de esos mismos gobiernos le han impuesto por más de medio siglo al pueblo cubano: la soberana, justa e inalterable decisión del pueblo cubano de ser libre.

Andrés Gómez periodista cubano residente en EE.UU. y director de  Areítodigital

Fuente: martianos.ning.com

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CUBA, EJEMPLO DE SOLIDARIDAD INTERNACIONALISTA

por Enric Llopis

Pocas personas en Cuba no han participado –ellos personalmente o sus allegados- en alguna misión solidaria en otro país. Es una realidad que habitualmente se silencia, sobre la que hay un “cerco mediático”. Con el fin de romperlo, la Asociación Valenciana de Amistad con Cuba José Martí” ha realizado el documental “Esencia de Revolución. Solidaridad internacionalista”, presentado esta semana coincidiendo con el 25 aniversario de la organización. En el trabajo ha colaborado el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).

Con dirección y guión de David Rodríguez y Pau Romero, dos miembros de la Asociación José Martí, el audiovisual de 50 minutos recoge 7 testimonios de internacionalistas cubanos, a partir de entrevistas realizadas en La Habana y San Antonio de los Baños. “Hemos intentado poner de manifiesto los motivos que había el 1 de enero de 1959, cuando triunfó la revolución, y los que hay en el presente para practicar la solidaridad internacionalista”, subrayan los autores del documental.

Desde primera hora, la Revolución Cubana sitúa como prioridad la solidaridad con otros pueblos. En la década de los 60, 70 y 80 del siglo pasado, el objetivo es compartir la experiencia de una revolución victoriosa con otros países de África, Asia y América Latina. En los 90, con motivo del desastre provocado por el huracán Mitch en América Central, arranca un segundo impulso solidario. Hoy, “más de la mitad de la cooperación entre países del sur la desarrolla Cuba”, recuerdan David Rodríguez y Pau Romero. “Pero esto nunca se dice”.

Gaspar Hernández recuerda en el documental su experiencia de dos años en Nicaragua, donde llegó en 1986 para aportar su experiencia política a la asediada revolución sandinista. “Los cubanos formábamos una gran familia; había profesionales de la sanidad y de la educación, entre otros muchos sectores; al final nos ganamos el cariño y la admiración de los nicaragüenses”, recuerda emocionado. ¿Qué huella conserva de aquella misión? “Extrañé mucho a mi familia; también me acuerdo del día en que capturamos a un norteamericano; le dimos primeros auxilios y nos dijo que venía únicamente por la plata; que si le pagaba Fidel, trabajaría para él; era un mercenario”, concluye.

“¿Quién es tu hermano? Tu vecino más cercano”, reza un dicho cubano. Por eso, y porque, como afirma Fidel Castro, “ser internacionalista es saldar nuestras deudas con la humanidad”, Felicia García se desplazó hasta Angola y Timor Oriental como docente interesada en exportar los procesos de alfabetización que en Cuba estaban implementándose. Evoca Angola como “un país muy pobre, pero donde el trabajo era gratificante y con momentos muy emotivos; por ejemplo, cuando una alumna embarazada le puso a su hija mi nombre”. Además, “muchos de los estudiantes luego vinieron a Cuba”. En Timor, “un país también muy pobre”, donde se dedicó a la alfabetización y la enseñanza del castellano, fue “estremecedor” ver cómo hacía sus primeros trazos un señor de 70 años, que no sabía leer ni escribir.

El documental incluye declaraciones de diferentes generaciones de internacionalistas, con edades comprendidas entre los 30 y los 70 años. “Cuba da lo que tiene, no lo que le sobra, porque realmente no nos sobra nada”, afirma muy segura de sí María Margarita Mayor, hija de un soldado cubano embarcado en la guerra de Angola, y que viajó a Venezuela en 2006 y Bolivia en 2007 para aportar su trabajo como sanitaria. “En Venezuela al principio nos tenían miedo” por la leyenda negra que pesa sobre Cuba. “Poco a poco se abrían cuando les explicábamos nuestro objetivo; nunca antes un médico había estado en su casa”. Un año después estuvo en comunidades bolivianas “paupérrimas”, donde los niños pedían limosna en lugar de ir a la escuela. “Era algo ajeno a la realidad cubana”, matiza.

Según los autores de “Esencia de Revolución. Solidaridad internacionalista”, “hemos buscado ejemplos de cómo pensar y actuar solidariamente forma parte de la esencia del pueblo cubano; estos internacionalistas forman parte de un ejército que ni roba ni mata, un ejército de batas blancas y lapiceros que, sin hablar de política, denuncian con hechos concretos las injusticias del capitalismo; son los nuevos revolucionarios”.

Otro internacionalista de nueva generación que aparece en el audiovisual es Nelson Pérez, quien aterrizó en Ecuador en el año 2007 como asesor técnico de un programa de alfabetización. Este economista y docente en San Antonio de los Baños constató sobre el terreno “la herencia del neoliberalismo en América Latina durante la década de los 90”. Se encontró con una realidad desconocida en Cuba: “muchos adultos eran analfabetos funcionales; superar esta lacra constituía un gran reto”, explica. “Al principios lo vives como una aventura, luego como una obra que sabes va a beneficiar a muchos”, concluye.

Pero en el documental falta un testimonio. El de una de las personas que, a sus 72 años, representa el paradigma vivo del internacionalismo cubano. Tal vez por eso, para rellenar la ausencia, Harry Villegas asistió al acto de presentación del documental, donde además intervino en una conferencia. Durante diez días ha recorrido el País Valenciano de la mano de la Asociación José Martí, explicando sus vivencias, recuerdos y opiniones. El General de Brigada Harry Villegas combatió con el Che Guevara en la Batalla de Santa Clara, en el Congo y en Bolivia; también luchó en Angola, entre otros lugares. Ahora reivindica la memoria histórica del internacionalismo cubano y recuerda, por ejemplo, la aportación de los voluntarios cubanos a la defensa de la II República española.

Son ejemplos de Cuba como motor de la solidaridad internacionalista. Ejemplos que demuestran cómo, frente al rodillo neoliberal, otros valores son posibles: la solidaridad frente al individualismo, la cooperación frente al egoísmo, y lo público y colectivo en contraposición a lo privado. Fidel Castro lo expresaba con otras palabras: “Quien no sea capaz de luchar por otros, tampoco lo será de luchar por sí mismo”.

Fuente: Rebelión

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Cubarte, 2008.

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