jueves, 29 de marzo de 2012

PRIMAVERA pasover Pascua Pesaj Ernesto Che Guevara Teresinka Pereira poetisa

Teresinka es mi amiga, en realidad ella es amiga de todos en el mundo. Es un alma de inmedible superifice

a todos llega, a todos estimula, a todos ayuda.  Sirva la poesía de ella para que nos demos cuenta todos

que las religiones no pueden obliterar nuestra ancestral y sabia fraternidad humana.

 

Eladio González   toto  director Museo Che Guevara de Buenos Aires, Argentina

 

De: tpereira@buckeye-express.com [mailto:tpereira@buckeye-express.com]
Enviado el: Jueves, 29 de Marzo de 2012

Asunto: PRIMAVERA....

 

PRIMAVERA, PASOVER, PASCUA

 

                   Teresinka  Pereira

La primavera

nos trae la capacidad

de renovar el deseo

y la determinacion

para renacer

con las flores.

La gloria y el pesar

de ayer se hacen sabia

erudicion de humo

y se van para siempre

dejando poco incentivo

para mantener la vida.

Solo al futuro pertenece

toda la esperanza

mientras celebramos

una nueva primavera,

el pasover y la pascua.

 

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Doctor hay una celda para usted Piden investigar a médicos que participaron en dictadura

Jueves 29 de Marzo de 2012

Piden investigar a médicos que participaron en la dictadura

Se trata de 80 profesionales de la salud que en Córdoba emitían certificados falsos, controlaban torturas, administraban drogas para los vuelos de la muerte y colaboraban en partos clandestinos desde hospitales públicos. En el país serían más de 800.

La organización Médicos con Memoría, conformada por más de 300 profesionales de la salud de todo el país, pidió a la Justicia y a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, que se investigue la participación de más de 800 médicos en la última dictadura militar.
En Córdoba, se relevaron 80 profesionales que estuvieron vinculados a la realización de certificados falsos, al control de torturas, nacimientos clandestinos, entrega de bebés apropiados y a la administración de drogas a los detenidos previos vuelos de la muerte sobre el lago San Roque.

De los más de 800 médicos indicados como partícipes y cómplices de la dictadura, sólo 30 se encuentran procesados, de los cuales 15 fueron condenados y 3 tienen condena firme.

Al respecto Carlos Ferreira, médico cordobés e integrante del colectivo, señaló que el cálculo se estableció en función de los médicos mencionados en las causas judiciales por ex detenidos y familiares que pueden acreditar su participación en estructuras que funcionaron en ese momento.
“En Córdoba funcionaron unos 20 lugares clandestinos de detención y alojamiento de cadáveres como el Hospital Córdoba, donde la morgue estaba preparada para 6 cadáveres y hay testimonios que hablan que en abril de 1976 llegó a tener 120, que luego eran derivados a las fosas comunes en el Cementerio San Vicente ”, señaló Ferreira.
Sostienen además que la actividad de los médicos estuvo vinculadas a los centros operativos, en tanto que eran profesionales de la salud quienes estaban a cargo de las unidades.
En la Maternidad Nacional se calcula que se realizaron más de 250 partos de mujeres atadas o esposadas, con oficiales armados dentro de las salas de parto, todo ocurría a medianoche.
El mismo escenario se presentaba en el Maternidad Provincial, el Hospital San Roque, el Córdoba y el Hospital de Urgencias. En el interior también ocurría lo mismo.
“Muchos de ellos entregaban los bebes de las mujeres que parían en situaciones criminales, además de la asistencia en las torturas, ellos tienen conocimiento de a quiénes se entregaron los niños apropiados”, añadió Ferreira.

Médicos en actividad

Ferreira destacó que muchos de los médicos residentes que también participaron en ese momento de los operativos, hoy están en actividad y son hasta jefes de cátedra o de servicios en hospitales públicos y privados.
De estos médicos, el 10% falleció, por lo que el resto goza de su matrícula, “ya que hasta a los condenados retienen su matrícula todavía, en todo el país, sólo se retiraron dos”, añadió el profesional.

Para romper el pacto de silencio

 
Hasta la actualidad se sostiene en este ámbito un pacto de silencio que dificulta la identificación de estos médicos del terror. En este sentido médicos con Memoria habilitó una página: www.medicos conmemoria.blogspot.com para receptar denuncias y datos de manera completamente anónima. Invitan a médicos, enfermeras, psicólogos, y testigos a que aporten datos. También pueden comunicarse al 0351 152 375 464.
Esta información es remitida a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, con quien se articulan los trabajos y a la Justicia.

 

Ignacio Copani es a Argentina lo que Carlos Puebla es a Cuba

Ignacio Copani ----------------------- Marzo - Abril 2012

Ya culminada la temporada de Verano y con más de 50 recitales realizados, Ignacio empieza a transitar el 2012
pleno de trabajo,  de militancia y de proyectos.  Un año que será, por cierto, de novedades y  nuevas propuestas.

   
   

Luego del exitosísimo ciclo en Costa Atlántica, que convocó más de 100.000 espectadores,  Copani estuvo en
diversos sitios como Corrientes, Trelew, Ushuaia, Córdoba, República del Uruguay y en importantísimos eventos
de la provincia de Buenos Aires, como los festivales de Baradero, Guaminí y recitales en lugares que hasta hace
un tiempo,  debido al famoso conflicto del campo,  le eran hostiles y hoy vuelven a abrirle las puertas,  sin ninguna
necesidad de que Copani haya cambiado ni una sola coma de sus canciones. Y desde luego... sin ningún rencor.

Además ha seguido con su habitual  compromiso militante,  presentándose en diversas actividades relacionadas
con la participación del pueblo y  en especial en el mes de marzo,  en eventos que se realizaron dentro del marco
de la semana de la Memoria, Verdad y Justicia (hacé
click aquí para ver carta de su hija referida al 24 de marzo)

El mes de abril lo encontrará abocado a nuevas propuestas en el ciclo que ya hace 2 años realiza en los Bosques
de Ezeiza  a través del  Ministerio de  Desarrollo Social.   Las jornadas que lleva a cabo allí,  con un gran grupo de
artistas y recreadores (la Juglaría de Ignacio Copani ), convocan a miles y miles de personas cada fin de semana.

Podés ver todo lo referente a los Bosques de Ezeiza haciendo click en http://www.ignaciocopani.com/ezeiza/

Para estos eventos Ignacio está componiendo una obra de teatro (musical) destinada a los pibes, que empezará
a grabar en el mes de mayo (algunas cosas aquí y otras en el exterior)  y de seguro estrenará en primavera 2012.

A partir del mes de Junio estará con recitales en teatros de Montevideo ( Sala Zitarrosa, 1 y 2 de junio) , en ciudad
de Pergamino ( 22 de junio, Florentino teatro), Rosario (23 de junio, Olimpo Concert)  y Capital  (fecha a confirmar)

Según Copani, para esas fechas también estará en los festejos por el regreso a la primera A de su querido River,
a quien en este trance dramático, le ha dedicado un disco entero (Lado B)  que podés conocer haciendo click en
http://ignaciocopani.com/rivertidisimo/ 


Agradecemos la difusión de esta información.
Para ampliarla o por cualquier inquietud
www.copani.com.ar
 

 

Chicago, New York en bolas, Argentina a los gritos, Harris como Tarzán Yaciretá Walter Mondale Toto Chaubloqueo

Harris: Así torpedeé un negocio entre EE.UU. y la Marina”

El 29 de marzo de 2012  

Astilleros argentinos- Los cables dejaron de ser seguros –cuenta Harris–. Tuve que empezar a usar aerogramas, memorandos y cartas oficiales clasificadas.” Sin embargo, cuando Harris intentó torpedear la concesión de un crédito estadounidenes que iba a ir a parar a los bolsillos de los almirantes que eran dueños de la vida y de la muerte en los sótanos de la Esma, se convirtió en un testigo molesto para sus colegas de la embajada que hicieron todo lo posible para que ese informe no llegase a tiempo a Washington.

El informe de Harris sobre la relación de la Marina con el proyecto Astilleros Argentinos fue retirado de la bolsa diplomática. “Me advirtieron que no iba a ser despachado porque contenía información que perjudicaría a un holding subsidiario de la Marina que dependía de un seguro para Astilleros Argentinos. Es decir, para los mismos que manejaban la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma)”, relata Harris.

“Un viernes de 1978, yo estaba almorzando un sándwich en mi escritorio en la embajada. En ese momento, el Banco Export-Import (Eimbank) del gobierno de Estados Unidos estaba considerando otorgarle un préstamo multimillonario (en dólares) a una compañía norteamericana llamada Allis-Chalmers, para que ésta construyera una fábrica de turbinas en Argentina.

Una vez finalizada, la fábrica sería entregada a Astilleros Argentina, una compañía en Buenos Aires. Dado que se trataba de un préstamo muy importante, durante mi hora de almuerzo solicité la carpeta con información sobre esa transacción a la secretaria de la sección económica y comercial de la embajada. Ella dijo: ‘No hay problema, pero no pierda nada’. Me llevé la carpeta a mi oficina –que no tenía ventanas– y la hojee mientras almorzaba. Me sorprendió encontrar un memorando interno de la embajada, ¡que decía que Astilleros Argentina era una subsidiaria de la Marina Argentina! Por alguna razón la embajada norteamericana en Buenos Aires se había olvidado de informar ese pequeño detalle a Washington.

Cerré la carpeta, terminé mi sandwich y le devolví la carpeta a la secretaria. Luego, escribí una carta de acuerdo con las reglas especiales que habían acordado el Departamento de Estado y la embajada. En mi carta sobre el préstamo Exim, simplemente pregunté: ‘¿Uds. sabían que el beneficiario del préstamo Exim en Argentina es la Marina argentina?’. La Marina estaba entusiasmada –sigue Harris– con la posibilidad de recibir el préstamo porque obtendría una industria de nivel mundial que valdría medio billón de dólares, y le permitiría producir turbinas que serían vendidas por millones de dólares. La Marina sería la dueña de una nueva industria. Además, mientras que la Marina haría turbinas hidroeléctricas enormes y se transformaría en un jugador de nivel internacional porque solamente había tres o cuatro productores de turbinas hidroeléctricas en el mundo, el Ejército, por el contrario, continuaría produciendo ropa interior, medias y productos de baja tecnología.”

“Coloqué las cartas para el Departamento de Estado en una oficina que se encargaba de enviarlas a Washington y le entregué su copia al embajador. Esa tarde, mi jefe (el consejero político) vino a mi oficina, me entregó las cartas que yo quería enviar a Washington, y me dijo que formábamos parte de un equipo y debía comportarme como un buen jugador. El vicejefe de misión (porque el embajador estaba de viaje) había decidido que la información sobre el verdadero beneficiario del préstamo del Exim no debía llegar a Estados Unidos. Hablamos durante cuarenta minutos y al salir de la oficina me dijo ‘al menos no podrá ser enviado esta semana’. En ese momento, yo no sabía que la reunión en Washington, para decidir el préstamo del Exim, se llevaría a cabo el martes siguiente, pero el Vicejefe de Misión sí lo sabía.”

“Volví a la oficina de la cual salía la correspondencia diplomática de la embajada y luego de una dura negociación, convencí a la persona que trabajaba allí que volviera a introducir mis cartas en la valija diplomática que iba a ser enviada a Washington –cuenta Harris–. Esa persona debía abrir la valija diplomática que ya se encontraba cerrada y sellada, y rehacerla. Si bien podría haberse negado, colocó mis cartas en una de las valijas diplomáticas. Por supuesto, cuando las cartas llegaron a Estados Unidos se desató el caos. El préstamo del Exim se suspendió. Era un proyecto muy importante para La comunidad de empresarios de Estados Unidos; el Departamento de Comercio y el Tesoro estaban furiosos porque veían que la política de derechos humanos de Carter equivalía a una disminución en las exportaciones y en los puestos de trabajo norteamericanos.

Mientras tanto, en Argentina la Marina enloqueció porque su futura ‘vaca gorda’ iba a ser suspendida por la decisión del gobierno de Estados Unidos de no extender las garantías para el préstamo Exim. Sin estas garantías, Allis-Chalmers ni siquiera consideraría el proyecto. El Congreso norteamericano organizó audiencias sobre este tema y, más importante aún, el préstamo del Exim se convirtió en un elemento central de las negociaciones entre el vicepresidente Walter Mondale y el Jefe de la Junta militar, Videla. Durante esas negociaciones, acordaron que si Argentina autorizaba la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos al país, el préstamo del Exim sería aprobado. Eventualmente, el préstamo del Eximbank fue aprobado, pero la fábrica nunca se construyó”, concluye Harris.

El giro final de esta historia es que el consejero comercial en la embajada norteamericana estaba tan enojado que renunció al servicio exterior y fue a trabajar como representante de Aliss-Chalmers en Paraguay. Allis-Chalmers proporcionó, más adelante, las turbinas hidroeléctricas para la represa de Yacyretá, pero éstas fueron construidas en Pennsylvania y no en Argentina.

 

Un yanqui en la Corte del Rey Videla Argentina tétrica Patricia Derian Videla Massera Agosti Harguindeguy Che Guevara Rosario

La solidaridad y valentía de un diplomático yanqui

El 29 de marzo de 2012 par

Por Walter Goobar y Francisco Balázs* -Entrevista. Allen Tex Harris. Ex secretario político de la embajada de EE.UU. Llegó a Buenos Aires para monitorear el plan nuclear argentino, pero debió hacerse cargo de un tema que nadie quería tomar: la cuestión de los derechos humanos. Abrió la Embajada, recibió miles de denuncias y, alineado con la gestión de James Carter, se enfrentó con los halcones de Kissinger y los jerarcas de la dictadura militar.

El texano Allen Tex Harris tenía 38 años cuando llegó a la Argentina en junio del ’77, durante el período más sangriento de la represión ilegal inaugurada con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. El primer recuerdo de este gigante de casi dos metros de estatura fue que sobre los techos de la Embajada norteamericana habían instalado un nido de ametralladoras. Sin embargo, de manera fortuita, este abogado, que venía con una misión distinta, fue designado para poner en marcha la nueva política de derechos humanos propiciada por el gobierno de James Carter. A lo largo de esta entrevista, Harris –que hoy tiene 74 años– relata sus esfuerzos para juntar información de los familiares de las víctimas de la represión, y la creación de una base de datos única para la época.

En un primer momento, los familiares de los desaparecidos no se atrevían a visitar esa fortaleza armada que era la embajada de EE.UU., por eso, con un puñado de tarjetas en el bolsillo, Harris y su asistente, Blanca Vollenweider , enfilaron hacia la Plaza de Mayo y las repartieron entre los familiares que hacían la ronda. “Con esos datos hacíamos una muestra estadística que resultó finalmente coincidente con la de los organismos de derechos humanos. Teníamos datos del número de desaparecidos semana por semana”, narra Harris.

Sin embargo, el embajador Raúl Castro, un mexicano nacionalizado que en 1975 había sido elegido gobernador de Arizona, no estaba muy convencido de que citar a los familiares en la sede diplomática fuera el método más apropiado y puso límites: que los testimonios se recibieran de 12 a 14. Para Harris, eso era suficiente.

Harris encontró que el gobierno argentino había desatado una operación de terrorismo de Estado, que se manifestaba en su más sangrienta expresión mediante operativos que hacían "desaparecer" o que "chupaban" enemigos reales e imaginarios. "La información enviada a Washington –rememora Harris– enseguida causaba disputas entre quienes abogaban por medidas más serias contra el gobierno argentino.

Entre ellos estaban funcionarios como Patricia Derian, secretaria de Estado Adjunta para Asuntos de Derechos Humanos durante la administración de Carter, que viajó a la Argentina y se enfrentó a Videla, Massera y Harguindeguy. Había quienes en Washington pretendían subordinar la política de DD.HH. a las relaciones comerciales. Entre estos últimos estaban la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el Pentágono y la Secretaría de la Sección Económica y Comercial de su propia Embajada”.

En el lapso de dos años, la oficina de Harris presentaría un informe sobre la suerte de miles de víctimas, así como de la estructura del aparato represivo, mencionando a los perpetradores con nombres y apellidos: "Los siguientes son algunos de los oficiales del Primer Cuerpo del Ejército ubicado en Palermo con responsabilidades de los detenidos a disposición del Poder Ejecutivo (PEN) y las personas desaparecidas. El teniente coronel Roarte, el teniente coronel Gatica, y el padre Monson, capellán del Primer Cuerpo de Ejército. ¿Alguien sabe o tiene alguna información sobre estas personas?", reza uno de los inusuales informes del temerario diplomático que –en esos años– le podrían haber significado una sentencia de muerte en la Argentina.

El periodista Robert Cox, director del Buenos Aires Herald en aquella época, reconoce que Harris le salvó la vida cuando estuvo secuestrado: "Nunca olvidaré que por defenderme, Harris y su familia vivieron perpetuamente amenazados. Incluso él y su esposa sufrieron un atentado y un intento de secuestro. Finalmente se tuvo que ir del país y, cuando eso sucedió, uno de los máximos jerarcas de la dictadura, el general Guillermo Suárez Mason, hizo un brindis por haber logrado su expulsión".

Harris, que durante años fue un testigo molesto para el Departamento de Estado, y recién fue reivindicado durante la era Clinton, relata en esta pormenorizada entrevista cómo logró informar a tiempo al Departamento de Estado –a pesar de la oposición de sus superiores– que el beneficiario de un préstamo del Banco Export-Import (Eximbank) sería una empresa que pertenecía a la Marina Argentina.

Hoy, en las calles de Buenos Aires, Harris se siente como en su casa, más aún ahora que su silenciosa misión ha sido reconocida por el Gobierno Nacional, que le otorgó la Orden del General San Martín. Frente al grabador de Miradas al Sur, Harris desgrana la historia que marcó su vida, signó su carrera y sirvió para salvar muchas vidas en un momento en que muchos argentinos miraban para otra parte.

"Cuando estuve la semana pasada en la Embajada dando un discurso, comencé refiriéndome al enorme cambio que percibía. La primera vez que llegué, en el techo de la residencia del embajador había un puesto de ametralladoras aéreas debido a que el oficial de seguridad temía un ataque de Montoneros o por el ERP. Había una línea de fuego. Por eso ahora, cuando llegué a la Embajada y vi esa enorme fila de gente esperando para conseguir su visa, sin ningún tipo de armamento custodiando el lugar, me dije: ¡Cómo han cambiado las cosas!", dice Harris.

Su relato se va armando como un rompecabezas: "A mediados de los setenta, todos los norteamericanos, británicos y ejecutivos de empresas multinacionales tenían equipos de varios guardaespaldas porque vivían atemorizados de ser secuestrados. Como todos sabemos, el terrorismo no trata de ocupar un territorio, sino de generar temor. Y ellos sí que fueron exitosos con ese objetivo. El asesinato en Córdoba de quien era un oficial de información que se encargaba de operar sistemas de radiocomunicación fue conmocionante. Tenía en el techo de su casa todo tipo de antenas y equipamiento. Cuando alguien golpeó a su puerta, él abrió y fue asesinado ahí mismo. Por este motivo, toda la Embajada sintió mucho miedo de ser atacado, por eso comenzaron estrategias dirigidas al personal, como no utilizar el mismo camino todos los días. Fue en ese contexto que comencé a enviar reportes a Washington”,recuerda Harris.

–¿Cual fue el punto de inflexión, el momento en que usted dijo esto ya es otra cosa?

–Es una buena pregunta, porque hay dos niveles de cómo se percibía lo que se vivía en aquellos años. El promedio del personal de la Embajada vivía asustado a partir del asesinato del oficial de información en Córdoba y por los ataques que se habían realizado contra ejecutivos de empresas. La American School era como un fuerte armado, había hombres de seguridad custodiando el ómnibus escolar de la comunidad norteamericana, se vivía custodiado. Durante los últimos días de la época de Gerald Ford en la presidencia de EE.UU., y Henry Kissinger en el Departamento de Estado, designaron como embajador en Buenos Aires a Robert Hill. Hill era un republicano que comprobó las desapariciones, las torturas, los asesinatos y dijo que había que denunciarlo, darlo a conocer ante el periodismo. Estamos hablando del período 75/76. Hill comenzó a solicitar al Departamento de Estado que se finalizara con la ayuda de Estados Unidos a los militares antes del golpe y ya después, comenzada la dictadura, él pudo observar la violencia de primera mano, el terrorismo de Estado. Henry Kissinger, secretario de Estado y hombre fuerte de la política exterior norteamericana, consideraba que Hill era un loco, en términos del gran escenario de la realpolitik (ver “La realpolitik de Kissinger”).

–Conclusión...

–Esencialmente, Kissinger, el jefe, limita y silencia a Hill. Carlos Osorio, director del Departamento del Proyecto de Documentación para el Cono Sur, reveló los documentos desclasificados, demostrando el giro que había experimentado Hill contra el gobierno militar, que lo lleva en mayo de 1976 a pedir instrucciones para elevar una queja al canciller argentino, y que como respuesta fuera abiertamente desacreditado por Kissinger.

–Para entonces sucedió una profunda transformación política en los Estados Unidos...

–Así es. James Carter fue elegido nuevo presidente. Apostaba a que los académicos, los intelectuales y miembros del Congreso estaban hartos del tándem anticomunista Nixon-Kissinger-Ford y de su política radicalizada, que ubicaba a Estados Unidos siempre brindando apoyo a los malos, a los que eran odiados por sus pueblos y que reprimían a la sociedad civil. Esto ubicaba a mi país en una compleja situación a nivel internacional, por eso Estados Unidos debía cambiar su política. Hay que tener en cuenta que veníamos de derrotas, como en Vietnam del Sur, y con unas fuerzas armadas corrompidas, como ocurre hoy con Afganistán.

–Nixon es destituido en mayo del ’73. Sin embargo, cuatro meses más tarde se produce el golpe de Estado contra Salvador Allende.

–La CIA fue cómplice y pieza fundamental en ese derrocamiento. Es para ese entonces que se renueva el Congreso en Estados Unidos, dando un giro hacia una orientación más de izquierda y con una fuerte impronta en los derechos humanos. Mientras tanto, Carter comienza a dirigir sus esfuerzos por llegar a la presidencia incorporando a su campaña el tema de los derechos humanos en oposición a las bandas de patoteros anticomunistas. Esta política de Carter, ya presidente, tiene como primer objetivo a la Argentina que, a esa altura, era claro y evidente el hecho de que vivía bajo un terrorismo de Estado. Las denuncias en Suecia, Francia y Gran Bretaña, por parte de organizaciones sindicales, sociales, políticas, de derechos humanos y de la colectividad judía eran cada vez más fuertes. Fue la época en que aparecieron las Madres con sus rondas en la Plaza de Mayo, pidiendo por sus hijos. Un quiebre definitivo para aquellos días.

–¿Cómo lo tomó esa situación?

–Llego en junio de 1977, con 38 años y el cargo de oficial de rango medio del área política. Mi misión era encargarme de los conflictos por las islas Malvinas y el canal de Beagle, pero muy especialmente de los programas clandestinos de Argentina y Brasil para construir armamento nuclear. En ese contexto, todo el Hemisferio Sur se convertiría en una zona de alto riesgo. Esa era la misión con la que llegué. El tema de los derechos humanos era nuevo, casi desconocido para el promedio del personal del servicio diplomático norteamericano...

–¿Y cómo fue que se involucró en el tema de los derechos humanos?

–La mujer que estaba en esos días en la embajada a cargo del área de Asuntos Internos (Yvonne Thayer) era incapaz de lidiar con el tema; simplemente no sabía cómo hacerlo. Así que vinieron y me preguntaron si quería hacerme cargo. Dije que lo haría con una condición: que la puerta de la Embajada estuviera abierta todos los días para que la gente pudiera reportar y denunciar desapariciones. Comprendí que era la única forma que podía informarse lo que estaba sucediendo, ya que ni en Clarín ni en ningún otro diario, exceptuando el Buenos Aires Herald, escrito en ingles, aparecía nada sobre las desapariciones, torturas y muertes.

–Esa condición le permitió avanzar.

–Si no hubiera sido por la condición que puse de abrir las puertas de la Embajada, no hubiera podido hacer el trabajo que realizamos con Blanca Vollenweider. Blanca era la última empleada de la Usaid. Era bibliotecaria, de manera que tenía desarrollada una gran habilidad para clasificar información. Sencillamente maravillosa. Las denuncias de los familiares de los desaparecidos que llegaban de todas partes de la Argentina, pasaban por el Ministerio del Interior, por la Iglesia, por el grupo de gente que trabajaba con Emilio Mignone y por la Embajada. Así fue justamente como comenzó el proceso de entrevistar a familiares de desaparecidos. Como si fuera un consultorio médico, ella recibía a la gente que ingresaba, les tomaba el nombre, la dirección, el teléfono, el nombre del familiar desaparecido y los volcaba en una tarjeta de cartón.

Luego, yo entraba a la sala de espera, tomaba la tarjeta y entrevistaba a los familiares y recibía sus denuncias. Al poco tiempo empezamos a procesar cientos de casos por semana, armamos carpetas. Todo a mano, no había computadoras. Teníamos un calendario en el que poníamos la cantidad de denuncias de desapariciones que registrábamos por semana. El gobierno nos pidió que frenáramos la divulgación al mundo de los números de denuncias que eran, a su vez, los mismos números que tenían Emilio Mignone en el Cels y la Liga por los Derechos Humanos. Nuestros informes eran molestos, tanto como la posición de gente como Patricia Derian.“Los periodistas son como lobos que actúan en conjunto, nunca solos.

Cuando ellos se enteraron, como fue en mi caso, que un extranjero llegaba a las pampas, empecé a recibir llamados de los corresponsales de prensa de Inglaterra, Francia, España, Suecia, Italia... Me convertí en un testigo creíble. Eso era muy importante porque permitió que todo lo que estaba sucediendo en la Argentina apareciera en la prensa de todos esos países, en todo el mundo, permitiendo que se supiera del horror de lo que estaba sucediendo en Argentina y, finalmente, lograr que el plan de exterminio de los militares comenzara a retroceder. Esto sucedió cuando se comprendió que en lo que se suponía que era una guerra contra el terrorismo, estaban matando de 15.000 a 25.000 de sus propios ciudadanos, casi el 0,1% de la población argentina estaba siendo ejecutada sin juicio. Era una matanza de la que no se tenían proporciones, sobre todo con el tratamiento de la figura del desaparecido, haciendo desaparecer los cuerpos”, rememora Harris.

–Ya había precedentes en otros países de los métodos de secuestro, torturas y desapariciones, de los centros clandestinos de detención...

–Este tipo de procedimientos fue adoptado por los militares argentinos en su adiestramiento de lucha contra el terrorismo urbano que los franceses utilizaron en Argelia y en varias de sus colonias, que consistía en raptar a la persona rápidamente, torturarla hasta sacarle información y luego exterminarla y desaparecer sus cuerpos. Esta idea de hacer desaparecer los cuerpos fue adoptada por los militares, convencidos de que era la lucha más efectiva contra el terrorismo, sin considerar sus consecuencias a futuro ni el repudio y el descrédito que a nivel internacional iba a recibir una lucha que se realizaba de manera clandestina, como ya se había hecho en Chile. Tampoco tuvieron idea de la resistencia que encontrarían desde la misma sociedad, encarnada en la figura de esas madres que comenzaron a ir a la Plaza de Mayo y que se convertirían en el símbolo de la resistencia y de los derechos humanos. –¿Cómo mediría el efecto que tuvo esa resistencia en el plano de la política internacional?

–Ahí se comienza a romper la estrategia del anticomunista de Kissinger. Argentina fue el caso que sirvió al mundo de ejemplo de lo que no había que hacer en la lucha contra el terrorismo.

–¿Cuándo fue el momento en el que usted tuvo conciencia del genocidio que se estaba llevando a cabo en la Argentina?

–Cuando supe que un grupo de 18 o 19 curas jóvenes, españoles del tercer mundo que profesaban la teología de la liberación, que hablaban de Cristo, que en los fines de semana realizaban programas sociales en los barrios pobres haciendo un trabajo que ellos llamaban responsabilidad cristiana, fueron “chupados” y luego desaparecidos. Hasta antes de eso, en Washington, había un debate acerca de lo que sucedía y de cómo los militares estaban actuando en grupos fuera de control. Esto ya no era una guerra entre Montoneros y la Triple A. El caso de los 19 sacerdotes de la Iglesia de Santa Lucía no tenía nada que ver con terrorismo, eran simplemente cristianos con una orientación de izquierda que pensaban que estaban haciendo una tarea que Cristo les había encomendado.

–¿Cómo repercutió su trabajo en la Embajada?

–Mis informes, primero aceptados de buen grado por sus pares de la embajada, iban directamente a Washington. Sin enmiendas, ni tachas. Sólo contaba los hechos. Pero la junta militar, encabezada por Jorge Rafael Videla, chocó con el primer obstáculo cuando le negaron en Washington un pedido de cascos para los pilotos de la Marina. Era un indicio de que mi tarea, aunque silenciosa, estaba surtiendo efecto. Esto disparó un enfrentamiento con el embajador Castro, que me paró en uno de los pasillos de la embajada y me dijo: “Esta es la tercera embajada en la que estoy y siempre los presidentes de Estados Unidos me enviaron para que sea su hombre en esos territorios, para dirigir la política de Estados Unidos en ese país”. Acto seguido, me aclaro: “Soy el jefe acá, tus reportes han estado llegando a Washington cuestionando mis recomendaciones cuando yo soy el que más sabe en este lugar y no me están escuchando. En este lugar soy el representante del presidente y vos simplemente un pequeño don nadie enviando faxes e informes fuera de contexto, permitiendo que Patricia Derian y su asistente Paul Schneider le den el contexto de derechos humanos en Washington.

–¿Estuvo usted alguna vez junto a Patricia Derian en la Casa Rosada, con Videla y Massera?

–Sí, Patricia Derian era jefa de la Oficina de Derechos Humanos del Departamento de Estado. En una de las dos o tres oportunidades que Patricia Derian estuvo aquí, la acompañé a una de esas reuniones. Era una señora del sur estadounidense, de buenas maneras y voz suave. Y con esa voz suave les soltó un “ustedes son personas terribles”. Derian podía hablar muy suavemente y podía decir cosas que yo no podía, como: “General, almirante, yo estuve en esa escuela donde la gente está siendo torturada. Ustedes están perdiendo la credibilidad internacional”. Yo estaba fuera del despacho de Videla, con el maletín de la señora Derian. Recuerdo que en uno de esos intervalos de la reunión, un asistente de Videla que parecía un galán de cine sacado de una película de Hollywood, a quien había conocido en algunas recepciones de la embajada, se acerca y me dice: “Si pudiéramos nosotros tener a la señorita Derian aquí una vez más, podríamos convencerla de lo que nosotros estamos haciendo”. Con perdón de la expresión, para mí eso fue como una patada en los testículos, porque me di cuenta que no había ninguna chance de que estos tipos cambiaran de actitud. Aquí no había arrepentimiento de ningún tipo. A diferencia de lo que ocurrió en Sudáfrica, donde trabajé durante nueve años. Allí los militares y las fuerzas de seguridad admitieron que se habían cometido grandes errores. En Argentina, eso nunca iba a ocurrir.

–Al mismo tiempo que Derian denunciaba violaciones a los derechos humanos, empresas norteamericanas negociaban bajo cuerda con el almirante Emilio Massera la venta de turbinas para la represa de Yacyretá.

–Yo descubrí la conexión, informé a Washington y el contrato no se firmó. Al año siguiente Videla se entrevistó con el vicepresidente Walter Mondale y acordó una visita de la OEA a cambio del contrato. Una visita “light”. No obstante, Washington no tuvo suficiente poder para que esa visita fuera “light” y el acuerdo por las turbinas fracasó una segunda vez. Hubo después cortes de fondos previstos para el país en los programas de los Estados Unidos para la compra de material militar.

–Pero su estilo acabó desatando un severo conflicto con su jefe...

–Sí, el embajador Raúl Castro sentía que mis informes le impedían controlar la política entre Estados Unidos y Argentina. El era muy amigo de Roberto Viola y trató de jugar en la interna para favorecerlo, pero Washington no tenía interés en esa guerrita. Castro era un diplomático que anteriormente se había desempeñado como embajador en El Salvador (entre 1964 y 1968) y en Bolivia (entre 1968 y 1969). Notaba que yo, que era un oficial joven, de rango medio, estaba complicándole las cosas. Yo no decidía, mi papel, en realidad, era el de un mediocampista.

–¿Cómo se resolvió el conflicto entre el mediocampista y el embajador?

–Finalmente, llegué a un acuerdo con el embajador Castro. Se instaló una suerte de correo paralelo, acordado por el Departamento de Estado y la embajada, que me permitía denunciar al Departamento de Estado por carta cualquier información sobre derechos humanos que la Embajada no quería remitir a través de canales formales. Yo debía enviar una carta a la persona que trabajaba con Argentina en la oficina de Latinoamérica, otra a la persona que trabajaba con temas de derechos humanos en la oficina de Derian y debía entregarle una tercera copia al embajador para que estuviera informado.

–Durante esos años,¿qué sabían sobre el robo de niños?

–Fue algo que escuchamos, sobre lo que no teníamos datos. Fue antes de Abuelas. Era algo nuevo, no estaba en nuestro foco por lo clandestino de la operación. Sin embargo, teníamos algunos informes de abuelos y abuelas. Por lo tanto, supimos que había niños. Cuando Estela Carlotto fue al Departamento de Estado y se entrevistó con Madeleine Albright, le pidió que liberara los archivos concernientes a los desaparecidos para ayudarlas en su búsqueda. Allbright le dijo que lo haría si no fuera por los complicados pasos procesales. Habló de diecisiete etapas burocráticas. Sin embargo, puso la información en el sitio web del Departamento de Estado durante dos semanas.

–¿Tuvo miedo? ¿Nunca se sintió impotente ante las historias que escuchaba?

–La embajada era un gran edificio cercado y los familiares venían a informar sobre las desapariciones de sus seres queridos. Grabábamos sus testimonios y compilábamos una base de datos interna que fue, según me enteré años después, un esfuerzo diplomático único. La publicación de estos archivos provee una cantidad enorme de información sobre los desaparecidos. Mi fortaleza y mi debilidad es que yo tenía una base de datos, era un investigador, un diplomático investigador, el primero. Con Blanca, mi asistente, sabíamos que, además de recolectar testimonios y enviarlos a Washington, sólo podíamos darles palabras de aliento para que siguieran adelante. Cuando el Departamento de Estado puso los documentos desclasificados en su página web, esta página fue visitada 750.000 veces durante los primeros tres días. La página principal del Departamento de Estado, que contiene información turística, discursos del secretario de Estado y declaraciones oficiales, solamente fue visitada 200.000 veces. ¿De dónde provienen las 750.000 visitas? Claramente, de las familias y amigos de los 22.000 desaparecidos, que buscaban información en los archivos.

–A los que se atrevían a entrar a la Embajada, no los esperaba un Falcon verde a la salida… ¿Qué pasaba con ellos?

–Nada, nada… Sé que el Batallón de Inteligencia 601 mandaba agentes con historias falsas. Tenían todos los detalles de lo que hacíamos en la Embajada.

–¿Los militares, conocían todos sus movimientos...?

–Por supuesto, soy un tipo de dos metros de altura... Manejaba un auto muy visible, había sólo dos en el país.

–En más de una oportunidad, los grupos de tareas le hicieron notar su presencia para intimidarlo...

–En mi casa solía dar fiestas. Recuerdo un debate entre Bignone y un almirante cuyo nombre no recuerdo, pero que era mi contacto clave con la Armada. Yo no lo conocí a Massera, lo vi ocasionalmente. Tenía un trabajo terrible, estaba como esquizofrénico; por un lado viajaba por los mares resolviendo problemas de límites con Indonesia para permitir el paso de naves de guerra y, por otro, me dedicaba a los derechos humanos. Yo era el contacto con la Armada porque nadie en la Embajada quería encargarse de ella: todos querían estar cerca del Ejército, porque creían que el poder de decisión estaba ahí. Entonces, alguien dijo: “Denle la Armada a Harris, total no deciden nada”. Así que a la mañana siguiente podía estar en el cuartel general de la Armada, reunido con almirantes en mi carácter de abogado y diplomático y a la tarde, de dos a cuatro, con las madres de muchachos que estaban en la Esma. Era realmente esquizofrénico.

–¿Recibió algún tipo de amenaza?

–Los contactos del Ejército le decían a nuestro oficial de seguridad que la Marina estaba cansada de Harris. De golpe tuve que andar con dos guardaespaldas. A los dos meses, el general Viola le dijo al embajador Castro que la Marina se quería deshacer de mí. El embajador les dijo que ni se les ocurriera porque iban a traer a alguien peor. El admitía que yo era un “grano en el culo”. Les hizo ver que mejor malo conocido que bueno por conocer. Una vez, después de una fiesta, iba manejando por una ruta desierta de la provincia de Buenos Aires y de pronto, en un semáforo, se clavan dos autos y se bajan ocho tipos armados. Pensé que venían las balas. Ni siquiera tuve tiempo para orinarme encima. Lo único que pensé era en que debía mantener las manos arriba porque de esa manera las pericias sobre mi cadáver podían demostrar que no estaba armado y no había opuesto resistencia. En esos pensamientos forenses estaba, cuando me pidieron la “cédula”, me dijeron que me había pasado una luz roja y me dejaron ir.

Ellos, especialmente la Armada, lo que hacían de manera ostensible era tratar de asustarme. De cualquier forma, seguí haciendo mi trabajo, yendo a la Plaza de Mayo y a las iglesias, tratando de mantener el rumbo”, asegura Harris. Su relato, además, avance sobre su propio perfil. “No soy un diplomático hábil en el juego de la negociación, soy muy directo. Es mi fortaleza y mi debilidad. Mi experiencia en la Argentina fue, en cierto sentido, retorcida porque el desbordante antiamericanismo es palpable en muchos lugares del mundo, y en Latinoamérica también. La Argentina está en el tope de ese ranking. Es algo histórico. En el período de Carter fui un mediocampista. Yo no establecí la política, no tomé las decisiones. Sólo comprobé las denuncias, hablé con la gente, analicé los hechos y envié por fax mis informes a Washington”, agrega Harris.

–¿Cual es el balance de su experiencia como diplomático en nuestro país? ¿Lo marcó de por vida?

–Fue una dura batalla desde la asunción de James Carter a la presidencia. Esa batalla la lideró un sector del Departamento de Estado contra la Junta Militar a causa de su política contra el terrorismo y, lo más importante, contra el modelo de la guerra sucia. Yo la llamo proceso sucio, porque no fue una guerra. No hay guerra cuando no hay bandos.

–¿Qué piensa del resurgimiento del tema Malvinas durante la dictadura?

–Fue un gravísimo error del gobierno militar. Otro error, además del manejo que hizo de la represión y de sus consecuentes violaciones a los derechos humanos. Atacar las Malvinas fue una locura. El servicio de inteligencia argentino creyó que la Casa Blanca iba a ser neutral, o que, de última, apoyaría a la Argentina. Ni siquiera consideraron la mejor amiga de Ronald Reagan en todo el mundo era Margaret Thatcher. No estuve en la conversación, pero estoy seguro de que cuando Thatcher llamó a la Casa Blanca no dijo: “Señor Presidente, necesito su ayuda”; sino más bien: “Ronney, necesito que me ayudes con lo de Malvinas”.

–Malvinas inauguró un nuevo tipo de guerra...

–Ahora las guerras son digitales. En la historia de la guerra pasamos por cuatro etapas. La primera, consistía en confrontaciones donde primaba la cantidad de gente empeñada en el combate. Era la guerra de la superioridad del armamento en el escenario bélico, era la guerra como maniobra y estrategia. En la guerra moderna priman los medios electrónicos y digitales, que permiten saber todo sobre la tropa propia y sobre el enemigo. Si uno sabe en todo momento dónde están los amigos y dónde se esconden los enemigos, termina ganando. Ya no es cuestión de valor o de número, si no de información. Estados Unidos había puesto en órbita un satélite militar justo antes de que comenzaran los combates y la Argentina enfrentó un conflicto sin información y sin ropa de invierno. Muy duro.

–¿Cómo imagina el futuro de los conflictos coloniales? ¿Terminarán? ¿Perdurarán?

–En Estados Unidos, todos los políticos saben cómo debería ser un acuerdo de paz en Palestina, pero no hay suficiente fortaleza política en ambas partes para lograrlo. Estuve en Sudáfrica trabajando en el pasado y tenía la impresión de que se necesitaban uno o dos Abraham Lincoln para resolver el problema. Lo que necesitan la Argentina y Gran Bretaña es un liderazgo que tenga el apoyo popular para afrontar el desafío. En Sudáfrica, finalmente, tuvieron un Nelson Mandela, pero también un De Klerk y un Dani Kotzia.

–¿Qué piensa sobre el combate contra el terrorismo y sobre los métodos usados en la actualidad?

–Creo que hay que romper la cadena de información y las conexiones financieras del terrorismo. El problema es que el poder del Estado se vuelve increíblemente intrusivo desde el punto de vista de las libertades civiles y se olvida de los derechos humanos. Siempre digo que en mi país estamos enojados porque la Agencia Nacional de Seguridad interviene nuestros teléfonos e intercepta nuestros correos electrónicos y los de todo el mundo para analizarlos en sus enormes computadoras. Decimos que en América estamos perdiendo libertades, pero en la Argentina los militares secuestraron al uno por ciento de la población y la ejecutaron sin juicio. Algo demencial.

–¿Piensa que en el mundo se sabe lo que sucedió aquí o es conocido por pocas personas?

–Creo que gracias a las Madres de Plaza de Mayo y a la incansable tarea de las Abuelas se sabe en todo el mundo lo ocurrido en la Argentina. En una de sus conferencias en Estados Unidos, el canciller Héctor Timerman dijo que la Argentina ha dado al mundo dos palabras: “Tango y desaparecidos”. Creo que en cierta forma es verdad.*Colaboró en la edición y traducción, Alberto Elizalde Leal

 

 

Pido pertenecer a la Red Argentina de Masculinidades por equidad guerra al machismo

 

Solicitud de participación como miembro de la  Red Argentina de Masculinidades por la equidad

Mediante esta solicitud las organizaciones sociales, organismos públicos o personas

físicas quedaran adheridas a la Red Argentina de Masculinidades por la equidad

 

Son derechos de las/os participantes:

1.    Asistir a las asambleas y jornadas y tener derecho a voz y voto

2.    Recibir toda la información relativa a la Red Argentina de Masculinidades por la equidad  junto a   Men Engage internacional

3.    Participar en la toma de decisiones de la red. Las votaciones serán de preferencia presenciales, aunque podrá llamarse a votación vía correo electrónico.

4.    Solicitar poner temas en tabla de reunión

5.    Participar en las comisiones de trabajo

6.    Participar en el equipo de coordinación

7.    Firmar o no las declaraciones de la red previamente aprobadas por votación

8.    Conocer las rendiciones de cuentas

9.    Solicitar el uso del logo para sus acciones tales como seminarios, afiches, sitios web, etc.

10. Opinar sobre la inclusión de nuevas/os participantes

11. Participar en las instancias de formación que provea la red

12. A formar subredes regionales con apoyo de la red

13. A retirarse de la red comunicándolo al Equipo de Coordinación

DEBERES DE LAS/OS PARTICIPANTES

1.    Procurar asistir a las reuniones presenciales. Como mínimo a la jornada anual

2.    Seguir las comunicaciones electrónicas y responder a las consultas en tiempo pertinente

3.    Cumplir compromisos asumidos voluntariamente en comisiones de trabajo

4.    Seguir los principios de la red y respetar el marco de convivencia

 

Término de participación en la Red Argentina de Masculinidades por la equidad 

 

Cualquier organización puede terminar su participación si así lo estima con una notificación por correo al equipo de Coordinación

La red podrá expulsar a algún participante por falta a los principios de la Red o a los compromisos éticos mencionados al momento de incorporarse.

Un proceso de expulsión será transparente y dialogado en al menos una asamblea presencial.

La decisión de expulsión después de confirmada en asamblea será comunicada a la red por escrito por el equipo de coordinación.

Luego de eso la organización expulsada tendrá la posibilidad de una réplica por escrito la cual podrá ser leída y votada en una siguiente asamblea. Esa organización quedará suspendida hasta la siguiente jornada nacional donde se votará de modo definitivo.

 

PASO 1: CARTA DE MOTIVACIÓN

Explicar en máximo una hoja las motivaciones y sentidos de la organización o programa o persona para participar en la red. IMPORTANTE: El proceso de incorporación se activa enviando esta carta por correo

 

Como fundador y director del Primer Museo Suramericano Ernesto Che Guevara y por mi condición

afortunada de padre de cinco hijos y abuelo de nueve nietos, tengo entre esos catorce profundos afectos

siete que son mujeres.  El amor que les profeso me hace ser muy consciente de los peligros que las acechan y

me ocurre que amigas o vecinas de ellas están en la misma indefensión mientras tanto no se instale en la sociedad

la equidad tan anhelada.  Anhelo que eso se consiga, sé que será arduo y complicado pero no imposible en la medida

que nos sumemos como en este caso a este tipo de movimientos liberadores del individuo, porque además otra de las víctimas

es el victimario.  Los saludo y celebro nos llamen a incorporarnos a este ejercicio humano de revolucionar las actitudes

y que los hombres podamos subir un escalón más en nuestra sana masculinidad.

Eladio González     toto     director

Calle Rojas 129  Capital  CABALLITO  Buenos Aires   República Argentina

 

PASO 2: INCLUIR ESTOS DATOS

Nombre de la Organización      Escuela de Solidaridad con Cuba “CHAUBLOQUEO”  

Nombre del representante de la Organización    Eladio González  Rodríguez   (Toto)

Nombre del Interlocutor de la Organización con la Red     Eladio González   toto

Correo electrónico de la organización   museocheguevara@fibertel.com.ar

Nombre del Interlocutor    Eladio González    toto

Nombre y apellido de la persona física   Eladio González   toto

Correo electrónico    museocheguevara@fibertel.com.ar

Fonos    4 903-3285

Dirección    calle Rojas 129, esquina Yerbal, CABA- llito  Buenos Aires, Argentina

Incluir los datos 2 organizaciones de referencia o contacto

 

PASO 3: FIRMA

La carta se puede enviar firmada electrónicamente o firmar en la próxima reunión.

Incluir firma del representante de la organización o programa y del interlocutor/a en la red.

Al firmar esta carta se declara:

1.    Adherir a los principios de MenEngage

2.    Conocer y aceptar el Marco de Convivencia de la Red

3.    Cumplir en nuestra práctica con los procedimientos éticos de la acción y la investigación social: el respeto por la dignidad y derechos de las personas, cuidado de las personas, competencia, integridad, responsabilidad social, tener un comportamiento ético y no abusivo en su vida pública y privada, etc.

4.    Si pertenece a una organización que ninguno de los participantes de la organización ni que la organización misma haya sido condenada por un tribunal de justicia o comisión de ética por alguna práctica abusiva ni esté en un proceso en curso de este tipo. Si se trata de personas naturales se aplica el mismo criterio a la persona.

 

Firma del Representante                                     Firma del Interlocutor con la red

Eladio González   toto                                                Eladio González   toto

Firma de la persona física

Eladio González   toto

 

Enviar a mail redargentinademasculinidades@gmail.com

Comisión Coordinadora de la Red Argentina de Masculinidades por la equidad

 

Lic. Fabiana Mendez Asociacion Coordinamento Donne italo-argentine Ciudad de Buenos Aires fabi.mendezf@gmail.com

Micaela Fernandez Darriba Asociacion Coordinamento Donne italo-argentine, Ciudad de Buenos Aires micafd@gmail.com,

Jorge Ramirez Asociacion Coordinamento Donne italo-argentine, Ciudad de Buenos Aires     jorgevramirez@gmail.com,

Lolo Bre Ciudad de Buenos Aires lolobre@hotmail.com

Claudia Carpintero  Red Provincial por Mujeres Libres de Violencia de Género   Provincia de Buenos Aires claudiacarpintero@yahoo.com.ar

Fabiana Gómez Provincia de Córdoba fabianagomez67@hotmail.com

Susana Aventuroso Provincia de Córdoba  suaventuroso@gmail.com

Sofía Benítez Provincia de Chaco Asociacion Punto G  Marisofy2001@yahoo.com.ar

Diego Barla Provincia de San Juan diegobarla@gmail.com 

Hugo Huberman Masalianzafem Ciudad de Buenos Aires masalianzafem@gmail.com  

Pablo  Monges  Provincia de Formosa plmonges@hotmail.com     ,

Diego  Paulino Ojeda   Provincia de Formosa dpojeda@gmail.com     ,

Gustavo Daniel Di Paolo Provincia de Buenos Aires  gustavodanieldipaolo@hotmail.com

Asociación Civil Yanina Munilla Provincia de Entre Ríos asociacioncivilyanina@yahoo.com

 

Contacto con la Red :

redargentinademasculinidades@gmail.com

 

CONTACTOS Alianza

Comité Regional LAC de la Red MenEngage:

Gary Barker, Instituto Promundo y codirector Men Engage global    g.barker@promundo.org.br
Benno de Keijzer, Salud y Género, punto focal México;     bennodek@hotmail.com
Douglas Mendoza, Puntos de Encuentro, punto focal Nicaragua y Centroamérica; duglas.mendoza@gmail.com
Hugo Huberman, Masalianzafem  punto focal Argentina hugo.huberman@gmail.com  
Francisco Aguayo, EME, punto focal Chile y Sur faguayo@eme.cl  

 

 

De: Observatorio de Trata Córdoba [mailto:observatoriodetratacba@gmail.com]
Enviado el: Jueves, 29 de Marzo de 2012
Asunto: Hacete Par Sumate Red Argentina de Masculinidades por la equidad , por favor hacerlo correr por sus mails

 

Queridxs todxs:

El camino que hemos recorrido en cuatro años , es parte de la constitución de la Red Argentina de Masculinidades por la equidad.

En archivos adjuntos les contamos como empezamos a organizarmos , pueden sumarse organizaciones sociales públicas y personas físicas .
 
Hace te par , se parte de la Red de Argentina de Masculinidades por la equidad  mail reddemasculinidades@gmail,com

facebook https://www.facebook.com/RedArgentinaDeMasculinidadesPorLaEquidad  

Comision Coordinadora
Hugo Huberman
Educador
Facilitador de Género, paternidades y familias.
http://hombrespadresfamilias.blogspot.com/
Coordinador Campaña Lazo Blanco
www.lazoblanco.org
Punto focal Men Engage
Buenos Aires
0054 11 47830070
Celular 0054 11 1534374931



Igualdad de género Sumate Red Argentina de Masculinidad difundílo

De: Observatorio de Trata Córdoba [mailto:observatoriodetratacba@gmail.com]
Enviado el: Jueves, 29 de Marzo de 2012


facebook https://www.facebook.com/RedArgentinaDeMasculinidadesPorLaEquidad  

 

Hugo Huberman      Educador    Facilitador de Género, paternidades y familias.
http://hombrespadresfamilias.blogspot.com/
Coordinador Campaña Lazo Blanco
www.lazoblanco.org    Punto focal Men Engage
Buenos Aires   0054 11 47830070    Celular 0054 11 1534374931

 

 

 

Solicitud de participación como miembro de la  Red Argentina de Masculinidades por la equidad

Mediante esta solicitud las organizaciones sociales, organismos públicos o personas

físicas quedaran adheridas a la Red Argentina de Masculinidades por la equidad

 

Son derechos de las/os participantes:

1. Asistir a las asambleas y jornadas y tener derecho a voz y voto

2. Recibir toda la información relativa a la Red Argentina de Masculinidades por la equidad  junto a   Men Engage internacional

3. Participar en la toma de decisiones de la red. Las votaciones serán de preferencia presenciales, aunque podrá llamarse a votación vía correo electrónico.

4. Solicitar poner temas en tabla de reunión

5. Participar en las comisiones de trabajo

6. Participar en el equipo de coordinación

7. Firmar o no las declaraciones de la red previamente aprobadas por votación

8. Conocer las rendiciones de cuentas

9. Solicitar el uso del logo para sus acciones tales como seminarios, afiches, sitios web, etc.

10. Opinar sobre la inclusión de nuevas/os participantes

11. Participar en las instancias de formación que provea la red

12. A formar subredes regionales con apoyo de la red

13. A retirarse de la red comunicándolo al Equipo de Coordinación

DEBERES DE LAS/OS PARTICIPANTES

1.    Procurar asistir a las reuniones presenciales. Como mínimo a la jornada anual

2.    Seguir las comunicaciones electrónicas y responder a las consultas en tiempo pertinente

3.    Cumplir compromisos asumidos voluntariamente en comisiones de trabajo

4.    Seguir los principios de la red y respetar el marco de convivencia

 

Término de participación en la Red Argentina de Masculinidades por la equidad 

 

Cualquier organización puede terminar su participación si así lo estima con una notificación por correo al equipo de Coordinación

La red podrá expulsar a algún participante por falta a los principios de la Red o a los compromisos éticos mencionados al momento de incorporarse.

Un proceso de expulsión será transparente y dialogado en al menos una asamblea presencial.

La decisión de expulsión después de confirmada en asamblea será comunicada a la red por escrito por el equipo de coordinación.

Luego de eso la organización expulsada tendrá la posibilidad de una réplica por escrito la cual podrá ser leída y votada en una siguiente asamblea. Esa organización quedará suspendida hasta la siguiente jornada nacional donde se votará de modo definitivo.

 

PASO 1: CARTA DE MOTIVACIÓN

Explicar en máximo una hoja las motivaciones y sentidos de la organización o programa o persona para participar en la red. IMPORTANTE: El proceso de incorporación se activa enviando esta carta por correo

 

PASO 2: INCLUIR ESTOS DATOS

Nombre de la Organización

Nombre del representante de la Organización

Nombre del Interlocutor de la Organización con la Red

Correo electrónico de la organización

Nombre del Interlocutor

Nombre y apellido de la persona física

Correo electrónico

Fonos

Dirección

Incluir los datos 2 organizaciones de referencia o contacto

 

PASO 3: FIRMA

La carta se puede enviar firmada electrónicamente o firmar en la próxima reunión.

Incluir firma del representante de la organización o programa y del interlocutor/a en la red.

Al firmar esta carta se declara:

1. Adherir a los principios de MenEngage

2. Conocer y aceptar el Marco de Convivencia de la Red

3. Cumplir en nuestra práctica con los procedimientos éticos de la acción y la investigación social: el respeto por la dignidad y derechos de las personas, cuidado de las personas, competencia, integridad, responsabilidad social, tener un comportamiento ético y no abusivo en su vida pública y privada, etc.

4. Si pertenece a una organización que ninguno de los participantes de la organización ni que la organización misma haya sido condenada por un tribunal de justicia o comisión de ética por alguna práctica abusiva ni esté en un proceso en curso de este tipo. Si se trata de personas naturales se aplica el mismo criterio a la persona.

 

Firma del Representante                                     Firma del Interlocutor con la red

 

Firma de la persona física

 

Enviar a mail redargentinademasculinidades@gmail.com

Comisión Coordinadora de la Red Argentina de Masculinidades por la equidad

 

Lic. Fabiana Mendez Asociacion Coordinamento Donne italo-argentine Ciudad de Buenos Aires fabi.mendezf@gmail.com

Micaela Fernandez Darriba Asociacion Coordinamento Donne italo-argentine, Ciudad de Buenos Aires micafd@gmail.com        ,

Jorge Ramirez Asociacion Coordinamento Donne italo-argentine, Ciudad de Buenos Aires     jorgevramirez@gmail.com     ,

Lolo Bre Ciudad de Buenos Aires     lolobre@hotmail.com  

Claudia Carpintero  Red Provincial por Mujeres Libres de Violencia de Género   Provincia de Buenos Aires   claudiacarpintero@yahoo.com.ar 

Fabiana Gómez Provincia de Córdoba fabianagomez67@hotmail.com  

Susana Aventuroso Provincia de Córdoba  suaventuroso@gmail.com  

Sofía Benítez Provincia de Chaco Asociacion Punto G  Marisofy2001@yahoo.com.ar  

Diego Barla Provincia de San Juan diegobarla@gmail.com  

Hugo Huberman Masalianzafem Ciudad de Buenos Aires masalianzafem@gmail.com    

Pablo  Monges  Provincia de Formosa plmonges@hotmail.com      ,

Diego  Paulino Ojeda   Provincia de Formosa dpojeda@gmail.com     ,

Gustavo Daniel Di Paolo Provincia de Buenos Aires  gustavodanieldipaolo@hotmail.com 

Asociación Civil Yanina Munilla Provincia de Entre Ríos asociacioncivilyanina@yahoo.com 

 

Contacto con la Red :

redargentinademasculinidades@gmail.com

 

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Gary Barker, Instituto Promundo y codirector Men Engage global     g.barker@promundo.org.br
Benno de Keijzer, Salud y Género, punto focal México; bennodek@hotmail.com
Douglas Mendoza, Puntos de Encuentro, punto focal Nicaragua y Centroamérica;   duglas.mendoza@gmail.com
Hugo Huberman, Masalianzafem  punto focal Argentina     hugo.huberman@gmail.com  
Francisco Aguayo, EME, punto focal Chile y Sur       faguayo@eme.cl