jueves, 13 de diciembre de 2012


TRATA DE PERSONAS Y VIOLENCIA DE GÉNERO
Boletín Nº108
¿Qué es la trata de personas?
La trata de personas no sólo es una forma de violencia por coerción y abuso de poder sino que es, a su vez, una de las más graves violaciones a los Derechos Humanos.

La Ley 26.364 “Prevención y sanción de la trata de personas y asistencia a sus víctimas”, establece en su Artículo 4 que:
“A los efectos de la presente ley, existe explotación en cualquiera de los siguientes supuestos:
a) Cuando se redujere o mantuviere a una persona en condición de esclavitud o servidumbre o se la sometiere a prácticas análogas;
b) Cuando se obligare a una persona a realizar trabajos o servicios forzados;
c) Cuando se promoviere, facilitare, desarrollare o se obtuviere provecho de cualquier forma de comercio sexual;
d) Cuando se practicare extracción ilícita de órganos o tejidos humanos”.

La trata o tráfico de personas ha atravesado, desde la antigüedad, a todas las sociedades y culturas, sin distinción de clases o géneros. En nuestra cultura existe una resistencia a creer que un hombre puede también ser víctima de la violencia sexual. Sin embargo, se han documentado casos de niños y adolescentes hombres que son víctimas de explotación sexual comercial.
¿Cómo prevenir este delito?
Una modalidad recurrente de secuestro es mediante ofertas laborales falsas, en las cuales las víctimas son engañadas y así, bajo amenaza, los delincuentes consiguen llevárselas por la fuerza con el objetivo de su consecuente explotación.
En relación a las leyes que buscan la protección y erradicación de este flagelo, Sara Torres explicita: “en nuestro país se ha dictado una ley que no es del todo solidaria con las víctimas porque las obliga a aportar pruebas del delito cometido en su contra y a evidenciar que fueron sometidas sin consentimiento. Algo difícil y costoso – en términos psíquicos - para quienes han sufrido el secuestro, el maltrato, el abuso y toda una serie de violaciones a sus derechos. Si bien el rol del Estado es insustituible para revertir estas prácticas, también se hace necesaria la participación de toda la comunidad en la concientización y la denuncia de burdeles o espacios clandestinos de explotación laboral, donde, bajo la mirada consentida de todos, se violan los derechos de aquellas personas que, al momento de ser captadas por estos circuitos, ya se encontraban en situaciones de alta vulnerabilidad, marginalidad y desprotección”.

¿Por qué es importante abordar esta temática desde el sistema educativo?
Es necesario que estas temáticas sean transitadas por los niños, niñas y adolescentes en los distintos espacios educativos para promover su desnaturalización, así como también, alentar a la construcción de su pensamiento crítico. Para ello, deberán ser tomados en cuenta los distintos enfoques desde la perspectiva de género, para problematizar la construcción de roles que se han consolidado en nuestra sociedad a lo largo de la historia.

La lucha contra la trata es una lucha de tod@s
En su nota de Página 12, Nicolás Lantos señaló: “El combate contra la trata de personas y la protección de las víctimas de género debe ser una decisión muy clara y contundente de todos los poderes del estado. Susana Trimarco (igual que las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo) manifestó su decisión de “seguir luchando no solamente por su hija”, porque “esto es lo que enaltece la lucha de muchas madres cuando les pasa algo a sus hijos, que abandonan el reclamo individual para transformarlo en colectivo y defender, buscar y salvar no solamente a su hija, sino buscar y salvar a todas las hijas de todas las madres que puedan haber sido capturadas por las tratas”.

La trata es un delito que afecta a toda la sociedad ya que representa un atentado contra la integridad física y psicológica de las personas y, sobre todo, contra la dignidad humana.

Es por eso que es tarea compartida exigir el cumplimiento de las leyes para amparar a las víctimas de trata, así como también, para vehiculizar el desmantelamiento del complejo sistema de redes que atraviesa todo nuestro país.

Pedimos por una justicia democratizada que no responda a intereses, ni a negociados locales. Queremos una justicia-justa que no absuelva a quienes no lo merecen. Pedimos por una justicia hermanada con los reclamos de toda una sociedad.