GOLPES DE
ESTADO EN BOLIVIA.
XIII.-
NUEVO GOLPE DE ESTADO.
Por
Froilán González y Adys Cupull.
El mismo
guion para todos los tiempos.
Desde el 16 de noviembre
de 1979, cuando Lidia Gueiler asumió el poder, el coronel Luis Arce Gómez
comenzó a preparar el Golpe de Estado junto al general Luis García Meza Tejada,
primo hermano de la nueva presidenta. Ambos confeccionaron una lista con
115 personas, para ser eliminadas antes del golpe. En ella figuraban dirigentes
políticos, sindicales, militares, intelectuales, sacerdotes y periodistas.
Para los planes
golpistas contaron con el apoyo de los seguidores del desaparecido dictador
Barrientos, de Hugo Banzer y Alberto Natusch Busch, de empresarios derechistas,
de miembros de los Comité Cívicos de tendencias racistas y de narcotraficantes.
Entre los financiadores estaba Roberto Suárez Gómez, primo hermano de Arce
Gómez, considerado el más grande narcotraficante de Bolivia, conocido como el
Rey de la cocaína y principal exportador con destino a Estados Unidos y
relacionado con el jefe del cartel colombiano Pablo Escobar, quien también
prometió ayuda financiera.
Otro del narcotráfico
que aportó ayuda financiera fue José Abraham Baptista; transportaba drogas a
Estados Unidos, incluso en algunas ocasiones personalmente, tenía vínculos en
altas esfera del gobierno, entre ellos Luis Arce Gómez, desde que fue director
de la Dirección de Investigación Nacional en Oruro durante la dictadura de
Barrientos y en Cochabamba cuando Banzer.
Entre los
contribuyentes se encontraba el banquero y multimillonario italiano Licio
Gelli, líder fascista en tiempos de Mussolini, dueño del Banco Ambrosiano,
quien le propuso abrir una sucursal en Bolivia.
El banquero le prometió
el envío de mercenarios alemanes, croatas, húngaros, italianos y franceses y
pagarles a través de un banco belga. Le sugirió vincularse con Klaus Barbie,
para gestionar financiamiento para los mercenarios europeos. Licio Gelli viajó a La Paz para entrevistarse
secretamente con Luis Arce Gómez, se alojó en su casa y le entregó un millón de
dólares para el Golpe.
Según informaciones públicas y testimonios de bolivianos, con
Licio Gelli, llegaron varios italianos, contratados como mercenarios al
servicio del multimillonario, entre ellos
Stefano della Chiaie, Pierluigi Pagliani y Marco Marino Diodato del Gallo.
Otro
de los que llegó a Bolivia fue el jefe de una secta religiosa anticomunista
dirigida por el pastor surcoreano Sun Myung Moon, con sede en Pennsylvania, Estados Unidos y vinculado a
la CIA y los servicios secretos de Seúl.
Moon
contaba con algunos seguidores en Bolivia de esa nacionalidad, a quienes
financiaba sus proyecciones políticas hasta alcanzar el poder. Le entregó 100 mil dólares y el compromiso de traer capital para invertir en
las minas y realizó un viaje clandestino a Bolivia. Arce
Gómez también recibió dinero de grupos afines de Argentina, Colombia, Estados
Unidos, España, Alemania e Italia.
A mediados de
marzo, personas desconocidas lanzaron cargas explosivas al semanario Aquí, a
las emisoras radiales FIDES y Panamericana y secuestraron al sacerdote Luis
Espinal. Algunos testigos señalaron que el sacerdote tenía informaciones
comprometedoras sobre los preparativos del golpe y el financiamiento de los
narcotraficantes. El 21 de marzo de 1980 su cadáver fue encontrado en un barrio
popular con el cuerpo desnudo, signos de torturas y el impacto de 17 balazos.
Años después,
Arce Gómez le confesó al historiador Tomás Molina que fue asesinado por sicarios, a quienes le pagaron 10 mil
dólares. Reveló el nombre de la persona al frente del grupo, ex capitán
del ejército, entrenado en Panamá, agente CIA, sádico, mataba o torturaba con
furia salvaje, obligaba a sus víctimas cavar la propia fosa.
En mayo de 1980
el coronel Terrazas agredió físicamente a la presidenta Lidia Gueiler y el 31
de ese mes Gasser Terrazas fue encontrado en una pista de aterrizaje en Miami
con 530 kilos de pasta de cocaína y diferentes fuentes vincularon ambos hechos
como parte de los preparativos del golpe de estado y querer implicar a la
mandataria en el narcotráfico.
Sondeos de
opinión y encuestas privadas, daban como ganadora a la Unidad Democrática y
Popular (UDP) del doctor Hernán Siles Zuazo y el 1 de junio de 1980 el Alto
Mando Militar propuso posponer las elecciones, pero el Congreso y el poder
Legislativo se opusieron.
El 2 de ese mes
una avioneta con varios líderes de la (UDP) en campaña electoral explotó en el
aire, se incendió y cayó a tierra. Todos los ocupantes murieron a excepción de
Jaime Paz Zamora, quien sufrió graves quemaduras. La avioneta pertenecía a una
compañía de taxis aéreos propiedad de Luis Arce Gómez.
El 7 de junio un
coronel de apellido Estrada del Regimiento de la escolta de Lidia Gueiler,
intentó asesinarla en su habitación y al tratar de derribar a culatazos la
puerta del dormitorio, despertó a la servidumbre que pidió auxilio y junto a
unos ayudantes de la Jefa de Estado impidieron el magnicidio.
El 28 de junio de
1980 se realizaron nuevas elecciones y volvió a ganar el doctor Hernán Siles
Suazo de la Unidad Democrática Popular. Las fuerzas de derecha y sus aliados
militares no lo aceptaron y el 17 de julio dieron el golpe de
estado.
Las emisoras
radiales fueron tomadas militarmente, se aplicó una férrea censura, los
militares asaltaron el Palacio de Gobierno, detuvieron a los miembros del
gabinete y a la presidenta Lidia Gueiler.
Los principales
ministerios fueron ocupados por paramilitares camuflados de civiles, apoyados
por la policía, mientras otros grupos, rodeaban las viviendas de los
funcionarios o simpatizantes del gobierno, aterrorizaron a muchos de ellos, con
amenazas de liquidarlos, tanto a ellos como a sus familiares y prenderles fuego
a sus propiedades.
El general Luis
García Meza Tejada, primo hermano de Lidia Gueiler Tejada se autoproclamó
presidente y el coronel Luis Arce Gómez, primo hermano del mayor
narcotraficante de Bolivia, Roberto Suárez Gómez, ocupó el Ministerio de
Gobierno (Interior) y se autoproclamó Ministro. De ese modo Arce Gómez se
convirtió en Ministro de Gobierno y el general Luis García Meza Tejada en el
nuevo presidente de facto.
Según los medios
informativos el nuevo presidente nació en 1929, de familia acomodada
económicamente y de clase media. En 1948 ingresó
al Colegio Militar y cuando triunfó la Revolución de 1952 le dieron baja por
participar contra ella, utilizando las armas contra el pueblo.
A través de
influencias familiares pudo reincorporarse al Ejército, desde entonces guardó
un profundo odio y rencor contra el MNR y su líder Víctor Paz Estenssoro. Fue
comandante de Compañía del Colegio Militar, donde lo
acusaron de racista al castigar con rudeza y crueldad a los cadetes no
blancos, para obligarlos a desertar o rebelarse y darle de baja por
indisciplinas o violar los reglamentos. También los alquilaba como obra barata
para las construcciones, apropiándose del pago por esos servicios.
Apoyó el Golpe de
Estado de Barrientos y participó en la toma del Palacio de Gobierno, durante la
etapa del general Alfredo Ovando se desempeñó como segundo comandante del
Colegio Militar y en la del general Juan José Torres, comandante del regimiento
de Caballería en la ciudad de Trinidad en el departamento del Beni, desde donde
conspiró contra el general Torres, con expresiones racistas y discriminatorias.
Estaba catalogado
de escasa inteligencia, autosuficiente, prepotente, de baja cultura, no leía ni
la prensa. No admitía críticas ni sugerencias y si osaban plantearlas, eran
considerados enemigos y como tal los trataba.
En 1971 apoyó el
Golpe de Estado de Banzer, quien lo designó Comandante en la Escuela de
Aplicación de Armas. Luego fue Jefe de Estado Mayor de la VII División con
sede en Cochabamba y en 1977 Comandante de la VI División con sede en Trinidad,
donde conoció y compartió con Luis Arce Gómez y se hicieron cómplices de
negocios turbios.
En
esa época prestaba dinero a los oficiales, músicos y otras personas
cobrando altos intereses. Aficionado al juego y las bebidas alcohólicas. Luis Arce Gómez lo
describió como un cholo de m (excrementos o porquerías), más racista que los
blancos racistas, miserable y mentiroso, y lo único que hacía bien era montar a
caballo.
En 1978 fue
comandante del Colegio Militar, insultaba, maltrataba y ofendía a los cadetes
indios, mestizos o hijos de campesinos o mineros, les prohibía comunicarse en
sus idiomas originarios, solo podían hacerlo en español y no les permitía
ofrendas y tributos a sus creencias ancestrales. Los consideraba bestias
humanas, salvajes y manifestaba que sus caballos y perros eran más inteligentes.
Una tarde ordenó
recoger todos los distintivos ancestrales, entre ellos la Wiphala y quemarlos,
ante las protestas y especie de sublevación de los cadetes originarios; los
sancionó con asistencia extra a los cultos religiosos cristianos, la presencia
de un sacerdote y colocar la biblia y la cruz encima de las Wiphalas con la
intención de dominación.
Toda la
discriminación, odio y desprecio a los indios y mestizos lo reflejaba en sus
actitudes contra sus símbolos. Evidentemente, García Meza desconocía a Bolivia
y el mundo andino, donde entre sus símbolos más importantes estaba la Huipala,
Wiphala o Wipala.
Es una bandera
cuadrada con 49 partes iguales y los siete colores que proyecta el Sol cuando
uno de sus rayos atraviesa las gotas de lluvia y al descomponerse forma el
arcoíris. Esos colores son reflejados en la Wiphala, con un diagonal de cuadros
blancos, en representación de toda América como emblema de unidad y resistencia
de los pueblos indígenas, que disponen de cuatro wiphalas, con colores diagonales
diferentes, para cada región. Cada uno tiene un significado:
El Blanco para el Qullasuyu,
representa al tiempo y la dialéctica, expresión del desarrollo y la
transformación permanente sobre los andes, el desarrollo de la ciencia y
tecnología, arte, trabajo intelectual y manual, genera la reciprocidad y
armonía dentro la estructura comunitaria.
El Verde para el Antisuyu, es la
economía, la producción, las riquezas naturales, la superficie y el subsuelo,
la tierra, la producción agropecuaria, flora y fauna, los yacimientos
hidrológicos y mineralógicos.
El Amarillo para el
Cuntisuyu, es la energía y fuerza, la expresión de los principios morales, la
dualidad, las leyes y normas, la práctica colectivista de hermandad y
solidaridad humana.
El Rojo para el Chinchaysuyu,
representa al planeta tierra, la expresión del hombre en el desarrollo
intelectual, la filosofía cósmica en el pensamiento y el conocimiento de los
amawtas.
Los demás colores
tienen también sus significados: El Naranja es la sociedad y la cultura, la
preservación y procreación de la especie humana, considerada como la más
preciada riqueza patrimonial de la nación, es la salud y la medicina, la
formación y la educación, la práctica cultural de la juventud dinámica.
El Azul, es el
espacio cósmico, el infinito, los sistemas estelares del universo y los efectos
naturales sobre la tierra, la astronomía y la física, la organización socio
económica, político y cultural, la ley de la gravedad, de las dimensiones y
fenómenos naturales.
El Violeta
es la política, ideología, el poder comunitario y armónico, el instrumento del
estado, como instancia superior, la estructura del poder, las organizaciones,
sociales, económicas y culturales y la administración del pueblo y del país.
La Wiphala está
presente en cada evento comunitario, en los hogares, instituciones, ceremonias,
identifica el sistema comunitario de los Andes basado en la equidad, igualdad,
armonía, solidaridad, reciprocidad y resistencia. Ha sobrevivido más de dos mil
años, según algunos investigadores y más de 500 desde la conquista española,
manteniendo sus costumbres, música, bailes, danzas, ritos, creencias, idiomas,
vestimentas, comidas y principios religiosos, morales y éticos.
Según esos
investigadores, cerca de Potosí fue encontrado un gráfico parecido a la wiphala
en una roca de la época precolombina y otro objeto con las mismas
características en una tumba en la costa central del Perú con alrededor de 800
años de antigüedad y un gráfico del año 1612.
Arce Gómez y
García Meza se enfrentaban frecuentemente, porque como Ministro de Gobierno
dominaba las informaciones y las utilizaba en su provecho personal y ambiciones
políticas, conspiraba para darle un Golpe de Estado, en sus aspiraciones de
proclamarse Presidente y divulgaba los errores y delitos a través de
periodistas a su servicio. Sobre Arce Gómez, el
doctor Tomás Molina escribió en su libro “Con el testamento bajo el brazo”:
“Yo
tengo carácter para imponer mis decisiones. Yo tengo sangre germana en mis
venas, mi padre era descendiente de alemanes, a mí no me tiembla la mano para
tomar una decisión. Yo tengo la disciplina metida en mi sangre y por
consiguiente soy cien veces mejor que cualquier otro para tomar decisiones,
porque toda decisión, toda resolución debe responder al momento que se vive y a
lo que se persigue. Fue una gran frustración para el proceso elegir a García
Meza, conmigo la historia sería diferente, incluso ya tenía conformado mi
gabinete compuesto por militares y civiles.”
El
día del Golpe, asesinaron al líder del Partido Socialista Marcelo Quiroga Santa
Cruz y a dos dirigentes de la Central Obrera Boliviana, Juan Carlos Flores Bedregal del Partido Obrero Revolucionario y Diputado
Nacional, y al dirigente Justo Vega. Luis Arce
Gómez le confió al historiador Tomás Molina, que Banzer ordenó matar a Marcelo
Quiroga Santa Cruz. Relató cómo antes del Golpe le envió seis miembros de su seguridad personal
para ayudarle, llegaron de Santa Cruz en una
avioneta del ex prefecto de esa ciudad Widen Razuk, íntimo amigo de Banzer. Los
enviados y los paramilitares fuertemente armados, se trasladaron en
ambulancias hasta las oficinas de la Central Obrera Boliviana donde se
encontraban reunidos y los ametrallaron.
El cadáver de
Marcelo fue colocado en un cajón de latón, llevado a Santa Cruz en el mismo
avión del ex prefecto y lo desaparecieron. Los cadáveres de los dirigentes de
la COB los llevaron para el cementerio y los colocaron en nichos vacíos sin
placas de identificación.
En el juicio a
Arce Gómez se le acusó de esos crímenes, del sacerdote Luis Espinal y de 8
jóvenes del MIR ocurrido en la calle Harrington del residencial barrio
Sopocachi de La Paz. También del atentado con explosivos al semanario Aquí,
ataques a emisoras radiales, amenazas y persecución permanentes a dirigentes
políticos y sindicales, el asalto al Palacio Presidencial, el apresamiento de
los ministros y a la Presidenta Lidia Gueiler y de cometer varias masacres.
Entre los actos
de corrupción se mencionaron: varios robos, el de los Diarios del Che, de Pombo
y otros documentos que se encontraban en las bóvedas del Banco Central de
Bolivia, para subastarlos en Londres, los vidrios de la Piscina Olímpica de La
Paz, de la concesión de un contrato de explotación de piedras semi-preciosas a
una empresa brasileña para beneficiar a algunos jefes militares, organizar los paramilitares, conocidos como Los Novios de la Muerte, al
estilo de las S.S. de Hitler.
Arce
Gómez hacía gala de amenazas constantes, de desprecio por la cultura, de no
asistir al teatro, odiar la música clásica, conciertos, museos, galerías de
arte, la literatura, alegando que no eran actividades para hombres, que nadie osaba levantarse contra él, porque al primer intento de traición los
hacia matar. Afirmó: “Así de simple, conmigo no hay salvadores de la Patria.”
Nombró como su
asesor a Klaus Barbie, quien había desempeñado esas funciones con los
dictadores René Barrientos y Hugo Banzer. Reveló que Barbie le decía a quienes
debía matar, entre ellos a todo el que se le opusiera o le hiciera sombra. Le otorgó
el grado de Teniente Coronel del Ejército Boliviano, sin tener facultades para
ello.
Las frases más
frecuentes eran: “TODO EL QUE ESTÉ CONSPIRANDO CONTRA ESTE GOBIERNO DEBE ANDAR
CON EL TESTAMENTO BAJO EL BRAZO”. “NO HABRÁ PERDÓN”. “ESTÁS A PUNTO DE
MORIRTE”. “TE ACONSEJO COMPRARTE UN SITIO EN EL CEMENTERIO CON LÁPIDA Y TODO”
“ESTÁS EN CAPILLA”. “UNA VEZ MÁS ME HACES UNA Y TE ME MUERES.” “TE VOY A
ENTERRAR VIVO”.
Así hablaba
fuerte y terminante, para implantar el terror y el miedo. Hablaba con precisión
y claridad. A los periodistas los amenazaba
frecuentemente, ofendía, maltrataba y a los que hacían preguntas incomodas, les
respondía; “A TI TE VOY A ENTERRAR VIVO.”
Continuará.
XIV.- PODER Y NARCOTRÁFICO.
Por
Froilán González y Adys Cupull.
El mismo
guion para todos los tiempos.
Luis
Arce Gómez le proporcionó al historiador Tomás Molina datos, actuaciones y
valoración de algunos de los participantes en el Golpe de estado de Luis García
Meza.
Sobre
el general Waldo Bernal Pereira, jefe del estado mayor de la fuerza aérea,
reveló que fue Ministro de Educación durante el gobierno de Banzer y
en el de García Meza, nombró a su hermano Director
Nacional de Aduanas y se dedicó a robar, en extremo ambicioso y corrupto, se le
acusó de destruir la riqueza nacional por hurto y tráfico de minerales
en una zona de reserva fiscal.
Varias fuentes
señalaron era agente de los servicios de inteligencia de España y contaba con
una red, que le vendían las informaciones, eso explica porque España nunca
entendió a Bolivia, ni América Latina y de metrópoli pasó a colonia de Estados
Unidos. Coordinaba esas acciones con ciudadanos del país ibérico radicados en
Bolivia y los vendía a los españoles y norteamericanos. Al caer el gobierno de
García Meza se fugó para España y compró una isla con avión y yate incluido.
También
se mencionó al general Alberto Doria Medina, comandante del Regimiento
Tarapacá, responsable de la masacre de Todos los Santos. Su máxima aspiración
era ser Ministro de Gobierno, para robar y enriquecerse. Estaba vinculado a la
embajada norteamericana. Manifestó que le trasladó a García Meza un mensaje de
esa Embajada, donde decía que reconocerían al gobierno si cesaba a Arce Gómez
como Ministro de Gobierno por narcotraficante.
En el libro “Con
el testamento bajo el brazo” el doctor Tomás Molina
describió a Arce Gómez como autoritario, impetuoso, feroz, de carácter
explosivo, intolerante, no daba explicaciones ni réplica, era peligroso
contradecirlo. Mortal enfrentarlo. Abogaba por la pena de muerte, y expresó:
“Arce
Gómez se formó militarmente dentro de la violencia y abusos totales, en una
época de los campos de concentración, del control político, policías
sanguinarios que pisotean los derechos humanos, del caudillismo, la tortura
como política de estado y la lucha por el poder.
“El
cuartel era un cubil de abusos y castigos espantosos al soldado indígena,
ambiente corrompido y elitista que formó a oficiales abusivos, violentos,
racistas, ambiciosos e intolerantes, rasgos que afloraron en todos los gobiernos
militares que arrasaron el país en el último medio siglo.
“A
todo esto, se agregaba el perfeccionamiento de tales conductas en la Escuela de
las Américas de Panamá, dependiente del Comando Sur de Estados Unidos, escuela
de criminales contra los pueblos de Latinoamérica.”
Ricardo Aneyba
Torrico relató: “Cuando fue derrocado el general Alfredo Ovando me mudé para
Santa Cruz, establecí un negocio de venta de helados y fui elegido presidente
de esa asociación. Me integré a una cooperativa de arte dirigida por el gran
artista, muralista y pintor Lorgio Vaca y nos reuníamos para conversar, cantar
y ofrecer recitales de música. Después inauguré una Peña con el nombre de una
de mis hijas, con decoración andina, traía grupos musicales de La Paz y
Cochabamba, entre ellos los Kjarkas, los Jairas, de canciones protestas de
Argentina y el suizo vestido de indio Gilbert Fabre.
“En esos años la
burguesía racista cruceña no aceptaba esa música y bailes, la consideraba del
kollaje, de indios, de poca cultura, de bajos fondos, de arrabales y
masticadores de coca, pero estudiantes y funcionarios comenzaron a aceptar las
danzas caporales, saya, morenada, tinku y canciones protestas.
“Se hizo famosa
la canción VIVA MI PATRIA BOLIVIA, asistían intelectuales, demócratas, progresistas,
de la izquierda y se convirtió en la mejor Peña de Santa Cruz, se transmitía en
vivo a través de radio Amboró, el éxito y la fama eran notable.
“Una noche se
apareció José Abraham Baptista, jefe de la policía política, agente de la CIA,
de la DEA, miembro del departamento de inteligencia de la Octava División,
ligado con los paramilitares y los narcotraficantes de Colombia y Estados
Unidos. Estaba acompañado por Erick Skibelesqui, Widen Razuk, prefecto de Santa
Cruz, sus respectivos guarda espaldas, choferes, ayudantes y el abogado Juan
Carlos Camacho, querían comprarme la Peña y apoderarse del lugar, para venderlo
a un colombiano. Me negué, sabía estaban ligados al narcotráfico y no quería
mezclarme en esos asuntos. Se marcharon sin pagar, ni propina dieron a los
empleados y amenazaron con volver.
“Pasado unos días
volvieron, los acompañaba de nuevo el abogado Juan Carlos Camacho y me
plantearon la comprar de la Peña. Traían los documentos listos para firmar sin
mi consentimiento. Nuevamente me negué. Me amenazaron con destruir o quemar el
local, pero no acepté el chantaje y esa misma noche con un camión militar de la
Octava División como si fuera un accidente de tránsito derrumbaron el frontis
de la Peña, causando graves destrozos y me llevaron preso.
“Durante la
dictadura de Banzer a los prisioneros los mataban, te apresaban y desaparecían.
La metodología era llevarte a una seccional, a otra seccional, para
confundirlos, y te desaparecían. Estaba el Plan Cóndor, y ahí cagamos todos.
Lamentablemente muchos de nuestros países no tienen memoria.
“En el Pentágono
aprendí, tener planes para determinadas circunstancias. A mí me enseñó la
inteligencia norteamericana, que uno tiene que buscar aliados. ¿Quiénes son los
aliados?: grupos y asociaciones, fui a Santa Cruz a ser heladero, y fui
heladero. Y mis asociados me salvaron de que me maten.
“Yo tenía un
boliche y la peña folclórica, y el alcalde y mis asociados venían a reclamar
por qué estaba preso. Le escribo a un amigo mío, dueño de un periódico, le digo
que me van a desaparecer y sacó en el periódico que estaba preso el presidente
de la Asociación de heladeros y eso me salvó.”
“Comprendí que lo
aconsejable era vender la peña y dedicarme a otros negocios. Después conocí por
la prensa que a José Abraham Baptista y Erick Skibelesqui los asesinaron en un
ajuste de cuentas por sicarios y dejaron su marca con ráfagas en cruz con
disparos al estilo europeo. Sospechosamente al abogado Juan Carlos
Camacho no le pasó nada y algunos señalaron se debía a sus vínculos con la CIA,
la DEA y la embajada de Estados Unidos.
“Arce Gómez tenía
grandes vínculos con José Abraham Baptista, desde cuando era funcionario de la
Dirección de Investigación Nacional en Oruro y Cochabamba, ligado con los
paramilitares y los narcotraficantes norteamericanos y con el abogado Juan Carlos Camacho, del clan mafioso de esa
poderosa familia de Santa Cruz, conspiradora en todos los golpes de estado,
ligada a la embajada norteamericana, a narcotraficantes y contrabandistas y
ladrones de autos y movilidades vinculadas a las mafias de Brasil, para
venderlas a los militares bolivianos sin pagar impuestos.
“Cuando el Golpe
de Estado, Arce Gómez utilizó las ambulancias para trasladar a los
paramilitares, algunos vestidos de médicos, a quienes les pagaban extra. El
abogado Camacho se ocupó de esas contrataciones en Santa Cruz. Los hospitales
se quedaron sin ese servicio; ante el ruido de las sirenas y alarmas, los
choferes de movilidades (autos), trufis (especie de taxis), ómnibus de pasajeros
y particulares, pensando eran heridos o enfermos graves, cedían el paso,
dejaban las vías libres y podían llegar rápidamente a cualquier sitio.
“Algunos miembros
del grupo paramilitar “Los novios de la muerte”, trabajaban en protección y
seguridad de grandes narcotraficantes y los contratos y asesoramientos
jurídicos, los realizaba el abogado Juan Carlos Camacho, que formaba parte de
un grupo al servicio de la CIA, que contaba con mecanismos para denunciar a
cualquiera de cualquier cosa, utilizaban a periodistas pagados o chantajeados
para divulgarlas ampliamente
“Esa práctica la
utilizaban especialmente en época de elecciones, en Santa Cruz, Camacho y sus
socios formaron una tropa con esos fines, era un negocio, los interesados
pagaban muy bien, recuerdo denuncias a personas inocentes y falsamente acusadas
de cualquier cosa, latrocinio, genocidio, lesa humanidad, robo, estafa,
sedición, terrorismo, violación de muchachas adolescentes o niñas,
narcotraficante, inmoralidades, violadores del fisco, la constitución y las
leyes y hasta centraban supuestos testigos pagados o por chantajes
o amenazas declaraban.
“Alguien pagaba
para mancillar a una persona determinada, esa tropa la citaban y si ofrecía más
dinero se paralizaba la campaña, de lo contrario se lanzaban con furia de lobos
sedientos de sangre, eso lo aprendieron de los norteamericanos, lo aprendieron
de la CIA.”
Sobre Aneyba,
Ramiro Barrenechea explicó: “Yo conocí a Ricardo Aneyba cuando desde niños
jugábamos en el barrio, teníamos a nuestros héroes, jóvenes de un grupo
deportivo, Santa Fe y Aneyba era un caudillo, un mozo muy bien puesto, como un
actor de cine, valiente y sobre todo solidario. Provenía de una familia
realmente heroica. Su padre fue combatiente en la Guerra del Chaco donde perdió
un brazo, luego se hizo maestro y abandonó la esposa, los hijos y formó otro
hogar.
“La madre se
quedó con sus cinco hijos, una vida difícil, los educó dentro de principios
sólidos, morales y estricta disciplina, el único sustento era una máquina de
coser y trabajaba hasta altas horas de la noche, con su tenaz esfuerzo logró
una bioquímica, dos ingenieros, un médico y un militar, Aneyba, la alcaldía la
seleccionó como la Mejor Madre de Cochabamba.
“Por eso es que
yo encuentro en Ricardo Aneyba una posición muy profunda de identidad con los
desposeídos, con los pobres, con los marginados, a los cuales les denomina
karachakis, que en quechua quiere decir con pie pelado porque él, como muchos,
caminaba con pie pelado, solo usaba zapatos para los días de fiesta o para los
desfiles. Entonces, ahí está arraigada su posición. Esa es una de las imágenes
que tengo de Ricardo.
“Cuando se fue a
La Paz para estudiar Técnico de Aviación Militar solamente lo veíamos en las
vacaciones, pero siempre compartía con nosotros. Seguía siendo nuestro héroe,
era muy popular entre las mujeres y siendo militar su imagen era todavía más
apuesta.
“Al revelar esos
secretos lo convierten en un enemigo capital de la CIA porque desenmascara una
serie de acciones que la CIA se ha encargado de encubrir a través de campañas
psicosociales de la guerra psicológica, su arma más contundente para mostrar que
las dictaduras en Bolivia no operaron por su cuenta. Cosa que nadie cree…”
Ricardo Aneyba
continuó su relato: “Tanto Arce Gómez como Luis García Meza designaban con
frecuencia a funcionarios corruptos, ladrones, acusados de violencia machista
contra las mujeres, violaciones y crímenes pasionales, ligados al narcotráfico,
con antecedentes penales y baja moral, los elegían por vínculos familiares,
amistosos, a cambio de favores o simplemente compra de los puestos de trabajo,
incluyendo cargos diplomáticos, que se vendían como mercancías. Ellos ubicaban
a los hijos y parientes de los generales en puestos claves y en misiones
diplomáticas, aunque carecieran de los más elementales conocimientos.
“También por
otros motivos, entre ellos los recomendados de las amantes, como sucedió cuando
García Meza designó al director de Educación en Santa Cruz. A esa persona la
conoció en una fiesta, estaba completamente borracho y no sabía quién era, ni
los antecedentes, ni la profesión. Arce Gómez filtró la información a la prensa
y generó grandes críticas y protestas entre el sector del magisterio y padres
de familias. El escándalo lo obligó a despedirlo.”
“Arce
Gómez practicaba el nepotismo, nombró a un familiar como representante del
Ministerio del Interior en Santa Cruz, esa persona viajaba a Colombia, donde se
reunía con los grandes narcotraficantes, entre ellos con Pablo Escobar, que lo
ayudó financieramente para el golpe de estado.
“Cuando la DEA
conoció de esos contactos lo informó a la CIA y esta lo consideró no confiable
y lo acusaron de estar vinculado a los servicios de inteligencia de España y la
ultra derecha de ese país, también con la mafia italiana, deslealtad no
dispuesta a tolerarle.
“Por la prensa
conocí la historia de otro de los paramilitares de apellido Monroy, le decían
la Mosca, era de los cívicos de Santa Cruz y amigo del abogado Juan Carlos
Camacho, racista, vulgar, cruel, desbocado, cero cerebros, solo era bueno para
la acción con la metralleta.
“Rompía
manifestaciones, bloqueos de caminos y carreteras, aplacaba las protestas
callejeras, las huelgas o reclamaciones de cualquier tipo, pagando a
desempleados, drogadictos, delincuentes, borrachos, ex presos comunes,
bandidos. Decía: “Se suspende esto o los mato a todos”. Era el
prototipo del matón de cantinas o cárceles mexicanas. En una fiesta donde
estaba completamente borracho, se mató jugando a la ruleta rusa.
“Al prefecto de
Santa Cruz, Widen Razuk quien prestó su avión para trasladar el cadáver de
Marcelo Quiroga Santa Cruz y desparecerlo, íntimo amigo de Banzer y acusado de
narcotraficante y de engañar y desafiar a un capo colombiano, lo encerraron en
una jaula de hierro y lo colgaron de un árbol en una hacienda.
“Fue devuelto al
patio de su casa en Santa Cruz, lo dejaron sin piernas, brazos y lengua, como
una advertencia para los que se atrevían a desafiar a los narcotraficantes
colombianos. Todos comentaron que la DEA lo eliminó. Pero interrogado el
embajador norteamericano sobre ese crimen, respondió no se habían enterado ni
del secuestro.
“Luis Arce Gómez,
cuando fue comandante de los regimientos de Trinidad y Sucre, en su condición
de piloto, invitaba a sus amigas para almorzar o cenar en lugares de ciudades
de más de hora y media de vuelo.
“En su residencia
los fines de semanas celebraba fiestas desordenadas con amigos, jovencitas,
abundantes bebidas, comidas y algunos comentaban hasta droga. Una emisora
radial lo denunció de degenerado, pervertido y vicioso y darles mal uso a los
recursos del estado.
“Organizó un
operativo con patrulleros, gran visibilidad, ruido de sirenas, visitó a los
propietarios de la emisora y a los periodistas que formularon los comentarios,
los amenazó de muerte, de incendiar la emisora y sus viviendas, los acusó de
difamadores, calumniadores, violadores del fisco y de adolescentes, inventó
vínculos con ladrones, contrabandistas y narcotraficantes y de estar al
servicio de la oposición.
“Los amenazó y
les advirtió: “Desmienten esas calumnias o van a la cárcel y más nunca
aparecen…”. Al día siguiente los periodistas acusaron a dos señoras beatas como
las calumniadoras de las informaciones que afirmaron falsas sobre el honorable
señor Ministro de Gobierno.
“En su
etapa de Ministro, desaparecieron los archivos del Ministerio de Gobierno,
vendía expedientes y documentos a personas interesadas en limpiar los
antecedentes penales o políticos o para chantajear a enemigos, corruptos,
estafadores, violadores de los impuestos o narcotraficantes. También se robó el
Diario del Che, de Pombo y otros documentos para subastarlo en Londres.”
Al respeto Carlos
Soria Galvarro, reconocido escritor, periodista, investigador histórico,
docente universitario, trabajó en las radios mineras, en el Canal 7 de la
televisión, fundador del Canal Universitario, autor de varios libros, entre ellos
“Barbie Altman: “De la Gestapo a la CIA”, “El Che en Bolivia” en 5 tomos y “Los
andares del Che en Bolivia.”
“En relación con
el Diario del Che, se conoce la historia de la entrega de copias a Cuba, a
excepción de unas cuantas páginas que se entreveraron al hacer las copias, como
cuenta, Ricardo Aneyba, pero el documento original, los manuscritos originales
en sus dos componentes, la agenda alemana y el cuaderno anillado donde está la
primera parte del Diario, se guardaban muy celosamente en los archivos de la
Sección II (Inteligencia) de las Fuerzas Armadas.
“En 1983 se
reveló que el Diario del Che había desaparecido. En principio se mantuvo
reservada esa información, empezaron algunas indagaciones y se conocieron
detalles de la operación durante el Gobierno de Luis García Meza, quien negoció
con la casa rematadora de Londres, Galería Sothevy’s la entrega de este
material, a través de un intermediario. Cuando se anunció en la prensa inglesa
que Sothevy’s lo iba a rematar, juntamente con el diario de Pombo, estaban
juntos, la diplomacia boliviana logró primero parar el remate y después de un
juicio de varios años, el material fue devuelto a Bolivia.”
Ricardo Aneyba
Torrico continuó su testimonio: “Arce Gómez tenía aviones, para transportar
drogas a Colombia y carnes del Beni a La Paz, ligado con grandes ganaderos y
terratenientes del Beni y comerciantes en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz,
tenía organizado un cartel de narcotráfico con laboratorios, almacenes de
combustibles, pistas de aterrizajes, desde donde partían las avionetas con
drogas hacia Estados Unidos, con escalas en Colombia, Guayaquil, Panamá y
México.
“Reprimía a los
narcotraficantes de la competencia, enviaba a sus paramilitares y sicarios a
tomarlos presos, los interrogaba, chantajeaba, le allanaba las residencias, los
multaba, se apoderaba del dinero, joyas, objetos de valor, drogas y obtenía
jugosos negocios.
“Los que hacían
resistencia los enviaba a prisión o asesinaba e informaba que murieron en un
enfrentamiento con la policía y algunas pacas de drogas las guardaba en las
bóvedas del Banco Central de Bolivia, con gran propaganda y conferencias de
prensa, en su aparente lucha contra el narcotráfico…” Continuará.