viernes, 18 de septiembre de 2015

mono con navaja Toto año 2002 Feria Libro Museo Che Guevara y museos porteños Chaubloqueo Eladio González

A blog set 2015

From: Museo Ernesto Che Guevara

To: Mónica Guariglio ; Terribili ; Rodolfo Livingston ; Feria del Libro abril 2002 Dra. Marta Díaz

Cc: Miguel (segundo) Lafuente ; Museo Malba ; Museo Larreta ; Museo Jose Hernandez ; Museo Historico Nacional ; Museo Historia del Traje ; Museo Fernandez Blanco ; Museo Farmacia ; Museo Etnografico ; Museo esculturas Luis Perlotti ; Museo del Puerto ; Museo del Grabado ; Museo Arte Moderno teatro SnMartín Vulijscher

Sent: Thursday, April 18, 2002 12:50 AM

Subject: ¡ que decepción ! y van ...............

 

From: Museo Ernesto Che Guevara

To: Feria del Libro abril 2002 Dra. Marta Díaz

Cc: Museo Casa Rosada ; Museo de Arte Moderno ; Museo del Cine ; Museo del Grabado ; Museo esculturas Luis Perlotti ; Museo Historico Nacional ; Museo Jose Hernandez ; Museo Larreta ; Museo Malba ; Museo Sivori ; Museo Participativo de Ciencias ; Museo Parlamentario ; yuen@ciudad.com.ar ; Rodolfo Livingston ; Roger Francisco Guerra García Campos ; Terribili

Sent: Monday, April 15, 2002 2:45 PM

 

Subject: las bibliotecas de los museos porteños piden estar

 

a Feria del Libro Buenos Aires 2002.

 

señora Dra. Marta Díaz     estimada directora

 

reciba nuestros mejores deseos para que toda su entrega se vea plasmada en un merecido éxito.

 

 el 18 de Mayo se celebrará el Día Internacional de los Museos y como miembros de la Red de Museos Porteños es que solicitamos a ud.  nos facilite un mínimo espacio, (cubierto ó descubierto) en el ámbito de la Feria del Libro.

Nuestros museos tienen bibliotecas y el evento que ud conduce es afín a nuestra pasión. La muchedumbre que trajinará la feria tendrá la oportunidad de anoticiarse sobre la celebración del día internacional y la existencia misma de los Museos y sus bibliotecas.

Las visitas a nuestras entidades son escasas y en virtud de la crisis que atraviesa el país, hablo de la espiritual, me parece el momento adecuado para que los que podemos impulsemos y propugnemos hacia el pueblo la maravilla del amigo entrañable que es el libro, como lo hace ud y la peregrinación a esos santos lugares de memoria, los museos de nuestra ciudad, donde el reencuentro con nuestros bisabuelos estará disimulado por una pintura, una fotografía, un objeto, un documento de siglos pasados.

El pueblo argentino necesita conocernos, mucho pueblo llegará a libar de tanta flor-libro en la feria, deseamos participar brindando nuestra propuesta cultural que es absolutamente gratuita.

Como practicamente la feria ya se inaugura, nuestra demora nos impide pedir algo más que su autorización para ejercer una función de difusión itinerante dentro de la feria, pero si ud considera que todavía un rincón, un hall, un espacio donde podamos montar nuestra muestra de la historia pasada que debemos recapturar, está disponible, gustosos redoblaríamos esfuerzos para que la Feria luzca aún más. (el Arquitecto Rodolfo Livingston, los plásticos Roger Francisco García Campos (peruano) y Carlos Terribili el muralista argentino, están prestos a colaborar en nuestra propuesta ampliada) 

Si tuviera la suerte de recibir respuesta al 4-903-3285 o a nuestro email, podría informar a todos los museos de la red en la reunión que tendremos el día 16 de Abril a las 14 hs. en la Santa Casa de Ejercicios Espirituales (Independencia 1190) 

Disculpe la informalidad, la demora y reciba nuestra respetuosa salutación.

      Biblioteca "Rodolfo Walsh" pertenece al Museo "Ernesto Che Guevara"                   Eladio González Rodríguez   director. 

 

AL DIA SIGUIENTE RECIBIMOS RESPUESTA (MUY PROMETEDORA Y CALIDA). 

Estimados compañeros:
La respuesta es afirmativa. Nuestro stand es 319-320- Hablar con Marcelo
Cafisho. email:   cafiso@sinectis.com.ar
teléfonos: 4958-5760 y 4983-6043
Saludos,
Susana Sardiñas     Consejera cultural     (era de la Embajada de Cuba en Buenos Aires)

 

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11 horas  ME PUSE EN CONTACTO TELEFONICO CON EL SR. MARCELO CAFISO.  explicando ambos mails y pidiendo instrucciones. 

 

Aclaré que solo necesitamos autorización para "estar"  con nuestra presencia "sin stand" circulando con sonrisas y excelente disposición de difusión de la existencia de los Museos, sus bibliotecas y textos de Neruda, Cortazar, Guillén, Borges, Gabriela Mistral, etc por supuesto obsequiándolos y NO vendiéndolos. Pues no vendemos NADA. 

Gracias al Sr. Cafiso  1º)  Me enteré que venderán libros de Cuba para poder sustentar el stand.

2º) Que no hay lugar para colgar afiches.  (cosa que no solicitamos aunque lo merezcamos) 

3º) Que sería mejor hablar con la fundación el libro para obtener algo más grande. (cosa que no ambicionamos aunque lo merezcamos). 

REPONDI que prefería el mínimo lugar del que se hablo siempre. Allí el señor Cafiso manifiesta que bueno que ellos están prestos a colocar en cada libro que se venda una propaganda de museos. 

Aclaro que nos importa entregar propaganda en mano y con sonrisa y aunque no compren (ojalá que si por el bien del señor Cafiso).- 

El sr. Cafiso me invita a conversar con él personalmente esa misma tarde a las 14 horas.  Nuestra vicedirectora la señora Alicia Molinari de Carrau, se apersona en medio de una lluvia torrencial y viajando desde el Barrio de Mataderos, (recién superada una convalecencia de 20 días por operacion en la columna vertebral.  Se encuentra con la no presencia del Sr. Cafiso y la recibe una dama , secretaria del sr. Cafiso.  Alicia Molinari transmite deja nuevamente, esta vez por escrito, nuestra sagrada intención de promover a que la feria sea un éxito, no solo comercial, sino cultural y social. 

 

Son las 0.30 horas del día 18 de Abril de 2002 efemérides: Combate de Itapirú  (1866).  NO HEMOS RECIBIDO NINGUNA COMUNICACION TELEFONICA (Alicia Molinari dejó su y mi teléfono a la secretario del sr. Cafiso)  tampoco por email ha llegado ninguna noticia. )

 

Hoy, la Facultad de Filosofía y Letras ha recibido en manos de su Vicedecano el ejemplar que todos los museos han recibido e irán recibiendo del libro de editorial Letrabuena "Robo y Falsificación de Obras de Arte en la Argentina" de Ricardo Ragendorfer. 

 

 

¿TAL VEZ LA LINDA GENTE DE LA FUNDACION EL LIBRO podrá hacer algo? 

Saludos.  Paz y bien.  Eladio González Rodríguez   director.  4-903-3285 

 

Y afortunadamente el domingo me telefoneó la  Directora de la Feria del Libro Marta Díaz y

ME DIJO QUE TENDRIAMOS UN STAND EL LUNES.    Imaginen la alegría, los saltos, los gritos

Que dí.    Fue genial.   Toto

 




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Papa que habla como yo esperaba desde hace cincuenta años. Chaubloqueo Museo Che Guevara Bagatela Santa Cruz Bolivia Eladio González toto

El Papa que habla como yo esperaba desde hace 50 años.
Chaubloqueo Museo Che Guevara de Buenos Aires, Argentina.

10 de Julio de 2015

Histórico:        Francisco refunda la doctrina social de la iglesia

                " Digamos no a la economía que mata "

Texto completo del discurso del Santo Padre, en la clausura del II Encuentro Mundial de
los Movimientos Populares, en Santa Cruz, Bolivia.

Buenas tardes a todos.

Hace algunos meses nos reunimos en Roma y tengo presente ese primer encuentro nuestro.
Durante este tiempo los he llevado en mi corazón y en mis oraciones. Me alegra verlos de
nuevo aquì, debatiendo los mejores caminos para superar las graves situaciones de injusticia
que sufren los excluidos en todo el mundo. Gracias Señor Presidente Evo Morales por
acompañar tan decididamente este Encuentro.   Aquella vez en Roma sentí algo muy lindo:
fraternidad, garra, entrega, sed de justicia. Hoy, en Santa Cruz de la Sierra, vuelvo a sentir lo
mismo. Gracias por eso. También he sabido por medio del Pontificio Consejo Justicia y Paz
que preside el Cardenal Turkson, que son muchos en la Iglesia los que se sienten más cercanos
a los movimientos populares. ¡Me alegra tanto! Ver la Iglesia con las puertas abiertas a todos
Ustedes, que se involucre, acompañe y logre sistematizar en cada diócesis, en cada Comisión
de Justicia y Paz, una colaboración real, permanente y comprometida con los movimientos
populares. Los invito a todos, Obispos, sacerdotes y laicos, junto a las organizaciones sociales
de las periferias urbanas y rurales, a profundizar ese encuentro.  Dios permite que hoy nos
veamos otra vez. La Biblia nos recuerda que Dios escucha el clamor de su pueblo y quisiera yo
también volver a unir mi voz a la de Ustedes: las famosas “tres t” tierra, techo y trabajo para
todos nuestros hermanos y hermanas. Lo dije y lo repito: son derechos sagrados. Vale la pena,
vale la pena luchar por ellos. Que el clamor de los excluidos se escuche en América Latina y en
toda la tierra. 1. Empecemos reconociendo que necesitamos un cambio. Quiero aclarar, para
que no haya malos entendidos, que hablo de los problemas comunes de todos los latino
americanos y, en general también, de toda la humanidad. Problemas que tienen una matriz
global y que hoy ningún Estado puede resolver por siì mismo. Hecha esta aclaración, propongo
que nos hagamos estas preguntas: -¿Reconocemos en serio que las cosas no andan bien en un
mundo donde hay tantos campesinos sin tierra, tantas familias sin techo, tantos trabajadores
sin derechos, tantas personas heridas en su dignidad?   -¿Reconocemos que las cosas no andan
bien cuando estallan tantas guerras sin sentido y la violencia fratricida se adueña hasta de
nuestros barrios? ¿Reconocemos que las cosas no andan bien cuando el suelo, el agua, el aire
y todos los seres de la creación están bajo permanente amenaza?  Entonces, si reconocemos
esto, digámoslo sin miedo: necesitamos y queremos un cambio.  Ustedes –en sus cartas y en
nuestros encuentros– me han relatado las múltiples exclusiones e injusticias que sufren en
cada actividad laboral, en cada barrio, en cada territorio. Son tantas y tan diversas como
tantas y diversas sus formas de enfrentarlas.  Hay, sin embargo, un hilo invisible que une cada
una de esas exclusiones, ¿podemos reconocerlo? Porque no se trata de cuestiones aisladas.
Me pregunto si somos capaces de reconocer que estas realidades destructoras responden a un
sistema que se ha hecho global. ¿Reconocemos que este sistema ha impuesto la lógica de las
ganancias a cualquier costo sin pensar en la exclusión social o la destrucción de la naturaleza?
Si es así, insisto, digámoslo sin miedo: queremos un cambio, un cambio real, un cambio de
estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los
trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los Pueblos... Y tampoco lo
aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra como decía San Francisco. Queremos un cambio en
nuestras vidas, en nuestros barrios, en el pago chico, en nuestra realidad más cercana; también
un cambio que toque al mundo entero porque hoy la interdependencia planetaria requiere
respuestas globales a los problemas locales. La globalización de la esperanza, que nace de los
Pueblos y crece entre los pobres, debe sustituir esta globalización de la exclusión y la
indiferencia. Quisiera hoy reflexionar con Ustedes sobre el cambio que queremos y necesitamos.
Saben que escribíì recientemente sobre los problemas del cambio climático. Pero, esta vez,
quiero hablar de un cambio en el otro sentido.  Un cambio positivo, un cambio que nos haga
bien, un cambio – podríamos decir– redentor. Porque lo necesitamos. Se que Ustedes buscan
un cambio y no sólo ustedes: en los distintos encuentros, en los distintos viajes he comprobado
que existe una espera, una fuerte búsqueda, un anhelo de cambio en todos los Pueblos del
mundo. Incluso dentro de esa minoría cada vez más reducida que cree beneficiarse con este
sistema reina la insatisfacción y especialmente la tristeza. Muchos esperan un cambio que
los libere de esa tristeza individualista que esclaviza. El tiempo, hermanos, hermanas, el
tiempo parece que se estuviera agotando; no alcanzo el pelearnos entre nosotros, sino que
hasta nos ensañamos con nuestra casa. Hoy la comunidad científica acepta lo que hace ya
desde hace mucho tiempo denuncian los humildes: se están produciendo daños tal vez
irreversibles en el ecosistema. Se está castigando a la tierra, a los pueblos y las personas de
un modo casi salvaje. Y detrás de tanto dolor, tanta muerte y destrucción, se huele el tufo
de eso que, uno de los primeros teólogos de la Iglesia, Basilio de Cesarea llamaba «el estiércol
del diablo». La ambición desenfrenada de dinero que gobierna. Ese es el estiércol del diablo.
El servicio para el bien común queda relegado. Cuando el capital se convierte en ídolo y dirige
las opciones de los seres humanos, cuando la avidez por el dinero tutela todo el sistema
socioeconómico, arruina la sociedad, condena al hombre, lo convierte en esclavo, destruye la
fraternidad interhumana, enfrenta pueblo contra pueblo y, como vemos, incluso pone en
riesgo esta nuestra casa común. La hermana y madre tierra. No quiero extenderme describiendo
los efectos malignos de esta sutil dictadura: ustedes los conocen. Tampoco basta con señalar
las causas estructurales del drama social y ambiental contemporáneo. Sufrimos cierto exceso
de diagnóstico que a veces nos lleva a un pesimismo charlatán o a regodearnos en lo negativo.
Al ver la crónica negra de cada día, creemos que no hay nada que se puede hacer salvo
cuidarse a uno mismo y al pequeño círculo de la familia y los afectos. ¿Qué puedo hacer yo,
cartonero, catadora, pepenador, recicladora frente a tantos problemas si apenas gano para
comer? ¿Qué puedo hacer yo artesano, vendedor ambulante, transportista, trabajador
excluido si ni siquiera tengo derechos laborales? ¿Qué puedo hacer yo, campesina, indígena,
pescador que apenas puedo resistir el avasallamiento de las grandes corporaciones? ¿Qué
puedo hacer yo desde mi villa, mi chabola, mi población, mi rancherío cuando soy diariamente
discriminado y marginado? ¿Qué puede hacer ese estudiante, ese joven, ese militante, ese
misionero que patea las barriadas y los parajes con el corazón lleno de sueños pero casi sin
ninguna solución para mis problemas? ¡Pueden hacer mucho! Pueden hacer mucho. Ustedes,
los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo
a decirles que el futuro de la humanidad esta, en gran medida, en sus manos, en su capacidad
de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de «las tres T»
(trabajo, techo, tierra) y también, en su participación protagónica en los grandes procesos de
cambio, nacionales, regionales y mundiales. ¡No se achiquen! 2. Ustedes son sembradores de
cambio. Aquí en Bolivia he escuchado una frase que me gusta mucho: «proceso de cambio».
El cambio concebido no como algo que un día llegara porque se impuso tal o cual opción
política o porque se instauro tal o cual estructura social. Sabemos dolorosamente que un
cambio de estructuras que no viene acompañado de una sincera conversión
de las actitudes y del corazón termina a la larga o a la corta por burocratizarse, corromperse
y sucumbir. Hay que cambiar el corazón. Por eso me gusta tanto la imagen del proceso,
donde la pasión por sembrar, por regar serenamente lo que otros verán florecer, remplaza
la ansiedad por ocupar todos los espacios de poder disponibles y ver resultados inmediatos.
La opción es por generar procesos y no por ocupar espacios. Cada uno de nosotros no es más
que parte de un todo complejo y diverso interactuando en el tiempo: pueblos que luchan por
una significación, por un destino, por vivir con dignidad, por «vivir bien», dignamente, en ese
sentido. Ustedes, desde los movimientos populares, asumen las labores de siempre motivados
por el amor fraterno que se revela contra la injusticia social. Cuando miramos el rostro de los
que sufren, el rostro del campesino amenazado, del trabajador excluido, del indígena oprimido,
de la familia sin techo, del migrante perseguido, del joven desocupado, del niño explotado, de
la madre que perdió a su hijo en un tiroteo porque el barrio fue copado por el narcotráfico,
del padre que perdió a su hija porque fue sometida a la esclavitud; cuando recordamos esos
«rostros y esos nombres» se nos estremecen las entrañas frente a tanto dolor y nos
conmovemos todos. Porque «hemos visto y oído», no la fría estadística sino las heridas de la
humanidad doliente, nuestras heridas, nuestra carne. Eso es muy distinto a la teorización
abstracta o la indignación elegante. Eso nos conmueve, nos mueve y buscamos al otro para
movernos juntos. Esa emoción hecha acción comunitaria no se comprende únicamente con
la razón:  tiene un plus de sentido que sólo los pueblos entienden y que da su mística
particular a los verdaderos movimientos populares.  Ustedes viven cada día, empapados,
en el nudo de la tormenta humana. Me han hablado de sus causas, me han hecho parte de
sus luchas, ya desde Buenos Aires, y yo se los agradezco. Ustedes, queridos hermanos,
trabajan muchas veces en lo pequeño, en lo cercano, en la realidad injusta que se les impuso
y a la que no se resignan, oponiendo una resistencia activa al idolátrico que excluye, degrada
y mata. Los he visto trabajar incansablemente por la tierra y la agricultura campesina, por sus
territorios y comunidades, por la dignificación de la economía popular, por la integración
urbana de sus villas y asentamientos, por la autoconstrucción de viviendas y el desarrollo de
infraestructura barrial, y en tantas actividades comunitarias que tienden a la reafirmación de
algo tan elemental e innegablemente necesario como el derecho a «las tres T»: tierra, techo y
trabajo. Ese arraigo al barrio, a la tierra, al territorio, al oficio, al gremio, ese reconocerse en
el rostro del otro, esa proximidad del día a día, con sus miserias, porque las hay, las tenemos,
y sus heroísmos cotidianos, es lo que permite ejercer el mandato del amor, no a partir de ideas
o conceptos sino a partir del encuentro genuino entre personas, necesitamos instaurar esa
cultura del encuentro, porque ni los conceptos ni las ideas se aman; nadie ama un concepto,
nadie ama una idea. Se aman las personas. La entrega, la verdadera entrega surge del amor a
hombres y mujeres, niños y ancianos, pueblos y comunidades... rostros y nombres que llenan
el corazón. De esas semillas de esperanza sembradas pacientemente en las periferias
olvidadas del planeta, de esos brotes de ternura que lucha por subsistir en la oscuridad de la
exclusión, crecerán arboles grandes, surgirán bosques tupidos de esperanza para oxigenar
este mundo.  Veo con alegría que ustedes trabajan en lo cercano, cuidando los brotes; pero, a
la vez, con una perspectiva más amplia, protegiendo la arboleda. Trabajan en una perspectiva
que no sólo aborda la realidad sectorial que cada uno de ustedes representa y a la que
felizmente esta arraigado, sino que también buscan resolver de raíz los problemas generales
de pobreza, desigualdad y exclusión.  Los felicito por eso. Es imprescindible que, junto a la
reivindicación de sus legítimos derechos, los Pueblos y sus organizaciones sociales construyan
una alternativa humana a la globalización excluyente. Ustedes son sembradores del cambio.
Que Dios les de coraje, les dé alegría, les dé perseverancia y pasión para seguir sembrando.
Tengan la certeza que tarde o temprano vamos a ver los frutos. A los dirigentes les pido:
sean creativos y nunca pierdan el arraigo a lo cercano, porque el padre de la mentira sabe
usurpar palabras nobles, promover modas intelectuales y adoptar poses ideológicas,
pero si ustedes construyen sobre bases sólidas, sobre las necesidades reales y la experiencia
viva de sus hermanos, de los campesinos e indígenas, de los trabajadores excluidos y las
familias marginadas, seguramente no se van a equivocar. La Iglesia no puede ni debe estar
ajena a este proceso en el anuncio del Evangelio. Muchos sacerdotes y agentes pastorales
cumplen una enorme tarea acompañando y promoviendo a los excluidos en todo el mundo,
junto a cooperativas, impulsando emprendimientos, construyendo viviendas, trabajando
abnegadamente en los campos de la salud, el deporte y la educación.  Estoy convencido que
la colaboración respetuosa con los movimientos populares puede potenciar estos esfuerzos
y fortalecer los procesos de cambio.  Tengamos siempre en el corazón a la Virgen Maria,
una humilde muchacha de un pequeño pueblo perdido en la periferia de un gran imperio,
una madre sin techo que supo transformar una cueva de animales en la casa de Jesús con
unos pañales y una montaña de ternura. Maria es signo de esperanza para los pueblos que
sufren dolores de parto hasta que brote la justicia. Rezo a la Virgen, tan venerada por el
pueblo boliviano, rezo a la Virgen María, para que permita que este Encuentro nuestro sea
fermento de cambio.  3. El cura habla largo parece ¿no? Por último quisiera que pensemos
juntos algunas tareas importantes para este momento histórico, porque queremos un cambio
positivo para el bien de todos nuestros hermanos y hermanas, eso lo sabemos. Queremos
un cambio que se enriquezca con el trabajo mancomunado de los gobiernos, los movimientos
populares y otras fuerzas sociales, eso también lo sabemos. Pero no es tan fácil definir el
contenido del cambio, podría decirse, el programa social que refleje este proyecto de
fraternidad y justicia que esperamos. En ese sentido, no esperen de este Papa una receta.
Ni el Papa ni la Iglesia tienen el monopolio de la interpretación de la realidad social ni la
propuesta de soluciones a los problemas contemporáneos. Me atrevería a decir que no existe
una receta. La historia la construyen las generaciones que se suceden en el marco de pueblos
que marchan buscando su propio camino y respetando los valores que Dios puso en el corazón.
Quisiera, sin embargo, proponer tres grandes tareas que requieren el decisivo aporte del
conjunto de los movimientos populares:  3.1. La primera tarea es poner la economía al servicio
de los Pueblos: Los seres humanos y  la naturaleza no deben estar al servicio del dinero.
Digamos NO a una economía de exclusión e inequidad donde el dinero  reina en lugar de
servir. Esa economía mata. Esa economía excluye. Esa economía destruye la Madre Tierra.
La economía no debería ser un mecanismo de acumulación sino la adecuada administración
de la casa común. Eso implica cuidar celosamente la casa y distribuir adecuadamente los
bienes entre todos. Su objeto no es únicamente asegurar la comida o un “decoroso sustento”.
Ni siquiera, aunque ya sería un gran paso, garantizar el acceso a «las tres T» por las que
ustedes luchan. Una economía verdaderamente comunitaria, podría decir, una economía de
inspiración cristiana, debe garantizar a los pueblos dignidad «prosperidad sin exceptuar bien
alguno». Esta última frase la dijo el papa Juan XXIII hace 50 años. Jesús dice en el Evangelio
aquel que dé espontáneamente un vaso de agua al que tiene sed, le será tenido en cuenta
en el reino de los cielos. Así que… Esto implica «las tres T» pero también acceso a la educación,
la salud, la innovación, las manifestaciones artísticas y culturales, la comunicación, el deporte
y la recreación. Una economía justa debe crear las condiciones para que cada persona pueda
gozar de una infancia sin carencias, desarrollar sus talentos durante la juventud, trabajar
con plenos derechos durante los años de actividad y acceder a una digna jubilación en la
ancianidad. Es una economía donde el ser humano en armonía con la naturaleza, Digamos
no a la economía que mata estructura todo el sistema de producción y distribución para que
las capacidades y las necesidades de cada uno encuentren un cauce adecuado en el ser social.
Ustedes, y también otros pueblos, resumen este anhelo de una manera simple y bella: «vivir
bien». Que no es lo mismo que pasarla bien.  Esta economía no es sólo deseable y necesaria
sino también posible. No es una utopía ni una fantasía. Es una perspectiva extremadamente
realista. Podemos lograrlo. Los recursos disponibles en el mundo, fruto del trabajo
intergeneracional de los pueblos y los dones de la creación, son más que suficientes para el
desarrollo integral de «todos los hombres y todo el hombre». El problema, en cambio, es otro.
Existe un sistema con otros objetivos. Un sistema que a pesar de acelerar irresponsablemente
los ritmos de la producción, a pesar de implementar métodos en la industria y la agricultura
que dañan la Madre Tierra en aras de la «productividad», sigue negándoles a miles de millones
de hermanos los más elementales derechos económicos, sociales y culturales. Ese sistema
atenta contra el proyecto de Jesús. Contra la buena noticia que trajo Jesús. La distribución
justa de los frutos de la tierra y el trabajo humano no es mera filantropía. Es un deber moral.
Para los cristianos, la carga es aún más fuerte: es un mandamiento. Se trata de devolverles a
los pobres y a los
pueblos lo que les pertenece. El destino universal de los bienes no es un adorno discursivo
de la doctrina social de la Iglesia.
Es una realidad anterior a la propiedad privada. La propiedad, muy en especial cuando afecta
los recursos naturales, debe
estar siempre en función de las necesidades de los pueblos. Y estas necesidades no se limitan
al consumo. No basta con dejar
caer algunas gotas cuando lo pobres agitan esa copa que nunca derrama por si sola. Los planes
asistenciales que atienden
ciertas urgencias sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras. Nunca podrán sustituir la
verdadera inclusión: ésa que da
el trabajo digno, libre, creativo, participativo y solidario.  En este camino, los movimientos
populares tienen un rol esencial, no sólo exigiendo y
reclamando, sino fundamentalmente creando. Ustedes son poetas sociales: creadores de
trabajo, constructores de viviendas,
productores de alimentos, sobre todo para los descartados por el mercado mundial. He
conocido de cerca distintas experiencias donde los trabajadores unidos en cooperativas y
otras formas de organización comunitaria lograron crear trabajo donde sólo había sobras de
la economía idolátrica. Las  empresas recuperadas, las ferias
francas y las cooperativas de cartoneros son ejemplos de esa economía popular que surge de  
la exclusión y, de a poquito, con
esfuerzo y paciencia, adopta formas solidarias que la dignifican. ¡Que distinto es eso a que los  
d
escartados por el mercado
formal sean explotados como esclavos! Los gobiernos que asumen como propia la tarea de
poner la economía al servicio de los pueblos
deben promover el fortalecimiento, mejoramiento, coordinación y expansión de estas formas
de economía popular y
producción comunitaria. Esto implica mejorar los procesos de trabajo, proveer infraestructura
adecuada y garantizar plenos
derechos a los trabajadores de este sector alternativo. Cuando Estado y organizaciones sociales
asumen juntos la misión de «las tres T» se activan los principios
de solidaridad y subsidiariedad que permiten edificar el bien común en una democracia plena y
participativa. 3.2. La segunda tarea es unir nuestros Pueblos en el camino de la paz y la justicia.
Los pueblos del mundo quieren ser artífices de su propio destino. Quieren transitar en paz su
marcha hacia la justicia. No quieren tutelajes ni injerencias donde el más fuerte subordina al
más débil. Quieren que su cultura,
su idioma, sus procesos sociales y tradiciones religiosas sean respetados. Ningún poder fáctico
o constituido tiene derecho a
privar a los países pobres del pleno ejercicio de su soberanía y, cuando lo hacen, vemos nuevas
formas de colonialismo que
afectan seriamente las posibilidades de paz y de justicia porque «la paz se funda no sólo en el
respeto de los derechos del hombre,
sino también en los derechos de los pueblos particularmente el derecho a la independencia».
Los pueblos de Latinoamérica parieron dolorosamente su independencia política y, desde
entonces llevan casi dos siglos de una historia dramática y llena de contradicciones intentando
conquistar una independencia
plena. En estos últimos años, después de tantos desencuentros, muchos países latinoamericanos
han visto crecer la fraternidad entre sus pueblos. Los gobiernos de la Región aunaron esfuerzos
para hacer respetar su soberanía,
la de cada país y la del conjunto regional, que tan bellamente, como nuestros Padres de antaño,
llaman la «Patria Grande».
Les pido a ustedes, hermanos y hermanas de los movimientos populares, que cuiden y acrecienten
esa unidad. Mantener la
unidad frente a todo intento de división es necesario para que la región crezca en paz y justicia. A
pesar de estos avances, todavía subsisten factores que atentan contra este desarrollo
humano equitativo y coartan la soberanía de los países de la «Patria Grande» y otras latitudes del
planeta. El nuevo colonialismo adopta distintas fachadas. A
veces, es el poder anónimo del ídolo dinero: corporaciones, prestamistas, algunos tratados
denominados «de libre comercio» y
la imposición de medidas de «austeridad» que siempre ajustan el cinturón de los trabajadores  
y de los pobres. Los obispos
latinoamericanos lo denunciamos con total claridad en el documento de Aparecida cuando
se afirma que «las instituciones financieras y las empresas transnacionales se fortalecen al punto
de subordinar las
economías locales, sobre todo, debilitando a los Estados, que aparecen cada vez más impotentes
para llevar adelante proyectos
de desarrollo al servicio de sus poblaciones». En otras ocasiones, bajo el noble ropaje de la lucha
contra la corrupción, el narcotráfico
o el terrorismo –graves males de nuestros tiempos que requieren una acción internacional
coordinada– vemos que se
impone a los Estados medidas que poco tienen que ver con la resolución de esas problemáticas y
muchas veces empeora las cosas.
Del mismo modo, la concentración monopólica de los medios de comunicación social que pretende
imponer pautas alienantes
de consumo y cierta uniformidad cultural es otra de las formas que adopta el nuevo colonialismo. Es
el colonialismo ideológico.  Como dicen los Obispos de África, muchas veces se pretende convertir a
los países pobres
en «piezas de un mecanismo y de un engranaje gigantesco».  Hay que reconocer que ninguno de los
graves problemas de la humanidad se puede
resolver sin interacción entre los Estados y los pueblos a nivel internacional. Todo acto de envergadura realizado en una parte del
planeta repercute en el todo en términos económicos, ecológicos, sociales y culturales. Hasta el
crimen y la violencia se han
globalizado. Por ello ningún gobierno puede actuar al margen de una responsabilidad común. Si
realmente queremos un cambio
positivo, tenemos que asumir humildemente nuestra interdependencia. Es decir, nuestra sana
interdependencia.
Pero interacción no es sinónimo de imposición, no es subordinación de unos en función de los intereses de otros. El
colonialismo, nuevo y viejo, que reduce a los países pobres a meros proveedores de materia prima y trabajo barato, engendra
violencia, miseria, migraciones forzadas y todos los males que vienen de la mano... precisamente porque al poner la periferia en función
del centro les niega el derecho a un desarrollo integral. Y eso, hermanos, es inequidad y la inequidad genera violencia que no
habrá recursos policiales, militares o de inteligencia capaces de detener. Digamos NO a las
viejas y nuevas formas de colonialismo. Digamos Sì al encuentro entre pueblos y culturas. Felices los que
trabajan por la paz.  Aquí quiero detenerme en un tema importante. Porque alguno podrá decir, con
derecho, que «cuando el Papa habla del colonialismo se olvida de ciertas acciones de la
Iglesia». Les digo, con pesar: se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos
originarios de América en nombre de Dios. Lo han reconocido mis antecesores, lo ha dicho el
CELAM y también quiero decirlo. Al igual que san Juan Pablo II pido que la Iglesia «se postre
ante Dios e implore perdón por los pecados pasados y presentes de sus hijos». Y quiero decirles,
quiero ser muy claro, como lo fue san Juan Pablo II: pido humildemente perdón, no sólo por las
ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la
llamada conquista de América.  Y junto a este pedido de perdón, y para ser justos, también
quiero que recordemos sacerdotes, obispos, que se opusieron fuertemente a la lógica de la
espada con la fuerza de la cruz. Hubo pecado, hubo pecado y abunda, pero no pedimos
perdón, y por eso pedimos perdón. Pero allí también donde hubo pecado, donde hubo
abundante pecado, sobreabundó la gracia, a través de esos hombres que defendieron la
justicia de los pueblos originarios. Les pido también a todos, creyentes y no creyentes, que
se acuerden de tantos Obispos, sacerdotes y laicos que predicaron y predican y siguen
predicando la buena noticia de Jesús con coraje y mansedumbre, respeto y en paz; dije
obispos, sacerdotes y laicos, no me quiero olvidar de las monjitas que anónimamente
patean nuestros barrios pobres, llevando un mensaje de paz y de justicia, que en su paso
por esta vida dejaron conmovedoras obras de promoción humana y de amor, muchas veces
junto a los pueblos indígenas o acompañando a los propios movimientos populares incluso
hasta el martirio. La Iglesia, sus hijos e hijas, son una parte de la identidad de los pueblos
en Latinoamérica. Identidad que tanto aquíì como en otros países algunos poderes se
empeñan en borrar, tal vez porque nuestra fe es revolucionaria, porque nuestra fe desafía
la tiranía del ídolo dinero. Hoy vemos con espanto como en Medio Oriente y otros lugares
del mundo se persigue, se tortura, se asesina a muchos hermanos nuestros por su fe en Jesús.
Eso también debemos denunciarlo: dentro de esta tercera guerra mundial en cuotas que
vivimos, hay una especie de genocidio en marcha que debe cesar.  A los hermanos y hermanas
del movimiento indígena latinoamericano, déjenme trasmitirle mi más hondo cariño y felicitarlos
por buscar la conjunción de sus pueblos y culturas, eso que yo llamo poliedro, una forma de
convivencia donde las partes conservan su identidad construyendo juntas la unidad, una
pluralidad que no atenta, sino que fortalece la unidad. Su búsqueda de esa interculturalidad
que combina la reafirmación de los derechos de los pueblos originarios con el respeto a la
integridad territorial de los Estados nos enriquece y nos fortalece a todos. 3.3. La tercera tarea,
tal vez la más importante que debemos asumir hoy, es defender la Madre Tierra.   La casa
común de todos nosotros esta siendo saqueada, devastada, vejada impunemente.
La cobardía en su defensa es un grave pecado. Vemos con decepción creciente como se
suceden una tras otra cumbres  internacionales sin ningún resultado importante. Existe un
claro, definitivo e impostergable imperativo ético de actuar que no se está cumpliendo.
No se puede permitir que ciertos intereses –que son globales pero no universales– se
impongan, sometan a los Estados y organismos internacionales, y continúen destruyendo
la creación. Los Pueblos y sus movimientos están llamados a clamar, a movilizare, a
exigir –pacífica pero tenazmente– la adopción urgente de medidas apropiadas. Yo les pido,
en nombre de Dios, que defiendan a la Madre Tierra. Sobre este tema me expresado
debidamente en la Carta Encíclica Laudato si  (...) 4. Para finalizar, quisiera decirles
nuevamente: el futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes
dirigentes, las grandes potencias y las élites. Esta fundamentalmente en manos de los
Pueblos; en su capacidad de organizar y también en sus manos que riegan con humildad
y convicción este proceso de cambio. Los acompaño. Digamos juntos desde el corazón:
ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos,
ningún pueblo sin soberanía, ninguna persona sin dignidad, ningún niño sin infancia,
ningún joven sin posibilidades, ningún anciano sin una venerable vejez.  Sigan con su
lucha y, por favor, cuiden mucho a la Madre Tierra. Soy sincero cuando les digo, rezo
por ustedes, rezo con ustedes y quiero pedirle a nuestro Padre Dios que los acompañe y los
bendiga, que los colme de su amor y los defienda en el camino dándoles abundantemente
esa fuerza que nos mantiene en pie: esa fuerza es la esperanza, y una cosa importante la
esperanza que no defrauda, gracias.   Y, por favor, les pido que recen por mi. Y si alguno de
ustedes no puede rezar, yo lo respeto pido que me piense bien, que me mande buena onda.

Acotación de quien difunde : Fue un Enero que Juan Pablo llegó por vez primera a la Isla
donde se practica el cristianismo espontáneamente y sin hipocresías.  Impactado habrá
pensado:  “estoy en el Paraíso Terrenal”.  Cristóbal Colón sintió y escribió lo mismo en 1942
pero referido a la belleza del paisaje cubano.  Juan Pablo condenó explícitamente LAS
TORTURAS que se estaban aplicando allí en Cuba,  porque en la Base Norteamericana de
GUANTANAMO era el UNICO lugar de la isla donde se destruía los espíritus, mentes y cuerpos
de más de cuatrocientos seres humanos, entre ellos niños, prisioneros ilegalmente
encarcelados. Eso no lo hacían en EEUU porque la Gran Democracia del Norte respeta sus
propias leyes que se lo impiden. Ocurre que la Base Yanqui en Guantánamo es como un
Paraíso Fiscal pero de TORTURAS, sadismo y degradación pero OFF – SHORE.  En las Islas
Caimán ellos LAVAN DINERO DE LA DROGA,  TRATA,  TRABAJO ESCLAVO,  etc.  pero en la Base
de Guantánamo pecan y extrañamente Juan Pablo ni mucho menos Ratzinger lanzaron fuego
y lava sobre esa SODOMA contemporánea que los norteamericanos usurpan en territorio
cubano.  Al  SOMETIDO Concierto de Naciones salvo excepciones plausibles de Sudamérica
no le molesta ese ENCLAVE COLONIAL NORTEAMERICANO en el Caribe.

  Eladio González   Toto    director fundador del Primer Museo Suramericano
Comandante Ernesto Che Guevara de Buenos Aires, CABA, República Argentina.


Ciudadanos y medios   INTACHABLES :  no caben en un tacho de basura.  Están contra todo lo que el Papa predicó.
¿ QUÉ  TIENEN  EN  COMUN ?
Ambito Financiero, diario Clarín, La Nación,  Cornelia Schmidt Liermann, Adelina Dalesio de Viola, Baby Echecopar,  Chiche Gelblung, Ernestina Herrera De Noble, González Oro, Hadad,  Feinman, Lage, Micaela Hierro Dori , Jorge Lanata, Manzano, Mariano Grondona, Mario Markic, Mirta Legrand, Nelson Castro, Openheimer, Petinato,  Rolando Hanglin, Susana Gimenez, Gerardo Sofovich, Pepe Eliaschev, Julio Bárbaro, Leuco (padre) Chiche Duhalde,  Jorge Giacobbe, Felipe Solá,  Beatriz Sarlo,  Joaquín Morales Solá, Juan Sebrelli,  Salvia, Mauro Viale, Tenenbaun, Majul, Pablo Docimo, Santiago del Moro, Pablo Irossi y algunos otros.   Aunque “siniestro” es sinónimo de izquierda, entre estos comunicadores sociales, medios  y personajes políticos siniestros hay muchos que son de derecha (diestra).  Todos coinciden siniestramente en denostar con fruicción a las Revoluciónes cubana, venezolana, boliviana, ecuatoriana y frotarse con los Fondos Buitres para retrotraer a la nueva Argentina a los tiempos del genocidio.   Son soldados del colonialismo.



Buenos Aires años setenta recuerdos de Lois Perez Leira Victor Malamud Jorge Telerman Turco Hassan Chaubloqueo Museo Che Guevara Caballito

18septiembre2015
EN CULTURA

POST 12 SEPTIEMBRE 2015

Entrevista a Lois Pérez Leira, activo militante de la izquierda argentina a partir de 1967. Perteneció a la Juventud Comunista y fue presidente de la Confederación Argentina de estudiantes Secundarios. Durante 1973-74 integró la dirección del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras de Buenos Aires. Radicado en España desde 1990 fue uno de los impulsores del juicio que instruyó el juez Baltasar Garzón por el genocidio cometido en la Argentina. 
Por Aura Carballido

(Continuación de la entrevista a Lois donde nos contó del beso entre hombres en los bares de Buenos Aires)

Agencia Paco Urondo: Lois, ¿La vida de los jóvenes se modificaba durante el fin de semana en esa juventud de los años 70?

Lois Pérez Leira: Sí, claro. Los sábados estaba a tope. Quedábamos a una hora determinada para ir a algún recital o peña organizada generalmente por el PC, alguna facultad o entidad solidaria. También era el día señalado para ir a ver alguna película de trasnoche, cuando terminaban las largas charlas. Por aquellos años se hacían muy buenas películas italianas como Metello, de Mauro Bolognini; La Armada Brancaleone de Mario Monicelli, con la actuación de Vittorio Gassman. Recuerdo que cuando la fui a ver al cine la película, que es una comedia, tenía como fondo una canción que se repetía a lo largo de la proyección. La letra decía Branca ….Branca… Branca… León…. León….. León!!! Era tal la alegría e ilusión de la gente que el público le cambiaba la letra y coreaba durante la película Branca…Branca…Branca…Perón…Perón…Perón… con las carcajadas de todos los espectadores. Ese era el ambiente que se respiraba por aquellos años. También íbamos al cine Cosmos para ver cine soviético: Octubre, La Madre, El Acorazado Potemkin, esa clase de películas.
APU: Tengo entendido que en el 75 te marchaste a España. ¿Nos cuentas los motivos?
LPL: Decidí conocer a mi familia en Vigo y recorrer Europa. El ambiente en la Argentina era ya muy complicado, había trabajado en el diario La Calle y todos los días teníamos amenazas de que nos pondrían una bomba. Luego Isabelita lo cerró. Antes de marcharme los compañeros de la barra de la Paz, me hicieron una despedida en una cantina de la Boca. Allí estaban todos los viejos amigos y compañeros de lucha. Entre ellos estaba Daniel Filmus, Gabaldon, Padula, el “Tigre” Luis, “el gato” Aulicino, el Negro Kochen entre otros. Dos días después en el puerto se juntaron como 50 amigos, fue triste pero también emocionante.
A los pocos meses me llega la notica del golpe de Estado de Videla. Por las cartas que me enviaba mi ex novia Inés Ollero me enteré de la dramática situación política que se vivía antes y después del golpe. En 1977 regreso a la Argentina. No imaginaba que la represión era tan grande. Era más fuerte en mí la posibilidad de arreglarme con Inés que los peligros que podía correr. En las cartas que me enviaba me comentaba que se había dejado con el novio que tenía y yo pensaba que era mi oportunidad para recuperar lo que para mí había sido el amor de mi vida. Ella era militante y un cuadro de la Juventud Comunista. Nos vimos varias veces, fuimos al casamiento de su prima Graciela. Toda la familia nos decía: chicos ¿por que no se arreglan? El tío con un tono de voz porteño me decía: ¡Sabés que para la familia vos seguís siendo el novio de Inesita! Pero parece ser que ella no se animaba y decidimos tomar distancia, hasta ver que pasaba, en cada uno de nosotros. Unos meses después de aquel casamiento, Tita, la madre de Inés, me llama por teléfono para decirme que la noche anterior “La Gordita”, como le decíamos en familia, no había llegado a dormir. Suponían que estaba presa. Y a partir de allí comenzó la larga lucha por encontrarla. Su padre César rápidamente se enteró de que había sido secuestrada por la policía y estaba en la ESMA bajo el control del Almirante Chamorro.
Debido a las diferencias que empecé a tener con el PC me expulsaron. Pasé más tiempo en el bar La Paz, donde algunos de mis antiguos amigos del 73 seguían parando. A pesar de la soledad que se vivía en aquellos lugares pudimos conformar una isla, en medio del terror. No éramos muchos los que parábamos allí, la gente tenía miedo. Aunque los viernes y sábado la cifra se multiplicaba. Entre los infaltables estaban “El Negro” Padula, Jorge Asís, Germán Lima, “La Tucumana” Leonor, Juano Villafañe, Víctor Malamud, Carlos Gabaldón, el “Negro” Kochen, Alejandro Medina Bube y Jorge Telerman, que es actualmente Presidente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires y Coordina la Comunicación de Campaña Presidencial de Daniel Scioli. Además tuvo un papel diplomático significativo durante varios años, fue Embajador en Cuba, Director de Información Pública de la Organización de Estados Americanos (OEA). Como ves, nuestra juventud tenía valores y con los años seguimos trabajando por construir en política ese cambio necesario.
Por aquellos años se habían acabado los recitales de izquierdas, las Peñas, todo era peligroso. Entonces, con Víctor Malamud, que estaba terminando la carrera de psicología y se dedicaba a vender apuntes y libros en la facultad, nos dimos la tarea de hacer actividades para pasar lo mejor posible la dictadura y mitigar el dolor que teníamos. Organizábamos pequeñas fiestas en casa de compañeros, que nuca superaban las 20 personas. Cada uno llevaba algo para beber o comer. Nunca faltaba una guitarra para cantar, aunque evitando hacer mucho ruido por las dudas.
Víctor había tenido poliomielitis desde pequeño y tenía serias dificultades para trasladarse, lo hacía con muletas y tenía un coche Ami 8 adaptado, donde íbamos de una lado para otro. Yo le tenía mucho afecto y lo valoraba intelectualmente. Era uno de los grandes seductores de mujeres. Solamente con la palabra lograba milagros (ríe).
Durante unos meses montamos un “Mate Concert” todos los domingos a partir de las seis de la tarde en el taller de Teatro del Turco Hassan, en la zona de Constitución. El nos alquilaba la sala, nosotros vendíamos la bebida y empanadas para recaudar los fondos y cada noche distintos músicos o artistas actuaban sin cobrar un mango. Especialmente cantaba Hugo Massei, Irene Demberg, un sobrino de Falú que era guitarrista (seguramente era Juan Falú que por 1998 tocó en nuestro museo – nota de quien reenvía) y otros. Víctor Malamud y nuestros amigos poetas recitaban. Fue una experiencia interesante.
Con los amigos poetas del Taller literario una noche fría del viernes del 1 de julio de 1977 arreglamos hacer una pequeña fiesta en la casa de Adriana Valetti. Los padres no estaban y su hermano Roberto aquella noche se marchaba con su compañera María Elena a la casa de los padres de ella que vivían en la zona Norte. Roberto tenía 18 años y tocaba en la banda de música de Canal 9 y María Elena era compañera nuestra del taller, muy buena escritora y declamadora. Los dos se marcharon en la moto, que hacía poco habían comprado.
La noche trascurrió como todas las fiestas, hablando de literatura, de política, haciendo chistes, escuchando música, bebiendo vino. Recuerdo que estaba “la Tucumana” Leonor, Victor Malamud, creo que Irene Demberg que cantaba muy bien tangos y otros compañeros. Al llegar la despedida casi a las cinco de la mañana, Adriana, la dueña de casa, nos dice a algunos de los que estábamos en la reunión si nos queríamos quedar a dormir esa noche. En el reparto de camas me tocó la cama matrimonial de su hermano Roberto.
Unos días después nos llegó la noticia de que aquella noche Roberto y María Elena habían sido secuestrados. Un operativo militar los había parado en el camino y trasladado a un recinto militar. La noticia para mí fue impactante. Tremenda. Había dormido en su propia cama. Tan jóvenes y llenos de vida. Eran artistas, militantes de la Fede, pero no estaban en ninguna organización a favor de la lucha armada. Días después otro compañero del Taller también fue secuestrado el día quince, Claudio Alejandro Ostrej. Y tan sólo dos días después, el diecinueve, me enteré de que también había sido secuestrada quien había sido mi ex novia Inés Ollero. Eran años convulsionados que dejaron mucho por investigar pero que también forjaron cuadros políticos excelentes.

reenvía   Toto Eladio González del Museo “ ERNESTO CHE GUEVARA ” de Caballito, CABA
calle Rojas 129, esq. Yerbal, Buenos Aires  (AAC 1405) Argentina
Visitar lunes a viernes de 10 a 19 hs. (corrido) – entrada libre y gratuita
Escuela de Solidaridad con Cuba “ CHAUBLOQUEO ”
Registro donantes voluntarios de Células Madre  (INCUCAI)
Coordinador Mesa Vecinal Participativa en Seguridad de Caballito
Tel.  4 903 3285   Irene Rosa Perpiñal  -  Eladio González (Toto)  
Blog accidentes  -  http://nomuertesevitables.blogspot.com  protege a hijos y nietos
Lea libro Cuba Existe, es Socialista y No está en Coma del Arq. Rodolfo Livingston en http://estudiolivingston.com.ar/libros/cubaexiste.php  y emocionate.

Declaración de la Liga: Sin Julio López no hay Nunca Más Argentina desaparecedora Massot Acindar Ford Mercedes Benz Triple A Museo Che Guevara de CABA

De: comite_internacional@googlegroups.com [mailto:comite_internacional@googlegroups.com] En nombre de Graciela Ramirez
A nueve años de su secuestro, se verifica que sin Julio López no hay Nunca Más….declaración de la Liga
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Las dos desapariciones de Julio López y la otra desaparición que provocó su secuestro:  la del debate sobre Genocidio que proponía la sentencia del caso Etchecolatz
Así como no hay violación de los derechos humanos que no tenga un discurso justificatorio, cada agravio a la condición humana agravia a la humanidad entera y deja rastros más que perceptibles en el tramado de la vida social.
Si bien es cierto que nadie  reivindicó el secuestro de Julio López, ni su justificación[1]; ha habido en estos nueve años silencios  que han sido discursos y discursos que han pretendido adjudicar a su secuestro una especie de "pago" que la sociedad debía hacer por avanzar en los juicios, asumiendo un signo fatalista para su pensamiento que generalmente rechazan en el análisis de otros asuntos.
A nueve años de su secuestro y desaparición forzada afirmamos rotundamente que el crimen pudo haberse evitado y que pudo haberse esclarecido. Jamás aceptaremos que la impunidad es fatal e inevitable; la lucha del movimiento de derechos humanos –en toda su diversidad y enorme amplitud- demostraron que no hay obstáculo que no se pueda remover si de conquistar Justicia se trata para las víctimas del Terrorismo de Estado u otros agravios del aparato estatal.
No hubo un plan de protección a los testigos, querellantes, abogados y demás fuerzas que intervienen en los juicios contra los genocidas.  Así lo afirmó en abril 2011  el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Américo Incalcaterra en un informe demoledor donde afirma:  Al momento de la desaparición de López "Argentina no estaba preparada", para hacer frente a esa situación. Además, el Estado no se encontraba en condiciones de proteger a la enorme cantidad de testigos de crímenes de lesa humanidad en ese entonces. "Sólo contaba con un pequeño plan nacional de protección de testigos de alto riesgo en casos de crimen organizado y tráfico de drogas", agrega el informe. Al año siguiente, Néstor Kirchner amplió el mandato del Programa Nacional de Protección de Testigos e Imputados (PNPT) -que viene a funcionar como el padre del sistema- reconociendo el problema. Pero no lo solucionó."[2]
Y no hubo voluntad política de investigar hasta la última consecuencia la responsabilidad de Echecolatz, sus amigos de adentro de la fuerza policial Bonaerense y mucho menos la trama de los Servicios de Inteligencia que después del caso Nisman sabemos sin dudas que seguía trabajando con autonomía de mando.  Fue el inefable Solá (el mismo que era gobernador cuando la masacre del Puente Pueyrredón del 2002) quién fundamentó que entre encontrar a Julio López y la gobernabilidad (que se vería afectada si se investigaba a fondo la Bonaerense, según él), elegía la gobernabilidad.  Igual opción tomaron los Kirchner y la oposición política de derechas, solo un segmento del movimiento de derechos humanos y las izquierdas mantuvieron la lucha contra la impunidad de los secuestradores de Julio López, hasta hoy.
Al momento de hablar de la desaparición de Julio López no todos nombran otra desaparición, ocurrida en aquellos días, y es justamente la del debate propuesto por el fallo del Tribunal Oral Federal
Número Uno de La Plata quien al atender que la normativa vigente no daba cuenta de lo realmente ocurrido y por ello considerar  los delitos cometidos por Etchecolatz "realizados en el marco de un genocidio"  proponía un debate sobre todos los temas atinentes a la tarea de juzgar, treinta y nueve años después, a un genocidio, tarea nunca antes acometida por tribunales nacionales en el país donde el genocidio se perpetró.
La falta de un debate en forma, la ausencia de una estrategia estatal unificada que de cuenta del "contrato social" de juzgar el Genocidio que reconoce el Dr.: Lorenzetti desde la presidencia de la Corte Suprema de Justicia, han derivado en un proceso judicial que avanza a ciegas, enfrentando reiteradamente los mismos escollos, sometiendo a los testigos a la dura tarea de enfrentar sus represores con la palabra una y otra vez, sin salir de la fragmentación que la Justicia impuso a las causas por negarse a pensar el Terrorismo de Estado tal como este se cometió: centralizado y estructurado desde la Comandancia de los Cuerpos del Ejercito que organizaban zonas, áreas y centros clandestinos de exterminio.  Para no alargar, digamos que a pesar de todos los avances –que hemos celebrado más de una vez- a doce años de la anulación de las leyes de la impunidad, avanza la estrategia de impunidad de lograr que los represores "privados de su libertad" permanezcan en sus cómodos hogares y que se haya levantado una verdadera barrera para proteger a los responsables del Poder Económico (Massot de La Nueva Provincia, Blaquier de Ledesma, Acevedo de Acindar,  los dueños de Papel Prensa, la Ford, Mercedes Benz, la banca extranjera, etc.) y los integrantes de la Triple A cuyos crímenes se mantienen casi en la absoluta impunidad.
La obstinada voluntad del Poder Judicial de no abrir paso al debate sobre Genocidio no tiene razones judiciales sino política; el Genocidio no es solo la destrucción de un grupo nacional, sino la reorganización radical de una sociedad en todos los terrenos por lo que aceptar que hubo Genocidio, que somos una sociedad post genocidio implicaría discutir las relaciones de Poder en la economía, en los medios de comunicación y en la sociedad toda; algo a lo que pocos estamos dispuestos a hacer.
Pero, acaso más que en la esfera judicial, los rastros de la desaparición de Julio López se verifican en la persistencia de una cultura represora que en palabras de la Comisión Provincial de la Memoria constituye un verdadero colapso de los derechos humanos en la provincia de Buenos Aires por la persistencia de los crímenes del Gatillo Fácil, las causas armadas y la tortura en sede policial, penal y sitios de encierro de menores y enfermos mentales (la aparición sin vida del cuerpo de Luciano Arruga el 17 de octubre pasado, es la confirmación más brutal de todo esto) que obtienen la misma impunidad que la de los desaparecedores de Julio López.
Fue la misma Comisión la que afirmó "las torturas y las muertes padecidas por las personas captadas por el sistema penal son de una dimensión y gravedad que socavan los cimientos del propio orden democrático.  Argentina padece una profunda disociación entre su condición de referencia internacional por el proceso de enjuiciamientos de los crímenes de la dictadura y los ataques planificados, sistemáticos generalizados que se implementan contra una parte de la sociedad civil sobre los que judicialmente se consagrará la impunidad.  Las torturas y muertes actuales son crímenes que interpelan los valores de verdad, justicia y memoria"
La historia lo confirmó: Sin Julio López no hay Nunca Más, sin Nunca Más no hay democracia verdadera y sin democracia verdadera no hay Patria Libre ni todos los derechos para todos que era aquello que soñaba Julio López y por lo que convocamos a seguir soñando y luchando
Ahora y siempre.
[1]  Todo está guardado en la memoria.

--
Liga Argentina por los Derechos del Hombre
CORRIENTES 1785- 2ºC  (1042)  Buenos Aires República Argentina
Tel./Fax:011-54-43713939
Asociación Civil fundada el 20 de diciembre de 1937.
Miembro fundador de la Federación Internacional por los Derechos del Hombre, organismo no gubernamental con asiento permanente en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y acreditado ante el Consejo de Europa.





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