sábado, 30 de junio de 2012

Ciudadania norteamericana NO LA QUIERO renuncio a ella René González cubano ag1

De: comite_internacional@googlegroups.com [mailto:comite_internacional@googlegroups.com] En nombre de Graciela Ramirez
Enviado el: Sábado, 30 de Junio de 2012 01:07 a.m.

 

Viernes, 29 de Junio de 2012


René González no quiere ser ciudadano norteamericano

Dos notas, relacionadas con el caso de los Cinco y que casualmente se publicaron en varios medios cubanos el mismo día, resumen afirmaciones tan obvias y a la vez tan ignoradas por las autoridades norteamericanas, que merecen compartir titulares. 

La primera tiene que ver con la nueva moción presentada por el abogado de René González, pidiendo otra vez lo que ya demandó al salir de la prisión: que le permitan volver a Cuba, donde están su hogar y su familia. La noticia ahora es que él renuncia a su ciudadanía norteamericana a cambio de que se cumpla su demanda. 

La otra verdad de Perogrullo y aun así jamás dicha antes por una autoridad legal en relación con el caso está contenida en las declaraciones de Gabriela Knaul, relatora especial de la ONU sobre la independencia de jueces y abogados. Preocupada por irregularidades del proceso tan graves como la falta de acceso de la defensa a todas las pruebas disponibles, ella advierte también, por fin, lo que a muchos nos pareció absurdo desde que comenzaron las apelaciones: que los recursos de habeas corpus presentados por sus defensas sean considerados “por la misma jueza que previamente estuvo a cargo de los casos”. 

René no quiere ser ciudadano del imperio. No le interesa. Seguramente ama y respeta el lugar donde nació por casualidad y causalidad -sus padres estaban allá solo temporalmente y por razones económicas-, pero no tiene sentido que mantenga la nacionalidad de un país que usa esa ciudadanía para castigarlo una y otra vez, incluyendo el más cruel de los castigos: impedir que se reúna con su familia después de cumplir ejemplarmente con casi 14 años de encierro inmerecido. 

Cómo y por qué la nación que persigue y deporta cada día a miles de inmigrantes, se empeña en obligar a portar su “cara” ciudadanía a un hombre que ha anunciado públicamente su deseo de renunciar a ella. 

Cualquiera advierte que detrás de la absurda imposición de la libertad vigilada a René dentro de territorio norteamericano, hay el deliberado propósito de seguir castigándolo, mientras se le hace creer al mundo que ya está en libertad. Y ese es otro abuso. 

René está contra su voluntad en un territorio donde no hay garantías para su vida. La administración norteamericana lo obliga a permanecer allí para usarlo como rehén de su política de chantaje y negociación con ventaja -que de otro modo no saben negociar los políticos imperiales- en la absurda pretensión de canjearlo por Alan Gross, el agente de la USAID que aun no ha cumplido un tercio de la sanción que le fue impuesta por diseñar y ejecutar en Cuba programas de desestabilización del gobierno. 

¿Se habrá percatado esa administración de que, manteniéndole la ciudadanía para forzar su permanencia allí y pretendiendo negociar su recortada libertad por un reo en prisión firme, está equiparando desiguales y que eso podría estar estimulando a que René los demande por la reiterada violación de sus derechos como “ciudadano norteamericano”? 

¿No es la tradición en un país donde dónde se calcula en dinero? ¿No tendrá el ciudadano norteamericano René González el derecho a demandarlos por estos tres años de supuesta libertad en que le están obstaculizando toda posibilidad de reconstruir su vida en familia? ¿Quién paga por los efectos sicológicos de estos abusos? 

En cuanto a la declaraciones de la Relatora de Naciones Unidas sobre la independencia de jueces y abogados, ya era hora de que alguna instancia de ese carácter se pronunciara por lo que hasta los adolescentes se cuestionan en Cuba, cada vez que se habla de un paso en las apelaciones de los Cinco y se reitera que la decisión está en manos de la misma jueza que les dio las máximas condenas, porque tal como se documenta en el histórico fallo del tribunal de Atlanta de junio de 2005, ella tiene la mayor responsabilidad en un juicio tan plagado de irregularidades que tres jueces ordenaron anularlo y hacerlo nuevamente. 

Quién sabe cuántos otros absurdos de este largo proceso de absurdos seguirán emergiendo en lo inmediato. Ellos abundan como los abusos sobre los Cinco, incluyendo a René que no está entre rejas, pero tampoco en libertad. Estados Unidos debería estar preparándose para más de una demanda.

(Fuente: Cubadebate)

genocidio argentino preso el ex jefe de la SIDE Atletico Banco Olimpo Pablo Llonto Daniel Rafecas

 

Sábado, 30 de Junio de 2012



FUE ARRESTADO EL JEFE DE INTELIGENCIA DEL EJERCITO ENTRE 1976 Y 1977

 

La caída de un hombre clave      por Diego Martínez

 

Carlos Alberto Martínez tuvo a su mando el Batallón 601 de Callao y Viamonte y los destacamentos y secciones de Inteligencia de todo el país. También fue jefe de la SIDE y volvió allí con el menemismo. Allanaron su casa y encontraron documentación.

 

Durante 1976 y 1977, años de esplendor del terrorismo de Estado, el general Carlos Alberto Martínez fue jefe de Inteligencia del Ejército. Bajo su mando funcionó el Batallón 601 de Callao y Viamonte y los destacamentos y secciones de Inteligencia de todo el país, destinos de los interrogadores que arrancaban información en las mesas de tortura de los centros clandestinos en busca de nuevos "blancos". Mano derecha de Jorge Rafael Videla, en abril de 1977 disertó junto al dictador sobre "la agresión marxista internacional" en un salón colmado por 300 periodistas en el edificio Libertador. A partir de 1978, y durante cuatro años, fue jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado, la SIDE. Vivió un tercio de siglo impune, volvió a la SIDE en los comienzos del menemismo y llegó a ser citado como testigo en el juicio oral por crímenes en el circuito Atlético-Banco–Olimpo. Ayer, a sus 84 años, el juez Daniel Rafecas ordenó por primera vez su detención por más de un millar de secuestros, tormentos y homicidios. Martínez se negó a declarar y por su delicado estado de salud quedó detenido en su casa de San Miguel.

"Parece mentira que el cerebro mayor del plan estuviese sin una acusación. Era preocupante porque demuestra que a la Justicia le cuesta entender el rol que cumplieron los aparatos de Inteligencia en el terrorismo de Estado", reflexionó ayer el abogado Pablo Llonto, querellante en la causa por crímenes de lesa humanidad en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército, que instruye Rafecas. "Ojalá que éste sea el inicio de la detención de todos los jefes de Inteligencia de Marina, Aeronáutica, Policía Federal, todas las policías provinciales, Gendarmería, Prefectura y los servicios penitenciarios", se esperanzó. "Son decenas de oficiales que deben estar presos y sin prisión domiciliaria, porque desde sus casas seguramente siguen espiando", advirtió. La detención de Martínez había sido solicitada por Llonto, por la fiscalía a cargo de los juicios orales del Primer Cuerpo, a cargo de Alejandro Alagia, y días atrás por la querella que representa a los familiares de Bernardo Alberte, el ex edecán y delegado de Juan Domingo Perón asesinado por sus camaradas la madrugada del golpe de Estado al ser arrojado desde el sexto piso de su departamento en Recoleta.

Ex alumno de la Escuela de las Américas, donde se formaron los torturadores del Cono Sur, Martínez fue en 1975 segundo jefe y a partir de 1976 titular de la Jefatura II de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército, léase un asesor de primera línea de Videla. El 19 de abril de 1977, junto al dictador y su jefe de Estado Mayor, general Roberto Viola, Martínez se explayó con diapositivas, fotos y gráficos sobre "La agresión marxista internacional" y "La subversión marxista en la Argentina", según registraron los diarios de la época. "Sólo pueden comprenderse el sentido, las implicancias, la diversidad de factores que intervienen y los reales fines de la agresión que sufre la República si se analiza en su real esencia como parte de la agresión subversiva marxista a nivel mundial", teorizó. "Esta agresión es total en el sentido absoluto de la palabra, su finalidad es la conquista de la población mundial partiendo del dominio de la psiquis del hombre", agigantó al enemigo antes de explayarse sobre los orígenes de la guerrilla, el PRT, Montoneros, el foquismo, el materialismo histórico y el "socialismo marxista" como objetivo final del enemigo.

A comienzos de 1978, Martínez pasó a comandar la SIDE en reemplazo del general Otto Paladino, ex jefe de Automotores Orletti. "A la SIDE me llevó el general Carlos Alberto Martínez", confió a Página/12 en 2003 el coronel Alberto Tepedino, hoy condenado. El periodista Gerardo Young, en su libro SIDE. La Argentina secreta, cuenta que el alias de Martínez era "Pelusa", que en 1989 Juan Bautista Yofre lo nombró director de la Escuela de Inteligencia y que renunció al organismo en tiempos de Hugo Anzorreguy, molesto porque los indultos menemistas no fueron tan amplios como quería.

Martínez no tuvo noticias de la Justicia hasta el 18 de junio, cuando Rafecas allanó sus domicilios en Pardo 2112 y España 865, en San Miguel. Confiado en que moriría impune, el general de división retirado tenía en su poder documentos que comprometen a militares y a civiles de renombre. Ayer, luego de analizar el material, el juez ordenó su detención. El octogenario fue trasladado a los tribunales de Retiro, pero se negó a declarar. Rafecas le imputa delitos contra más de un millar de víctimas en una docena de centros clandestinos, incluidos Atlético, Banco, Vesubio, Orletti y la Superintendencia de Seguridad Federal. El consejero de Videla, que se dializa tres veces por semana, quedó arrestado en su casa.

__._,_.___