miércoles, 22 de agosto de 2007

Ramsey Clark ex secretario de Justicia de EEUU apoya a los cinco cubanos presos por luchar contra el terrorismo en Miami


Ex secretario de Justicia Ramsey Clark afirma que EEUU no debió juzgar a Los Cinco
La Habana, 22 ago (EFE-RHC) El ex secretario de Justicia de Estados Unidos Ramsey Clark consideró que nunca debió abrirse en su país causa judicial a cinco agentes cubanos condenados injustamente en 2001 por infiltrarse en grupos terroristas anticubanos radicados en Miami.
"Este caso nunca debió presentarse, fue un caso mal concebido, concebido ilegalmente", indicó Clark, secretario de Justicia entre 1967 y 1969 durante la administración de Lyndon B. Johnson, en declaraciones al programa político "Mesa Redonda" de la televisión cubana.
Las declaraciones de Clark se producen después de que los abogados defensores de los cubanos solicitaran al XI Tribunal de Apelaciones de Atlanta un nuevo juicio, arguyendo que la Fiscalía procedió de forma irregular durante el proceso.
"Lo evidente en este caso es que cualquier país que quiere detener el terrorismo nunca arresta a las personas que dedican su vida a luchar contra el terrorismo", agregó Clark, al subrayar que no se puede "otorgar legitimidad al caso ni dignificarlo planteando argumentos de poca monta".
Durante la vista de apelación del lunes, la defensa sostuvo que el juicio en que se condenó a los cubanos, celebrado en Miami en 2001, no reunió las condiciones para que el jurado tomara una decisión "imparcial" y que hubo irregularidades en la actuación de la Fiscalía.
Gerardo Hernández, Fernando González, Ramón Labañino, René González y Antonio Guerrero fueron detenidos el 12 de septiembre de 1998 tras el desmantelamiento de la "Red Avispa" en el sur de Florida y condenados a penas de entre quince años y cadena perpetua por presunto espionaje.
En el intrincado proceso judicial que se ha producido desde entonces, un Tribunal Federal de Apelaciones de Atlanta decidió en agosto de 2005 anular el juicio de Miami.
El mismo tribunal falló en contra de su propio veredicto un año después, tras una apelación de la Fiscalía de Estados Unidos, decisión que fue tildada de "infame e ignominiosa" en Cuba.
Las autoridades de la isla nunca han negado que los cinco cubanos, considerados "héroes" en su país, fueran agentes, pero ha reiterado que su trabajo era investigar posibles ataques terroristas contra Cuba y no recabar información que afectara a la seguridad nacional de Estados Unidos.

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Los niños tienen miedo.

Uno arropa a este niño, lo abraza, pone los labios sobre su frente para ver si tiene fiebre, llama al médico... "le duele la barriguita, tiene tos..."

Se te anudan las tripas porque a este niño amado le duele la cabeza.
Ha faltado a la escuela.

Le silba un poco el pecho...
Una abraza a este niño y ruega a D-s que todos sus dolores se pasen a tu cuerpo.
Por el cielo de afuera pasa una nube blanca que parece una oveja.

Por el cielo de adentro ángeles invisibles se hamacan en el aire con olor a manzanas y amasan, como si fuera plastilina, las notas de la música que baila por la casa.

Allá no hay cielo.
Allá. Donde los chicos esperan el rayo de metal que los parta en pedazos.
Allá, donde les enseñan a usar una escafandra que los disfraza de monstruos. Y a aplicarse inyecciones entre ellos... Y ya no lloran de hambre, ni de frío, ni de dolor... sino de miedo.

Los niños tienen miedo.
Los han amenazado... señores con trajes impecables y corbatas bonitas. Señores que no parecen seres de otros planetas. Tienen dos ojos inexpresivos. Tienen la boca que pronuncia con desdén las palabras. Tienen apuro por comenzar la guerra porque estas armas de hoy están ocupando el lugar que ya está destinado para las armas nuevas, que fabrican con prisa.

Esos señores no tienen emociones. Para hacerlos, han clonado a las piedras. Cuando miran a un niño, no lo ven. Ven un bulto de andrajos, unas moscas molestas, unas llagas que nunca cicatrizan, y oyen ese quejido monocorde que se parece al llanto, a un llanto sordo, áspero, inaguantable... Deberán encontrar a un flautista que los guie hacia el borde del precipicio y termine con ellos como lo hizo con aquellas ratas...

Los niños tienen miedo. Se toman de las manos. Se apretujan. No quieren inyecciones ni escafandras. Máscaras parecidas al diablo. Huesitos que la piel apenas tapa. Y miedo, mucho miedo.
No miedo de las fieras de afilados colmillos, ni del diluvio, ni del terremoto...

Los niños tienen miedo de la camisa bien planchada, de los gemelos de oro, de la sonrisa de dientes perfectos con la que estos señores leen los titulares de los diarios y los discursos en los que la palabra libertad está marcada con resaltador amarillo... Y también tienen miedo de salir en las fotos que darán la vuelta al mundo mostrando su desesperación o sus tripas desparramadas por el suelo... porque han oído, alguna vez, y no lo han olvidado... que las fotos te roban el alma...
Poldy Bird