sábado, 5 de octubre de 2013

Vivo en España pero mi hija estudia en Holguín Cuba porque es gratis España quebrada dice cubana balsera Chaubloqueo Museo Che Guevara




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El paro llena las aulas de La Habana
Los cubanos desempleados residentes en el municipio envían a sus hijos a estudiar a su país para no hacer frente al gasto de los libros de texto, el comedor o las matrículas universitarias
02.10.2013 | 02:24

clip_image004JoséRamón Chaple, Leiviz Peña y la pequeña Melanie Peña en una sidrería ovetense.          
E. VÉLEZ Melanie Peña ha cambiado el colegio público Dolores Medio, en la calle de la Luna, por una escuela cubana de la región de Holguín. Su madre emigró del país gobernado por Fidel Castro hace trece años "detrás de un futuro mejor". Ahora busca trabajo "de lo que sea" para salir a flote y criar a su hija de ocho años, pero las cuentas no le salen. Por eso, este año ha tomado una decisión drástica. La niña ha vuelto a Cuba con sus abuelos para no pagar el dinero de los libros de texto ni del comedor. "Si Dios quiere, mi Melanie estudiará su carrera en Cuba y le saldrá gratis. Luego, que ella decida", explica la madre, Leiviz Peña, mientras lee con calma las ofertas de empleo del periódico en su minúsculo piso de alquiler del casco antiguo.
El caso de la pequeña Melanie Peña no es el único del municipio. Según la presidenta de la asociación "Cien por Cien Cubano", Baby Marín, cada vez más cubanos solicitan el cambio de residencia de sus hijos de Oviedo a Cuba ante la imposibilidad de hacer frente a los gastos escolares. "Los libros, el material y el transporte suponen un esfuerzo muy grande para las familias con todos sus miembros en paro", comenta Marín, acostumbrada a atender en la sede de la agrupación, en Pumarín, a una decena diaria de compatriotas inmersos en un complicado proceso burocrático para nacionalizar a sus hijos.
Según el último censo del Ayuntamiento, 344 cubanos residen en Oviedo y la mayor parte tiene su domicilio en Pumarín y el Milán. La hostelería les brindó su primera oportunidad laboral pero la crisis les quitó el sueldo e incluso la oportunidad de volver a tenerlo.
Leiviz Peña y su pareja, José Ramón Chaple, llevan varios años desempleados. Ella habla alemán, holandés e italiano además de español fruto de un periplo vital que la hizo vivir en Alemania, Holanda e Italia y finalmente España. "Estudié técnico de pediatría y geriatría, y trabajé de camarera y telefonista en todas partes, pero ahora no encuentro nada", comenta desesperada.
La pareja no descarta regresar a su país "si las cosas por aquí siguen igual de mal". Jamás llegaron a pensar que volverían cuando salieron de Cuba, pero para ellos la reagrupación familiar es lo primero.
Chaple pasa por la misma situación que su novia. Su hija de diecisiete años prefirió estudiar en Cuba antes que en España y acaba de conseguir una residencia por cinco años. El tiempo suficiente para acabar una carrera.
Los emigrantes cubanos valoran muy positivamente la calidad de la enseñanza de su país. "Otra cosa son las posibilidades laborales al acabar", comenta Chaple.
El matrimonio formado por Yamira García y Alberto Sosa planea que su hija Lisbet, también de ocho años, estudie en Cuba a partir del año que viene. La pequeña está matriculada en el colegio de Fozaneldi y los costes escolares vacían el bolsillo de sus padres mucho antes de final de mes. "Quiero darle el mejor futuro y para eso tengo que mandarla a Cuba con mis padres. Aquí nunca voy a poder pagarle una carrera universitaria", explica la madre, que todavía no sabe si conseguirá la residencia cubana de la niña para el próximo curso.
Melanie Peña habla por teléfono con su madre tres veces por semana. Está muy contenta en Holguín. Asiste a clases de baile español y saca buenas notas. "Siempre me pregunta por los papeles porque tiene miedo de tener que volver y no poder salir sola a la calle", comenta su madre, que asegura que se le pasan las penas cuando la oye hablar. La niña tiene un plan en caso de que no consiga la residencia definitiva. Le ha dicho a su abuela que la esconda debajo de la cama.

Terrorismo estadounidense contra Cuba 73 muertos hicieron explotar avión de Cubana de Aviación en Barbados Museo Che Guevara Buenos Aires








GRUPO DE APOYO CUBA5 - OSLO  --  REENVIAR

Ante el terrorismo de Estado de los Estados Unidos contra Cuba

¡Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!
CON EL MISMO dolor y la misma decisión de luchar y vencer, nuestro pueblo evocará mañana, como lo hará eternamente, a los entrañables hermanos caídos en el monstruoso crimen de Barbados.
El 6 de octubre de 1976, un avión de Cubana de Aviación con 73 personas a bordo estalló en pleno vuelo, pocos minutos después de haber despegado del aeropuerto de Bridgetown, capital de Barbados, en su viaje de regreso a La Habana, procedente de Guyana.
En el aparato de Cubana viajaban 57 abnegados y ejemplares hijos de nuestro pueblo, entre ellos, dos tripulaciones completas de nuestra empresa aérea, con una brillante hoja de servicios, los integrantes del equipo juvenil de esgrima, que regresaban a la patria eufóricos y cargados de medallas, después de ganar todos los primeros lugares en el Campeonato Centroamericano y del Caribe, trabajadores de la pesca y otros valiosos compañeros. Junto a ellos, volaban 11 ciudadanos guyaneses, parte de los cuales eran jóvenes que se dirigían a comenzar los estudios de medicina en nuestras universidades, y cinco funcionarios de la República Popular Democrática de Corea.
Todos quedaron sin vida en pocos minutos de agonía y desesperación. No hay ni habrá palabras capaces de describir la inconcebible crueldad de aquel hecho.
¿Cómo narrar los minutos finales de estas 73 personas indefensas, encerradas en una nave a miles de pies de altura, sobre el mar, que en forma tan inesperada y cobarde se vieron heridas por la violenta explosión, abrasadas por las llamas, ahogadas por los gases y precipitadas sin salvación posible a una muerte espantosa?
¿Cómo narrar la entereza de ánimo y el heroísmo de los pilotos, que aun en esas terribles circunstancias hicieron un esfuerzo sobrehumano por conducir el avión a tierra?
La destrucción del avión cubano fue obra de grupos terroristas, como parte de una campaña de amenazas, ataques y asesinatos de funcionarios cubanos, que abarcó numerosos países del área del Caribe, Argentina, Estados Unidos y Portugal. Es conocido que estos elementos contaban con bases en diversos lugares de Estados Unidos y los países de la cuenca del Caribe, así como con agentes locales y vinculaciones para llevar a cabo sus fechorías.
En pocos días se supo que había sido un acto de sabotaje, se conoció quiénes fueron sus autores materiales e intelectuales y cómo detrás de ellos, alentándolos y pagándolos, estuvo la CIA. Todo el mundo sabe que los principales responsables del crimen, los asesinos Orlando Bosch y Luis Posada Carriles, han gozado de total impunidad por el gobierno de los Estados Unidos.
Nunca antes se había puesto de manifiesto de forma tan clara a qué abominables y siniestros actos de terrorismo era capaz de llegar la CIA en sus propósitos de frenar y aplastar la lucha de los pueblos por su independencia, liberación nacional y progreso social.
Muchas han sido las agresiones, como el bandidismo, como la invasión de Girón, la guerra económica, bacteriológica, sabotajes, atentados y crímenes tan horrendos como el de Barbados, pero no han podido ni podrán jamás matar las ideas por la libertad, la justicia y el honor que guían la lucha del pueblo cubano, y mucho menos detener la lucha patriótica e independentista de la Revolución cubana.
Al planificar y ejecutar el asesinato de los tripulantes y pasajeros del avión de Cubana los imperialistas yanquis pretendieron atemorizar a nuestro pueblo.
Pero la Patria revolucionaria y nuestras ideas revolucionarias, como ha dicho Fidel, no morirán jamás, porque las hemos forjado, las hemos defendido y las defenderemos con nuestras vidas.
Ese es el mejor monumento que erigimos a los que cayeron en Barbados y a todas las víctimas del terrorismo de Estado practicado por el gobierno de los Estados Unidos contra nuestra nación, a quienes rendimos homenaje en la fecha del 6 de octubre.
Hoy, en la inmensidad del recuerdo, vemos aquellos 57 cubanos asesinados en Barbados como luces serenas y firmes y ciertamente los lloramos una vez más, pero como dijo Fidel en la Plaza de la Revolución durante la despedida de los pocos restos encontrados de nuestros hermanos caídos: ¡Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!