Consejo de guerra contra el que reveló crímenes de guerra de EEUU… para que sigan impunesCarlos Enrique Bayo
11
jun 2013
Estamos
asistiendo en Maryland a la mayor burla de la Justicia internacional que se
haya escenificado en los tiempos modernos.
En
las instalaciones militares de Fort Meade se está celebrando un consejo de
guerra sin precedentes: el juicio contra el soldado Bradley Manning,
quien ya lleva tres de sus 25 años de edad preso en confinamiento solitario y
afronta una cadena perpetua hasta la muerte, sin libertad condicional
posible, por haber revelado que el Ejército de EEUU había cometido crímenes
de guerra. Al mismo tiempo, como el verdadero objetivo de esa corte marcial,
que se arroga la defensa de las leyes, es encubrir esos crímenes de lesa
humanidad, los que cometieron esos horrendos asesinatos y torturas –violando
los tratados de Derecho Internacional rubricados por Washington– están siendo
tratados con inicua clemencia, incluso protegidos, por los que se proclaman
guardianes de la Justicia.
No
ha sido procesado ninguno de los militares desenmascarados por el vídeo
conocido como “Asesinato Colateral”: el ametrallamiento del 12 de julio de
2007, en Nuevo Bagdad, desde un helicóptero Apache, de un
fotógrafo de Reuters herido y de los civiles que trataban de ayudarle, que
dio muerte a una docena de personas (incluidos el fotógrafo y otro periodista
de la mima agencia británica) e hirió gravemente a muchas otras, entre ellas
dos niños de corta edad. Esa fue la primera gran filtración de WikiLeaks y
las imágenes de la filmación
han sido vistas en YouTube más de 13,7 millones de veces.
Ni
uno solo de los soldados que maniataron y después asesinaron a sangre fría a
toda una familia iraquí, incluidas las mujeres y los bebés, ha sido llevado a
juicio.
El
sargento de los Marines Frank Wuterich, quien ordenó la masacre de Haditha en
2005 (el asesinato masivo de 24 civiles, incluidos niños), no fue condenado
ni a un día de prisión. Ninguno de los marines que cometieron ese atroz
crimen fue ni siquiera imputado.
El
sargento Calvin Gibbs, cabecilla del infame “Kill Team” –que se dedicó
en Afganistán a asesinar civiles desarmados y guardar sus miembros mutilados
como recuerdo–, es el único criminal de guerra que está en prisión, pero
podrá disfrutar de la condicional en menos de diez años.
En
cambio, Manning jamás podrá ser libre de nuevo, según han decidido de
antemano las Fuerzas Armadas de EEUU… ya que el comandante en jefe de todos
los Ejércitos estadounidenses, el presidente Barack Obama, ya decretó en
abril de 2011 que el joven soldado “violó la ley”. Por si esa sentencia
previa al juicio oral no fuera suficiente, el general Martin Dempsey,
presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor, repitió ese mismo veredicto
en marzo de 2012. ¿Qué creen que dictaminarán los oficiales que componen el
tribunal miliar de Fort Meade?
Pero,
¿cuál es el motivo de que el Pentágono, la Agencia Nacional de Seguridad
(NSA) y la Casa Blanca hayan movilizado todos sus recursos contra WikiLeaks?
¿Por qué están dispuestos a violar los derechos civiles de Manning y a
provocar un escándalo internacional con este remedo de juicio sin las mínimas
garantías procesales que exige la propia Constitución de EEUU?
La
respuesta es simple: porque a la superpotencia que se autoproclama cuna de la
democracia moderna y baluarte de todas las libertades, la han pillado con las
manos en la masa de los más horrendos crímenes de lesa humanidad y se dispone
ejecutar un castigo ejemplar sin precedentes contra Manning y Julian Assange
(el creador de WikiLeaks) para que nadie más vuelva a atreverse a revelar que
EEUU comete violaciones de los derechos humanos tan brutales como las que
ellos nos han permitido conocer:
Podríamos
seguir enumerando bárbaros crímenes de lesa humanidad cometidos por los
servicios secretos y los militares de EEUU, bajo instrucciones y al amparo de
las más altas instituciones del Estado de ese país, que han sido desveladas
gracias a las filtraciones de WikiLeaks. Pero lo más relevante para la
historia es que toda la maquinaria gubernamental de Washington se ha dedicado
a perseguir implacablemente a los que sacaron a la luz esas gravísimas
violaciones de los derechos humanos, mientras encubre y protege a los que las
cometieron.
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miércoles, 12 de junio de 2013
Bradley Manning sometido a Consejo de Guerra por asesinos despiadados e hipócritas dueños del mundo Museo Che Guevara Burla en Maryland
Che Guevara Prensa Latina Cuba Jorge Ricardo Masetti Aroldo Wall Ernesto Jaquetti Alfredo Muñoz Rogelio Garcia Lupo Carlos Aguirre Chaubloqueo
PRENSA
LATINA
PL Agencia Informativa Latinoamericana S.A.
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El Che y Prensa Latina
Por Yurién Portelles
La Habana, 12 jun (PL) Quiso el azar que convergieran en
junio, pero de años diferentes, las fechas del natalicio del mítico guerrillero
argentino-cubano Ernesto Che Guevara y la creación de la agencia informativa
latinoamericana Prensa Latina, PL.
El Che había nacido un 14 de junio de 1928 en Rosario,
Argentina, y PL vio la luz un día 16 de ese mismo mes, pero de 1959, a partir
de una idea abrazada desde la Sierra Maestra por él y por el líder del Ejército
Rebelde, Fidel Castro.
En la dirección del movimiento armado se hablaba ya de la
necesidad de medios de comunicación de alcance internacional para enfrentar las
campañas mediáticas foráneas que buscaban asfixiar a la naciente Revolución
cubana.
No bastaban seguramente los esfuerzos desde la señal de
Radio Rebelde (7-RR), surgida en plena lucha en ese enclave montañoso, donde
los soldados hacían resistencia a los ataques de la dictadura de Fulgencio
Batista.
Lo que, quizás, daría el puntillazo a la idea de fundar
PL fue el encuentro en la Sierra Maestra del periodista argentino Jorge Ricardo
Masetti con el Che y con el líder del grupo armado.
Masetti vino a la isla como enviado de la Radio El Mundo,
interesado en conocer quiénes eran los ya legendarios jóvenes armados, a los
que tuvo que entrevistar en dos ocasiones sobre los mismos temas.
"Adiós Che Masetti, pero me parece que nos vamos a
encontrar de nuevo. Lo van a cazar", dijo en tono de broma el Comandante
Jefe del Ejército Rebelde al nuevo amigo argentino.
Y es que el visitante, cuando baja de la Sierra tras
cumplir su interés periodístico, se vio obligado a subir otra vez porque sus
reportajes no llegaron a su emisora en Buenos Aires.
Pero cuando Masetti desciende finalmente la mayor
cordillera de Cuba, ya llevaba con él su propia idea de promover una rebelión
en Argentina, porque había comprendido que también la estaba necesitando.
PL ENCIENDE LOS TELETIPOS
Todavía la reciente Revolución no llegaba a sus primeros
seis meses de vida, cuando PL encendió por primera vez los teletipos y
transmitió un cable noticioso, con Masetti como director fundador.
Antes le había correspondido organizar la llamada por
Fidel Castro Operación Verdad, para hablar del nuevo frente de batalla ante los
emporios de la comunicación y que sería una agencia para decir la verdad con
los ojos de esta región.
La novedad y la esencia que le daba origen a PL hizo que
acudieran a su fundación periodistas latinoamericanos como el colombiano
Gabriel García Márquez y el argentino Rodolfo Walsh, devenidos escritores.
Entre el listado de comunicadores que dieron vida a los
teletipos desde La Habana y otros enclaves estuvieron los argentinos Aroldo
Wall, Ernesto Jaquetti, Alfredo Muñoz Unsain, conocido como Chango, Rogelio
García Lupo y Carlos Aguirre, y el mexicano Armando Rodríguez Suárez y el
venezolano Eleazar Díaz Rangel.
Vestido de verde olivo, con sus botas de Comandante, el
Che llegaba muchas noches a la agencia a visitar a su compatriota y dicen que
cuando no venía, llamaba por teléfono a preguntar por los últimos
acontecimientos del mundo.
También recorría la sala de teletipos, llegó a visitar
los nuevos transmisores instalados en las afueras de la ciudad e incluso
publicó desde PL algún que otro artículo.
Uno difundido en la Gaceta de Colombia fue titulado por
él "Japón, una potencia que es colonia", con la firma de
"Ernesto (Che) Guevara.
Distribuido por "Prensa Latina", donde hace un
análisis socioeconómico del país del Sol Naciente.
El texto inicia con una reseña de su viaje a Japón en la
cual comparte sus consideraciones acerca de una sociedad industrializada y sus
avances, pero asegura que ese país es "la demostración de que no hay bien
más deseable que la total soberanía nacional".
Gabriel Molina, periodista fundador de PL, cuenta que el
Che trabajó como periodista en una agencia en México y sabía bien cómo
funcionaba, incluso llegó a ser corresponsal en unos juegos panamericanos.
Por eso cuando surge este medio latinoamericano, lo hace
con un salario decente para sus integrantes, no solo en comparación con Cuba
sino con la región.
Poco se conoce que en sus inicios se llamó esta
"Agencia Latina" y fue el mítico guerrillero quien sugirió la palabra
Prensa para nombrarla entonces Prensa Latina.
Conchita Dumois, viuda de Masetti y quien fungía como su
secretaria, contó que las visitas del guerrillero a PL eran asiduas y en muchos
casos prolongadas.
Se encerraban horas a conversar en la oficina de Masetti
en profundos debates que aderezaban entre el humo de un puro cubano y un sorbo
de mate.
"Puedo imaginar de qué conversaban", dijo Dumois,
al indicar que al parecer hablaban de cómo hacer una revolución para cambiar la
entonces triste realidad de su país.
En octubre de 1967 Prensa Latina había logrado burlar los
augurios de que no sobreviviría por mucho tiempo y se batía con los emporios cablegráficos,
cuando llegó la noticia de la muerte del Che.
A 54 años de creada, PL se ha diseminado con más de una
veintena de corresponsalías en el mundo para mostrar la otra cara de una
realidad, de la cual no hablan los grandes monopolios, un ideal también del
Comandante Guevara que sigue marcando su camino.
tgj/yp
PL-19
2013-06-12T01:21:12
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