Señor Presidente
Obama
Febrero1ro,
2014.
The White House
1600 Pennsylvania Avenue N.W.
Washington DC 20500
Personalidades de todos los continentes estaban
presentes en Sudáfrica en diciembre pasado, para un último homenaje a Nelson
Mandela. El mundo estaba clavado en su sincero y cálido apretón de manos
intercambiado en Soweto con el presidente Raúl Castro. El presidente cubano se
presentó en estos términos: "Señor Presidente, yo soy
CASTRO!".
Cuán simbólico es en efecto el nombre
de Castro en esas ceremonias de homenaje a Nelson Mandela, que encarna la lucha
contra el apartheid. De hecho no se hubiera podido ganar esta lucha sin la
ayuda de Cuba y de su Presidente Fidel Castro. La intervención de Cuba fue
decisiva en la guerra civil de Angola en la derrota de las tropas racistas de
Sudáfrica y Zaire que lucharon junto a mercenarios angoleños, organizadas y
armadas por los Estados Unidos. La independencia de Angola selló la sentencia de muerte del apartheid permitiendo
entonces a Namibia y Sudáfrica de acabar con los regímenes racistas.
El papel desempeñado por Cuba y los Estados Unidos
no fue el mismo! Dos mil seiscientos cubanos dieron su vida en la lucha contra
el apartheid, mientras que los Estados Unidos entregaron armas para su
mantenimiento. No es una coincidencia que un año después de su liberación tras 27
años de prisión, Cuba fue el primer país a que Nelson Mandela,
apenas elegido Presidente de la ANC, ofreció
su visita. Tampoco fue una coincidencia cuando Thenjiwe Mtintsola la entonces embajadora
de Sudáfrica en Cuba, dijo en diciembre de 2005: "Hoy, Sudáfrica tiene muchos nuevos amigos. Ayer, esos amigos hablaban
de nuestros dirigentes y nuestros combatientes como terroristas, y nos acosaban
desde sus países apoyando a la Sudáfrica del apartheid. Hoy en día, estos
mismos amigos quieren que acusemos y aislemos a Cuba. Nuestra respuesta es muy
simple: es la sangre de los Héroes cubanos y no la de esos amigos la que irriga
profundamente la tierra africana y revitaliza el árbol de la libertad en
nuestra patria”.
El mejor homenaje que usted puede rendir a Nelson
Mandela, señor Presidente, es liberar a los cuatro Cubanos que siguen encarcelados
en los Estados Unidos. Este premio Nobel de la paz, fue muy emocionado el 08 de
mayo de 2005, cuando Jorge Risquet, actor privilegiado del papel de Cuba en
África, le ofreció en Maputo un libro de poemas de Antonio Guerrero,
uno de los Cinco. Nelson Mandela luego, expresó
su deseo de cartearse con los Cinco.
Las vidas de los cinco patriotas Cubanos Gerardo
Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González,
quienes fueron arrestados en Miami hace más de quince años, tienen muchas
similitudes con la de Nelson Mandela. Su ejemplo ayudó a estos cinco hombres,
especialmente cuando fueron confinados cerca de un año y medio en celdas de aislamiento
de la prisión de Miami, en condiciones de una extrema dureza. Fue entonces cuando
Antonio Guerrero escribió sus poemas publicados más tarde con el título:
"Desde mi altura.
Entonces, después de su apretón de manos con el Presidente
Raúl Castro, usted comprenderá que nuestra esperanza fuera
grande que le pusiera usted en su mano, guarida, la llave de las cárceles de
Estados Unidos de Fernando, Ramón, Antonio, y Gerardo. Esta llave la esperábamos en la forma de un canje humanitario con Alan
Gross, o de un indulto presidencial con motivo de las festividades del fin de
año. Estamos en febrero, y los cuatro Cubanos todavía están encarcelados.
Además, durante los dos últimos meses de 2013, Gerardo, en
su cárcel de California, ha vivido tres veces una semana de confinamiento en su
celda. Este castigo colectivo llamado "lock down" es muy difícil de
vivir por los presos que no pueden salir de su celda, están privados de ducha, de visitas y solo para comida
comen un pequeño sándwich frío.
Usted declaró,
señor Presidente, durante su anterior visita a Sudáfrica, cuando Nelson Mandela
ya estaba muy débil, que era este hombre “una
fuente de inspiración personal y una fuente de inspiración para el mundo.
". Señor Presidente, déjese guiar por esta fuente de inspiración y libere
a los Cubanos. Actuaría así en el sentido de la justicia y haría
posible nuevas relaciones entre su país
y Cuba.
Reciba Señor Presidente, la expresión de mis sentimientos humanistas más
sinceros.