domingo, 10 de octubre de 2010

La Victoria Estratégica Cap15 Fidel Castro en acción

La victoria estratégica - Fidel Castro Ruz<http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/la_victoria_estrategica/la_victoria_estrategica_1.jpg>

La retaguardia rebelde

(Capítulo 15)

Resulta obligado dedicar, en este recuento de la gran ofensiva enemiga, un capítulo al funcionamiento del dispositivo de retaguardia de nuestra acción militar, pues su actividad fue, sin duda alguna, una de las razones de nuestra victoria.

<http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/la_victoria_estrategica/el-vaquerito.jpg> El destacado guerrillero El Vaquerito.

Ya dije antes que en la labor de retaguardia fue decisivo el papel desempeñado por Celia. Gracias a ella y a sus colaboradores, yo pude despreocuparme muchas veces de esos miles de detalles que coadyuvaban al mejor desempeño de nuestras unidades en el plano militar, y concentrar mi atención en los aspectos estratégicos y tácticos de la operación.

Un problema esencial que debía resolver nuestro aparato de retaguardia, quizás el más importante, era el de garantizar los suministros necesarios para apoyar, tanto la acción militar —armas, balas y otros pertrechos de guerra—, como los alimentos y otros bienes —ropa, calzado y equipos.

En el caso de las armas, no era tanta mi preocupación. La vida y la experiencia de la lucha en la Sierra habían demostrado, y lo hacían todavía de manera más clara durante la ofensiva, que el principal suministrador de armas de todo tipo era el enemigo, al que se las arrancábamos en combate.

Después de las acciones de la primera Batalla de Santo Domingo, incrementamos de manera considerable nuestro arsenal, de nuevo aumentado sustancialmente tras la victoria en Jigüe y en las acciones finales de nuestra contraofensiva. No era, por tanto, la obtención de armas un asunto de prioridad para nuestra retaguardia.

No obstante, como nunca estaba de más cualquier ayuda en ese sentido, no dejé de insistir a nuestras organizaciones en el exterior para que continuaran los esfuerzos por conseguir armas y pertrechos. Pensando en recepcionar las que nos llegaran por esa vía, habíamos habilitado la pista aérea llamada Alfa en el río La Plata. Incluso, llegué a advertirles que, en el caso de que Alfa fuese tomada por el Ejército de la tiranía, siempre cabía la posibilidad de continuar los envíos de armas por paracaídas sobre algún punto de la montaña no dominado por el enemigo. La realidad, sin embargo, fue que durante toda la ofensiva no recibimos ningún otro envío de armas del exterior. Fue suficiente con las que conquistamos en combate.

En sentido general, tampoco era de gran preocupación obtener balas, pues también nuestro suministrador principal era el enemigo. Sin embargo, para mí, sí era fundamental la cuestión del ahorro de esas balas. A lo largo de estas páginas hemos visto la importancia que yo concedía al tema del ahorro del parque, y la gran irritación que me producía el gasto excesivo e inútil de balas que, en ocasiones, realizaban algunos combatientes.

El 5 de junio, por ejemplo, le escribí a Celia:

Creo que los planes de defensa han sido adelantados bastante. El problema que me preocupa mayormente hoy por hoy es que la gente no acabe de darse cuenta [de] y que en un plan de resistencia continua y escalonada, no se puede tirar en dos horas las balas que deben durar un mes. Lo único que me queda por hacer es guardar bien las que me quedan y no dar una bala más a nadie, hasta que no sea ya cuestión de vida o muerte porque realmente no le quede a nadie una bala. ¿Recuerdas el día que íbamos a ver a Horacio [Rodríguez] el segundo día de combate en las Mercedes, que escuchamos fuego de fusiles? Pues bien: en esos 15 minutos solamente, Raúl Castro [Mercader] tiró 80 balas con su fusil.

Yo no me canso de insistir en ese problema que es realmente nuestro talón de Aquiles.

A tal punto llegaba mi obsesiva atención al asunto, que determiné crear en La Plata una reserva central de balas manejada personalmente por mí. Una de las funciones que cumplió Ramiro durante buena parte de la ofensiva fue la de ser el administrador de esta reserva, con instrucciones expresas de no entregar nada sin mi autorización. Esta tacañería mía no era comprendida por todos los jefes subalternos, pero muchos otros, como el Che, estaban conscientes de que esta extrema austeridad en el caso del uso del parque era una política necesaria.

En estas páginas he citado la preocupación que al respecto manifestaba, por ejemplo, Braulio Curuneaux, quien con frecuencia me daba parte de la cantidad exacta de balas utilizadas en un combate y, con mucha precisión, de las que le quedaban. Y eso que Curuneaux, magnífico combatiente y maestro en el uso racional y efectivo de la ametralladora calibre 50 —nuestra única "artillería" hasta que no conseguimos morteros y bazucas— en muy contadas ocasiones no fue ejemplo de ahorro estricto del parque de su arma.

Donde debía lucirse nuestra retaguardia era en garantizar otros suministros, sobre todo, alimentarios.

Ya dije que, en previsión de la ofensiva, creamos en el barrio de Jiménez, cerca de La Plata, en la finca del colaborador Radamés Charruf, una fábrica de carne salada. La tasajera de Jiménez, bajo la dirección del combatiente Gello Argelís, funcionó durante toda la ofensiva, incluso cuando la penetración desde el Sur, del Batallón 18, condujo al enemigo muy cerca de Jiménez. Mediante una constante selección y transportación de ganado bajo los bombardeos y la metralla de la aviación enemiga, la producción y el suministro de carne salada a nuestras fuerzas en las primeras líneas de combate nunca faltó.

Otro tanto puede decirse de la producción de queso, organizada por Celia en diversos puntos del territorio, y su distribución entre nuestros combatientes. Un ejemplo de la flamante producción láctea queda de manifiesto en este mensaje que le cursó Celia el 12 de julio, desde el alto de Cahuara, a Ramón Paz, quien en ese momento estaba posicionado en Purialón, en espera de la llegada de los refuerzos que debían ir a socorrer a la tropa enemiga sitiada desde el día anterior en Jigüe:

Ahí le manda el Comandante ese queso y cigarros para usted y Orestes [Guerra]. Aunque sabemos que se abastecen por allá y malamente, igual aquí, pero así la vamos pasando. Queremos que participen del primer queso de la quesería nuestra.

También de los días de la Batalla de Jigüe, e igualmente referido a la leche, es este otro ilustrativo mensaje de Celia a Curuneaux, quien en ese momento estaba en la primera línea de combate del cerco a la tropa sitiada en ese lugar:

A usted y al guardia herido les mandé leche, para usted dos [latas]. [...] Aquí me quedan tres latas que las he guardado, una suya mañana y dos de los heridos; esto para asegurar porque yo mandé a buscar y me debe llegar leche esta tarde, entonces mañana le mandaría más. Pero si no llega le tengo aunque sea una separada.

Gracias a la administración de Celia y a su manejo riguroso y organizado de los suministros, nuestros escasísimos recursos fueron distribuidos de acuerdo con las prioridades de cada momento.

Y ya que he mencionado las latas de leche condensada, debo decir que dentro de nuestros limitados abastecimientos alimentarios este era uno de los artículos que recibían un tratamiento especial. La leche condensada, por su valor energético y su gusto tan apreciado, era para nosotros un producto de lujo, y su distribución estaba sujeta a mis indicaciones personales. Un ejemplo: en previsión de la dura caminata que tendrían que realizar los hombres de Lalo Sardiñas desde los alrededores de Santo Domingo —cuando le ordené a Lalo trasladarse sin pérdida de tiempo a Meriño para completar el cerco a la tropa que había penetrado en ese lugar—, le envié a Celia la indicación expresa de que entregara a cada uno de los hombres del pelotón de Lalo dos latas de leche condensada. Sin esta indicación personal mía, cero leche condensada para los abnegados combatientes del pelotón de Lalo.

Otro producto estratégico que nuestra retaguardia debía asegurar era la sal. La necesitábamos, no solo para el consumo normal de nuestras tropas, sino también para el funcionamiento de la tasajera e, incluso, para la actividad de una fabriquita de cuero que también llegamos a instalar. Como se recordará, en previsión a la ofensiva, Celia había organizado una producción suficiente de sal en varios puntos de la costa. Algunas de estas salinas artesanales, cercanas a las desembocaduras de los ríos La Plata y Palma Mocha, tuvieron que ser abandonadas tras el desembarco del Batallón 18 en esa zona, pero otras, como las de Ocujal, La Magdalena, El Macho y El Macío, se mantuvieron funcionando durante toda la ofensiva, y cubrieron nuestras necesidades básicas. Fue otra proeza de la retaguardia.

Sin embargo, no siempre las cosas funcionaron como deseábamos. La movilidad requerida para poder atender cabalmente el desarrollo de las operaciones o dirigirlas, como en el caso de la Batalla de Jigüe, supuso para nosotros, desde el punto de vista de las condiciones materiales que rodeaban al dispositivo de la Comandancia rebelde, el regreso, en ocasiones, a situaciones características de los primeros meses de la guerra. Nunca fue esto más evidente que durante los 11 días que permanecí en el alto de Cahuara, conduciendo la operación de Jigüe. Allí hubo que improvisar un puesto de mando más o menos permanente dentro del monte; crear condiciones mínimas para el funcionamiento de la Comandancia y para el abastecimiento de su cocina y del personal que participaba en el cerco del Batallón 18. Una muestra de los pequeños y grandes problemas cotidianos durante esos días la ofrece Celia en este mensaje que envió desde Cahuara a Delsa Puebla, Teté para nosotros, en Mompié, el primer día de la Batalla de Jigüe:

Llama por teléfono a Camilo [a La Plata] y dile que me mande una de las cajas de tabacos que hay allí de Fidel, que trate de ver a Gello [Argelís] que viene para acá para que la traiga. Aquí no tiene tabacos Fidel ni el Ché. Al Ché lo llamas [a Minas de Frío] y dile que Fidel solo se quedó con un tabaco y dos le mandé a él, que mando a buscar a Camilo y cuando me lleguen yo le mandaré.

En ese mismo mensaje, Celia se refiere también a otros problemas más serios que este de los tabacos:

[¼ ] anoche nos mojamos todos y la mercancía y las balas también. Estamos acampados en el monte y llueve desde la tarde hasta la salida de la luna. Pedí los nylon y los zapatos desde el día antes de salir de la Mina; cuéntale a Camilo la necesidad que tenemos para que se apure y los mande. Hemos pasado dos días sin comer, por aquí no teníamos nada; recordando tiempos que no han pasado, se alejan pero vuelven. He cogido el gran catarro.

Esa noche el agua le cayó encima a la Comandancia.

Una de las consecuencias del estricto bloqueo impuesto a la Sierra Maestra por el enemigo, como parte de su ofensiva, fue el hecho de que dejamos de recibir las contribuciones monetarias que nos enviaban desde el llano, recopiladas a partir de donaciones de hacendados, empresarios, comerciantes u otras fuentes, así como de los propios militantes clandestinos del Movimiento. Era este dinero el que se utilizaba para pagar escrupulosamente toda la mercancía que se adquiría de los campesinos, sobre todo, viandas y otros productos alimenticios. Sin embargo, a pesar de las entregas gratuitas espontáneas que realizaron muchos de los pobladores del teatro de operaciones, pronto encontramos algunas alternativas para suplir esa carencia de dinero. Un ejemplo de ello queda de manifiesto en este mensaje que me envió Ramiro el 28 de mayo desde la Columna 4:

He autorizado a un hombre responsable y serio para hablar con los caficultores de una extensa zona para recabar fondos. El ejército amenaza por esa zona y es propicio el momento para la gestión, pues ellos esperan protección. Le he dado instrucciones al enviado para que los caficultores no vayan a pensar que sus aportes económicos sean un canje con nuestra protección. Si tienes algún plan para la próxima cosecha de café házmelo saber para ponerlo en práctica.

Ya recibí la contesta a una de mis gestiones: $2.000 de crédito en un almacén de Bayamo; ya salió el primer envío de mercancías para ésta.

Factor de gran importancia, y muchas veces determinante de nuestro desempeño exitoso en las acciones emprendidas por las fuerzas rebeldes durante la ofensiva, fue el papel de los mensajeros rebeldes. A lo largo de estas páginas hemos visto y seguiremos viendo numerosas ocasiones en que fue posible tomar a tiempo decisiones cruciales para garantizar el éxito de una operación determinada, gracias a la celeridad y eficiencia con que nuestros mensajeros trasmitían las órdenes o indicaciones pertinentes, o me hacían llegar las informaciones enviadas por los jefes en los frentes de combate.

Ya expliqué en el capítulo referido a los preparativos para la defensa de nuestro territorio que, en previsión de la ofensiva, habíamos logrado establecer comunicación telefónica entre La Plata, la tiendecita de la Maestra y Mompié; que ya durante plena ofensiva pudo extenderse hasta Minas de Frío, gracias al bravo esfuerzo del grupo encargado de ello. Ese era todo el alcance de nuestra red telefónica, la cual, a pesar de su limitación, fue muy útil en varias ocasiones. En cambio, el enemigo tenía a su disposición todos los medios de comunicación inalámbrica existentes en aquel momento, sobre todo, equipos de microonda, lo cual le aseguraba una comunicación inmediata entre sus diferentes unidades, y entre estas y el puesto de mando de Bayamo o los puestos avanzados en Estrada Palma, Cerro Pelado, Cienaguilla y otros puntos. Nosotros, sin embargo, teníamos que depender de la habilidad, la astucia y la resistencia física de nuestros mensajeros, capaces de recorrer largas distancias en las montañas, casi siempre a pie, en un tiempo asombrosamente corto.

Muchas veces los mensajes eran llevados por algún combatiente escogido por el jefe de una de nuestras escuadras o pelotones, con estas características que acabo de mencionar. Pero por lo general, en el caso de los mensajes que yo enviaba desde donde tuviera instalado en un momento determinado mi puesto de mando transitorio o sencillamente desde donde me encontrara en esa ocasión, nuestro intercambio de mensajes era realizado por un grupo selecto de combatientes cuya función era la de actuar como mensajeros. De todos ellos, quizás el más confiable por su rapidez y responsabilidad fue el ocurrente Juan Pescao, ya mencionado en estas páginas. Otros nombres que no puedo dejar de registrar son los de Edilberto González Rojas y Eliécer Tejeda Peña, ambos subordinados a Remigio Álvarez Figueredo, quien fungía como jefe de este pequeño grupo de mensajeros al servicio de la Comandancia.

Con ellos y con otros, nuestro Ejército Rebelde tiene una enorme deuda de gratitud. Quizás muchos no hayan disparado jamás un solo tiro ni hayan estado presentes en algún combate, pero todos se merecen con creces el reconocimiento de su condición de combatientes, pues también contribuyeron decisivamente a nuestra victoria.

No debe olvidarse tampoco la labor desarrollada por nuestros arrieros, responsables de trasladar con sus mulos todo tipo de suministros, incluidos, en ocasiones, armas, municiones y otros pertrechos de guerra. Era un trabajo de gran responsabilidad y plagado de peligros, pues en cualquier momento estas arrias, generalmente acompañadas por arrieros desarmados, podían caer en una emboscada enemiga o ser blanco de un ataque aéreo. Recuerdo ahora el nombre de Eduardo Rodríguez Vargas, Pipe, arriero de confianza de Celia, quien por su íntimo conocimiento de todos los rincones de la montaña prestó después del triunfo de la Revolución, durante muchos años, un inapreciable servicio como práctico del equipo de investigadores históricos que con su trabajo minucioso contribuyeron a reconstruir la historia de la Sierra, y en los que me he apoyado para la redacción de estas páginas.

Mención especial en este recuento merecen los médicos rebeldes. En condiciones sumamente precarias, a veces sin los recursos mínimos necesarios, realizaron verdaderas proezas. Los heridos, tanto los rebeldes como los guardias enemigos capturados tras un combate, y también niños y otros pobladores de la montaña, deben sus vidas, en muchas ocasiones, al empeño abnegado y eficiente de los médicos que prestaban servicios en nuestras filas.

Doctores como René Vallejo, Manuel Piti Fajardo, Julio Martínez Páez, Bernabé Ordaz, Vicente de la O, Sergio del Valle, Fabio Vázquez, Raúl Trillo y el dentista Luis Borges Alducín, entre otros, no pueden dejar de ser mencionados en estas páginas. Varios de ellos, como Vallejo, Piti Fajardo y De la O, realizaron, en varias oportunidades, funciones de apoyo a nuestra acción, ajenas a su profesión médica.

Dentro del teatro de operaciones de la ofensiva en el Primer Frente funcionaban solamente dos instalaciones que pudieran ser consideradas como hospitales sedentarios de campaña: el de Pozo Azul, atendido por el doctor Vallejo, que en un momento determinado fue preciso mudar a la zona de Limones ante la amenaza de que fuese ocupado por una tropa enemiga que llegó hasta Aguacate, a unos cinco kilómetros de distancia; y el de La Plata, establecido primero en Camaroncito, al cuidado del doctor Martínez Páez, junto al río La Plata, que debió cambiarse de lugar después que una crecida del río lo afectó severamente, entonces fue ubicado en Rincón Caliente, a media distancia entre la Comandancia y el barrio de Jiménez. A partir del mes de junio, este hospitalito fue trasladado a la propia Comandancia, donde funcionó durante la ofensiva, en instalaciones provisionales, y en el que prestaron servicios, entre otros, aparte de Martínez Páez, los doctores Ordaz, Fajardo, De la O y Trillo. En la Comandancia de La Plata se conserva todavía el hermoso hospital construido después de la ofensiva como instalación permanente, y el rústico vara en tierra que sirvió como gabinete dental del doctor Borges Alduncín. Salvo estos hospitales, la labor de nuestros médicos se realizó principalmente en el mismo campo de batalla.

Dentro de la actividad de retaguardia, mención aparte merecen también las mujeres. En esta época no había surgido aún la idea de la creación de un pelotón femenino, que cuajó en el mes de septiembre, después de la ofensiva, al constituirse por iniciativa mía, en contra de la opinión de algunos, el Pelotón Mariana Grajales. Las mujeres presentes en nuestras filas durante la ofensiva, muchas de las cuales integraron más tarde el pelotón de las Marianas, desempeñaron en esta época funciones de apoyo de todo tipo, como asistentes de los médicos, mensajeras, cocineras, ayudantes en tareas de suministro, reparadoras de uniformes y calzado, centinelas; en fin, prestaron valiosísimos y variados servicios.

Ejemplar fue la labor de asistente de Celia realizada por Teté Puebla, quien, además, como veremos en su momento, desempeñó con eficacia la delicada misión de ser la emisaria enviada por el Che al campamento enemigo en las Vegas de Jibacoa para negociar los detalles de la entrega de prisioneros y heridos enemigos, efectuada el 23 de julio, aún en plena batalla contra la ofensiva.

Otras mujeres destacadas en esta etapa fueron Rita García y Eva Palma, sobrevivientes milagrosas del morterazo que mató a Geonel Rodríguez; Orosia Soto y Juana Peña, ayudantes de los médicos; Olga Guevara, Angelina Antolín y Ada Bella Pompa.

Papel decisivo, como parte de nuestra retaguardia durante la ofensiva, correspondió a Radio Rebelde. La emisora que, como se recordará, fue trasladada a finales de abril desde Pata de la Mesa, en la zona del Che, hacia La Plata, funcionó durante los 74 días de combate como vehículo de información a otros frentes rebeldes, a los combatientes de la clandestinidad en el llano y a todo el pueblo, de lo que estaba ocurriendo día a día en las montañas de la Sierra.

Casi a diario, Radio Rebelde trasmitía un parte de guerra, muchas veces redactado por mí, acerca del desarrollo y los resultados de las acciones combativas. Por esta vía sus oyentes, dentro y fuera de Cuba, recibían una información absolutamente veraz de lo que ocurría, y podían hacer caso omiso de las falsedades, exageraciones, omisiones y desinformaciones divulgadas por los medios de propaganda del Ejército enemigo.

En esta labor de Radio Rebelde participaron, de manera decisiva: Luis Orlando Rodríguez, director titular de la emisora; el técnico principal Eduardo Fernández, asistido por Orlando Payret, Luis González y Otto Suárez, quienes fueron capaces de mantener la emisora funcionando con regularidad a pesar de todas las dificultades; la asistente Alicia Santacoloma, mecanógrafa y editora; los locutores Jorge Enrique Mendoza, Orestes Valera, Ricardo Martínez y Violeta Casals, quienes con sus voces llegaron a convertirse en exponentes emblemáticos de la lucha rebelde.

A propósito de los locutores, entre los papeles se conserva esta nota mía a Orestes Valera, que incluyo en estas páginas para mostrar la atención minuciosa con que yo seguía la labor de Radio Rebelde, precisamente por la importancia que le concedía, a pesar de que ya teníamos un futuro traidor, Carlos Franqui, que después de desertar del Partido Comunista —entonces PSP— fue erróneamente captado por el Movimiento 26 de Julio, y resultó ser, en realidad, un tránsfuga y ambicioso que trataba de sembrar la cizaña del anticomunismo en nuestra filas:

Orestes: Vas adquiriendo un tono y un énfasis por radio parecido a los locutores de Díaz Balart [Rafael Díaz Balart, principal vocero del régimen batistiano]. No te vayas a ofender por eso. Solo quiero que trates de superarlo. Tú sabes que la de clamación es un arte. Tú tienes voz sonora y dicción buena, pero das énfasis de gente fascinerosa a las frases. Ricardo [Martínez] le da un

énfasis más amable aunque menos enérgico. Me luce que lo perfecto para nuestras trasmisiones es el tono amable y el énfasis

enérgico. ¿Podremos conseguirlo? Ayer me gustó más la lectura de Ricardo.

¡Esfuérzate! Cuando hay condiciones todo es cuestión de voluntad.

Otra función crucial de Radio Rebelde fue la de servir de enlace con el exterior, especialmente con los núcleos del exilio revolucionario en los Estados Unidos, Venezuela y otros países americanos. Por esta vía conocíamos, entre otras informaciones de importancia, sobre la próxima llegada de algún cargamento de armas y pertrechos, como el que arribó en el avión que aterrizó el 10 de mayo en nuestra improvisada pista aérea del río La Plata, en la desembocadura del arroyo de Manacas, a la que habíamos bautizado con el nombre en clave de Alfa. Ya desde el día anterior yo tenía la sospecha de que estaba próximo a llegar un avión, pues me habían mandado a preguntar a través de Radio Rebelde si Alfa estaba lista, y yo había contestado afirmativamente.

En los primeros días de la ofensiva enemiga tuvimos problemas con la comunicación mediante clave por Radio Rebelde. Ocurrió lo que yo siempre había temido y sobre lo que había advertido en varias ocasiones, y es que a la hora de descifrar algunos mensajes no contamos con la clave adecuada. Nos pasó con un mensaje importante que debía descodificarse mediante dos libros y una pluma que llegarían de Santiago de Cuba. Nadie me pudo dar una explicación del paradero de los libros, y tuve que contestar que el mensaje era imposible de descifrar por falta de los elementos necesarios. Otro mensaje llegado de Miami, cifrado en una clave numérica que dominaba el Che, tuve que enviárselo a Minas de Frío para que él lo hiciera y pedirle que mandara a alguien de regreso a explicarme el funcionamiento de esa clave.

Pero, salvo estos tropiezos ocasionales, la comunicación con el exterior funcionó bastante bien durante la ofensiva, gracias a Radio Rebelde y a su dedicado personal.

Un buen ejemplo de ello fue la entrevista de más de una hora de duración que concedí a principios de julio a un grupo de periodistas venezolanos. Recuérdese que el pueblo de Venezuela acababa de librarse de la brutal dictadura de Marcos Pérez Jiménez. De esta larga entrevista me parece oportuno citar el siguiente fragmento:

Los venezolanos y los cubanos nos comprendemos bien, porque ambos conocemos el dolor de la opresión y el precio de la libertad. Después del cubano el pueblo que más me emociona en estos instantes es el de Venezuela.

La profunda admiración que sentí hacia ese país, donde nació el más grande hombre de este Continente, se acrecentó con el extraordinario ejemplo de civismo que acaba de dar al mundo, cuando muchos creían lejano el día de su hermoso despertar.

A la admiración se une la gratitud por la hospitalidad que allí encuentran los perseguidos políticos cubanos, la atención que reciben en la prensa ya libre de Venezuela, las noticias que no puede publicar la prensa amordazada de Cuba y el dolor conque ese pueblo hermano siente como si fueran propios los sufrimientos nuestros.

Y a la gratitud se une la esperanza: la esperanza de que Venezuela siga adelante por el camino que se ha trazado, y la esperanza de que nos ayude con el mismo espíritu conque Bolívar ayudó a otros pueblos oprimidos, para buscar en la unión de las naciones libres de América Latina, la solidaridad y la fuerza que nos preservasen de los graves peligros de la debilidad, la desunión, la tiranía y el coloniaje.

En esa misma entrevista, por cierto, dije lo siguiente con relación al intento de huelga del 9 de abril de ese año:

La movilización del pueblo para la huelga tiene una técnica propia a la cual hay que ajustarse, y que está reñida con el secreto, el rigor y la sorpresa que exigen las acciones armadas. Mientras el éxito de una acción armada puede depender de muchos factores imponderables, la movilización del pueblo, cuando hay conciencia revolucionaria, llevada a cabo con métodos correctos es infalible y no depende de eventualidades.

El paro general tenía extraordinario ambiente pero el Comité de Huelga cometió el error fundamental de supeditar la movilización de las masas a la acción sorpresiva de milicias armadas. A la seguridad de estas acciones de carácter sorpresivo se sacrificó la movilización del pueblo. [¼ ]

La huelga es el arma más formidable del pueblo en la lucha revolucionaria y la lucha armada debe supeditarse a ella. No se puede llevar al pueblo a una batalla, como no se puede llevar a un Ejército si no se le moviliza adecuadamente para el instante de la acción. Y eso ocurrió el 9 de abril. [¼ ] El error no volverá a repetirse.

A la huelga general no hemos renunciado como arma decisiva de lucha contra la tiranía.

Uno de los entrevistadores venezolanos me preguntó, refiriéndose a la ofensiva enemiga en pleno desarrollo, si "ante el brusco giro de los acontecimientos ¿es cierto que pensó abandonar la Sierra Maestra?". He aquí mi respuesta:

El Ejército Rebelde no abandonará jamás sus posiciones de la Sierra Maestra como no sea para avanzar sobre el resto del territorio nacional. La muerte o la victoria es la única alternativa que aceptamos. Sin libertad y sin patria ninguno de nosotros quiere la vida. La idea de abandonar la Sierra Maestra no llegó a tentarme siquiera cuando me vi con tres hombres y dos fusiles.

En ese espíritu se ha forjado la conciencia de nuestros combatientes. Hemos aprendido a luchar contra lo imposible. Aquí caerá gloriosamente si es necesario desde el primero hasta el último rebelde. La patria no se abandona para salvar la vida. Un ejemplo vale siempre más que un hombre.

Muchos otros temas de interés abordaron con apetito insaciable los entrevistadores venezolanos, entre ellos, el crucial tema de la unidad y los planes de un futuro gobierno revolucionario, pero no quiero alargar excesivamente este capítulo dedicado al papel de la retaguardia rebelde durante la ofensiva.

Solo me queda apuntar, por último, que también en plena ofensiva comenzaron a sentarse las bases del aparato administrativo que, al cabo, a partir del mes de septiembre, quedó constituido en la Comandancia de La Plata con el nombre de Administración Civil del Territorio Libre (ACTL), al frente de la cual estuvo Faustino Pérez hasta el final de la guerra. Esta administración se dedicó al necesario manejo de la vida económica y social de la montaña rebelde, vasto territorio definitivamente liberado, cuya población carecía casi en lo absoluto de todo, y llegó a estar integrada por ocho departamentos encargados, de asuntos agrarios y campesinos, educación, salubridad y asistencia social, justicia, promoción, industrias, obras públicas, suministros y finanzas. Aspectos relevantes de su labor fueron la asistencia médica, la escolarización, la alfabetización, el desarrollo de infraestructuras para producir alimentos y la creación de no menos de 35 cooperativas campesinas.

Al igual que las instituciones creadas por Raúl en el Segundo Frente, la organización civil desarrollada en la Sierra Maestra en los meses finales de la guerra elevó a un plano superior las relaciones existentes, desde el inicio de la lucha en la montaña, entre el Ejército Rebelde y los campesinos, y constituyó la semilla del nuevo Estado que surgiría tras el triunfo revolucionario, fiel al espíritu democrático y popular de la Revolución.


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La Victoria Estratégica Cap 14 Fidel Castro en acción

 

La victoria estratégica - Fidel Castro Ruz

Contención en Santo Domingo

(Capítulo 14)

Con el Combate de Pueblo Nuevo y el inicio de lo que llamé entonces la primera batalla de Santo Domingo, las fuerzas rebeldes dieron el primer paso para arrebatar la iniciativa al enemigo, quien la mantendrá parcialmente todavía en los demás sectores donde se desarrollaba su ofensiva. No será hasta el 5 de julio, fecha en que ocurrió el Combate de El Naranjal, cuando el Ejército perderá su empuje en el sector sur, es decir, en la zona del río de La Plata. El 9 de julio, las fuerzas rebeldes darán otro golpe importante en Meriño y privarán también al enemigo de la iniciativa estratégica en el sector noroccidental. La única otra acción ofensiva en esta zona será la ocupación de Minas de Frío el día 13.

En La Plata, Camilo dirigía la defensa del sector nordeste.

Por tanto, puede afirmarse que a partir del 28 de junio se inició una segunda etapa en la ofensiva enemiga, caracterizada por la contención de esta por nuestras escasas y pobremente equipadas fuerzas. La segunda etapa, a los efectos historiográficos, se extiende hasta el 11 de julio. Ese día, el comienzo de las acciones en Jigüe que conducirán a la rendición del Batallón 18 y a la liquidación de los refuerzos enviados para auxiliarlo, marcó el inicio de la tercera etapa, que será la final de este proceso, y que se caracterizará por el despliegue ya incontenible de la contraofensiva rebelde en los tres sectores de las operaciones hasta la derrota terminante del enemigo y su salida de la Sierra Maestra.

Yo estaba convencido de que Sánchez Mosquera, a pesar de la derrota recibida entre los días 28 y 30 de junio, no iba a permanecer inactivo. No sería consecuente con todo lo que se decía de él si se mantenía en una posición pasiva después del golpe potencialmente desmoralizador que acabábamos de darle. Además, tampoco era concebible que, después de llegar hasta allí, abandonara la pretensión de seguir avanzando hasta coronar el firme de la Maestra en la zona del alto de El Naranjo, con lo cual se colocaría al alcance de las instalaciones de la Comandancia de La Plata.

El combatiente rebelde Braulio Curuneaux, experto tirador de la ametralladora calibre 50.

Por tanto, ordené a todos los pelotones que habían participado en la acción contra el campamento enemigo que reasumieran sus posiciones anteriores, en caso de que se hubiesen movido de ellas, las cuales estaban concebidas a manera de semicírculo desde Pueblo Nuevo, pasando sobre el río Yara al este de Santo Domingo, hasta Leoncito, sobre el propio río, al Oeste. En las primeras horas de la mañana del día 1ro. de julio, todas las fuerzas rebeldes se habían reposicionado de acuerdo con este plan.

El pelotón de Lalo Sardiñas se ubicó nuevamente en Pueblo Nuevo, con la intención de contener cualquier intento enemigo de penetración río arriba en dirección a Santana o La Jeringa. Ese mismo día, por cierto, firmé una orden en la que, en reconocimiento al extraordinario papel desempeñado por Lalo durante los tres días de acciones en Santo Domingo, decretaba la amnistía del juicio contra él —que había quedado pendiente para cuando concluyera la guerra, por la actuación excesivamente violenta que tuvo en octubre de 1957 al requerir a un soldado por una falta disciplinaria, de la cual resultó la muerte involuntaria del combatiente—, y disponía la restitución de su grado de capitán. Era un acto de justicia hacia uno de nuestros más aguerridos y competentes jefes, quien había sido un factor decisivo en el exitoso desenlace de lo que en ese mismo documento califiqué como "la más resonante victoria rebelde desde que comenzó la guerra".

A la izquierda de Lalo, cubriendo la falda del firme de El Naranjo que da para el arroyo de Los Mogos, volvieron a ubicarse la escuadra de Zenén Meriño y el pelotón de Andrés Cuevas, pero este último fue movido por mí hacia La Plata al día siguiente, pues quería utilizarlo en algún otro sector donde fuese más necesario. A continuación, ya en el mismo firme de El Naranjo, mantenía sus posiciones el grupo al mando de Huber Matos y, a la izquierda de este, la escuadra de Braulio Curuneaux con la ametralladora 50. Del otro lado del arroyo de El Naranjo, en la falda del firme de Gamboa, Félix Duque se colocó de nuevo con su escuadra. Daniel quedó más arriba, muy cerca del firme, en un lugar que los combatientes de su grupo bautizaron como el alto de La Pulga; era una reserva operativa capaz de actuar según las circunstancias.

Esa misma mañana, el enemigo realizó un tanteo en dirección a las posiciones de Duque en el estribo de Gamboa. Al amanecer, previendo ese movimiento —que me parecía el más lógico— avisé a Duque de la posibilidad del avance desde Santo Domingo en su dirección, y le mandé a decir a Curuneaux que si advertía semejante desplazamiento no hiciera nada hasta que los guardias no chocaran con la tropa de Duque. Yo estaba seguro de que las fuerzas rebeldes en el firme de Gamboa eran lo suficientemente sólidas como para frenar el golpe enemigo, lo cual nos permitiría maniobrar con la gente de Huber Matos, apoyada por la ametralladora de Curuneaux —que se subordinaba al puesto de mando— para cortar a los soldados por su retaguardia y hacerles una pequeña encerrona.

Curuneaux, sin embargo, comenzó a hostigar a los guardias desde que se percató de su movimiento por el firme de Gamboa. En definitiva, la fuerza enemiga —posiblemente un pelotón— no llegó a chocar con Duque y regresó a Santo Domingo dos horas después. De manera evidente, se trataba de una finta de Sánchez Mosquera para descubrir nuestras defensas en esa dirección.

Entre los documentos de ese día se conserva una nota de Curuneaux en la que me rendía cuenta minuciosa de las balas gastadas. Vale la pena citarla a manera de ejemplo del control estricto que exigíamos a nuestros capitanes: "En el ataque de ayer le hice al enemigo 476 disparos, que unidos a los 275 anteriores suman 751, quedando por tanto 349 tiros". Seguidamente, me pedía 162 tiros que había dejado en la casa del Santaclarero. Le respondí que debía mantenerlos allí como reserva.

En los días siguientes, los guardias se limitaron a moverse por los alrededores de su campamento y, cuando más, entraban y salían del caserío de El Naranjo, a veces a la vista de nuestras posiciones. Se mantuvo contra ellos un hostigamiento permanente, con disparos esporádicos de fusilería y un tiro de Curuneaux con la calibre 50, cada media hora más o menos. La intención era más psicológica que otra cosa: debían saber que seguíamos allí cuidando el acceso a la Maestra.

El día 3, en vista de la inacción en este frente y de los movimientos desarrollados por la agrupación enemiga que había logrado finalmente ocupar San Lorenzo el día 1ro., me trasladé hacia Minas de Frío y dejé a Camilo con la responsabilidad de la coordinación de la defensa en este sector.

Al otro día mandé a buscar a Lalo con su personal para que participara en la emboscada que preparaba a la compañía del Ejército que había penetrado en Meriño. La tropa de Lalo era la única que no estaba en una posición defensiva en el sector de Santo Domingo, sino de ataque. Orienté, entonces, a Camilo que cubriera con la escuadra de Zenén Meriño el camino que subía desde Pueblo Nuevo hacia el firme, y que vigilara bien los movimientos de los guardias en ese flanco. La situación operativa en aquel momento permitía lo que pudiera parecer como un debilitamiento de la línea de contención en su extremo derecho, puesto que en caso de que el enemigo intentara de nuevo avanzar río arriba, la única disposición que habría que tomar era la de vigilar con atención su movimiento y fortalecer la defensa del camino que subía al firme desde Santana. Sin embargo, yo estaba convencido de que el próximo intento de Sánchez Mosquera iba a ser por el firme de El Naranjo o por el mismo de Gamboa, por donde había tanteado el día 1ro.

El sábado 5 de julio, los guardias de Santo Domingo se movieron de nuevo, y fueron rechazados de forma fácil por los rebeldes en la subida de El Naranjo. El enemigo sufrió cuatro bajas y abandonó un fusil Springfield y 350 tiros. Ese mismo día, en El Naranjal, Ramón Paz rechazó definitivamente el avance enemigo del Batallón 18 desde el Sur.

En vista de estos acontecimientos, le indiqué a Camilo que ordenara el traslado del pelotón de Guillermo García —el cual cubría, en el alto de San Francisco, los accesos a la zona de La Jeringa y las cabezadas del río Yara desde el Norte— hacia La Plata, y de allí a donde yo estaba, para recibir instrucciones. También mandé a buscar a Curuneaux y su ametralladora. Para compensar este último movimiento, Camilo trasladó el pelotón de reserva de Daniel más abajo, y reforzó con algunos de los hombres de esta tropa la línea rebelde en la loma de Sabicú. Después de intervenir en la acción de Meriño el día 8, Curuneaux fue enviado por mí de regreso al firme de El Naranjo, a donde llegó justo a tiempo para ocupar su posición anterior a la izquierda del alto de Sabicú.

Sánchez Mosquera lanzó finalmente, el miércoles 9 de julio, su intento de asalto al firme de la Maestra. Desde el amanecer, la vanguardia enemiga comenzó a subir por toda la falda de Sabicú. De nuevo, el sanguinario oficial demostró ser también el jefe más capaz. Sus hombres no se desplazaron por camino alguno, sino por dentro del monte, ni lo hicieron en formación lineal, sino desplegados a lo largo de un frente relativamente extenso. La artillería enemiga disparó de manera incesante sobre la loma, mientras la aviación ametrallaba y bombardeaba el área donde los mandos de la agrupación enemiga presumían que debían estar las posiciones defensivas rebeldes. Ese día, muchos de los combatientes contemplaron por primera vez los terribles efectos de las bombas incendiarias de napalm, suministradas al Ejército de la tiranía por los Estados Unidos.

Sin embargo, las posiciones rebeldes resistieron con firmeza la acometida. El enemigo llegó hasta el mismo alto de Sabicú, y allí chocó con las fuerzas de los tenientes Dunney Pérez Álamo y Geonel Rodríguez, reforzadas con personal de Daniel y apoyadas por la ametralladora de Curuneaux, que estaba todavía allí, y la escuadra que, bajo el mando de Huber Matos, se había mantenido en el flanco izquierdo de la línea rebelde en el firme de El Naranjo.

Se combatió tenazmente durante más de dos horas. Después de un momento de relativa calma, la lucha se reanudó con mayor violencia alrededor del mediodía. Al cabo, el Ejército se replegó y regresó a Santo Domingo después de sufrir un número indeterminado de bajas y dejar abandonados varias armas y bastante parque.

El Combate de El Naranjo tuvo una significación mucho mayor que lo que pudieran indicar sus resultados concretos, en términos de bajas y botín ocupado. Representó el último esfuerzo del fuerte contingente enemigo estacionado en Santo Domingo por seguir avanzando hacia el corazón rebelde.

Téngase en cuenta que, en ese momento, esta era la tropa enemiga más peligrosa para nosotros por varias razones: era la que estaba más cerca de La Plata, una de las más numerosas y mejor equipadas, y la que contaba con el jefe más decidido e inteligente. Sin embargo, todos estos factores, aparentemente favorables, se estrellaron contra la resistencia de un puñado de combatientes bien preparados, decididos a luchar hasta el final para impedir el avance enemigo en esa dirección.

No hay que desestimar tampoco el hecho de que los golpes recibidos por esta tropa en la primera Batalla de Santo Domingo, pudieran haber creado un ambiente derrotista y cierta desmoralización entre los soldados y, sobre todo, en su engreído jefe. El hecho fue que, después del día 9, Sánchez Mosquera no hizo el menor intento de moverse en dirección alguna hasta que recibió la orden perentoria de abandonar Santo Domingo el día 26. Esta inercia me permitió trasladar de nuevo hacia otros sectores a Curuneaux y otros combatientes rebeldes que cubrían este frente, que quedó protegido durante todo ese tiempo por las escuadras de Duque, Geonel Rodríguez, Zenén Meriño, Huber Matos y Álamo, y por el personal de reserva de Daniel en el firme de El Naranjo.

Pocos días después del Combate de El Naranjo, el borde externo de este frente quedó cubierto con varias escuadras y grupos de las Columnas 3 y 4, al mando, respectivamente, de los comandantes Juan Almeida y Ramiro Valdés, quienes fueron distribuidos por Camilo en Agualrevés, La Jeringa, el llamado cruce de Lima, el punto de la Maestra donde el camino del firme es interceptado por el que viene de Palma Mocha, por la subida de Santana y otros puntos de la Maestra.

El personal del firme de El Naranjo mantuvo sus posiciones a pesar del embate constante de la aviación, que se empleó a fondo en la zona durante todos estos días, y del incesante fuego de morteros realizado por el enemigo desde Santo Domingo. Fue uno de esos obuses de mortero 81, lanzado al rumbo, el que vino a caer el día 11 directamente encima del caballete de la casa de un colaborador campesino, en la falda de la loma de Sabicú opuesta al campamento enemigo, en el momento en que el combatiente Juan de Dios Zamora, auxiliado por las también combatientes Rita García y Eva Palma, cocinaban el almuerzo de las fuerzas rebeldes. La explosión mató de manera instantánea al cocinero e hirió de extrema gravedad al capitán Geonel Rodríguez y al teniente Carlos López Mas, conocido por Carlitos Mas, quienes se encontraban descansando en la casa. Conducidos rápidamente a la Comandancia de La Plata, los dos combatientes fueron operados de urgencia por los cirujanos rebeldes, pero la hemorragia interna resultó incontenible y ambos murieron.

Radio Rebelde informó con pesar, el día 12, la muerte de Geonel y su entierro en suelo rebelde. Era una pérdida particularmente dolorosa la de este joven estudiante de ingeniería, colaborador del Che en la creación de El Cubano Libre, el primer periódico guerrillero en la Sierra Maestra; combatiente modesto y valeroso, quien caía abatido, no por el fuego concentrado de un combate, sino por un azar infortunado. Todavía hoy se conserva su tumba a la entrada de la Comandancia de La Plata, donde permanecen los restos que su madre anciana nunca quiso reclamar, para que reposaran por siempre allí, en la tierra por cuya defensa entregó su vida generosa. En la rústica cruz que los señala fue clavado el plato de campaña de Geonel, grabado por sus propios compañeros en homenaje a su memoria.

Salvo este lamentable incidente, nada extraordinario ocurrió en este frente durante los días en que se desarrolló la Batalla de Jigüe. Mi atención se concentró en lo que constituyó el objetivo prioritario para nuestras fuerzas en ese momento: la derrota del batallón cercado por el Sur. Mientras tanto, me mantuve en comunicación constante con Camilo, quien desde La Plata dirigía la defensa del sector nordeste, mientras el Che aguantaba al enemigo en la zona de Minas de Frío.

 

 

 

 

__._,_.___

Ex-Combatiente: "La oposición debería cerrar filas con el Gobierno"

De: Diario EL VIGÍA [mailto:vigia@sinectis.com.ar]
Enviado el: Domingo, 10 de Octubre de 2010 11:47 a.m.
Para: DIARIO EL VIGÍA: La Buena Prensa
Asunto: Ex-Combatiente: "La oposición debería cerrar filas con el Gobierno"

<http://www.agenciaelvigia.com.ar/>

<http://www.agenciaelvigia.com.ar/MsSpacer.gif>
Ex-Combatiente: "aprendí en la guerra que a veces el enemigo más artero lo
tenemos dentro"

Por Víctor Hugo Foresi (veterano de Guerra de Malvinas), especial para EL
VIGÍA

<http://www.agenciaelvigia.com.ar/malvinas.gif> (Diario EL VIGÍA) - La
decisión del Reino Unido de la Gran Bretaña de llevar a cabo ejercicios
militares que incluyen disparos de misiles en las aguas oceánicas
periféricas a nuestras Islas Malvinas, ha motivado una durísima respuesta de
la Cancillería argentina, atenta a que una vez más se ha puesto en evidencia
la implementación de la deleznable política del hecho consumado por parte de
una de las potencias planetarias, que no trepida en mofarse de lo dispuesto
por la Comunidad Internacional a la hora de exponer su prepotencia para
apropiarse de lo que por Derecho no le pertenece.

Dista mucho de poder considerarse una casualidad la arremetida británica, en
el mismo momento en que los Estados Unidos de Norte América pugnan por
instalar bases militares por doquier en Latinoamérica y reactiva la poderosa
Cuarta Flota de su marina de guerra, para que navegue por las aguas
Atlánticas que bañan el litoral marítimo de nuestro continente.

Las Malvinas se han convertido de hecho en una ostentosa e importante base
militar, con menor cantidad de lugareños implantados que soldados de la
Corona. Cabe preguntarse aquí el porqué de tanto interés, evidenciado en
acciones unilaterales prepotentes contrapuestas a las más elementales normas
del Derecho Internacional, en una zona en disputa de soberanía.

Es aquí donde debemos hacer hincapié en la importancia de la pertenencia del
archipiélago de Malvinas:
1) Tiene valor estratégico, que está dado por su proximidad a un corredor
bioceánico.
2) Tiene importancia económica, la cual radica en la potencialidad de su
importante cuenca petrolera y en la enorme magnitud de sus recursos
ictícolas.
3) Tiene relevancia geopolítica, que se manifiesta en la proyección que dan
las Islas hacia el Continente Antártico, importantísimo reservorio de la
humanidad y objeto de estudio de futuras hipótesis de conflicto.

Queda así desmentido lo argumentado por el presidente de EE.UU. Ronald
Reagan, el 30 de abril de 1982, cuando al anunciar el irrestricto apoyo de
su país a Gran Bretaña, banalizaba el motivo de la guerra diciendo que era
por "un puñado de rocas perdidas en el mar" (sic). Es ostensible que la
soberanía sobre Malvinas y demás Islas del Atlántico Sur implica mucho más
que una pelea por la posesión de piedras mojadas.

<http://www.agenciaelvigia.com.ar/007rendicion.jpg> Evidentemente el actual
Gobierno ha reinstalado con fuerza inusitada la reivindicación de nuestros
derechos soberanos sobre las Islas, en la agenda de su política exterior.
Fue a partir de la asunción del Presidente Néstor Kirchner que vimos
reverdecer nuestros sueños de ciudadanos de una Nación digna. Reimplantamos
con firmeza la discusión en la Organización de las Naciones Unidas.

Desechamos la timorata idea de negociar con los británicos acuerdos
bilaterales que excluían el tema de la soberanía colocándolo en un supuesto
e indefinido "paraguas de protección". Descartamos apuntar a mejor
predisponer el ánimo de los actuales habitantes ingleses de las Malvinas
(kelpers) mediante el envío de ositos de peluche "Winnie Pooh", patética
herramienta de una absurda política de seducción implantada por el canciller
Guido Di Tella en los tiempos del inefable Carlos Menem, que considerando
los resultados se ubica más cerca de la traición que de la ingenuidad.

Ahora debemos estar abiertos al debate, con los oídos atentos y la
predisposición necesaria para escuchar con detenimiento todas las opiniones
autorizadas en la materia. Para ello la oposición, ante la amenaza externa,
debería cumplir con altura suficiente su rol ciudadano cerrando filas con el
Gobierno, lo que la enaltecería por sobre la disputa electoral y la
jerarquizaría ante la sociedad.

La imagino colaborando mediante el aporte de ideas, como forma de mejor
proveer a consolidar la vía diplomática tendiente a presionar al Reino Unido
con el objeto de obligarlo a discutir la soberanía de Malvinas, Georgias y
Sandwichs del Sur, en el marco de lo normado por la Resolución 2.065 de la
O.N.U. A juzgar por su comportamiento es mucho pedir.

Quién esto suscribe, aprendió en la guerra que a veces el enemigo más artero
lo tenemos dentro..

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Cuito Cuanavale / the African Revolution : the History you are not being told Che Guevara

 

Pour :

etoppin@sympatico.ca>

Cuito Cuanavale

A Tribute to Fidel Castro and the African Revolution

Horace Campbell

2008-06-03, Issue 377

http://pambazuka.org/en/category/features/48547


In March 2008, the President of the African National Congress of South Africa, Jacob Zuma, led a high level delegation of South African parliamentarians to the site of the victory of the forces of liberation at Cuito Cuanavale in Angola. This visit was linked to the numerous ceremonies in Angola to commemorate the victory Angola, Cuba and the forces of SWAPO and the ANC over the apartheid army. What was significant was that while the leader of the ANC took this much publicized visit to Angola, the present ANC government has not moved decisively to carry out far more public education on what happened at Cuito Cuanavale in 1988. Thousands of youths in Southern Africa do not know what happened at Cuito Cuanavale and the linkage between the decolonization of Southern Africa and this historic battle.

Between October 1987 and June 1988, in one of the fiercest conventional battles fought on African soil, the troops of the South African Defence Forces (SADF) fought pitched tank and artillery battles with the Angolan army (FAPLA) and her Cuban supporters at Cuito Cuanavale. This small base located in Southeastern Angola (in the province of Cuando Cubango) became important in the military history of Africa, for the South African apartheid army, supposedly one of the better equipped armies in Africa was trapped more than three hundred miles from its bases in Namibia, a territory which it was illegally occupying.

Failing to take Cuito Cuanavale with over 9,000 soldiers even after announcing to the world that Cuito Cuanavale had fallen; losing its superiority in the air; and faced with mutinies from the black troops of the pressed ganged battalions, the operational command of the SADF broke down and the president P.W. Botha had to fly to the war zone inside Angola. Botha, it was later revealed had flown in to intervene in a dispute among the South African military high command on whether the apartheid army should use tactical nuclear weapons. Botha decided against the use of nuclear weapons because at that time apartheid South Africa was a pariah state.

With Cuban reinforcements, the Angolan fighters withstood major assaults by the South African military on January 23, 1988, February 25 and finally on March 23. The South Africans were repulsed with heavy losses as the Angolan/Cuban forces seized the military initiative. The Angolan army, for the first time since Operation Protea (the code name for the conventional attack by the SADF) in 1981, was able to reoccupy the area of Southern Angola adjacent to the Namibian border. In the space of less than three months the engineering units and construction workers of the Angolan/Cuban forces were able to build two airstrips defended with anti aircraft weapons to consolidate their recapture of the Southern province of Cunene. Bogged down with their conventional weapons by the terrain and rainy season, the South African army made one desperate attempt to break the encirclement on June 27, 1988. They were once again trounced, with the Angolan pilots in firm in control of Angolan airspace.

After the June battles, the South Africans asked for peace. Chester Crocker and the US government stepped in to save the face of the humiliated South African army. It was only after this military defeat that the apartheid forces agreed to the resolutions of the United Nations and acceded to the timetable for the independence of Namibia. Within a year the military and political edifice of apartheid crumbled. Nelson Mandela was released twenty months after the South African army retreated in disorder at Tchipa.

WARFARE AND MILITARISM IN THE ERA OF DYING APARTHEID

It is important that the younger generation is reminded of the depth of the destructive machinations of the Apartheid regime in the ten years prior to the battles at Cuito Cuanavale. This reconstruction of Apartheid's history is important for a number of reasons.

The first reason lies in the fact that South African military writers proclaim that the South Africans were not defeated at Cuito Cuanavale but withdrew in order to support peace and negotiations. Numerous text-books used by teachers endorse this view.

The second reason emanates from the fact that the USA and neo-conservative supporters of apartheid have sought to rewrite the history of military destabilization to argue that Constructive Engagement supported peace and sught to end apartheid. Chester Crocker, the Assistant Secretary of State during the period of Ronald Reagan has rewritten this period to favor this view in, “High Noon in Southern Africa: Making Peace in a Rough Neighbourhood.â€

Thirdly, the so called security experts who were consultants for the apartheid military have now recast themselves as peace experts and are cheer leaders for the US War on Terror and the proposed Africa Command Center (Africom).

It is for these reasons that it is urgent to spell out the varying forms of warfare that were used against the peoples of Africa struggling against apartheid as a crime against humanity. This is necessary so that younger persons can evaluate the new forms of struggle necessary for the present day liberation struggles in Africa.

There was a low intensity war going on in Mozambique where the Mozambique National Resistance (MNR) - also known as Renamo had been unleashed against the Mozambican society by the apartheid government. In this low intensity war Renamo efforts were in concert with the economic war being waged by the International Monetary Fund and the World Bank against the Mozambique government. The political war financed by the apartheid state sought to decapitate the leadership of FRELIMO. Eventually, this was to lead to the downing of the aircraft carrying Samora Machel in 1986. Joseph Hanlon has documented this period of destabilization in the book, “Mozambique: Who calls the Shots?â€

Space does not allow for the elaboration of the full extent of the destruction but one of the tasks of the South African parliament should be to declassify the files of apartheid South Africa's destructiveness across the region; military interventions in Lesotho and the Seychelles; attempted coups in Tanzania; and the support of armed elements in Zimbabwe. The South African army also carried out raids in the capitals of Maputo, Harare, Gaborone and attacked refugees in Swaziland. The relevant Truth and Reconciliation Commission files should be opened. Desmond Tutu has in fact termed this aspect of the TRC as “unfinished business.â€

Twenty years after the battles of Cuito Cuanavale the region of Southern Africa has not recovered from this period of massive social, economic, political and military dislocations. Yet the foreign policy of the South African state is to promote the same capitalist companies that profited from destabilization. South African corporations now dominate Southern region, except in Angola.

ANGOLA IN SOUTHERN AFRICA

Angola is one of the most resource-rich countries in Africa. In fact Angola remained one of the leading oil producers in Africa throughout the war. It is a society with massive agricultural potential, fisheries resources and a territory generally under populated since the time of slavery. The atrocities the Portuguese commited in Angola were so extreme that they proved to be a model for the genocidal Belgian colonialists in neighbouring Congo. By 1957 there were three principal liberation movements in Angola.

1. The Popular Movement for the Liberation of Angola (MPLA) - Linked to the intelligentsia, the educated mulattoes and the mass of workers in the segregated ghettoes of Luanda.

2. UPA/FLNA - The attempt by sections of the Kongolese aristocracy to link up with the rebelling masses working on the coffee plantations of the Northwestern regions adjacent to Zaire. Holden Roberto wanted to link the claims of Kongolese Kingdom to the struggle. At the All African Peoples Conference in Ghana in 1958 Holden Roberto was warned that an anti colonial movement cannot be based on ethnic groups so changed its name and called itself Front for the Liberation of Angola (FLNA).

3. The Union for the Total Independence of Angola (UNITA) - formed by Jonas Savimbi who had been the foreign minister of FLNA. In 1966, Savimbi accused the FLNA of ‘tribalism’ and broke away arguing that that the leader of FLNA was subservient to Mobutu and was financed by the Central Intelligence Agency (CIA) of the USA.

Twenty years after Cuito Cuanavale the origins and outlook of these movements remain confused in so far as mainstream intellectuals seek to place an ethnic label on the origins of these movements. This intellectual culture holds that the MPLA had their base among the Mbundu, the FLNA among the Kongo and the UNITA among the Ovimbundu. John Marcum's work on the Angolan Revolution started this original falsehood and this distortion continues to surface in the literature on the decolonization of Angola. It is now an article of faith among some Angolan intellectuals that Jonas Savimbi represented the Ovimbundu, despite his clear alliance with the destructive apartheid army.

THE FIRST DEFEAT OF THE APARTHEID ARMY

Once Portuguese fascism collapsed in April 1974 the forces of US imperialism and the army of apartheid had to come out in full force if they were to perpetuate external control over Angola. The apartheid South African army intervened militarily in 1975 to stop the MPLA from coming to power after the poor of Sambizanga routed the FLNA forces allied with the army of Mobutu. At this point, the Angolans invited the Cubans to help defeat the invading apartheid, the Zairian army regulars, and the mercenaries employed by the CIA. This history is well documented by John Stockwell’s “In Search of Enemies.†More recently, in the USA, the scholar Pierro Gleijeses documented the history of Cuban involvement in the war of 1975-1976 in the book “Conflicting Missions: Havana, Washington and Africa.â€

Militarily, the South African Army was defeated in the battlefield in 1975/76. Politically, the apartheid regime was further isolated in the international arena. Diplomatically, Nigeria mobilized the Organization of African Unity (OAU) to resist the pressure from the USA to support apartheid’s proxy forces. In response, the President of Nigeria, Murtala Mohammed, was assassinated.

STAGES OF THE WAR: 1976-1980

The assassination of Murtala Mohammed and the alliance between the European countries, the USA and the apartheid state ensured that the struggle against apartheid became continental if not global. After the Soweto uprisings in 1976 the racist South African leaders were on the defensive politically and diplomatically. This was the period of the massive military build up in Namibia. The character of the war against South West African Peoples Organization (SWAPO) changed with the conscription of youths, the build up of military bases and raids against SWAPO. Angola had become a rear base for the Namibian struggle as thousands of youths fled to Angola from Namibia.

One of the strange twists of the liberation in the region of Southern Africa is the fact that when UNITA had been formed in 1966, it was SWAPO that gave UNITA its first supply of weapons. And after UNITA became an ally of the apartheid state and the apartheid army, Jonas Savimbi and its forces were organized to fight SWAPO and to track down SWAPO leaders in Angola. These military exercises were coordinated with the South African Air Force. One of the most destructive attacks on the refugee camps of SWAPO took place at Kassinga in 1978. In the aftermath of this attack the UN Security Council passed Resolution 435 calling for the withdrawal of the apartheid regime from Namibia.

OPERATION PROTEA: 1981-1984

>From 1981-1988 the racist army occupied the Angolan provinces of Cunene and Cuando Cubango. FAPLA, the Angolan army, was not prepared for this massive invasion of over 11,000 SADF troops with the most sophisticated artillery pieces. The SADF was seeking to perfect a form of air-land battle where the air force carried out operations in conjunction with the army. The provincial capital of Cunene at Ngiva was sacked. Over 100,000 peasants fled their homes. The South African army stole cattle which it carried off to Namibia to feed its troops. They had not withdrawn their troops contrary to the UN Security Council Resolution calling for withdrawal. Within the international community the South African aggression was condemned; but the US government mobilized a group of European states called the contact group (USA, Canada, West Germany, France and the United Kingdom) to protect the apartheid government internationally.

The next major South African invasion was at Cangamba in August 1983. Here UNITA had announced that Cangamba had fallen. But it was the SA airforce that destroyed Cangamba and gave UNITA the rubble to showcase it as its victory to pro-western journalists flown in from Zambia and Johannesburg.

By 1984 the peoples of the region of Southern Africa were suffering but were prepared to make sacrifices. That independence and sovereignty were linked to ending apartheid was clear, especially in Angola. Within Mozambique and the other frontline states ordinary men and women understood that the expansion of apartheid would have led to an erosion of independence.

REFORM AND PEACE MAKING LINKED TO WAR

After the reversals in 1984 the South Africans signed the Nkomati Accord with Mozambique and a peace Accord with Angola. But this peace was simply a ruse to get breathing space in order to seek for more weapons and financial support. In September 1985 FAPLA forces started their drive against Jamba. The South Africans intervened but with the uprisings of the United Democratic Front (UDF) in South Africa, the SADF could not carry the battle and called on the USA for help. It was at this time that the Pentagon supplied Stinger missiles to UNITA. Jonas Savimbi was greeted in the White House by Ronald Reagan and UNITA was granted financial. Hollywood also made a film (Red Scorpion) about the brave struggles against communism in Africa. But UNITA did not have the administrative or military infrastructure for the assistance it was receiving. It was a cover for the assistance to the apartheid forces.

In the second term of Ronald Reagan (1984-1988), and with help from the Thatcher government in Britain, support was stepped up for the SADF, UNITA, Mobutu and the anti-communist forces in Southern Africa. It should be stated here that at this time all African freedom fighters had been deemed terrorists. Both Osama Bin Laden and Jonas Savimbi were at this time allies of the USA in the fight against communism. While Savimbi was called a freedom fighter, Nelson Mandela had been branded a terrorist by the USA and the South Africans. In order to fight terrorism then, the USA reactivated a military base at Kamina in Zaire to build a northern front in the war against the Angola. The CIA dropped supplies for the South Africans via UNITA. This period is most important in so far as the very same forces in Washington that supported Jonas Savimbi and Osama Bin Laden are the same political forces seeking to mobilize the world against today’s so called war on terror.

1987 â€" OPERATION MODULAR HOPE

The South Africans were emboldened by the financial assistance to UNITA by the Reagan administration. Moreover, the prospects for political change in South Africa seemed clearer with the formation with the Congress of South African Trade Unions (COSATU) and the militancy of the United Democratic Front. The maturation of the popular democratic struggles in South Africa was making South Africa ungovernable and apartheid unworkable. It was in this context that the military and economic destabilization intensified. This struggle reinforced the point that military struggles had to be accompanied by popular democratic struggles by non-military forces.

Operation Modular was launched with the objective of seizing Menongue (in Angola) to set up a UNITA provisional government so that there could be increased western support. The build up for the Operation Modular went on for six months. Roads to transport heavy equipment for over 9,000 regular SADF forces were built.

The Angolan army (FAPLA) launched a pre -emptive attack on Jamba and the battle at Lomba River was the preamble to the big battle at Cuito Cuanavale,

SADF started the siege in November of 1987. When the apartheid army faced the stiff resistance from the Angolans, the SADF operational command broke down. It required the personal intervention of the President, P.W. Botha, referenced earlier, to go to the front and boost the morale of those fighting, as well as settle the question of whether nuclear tactical weapons could be used.

CUBAN INTERVENTION

Fidel Castro and the Cuban leadership had been following the battles from the start. The bulk of the Cuban forces in Angola had been withdrawn in 1981. Fidel Castro and the Cuban leadership had disagreed with the conventional military formations of the Angolan generals. Some of the Soviet generals who were advising the Angolan army could only think of frontal conventional battles. But Fidel Castro, the Cuban military and the progressive men and women of Angola understood that defensive warfare was a more intelligent form of warfare than one that solely depended on advancing tanks and artillery. The Cuban leadership argued correctly that if the SADF broke the FAPLA defensive line, the Cuban position at Menongue would be threatened. The Cubans sent reinforcements comprising of the best troops, the most sophisticated weapons and anti-air craft weapons. It was significant that the anti aircraft weapons were under the control of women. It was the women who cleared the South African air force from the skies. The Siege of Cuito Cuanavale now involved the Angolans, the Cubans, Swapo, and the ANC all on one side defending African liberation and sovereignty against the SADF, the USA and UNITA.

The Angolan radar defensive positions broke the South African air superiority, Angolan and Cuban MIG 23 pilots proved equal and even superior to their counterparts in the South African Air Force. The SADF was reduced to shelling Cuito Cuanavale with over 20,000 projectiles per day. In major battles in January, February and March the South Africans failed to take Cuito Cuanavale. By the time of the March attack the battle conditions had begun to turn against the SADF. In the first place, there was a mutiny by the conscripted troops of the South West African territorial Force (SWATF). Secondly, the heavy equipment was bogged down on the Eastern bank of the Cuito River compounded by the rainy season. Thirdly, and more importantly, without air support the Angolans were equal to and could out gun the South Africans. By the end of March the siege was over and the South Africans were effectively trapped.

This was when the South Africans started the talks that would eventually comprise of the principal combatants, the Angolans, the Cubans, the South Africans and the USA. So confident were the Cubans and the Angolans in their repulsing the South Africans that in the space of two months they built two airfields to consolidate their control of the Southern Provinces. At this time the USA attempted to open a new front in the North with UNITA The USA military carried out exercises called Operation Flintlock to drop supplies for UNITA. Here UNITA clashed with ANC guerrillas.

The fate of the South Africans was sealed at Tchipa on June 27, 1988. Here the SADF tried to open a new front to give relief to the troops who were trapped at Cuito Cuanavale. In this decisive battle the FAPLA forces confirmed their air superiority. When the news of the defeat at Calueque dam reached South Africans, more young whites protested the draft in South Africa. The End Conscription Campaign saw an increase in the number of white youths resisting the draft. A major South African newspaper called the battle of Tchipa 'a crushing humiliation.’ The South Africans had two choices: begin talks or surrender.

The Siege of Cuito Cuanavale ended after the SADF agreed to withdraw from Namibia. There was still dithering at the diplomatic level up to December 1988 but the Siege of Cuito Cuanavale was the turning point.

Subsequent to the negotiations after the defeat of the South Africans, Namibia gained its independence in March 1990. One month earlier the struggles of the South African peoples led to the release of Nelson Mandela and the unbanning of the liberation movements. Between 1990 and 1994 the peoples of South Africa continued the struggle to end white minority rule. Nelson Mandela became the first African President of South Africa in May 1994. The siege of Cuito Cuanavale changed the military balance in Southern Africa on the side of liberation.

LESSONS FOR THE AFRICAN REVOLUTION

Most school children would have heard the axiom that each generation rewrites its own history. But it does so not merely by giving different answers to old questions of exploitation but by posing entirely different questions. When one understands this, it becomes clear why South African parliamentarians would be travelling to Cuito Cuanavale without encouraging the writing of the texts that can explain to the youths the realities of the battles to end apartheid. The leaders are afraid of this history because they fear that the youths will gain the courage to find new forms of struggle against the new ruling classes across Southern Africa. The absence of the memory of the victories over colonialism and apartheid stem in part from the bankruptcy of the political leaders in most of Southern Africa.

Today, African school children are no longer familiar of the stories of the struggles for independence. Instead, the Anglo American and other imperial media sources bombard our youths with stories that stimulate individualism, greed, insecurity and a longing for the glitz and glamour of western countries. This psychological bombardment has reached such proportions that most of our youth dream of leaving Africa instead of fighting to transform the conditions of exploitation.

In Angola the war continued until 2002 when Jonas Savimbi was killed. Since that time Angolans have found peace but the wealth of the country has not been used for the poor and exploited. There is reconstruction in Angola but reconstruction for the establishment of capitalism. All over this region, leaders who had been part of the liberation struggle have become leaders who flaunt their wealth while the majority of the people continue to live in conditions of intense exploitation.

Yet, as the crisis of capitalism deepens and the banks fail in North America the present neo-conservative forces in the US government view Africa as the basis for future exploitation. So the United States plans an Africa Command to fight terrorism. The US military planning and US military relations with Africa can be compared negatively to the role played by the Cubans at Cuito Cuanavale in Angola in 1988. Throughout these celebrations many will remember the words of Fidel Castro, “The history of Africa will be divided into before and after Cuito Cuanavale.â€

WILL THE REAL REVOLUTIONARIES STAND UP IN AFRICA TODAY?

It was during the same week that Jacob Zuma led a delegation to Angola that President Gadaffi of Libya noted that ‘revolutionaries’ such as Robert Mugabe of Zimbabwe and Yoweri Museveni of Uganda should hold on to power because ‘revolutionaries never retire.’ Is it possible to note that leaders such as Mugabe, Museveni, Meles Zenawi and Thabo Mbeki and Jacob Zuma have cheapened the concepts of liberation? Can these leaders be compared to Fidel Castro?

These named leaders have cheapened the ideas of African liberation and now stand in the path of the emancipation of the peoples. Within Southern Africa dictatorial practices by leaders such as Mugabe have only been surmounted by the promotion of Xenophobia among the working people. Gadaffi supported militarists and masculinists who wreaked havoc all across West Africa in the name of some mythical liberation that enriched a few military entrepreneurs while the masses of the peoples were in constant danger. Similarly, the record of Jacob Zuma brings to the fore questions of patriarchy and masculinity in the African revolutionary process.

The challenge in our analysis is to be able to simultaneously celebrate the victory of the Cubans and Angola at Cuito Cuanavale and at the same time break with traditional concepts of revolution, militarism and masculinity. Leaders such as Jonas Savimbi, Charles Taylor and Robert Mugabe have made it clear that African liberation must entail a break with militarism, patriarchy and masculinity. At the same time, imperial domination, plunder and militarism have asserted themselves as a force of modernization in the world. The challenges of this moment are to our ability of transitioning beyond militarism in Africa.

For the battle for African revolution and transformation, in our celebration of the victory at Cuito Cuanavale we remember the sacrifices of our people.


*Horace Campbell is the author of the well known book, Rasta and Resistance: From Marcus Garvey to Walter Rodney. His latest book, Reclaiming Zimbabwe: The Exhaustion of the Patriarchal Model of Liberation is published by David Philip of Cape Town, South Africa.

**Please send comments to editor@pambazuka.org or comment online at http://www.pambazuka.org/

There are 19 comments on this article.

iam always amazed how UNITA soldier life was not worth a mention.when speaking of the FAPLA/CUBA soldiers killed we are always told it more than 4000, and for SADF ONLY '31' soldiers UNITA soldier of which more than 3000 were killed are not mentioned.

in my opinion UNITA soldiers are the only soldiers who realy fought on the south african side the number of their casualities tell a realistic story not the '31' soldiers crap.

simon flint

Cuito has been the subject of a lot of propaganda from both sides! Some of the things we do know is that FAPLA and The Cuban forces did not achieve their iniotial goal of Jamba. In fact they were smashed at Lomba.

We also know South Africa did not achieve superiority in the battle for Cuito. I know they deny that that was the target - be that as it may.

One of the reasons for SA not being able to press the advantage was a lack of troops!. Historians often divorce Cuito from what was happening in South Africa.

The program to make the country ungovernable was in full swing and this meant that the SADF had troops committed to the townships and therefor could move more men into the Cuito area.

End Conscription Campaign's work had also begun to have an affect. Upto 5% of conscripts failed to report for training or "Camps"

Who won - Nobody! It ground down to a stalemate that the leaders on both sides recognised and therefor negotiations were entered into.

One point I would make that undermines the conclusion of this article is that a "victorious" army does not shoot the General that supposedly won you that war and in their attempt to justify Gen Orchas Killing Castro blamed him for losing the war in Angola.

The real danger in all of this is that we begin to believe propaganda as historical fact!

I suppose we all won in the end because once the SADF pulled out of Namibia the technocrats within the Government could read the writing on the wall and we started to transition as a nation.

Chris Morley

Like the comanding officer of one of the SADF operations in Angola remarked "if you have lost almost 5000 soldiers during a battle, and the enemy only 50, and you still believe that you have won, then surly you have won!!!" Believe and procliam what you want, but the mass graves in Cuito will be there to remind you of the facts.

Martin

thank you very much Cde for telling it as it is. only a relatively small number have been xpoused to the truth as it was or still is,here in Namibia as well. i just descoverd the site and i will keep checking for new contributions. once more....Aluta....Continua...Forward....ever and Backward...... Never.

Iustine Iipumbu, Ministry of Agriculture, Water and Forestry

It amazes me how the truth can be attempted to be covered up by the most ridiculously far fetched propaganda imaginable! For a start, barely 3000 SADF troops were involved (limited due to political pressure), not 9000. Over 4500 Cuban and Fapla soldiers were killed, with barely 30 odd SADF losses. My friends and family involed in this battle talk privately of the horror of seeing the absolute decimation of whole Cuban and Fapla divisions, vehicles abandoned in terror, so quickly that the engines were left still running. If the ANC, Cuba and it's propoganda machine think this was a victory to them, it just emphasises what a complete bunch of idiots they are. Its like losing a soccer match 25-0 and still claiming you won!!!! What a joke.

Private Citizen

Since 1975 until the end of c.cuanavale apartheid army sadf never capture luanda. why?
mpla,swapo,ANC n cuba killed dutch boer,anglo dream
THANK'S to our freedom fighter here in southern africa we will not be like our dear brother aborigene

TOMALUTA

why ex sadf left sa?
we fight a cold war,why?
if commie was so bad why cuba were not bomb by usa?
usa use sadf to protect his interest and dump it..

zombo

Let your voice be heard?!?

What bullshit. You dont dare let the truth be heard, that is why you censor the messages. You must be a big fan of mugabe, because he also believes in your type of freedom of speech.

George

What a load a bullshit!! This person is an idiot and his lies are misleading many unsuspecting readers.

Colonel (ret) P.J. Roos

Dear Mr. Horace Campbell. In which delusional world do you live? Your comments are contrary to what world renowned historians wrote. You will find that it is much more difficult to maintain propaganda rubbish like you wrote than to maintain the truth.

Kamawana, Private

It is a pitty we still give credit to racist (Apartheid) lies and opinions which now are reflected as socalled "other perspectives" as if lies could ever be a perspective... The truth remains that the heroic battles wage by a combine Angolan, Cuban and SWAPO force at Cuito Cuanavale from Jan 88-23 Mar 88 laid the foundation of the end of Apartheid both in Namibia and later in South Africa...forget the opinion of racist apologist like Joe Vester who was to coward to live up to his racist crimes during TRC hearing in South Africa...but what is sad...the post Apartheid government both under Mandela and Mbeki decorated the racist in a post Apartheid era for their crimes against humanity in Angola, Namibia and South Africa with honoris crux decorations(SADF-Apartheid South Afrika's highest millitary order) sadly so...Aluta Continua

Colonel Patrick Ricketts

Yes of course the ANC won in Angola, and thanks to that South Africa today is a much safer and nicer place to live in than it ever was during the apartheid regime. Rape, murder, robbery, all crime statistics are way down. Hell, its almost non-existent in some areas. Not like the chaos and anarchy we had to live in during Apartheid. Thanks to the glorious victory's of the ANC in Angola we can all walk the streets alone at night without fear, we don't have to lock the doors to our homes anymore, and we can sleep peacefully at night knowing that the ANC will look after our safety and well being, just like they did all those years ago at Quito.

Thank you brothers!!!

George

Although there was no decisive territorial winner of the Cuito battle, the material and body count point to an overwhelming superiority of the SADF.
In the longer term, the SADF achieved the aim of preventing a Communist takeover of SA.Since majority rule in SA, we have had an incompetant capitalist government instead of the incompetant Communist one the ANC, SWAPO, Russia and Cuba were aiming for at the time.

Mike McWilliams

Once again the bag-carriers and water boys of the "international revolution of the proletariat" are attempting to reinvent the wheel. Bet you guys are really missing the USSR! You forgot to use the phrases "air pirate" and "running dog lick spittle capitalists". If the SADF had *REALLY* wanted to annihilate Angola, they could have easily done so via a naval blockade of the Angolan ports while 32 Bn, 1,4 and 5 RR conducted deep penetration raids and sabotaged key aspects of the Angolan infrastructure - and there is NOTHING that FAPLA could have done to stop it.

Joe Soap

I cannot believe this load of utter, unadulterated crap!!!
You poor idiots. Do you really think that by trying to alter the truth you will succeed?

Joe Verster

This article is riddled with factual errors. There are interpretations that are open for debate, but the facts should at least be correct. As an example, the number of SADF soldiers involved in the operations is public knowledge. Getting this wrong is inecusably sloppy reasearch. Then, the subject view taken in this article is problematic.. mostly i would guess because the sources used were all biased towards believing the propoganda on one side over the other.
All in all, a miserable attempt. I prefer what Ronnie Kasrils had to say where he at least was balanced on both sides of the divide...

John

this deals very clearly with some historical myths being perpetrated in the name of racial superiority.i have recently been checking out angola on google earth and all over it is tagged by some military nostalgists swarming about great victories of the s.a.d.f special forces and claims of non discrimination in those forces.came across an article where a black 32 battalion soldier was granted the honoris crux(South Afrika's highest millitary order)posthumesly by the A.N.C goverment that then still layed in the trenches across.Aluta Continua

nkwazi strandloper

Informative and timely article. I have met Cubans in Cuba who fought in Angola who have a clearer understanding of the significance of these battles than most africa leaders. The African Revolution is still unfinished.

amengeo amengeo

Great history review to combat the propaganda of mainstream. I was in a discouraged state about information prior to reading the post.

Kendrew Slater

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