miércoles, 14 de mayo de 2014

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Por Cuba con emisiones periódicas le lleva la información del acontecer internacional relacionado con nuestro país y las batallas que libra por su pueblo y su soberanía; contiene espacios noticiosos y de opinión, seleccionados de medios de prensa internacional o generados desde nuestro país.  ISSN 1819-4044



Año 19 Número 40 | Fecha 2014-05-13
TITULARES

Opinión

¿HASTA CUÁNDO? por Ricardo Alarcón de Quesada




WASHINGTON Y SU POLÍTICA DE ODIO por Lázaro L. Fariñas


Opinión
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por Ricardo Alarcón de Quesada
La captura en Cuba de cuatro individuos residentes en Miami que vinieron con el propósito de realizar aquí actos terroristas planeados allá, donde recibieron entrenamiento, recursos y están sus jefes, coloca otra vez a la luz del día la absoluta injusticia cometida contra los Cinco compatriotas que cumplieron difícil y riesgosa misión, precisamente, para tratar de evitar crímenes semejantes.

La heroica tarea de Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René era perfectamente legítima. Se fundaba en lo que se conoce como “estado de necesidad” o la llamada “defensa afirmativa de necesidad”. En ciertas circunstancias, para salvar vidas en peligro una persona puede cometer violaciones menores (forzar la entrada, sin pedir permiso, a un domicilio ajeno causando daños materiales para rescatar a alguien de un incendio, es un ejemplo fácil de entender).

En este caso, para salvar otras vidas, ellos pusieron en peligro la propia y no sólo en un acto heroico –como en el ejemplo de la casa incendiada- sino con muchos actos heroicos durante los años en que actuaron dentro de los peores grupos terroristas para descubrir sus planes. Nunca usaron armas ni emplearon la fuerza o la violencia. En su vida cotidiana cumplieron las leyes y sus deberes sociales y fueron ejemplo de convivencia como testimoniaron en el juicio vecinos y compañeros de trabajo.

Nuestros compatriotas, técnicamente, incurrieron sólo en una falta: no revelaron a las autoridades la naturaleza de su encomienda en Miami. Esa violación, no haberse inscrito como agente extranjero, es bastante frecuente en Estados Unidos y suele resolverse con el pago de una multa.

En el caso de los Cinco también esa omisión estaba plenamente justificada. Más aun, era imprescindible. ¿A quién se le ocurre luchar contra el terrorismo en Miami y a la vez hacérselo saber a las mismas autoridades que se han pasado medio siglo amparando y apoyando a los terroristas?

El propio juicio al que fueron sometidos lo probó hasta la saciedad. Desde el Acta Acusatoria inicial hasta las sesiones en que fueron dictadas las desmesuradas sentencias y a lo largo de toda la labor del Tribunal, la Fiscalía nunca ocultó que estaba del lado de los terroristas, que eran sus protegidos, que por apoyarlos había sentado a nuestros héroes en el banquillo de los acusados en una rocambolesca subversión de la justicia.

La Jueza, por su parte, tuvo momentos inolvidables que dejaron al desnudo la verdadera esencia de lo que estaba sucediendo. Lo hizo especialmente a la hora de imponerles castigo que incluyó, a petición del Gobierno, la llamada “cláusula de incapacitación” para someter a los acusados después de cumplidos los exagerados términos de prisión a un régimen especial que la Fiscalía consideró “tan importante o más” que el injusto encierro carcelario. Se trababa de evitar que nunca más, ninguno de los Cinco intentase algo en perjuicio de los terroristas.

En cuanto a René y Antonio que, habiendo adquirido la ciudadanía norteamericana por nacimiento no podían ser expulsados inmediatamente del país como acaba de suceder con Fernando, les agregaron varios años de “libertad supervisada” con estrictas condiciones que incluían ésta bien reveladora: “como una condición especial adicional de la libertad supervisada se le prohíbe al acusado acercarse a o visitar lugares específicos donde se sabe que están o frecuentan individuos o grupos tales como terroristas, personas que practican la violencia o figuras del crimen organizado”.

Tan insólita orden fue emitida en diciembre de 2001. Por aquellos días W. Bush proclamaba que “quien acoge, protege o ampara a un terrorista es tan culpable como el terrorista mismo” e impulsado por esa idea desataba por y todas partes su “guerra contra el terrorismo”. Por todas partes dijo, aunque para Bush obviamente Miami está en otro planeta.

La cláusula para proteger a los terroristas es la esencia misma de toda la saga de los Cinco. Basta leer la orden emitida por la misma jueza, diez años después, cuando René salió de la prisión. Se le quería obligar a permanecer allá, solo, aislado, desarmado, sin posibilidad de defenderse ante cualquier agresión. Como si eso fuera poco la jueza repitió, palabra por palabra, la prohibición dictada diez años antes. La advertencia era muy clara: no iban a proteger a René de los terroristas, sino a estos de René.

Hoy, como ayer, el gobierno de los Estados Unidos reconoce paladinamente que sabe quiénes son, en Miami, los terroristas y sabe, además, donde están y que lugares frecuentan. Pero afirma también, desvergonzadamente, que a ellos no se aplica la “doctrina Bush” y en vez de capturarlos y enviarlos a la cárcel, dedicará sus esfuerzos a protegerlos.

Por eso nadie se sorprendió cuando en 2005 Luis Posada Carriles –buscado por 20 años por la Interpol, fugitivo de la justicia venezolana que lo juzgaba por la destrucción en pleno vuelo de un avión civil en 1976- decidió instalarse en Miami y continuar promoviendo el terrorismo contra Cuba, ya no desde el clandestinaje sino abiertamente.

Tampoco causó sorpresa que cuatro integrantes de la red terrorista de Posada, hayan venido a Cuba varias veces a preparar nuevos ataques y que ahora guarden prisión aquí. Son individuos con antecedentes delictivos en Miami y hasta han hecho ostentación pública de sus propósitos criminales.

La impunidad con que continúan operando estos grupos criminales es consecuencia directa del proceso seguido contra nuestros Cinco compañeros pues lo ocurrido hace ya más de quince años era un mensaje muy claro y aun vigente: en Miami no sólo se permite el terrorismo contra Cuba sino que cuenta además con la complicidad y la protección de las autoridades.

La conversión del Sur de la Florida en santuario para el terrorismo puede ser un juego peligroso también para el pueblo norteamericano. Mientras los Cinco estaban encarcelados y se celebraba el infame juicio contra ellos, allí mismo, en Miami, se entrenaba la mayoría de los terroristas que llevarían a cabo la atrocidad del 11 de septiembre de 2001. Ninguno provocó sospechas, ninguno atrajo el interés del FBI. Porque en Miami el FBI no tiene tiempo para esas cosas pues todo lo dedica a proteger el terrorismo anticubano y a castigar a quienes tratan de evitar sus crímenes.

Barack Obama avanza hacia la conclusión de la mitad de su segundo y último período como Presidente. Cuando entró a la Casa Blanca en 2009 recibió una conducta inmoral e hipócrita por la cual él no es responsable. Pero lo será si no hace nada para cambiarla.

En sus manos está hacer algo para que sea recordado como alguien diferente a su predecesor. Lo primero sería disponer la libertad inmediata e incondicional de Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino y Antonio Guerrero. Sí se puede y él lo sabe. Y también sabe que si no lo hace la Historia no lo perdonará.
Fuente: Rebelión
El papel de los medios de comunicación españoles como difusores de la política de permanente injerencia practicada por los gobiernos imperialistas, tanto de EE.UU. como de la UE, contra la soberanía de países cuyos gobiernos le son incómodos, la dejaba clara el propio director del periódico El País, Antonio Caño, en un encuentro digital auspiciado por dicho medio, el pasado 5 de mayo.

En ellas, Antonio Caño reconocía sin tapujos: "En la circunstancias actuales, El País debe contribuir a la transición hacia la democracia en países como Cuba o Venezuela... somos un periódico que pretende representar las aspiraciones de los ciudadanos, especialmente de la clase media, a la modernización, la libertad y el progreso".

Curiosamente, ese mismo día, a través de un medio de prensa alternativo, se daba a conocer el historial del personaje a quien El País ha designado como paladín del tipo de democracia que dice buscar para Cuba y Venezuela: Moisés Naím.

Naím, devenido analista internacional a sueldo de dicho periódico, publica, diariamente, una columna dedicada a tergiversar u ocultar la realidad tanto de Venezuela como de Cuba, cuyos gobiernos se enfrentan a EE.UU. y sus nuevas formas de continuar con su política de dominación de América Latina.

Así, tanto la Revolución Cubana (desde 1959), como el gobierno bolivariano de Venezuela, representan las dos bazas fundamentales del antiimperialismo y de los proyectos latinoamericanos de defensa de la soberanía nacional e integración continental que atormentan a Washington.

El currículum de Moisés Naím lo convierten, sin duda, en símbolo destacado de los intereses a los que sirve obedientemente El País. Era Ministro de Fomento e Industria de Venezuela en el gabinete de Carlos Andrés Pérez, cuando se produjo el estallido popular de 1989 en aquel país (caracazo), y ante el que ese gobierno reaccionó suspendiendo las garantías constitucionales, imponiendo la ley marcial y dando vía libre a los cuerpos armados para disparar con munición real contra los hombres y mujeres que bajaron de los cerros marginales de Caracas hacia el centro de la ciudad en señal de oposición ante el aumento de precios decretado por el gobierno siguiendo las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional como condición previa a la concesión de un crédito abusivo.

La Comisión para la Justicia y la Verdad de Venezuela ha denunciado más de 3000 víctimas habidas durante los cuatro días que duró la represión gubernamental del reconocido como gobierno "democrático" de Carlos Andrés Pérez y Moisés Naím, el cual, oficialmente, llegó a reconocer 700 muertos.

Pues bien, en El País, uno de los responsables de tal masacre, se ha permitido hacer referencia al Gobierno legítimo de Nicolás Maduro hablando de un "régimen cada vez más autoritario con tácticas de represión brutal (...)".

Igualmente, el garante directo de la aplicación en Venezuela de los dictados de opresión del Fondo Monetario Internacional, ha escrito en su columna, de mercenario a sueldo del imperialismo, que las brigadas médicas cubanas en Venezuela, son una "intervención extranjera abusiva", omitiendo, claro está, que estas brigada atienden a alrededor de 11 millones de personas sin recursos en zonas remotas del país y en los barrios más desfavorecidos de la geografía venezolana.

En contraposición, pero en consonancia con la línea editorial del periódico, Naím ha silenciado totalmente la violencia que los sectores de la derecha fascista de Venezuela, apoyada por EE.UU., ha ejercido contra el pueblo de Venezuela, y que suma un total de 41 muertos en los últimos tres meses.

Nada ha escrito Naím del asesinato del policía de la Guardia Nacional Bolivariana, José Darma García, quien cayera víctima de un disparo mientras trabajaba en enfrentar una barricada derechista (guarimba) en la ciudad de Barquisimeto.

Tampoco, en El País, ha aparecido una sola línea (menos aún, una columna) sobre las 162 agresiones que ha sufrido el personal médico cubano que trabaja en Venezuela, en el marco de la Misión Barrio Adentro (de salud pública), creada por Hugo Chávez.

Dos de ellos lograron salvarse de ser quemados vivos, en el Estado Lara y han sido recientemente condecorados por el Gobierno Bolivariano de Venezuela

Desde la Plataforma Canaria de Solidaridad con los Pueblos denunciamos el terrorismo mediático y la injerencia que el imperialismo mundial vehicula a través de sus medios de comunicación internacionales y, en este caso, de sus medios españoles de prensa, en contra de gobiernos soberanos, constituidos por la auténtica voluntad popular, como los de Venezuela y Cuba, de las que son prueba las declaraciones del director de El País de hace una semana.

Condenamos, igualmente, la cínica inclusión de Cuba entre la lista de países que patrocinan el terrorismo, hecha pública en días pasados por EE.UU., precisamente el país cuyo gobierno desarrolla, ejerce y apoya el terror y el saqueo contra los pueblos del mundo (Irak, Afganistán, Libia, Siria, ahora Ucrania...); el país cuyos gobiernos crearon y mantienen abierta la ilegal cárcel de Guantánamo (ubicada en territorio robado a Cuba), donde se tortura a personas secuestradas en todos los continentes y llevadas allí sin ningún tipo de amparo legal, el país cuyo actual presidente ha ordenado el asesinato de más de 3.000 militantes como resultado de operaciones militares secretas, en distintas partes del mundo, o mediante aviones no tripulados (drones), y el país cuyo Gobierno mantiene presos a tres de Los Cinco revolucionarios cubanos, que evitaron más de setenta acciones terroristas planificadas, contra el pueblo cubano, por organizaciones mafiosas y contrarrevolucionarias afincadas en territorio estadounidense, que han gozado siempre del apoyo de dicho gobierno.

Al tiempo, reafirmamos nuestra determinación de seguir defendiendo la Revolución Cubana y el proceso bolivariano de Venezuela, conscientes del horizonte de justicia social, poder popular y paz que ambas significan para los pueblos del mundo.

¡Con Cuba y su Revolución!

¡Adelante Venezuela Bolivariana!

¡Abajo el Imperialismo y sus cómplices!

¡Libertad para los Cinco!
 
 
Notas:

Moisés Naím, quien fuera Director ejecutivo del Banco Mundial, forma parte en la actualidad de la junta directiva del National Endowment for Democracy, y, entre otras, es miembro del Council on Foreign Relations  y el World Economic Forum, todas ellas organizaciones estadounidenses del ámbito de las relaciones internacionales.

En concreto, la Fundación Nacional para el Desarrollo de la Democracia, (National Endowment for Democracy, más conocida por sus siglas en inglés NED), es una organización fundada en EE.UU. en 1983 que, aunque está administrada por una corporación privada, la mayoría de sus fondos provienen del Congreso estadounidense.

Según lo publicado por el propio New York Times, la NED "se creó (...) para llevar a cabo públicamente lo que ha hecho de forma encubierta la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA) durante decenios. La NED gasta 30 millones de dólares al año para apoyar a partidos políticos, sindicatos, movimientos llamados disidentes y medios informativos en docenas de países".

Por todos estos "méritos", El País, le concedió el Premio Ortega y Gasset de periodismo, en 2010.
Fuente: Plataforma Canaria de Solidaridad con los Pueblos
por Salim Lamrani
Washington se niega a actuar para impedir que los grupúsculos de la extrema derecha cubana de Florida planifiquen atentados contra la isla.

El 6 de mayo de 2014, las autoridades cubanas anunciaron el arresto de cuatro personas residentes en Miami, sospechosas de preparar atentados terroristas contra la isla. José Ortega Amador, Obdulio Rodríguez González, Raibel Pacheco Santos y Félix Monzón Álvarez hicieron el viaje desde la Florida y “reconocieron que pretendían atacar instalaciones militares con el objetivo de promover acciones violentas”.

El Gobierno acusó a otros tres residentes de Miami, con graves antecedentes criminales, de autores intelectuales del proyecto de atentados: “[Los cuatro detenidos] declararon además, que estos planes se han estado organizando bajo la dirección de los terroristas Santiago Álvarez Fernández Magriñá, Osvaldo Mitat y Manuel Alzugaray, quienes residen en Miami y mantienen estrechos vínculos con el connotado terrorista Luis Posada Carriles”.

Desde 1959, Cuba ha sido víctima de una intensa campaña de terrorismo orquestada desde Estados Unidos por la CIA y los exilados cubanos. En total se perpetraron cerca de 7.000 atentados contra la isla desde el triunfo de la Revolución. Costaron la vida a 3.478 personas e infligieron secuelas permanentes a otras 2.099.

A principios de los años 1990, tras el desmoronamiento de la Unión Soviética y la apertura de Cuba al turismo, hubo un recrudecimiento de los atentados terroristas contra las infraestructuras hoteleras de La Habana, perpetrados por la extrema derecha cubana de Miami, con el fin de disuadir a los turistas de viajar a la isla y sabotear así un sector vital para la moribunda economía cubana. Los actos violentos causaron decenas de víctimas y costaron la vida a un turista italiano, Fabio di Celmo.

Los autores de esos actos terroristas se encuentran todavía en Miami, donde gozan de total impunidad. El caso de Luis Posada Carriles es un ejemplo perfecto. Antiguo policía bajo la dictadura de Batista fue agente de la CIA después de 1959 y participó en la invasión de Bahía de Cochinos. Es responsable de más de un centenar de asesinatos, entre ellos el atentado del 6 de octubre de 1976 contra el avión civil de Cubana de Aviación que costó la vida a 73 personas, entre ellas todo el equipo juvenil de esgrima cubano que acababa de ganar los juegos panamericanos.

No cabe ninguna duda de la culpabilidad de Posada Carriles: reivindicó abiertamente su trayectoria terrorista en su autobiografía titulada Los caminos del guerrero y reconoció públicamente que fue el autor intelectual de los atentados de 1997 contra la industria turística cubana en una entrevista al New York Times el 12 de julio de 1998. Además los archivos del FBI y de la CIA desclasificados respectivamente en 2005 y 2006, demuestran su implicación en el terrorismo contra Cuba.

Posada Carriles nunca fue juzgado por sus crímenes. Al contrario, Washington siempre lo ha protegido negándose a enjuiciarlo por sus actos o a extraditarlo a Cuba o a Venezuela (donde también cometió crímenes). Esta realidad desmiente las declaraciones de la Casa Blanca a propósito de la lucha contra el terrorismo.

En 1997 Cuba propuso a Estados Unidos una colaboración discreta en la lucha contra el terrorismo. El escritor colombiano Gabriel García Márquez, que mantenía relaciones amistosas al mismo tiempo con Fidel Castro y con Bill Clinton, sirvió de mensajero. El Gobierno de la isla invitó a dos funcionarios del FBI a La Habana para entregarles un informe sobre las actuaciones criminales de algunas organizaciones basadas en la Florida. En efecto, los servicios de inteligencia cubanos habían infiltrado a varios de sus agentes en Florida. Pero en vez de neutralizar a los responsables de los actos terroristas, el Gobierno de Estados Unidos decidió proceder al arresto de cinco agentes cubanos en 1998 y condenarlos a penas de prisión sumamente severas, desde 15 años de reclusión hasta dos cadenas perpetuas, en un juicio denunciado por numerosas organizaciones internacionales. Tres de los condenados, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labañino, aún se encuentran detrás de las rejas.

Al mismo tiempo, para justificar su política hostil de sanciones económicas anacrónicas y crueles que afectan a todas las categorías de la población cubana e impedir toda normalización de las relaciones bilaterales, Washington no vacila en clasificar a Cuba en la lista de los países patrocinadores del terrorismo internacional, so pretexto de que unos miembros de la organización separatista vasca ETA y de la guerrilla colombiana de las FARC se encuentren en Cuba… tras la petición expresa de los gobiernos español y colombiano. Washington lo reconoce claramente en su informe: “El Gobierno de Cuba apoyó y auspició negociaciones entre las FARC y el Gobierno de Colombia con el objetivo de lograr un acuerdo de paz entre ambas partes”. Estados Unidos reconoce que “no hay información de que el Gobierno cubano haya suministrado armamento o dado entrenamiento paramilitar a grupos terrorista” y admite que “miembros de ETA residentes en Cuba fueron reubicados con la cooperación del Gobierno español”.

Washington justifica también la inclusión de Cuba en la lista de los países terroristas a causa de la presencia en la isla de refugiados políticos buscados por la justicia estadounidense desde los años 1970 y 1980. Ahora bien, ninguna de esas personas ha sido acusada jamás de terrorismo.

Los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) rechazaron unánimemente la inclusión de Cuba en la lista de países terroristas, asestando un serio revés a Washington. En una declaración publicada el 7 de mayo de 2014, la CELAC expresó “su total oposición a la elaboración de listas unilaterales que acusan a Estados de supuestamente apoyar y copatrocinar el terrorismo e insta al Gobierno de los Estados Unidos de América a poner fin a esta práctica” que suscita “la reprobación” de “la comunidad internacional y de la opinión pública de Estados Unidos”.

Desde hace más de medio siglo Cuba sufre la violencia terrorista orquestada en Estados Unidos, primero por la CIA y ahora por la extrema derecha cubana. La impunidad otorgada a los grupúsculos violentos y la condena a penas de prisión drásticas a los agentes cubanos que consiguieron impedir la realización de por lo menos 170 atentados contra la isla ilustra el doble rasero de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo y arroja una sombra sobre la credibilidad de Washington en este tema.
Fuente: Operamundi.com
por Vincenzo Basile
"Yoani Sánchez ha rescindido su contrato con La Stampa y me ha convertido en un hombre libre que hasta ayer no podía decir lo que pensaba, ya que la traducía (…) Tengo la culpa de haber creído en la lucha de Yoani Sánchez (…), una lucha que partía de la base para golpear el poder (…). He tenido que enterarme – a golpes de amargas decepciones – que la oposición de Yoani Sánchez era letra muerta (…), me he dado cuenta de que he tratado con una persona que le da la máxima prioridad a intereses para nada idealistas. Una bloguera que vive su vida tranquila, que en Cuba nadie conoce y nadie hostiga, que no es amenazada, encarcelada, silenciada, que no tiene problemas para entrar y salir de su país".

Con estas palabras, el 9 de mayo, el periodista, escritor y traductor italiano Gordiano Lupi empezaba una carta abierta dirigida a la conocida bloguera cubana Yoani Sánchez.

Lupi, quien en los últimos seis años ha estado traduciendo – por el periódico italiano La Stampa - el blog de la mediática contrarrevolucionaria cubana, se lanzaba en un vehemente desahogo contra Yoani Sánchez y enseñaba su frustración y decepción por descubrir el verdadero rostro de una mujer que antaño le había despertado ambiciones ideales y ensueños democráticos, correctos o incorrectos que se consideren.

La decepción de Lupi quedaba muy clara en otros fragmentos de su carta abierta que más se parecía a un más o menos velado mea culpa por haber considerado a la bloguera como compañera de una lucha en la que el periodista italiano parecía – y parece – creer auténticamente.


"Por defender su rostro recibí ofensas y amenazas de castristas y comunistas italianos, por compartir una lucha inexistente, un sueño de libertad deseado por muchos, pero no por ella, que solo pensaba en el dinero proveniente de premios y contratos. (…) He creído en una lucha ideal que no existía. En realidad el objetivo de Yoani Sánchez siempre ha sido el de hacerse rica y famosa. Ahora lo ha conseguido. (…) Ahora Yoani Sánchez lanzará un periódico embustero (…), junto a sus amiguitos, que en Cuba nadie leerá (…). Pero, ¿qué le importa a Yoani? Ella solo necesita que alguien la financie, que se lea en Miami, mucho en España, que la comunidad cubana siga ilusionándose con una paladina inexistente. (…) Hasta el momento hemos viajado juntos, querida Yoani. Pero ya basta. Mi viaje continúa por sí solo, lejos de tus objetivos. (…) Fidel Castro dijo que la historia decidirá. Vamos a ver a quien absolverá".

Seguramente hay que considerar laudable un gesto de semejante honestidad intelectual por parte de una persona que verdaderamente demuestra creer en su causa y que también demuestra tener la humildad de reconocer sus errores. Sin embargo, dicha honestidad, para resultar completamente auténtica, requeriría por lo menos ser acompañada por otras dos cartas abiertas; una dirigida a todos los lectores italianos, a todas esas personas cuyas opiniones, durante los últimos seis años, han sido forjadas – y manipuladas – con noticias absolutistas que ahora resultan haber sido el fruto de un error de evaluación del periodista e impuestas por vínculos contractuales y editoriales; y otra dirigida a todos los que en esos años han intentado intercambiar infructuosamente con el señor Gordiano Lupi sobre las contradicciones de la bloguera y que solamente han recibido – y al leer sus palabras siguen recibiendo – la anacrónica y reductiva etiqueta de procastristas.
Fuente: Desde mi ínsula
por Lázaro L. Fariñas
Desde el mismísimo día en que el movimiento revolucionario cubano, dirigido por su Comandante en Jefe, triunfó en Cuba, el gobierno de los Estados Unidos empezó a aplicar una política agresiva contra el mismo. El gobierno revolucionario apenas empezaba a aprobar algunas leyes en beneficio del pueblo y el gobierno norteamericano empezaba a crear las condiciones para empezar a aprobar otras en contra de ese pueblo cubano.

La hostilidad no empezó por las medidas que comenzaba a aplicar la revolución triunfante, sino por el discurso nacionalista de la misma. Los distintos gobernantes de Estados Unidos no estaban acostumbrados a oír desde La Habana discursos del tipo que se estaban produciendo en aquella ciudad. Muy al contrario, estaban acostumbrados a solo oír halagos y pleitesías desde el otro lado del Estrecho de La Florida. Bien es sabido que el hombre fuerte en Cuba no era el que se sentaba en la silla del Palacio Presidencial de Refugio #1, sino el que se sentaba en el cuarto piso del edificio de Calzada y Malecón. El de la calle Refugio estaba a expensas de las llamadas que le hacía el del Malecón.

Por mucho que se dijera de que Cuba era un país independiente desde el 20 de Mayo de 1902, en lo concreto se sabía que, aunque ya no existiera en letra la infame Enmienda Platt, su espíritu estaba bien vivo en la práctica cotidiana. A los gobernantes cubanos les daban un pequeño largo en la cadena, pero esta estaba bien aguantada en la capital del país del Norte.

Es por eso que, cuando esa cadena se les fue de las manos que la tenían agarrada, el que la tenía no pudo controlar su ira. Para ellos era inaceptable que Cuba se soltara de la cadena por la cual estaba controlada y se declarara independiente y soberana. Desde el día del triunfo revolucionario, las decisiones sobre el camino a seguir del pueblo cubano se toman en Cuba y por cubanos. Eso les ha sido insoportable a los gobernantes de este país y de ahí, la política agresiva que aún después de 55 años sigue manteniendo contra el esclavo que se decidió a ser libre.

Hace unos días, por motivo de la inclusión de Cuba en la lista de los países que apoyan el terrorismo, la vocera del Departamento de Estado en Washington, Marie Harf, al ser cuestionada del por qué y hasta cuando Cuba iba a ser incluida en esa lista, la respuesta de la señora debería llenar de vergüenza a todas las ramas del gobierno norteamericano, pues dijo: "Como no tengo más detalles, no sé la respuesta". A ninguno de los periodistas presentes les dio por ridiculizar a la llamada vocera, pero sí sendas carcajadas se oyeron en el auditórium donde se llevaba a cabo la reunión.

Es casi increíble que hayan vuelto a incluir a Cuba en esa lista, pero no es de extrañar, ya que ese hecho es coherente con la política de agresión, injerencista y criminal que han mantenido hasta este momento en que escribo este comentario. Unos días antes de este último zarpazo contra el pueblo cubano, fueron detenidos en Cuba cuatro terroristas procedentes de la ciudad de Miami que es un nido de los mismos. Es decir que, desde Estados Unidos salen terroristas para hacer terrorismo en el país que acusan de proteger a terroristas. ¿Quién protege a los terroristas?

Desde hace meses, Cuba es sede de los diálogos de paz de los colombianos;  a finales del año pasado, la Asamblea General de la ONU volvió, aplastantemente, a votar en contra de la política de bloqueo de EEUU; a principio de este año se llevó a cabo en La Habana la reunión de la CELAC en donde participaron todos los países de América Latina y el Caribe; hace solo semanas que funcionarios de la Unión Europea sostuvieron una reunión con funcionarios cubanos en busca de normalizar las relaciones entre aquellas naciones y Cuba. ¿Cómo es posible que, a raíz de que hayan ocurrido los hechos antes  mencionados, este país haya vuelto a colocar a Cuba en una lista que apoya el terrorismo?

La vocera del Departamento de Estado dijo que no sabía las razones para que Cuba permaneciera en la misma. Hace años atrás, Richard Nuccio me dijo porque lo hacían.

Miente la vocera del Departamento de Estado. Ella sí sabe las razones. Nuccio sí me dijo la verdad: lo hacen porque quieren y porque pueden.

Lázaro Fariñas, periodista cubano residente en EE.UU.
Fuente: martianos.ning.com


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Cubarte, 2008.