miércoles, 14 de noviembre de 2007

Radiocomunicaciones Conferencia Mundial condenó transmisiones ilegales desde EEUU a Cuba, avión militar usado por Bush para enviar señal de TV a Cuba

Reconocen ilegalidad de transmisiones de EEUU contra Cuba

Ginebra, 14 nov (PL) La Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones reconoció hoy la ilegalidad de las transmisiones que se realizan desde Estados Unidos contra Cuba, lo cual motivó la irritación de los representantes aquí de Washington.

Luego de tres semanas de negociaciones, el foro, que reúne a expertos de numerosos países, rechazó ese tipo de práctica.

Al respecto concluyó que "una estación de radiodifusión que funcione a bordo de una aeronave y transmita únicamente hacia el territorio de otra Administración sin su acuerdo", no está en conformidad con el Reglamento de Radiocomunicaciones.

Diplomáticos latinoamericanos consultados por Prensa Latina dijeron que "este esclarecimiento constituye un firme rechazo a las medidas aplicadas en los últimos años por el gobierno de Bush (George W.)".

Recordaron que en el 2004, la Casa Blanca decidió utilizar un avión militar C-130 como plataforma en el aire para enviar hacia Cuba las señales de televisión, con todos los peligros que entraña una acción de esa naturaleza.

Otros delegados en la reunión, que sesiona en esta sede alterna de Naciones Unidas, comentaron que en el 2006 se anunció el empleo de un nuevo avión G-1 con los mismos propósitos.

El Plenario anotó asimismo que pese a varias solicitudes de la Oficina de Radiocomunicaciones, Washington no ha eliminado la interferencia perjudicial que causan sus transmisiones a los servicios de difusión cubanos.

Sobre el particular, instó a la superpotencia del norte a adoptar las medidas necesarias para resolver este caso y pidió a la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) que informe acerca de los
progresos en el próximo cónclave de este tipo.

Las observaciones adoptadas sin votación por la Conferencia Mundial motivaron que la delegación estadounidense optó por desasociarse del acuerdo, y en claro desafío al plenario adelantó que continuará su política de transmisiones ilegales hacia Cuba.

Según participantes en el encuentro, Estados Unidos manifestó de esa forma el irrespeto al multilateralismo y proyectó una vez más su estilo prepotente en un evento internacional.

La delegación cubana valoró altamente la postura de la Conferencia, y denunció la ilegal agresión radioeléctrica a la que permanentemente ha estado sometida por parte del gobierno de los Estados Unidos desde 1959.

Un total de 22 trasmisores de radiodifusión de diferentes servicios sonoros y de televisión transmiten más de dos mil horas semanales hacia Cuba, con información falsa y manipulada, con alocuciones incluso de carácter terrorista, recalcó.

"No estamos en este caso ante una interferencia casual o no intencional, sino, como ha sido reconocido por el representante de los Estados Unidos, de una política deliberada de Estado", puntualizó la representación de la isla caribeña.

Jorge Zabalza tupamaro su biografía, Uruguay, dictadura militar, Punta Carretas prisión tortura, Nestor Kohan de Argentina opina


¿Se pueden enjaular los sueños? ¿Y domesticarlos?

A propósito de Cero a la izquierda

Una biografía de Jorge Zabalza

[Montevideo, Letraeñe Ediciones, 2007]

Néstor Kohan (Colectivo Amauta- Cátedra Che Guevara)

No entendemos nada. ¿Los Tupamaros en el gobierno? ¿A favor del capitalismo? ¿Defendiendo a las empresas multinacionales? ¿Promoviendo el perdón para los militares asesinos del pueblo uruguayo? Es cierto. Lo reconocemos. No entendemos nada. Tal vez no seamos los únicos...
Para todos aquellos que, como a nosotros, les cuesta entender, nada mejor que leer este libro. Sí, es una biografía, pero es muchísimo más que eso.

Se trata de la biografía de Jorge Zabalza, dirigente histórico del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), la guerrilla guevarista encabezada en Uruguay por Raúl Sendic.

Zabalza es uno de los célebres nueve dirigentes insurgentes (entre los que estaba Sendic) que fueron capturados y permanecieron rehenes durante once años de la dictadura militar.

Aunque ya había publicado cuatro libros propios (El Tejazo y otras insurrecciones; La estaca; El miedo a la democracia y Lo viejo y sabido), con este nuevo libro —escrito por Federico Leicht, el joven periodista que lo entrevistó— Zabalza rompe el silencio.

Rememora, recuerda, relata y cuenta, pero no para hundir, enlodar, delatar, pedir perdón y sentenciar con el dedo "ese no es el camino". De ningún modo. El jefe guerrillero habla, revela intimidades políticas, ventila secretos celosamente guardados, recupera clandestinidades y conspiraciones no siempre conocidas. Su finalidad apunta a contar la historia de los Tupamaros "no como un cuento de hadas".

Alguien podría acusarlo de indiscreto. Sin embargo, nada más lejos del libro de Zabalza que El oro de Moscú, aquel bodoque mercantil donde un antiguo militante del PC argentino, estrechísimamente ligado al mundo de la Unión Soviética y sus aparatos de inteligencia (KGB), comenzó en los años '90 a ventilar antiguos secretos ("las armas las pasábamos por aquella vía...", "el dinero lo obteníamos de la siguiente manera...") para recibir carta de ciudadanía y aceptación en el mundo burgués. No es el camino de Zabalza. Cuando el dirigente tupamaro de Uruguay revela secretos lo hace persiguiendo un objetivo totalmente opuesto. Con su polémica se propone denunciar e impugnar la adaptación del MLN y de la dirigencia histórica de Tupamaros al orden capitalista y dependiente de Uruguay y a la lógica institucional del Frente Amplio (FA).

¿De qué nos habla su libro? Del proceso de formación de la conciencia revolucionaria, no en "el hombre" en general, sino en un individuo de carne y hueso, cuya historia personal condensa gran parte de la historia política y las rebeldías de toda una generación. En páginas ágiles, llevaderas y a veces hasta divertidas —por lo menos, antes de la etapa de la tortura— el joven periodista y escritor Federico Leicht nos va llevando de la mano por mil estaciones de un viaje donde se encruzan los avatares singulares de Jorge Zabalza con la experiencia de todo un segmento de la izquierda uruguaya.

Por allí desfilan la bohemia juvenil, el departamento-bulín (que tenía 17 juegos de llaves repartidos por Montevideo...) de fiestas y parrandas, el alcohol, los amores, las luchas estudiantiles, una experiencia en un kibutz de Israel habiendo incursionado en la izquierda marxista judía de Uruguay (a través del grupo Hashomer Hatzaír [Guardia Joven] que llevaba el nombre del guerrillero socialista judío que encabezó el combate contra los nazis en el guetto de Varsovia), la estancia en París (donde trabajó cargando cajones en el mercado de Les Halles), el regreso a Uruguay, un primer intento fallido de ingresar al Movimiento de Liberación Nacional-MLN Tupamaros, el entrenamiento militar en la Cuba revolucionaria de los años '60 (a través de los contactos del Movimiento Revolucionario Oriental-MRO), nuevamente el regreso a Uruguay y, ahora sí, el ingreso efectivo en el MLN.

Allí aparece en escena Raúl Sendic y el primer contacto de Zabalza con él. Luego, los primeros experimentos guerrilleros urbanos y también rurales, las clandestinidades, la militancia política y la captura a manos de la represión militar. Entonces nos cuenta la fuga célebre del penal de Punta Carretas (junto a otros 110 guerrilleros), el reintegro a la lucha político-militar hasta la nueva captura.

En ese instante empieza el infierno. La tremenda crueldad, no de un militar aislado sino de todo un sistema de represión sin el cual América latina viviría de otra forma. A diferencia de las dictaduras militares de Argentina o Chile, la dictadura uruguaya mantuvo a la dirección histórica de la insurgencia del MLN-Tupamaros como rehenes. Nueve dirigentes repartidos en diversos cuarteles, rotando a lo largo de las guarniciones militares.

Al recorrer de la mano de Jorge Zabalza y Federico Leicht los once años de aislamiento y encierro en una jaula (con luz eléctrica las 24 horas), sin poder hablar con nadie ni hacer gimnasia, las torturas, los castigos, el verdugueo, al lector le surgen dos preguntas inequívocas. Una hacia el pasado, otra hacia el futuro.

La primera sería la siguiente: "¿Cómo los dirigentes guerrilleros, rehenes de la dictadura militar uruguaya, no se volvieron locos?". Al planteársela coloquialmente al compañero y amigo Zabalza, éste no duda un segundo en responder: "¡ Lo que sucede es que sí, efectivamente, nos volvimos locos! ¡Estábamos locos!". Y sin embargo, luego de años y años de aislamiento, tortura y tormentos, el volver a estar entre compañeros y compañeras, el reencontrarse en el seno del pueblo, la recuperación de los afectos, los hijos, los amores, los amigos, los compañeros sobrevivientes permite superar ese estado de locura al que los represores y torturadores militares quisieron llevar para siempre a los dirigentes revolucionarios.

La segunda pregunta podría resumirse así: "Ellos, los perros guardianes del poder, jamás nos tuvieron lástima ni clemencia. ¿Vamos a tenerla nosotros con ellos?". No resulta casual que el Che Guevara, quien algo sabía de estas cuestiones, luego de meditar mucho escribió " Un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal".

En todo ese itinerario, la curva de variación de la experiencia de vida de Zabalza rompe la trayectoria habitual de aquellos que se suben al caballo por la izquierda y se bajan por la derecha. Es decir de aquellos que nacen en una cuna de oro, incursionan en la rebeldía (incluso en las más radicales) para terminar institucionalizados o administrando las propiedades de papá. En el caso de este dirigente tupamaro, nacido en una familia acomodada e hijo de un senador del Partido Nacional de Uruguay, esa trayectoria se desdibuja, se pierde y adopta otros rumbos. En lugar de transitar por la ruptura familiar (como tantos otros rebeldes de la década del 60 y el '70) para culminar incorporados a un ministerio, a un despacho, con dos secretarias, un automóvil carísimo, relojes de oro, trajes, el ceño fruncido y el cinismo a flor de piel... Zabalza llega a la madurez viviendo en un barrio popular de Montevideo, trabajando en una carnicería e impugnando a toda la clase política uruguaya, especialmente a los antiguos revolucionarios que hoy viven de las glorias del pasado, lustrando sus medallas guevaristas oxidadas y administrando mansamente el capitalismo que otrora supieron combatir. (Cualquier parecido con casos similares de Argentina... no es pura casualidad).

El libro, sumamente polémico, tiene un doble destinatario. Su mensaje es muy claro en ese aspecto.

Por un lado, se dirige a los antiguos dirigentes guerrilleros uruguayos. Con esas revelaciones Zabalza pone en una encrucijada a Pepe Mujica, a Eleuterio Fernández Huidobro y a otros connotados ex tupamaros que hoy dirigen la política en Uruguay. Zabalza los pone en un brete y los arrincona contra la pared: o se hacen cargo de esa historia de insurgencias, conspiraciones e insurrecciones (que se prolongan hasta mediados de los años '90) o reniegan de la historia.

Por otro lado, Zabalza interpela a la juventud, a las nuevas camadas de revolucionarios que comienzan a foguearse hoy en la lucha callejera, el mundo estudiantil, la militancia sindical y territorial. Zabalza le dice a este segmento algo sencillo, transparente y sin ambigüedades: Rebelarse es legítimo y vale la pena. ¿No era ese, precisamente, el corazón del pensamiento marxista que tanta vida institucional termina triturando en el mundo contemporáneo? ¿No era ese, justamente, el núcleo de rebeldía radical que enseñaron tanto Lenin como el Che Guevara y que tantos posmodernos hoy intentan desprestigiar y ensuciar? Este elogio de la rebeldía no surge de un adolescente inexperto e inmaduro sino de un militante experimentado, marcado por mil batallas, dolores y alegrías, en los recuerdos y en el cuerpo.

Si la primera mitad del libro resulta la más impactante para los lectores de una generación posterior a la de Zabalza (porque allí se retrata la historia heroica y legendaria de los Tupamaros), la segunda mitad posee un poder de impacto no menos contundente. Esto se explica porque allí aparece la historia más reciente del MLN en tiempos de "capitalismo democrático y nacional a la uruguaya", esto es, desde 1984 hasta la actualidad. Un cuarto de siglo de vida republicana y constitucional que terminó de realizar la tarea que los militares no llegaron a completar: la neutralización, la institucionalización y, finalmente, la cooptación de gran parte de la izquierda uruguaya. No sólo del progresismo tradicional del Frente Amplio sino también, y principalmente, del movimiento tupamaro.

En este último rubro, Zabalza muestra con hechos concretos, hasta ahora desconocidos, que en el MLN-Tupamaros convivían dos perspectivas de fondo: la revolucionaria e institucional y la "pragmática" y posibilista que terminó predominando con dirigentes políticos renombrados como Fernández Huidobro o Mujica. Esas revelaciones del libro Cero a la izquierda son tan importantes que la semana pasada (noviembre 2007) motivaron, por ejemplo, una batahola (con trompadas y empujones generalizados) en el parlamento uruguayo, a la vista de todo el mundo.

De cualquier modo, más allá de las múltiples anécdotas y los relatos históricos, lo que el testimonio de Zabalza aporta es una enseñanza mucho más general. No estamos predeterminados de antemano. " Cambiaron los hábitos de comida y la forma de vestir. Nuestras manos y nuestros olores cambiaron. Suicidio total. Somos otros", reconoce este antiguo hijo de la burguesía que emprendió una ruptura radical con ese mundo fácil y vacío que lo vio nacer. Para ello puso en juego su vida a lo largo de décadas y hoy, desde un barrio popular y una carnicería, continúa batallando contra ese mundo burgués, injusto, sucio, mugriento. ¿Es, acaso, una trayectoria muy distinta a la que experimentó el joven Ernesto Guevara? ¿Y Mario Roberto Santucho?

¡Sí!, se puede vivir de otra manera. La rebelión es posible, es deseable, es necesaria. La creación de mujeres y hombres nuevos no es una locura. Ni la tortura, ni las jaulas, ni el aislamiento podrán aplastar ese sueño cotidiano. De eso, tan sencillo, tan simple, tan terrenal y sin embargo poético, habla este libro.

Hugo Moreno Peralta, CESAL Berlín, Alemania, Viña del Mar, Chile, ¡No se calle Hugo Chávez!


www.cesal_ev_berlin@yahoo.es
Prof. Dr. Hugo Moreno Peralta
Casilla 8129, Viña del Mar 2, Chile.

Berlín, doce de noviembre de dos mil siete.

EXCELENTISIMO SEÑOR PRESIDENTE: HUGO CHAVEZ FRIAS, ¡NO SE CALLE!

Frente a las groseras e impertinentes llamadas a callar de Juan Carlos de Borbón, rey de España, designado por el dictador fascista Francisco Franco, usted, como Presidente democráticamente electo por su pueblo, no debe callarse. Cuando usted habla lo está haciendo por los pueblos marginados, explotados, los sin voz ni voto de la Patria Continente, Latinoamerica. Cuando habla el Borbón, lo hace defendiendo los intereses de los ricos, de los empresarios, del capitalismo salvaje globalizado/globalización del capital…

Los paniaguados, epigonos del maldito imperialismo yanqui globalizado y los medios mediaticos de éste, han aplaudido los exabruptos de dicho monarca, impuesto al Pueblo Español, después de una brutal guerra civil y décadas de dictadura fascista que costó más de un millón de víctimas a los pueblos que constituyen España.

Señor Presidente Chávez Frías, recuérdele al monarca de España:

- La destrucción de los pueblos y sus culturas de la Patria Continente en manos del conquistador Español. ¿Cuántos millones de muertos, cuantos saqueos?. Recomiéndele para que refresque su memoria leer “las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano”. Recuérdele que el primer desaparecido latinoamericano por la monarquía parasita española fue el Libertador Francisco de Miranda, desaparecida desde las mazmorras de Cádiz….

Pero lo que más nos interesa, es que le recuerde al Borbón, la tragedia que vive el Pueblo de Puerto Rico, por culpa de la monarquía española y del imperialismo yanqui globalizado ¿Qué ha hecho el rey de España, para palear en parte el daño, la tragedia que la monarquía le causará al Pueblo Boricua, cuando lo entregó al imperio, como botín de guerra.

El año 1978, el Cesal e V Berlín y la Universidad de Humboldt, hicieron un llamado a los pueblos Latinoamericanos y a la opinión pública mundial a redoblar la solidaridad con el Pueblo de Puerto Rico. El estatus colonial de Puerto Rico, en lo económico, respecto a sus recursos naturales, han sido explotados en provecho exclusivo del imperio estadounidense. En lo cultural, las raíces de la nacionalidad del querido Pueblo Boricua se mantienen arrinconadas, menospreciadas ante la penetración e imposición de los moldes de la sociedad de consumo estadounidense que le ofrece: drogas, cesantía, rambos, explotación, enajenación, etc. sólo la burguesía parasita encadenada es feliz con la limosna que recibe del amo yanqui.

Recordemos las palabras del Dr. Ramón E. Betances, padre de la Patria de Puerto Rico, antes de su muerte, ocurrida en París el 16 de Septiembre de 1898,: “no quiero colonia, ni con España ni con Estados Unidos”. Otro patriota Boricua, Albizú Campos, exige la plena soberanía de su Pueblo: Para quitarnos la Patria, primero tienen que quitarnos la vida” ...

“La prensa libre”, impuesta por el imperialismo yanqui ha aplaudido y aplaude al Borbón por sus groseras e impertinentes llamadas a callarse a un representante legitimo del soberano Pueblo de Venezuela, el Presidente Hugo Chávez Frías. Sin lugar a dudas el Presidente Bolivariano, pensando en el maestro Libertador de la Patria Continente, José Martí, hizo sus denuncias en la reunión de Santiago de Chile: “callar hasta hoy, ha sido cuerdo. El callar desde hoy, sería imprudente…”.

Como colofón tenemos que denunciar a la monarquía española que tanto defienden los hijos y nietos del dictador fascista Franco, desde el Partido Popular, por su postura hipócrita como defensores de la libertad, la constitución y del Estado de Derecho en España, olvidándose de las barbaries de la guerra civil, que significó, además del millón de victimas asesinados por la barbarie fascista de la cual ellos son los responsables.

En nombre de los sin voz ni voto de la patria continente, Latinoamerica, Excelentísimo señor Presidente de Venezuela, Comandante, Hugo Chávez Frías, ¡no se calle!

Dr. Hugo Moreno Peralta
Director
Cesal e V Berlín,
Alemania

Julio Mella, Froilán González, Tina Modotti, Adys Cupull, Dublin, New Orleans, Partido Comunista Cuba, Universidad, "Así mi corazón" asesinato México



El más novedoso libro de los escritores e historiadores Adys Cupull y Froilán González acaba de invadir las librerías de La Habana, Así mi corazón, con valiosos apuntes biográficos sobre Julio Antonio Mella, el revolucionario cubano y líder continental que a los 25 años de edad fuera asesinado en México, cuyo atentado terrorista ordenaran, en 1929, el tirano Gerardo Machado y el imperialismo norteamericano.

Sobre este joven, parafraseando a Martí, los autores de la obra dicen haberlo vislumbrado ceñido a la estrella que lo envolvió en su manto de luz, y creció, y subió en la sombra, y se paró en el yugo para lucirla en su frente, porque logró ser como los astros y como los hombres que sienten como sentirían las entrañas de la Tierra, los senos de los mares y la inmensidad continental.

Al abrir el libro, con más de 205 páginas, sorprende al lector una reflexión de Mella que motivara el título del mismo: ¿Cómo puede el Amazonas, cuando está desbordado, preocuparse de la conveniencia que para aumentar su caudal pueda tener, una nube que pasa cargada de agua, si esta se rompe en llovizna? Así mi corazón. Estructurado en unos 120 capítulos, el libro al final incluye una memoria gráfica con abundantes fotos de Mella niño, joven, con sus padres, hermano e hija, así como de las mujeres que amó, lo que junto con las narraciones contribuyen a un profundo acercamiento a esta indispensable figura de la historiografía cubana.

Los primeros capítulos abordan la infancia de Julio Antonio, calificada por él de dolorosa y mártir. Fueron sus padres Nicanor Mella Brea, nacido en República Dominicana, en 1851, y Cecilia Mac Partland y Reilly, una bella mujer nacida el 26 de julio de 1882, en un pueblo cerca de Dublìn, capital de Irlanda. Ellos se conocieron en Nueva Orleáns, Estados Unidos, cuando Cecilia apenas tenía veinte años de edad y él, cincuenta y tres, poco después se trasladaron a La Habana donde fundaron su hogar en la calle Obispo no. 67; aquí les nació el primer hijo, 25 de marzo de 1903, al que nombraron Nicanor Mac Partland y Diez, pero sería conocido en el ámbito nacional e internacional como Julio Antonio Mella. La madre siempre lo llamó Lamy.

De pequeños, Julio Antonio y su hermano, Cecilio, estuvieron rodeados del inmenso cariño de los padres y bajo los cuidados esmerados, de la nana Longina O’Farrill, una hermosa muchacha negra, que inspiró a uno de los más célebres compositores cubanos, Manuel Corona, para su reconocida canción dedicada a ella. Según la investigación de los escritores, Longina determinó mucho en el carácter templado, los sentimientos y la férrea voluntad de Julio Antonio. Fue ella quien le enseñó a conversar en español y el gusto por las comidas criollas y la música cubana, e influyó en el hábito de efectuar paseos por la orilla del mar, mientras lo estimulaba a que aprendiera a nadar y a escalar la colina del Castillo del Morro.

Pero no todo sería color de rosa para los muchachos, pues cuando la madre enfermó de pulmonía, ella sola regresó a Nueva Orleáns para ingresar en un sanatorio. Entretanto, Julio Antonio con 7 años, y Cecilio, con 5, quedaron al amparo del padre y de la madrastra, Mercedes, una buena mujer con quien Nicanor había contraído matrimonio mucho antes de conocer a Cecilia. Una de las hijas de Mercedes y Nicanor, o sea una medio hermana de Julio Antonio, llamada Josefina, no soportó la presencia de los dos muchachos en su casa materna y los sometió a un régimen de vida tenso, discriminatorio, lleno de discusiones. De ahí que Julio Antonio años después evocara una infancia desdichada.

No obstante, al no haber estrechez económica en la familia, los hermanos pudieron estudiar en escuelas privadas, como la de los Escolapios de Guanabacoa, en las cuales sufrieron desprecio, burlas y hasta abusos, dada la condición de hijos naturales. Desde esa época, Julio Antonio se revelaba ante cualquier dogma e injusticia. Por las noches disfrutaba de los pasajes de las guerras pasadas por la libertad de Cuba o de República Dominicana, contadas por el padre, un hombre culto, bien informado que dominaba los idiomas inglés y francés, aficionado a la lectura, por lo cual poseía en la casa una importante biblioteca. Asimismo, Julio Antonio a través de las historias que el padre le narraba aprendió a admirar a los próceres independentistas José Martí, Antonio Maceo, Máximo Gómez y a su abuelo paterno, el general dominicano Ramón Matías Mella y Castillo. La casa era visitada, entre otros amigos del padre, por Emilio Roig de Leuchsenring, historiador que estudiara profundamente y escribiera sobre el imperialismo. Bajo ese ambiente de influencias y pensamientos martiano y antiimperialista se forjaba la ideología del futuro y excelso joven.

A los autores de Así mi corazón no se le escaparon los detalles sobre las estancias, en diferentes épocas, de los hermanos en Estados Unidos, donde Julio Antonio, a los 14 años de edad, fue reclutado (1917), luego de haber estallado la Primera Guerra Mundial, y la devoción del adolescente por uno de los profesores de la Academia Newton de nacionalidad mexicana, el poeta y político Salvador Díaz Mirón, quien había conocido a José Martí. Ya entonces Mella llamaba la atención por sus buenos modales, el porte atlético y su manera entusiasta y enérgica de hablar. Solía boxear y practicar remos, cuya disciplina le era impartida por el instructor norteamericano Smith. Hacia 1919 matriculó en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana; estudió Enseñanza Cívica; escribió un libro de poemas; se enamoró de Silvia Masvidal y en 1920, viajó a México para intentar realizar estudios militares, uno de sus sueños, etapa en la cual escribiera cuarenta y siete crónicas, caracterizadas por una filosofía e ideología propias, muy definidas contra el imperialismo estadounidense. Más adelante, la obra describe una guerra civil en la tierra azteca, de la cual Mella resultó ser testigo durante el padecimiento de una fuerte gripe, y de cómo decidió penetrar indocumentado en territorio de Estados Unidos, de la misma forma que lo hacían los braceros, por lo que no tardó en ser detenido e internado en un hospital. Este relato es continuado por los referidos a los regresos a México y a Cuba, posteriormente; la vuelta al Instituto de Segunda Enseñanza, así como el ingreso en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana, donde comenzó a firmar en documentos oficiales con los nombres que deseaba ser reconocido: Julio Antonio, y el primer apellido que le pertenecía, Mella. Es en la Universidad donde Julio Antonio Mella mostró su vocación y facilidad para la literatura y se da a conocer muy en especial como periodista y crítico. Sus documentos y artículos son importantes testimonios de la lucidez política, cultural y humana que alcanzó en su corta vida el líder estudiantil cubano, tal como enfatizan en el libro Así mi corazón los autores Adys Cupull y Froilán González.

Mella se convirtió en pilar del movimiento reformista de la Universidad: “La lucha es de vida o muerte, si perdemos, se pierde todo, el curso, el honor de la Universidad (...) Hagamos todo por el triunfo...” En otras páginas se refleja además de la intensa actividad estudiantil y política de Julio Antonio, la entrega del joven al deporte, incluida su participación en diferentes competencias y la obtención de medallas. De igual manera, no quedan inadvertidos relatos sobre el noviazgo y la boda de Julio Antonio con Margarita Zaldívar Freyre (1924); el nacimiento de su hija Natacha; el último día en la Universidad (26 de noviembre de 1925); las impresiones que Mella causara en el famoso trovador y compositor cubano Sindo Garay y en el argentino José Ingenieros, tras ellos haberlo conocido personalmente; las lecturas de Mella; las visitas respectivamente a Moscú y París, la cual le pareció: una ciudad hecha a modo de beso. Numerosos son los capítulos que tratan sobre la trayectoria revolucionaria de Julio Antonio Mella, entre estos los subtitulados: “Protestas en la Universidad; Liga de estudiantes Pan-Americanos”; “La Universidad Popular José Martí”; “Contra el fascismo”; “Nace el Partido Comunista Cubano”; “Mella en prisión”; “Huelga de Hambre”; “Vida clandestina”; “El congreso imperialista”; “Amor entre Tina y Mella”. Concluye el novedoso libro publicado por la Editorial Abril, Así mi corazón, con los últimos momentos vividos por Julio Antonio Mella, en México, donde continuó destacándose como líder continental. Aquella fría noche del 10 de enero de 1929, en la agonía de la muerte, sostenido por los brazos de la amada italiana, Tina Modotti, logra expresar: Muero por la Revolución.