domingo, 16 de febrero de 2014

Mónica Ertl comando ejecutor de Roberto Toto Quintanilla Ministerior Interior de Bolivia Giangiacomo Feltrinelli asesinado en Milán Froilan González Adys Cupull museo Che Guevara Buenos Aires Chaubloqueo




foto - Adys Cupull y su esposo Froilán González, investigadores, historiadores .

Mónica Ertl y  la muerte de Feltrinelli.

Por Froilán González y Adys Cupull.

En respuesta a los lectores interesados por  el tema  publicado en el periódico mexicano POR ESTO, el 17 de enero del presente año titulado "Páginas sobre  Mónica Ertl",  damos respuestas a varias interrogantes,  entre ellas la participación del editor italiano Giangiacomo Feltrinelli en los acontecimientos guerrilleros de Bolivia en 1967 y  su  apoyo a Mónica Ertl y al comando del Ejército Nacional de Liberación que condenó a muerte al coronel Roberto Toto Quintanilla jefe de inteligencia del Ministerio del Interior de Bolivia,   uno de los principales criminales y  torturadores en ese país.
Estos  aspectos se encuentran en nuestro libro EL ASESINATO DEL CHE EN BOLIVIA. REVELACIONES. 
Giangiacomo Feltrinelli  llegó a La Paz, el  8 de agosto de 1967 con el propósito  de trasladarse a Camiri donde se estaba desarrollando el  famoso  juicio  al francés Regis Debray. 
El reconocido editor italiano  era  propietario de la Editorial Feltrinelli, una de las más importantes de su país y de Europa, dueño de una biblioteca especializada sobre el movimiento obrero internacional  y  ampliamente conocido en los círculos de la llamada alta sociedad, porque su figura aparecía frecuentemente en las principales revistas, donde, como hobby, presentaba las corbatas de modas. El editor  decidió viajar  a Bolivia    junto a su compañera Sibilla Melega.
La embajada norteamericana en La Paz comunicó a los ministerios del Interior y de Relaciones Exteriores, que Feltrinelli era un elemento peligroso, comunista internacional, editor de izquierda, simpatizante del Partido Comunista Italiano, de Fidel Castro y el Che Guevara y  que en el pasaporte poseía visas de cortesía de los países socialistas. Se afirmó que era un enlace guerrillero, por eso desde que llegó a La Paz, la CIA  y  los servicios de inteligencia iniciaron su control.
Feltrinelli se hospedó en la habitación 311 del hotel La Paz, mientras esperaba a su compañera que previamente viajó a Ecuador y tenía previsto llegar  una semana después.  Durante esta espera, recorrió la ciudad, visitó algunas personas, se entrevistó con otras, entre ellas  con el coronel boliviano Carlos Vargas Velarde, quien  trabajaba  en el Alto Mando Militar de las Fuerzas Armadas.
El coronel  Vargas Velarde le ofreció documentos probatorios sobre la intervención de la CIA en Bolivia, y los planes de introducir, desde Miami, a  mercenarios de origen cubano para presentarlos ante la opinión pública como guerrilleros del Che hechos prisioneros por los militares bolivianos, con el propósito de desatar una gran provocación contra la Revolución Cubana.
El coronel le explicó que  la CIA estaba organizando  varios grupos, integrados por militares, policías, agentes a sus servicios y miembros de la DIC, (Dirección de Investigaciones Criminales) asesorados por contrarrevolucionarios de origen cubano, que tenían como misión cometer actos vandálicos contra la población civil de la zona donde operaba la guerrilla, para atribuirles esos crímenes al Che y sus combatientes.
El 18 de agosto a las cinco y treinta de la tarde se presentaron dos individuos en la habitación que ocupaba Feltrinelli, se identificaron como miembros de la DIC y le pidieron que los acompañara. Él solicitó que le permitieran recoger sus cigarros, circunstancia que aprovechó para indicarle a Sibilla Melega que se dirigiera de inmediato a la embajada italiana y comunicara lo sucedido. Ella, además, visitó a varios periodistas alojados en el hotel Copacabana y les informó la detención.
Lo condujeron al Ministerio del Interior, lo sometieron a un interrogatorio donde  participó  el jefe de inteligencia y agente de la CIA, coronel Roberto Toto Quintanilla y un agente de la CIA  de origen cubano. Lo trasladaron para las oficinas centrales de la DIC y  lo llevaron para la cárcel.
La detención de Feltrinelli se conoció rápidamente en su país, los principales periódicos trasmitieron la noticia, la cual produjo un gran impacto. Los medios de difusión se hicieron eco de ella y los principales periódicos la destacaron. La televisión anunció que el presidente Giuseppe Saragat  se interesó por la suerte del editor y mostró varias fotos de Feltrinelli.
El periódico Pease Sera informó con un gran titular: “Misterio sobre el editor italiano desaparecido de La Paz, después de un interrogatorio”. Seguidamente añadió: “Amigos de Feltrinelli informaron que fue interrogado por dos policías vestidos de civil el viernes a las 18:00 horas.”
Otro titular decía: “Siempre más oscuro el misterio sobre la desaparición de Feltrinelli. Las autoridades bolivianas, a solicitud de la embajada de Italia en La Paz, respondieron que no saben dónde se encuentra el editor italiano.”
El presidente Giuseppe Saragat se comunicó con el General  René Barrientos para pedirle que respetara la vida de Feltrinelli. Era el segundo dignatario europeo que se dirigía al dictador  boliviano, porque anteriormente lo había hecho el francés Charles de Gaulle, solicitando respeto para la vida de Regis Debray. Tanto en París como en Roma sabían que ambos corrían peligro de muerte y decidieron intervenir para tratar de evitar que los asesinaran.
Mientras Feltrinelli era incomunicado,  dos policías vestidos de civil detenían a Sibilla Melega cuando regresaba al hotel; la conminaron a subir a la habitación que ocupaba, y en su interior encontró a ocho policías. Todo estaba completamente en desorden, porque habían realizado un minucioso registro, fue conducida a las oficinas de la DIC y al día siguiente llevada al hotel, pero mantenida bajo estricta vigilancia.
En horas de la mañana del día 19, se presentó, en las oficinas de la DIC el embajador italiano en La Paz, Pietro Quirino Tortoricci, para comunicarle a Feltrinelli que el presidente Saragat y el Ministro de Relaciones Exteriores Amintore Fanfani se interesaron por él y acordaron con Barrientos que debía abandonar  el país de forma inmediata.
El 20 de agosto a las dos de la tarde lo introdujeron en un jeep de la DIC, de color rojo, con varios policías vestidos de civil y lo llevaron al hotel, donde lo esperaba Sibilla, con las maletas listas para partir directamente hacia el aeropuerto internacional de La Paz.
Según los reportes de Feltrinelli, el oficial de inteligencia que los acompañó  no tenía las características de los bolivianos y hablaba muy bien el inglés. Antes de abordar el avión, esta persona se le acercó  y le dijo: “Usted debe agradecer a las autoridades de su país que pidieron enérgicamente que fuera sacado de Bolivia. Si hubiera sido por nosotros se quedaría aquí para siempre. Si vuelve aquí no va a salir vivo de este país.”
A las tres y treinta de la tarde de ese día, Feltrinelli y Sibilla abordaron un avión y se dirigieron hacia Lima, para desde allí continuar viaje a Italia. Feltrinelli  declaró sobre los interrogatorios a que fue sometido, su convicción  de que lo querían torturar y desaparecer  para siempre  y los macabros planes de la CIA contra Cuba, lo que sirvió para denunciarlos públicamente.
El coronel Carlos Vargas Velarde, quien prometió entregarle a Feltrinelli documentos probatorios sobre la intervención de la CIA en Bolivia, fue encontrado  muerto de un balazo en su despacho del Ministerio de Defensa el día 25 de octubre de 1967. El Alto Mando Militar informó que se había suicidado.
Su muerte provocó una ola de rumores de que estaba vinculado a la guerrilla y que por esa razón lo asesinaron. El 28 de octubre de 1967 el Alto Mando Militar dio a la publicidad un comunicado de prensa, reproducido por el periódico El Diario de la ciudad de La Paz, en la que entre otras cosas se dice:
“Con referencia a una equivocada versión periodística aparecida en un matutino de la localidad el Alto Mando Militar considera de su deber dejar establecido lo siguiente:
“La trágica desaparición de un Jefe de Ejército, acaecida el día 25 del mes en curso, no obedeció, de ningún modo, a posibles enlaces o concomitancias con la acción guerrillera que tuvo que soportar el país (.... )"
“El fallecido jefe militar, por su conducta civil y castrense, ha merecido siempre la plena confianza y respeto de sus superiores y camaradas que encontraron en él un pundonoroso y abnegado servidor de la Institución Armada.”
Para el alto mando militar boliviano resultaba muy difícil admitir que el coronel Carlos Vargas Velarde se propusiera entregar documentos tan comprometedores para el ejército boliviano y sus vinculaciones con la CIA. Según fuentes de inteligencia, Vargas Velarde fue descubierto en sus propósitos y asesinado por órdenes de la CIA, pero ambos hechos convenían ocultarlos. El “suicidio” era la justificación menos comprometedora para encubrir el crimen.
Feltrinelli condenó el asesinato del Comandante Ernesto Che Guevara, la muerte del coronel Carlos Vargas Velarde y  denunció a la CIA y al coronel Roberto Toto Quintanilla  como los máximos culpables de esos  crímenes  .  
La Editorial Feltrinelli publicó El Diario del Che  en Bolivia y divulgó ampliamente la foto del Che  tomada por Alberto Korda que se  multiplicó por el mundo.
Feltrinelli mostró mucho interés en que Inti Peredo escribiera sus memorias para publicarlas y en diferentes informaciones  consta la condena permanente  a la CIA, al gobierno de Estados Unidos y a las autoridades bolivianas  por el asesinato del Che y de Inti Peredo.
Giangiacomo Feltrinelli fue encontrado muerto el 15 de marzo de 1972   en las cercanías de Milán, al lado de una torre de alta tensión eléctrica dinamitada. Se informó que la muerte se produjo a causa de una explosión cuando "colocaba un detonante con el propósito de cometer un atentado terrorista".
Su muerte provocó  muchas interrogantes y la  opinión pública italiana la vinculó  con un crimen. Señalaban que no era creíble que una personalidad como Feltrinelli acudiera sin la compañía de otras personas a realizar un atentado terrorista de esa naturaleza y además desarmado, porque no se encontró armas en el lugar.
 Otro detalle que aumentó las sospechas de un asesinato, fue el hecho de que el comisario de la policía de Milán ordenó a la funeraria que recogiera el cadáver una hora antes de que se conociera el descubrimiento del cuerpo. Además, al cadáver lo remitieron a la morgue sin que el juez instructor estuviera presente en el lugar, como es habitual en Italia.
También llamó la atención de los observadores que no encontraron en el lugar los espejuelos de Feltrinelli y él era miope, sin ellos no podía caminar, mucho menos colocar la carga de dinamita. La noche del atentado fue completamente oscura, no hubo luna y no encontraron ningún objeto que pudiera proporcionarle luz. La torre dinamitada la sustituyeron sin que tomaran huellas digitales, ni existiera autorización judicial al respecto. La camioneta en que viajaba no tenía llaves de encendidos ni de las puertas.
Se determinó que los documentos encontrados en las ropas estaban vulgarmente falsificados, lo que resultaba absurdo para una personalidad tan conocida.
Otro elemento que revela la posibilidad del asesinato fue que si había muerto víctima de una explosión, como se afirmó, sus manos y cara no sufrieran quemaduras, estaban intactas y  sin embargo, la cabeza presentaba varias contusiones y lesiones internas que demostraban golpes o torturas.
Se añadió que llevaba encima documentos comprometedores, pero uno de los empleados de la funeraria que recogió el cadáver, informó que estos fueron colocados por el comisario de la policía de Milán, Luigi Calabresi.
Sospechosamente el 17 de mayo de ese mismo año, Calabresi resultó muerto a tiros en un atentado realizado por personas desconocidas en los momentos en que salía de su residencia.
La muerte de Giangiacomo Feltrinelli conmovió a Italia y a la intelelectualidad mundial, su sepelio en la ciudad de Milán constituyó una manifestación de duelo impresionante. Los italianos despedían a un revolucionario consecuente.
Los criminales y sus cómplices no aparecieron y la justicia archivó su caso, pero la memoria histórica no debe hacerlo.

Eladio González toto y el Museo Ernesto Che Guevara en Santiago de Cuba Enrique Vital Alfaro con la Cátedra doctor Alberto Granado Giménez en la Universidad de Medicina



Un  amigo de visita en  Santiago  de  Cuba.     MSc Enrique Vital Alfaro  

 
Foto – el anfitrión MSc Enrique Vital Alfaro y el huésped Eladio González (Toto)
Con los cinco exhibidos la escultura de Alberto Granado y el árbol que se nutre
En parte de las cenizas del inolvidable Petizo, Mial ó como lo conocieron los
Alumnos de Medicina en Santiago de Cuba el doctor Alberto Granado Jiménez.


Eladio González Rodríguez, fundador y primer director del museo “Che Guevara”  en Buenos    Aires Argentina apadrinado en su fundación por el Dr. Alberto Granados, visitó el 8 de Enero del 2014,nuestra Universidad, para ver de cerca y tocar  con sus manos parte de la Historia de Cuba según sus propias palabras y pienso que vio más que eso, porque vio en la práctica el internacionalismo y la solidaridad latinoamericana actual por la cual lucho el Che y siempre soñó  y practico el Dr. Granados al saludar a un ecuatoriano que participa en la  construcción de los edificios de la Residencia estudiantil de nuestra Facultad 1 de medicina como parte de la ayuda  ofrecida por el presidente Correa y el hermano pueblo ecuatoriano para resarcir los daños ocasionados por el huracán Sandy.

El doctor Alberto Granado Giménez, argentino
que fundó la Escuela de Medicina nº 1 de Santiago
de Cuba en 1962

Por una de esas coincidencias que  ocurren en la vida la noche del 7 de enero  a través de una llamada telefónica me estero que Eladio González estaba en Santiago de Cuba, de inmediato me comuniqué con él y al otro día nos encontramos a la entrada de la Universidad y nos saludamos como viejos amigos aunque nunca nos habíamos visto, solo nos habíamos comunicado por correo electrónico él como director del museo “Che Guevara” en Buenos aires y yo como presidente de la cátedra honorífica “Alberto Granados”, al saludar a este argentino  amigo de Cuba y su revolución por su sencillez, simpatía y fácil de palabras que  rompía de  inmediato toda barrera en la comunicación me recordaba a Granados, le rinde honor a su responsabilidad como primer director del primer museo sobre el Che porque el mismo  no por su edad porque es un hombre joven, sino por sus conocimientos es una fuente de anécdotas que le brotan  fácil y seguidas llenas de humanismo y valores, así pasó al conocer a la decana y contarle como  estando en Camagüey  su esposa necesitó las atenciones de una medico, la llevaron a un medico vecino de la casa donde estaba y el asistió con su cámara activada y al presentársele  como argentino este le dijo:  --yo estuve en Santiago de Cuba donde me gradué, un profesor argentino--  y cual no fue su sorpresa al enterarse que ese profesor era Alberto Granados, este encuentro lo firmó y al llegar a la Habana a la casa de su amigo Granados  le dijo:--Petiso, te traigo una sorpresa y conectó su cámara a la TV y salió el médico hablando de su profesor y dijo Granados, __!ese fue mi alumno!- con la alegría y el entusiasmo de un maestro  al recordar a sus alumnos ya profesionales  consagrados.

Una sala de memoria, una Cátedra que lleva el nombre
De Dr. Alberto Granado, su escultura y el amor que le
Conservan quienes lo conocieron son viva muestra del
Agradecimiento de los cubanos al amigo del Che Guevara.

La decana y yo muy atento oímos estas historias reales y disfrutábamos del entusiasmo y la alegría de Eladio recordando estos momentos de sus vistas a Cuba, se despidió deseando muchos éxitos para el año nuevo y la facultad y nos dirigimos a la oficina del rector que haciendo un alto en sus múltiples actividades lo recibió  e intercambió unos minutos con él, pero aquí también disfruté de otra anécdota y me enteré que cuando los sucesos de Tarara,  Toto, (como se le dice cariñosamente a Eladio) estaba en Cuba de turista y al enterarse por la prensa  que la vida de un joven oficial cubano Rolando Pérez Quintosa estaba en peligro agredido cobardemente por los cómplice internos  del imperialismo que adormecido por los cantos de sirena y la ley de ajuste cubano lo  agredieron   para robarse una lancha y abandonar el país, se presento de inmediato al Hospital Naval a donar su sangre para este joven y abrazar a su padre y a su madre como un gesto de solidaridad  y amor, deseándole pronta recuperación al joven, al cual le dejo una nota en el primer trozo de papel que encontró, reconociendo su valor  y diciendo que desearía que sus hijos fueran  como él y dejando su dirección para que le escribiera cuando se recuperara, todo sabemos que eso no pudo ser por el desenlace fatal que tuvo el hecho, convirtiéndose Pérez Quintosa en una victima más del imperialismo y un héroe de la patria ,  Toto no pudo recibir su carta pero recibió las de 5 mil cubanos que al ver su gesto y conocer su dirección al publicarse aquella nota en la prensa, le escribieron de todo el país,  cubanos agradecidos de todas las edades y sexos, contándole sus propias historias y como han aportados y ayudados a su revolución, como aquella muchacha del Cobre de 15 años alfabetizadora que iba a la mina y en la hora de  descanso de los mineros  con su cartilla le enseñaba a leer y escribir y que así conoció al Che como ministro de Industria al visitar esta mina, Toto comentaba “ cual no sería la reacción del Che tan sensible ante hechos como este, al ver aquella niña  alfabetizando a esos hombres”, con esta historia se despidió del rector y nos encaminamos al monumento erigido en el patio central de la Facultad al Dr. Granados, la emoción de este hombre frente a su compatriota era evidente y me recordó aquel pasaje de  Martí frente a la estatua de Bolívar y a la unidad latinoamericana tan necesaria hoy y como se materializa poco a poco gracias a hombres como Chávez y Fidel que dedicaron toda su vida  a ese propósito y hoy lo siguen  Correa, Evo, Maduro, Cristina y otros dirigentes latinoamericanos, allí se tiró fotos al lado de Granados ,en el tronco del árbol donde se esparcieron parte de sus cenizas. siempre sosteniendo un afiche de los cincos héroes cubanos prisionero del imperio, de aquí nos encaminamos a la sala de Historia de la Universidad que precisamente lleva el nombre de “Alberto Granados Jiménez” rindiéndole honor al amigo inseparable del Che y fundador en 1962 de esta facultad de medicina, aquí se acercaba a cada foto que recordaba la historia de la Universidad y la visita de personalidades cubanas y latinoamericanas y comentaba: aquí tienen la historia de este importante centro y tienen permanentemente a Granados.. qué bueno, que hacen esto y no dejan que se olvide la memoria, de aquí salimos pasamos por el Departamento de Filosofía e Historia donde intercambió con algunos profesores y estudiantes, con el mismo entusiasmo y alegría contó otras anécdotas que fueron muy bien recibida y dejo entre todos una agradable impresión, de aquí nos encaminamos a la Residencia estudiantil donde trabajan los  ecuatorianos, felicito al primer que se encontró y le dijo que lo que hacían  no solo era por el pueblo ecuatoriano sino por todos los latinoamericanos que admiran a Cuba y su Revolución, pero al ver a un grupo de trabajadores cargando puertas, como buen seguidor del Che y sus enseñanzas me entregó su pequeño bolso y el afiche de los 5 que siempre lo acompaña y se puso hacer trabajo voluntario lo que quedo plasmado en una foto como un símbolo latinoamericano de solidaridad y amor.

Los cinco héroes en la mano del fundador del Museo Che Guevara,
atrás la escultura que recuerda al doctor Alberto Granado Giménez,
padrino de inauguración del museo en Buenos Aires.

Después de esos momentos felices de mucha emoción y enseñanza acompañé a este hombre a la salida de la Universidad comentándome que  al otro día iría al Cobre donde pensaba conocer aquella niña que hace 53 años vio en la Minas del Cobre al Che cuando era ministro de industria y le escribió contándole esa bella historia, porque Eladio se ha encontrado en sus varias visitas a Cuba con algunos de los cubanos que le escribieron cuando los Sucesos de Tarara porque guarda todas aquellas cartas y busca a sus autores, así es este revolucionario amigo de Cuba, argentino y latinoamericano de verdad.

informó el Museo “ ERNESTO CHE GUEVARA ” de Caballito, CABA
calle Rojas 129, esq. Yerbal, Buenos Aires  (cod. 1405) 
Visitar lunes a viernes de 10 a 19 hs. (corrido) – entrada libre y gratuita
Escuela de Solidaridad con Cuba “ CHAUBLOQUEO ”
Registro donantes voluntarios de Células Madre  (INCUCAI)
Coordinador Mesa Vecinal Participativa en Seguridad de Caballito Sur.
Telef.   4 903 3285   Irene Perpiñal -  Eladio González  -  Toto  
email    museocheguevara@yahoo.com.ar              

Alex Szarazgat Cuba de la Conquista a la Revolución Nora Szarazgat declamadora Guillén, Martí, Neruda Angelina Rojas Blaquier cubarte Chaubloqueo Museo Che Guevara CABA Argentina



Alex, otra vez su abrazo solidario
Fecha: 2014-01-11 Fuente: CUBARTE
Alejandro (Alex) Szarazgat
Alejandro (Alex) Szarazgat
Hace exactamente un año, el 3 de enero de 2013, publiqué en este sitio un artículo titulado, Alex, sí, Hasta la victoria. Recién había conocido la vida y la obra de Alejandro (Alex) Szarazgat, nacido en Viena en 1922 y emigrante con su familia a la Argentina, a causa de la represión fascista. La lucha contra aquel enemigo desde tierra americana centró desde entonces la vida de Alex que, años después, lo convirtió en un formidable defensor y amigo fiel de la Revolución cubana.
Para hacer útil y válido su empeño, Alex decidió comenzar a publicar un grupo de libros donde podrían encontrarse los fundamentos históricos sociales que condujeron al triunfo de enero de 1959. El, como muchos otros revolucionarios verdaderos, es un convencido de que el respaldo transita necesariamente por el conocimiento, la cultura, las razones de la obra, y a partir de todo ello, el aporte a su consolidación y su defensa.
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Con sus más de 90 años de existencia, Alex cerró el 2013 con la presentación del Tomo VII de su obra, que publica bajo el título general de Cuba: de la Conquista a la Revolución, editado por la prestigiosa Nuestra América Editorial, con sede en Buenos Aires. El referido tomo abarca, con sus documentos, comentarios y estudios, la etapa histórica comprendida entre 1925-1930, denominada primera parte de la dictadura de Machado, uno de los períodos más significativos en la historia de la neocolonia cubana.
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El texto, de casi 400 páginas, que comienza con la reproducción del poema titulado Machado, tomado del Canto General de Pablo Neruda, contiene, entre los títulos más destacados de su índice: La dictadura de Machado. Las primeras medidas de gobierno. Actas del congreso de fundación de la C.N.O.C. La constitución del Partido Comunista en Cuba. Las luchas obreras. Semblanza de Enrique Varona González. Detención y Huelga de hambre de Mella. La muerte de Carlos Baliño. Fundación de la Federación Cubana del Trabajo. VI Conferencia panamericana. La Constitución de 1928. Julio Antonio Mella: el asesinato. La penetración económica estadounidense en Cuba. La crisis del año 30. La huelga previa a la caída de Machado. La lucha de los obreros ferroviarios. El asesinato de José Wong y La industria azucarera durante la época de Machado.
El mismo concluye con importantes anexos documentales y valiosas referencias bibliográficas.
Esta manera que encontró Alex para trabajar a favor de la comprensión acerca de la necesidad de la Revolución cubana y la importancia del respaldo activo y sostenedor desde los sectores populares de otros lares, especialmente de nuestro continente, pensando también en su revertimiento entre los pueblos de Nuestra América, y su amor a nuestra Revolución, quedaron bellamente sellados en el acto de presentación en el conocido Centro  Cultural de la Cooperación, en la populosa avenida Corrientes de la capital Argentina.
Acompañaron al amigo Alex en la presidencia: Norberto Vilar, periodista-corresponsal; el Dr. José Luis Méndez Méndez, historiador y profesor cubano, y Marcelo Cafiso, Director de la Editorial.
Consecuente con el sentido de la vida y la obra de Alex, la sesión se inició cuando una de sus hijas, Nora Szarazgat, además de coordinar la actividad, recitó hermosos y sentidos poemas de Guillén, Martí y Neruda, protagonizando un emotivo momento tras el cual Marcelo Cafiso presentó el texto.
En sus palabras, habló de cómo Alex inició el trabajo de elaborar una historia de Cuba, se refirió a la alegría de haber arribado al séptimo tomo, y expresó su convicción de seguir acompañando a Alex en la continuidad de esta historia de Cuba, para lo cual tienen el propósito de concluir y editar un nuevo tomo por año, destacando, entre los principales valores de la obra, la recuperación de documentos que se transcriben completos, pero a partir de una lectura crítica y comprometida que realiza el autor.
El periodista Norberto Vilar, al hablar del texto y de su autor, calificó como una proeza de Alex la preparación de esa historia de Cuba, tan importante para los lectores argentinos y de otros lares al sur del río Bravo, toda vez que devela aspectos del papel del imperio norteamericano en América Latina, que por ser común a la región, encuentran una respuesta y un camino en la Revolución cubana.
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La presencia en Buenos Aires del Dr. Méndez Méndez, y su participación en la presentación del texto, permitió a un historiador cubano emitir sus valoraciones. Méndez, quien conoce los esfuerzos, desvelos y dedicación de Alex, hizo referencia a la calidad y aportación de sus textos como obra historiográfica, mientras que, en su condición de cubano, destacó la admiración, el respeto y el agradecimiento hacia Alex, por la tarea que éste viene desarrollando con tanta entrega y amor. Precisó además el colega cubano que el Tomo VII es particularmente importante, en tanto un período básico para Cuba y su devenir revolucionario.
Cuando finalmente Alex usó de la palabra, comenzó rogando a los presentes, con fino sentido del humor que, dada su edad, rezasen para que él pueda llegar a presentar los tomos que siguen, en los cuales, afirmó, ya está avanzando. Explicó que su propósito al concebir y realizar dicha obra, lo obligó, como paso previo, a estudiar a profundidad la historia de Cuba.
Ya sobre el tomo VII en particular, señaló que el mismo aborda la primera parte del régimen de Machado, partiendo por explicitar quién era este personaje al que califica de “autentico criminal fascista”, cuyo gobierno fue digitado desde EE.UU., en contra de los intereses de Cuba. Puso especial énfasis en la fuerte represión contra la oposición a través de un decreto que disponía la expulsión de los extranjeros, y para fundamentar lo de común que tienen nuestras historias, comparó esa medida con la Ley de Residencia, dictada en Argentina en el año 1902 durante la presidencia de Julio Roca, que habilitaba al gobierno para expulsar a inmigrantes sin juicio previo; subrayando que dicha ley fue usada por sucesivos gobiernos argentinos para reprimir la organización política y sindical de los trabajadores, expulsando principalmente a anarquistas y socialistas, accionar que tipificó también a Machado.
Para concluir su intervención, Alex explicó que trabaja con documentos, pero sobre ellos realiza una relectura crítica que fundamenta cuando lo entiende necesario. Por último afirmó, en una expresión que deja muy bien establecida su posición política, su alineación revolucionaria, su espíritu solidario y su amor a Cuba, a su pueblo y a lo que ésta representa, cuando afirmó sin ambigüedades: No soy un escritor “objetivo”, sino que tengo un compromiso expreso con la causa de la Revolución cubana y la defiendo.
Unas horas antes de la presentación del libro, le envié el siguiente mensaje:
“Alex, en un rato como quien dice será la presentación. Piense que estaré allí, a su lado, para acompañarlo, aplaudirlo y reconocer, con mucho agradecimiento en nombre de mi pueblo, el valor tremendo de su obra.”
Ya en la noche recibí la respuesta:
“La presentación salió como debía: linda, cálida, entre gente amiga y allegados.
Ni vos ni el pueblo de Cuba me deben algo. En todo caso los deudores somos nosotros. Te mando un fuerte abrazo, hasta la victoria, Alex.”
Alex, gracias otra vez por su aporte y por su vida. Sí, no hay dudas, hasta la victoria.
Temática: Libro y Literatura