viernes, 15 de octubre de 2010

REFLEXIONES DEL COMPAÑERO FIDEL CASTRO, EL IMPERIO POR DENTRO, (III, IV Y V PARTE)

 

El imperio por dentro

(Tercera parte)

 

"CAPÍTULO 15

"El Almirante  Mullen compareció ante el Comité de Servicios Armados del Senado para su audiencia de confirmación con vista a un segundo mandato de dos años, dos días después de la primera sesión dedicada a la estrategia.  En su alegato el Almirante se refiere a la estrategia sugerida por McChrystal y añade que esto 'probablemente signifique más tropas'.

"Cuando Obama supo del testimonio de Mullen, le hizo saber a su equipo cuán descontento se sentía al saber que Mullen públicamente estaba apoyando la estrategia de McChrystal. El Almirante declaró que 'el talibán había crecido tanto en tamaño como en complejidad', y que por eso apoyaba los esfuerzos encaminados hacia una contrainsurgencia con los recursos adecuados. ¿Acaso el Almirante ignoraba lo que Obama había dicho apenas dos días antes? ¿No le había dicho el Presidente  a todos los presentes, Mullen incluido, que ninguna de las opciones parecía adecuada, que era necesario que ellos desafiaran sus propias presunciones y que iban a tener cuatro o cinco sesiones de debate sobre este asunto? ¿Qué era lo que estaba haciendo el principal asesor militar del Presidente al informar públicamente estas conclusiones preliminares?

"En la reunión de los principales del Consejo de Seguridad Nacional se evidenciaba que estaban furiosos.  Los Generales y Almirantes constantemente le están cerrando el paso al Presidente.

"Emmanuel comentó que lo que se movía entre el Almirante y Petraeus no era correcto, que todo el mundo había apoyado públicamente la noción de que hacía falta enviar más tropas. El Presidente ni siquiera había tenido una oportunidad.

"Morrell opinaba que Mullen podía haber evitado la controversia en su audiencia, simplemente diciendo que su función era la de asesor militar principal del Presidente de los Estados Unidos y del Secretario de Defensa, y que debía darles sus recomendaciones a ellos primero en privado antes de anunciarlas públicamente y que no consideraba adecuado compartirlas antes con el Comité.

"Morrell pensaba que todo era parte de la compulsión que sentía Mullen por comunicar, fortalecer la prominencia y la estatura de su posición.  Tenía una página en Facebook, una cuenta en Twitter, videos en YouTube y un sitio web llamado 'Los viajes con Mullen: una conversación con el país'.

"El propio Mullen al salir al lobby descubrió que él mismo era el tema de  una acalorada controversia.

"Emmanuel y Donilon le preguntaron: ¿Cómo se supone que nosotros enfrentemos este asunto? Tú has dicho esto,  y ¿qué debemos decir nosotros?

"Emmanuel agregó que esta noticia iba a hacer titulares en todos los noticieros nocturnos.

"Mullen quedó sorprendido.  La Casa Blanca sabía de antemano lo que él iba a decir, pero en su testimonio no había dado cifras específicas de tropas.  Fue tan amorfo como pudo.  Pero en su audiencia de confirmación él tenía que decir la verdad y la verdad era que él compartía la noción de la necesidad de una contrainsurgencia. 'Eso es lo que yo pienso', dijo. ¿Cuál era su alternativa?

"Donilon se preguntaba por qué Mullen había tenido que usar la palabra 'probablemente', y por qué no había dicho 'no sé'. Eso hubiera sido mejor.

"El titular de la primera página de The Washington Post de la mañana siguiente rezaba: 'Mullen: 'Probablemente' se necesiten más tropas.'

"Obama convocó al General retirado Collin Powell a una reunión privada en la Oficina Oval el 16 de septiembre. Siendo Republicano, Powell le había dado un fuerte apoyo a Obama durante su campaña.

"Refiriéndose a Afganistán, Powell le comentó que no se trataba de una decisión que se tomaba una sola vez, que ésta era una decisión que iba a tener consecuencias para una gran parte de su gobierno. Le recomendó: 'Sr. Presidente, no se deje presionar por la izquierda que quiere que usted no haga nada. No se deje presionar por la derecha que quiere que usted lo haga todo. Tómese su tiempo y decida usted mismo.'

"Y también le recomendó que no se dejara presionar por los medios de prensa, que se tomara su tiempo, que recopilara toda la información que necesitara para garantizar que después se iba a sentir cómodo con la decisión tomada.

"Si usted decide enviar más tropas, o si eso es lo que usted piensa es necesario hacer, asegúrese de comprender bien qué es lo que van a hacer esas tropas y trate de tener alguna certeza de que el envío de tropas adicionales va a redundar en un éxito. Usted no puede garantizar el éxito en un teatro de operaciones tan complejo como el de Afganistán, que se complica cada vez más con el problema de Pakistán al lado.

"'Usted tiene que garantizar que la base de este compromiso suyo va a ser sólida, porque en estos momentos es un poco suave' dijo Powell, refiriéndose a Karzai y a la corrupción generalizada que existe en su gobierno.

"El Presidente no apoyaba plenamente una operación de contrainsurgencia, porque eso significaba asumir la responsabilidad de Afganistán por un largo período de tiempo.

"El Presidente dijo que cuando se recibiera la valoración hecha por McChrystal, era evidente que todo el mundo tenía que reunirse en un salón a fin de garantizar que todo el mundo estuviese cantando a partir del mismo cantoral.

"CAPÍTULO 16

"El 29 de septiembre Jones convocó a los principales del Consejo de Seguridad Nacional para un debate de dos horas, a modo de ensayo para la reunión del día siguiente, sin la presencia del Presidente.

"Cualquiera que hubiese visto un video de la reunión probablemente se alarmaría.  Ocho años después de haber comenzado la guerra, aún se batallaba por definir cuáles eran los objetivos principales.

 "Biden había escrito un memorando de seis páginas exclusivamente para el Presidente, cuestionando los informes de inteligencia sobre los talibanes.  Los informes presentaban al Talibán como el nuevo Al Qaeda.  Como los talibanes eran los que combatían contra los estadounidenses, se había hecho usual que los árabes, los uzbecos, los tayikos y los chechenios cruzaran hacia Afganistán para lo que ellos llamaban 'el verano del yihad'.

"Biden indicó que estas cifras eran exageradas, que el número de combatientes extranjeros no sobrepasaba los 50 o los 75 cada vez.

"El miércoles 30 de septiembre el Presidente  celebró la segunda reunión para analizar el problema de Afganistán y Pakistán.  Esta vez el grupo de asistentes era mayor. Petraeus estaba presente.

"El Presidente preguntó: '¿Hay alguien aquí que piense que debemos irnos de Afganistán?' Todos quedaron en silencio.  Nadie dijo nada.

"'Bien', dijo el Presidente, 'ahora que podemos prescindir de eso, continuemos.'

"Obama también quería alejarse del tema de Afganistán durante el resto de la sesión.

"'Comencemos por lo que nos interesa, que es realmente Pakistán, no Afganistán', dijo.  'De hecho, si quieren, les pueden decir a los líderes pakistaníes que no nos vamos a ir de Afganistán.'

"Obama estableció las reglas para el resto de la sesión. 'Realmente quiero centrarme en los Estados Unidos. Considero que existen tres objetivos claves.  Uno de ellos es proteger a los Estados Unidos, a sus aliados y a sus intereses en el extranjero. Dos, la preocupación acerca de la estabilidad y las armas nucleares en manos de Pakistán. Y si estoy centrando mi atención en los Estados Unidos, ¿existe acaso alguna diferencia entre los peligros que emanan de Al Qaeda o del Talibán?'

"Lavoy y Petraeus hicieron sus intervenciones.  McChrystal  hizo una presentación sobre lo que él llamaba 'El Camino' hacia su valoración inicial.

"Obama expresó: 'Bien, ustedes han hecho su trabajo, pero hay tres nuevos acontecimientos: los pakistaníes se están comportando mejor; la situación en Afganistán es mucho más seria que lo que anticipábamos; y las elecciones afganas no dieron como resultado el punto de viraje que esperábamos ―un gobierno más legítimo.'

"Biden favorecía el presupuesto, impugnado por el Presidente, de que Pakistán evolucionaría de la misma forma que evolucionaría Afganistán.

"Robert Gates proponía tener en cuenta los intereses en el exterior y los aliados.

"Hacia el final de la reunión Hillary preguntó de qué forma se utilizarían las tropas adicionales, a dónde irían, si iban en calidad de asesores, y cómo se aplicarían las lecciones aprendidas en Irak.

"Los análisis de inteligencia al más alto nivel nunca fueron concluyentes acerca de una acción en Afganistán en estos momentos. Un Afganistán completamente desestabilizado tarde o temprano desestabilizaría a Pakistán. De modo que la interrogante ante el Presidente y su equipo era la siguiente: ¿Podían los Estados Unidos asumir ese riesgo?

"Gates se reunió con el embajador pakistaní, Haqqani, en los Estados Unidos. Tenía que hacerle llegar un mensaje explícito del Presidente: no nos íbamos de Afganistán. Haqqani se refirió a una larga lista de cosas que el ejército pakistaní necesitaba. El Congreso había aprobado un fondo de  400 millones de dólares en mayo para mejorar el arsenal de la contrainsurgencia.  Haqqani abordó el problema de los 1 600 millones que los Estados Unidos le debían al ejército de Pakistán por permitirle llevar a cabo operaciones militares a lo largo de la frontera. Después del 11 de septiembre, los Estados Unidos habían creado una cuenta de gastos a favor de Pakistán y de otros países, llamada Fondo de Apoyo a la Coalición, con la cual se les reembolsaba a los aliados por la ayuda prestada.

"CAPÍTULO 17

"Obama se reúne con un grupo bipartidista de aproximadamente 30 líderes del Congreso con el fin de darles una información actualizada sobre  la revisión de la estrategia.

"Varios legisladores criticaban el enfoque de Biden que defendía una ofensiva antiterrorista. Lo interpretaban como una forma de reducir la presencia de los Estados Unidos.

"Biden aclaró que no estaba defendiendo una política que implicara una operación realizada sólo con el uso de Tropas Especiales.

"El Presidente tuvo que aclarar que nadie estaba hablando de abandonar Afganistán.

"McCain dijo que sólo esperaba que la decisión no fuese tomada a la ligera y que respetaba el hecho de que la decisión la debía tomar Obama como Comandante  en Jefe.

"Obama le respondió: 'le aseguro que no estoy tomando ninguna decisión a la ligera. Y usted tiene toda la razón. La decisión la tengo que tomar yo y yo soy el Comandante en Jefe.'

"Obama continuó diciendo: 'nadie siente tanta urgencia en tomar esta decisión ―y hacerlo de la manera correcta― como yo.'

"Ese mismo día a las 3:30 de la tarde Obama volvió a reunir a su equipo para analizar la situación de Pakistán.

"El consenso dentro de la comunidad de inteligencia era que la situación en Afganistán no se iba a resolver si no había relaciones estables entre la India y Pakistán.

"Mullen apuntaba que  los programas de colaboración entre los ejércitos de los Estados Unidos y Pakistán habían ascendido a  casi 2 000 millones al año, por concepto de equipamiento, entrenamiento y otras empresas.

"Hubo sugerencias de abrir nuevas instalaciones en Pakistán con el fin de infiltrar fuentes de información en las tribus e incluir a asesores militares estadounidenses en las unidades pakistaníes.

"Obama aprobó todas las acciones en el terreno.  Era inusual recibir una orden inmediata del Presidente, pues hasta el momento en las sesiones de trabajo se hablaba mucho y no se tomaban decisiones.

"CAPÍTULO 18

"Por fin McChrystal tenía la oportunidad de presentar su opción para el incremento de tropas sólo ante los principales (Obama no estaba presente) el 8 de octubre.

"La esencia de su exposición, con 14 diapositivas, era que  las condiciones en Afganistán eran mucho peor que lo que se pensaba, y que sólo una ofensiva contrainsurgente que contara con plenos recursos podía remediar la situación.

"Jones dijo que había preguntas aún sin responder, y anotó en su libreta que  era imposible  poner en práctica cualquier estrategia para Afganistán que no abordara el problema de los santuarios en Pakistán.

"McChrystal planteaba tres opciones:

"1.   de 10 000 a 11 000 efectivos para entrenar a las fuerzas de seguridad afganas.

"2.   40 000 efectivos para proteger a la población.

"3.   85 000 efectivos para el mismo propósito.

"McChrystal aclaró que el objetivo en este caso no era derrotar al talibán sino degradarlo, o sea, impedir que volviesen a tomar el control de partes claves del país.

"Hillary  preguntó si era posible llevar a cabo la misión de degradación con un menor número de tropas, y el General le respondió que no, que él abogaba por los      40 000 efectivos.

"Al día siguiente Obama despertó con la noticia de que le habían otorgado el Premio Nobel de la Paz.

"Esa misma tarde a las 2:30 el Consejo de Seguridad Nacional en pleno tendría una sesión de trabajo con el Presidente.  Éste comenzó la reunión pidiéndoles a todos que le dijeran qué debía hacerse con la guerra.

"Lavoy comenzó hablando sobre Pakistán y su obsesión con la India, y que los pakistaníes tenían reservas acerca del compromiso de los estadounidenses.

"McChrystal  dijo que a menos que la misión cambiara, él presentaba las mismas opciones.

"Eikenberry resumió en 10 minutos sus opiniones, que eran bastante pesimistas. Coincidía con el hecho de que la situación se estaba deteriorando y que era necesario enviar más recursos, pero pensaba que la ofensiva contrainsurgente era muy ambiciosa.

"Gates recordó que todos se habían abrazado a sólo tres opciones:

"1.  Contrainsurgencia, es decir, construcción de la                  nación.

"2.  Antiterrorismo, que muchas personas piensan se   trata de misiles lanzados desde un buque en el                         océano.

"3.  Antiterrorismo plus, la estrategia propuesta por el vicepresidente.

"Pero evidentemente había más opciones y no sólo estas tres. Gates agregó que era necesario redefinir el objetivo y que probablemente los Estados Unidos estaban tratando de lograr más que lo que se podía alcanzar.

"Petraeus concluyó: 'Nosotros no vamos a destruir al Talibán, pero necesitamos negarle el acceso a  zonas pobladas y líneas de comunicación claves para contenerlos.' 

"Biden preguntó: '¿Cuál sería el mejor estimado de tiempo para que las cosas marchen en la dirección correcta? Si dentro de un año no hay un progreso palpable, ¿qué hacemos?'

"No hubo respuesta.

"Biden insistió: 'Si el gobierno mejora y ustedes reciben las tropas, ¿cuál sería el impacto?'

"Eikenberry respondió que si bien los últimos cinco años  no habían sido muy esperanzadores, había habido pequeños progresos, y que se podía capitalizar en ellos, pero que no se debían esperar avances significativos en los próximos seis a doce meses.

"CAPÍTULO 19

"Le tocaba el turno a Hillary en la reunión del 9 de octubre. Hillary dijo que el dilema era decidir qué era lo primero, si más tropas o un mejor gobierno; que para  evitar el colapso se necesitaban más tropas, pero que ello no garantizaba el progreso.

"Preguntó si era posible el logro de los objetivos en Afganistán y Pakistán sin el compromiso de enviar más tropas. Ella misma respondió que la única forma de lograr que el gobierno cambiase era enviando más tropas, pero que aún así no había garantías de que esto diera resultado. 

"Añadió que todas las opciones eran difíciles e insatisfactorias y agregó: 'Nosotros sí tenemos un interés de seguridad nacional en garantizar que  el Talibán no nos derrote. Lo mismo ocurre con la destrucción de Al Qaeda, que sería difícil sin Afganistán. Es una opción extremadamente difícil, pero las opciones son limitadas, a menos que nos comprometamos  y obtengamos una ventaja psicológica.'

"Mullen se hizo eco de otros comentarios de línea dura.  Dennis Blair sugirió que la política interna podía ser un problema por el número de bajas, pues el mes anterior la cifra había ascendido a 40, el doble de la del año anterior. Él se preguntaba si valdría la pena.  La respuesta era que el pueblo lo iba a apoyar en tanto creyera que había logros.

"'Por primera vez el Presidente tendría una estrategia elaborada por el gabinete de guerra en pleno, y podremos decirle al pueblo de los Estados Unidos lo que estamos haciendo', dijo.

"Panetta opinaba lo siguiente: 'Usted no se puede ir.  No puede derrotar al Talibán.' 'Ellos no estaban hablando de la posibilidad de implantar una democracia al estilo de la de Jefferson en Afganistán', decía Panetta, quien consideraba que ésta era la base para reducir la misión de los Estados Unidos y aceptar a Karzai a pesar de sus defectos. Según Panetta, la misión era luchar contra Al Qaeda y garantizar que no existieran santuarios.  Era necesario trabajar con Karzai.

"Susan Rice dijo no haber tomado aún una decisión, pero que pensaba era necesario reforzar la seguridad en Afganistán para derrotar a Al Qaeda.

"Holbrooke dijo que se necesitaban más tropas; la cuestión era saber cuántas y cómo utilizarlas.

"John Brennan preguntaba qué era lo que se trataba de lograr, pues las decisiones en materia de seguridad que se adoptaran aquí serían aplicadas también en otras regiones. Si se tratara de un gobierno no corrupto, que prestara servicios a toda la población, eso no se iba a lograr mientras él estuviese vivo.  'Es por eso', decía él, 'que las palabras 'éxito', 'victoria' y 'ganar' complican nuestra tarea.'

"Habían transcurrido ya dos horas y media. El Presidente dijo que esas reuniones habían dado como resultado una definición útil del problema, que estaba emergiendo una nueva definición.

"'Esto no lo vamos a resolver hoy', dijo Obama. 'Ya hemos reconocido que no podremos derrotar completamente al Talibán.'

"Obama dijo que si aprobaba el envío de 40 000 tropas, eso no bastaría para una estrategia de contrainsurgencia que cubriera a todo el país.

"Obama preguntaba si era posible llevar a los afganos al punto de que les permitieran a los Estados Unidos retirarse en un período de dos, tres, cuatro años.

"'No podemos mantener un compromiso por tiempo indefinido en los Estados Unidos', dijo Obama. 'No podremos mantener el apoyo interno y el de nuestros aliados sin dar ninguna explicación que incluya los límites de tiempo.'

"Holbrooke regresó a su oficina en el Departamento de Estado, donde el personal se quejaba de que se mantenían despiertos toda la noche redactando análisis que nadie se leía.

"Holbrooke respondió que la persona a la cual estaban dirigidos sí se los leía.  Que las noches en vela no habían sido en vano y que debían preparar un nuevo paquete de informes para el Presidente." Así concluye la síntesis de los capítulos 15 al 19, de los 33 que contiene "Las guerras de Obama".

Ayer se anunciaba la publicación, casi simultánea, de otro libro, "Conversando conmigo mismo", con prólogo de Barack Obama. Pero esta vez la edición verá la luz en 20 idiomas. Según se afirma, contiene cartas y documentos importantes de la vida de su autor: nuestro conocido y estimado amigo Nelson Mandela.

En los años finales de su cruel encierro, Estados Unidos convirtió el siniestro régimen del apartheid en potencia nuclear, suministrándole más de media docena de bombas nucleares, destinadas a golpear las fuerzas internacionalistas cubanas, para impedir su avance en el territorio ocupado por Sudáfrica en Namibia. La aplastante derrota del ejército del apartheid en el Sur de Angola dio al traste con el infame sistema.

Nuestros representantes en España prometieron adquirir y enviar de inmediato ejemplares del libro, cuyo lanzamiento estaba anunciado para hoy 12 de octubre. Pero casi a las seis de la tarde nada se sabía todavía, porque era feriado en España y las librerías no vendían. Se cumplía el 518 aniversario del día en que nos descubrieron y España se convirtió en imperio.

Prosigue mañana. 


Fidel Castro Ruz
Octubre 12 de 2010
7 y 12 p.m.

El imperio por dentro.

(Cuarta Parte)

 

"CAPÍTULOS 20 Y 21

"Continúan las valoraciones sobre las opciones relacionadas con la guerra en Afganistán. Se identifican tres prioridades en términos de esfuerzos de carácter civil: la agricultura, la educación y la reducción de los cultivos de amapola. Si se lograban estos objetivos se podría socavar el apoyo al Talibán.

"La gran pregunta seguía siendo qué se podía hacer en un año.

"Petraeus dijo haber redactado un manual titulado 'Lecciones sobre la reconciliación', sobre sus experiencias en Irak, del cual Mullen no tenía conocimiento.

"Según las encuestas públicas, dos de cada tres estadounidenses pensaban que el Presidente carecía de un plan bien definido para Afganistán. Incluso entre la población, las opiniones estaban divididas acerca de cómo proceder.

"Axelrod respiró profundo. El público no hacía distinción entre el Talibán y Al Qaeda. Eso podía ser parte del problema.

"Sólo el 45 por ciento de la población aprobaba la manera en que Obama manejaba el asunto de la guerra (había perdido 10 puntos en un mes, 15 puntos desde el mes de agosto y 18 desde que alcanzó su nivel más alto). La reducción de la cifra se debía a la pérdida del apoyo republicano.

"Axelrod no se preocupaba; decía que al final serían él o todos los que explicarían cuál era la decisión en términos claros, para que la gente pudiera entender lo que se estaba haciendo y por qué.

"Panetta declaró que ningún presidente demócrata podía ir en contra de las recomendaciones de los militares, en especial si el Presidente las había solicitado. Su recomendación era hacer lo que ellos decían. Les expresó a otros funcionarios de la Casa Blanca que en su opinión la decisión debía haber sido tomada en una semana, pero que Obama nunca le preguntó y que él nunca le había expresado voluntariamente su opinión al Presidente.

"El ex vicepresidente Dick Cheney expresó públicamente que los Estados Unidos no debían titubear cuando sus fuerzas armadas estaban en peligro.

"Obama deseaba tomar una decisión antes de su viaje por Asia. Dijo que aún no se le habían presentado dos opciones, que eran los 40 000 efectivos o nada. Dijo que quería una nueva opción esa misma semana. Tenía en su mano un memorando de dos hojas enviado por su director de presupuesto, Peter Orszag, con el estimado de los costos de la guerra en Afganistán. Según la estrategia recomendada por McChrystal, el costo durante los próximos 10 años sería 889 mil millones de dólares, casi 1 billón de dólares.

"'Esto no es lo que yo estoy buscando', dijo Obama. 'No voy a prolongar esto durante diez años; no voy a enfrascarme en la construcción de una nación a largo plazo. No voy a gastar un billón de dólares. Les he estado presionando al respecto.'

"'Esto no está en función del interés nacional. Sí, es necesario internacionalizar esta situación. Esa es una de las grandes fallas del plan que se me ha presentado.'

"Gates apoyaba la solicitud de tropas de McChrystal, pero por el momento era necesario retener a la cuarta brigada.

"Obama dijo: 'Quizás no necesitemos a la cuarta brigada, ni a los 400 000 efectivos de las fuerzas de seguridad afganas que McChrystal se propone entrenar. Pudiéramos aspirar a un crecimiento más mesurado de esta fuerza. Pudiéramos incrementar los efectivos para contrarrestar el auge enemigo pero sin enfrascarnos en una estrategia a largo plazo.'

"Hillary opinaba que a McChrystal se le debía dar lo que él pedía, pero coincidía en que se debía esperar antes de enviar a la cuarta brigada.

"Obama le preguntó a Gates: '¿Realmente necesitas 40 000 efectivos para revertir el auge del Talibán? ¿Qué tal si enviamos de 15 000 a 20 000? ¿Por qué no sería suficiente con esa cantidad de tropas?' Reiteró que no estaba de acuerdo con gastar un billón de dólares ni con una estrategia de contrainsurgencia que se prolongase durante diez años.

"'Quiero una estrategia de salida', agregó el Presidente.

"Todo el mundo se dio cuenta de que, al apoyar a McChrystal, Hillary unía fuerzas con los militares y con el Secretario de Defensa, limitando así la capacidad de maniobra del Presidente. Había reducido sus posibilidades de aspirar a un número significativamente menor de tropas o una política más moderada.

"Era un momento decisivo en sus relaciones con la Casa Blanca. ¿Era ella de confiar? ¿Podía ella algún día pertenecer realmente al equipo de Obama? ¿Había sido ella en algún momento parte de su equipo? Gates pensaba que ella hablaba a partir de sus propias convicciones.

"Muy pronto aquellos que tenían ideas similares se agruparon. Biden, Blinken, Donilon, Lute, Brennan y McDonough eran un grupo poderoso, cercano a Obama en muchos sentidos, y eran el equilibrio contra el frente unido compuesto por Gates, Mullen, Petraeus, McChrystal y ahora Clinton.

"CAPÍTULOS 22 Y 23

"Obama convocó a los jefes del Estado Mayor a la Casa Blanca. Durante los últimos dos meses los militares uniformados habían estado insistiendo en el envío de 40 000 efectivos, pero los jefes de los servicios individuales aún no habían sido consultados. Los jefes del Ejército, la Marina de Guerra, los Infantes de Marina y la Fuerza Aérea eran los que reclutaban, entrenaban, equipaban y suministraban las tropas para los comandantes como Petraeus y sus jefes subordinados en el terreno como McChrystal. Estos dos últimos no asistieron por encontrarse en Afganistán.

"Obama les pidió que le propusieran tres opciones.

"James Conway, comandante general de los marines, se refirió a la alergia de los combatientes a las misiones prolongadas que se extienden más allá de la derrota del enemigo. Su recomendación era que el Presidente no debía enfrascarse en una operación a largo plazo para la construcción de una nación.

"El general George Casey, jefe del Estado Mayor del Ejército, dijo que el retiro programado en Irak le permitiría al ejército disponer de los 40 000 efectivos para Afganistán, pero que se sentía escéptico con respecto a los grandes compromisos de tropas en estas guerras. Para él la clave estaba en una transición rápida, pero que el plan de 40 000 era un riesgo global aceptable para el ejército.

"El jefe de operaciones navales y el jefe de la Fuerza Aérea tenían poco que decir, pues cualquiera que fuese la decisión en Afganistán, el impacto en sus fuerzas sería mínimo.

"Finalmente Mullen le presentó al Presidente tres opciones:

"1. 85 000 efectivos. Esto era una cifra imposible. Todos sabían que no se disponía de esta fuerza.

"2. 40 000 efectivos.

"3. de 30 000 a 35 000 efectivos.

"La opción híbrida era de 20 000 efectivos o dos brigadas para dispersar al Talibán y entrenar a las tropas afganas.

"CAPÍTULOS 24 Y 25

"Obama le propone al Presidente pakistaní una escalada contra los grupos terroristas que operaban desde ese país.

"El Director de la CIA dijo esperar pleno apoyo de Pakistán, dado que Al Qaeda y sus seguidores eran enemigos comunes. Agregó que se trataba de la propia supervivencia de Pakistán.

"Obama se daba cuenta de que la clave para mantener unido al equipo de seguridad nacional era Gates.

"Tras su regreso de Asia, Obama convoca una reunión de su equipo de seguridad nacional y les prometió que en dos días tomaría la decisión final. Dijo estar de acuerdo con los objetivos menos ambiciosos y más realistas, y que dichos objetivos debían lograrse en un período de tiempo más corto que el que el Pentágono había recomendado inicialmente. Agregó que el número de tropas comenzaría a disminuir a partir del mes de julio de 2011, el período de tiempo que Gates había sugerido en la última sesión.

"'No necesitamos perfección; cuatrocientos mil no va a ser la cifra a la cual llegaremos antes de que comencemos a reducir las tropas.'

"Hillary parecía casi saltar sobre su asiento, dando muestras de que quería que la dejasen hablar, pero Jones ya había decidido el orden de palabra y la Secretaria tuvo que escuchar primero los comentarios de Biden.

"Biden había elaborado un memorando que apoyaba al Presidente, que cuestionaba el tiempo y los objetivos de la estrategia. Petraeus sentía como si el aire abandonara la sala.

"Biden no estaba seguro de que la cifra de 40 000 era sostenible desde el punto de vista político y tenía muchas interrogantes acerca de la viabilidad de los elementos de la estrategia de contrainsurgencia.

"Clinton tuvo la oportunidad de hablar. Ella apoyaba plenamente la estrategia. 'Hemos pasado un año esperando por una elección y un nuevo gobierno allí. La comunidad internacional y Karzai saben cuál sería el desenlace si no incrementamos nuestros compromisos. Lo que estamos haciendo ahora no va a dar resultados. El plan no es todo lo que nosotros hubiésemos querido, pero no lo sabremos si no nos comprometemos. Yo apoyo el esfuerzo; tiene un costo enorme, pero si lo acometemos sin deseos no vamos a lograr nada.' Sus palabras eran una versión de una frase muy usual en ella cuando era Primera Dama de la Casa Blanca y que aún utiliza con regularidad: 'fíngelo hasta lograrlo.'

"Gates proponía esperar hasta diciembre de 2010 para hacer una evaluación total de la situación. Creía que el mes de julio era una fecha muy anticipada para ello.

"Mullen, a través de una videoconferencia desde Ginebra, apoyaba el plan y dijo que era necesario enviar tropas lo más rápido posible, que estaba seguro de que la estrategia para una contrainsurgencia iba a tener resultados.

"Al ver que se alineaba un bloque a favor del envío de los 40 000 efectivos, el Presidente intervino: 'No quiero verme dentro de seis meses discutiendo en esta sala el envío de otros 40 000.'

"'No vamos a pedir otros 40 000', dijo Mullen.

"Petraeus expresó que apoyaba cualquier decisión que tomara el Presidente. Y después de haber declarado su apoyo incondicional, expresó que su recomendación, desde el punto de vista militar, era que los objetivos no se podrían lograr con menos de 40 000 efectivos.

"Peter Orszag dijo que probablemente habría que pedirle al Congreso un financiamiento adicional.

"Holbrooke estaba de acuerdo con lo expresado por Hillary.

"Brennan aseguró que el programa antiterrorista continuaría independientemente de la decisión que se tomase.

"Emmanuel se refirió a la dificultad de pedir un financiamiento adicional al Congreso.

"Cartwright dijo que apoyaba la opción híbrida de 20 000 efectivos.

"El Presidente intentó resumir. 'Al cabo de dos años aún hay elementos ambiguos en esta situación', dijo. Les dio las gracias a todos y anunció que estaría trabajando en esto durante el fin de semana para tomar una decisión definitiva a principios de la semana entrante.

"El miércoles 25 de noviembre Obama se reunió en la Oficina Oval con Jones, Donilon, McDonough y Rhodes. Dijo estar inclinado a aprobar el envío de 30 000 efectivos, pero que esta decisión no era definitiva.

"'Esto tiene que ser un plan para transferirles el mando y salir de Afganistán. Todo lo que hagamos tiene que estar centrado en la manera en que vamos a reducir nuestra presencia allí. Es parte de nuestro interés de seguridad nacional. Tiene que quedar claro que esto es lo que estamos haciendo', dijo Obama. 'El pueblo estadounidense no entiende de número de brigadas, sino de número de tropas. Y he decidido que sean 30 000.'

"Obama ahora parecía más seguro acerca de la cifra de efectivos.

"'Tenemos que aclararle al pueblo que el cáncer está en Pakistán. La razón por la cual estamos operando en Afganistán es para que el cáncer no se expanda hacia allá. Y también necesitamos extirpar el cáncer de Pakistán.'

"Parecía que la cifra de 30 000 era inamovible. Obama comentó que desde el punto de vista político era para él más fácil decir que no a los 30 000, pues así podría dedicarse a la agenda nacional, que él quería fuese el centro de su mandato como Presidente. Pero los militares no entendían eso.

"'Políticamente sería más fácil para mí dar un discurso y decir que el pueblo estadounidense estaba harto de esta guerra, y que íbamos a enviar solamente 10 000 asesores porque esa era la manera en que íbamos a poder salir de allí. Pero los militares se iban a molestar.'

"Era evidente que una gran parte de Obama quería precisamente pronunciar ese discurso. Parecía que lo estaba ensayando.

"Donilon dijo que Gates renunciaría si sólo se enviaban 10 000 asesores.

"'Eso sería algo difícil', dijo Obama, 'porque no existe en mi equipo de seguridad nacional otro miembro más fuerte que él.'

"El Presidente estaba decidido a anunciar los 30 000, para poder mantener junta a la familia.

"CAPÍTULOS 26 Y 27

"El 27 de noviembre Obama invitó nuevamente a Colin Powell a su oficina para una conversación privada. El Presidente le dijo que se estaba debatiendo entre varios puntos de vista diferentes. Los militares se habían unido para apoyar a McChrystal y su solicitud de 40 000 efectivos, y sus asesores políticos estaban muy escépticos. Él continuaba pidiendo nuevos enfoques, pero seguían dándole las mismas opciones.

"Powell le dijo: 'Usted no tiene por qué aguantar eso. Usted es el Comandante en Jefe. Esos tipos trabajan para usted. El hecho de que adopten una posición unánime en sus recomendaciones no significa que las mismas sean las correctas. Generales hay varios, pero existe sólo un Comandante en Jefe.'

"Obama consideraba a Powell un amigo.

"Un día después de Acción de Gracias, Jones, Donilon, Emmanuel, McDonough, Lute y el coronel John Tien, veterano de Irak, fueron a ver al Presidente en su oficina. Obama preguntó por qué se reunían de nuevo con él para tratar el mismo tema. 'Pensé que esto se había acabado el miércoles', expresó.

"Donilon y Lute le explicaron que aún había preguntas del Pentágono que no se habían respondido, y ellos querían saber si se aceptaba un incremento del 10 por ciento a la cifra de efectivos, con lo cual se incluiría a los facilitadores.

"El Presidente, exasperado, dijo que no, que sólo los 30 000, y preguntó el porqué de aquella reunión después que todos habían estado de acuerdo. Al Presidente se le dijo que aún se estaba trabajando con los militares. Ellos querían ahora que los 30 000 efectivos estuviesen en Afganistán en el verano.

"Parecía que el Pentágono estaba abriendo de nuevo cada uno de los temas. También se estaba cuestionando la fecha de retirada de las tropas (julio de 2011). Gates prefería que fuera seis meses después (finales de 2011).

"'Estoy molesto', dijo Obama, sin alzar la voz. Parecía que todos los temas iban a ser nuevamente discutidos, negociados o esclarecidos. Obama les dijo que estaba dispuesto a dar marcha atrás y aceptar el envío de 10 000 asesores. Y esa sería la cifra definitiva.

"Esto era una controversia que enfrentaba al Presidente y al sistema militar. Donilon se asombraba de ver el poder político que los militares estaban ejerciendo, pero se daba cuenta de que la Casa Blanca tenía que ser el corredor de larga distancia en esta competencia.

"Obama continuaba trabajando con Donilon, Lute y los demás. Comenzó a dictar precisamente lo que quería, elaborando lo que Donilon llamó una 'hoja de plazos y condiciones', similar al documento legal utilizado en una transacción comercial. Acordó que el concepto estratégico de la operación sería 'degradar' al Talibán, no desmantelarlo, ni destruirlo ni derrotarlo. Copió al calco las seis misiones militares requeridas para revertir el auge del Talibán.

"Pero los civiles en el Pentágono y el Estado Mayor trataban de expandir la estrategia.

"'Ustedes no le pueden hacer eso al Presidente', les decía Donilon. 'Eso no era lo que Obama quería. Él quería una misión más reducida.' Pero la presión continuaba.

"'Ponle restricciones', le ordenaba Obama. Pero cuando Donilon regresaba del Pentágono venía con más adiciones, y no menos. Una de ellas era enviarle un mensaje a Al Qaeda. 'Eso no lo vamos a hacer', dijo el Presidente cuando se enteró.

"Donilon se sentía como si estuviese reescribiendo las mismas órdenes diez veces.

"Del Pentágono seguían llegando solicitudes para misiones colaterales. Obama seguía diciendo que no.

"Algunos continuaban ahora apoyando la solicitud original de McChrystal de 40 000 efectivos. Era como si nadie les hubiera dicho a ellos que no.

"'No', dijo Obama. La cifra definitiva era 30 000, y mantenía la fecha de retirada de las tropas en julio del 2011, que también sería la fecha para comenzar a transferir la responsabilidad de la seguridad a las tropas afganas.

"Sus órdenes fueron pasadas a máquina en seis hojas a un espacio. Su decisión no era sólo hacer un discurso y referirse a los 30 000; esto sería además una directiva, y todo el mundo tendría que leerla y firmarla. Ése era el precio que él iba a exigir, la forma en que él pretendía ponerle fin a la controversia —al menos por el momento. Pero como ahora todos nosotros sabemos, la controversia, al igual que la guerra, probablemente no terminaría, y la lucha continuaría.

"El 28 de noviembre fue otro día dedicado al Consejo de Seguridad Nacional, encuentro en el que participaron Donilon y Lute. El análisis de la estrategia se convertía en el centro del universo. El Presidente y todos ellos estaban siendo arrollados por los militares. Ya no importaban las preguntas que el Presidente o alguien más hicieran. Ahora la única solución viable eran los 40 000 efectivos.

"Donilon se preguntaba cuántos de los que estaban presionando a favor de esa opción iban a estar aquí para ver los efectos de la estrategia en el mes de julio del 2011.

"La conclusión era que todos ellos se irían, y aquí quedaría el Presidente con todo lo que esos tipos le habían vendido.

"El debate continuaba —en su casa y en su cabeza. Obama parecía vacilar en cuanto a los 30 000 efectivos. Le pidió la opinión a su equipo. Clinton, Gates y Jones no se encontraban presentes.

"El coronel Tien le dijo al Presidente que no sabía de qué forma él iba a desafiar la cadena de mando de los militares. 'Si usted le dice a McChrystal, 'me estudié su valoración, pero he decidido hacer otra cosa', probablemente usted tenga que sustituirlo. Usted no le puede decir 'hazlo a mi manera, gracias por tu labor'.' El Coronel quiso decir que McChrystal, Petraeus, Mullen, e incluso Gates, estarían dispuestos a dimitir —algo sin precedentes en el alto mando militar.

"Obama sabía que Brennan se oponía a un gran incremento de tropas.

"Obama había heredado una guerra con un comienzo, una parte intermedia, pero sin un final claro.

"Lute pensaba que Gates era demasiado deferente con los militares uniformados. El Secretario de Defensa es la primera línea de control civil del Presidente. Si el Secretario no garantizaba ese control, el Presidente tendría que hacerlo. Lute pensaba que Gates no le estaba prestando un buen servicio al Presidente.

"El Presidente llamó a Biden por teléfono y le informó que quería reunirse con todo el equipo de seguridad nacional el domingo en la Oficina Oval. Biden pidió reunirse con él primero y Obama le dijo que no."

 

Fidel Castro Ruz
Octubre 13 de 2010
5 y 14 p.m.

 

El imperio por dentro.

(Quinta y última parte)

 

"CAPÍTULOS 28 Y 29

"Obama bajaba de la residencia cuando se encontró a Biden. Éste le advertía: 'Lo que usted está a punto de hacer es una orden presidencial; ya no se trata de la continuación de un debate. Esto no es lo que usted piensa. Esto es una orden. Sin ellos, estaríamos atrapados en una situación parecida a la de Vietnam.'

"Obama le respondió: 'No voy a enrolarme en un fracaso. Si lo que yo propuse no funciona, no voy a hacer como otros presidentes que se aferran a eso, por razones de mi ego o mi política, mi seguridad política. Esto es lo que voy a anunciar', y repartió copias de su documento de seis páginas.

"'Habrá un incremento de 30 000 efectivos. En diciembre de 2010 se hará una evaluación para ver qué funciona y qué no. En julio de 2011 comenzaremos a retirar nuestras tropas.'

"'En el 2010 no vamos a tener una conversación sobre cómo hacer más. No se va a repetir lo que ha ocurrido este año. No se trata ni de contrainsurgencia ni de construir una nación. Los costos son prohibitivos', expresó Obama.

"Los militares habían obtenido casi todo lo que pedían.

"Petraeus y Mullen le ratificaron su apoyo al Presidente. Emmanuel se preocupaba por el costo de la operación —más de 30 000 millones de dólares.

"Biden reconoció que aquello no era una negociación, que era una orden del Comandante en Jefe. Era un cambio de misión, y si no se percibía como tal no se podían justificar los meses que se habían empleado en este trabajo.

"El Presidente le informó su decisión a Eikenberry y a McChrystal a través de una videoconferencia. Ambos estuvieron de acuerdo.

"Biden estaba convencido de que el Presidente había clavado una estaca en el corazón de la ofensiva contrainsurgente expandida.

"Petraeus dijo en privado: 'Usted debe saber también que yo no creo que usted pueda ganar esta guerra. Creo que debe seguir luchando, algo así como en Irak. Irak es casi una metáfora para esta situación. Sí, en Irak ha habido un progreso enorme, pero aún se producen ataques horribles y hay que mantenerse vigilantes. Este es el tipo de guerra en la que usted se enfrasca por el resto de su vida, y probablemente por el resto de la vida de sus hijos.'

"Obama pronunció su discurso en el Teatro Eisenhower de la Academia Militar de West Point.

"Al día siguiente, Clinton y Gates comparecieron ante el Comité de Servicios Armados del Senado para hablar sobre el nuevo plan.

"Muchos republicanos se sentían contrariados por la fecha límite de julio de 2011, cuando supuestamente comenzaría el retiro de las tropas de Afganistán.

"Petraeus dijo después que el progreso de la estrategia podía adoptar muchas formas, que todo cuanto él necesitaba era demostrar que había habido avances, y que eso sería suficiente para añadir tiempo al reloj y que ellos pudieran obtener lo que necesitaban.

"Lute le advirtió que eso era una gran mala interpretación de lo que había dicho el Presidente, que Obama se oponía a la idea de un compromiso a largo plazo.

"CAPÍTULOS 30 Y 31

"El 3 de abril Petraeus se reunió con Derek Harvey, su asesor de inteligencia de confianza. Harvey le mostraba una de las imágenes más pesimistas de la guerra. Advirtió que la estrategia política y diplomática no estaba conectada con la estrategia militar. 'No va a funcionar', dijo. 'No vamos a alcanzar los objetivos que nos hemos trazado.' Harvey preveía un regreso total a la situación de antes del 11 de septiembre. Petraeus preguntaba cuáles eran las opciones y Harvey consideraba que apoyar al gobierno de Karzai era contraproducente.

"Dijo que los resultados de las elecciones habían fortalecido a Karzai, y que él ya estaba recibiendo todo lo que quería.

"Las tropas de McChrystal no habían logrado despejar las zonas claves. 'El enemigo ha comenzado a adaptarse', agregó Harvey.

"El 16 de abril el Presidente se reúne con el Consejo de Seguridad Nacional para analizar la información actualizada sobre Afganistán y Pakistán.

"El Presidente comenzó a preguntar por la situación de zonas específicas; en todas ellas las tropas se encontraban resistiendo y en ninguna se había transferido la responsabilidad a las fuerzas locales.

"El patrón que se había establecido estaba claro: resistir, resistir durante años sin avances ni transferencias.

"Nadie en la reunión se atrevió a preguntar cuándo comenzaría la transferencia.

"Donilon y Lute habían preparado unas preguntas para que el Presidente se concentrara en la situación en Khandahar.

"El Presidente le recomendó a McChrystal que pensara en cómo íbamos a saber si estábamos teniendo éxito y cuándo lo sabríamos.

"El resultado de la reunión fue un primer strike para el General.

"El general de brigada Lawrence Nicholson visitó a Jones y Lute en la Casa Blanca. A Nicholson se le recordó el plazo de 12 meses que tenía para mostrar los logros alcanzados y comenzar la transferencia. ¿Cuándo los marines iban a estar listos para hacer algo más, entrar, por ejemplo, en Khandahar, o regresar a casa y ser parte de los que regresarían en el 2011?

"Nicholson dijo que necesitaba al menos otros 12 meses, y eso, para los distritos que tenían las mejores condiciones. Lute le recordó que ése no había sido el compromiso, que aún no se habían adentrado en los suburbios de Khandahar, el lugar donde los talibanes iban a establecerse. Lo importante era Khandahar.

"Nicholson dijo que quizás se podía llegar allí en 24 meses, si se eliminaba el problema de los cultivos de amapola, que era lo que nutría a la insurgencia.

"Lute se preguntaba cómo se iba a lograr eso. A pesar de que una plaga había acabado con el 33 por ciento de esos cultivos, las perspectivas de una reducción en el financiamiento de la insurgencia eran remotas. A pesar de las teorías conspiradoras de los afganos, la CIA no había desarrollado aún un insecto que atacara a las amapolas.

"McChrystal reportaba ciertos avances, pero cuando Lute profundizaba en las cifras, la realidad era muy diferente.

"CAPÍTULOS 32 Y 33

"Habían transcurrido 16 meses muy difíciles para Dennis Blair. Había fracasado en sus intentos por nombrar a un jefe de inteligencia en cada una de las capitales en el extranjero. La CIA había ganado y la controversia se había hecho pública. En su opinión la CIA estaba utilizando el informe diario al Presidente para que Obama supiera de sus triunfos.

"Blair se sentía tan frustrado que en una ocasión dijo: 'Yo creo que la CIA es esencialmente una organización que es como un animal peligroso, no muy inteligente, pero realmente bien entrenado, que necesita ser controlado muy de cerca por los adultos.'

"En mayo de 2010 Obama le había preguntado a Jones y a otros si no era ya hora de deshacerse de Blair. Había habido muchas discusiones con la CIA, y Blair había presionado mucho para la firma de un acuerdo de no espionaje con los franceses, al cual se opusieron Obama y el resto del gabinete.

"Obama lo llamó por teléfono y le comunicó su decisión de destituirlo, y le pidió que le presentara cualquier excusa personal.

"Blair se sintió profundamente ofendido. No estaba enfermo, su familia estaba bien, y le había dicho a la gente que se mantendría como jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia durante cuatro años, porque parte de los problemas con la oficina eran los continuos reemplazos al más alto nivel.

"El 21 de junio Gates le informa a Jones sobre el artículo publicado en la revista Rolling Stones sobre McChrystal. McChrystal decía que Jones era un 'payaso' que se había quedado varado en el año 1985; que la estrategia de Obama pretendía vender una posición invendible.

"McChrystal llamó a Biden y reconoció que había comprometido la misión. Se disculpó con Holbrooke y le presentó su renuncia a Gates.

"Gates le propuso a Obama que criticara a McChrystal en los dos primeros párrafos de su declaración, diciendo: 'creo que el General cometió un grave error y que su percepción es errada.'

"Obama aceptó la renuncia de McChrystal y propuso a Petraeus para ese cargo.

"Obama se reunió con Petraeus durante 40 minutos.

"El miércoles 23 de junio el Presidente anunció los cambios. Reconoció la larga hoja de servicios de McChrystal y dijo que le entristecía perder a un soldado a quien había llegado a respetar y admirar. Agregó que Petraeus 'había dado un ejemplo extraordinario de servicio y patriotismo al asumir esta difícil tarea'. Y concluyó diciendo: 'En mi equipo acepto el debate, pero no toleraré la división.'

"En la entrevista que Obama sostuvo con el autor del libro, el Presidente habló de sus ideas respecto al carácter de la guerra y sus esfuerzos por limitar y ulteriormente ponerle fin a la misión combativa de los Estados Unidos en Afganistán.

"Se le preguntó con qué escena comenzaría él un libro o una película sobre cómo él había manejado el problema de Afganistán, y respondió que quizás comenzaría por el año 2002 cuando se discutía el incremento de tropas en Irak. Ése había sido quizás el primer discurso sobre política exterior que atrajo mucho la atención.

"Obama estuvo de acuerdo en que el carácter de la guerra eran el costo, el tiempo y las consecuencias, no definidos, y citó a un estadounidense famoso que en una ocasión dijo: 'La guerra es el infierno.' Se refirió a la frase expresada por el general de la Unión, William Tecumseh Sherman, cuando dijo: '¼ y una vez que se sueltan los perros de la guerra, no se sabe a dónde va a parar todo.'

"'Cuando llegué al cargo había dos guerras en curso', dijo Obama. 'Traté de esclarecer el caos.'

"'Sería muy fácil imaginar una situación en la que, ante la ausencia de una estrategia clara, termináramos por quedarnos en Afganistán durante otros cinco, ocho, diez años, y que lo hiciéramos sólo por inercia.'

"Al final de la entrevista, el Presidente se daba cuenta de que casi todo el trabajo periodístico versaría sobre las relaciones entre los líderes civiles y los militares, y pensó que debía expresar sus propias opiniones.

"'Probablemente yo sea el primer Presidente lo suficientemente joven como para que la guerra en Vietnam hubiese sido el centro de mi desarrollo. Tenía 13 años en 1975 cuando los Estados Unidos se retiraron de Vietnam.'

"'De modo que crecí sin la carga que emanaba de las disputas sobre la guerra en Vietnam. También confiaba en que en nuestro sistema los civiles tomaban las decisiones políticas y los militares las acataban. No veo esto de la manera en que me parece lo ven muchas personas que tuvieron la experiencia de Vietnam, como una contradicción entre civiles y militares. No lo veo como una lucha entre halcones y palomas. De modo que muchos de los marcos políticos a través de los cuales se ven estos debates, no tienen nada que ver conmigo desde el punto de vista generacional. Ni me intimidan los militares ni estoy pensando que en cierto modo ellos están tratando de socavar mi posición como Comandante en Jefe'."

En este párrafo final de la conversación de Obama con Woodward, el Presidente de Estados Unidos pronuncia palabras enigmáticas que son reveladoras: "¼ confiaba en que en nuestro sistema los civiles tomaban las decisiones políticas y los militares las acataban. [¼ ] No lo veo como una lucha entre halcones y palomas. [¼ ] Ni me intimidan los militares ni estoy pensando que en cierto modo ellos están tratando de socavar mi posición como Comandante en Jefe."

Hay momentos en que la presión de los militares es fuerte, persistente y reiterativa. Se percibe la imagen de un presidente resistido y desafiado, como ocurría en la antigua Roma cuando el imperio dependía ya casi únicamente del poder de las Legiones.

Pero en la época de la antigua Roma, el planeta era totalmente desconocido en su dimensión, características físicas y ubicación espacial. Carecían entonces de armas de fuego; no había comercio e inversión global, bases militares, fuerzas navales y aéreas a nivel planetario, cientos de satélites, comunicaciones instantáneas; decenas de miles de armas nucleares, a las que se unen las radioeléctricas, electromagnéticas y cibernéticas; fuertes rivalidades entre potencias con armas nucleares, cuyo empleo, incluso por parte de las que menos poseen, sería suficiente para poner fin a la vida humana; y casi siete mil millones de personas que requieren los recursos naturales del planeta Tierra.

Es un cuadro relativamente dramático. Por un lado Barack Obama, abogado con éxito, intelectual instruido y de fácil palabra, y por otro, militares altamente profesionalizados, educados durante toda su vida en el uso de la fuerza y el arte de la guerra, dotados con armas que pueden poner fin a los seres humanos que habitan el planeta en cuestión de horas.

¿Qué esperanza para la humanidad puede derivarse de ese cuadro?

Recuerdo el discurso de Bush en West Point, en el que, como instrumento de la extrema derecha de ese país, afirmó que los oficiales debían estar listos para atacar inmediatamente y sin previo aviso a sesenta o más oscuros rincones del mundo.

En dos de esos oscuros rincones, Afganistán e Irak, están empantanados los soldados de Estados Unidos, después de ocasionar millones de víctimas.

En las reuniones del Consejo de Seguridad Nacional con Obama se expresaba el temor a dificultades aún más serias provenientes de un tercer país: Pakistán.

Las relaciones entre la CIA y el jefe del "grupo árabe", Bin Laden, se mantuvieron hasta el mismo día en que se produjo el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001.

¿Qué informó el Servicio de Inteligencia de Pakistán, ISI, a la cadena norteamericana de radio y televisión CBS? Que el día 10 de septiembre Osama Bin Laden fue sometido a diálisis del riñón en el hospital militar de Rawalpindi, en Pakistán. "Debe tenerse en cuenta que el hospital se encuentra bajo la jurisdicción de las Fuerzas Armadas de Pakistán, que tienen estrechos vínculos con el Pentágono¼ No se hizo ningún intento de aprehender al fugitivo más conocido en Estados Unidos, luego entonces podría ser que Bin Laden sirviera a otro propósito mejor."

Esa información fue publicada en el programa estelar de Dan Rather el 28 de enero de 2002, cuatro meses y medio después del atentado terrorista con que Bush justificó su guerra antiterrorista.

Conocer esto facilita comprender por qué en los diálogos con Obama en la Casa Blanca se afirmara que el problema más difícil podía proceder de Pakistán.

La persona que con más respeto intercambió con Obama fue el general Colin Powell, que pertenece al Partido Republicano que se opuso a su elección como Presidente de Estados Unidos. Como se conoce, Powell pudo ser el primer Presidente negro de Estados Unidos. Prefirió no aspirar. Más tarde Bush lo nombró Secretario de Estado. Sé que personas allegadas se opusieron firmemente a su aspiración. Pero no poseo suficientes elementos de juicio para opinar sobre las motivaciones de Colin Powell.

Espero que la síntesis del libro "Las guerras de Obama" haya sido útil a los lectores de las Reflexiones.

 

Fidel Castro Ruz
Octubre 14 de 2010
9 y 51 p.m.



    


 

Fidel Castro en acción La Victoria Estratégica Cap 23

 

La victoria estratégica - Fidel Castro Ruz

La Batalla de Las Mercedes: los primeros cuatro días
del cerco

(Capítulo 23)

El mismo día 29 de julio, cuando dispuse el traslado de Daniel a la emboscada de contención de la tropa de Arroyón, y el de Guillermo y Lalo a la emboscada contra el eventual refuerzo enemigo, envié otra fuerza bien equipada hacia Las Mercedes. En esencia, la operación de Las Mercedes estaba concebida según el mismo esquema ya probado con éxito en ocasiones anteriores, es decir, un cerco a la tropa principal, y una fuerte línea de contención y rechazo a cualquier posible refuerzo que pudiera venir en auxilio de la tropa cercada. Pero en este caso había que tomar en cuenta nuevas consideraciones.

En primer lugar, la operación de Las Mercedes debía desarrollarse en un terreno de características diferentes. El relieve en Las Mercedes, si bien no era completamente llano, era mucho menos accidentado que en el interior de la montaña. El pequeño poblado de Las Mercedes, donde se encontraba acampada la fuerza enemiga, estaba rodeado casi en su totalidad por pequeñas ondulaciones o colinas de potreros, en su mayoría, desprovistas de monte. Por el suroeste, los altos de La Güira —donde Cuevas había sostenido un exitoso combate el 19 de junio— y de Jigüe —otro Jigüe, por supuesto, no el de la gran batalla del Sur— cerraban en arco el panorama. Por el sureste, a partir del mismo caserío, el terreno se elevaba de forma repentina hacia el alto de El Moro y, más allá, la loma de El Gurugú, posiciones que habían sido ocupadas en momentos anteriores por escuadras de Raúl Castro Mercader y otros capitanes rebeldes en la subida hacia el firme de la Maestra en la zona de San Lorenzo. Sin embargo, al Este, el terreno se deslizaba súbitamente hacia el llano, con destino a la zona de Bajo Largo y, más allá, El Jíbaro y Jibacoa. Hacia el Norte, Las Mercedes eran separadas del llano por el largo arco de la loma de La Herradura, donde había hecho su primera resistencia efectiva la escuadra de Angelito Verdecia el primer día de la ofensiva enemiga por este sector.

En segundo lugar, partiendo de la premisa de que cualquier refuerzo que intentara socorrer a una tropa sitiada en Las Mercedes utilizaría con mayor probabilidad el camino de carros desde Estrada Palma y el Cerro hasta este poblado, la operación contra el refuerzo tendría que desarrollarse en un terreno completamente llano y desprovisto de vegetación boscosa significativa.

Y en tercer lugar, las mismas características del terreno y la existencia de este camino permitirían al enemigo utilizar todos los medios mecanizados de que pudiera disponer en ese refuerzo. Estoy refiriéndome no solo a camiones y tanques ligeros, sino también, pesados. Era una posibilidad bien concreta que necesariamente tenía que figurar en nuestros planes. En consecuencia, debíamos sacar el mayor provecho a cuantas minas pudiésemos plantar en el camino, y a cuantas bazucas de las capturadas empleáramos, para lo cual el gran inconveniente era la falta de personal entrenado en el uso de esta arma.

El régimen de Batista no habría podido resistir el cerco y la destrucción de su más famoso batallón de combate, el número 11, y su más experimentado jefe, prácticamente en nuestras manos. Tampoco impidieron la captura de su batería de obuses y el resto de las fuerzas cercadas en Arroyones.

Teniendo en cuenta estos factores, el 29 de julio, cuando distribuí los 250 hombres que traje conmigo hasta La Llorosa, destiné no menos de 100 de ellos a la operación de Las Mercedes. Había decidido encomendar al Che la dirección del cerco. Al día siguiente de la captura de la tropa de las Vegas, mientras se desarrollaban las acciones en Jobal y Cuatro Caminos, el Che se movió con todo su personal hacia Las Mercedes, y cubrió todo el sector sur del cerco, desde el alto de El Moro hasta el de Jigüe. Aquí el Che repartió posiciones entre las escuadras de Joel Iglesias, José Ramón Silva y otros jefes que después participaron en la columna invasora. Comenzaba a dibujarse el cerco, aunque aún no podía considerarse que estaba completo en la zona más llana. Para reforzarlo en ese mismo sector, la mañana del 31 de julio envié una escuadra al mando de Reinaldo Mora, que se ubicó junto al camino de El Jíbaro en previsión de cualquier avance enemigo desde Cayo Espino por el camino de Purial de Jibacoa y El Jíbaro.

En cuanto al rechazo del refuerzo, decidí colocar la línea principal a la altura de Sao Grande, a dos kilómetros aproximadamente de La Herradura, ya en pleno llano. Era, a mi juicio, el lugar más conveniente a lo largo de todo este trayecto, o mejor sería decir, el de menos inconvenientes. En este punto, el camino atravesaba el pequeño caserío de Sao Grande y, por lo menos, tenía algunas curvas que podrían facilitar cierta sorpresa frente a la avanzada enemiga.

Para allí envié inicialmente a Félix Duque, a El Vaquerito, a Luis Crespo, Eddy Suñol y otros grupos. En total, unos 50 hombres, a quienes esa noche se sumó el combatiente Felipe Cordumy provisto de una bazuca. Poco después dispuse el traslado de Crespo y su escuadra para reforzar más aún el sector sureste del cerco en Las Mercedes, que me parecía el más vulnerable.

El mismo día de las acciones en Jobal y Cuatro Caminos, sin perder un minuto, indiqué el traslado de Guillermo y de los combatientes más antiguos de las fuerzas de Daniel, subordinadas ahora a Pinares, a una zona difícil del cerco de Las Mercedes: las colinas en torno al cementerio, entre el poblado y la falda interior de la loma de La Herradura. No había que ser adivino para prever que ese sería el sector por donde el enemigo trataría de romper el cerco, pues se trataba de la dirección que lo llevaría de manera más directa a la relativa protección de las fuerzas acantonadas en el Cerro y Estrada Palma. Era, por tanto, el sector que debía ser más reforzado.

La otra fuerza de reserva, la de Lalo Sardiñas, fue movida esa misma noche hacia el alto de Jigüe, con instrucciones de apoyar a Guillermo en caso de un intento de ruptura del cerco por el sector del cementerio. Recuérdese que los pelotones de Guillermo García y Lalo Sardiñas habían sido ubicados desde el día anterior en Cuatro Caminos, como parte de la operación contra la tropa de Arroyón.

Todos estos movimientos se realizaron a pesar de que todavía, a la altura de esa noche del 30 de julio, no teníamos aún certeza de la presencia enemiga en Las Mercedes, pues se habían recibido algunas informaciones confusas acerca de que los guardias habían evacuado la posición junto con la salida de los de Arroyón. Para aclarar el asunto, esa misma noche, mientras yo me movía por la zona de Jigüe en torno a Las Mercedes, el Che envió a Raúl Castro Mercader con algunos hombres a realizar una exploración por las cercanías del campamento enemigo, la cual arrojó como resultado que, en efecto, en Las Mercedes todavía permanecía un buen número de soldados.

A las 2:10 de la madrugada del 31 de julio, el Che le envió un mensaje a Camilo, quien permanecía aún en una falda de la loma de La Llorosa, donde le informaba:

En las Mercedes quedan guardias, los vamos a atacar. Avísale a Fidel para que movilice el mortero, que nos sería muy útil, y tú puedes bajar también, pues allí no haces nada. La trípode, sobre todo nos viene muy bien.

Hay que hacer contacto con Fidel. Daniel murió a las 6 de la tarde. Mándame el detonador de la bomba con toda urgencia.

Poco después, a las 3:30 de esa misma madrugada, Camilo respondió:

Che, el detonador se lo llevó Fidel junto con la bomba. Trataré de hacer contacto con él, no ha venido nadie y no sé dónde puede estar. Tengo que dejar unos hombres aquí por si viene algún mensaje que nos lo manden enseguida.

Ahora mismo movilizaré la gente para bajar lo más rápido posible.

Tendremos que buscar a Fidel a rumbo, no tengo a nadie, creo, que conozca el camino.

En esa misma respuesta, Camilo advirtió al Che sobre sus planes de ataque:

[...] debes tener mucho cuidado al avanzar, los planes de Fidel eran también cercar los guardias en las Mercedes. Cuídate con una confusión y te entren creyendo son tropas enemigas. No me luce lo más acertado avanzar sin coordinar planes.

En la noche del 30 de julio, en efecto, el Che y Camilo perdieron contacto conmigo durante algunas horas. Yo me había movido hacia el alto de Jigüe, detrás de Las Mercedes esa misma noche. Me acompañaban unos 40 combatientes, entre ellos, Pedro Miret con dos morteros y la ametralladora 50 de Curuneaux. Mi intención era bombardear con los morteros las posiciones enemigas por la madrugada. Al final no lo hicimos; por una parte, por temor a la inexperiencia de nuestros improvisados morteristas y, por otra, porque nos dimos cuenta de que los proyectiles de los morteros de 60 milímetros se encontraban en mal estado.

A pesar de no tener noticias mías, Camilo y sus hombres se prepararon de inmediato en la noche del 30 de julio para abandonar La Llorosa y avanzar hacia Las Mercedes, cumpliendo las indicaciones del Che, quien a las 6:45 de la mañana del 31 de julio respondía a Camilo sobre su preocupación de que fuera a caer bajo el fuego rebelde:

El ataque está coordinado, pues tengo contacto con la gente de Suñol, a través de él con Huber y también hice contacto con Lalo y Guillermo. Las Mercedes están sitiadas, no sabemos cuántos soldados serán, pero están bien atrincherados y bien distribuidos. El problema del detonador es grave pues no puedo hacer contacto con nadie que tenga uno bueno y es la garantía de que Suñol no dejará pasar refuerzos o las tropas de adentro. En estos momentos doy instrucciones para que no se tire un tiro si no tratan de salir.

Tú puedes venir a la noche y mandarle este plano a Fidel. Los trabajos de arreglo del tanque no han seguido por este ajetreo y temo me lo jodan.

El plano al que hace referencia el Che era un croquis confeccionado por él de las primeras posiciones del cerco.

El Che había decidido iniciar las acciones esa misma noche, aun cuando los guardias no hicieran ningún movimiento durante el día. Así se lo informó a Camilo en el mismo mensaje: "Esta noche se puede atacar coordinadamente a una misma hora todas las postas. Pásalo".

Desde su llegada a Las Mercedes el 26 de mayo, el comandante Corzo Izaguirre, jefe del Batallón 17, había instalado su puesto de mando en el centro mismo del poblado, en una buena casa perteneciente a Sarita Álvarez, quien prestó innumerables servicios a nuestras fuerzas. Desde allí, Corzo había disfrutado durante dos meses de una estancia relativamente tranquila. Pero le había llegado la hora de tener que entrar en acción, y él lo sabía.

En vista de los acontecimientos de los días anteriores, el comandante Corzo estaba consciente de que cada minuto que permaneciera en Las Mercedes iba en contra de la integridad de su tropa, y no tenía otra alternativa que escapar de la montaña.

Antes de proseguir, debo apuntar que, después de la liberación de Las Mercedes, la casa de Sarita Álvarez se utilizó durante varias semanas por el Che como su propio puesto de mando, y fue donde terminó de reorganizar su Columna 8 Ciro Redondo, para la invasión a Occidente. En este lugar se efectuó la segunda entrega de prisioneros —principalmente de los guardias capturados en las Vegas— después de concluida la batalla. En el portal de esa casa murió a finales de agosto el combatiente manzanillero Beto Pesant, a quien le estalló en las manos un obús de mortero, mientras trataba de desarmarlo.

Muy a tiempo fueron tomadas todas las disposiciones preparatorias del cerco, pues el comandante Corzo, sin pensarlo dos veces, intentó el 31 de julio, al día siguiente del Combate de Jobal y la huida del Batallón 23, salir de la ratonera en que se encontraba. Con esta acción se inició la Batalla de Las Mercedes, la última operación de la famosa ofensiva, que duraría toda una semana, durante la cual no se dejó de combatir ni un solo día.

A las 9:00 de la mañana, el Batallón 17 intentó romper el cerco. Se entabló el combate que duró todo el día hasta el anochecer, y a pesar de todo su esfuerzo, el enemigo fue eventualmente rechazado de nuevo hacia Las Mercedes. En el parte de guerra leído por Radio Rebelde el 1ro. de agosto, se informó lo siguiente:

La batalla continuó durante todo el día de ayer, la noche y la madrugada de hoy. Refuerzos enemigos están en marcha desde Estrada Palma, en un esfuerzo desesperado por impedir que éste batallón también sucumba ante el empuje arrollador de nuestras fuerzas. La batalla se desarrolla con empleo de aviación, de tanques y artillería, por parte del enemigo, y con empleo de morteros y bazookas por nuestra parte. La lucha se libra ya en el llano, cada vez más distante del macizo montañoso de la Sierra Maestra.

En realidad, nos estábamos adelantando un poco a los acontecimientos. Ese día no hubo lucha contra ningún refuerzo ni tuvimos que emplear todavía la bazuca. Aunque parezca increíble, el mando enemigo no hizo el menor intento por acudir en ayuda de la tropa que trataba desesperadamente de escapar. La única conclusión que cabía sacar es que aún no habían reunido en Estrada Palma las fuerzas que consideraban suficientes. Quizás estaban esperando por la llegada desde Bayamo de los tanques pesados Sherman.

Al final de ese mismo parte, por cierto, Radio Rebelde anunció de forma errónea por su cuenta:

Reiteramos nuestro llamamiento urgente a la Cruz Roja Internacional, a fín de que envíe delegados al central Estrada Palma para entregar 160 prisioneros, muchos de ellos, heridos, algunos de suma gravedad.

Donde no exageraba del todo la información de Radio Rebelde era en lo que respecta al uso de morteros por parte nuestra, pues ya había mencionado que intentábamos utilizarlos desde la noche del 30 de julio.

El mismo 31 de julio, mientras se desarrollaban los primeros combates, recibí, por intermedio de dos guardias prisioneros, información exacta de que las tropas sitiadas constaban de unos 370 soldados con abundante armamento, incluida una tanqueta T-17, dos bazucas, dos morteros de 81 milímetros y 12 ametralladoras calibre 30. Además, estaban fuertemente atrincherados en posiciones estratégicas, que de atacarse, tomadas por asalto, el resultado sería un alto costo de vidas. Por ello, ordené a todas las fuerzas rebeldes construir trincheras e iniciar el hostigamiento y la reducción sistemática del campamento enemigo.

También había decidido, coincidiendo con la apreciación del Che, que las posiciones anteriores de Camilo en La Llorosa y El Mango carecían ya de sentido después de la rendición de la tropa enemiga en las Vegas de Jibacoa. Sin embargo, en el esquema que estaba diseñando figuraba enviar a Camilo a sustituir a Lalo y a Guillermo en sus posiciones en Cuatro Caminos. A mi juicio, estas posiciones en aquel lugar eran una pieza clave en el combate contra el refuerzo, pues llegado el momento, no solo presionarían desde el flanco, sino que también podrían envolver el refuerzo por la retaguardia. Por tal motivo, en la madrugada del 31 de julio, logré interceptar el movimiento de Camilo hacia Las Mercedes con la orden de que se posicionara en Cuatro Caminos para actuar contra el refuerzo.

A la 1:00 de la tarde del propio día 31, Camilo recibió noticias de mi llegada al aserrío de Jobal Arriba. De inmediato, me informó en un mensaje:

[...] se está peleando en las Mercedes desde por la mañana, tenemos dos heridos no graves. Aquí están Guillermo y Lalo, hace un rato llegó [Reinaldo] Mora. Le envío el plano que me mandó el Che.

Necesitamos un detonador. Todo marcha bien. La próxima esperamos mandarla desde Bayamo.

A la 1:10 de la tarde, antes de recibir este mensaje de Camilo, le escribí al Che:

Desde esta mañana tengo lista la artillería y la 50, y 40 hombres. Estoy situado en un alto de donde se divisa la zona de combate. Pero es imposible mover los mulos sin que los divisen los aviones.

Con los morteros 60 apenas se puede contar pues explota 1 de cada 5 obuses. Por eso no pude bombardearlos ayer de madrugada. Pero espero que el 81 dé óptimos resultados.

Hay que mantener inmovilizados a los guardias hasta la noche. Por la tarde tendré esta tropa cuidando la entrada de cualquier refuerzo por Cuatro Caminos y por la noche la movilizaré para preparar un ataque con apoyo de mortero.

Esta mañana mandé un pelotón con Reinaldo Mora hacia las Mercedes.

Guillermo pasó también hacia ese rumbo. Con Lalo no he hecho contacto pero él sabía que tenía que movilizarse hacia allá.

Y, por último, le comunicaba:

A juzgar por las comunicaciones interceptadas, Corzo es el que está encerrado en las Mercedes. El tanque de ellos parece que ha sufrido tres impactos. Han pedido balas para ametralladoras 30 y agujas para la cristóbal.

Yo subiré por el camino de Arroyones hacia la loma del Jigüe, excepto que los guardias se desplacen, en cuyo caso trataremos de interceptarlos por cualquier dirección.

Y en una posdata, le agregaba: "Esta vez creo que te daré chance de sacarme una muela, pues me tiene muy jodido".

Desde mi puesto de mando en Jobal Arriba, seguía todo el tiempo los movimientos del enemigo mediante el equipo de microonda ocupado. De ahí que a las 3:50 de la tarde pude enviarle un mensaje al Che en el que le informé:

Viene un refuerzo con dos tanques, aunque no sé el punto exacto, pero supongo sea por el camino de Sao Grande. Un tanque le decía al otro que tomara precauciones, "sobre todo al llegar al río".

Aunque venga el refuerzo y logre entrar, el asunto es cuestión de bazoocas. Yo creo que deben ir para el punto donde tengan que venir los refuerzos. Esta noche le podemos meter el ataque general apoyado en los morteros.

Y finalizaba: "Recibí el plano. Yo estaré por allá sobre las 8 y 15 p.m.".

Pero no fue sino hasta algo más de las 9:00 de la noche cuando pude llegar junto con los combatientes que me acompañaban al alto de Jigüe. Allí hice rápido contacto con el Che. Le informé las medidas adoptadas, incluido el envío de Camilo a Cuatro Caminos, y conocí en detalle la disposición del cerco de la tropa de Las Mercedes.

Después de cambiar impresiones sobre la situación, el Che partió con Pedro Miret y la escuadra de morteros con la intención de ubicarlos donde pudieran realizar por la madrugada un ataque al campamento enemigo.

Miret ocupó posiciones para comenzar el ataque, pero la falta de una exploración previa del terreno provocó que los primeros disparos realizados no fueran efectivos. En vista de ello, Pedrito decidió retirarse para no seguir malgastando proyectiles, y en espera de poder localizar bien los objetivos enemigos.

Esa madrugada, el Che ordenó realizar una nueva exploración del campamento enemigo en Las Mercedes, esta vez a cargo de una patrulla perteneciente al pelotón de Lalo Sardiñas, al mando de Silvio García Planas. El grupo se acercó tanto al sector de los guardias que el amanecer los sorprendió en una posición comprometida a orillas del río Jibacoa, de la cual no podían retirarse sin riesgo de ser descubiertos. Silvio y sus hombres quedaron atrapados y se vieron obligados a permanecer ocultos todo el día a orillas del arroyo Jibacoa, para intentar retroceder cuando cayera la noche.

A las 5:25 de la mañana, el Che me envió el siguiente informe:

Se recibió noticias de la gente; vino uno de ellos. Entró en el arroyo y no puede salir hasta la noche. En el tanque [...] tienen que tener otra microonda; sería muy importante para mí para poder tomar determinaciones rápidas.

De los demás lugares no se ha reportado nada. Lo malo es que Pedrito y esa gente se fueron. Ahora no pueden estudiar la posición para tirar y de noche suceden cosas como las de hoy. El tanque sería utilísimo de día pero de noche se anula, pues no puede llegar a la posición de los soldados y ellos están muy bien atrincherados, son como 50 en cada firme. Lo que sí podría hacer es tomar las Mercedes, pero necesita el apoyo de la bazuca para su colega.

Se refiere el Che a la tanqueta capturada en las Vegas de Jibacoa, la cual, desde entonces, tratábamos de poner en funcionamiento para incorporarla a la batalla.

Al amanecer, la aviación comenzó a ametrallar las posiciones rebeldes, aunque sin resultado apreciable alguno. Ese día, el enemigo no realizó ningún intento por romper el cerco y las fuerzas rebeldes continuaron hostilizando su campamento.

El Che ordenó ubicar la ametralladora 50 de Curuneaux, manejada en esta ocasión por Gonzalo Camejo, en un firme cercano, pero su dotación equivocó el lugar y se situó en una posición demasiado descubierta, batida fácilmente por la aviación y el fuego de las ametralladoras 30 y los morteros enemigos, ubicados en puntos bien fortificados, por lo que decidió retirarla de inmediato. A las 9:30 de la mañana, el Che me informó del resultado improductivo de esta maniobra:

La aviación no dio mucha candela, pero todo lo nuestro fue una mierda. El firme que había señalado no era y resultó que la 50 estaba bajo el fuego de las 30, sin trincheras y los morteros estaban dando en cualquier lado.

Esa tarde, cumpliendo instrucciones de Guillermo, Huber Matos avanzó sus posiciones en la loma de La Herradura, estrechando un poco más el cerco al campamento enemigo.

En mi puesto de mando, me enteré por el equipo de microonda que refuerzos enemigos estaban en camino desde Estrada Palma, en un intento de impedir que el batallón cercado en Las Mercedes sucumbiera ante el empuje rebelde. Esa tarde le envié un mensaje a Suñol alertándolo de ello, y le agregué:

Confío en que no dejen pasar por ahí [por Sao Grande] los guardias. Atrinchérate bien. Esta batalla se gana no dejando pasar los refuerzos.

Por el lado de Cuatro Caminos tenemos una fuerte tropa.

Hay una patrulla encargada de hostilizar a los guardias por la retaguardia cuando choquen contigo.

La fuerte tropa en Cuatro Caminos era, como ya dije, la de Camilo. La patrulla era una escuadra dirigida por Rafael Verdecia, Pungo.

El 2 de agosto, tercer día de la batalla, los guardias de Las Mercedes intentaron de nuevo tres veces romper el cerco, y tres veces fueron rechazados por la gente de Guillermo, y obligados a regresar a sus trincheras. Ese día, el Che le aconsejó a Guillermo:

Si fuera posible, deja salir un poco de tropa para meterle mano fuera de sus trincheras. Suspende los tiros innecesarios. Ponle mucho ojo a los tanques que hay dos abajo, el de arriba parece que está averiado.

Si llegan a irse hay que caerles atrás hasta donde vayan.

Ya el Che estaba previendo la posibilidad de que un refuerzo apoyado por los tanques pesados Sherman cuya llegada a Estrada Palma ya conocíamos, pudiera lograr romper el cerco rebelde y sacar a la tropa sitiada. De ahí, su indicación de perseguir implacablemente a los guardias en retirada, hasta el propio Estrada Palma si fuera necesario. En cuanto a la tanqueta enemiga ubicada en Las Mercedes, ese día fue inutilizada de manera definitiva por un certero bazucazo disparado desde el alto de El Moro por el combatiente Herman Marks, norteamericano de la tropa del Che con experiencia en el manejo de la bazuca por su participación en la guerra de Corea. Esta tanqueta enemiga aún hoy está en Las Mercedes, en el mismo lugar donde recibió el impacto devastador del bazucazo, como testimonio material de la victoria rebelde contra la ofensiva.

La aviación continuó atacando con persistencia las posiciones rebeldes. Ese día los ataques aéreos causaron la muerte del teniente Godofredo Verdecia, de la tropa de Guillermo, y resultó herido el combatiente Félix Mendoza, de las fuerzas del Che. Sin embargo, durante toda la jornada, a pesar de los ataques de la aviación enemiga, continuó el hostigamiento de las fuerzas rebeldes al batallón cercado.

En vista del fracaso del intento de utilización de la ametralladora 50, desde mi puesto de mando en Jobal Arriba, mandé a buscar bien temprano a Braulio Curuneaux y la dotación de la ametralladora. Para mí estaba claro que esa arma sería más efectiva en el combate contra el refuerzo. Mi intención era reunirme con Curuneaux en el aserrío de los González, darle instrucciones precisas y enviarlo esa misma noche a su nueva posición.

Aunque todo parecía indicar que el principal esfuerzo por socorrer a la tropa sitiada provendría desde la dirección de Estrada Palma, no podía desecharse la posibilidad de que el mando enemigo intentase un esfuerzo secundario desde la dirección de Cienaguilla y El Jíbaro, donde había concentrado algunas fuerzas. Por eso, envié poco después del mediodía el siguiente mensaje al Che:

Acabo de recibir tus dos notas sobre Fonso [Alfonso Zayas] y lo del mortero.

Yo había sugerido el envío de aquel a la zona de Cienaguilla por considerar que aquella era una tropa llamada a ser enviada de refuerzo y me parecía conveniente que apenas se moviera encontrara resistencia y no pudiera llegar fácilmente a Jíbaro. Habiendo ellos retirado la tropa de Purial [de Jibacoa] no me parece lo más lógico que ahora intenten enviar los refuerzos por esa misma vía.

Hiciste bien, a mi entender, reteniendo a Fonso mientras no sea reforzado Silva. Una vez hecho esto, yo soy del parecer que Fonso se aproxime lo más posible a Cienaguilla emboscándose en el camino que viene para acá. A Guerrita [Felipe Guerra Matos] le encargué preparar una emboscada a la retaguardia de Cienaguilla. Si tú no consideras suficientemente fuerte la línea de aquel lado, recoge gente de la que ande por ahí y utiliza también de las que están entre las Mercedes y la Maestra, pues es donde virtualmente no nos hacen ninguna falta.

Lo que había ocurrido era que esa tarde recibí la información de que las tropas enemigas estacionadas en Purial de Jibacoa se habían retirado. La noticia me la trajo Felipe Guerra Matos, quien actuaba como una especie de segundo al mando de la columna de Crescencio Pérez. Como se recordará, Crescencio había recibido la misión de cubrir precisamente los accesos a Las Mercedes desde las zonas llanas al sureste del poblado. Esa noche, le escribí al Che:

Guerrita está aquí. Me informa que hace dos días se fueron las tropas de Purial. Debe dedicarse el pelotón de Alfonso (Zayas) a hostigar la tropa de Cienaguilla, avanzando hacia allá y tratando de ponerle una emboscada en la retaguardia.

Si dicha operación ya no fuera posible porque una patrulla de Guerrita la hubiere realizado, entonces que Fonso se sitúe emboscado, lo más cerca posible de aquella tropa en el camino que conduce hacia acá. Mora y Crespo deben situarse en el punto acordado para prever cualquier avance desde Cayo Espino por el camino de Purial y Jíbaro.

En realidad, lo que ocurrió fue el movimiento de fuerzas enemigas dispuesto en el nuevo plan de operaciones, firmado el 26 de julio en el puesto de mando de Bayamo, al que ya hicimos referencia en capítulos anteriores. Entre las disposiciones de este plan figuraba que el Batallón 12 de Infantería debía retirarse de Purial de Jibacoa en dirección a Cienaguilla.

Ese día, 2 de agosto, decidí también aplicar una táctica similar a la utilizada en la Batalla de Jigüe, que consistía en suspender completamente el fuego en el cerco con el fin de confundir al enemigo y hacerle creer que las fuerzas rebeldes se habían retirado, así provocaríamos la salida de los guardias de sus trincheras.

A las 4:00 de la tarde, le envié el siguiente mensaje al Che:

Aquí van los dos morteros y un morterista; el otro está enfermo. Lalo tiene un muchacho que se llama Emilio [Rodríguez], que sabe manejar bien el mortero, pues estuvo con Pedro [Miret] mucho tiempo y es muy valiente. Trata de localizarlo por tu lado, que yo trataré por el mío.

Si vamos a suspender el fuego totalmente en el cerco, es mejor que se use la 50 contra los refuerzos; pues no hacemos nada con dejar de disparar con los fusiles si se dispara con la 50; en cambio ésta por allá abajo puede meter mucho miedo. Los morteros los tienes ahí para usarlos en cualquier intento de salida de los guardias.

A estas alturas, todos los intentos por reparar y echar a andar la tanqueta capturada en las Vegas habían sido infructuosos, pero yo seguía insistiendo. Esa tarde, dispuse el traslado de la tanqueta con ayuda de un tractor hasta mi puesto de mando en Jobal Arriba para seguir tratando de repararla. Así se lo comuniqué a Arturo Aguilera a las 6:45 de la tarde: "Estoy cerca del tanque. Pienso ir para el aserrío esta noche y llevar el tanque. Quiero que traigan el tractor para sacarlo lo antes posible".

En un mensaje a Guillermo enviado a las 9:00 de la noche del 2 de agosto, le informé de la nueva táctica a seguir:

Vamos a seguir una táctica similar al Jigüe. Vamos a parar el fuego completamente para hacerles creer a los guardias que nos hemos ido. Pásale el aviso a toda la gente de ese lado. Nadie debe disparar. Todo el mundo debe procurar que no lo vean, ni observen los guardias su presencia. Estar atento por si tratan de salir y abrir fuego solamente si los guardias tratan de escapar por algún lado. Así ahorramos parque y confundimos al enemigo.

Tal como había indicado, luego de buscarse combustible para el tractor, este comenzó a mover la tanqueta lentamente. Pero un fuerte aguacero lo hizo resbalar en el fango, y resultó imposible continuar.

A las 11:45 de la noche, molesto por el nuevo contratiempo, le informé a Camilo:

Llevo dos días esperando el cabrón tanque para hacer una incursión a fondo en la retaguardia del enemigo. Pedrito debe bombardear esta noche a Estrada Palma desde 2 Grúas, para complicar y estorbar la concentración de tropas enemigas.

Y por último, una recomendación: "Te mando una mina, detonador, cable y fulminante. Recuerda que la mina antitanque hay que ponerla en el medio del camino, enterrada".

Esta era la situación al amanecer el cuarto día de la batalla. Durante toda esa noche, las posiciones rebeldes que participaban en el cerco mantuvieron el alto al fuego.

A las 4:45 de la tarde, del 3 de agosto, el Che me envió otro mensaje.

Haré todo como me dices. El camino que va a Cayo Espino sin pasar por Jíbaro debe pasar por la Herradura necesariamente.

No creo que se deba debilitar más el cerco, pues podrían intentar una salida desesperada y romper nuestras líneas en algún punto vulnerable, salvándose parte de una tropa que no debe salvarse.

Y más adelante agregaba: "Me parece que tiene cierta importancia tener la 50 aquí dentro de un par de días porque se puede coger el explorador. [...] Sino, les puede seguir tirando comida y parque indefinidamente".

Se refería el Che a la avioneta de exploración enemiga, que, aparte de su función de orientar el tiro y bombardeo, lanzaba impunemente paracaídas con suministros y municiones al campamento sitiado.

Por último, en ese mismo mensaje el Che me pidió que me encargara de un asunto que lo tenía bien molesto:

Debo pedirte que trates de localizar mi mulo, pues alguno lo sacó y es una cosa que no estoy dispuesto a permitir. Aquí se cagan en todo con un desparpajo bárbaro, te pido que me remitas el mulo con el que lo cogió para que se beneficie del ayuno.

Esa mañana, Guillermo ordenó a la fuerza de Huber Matos que permaneciera emboscada a lo largo del firme de La Herradura para evitar la salida del batallón enemigo. Ese día, en específico, Huber Matos me envió dos mujeres detenidas por sus combatientes, quienes llevaban cartas, medicinas y ropas a los soldados sitiados. Las postas de la tropa de Suñol les habían permitido pasar por Sao Grande indebidamente.

El resto de la mañana y parte de la tarde, la aviación ametralló indiscriminadamente las zonas de Gabiro, las Vegas de Jibacoa, Arroyones, La Herradura y otros puntos cercanos. Sin embargo, en Las Mercedes solo la avioneta de reconocimiento sobrevolaba el campamento enemigo. Mientras tanto, Camilo y sus hombres siguieron emboscados en las lomas de Estrella Bello; y de Los Popa, en Cuatro Caminos, esperando a los refuerzos. Esa tarde, el Che le escribió a Camilo en un mensaje:

Por aquí todo bien. Hoy la aviación nos dio descanso. [...]

No te deseo que agarres un tanque porque Fidel te lo va a quitar.