viernes, 18 de mayo de 2012

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De: comite_internacional@googlegroups.com [mailto:comite_internacional@googlegroups.com] En nombre de Graciela Ramirez
Enviado el: Viernes, 18 de Mayo de 2012 02:00 a.m.
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Asunto: [Comité Internacional] Repugnantes detalles en el caso de los Cinco de Cuba

 

 

Repugnantes detalles en el caso de los Cinco de Cuba

Miercoles, 16 Mayo 2012

Por Saul Landau

 

Estoy sentado en una silla plástica gris frente a una mínima mesa plástica gris y otra silla plástica gris vacía esperando por Gerardo Hernández en la sala de visita de la penitenciaría federal de máxima seguridad en Victorville, California. A mi lado, en una distribución similar de asientos, un negro de mediana edad habla con una mujer, supuestamente su esposa; otros negros hablan con sus cónyuges. Dos muchachitos salen corriendo de la "sala de niños" hacia el padre para conseguir una caricia.

Cuatro guardias conversan y observan a los visitantes y a los reclusos. No debe haber intercambio de contrabando ni "tocarse en exceso".

Gerardo emerge, reporta ante los guardias. Nos abrazamos. Gerardo habla acerca de ideas para obligar a la NSA a que libere su mapa vectorial del derribo de dos aviones de Hermanos al rescate por MiGs cubanos el 24 de febrero de 1996. El gobierno acusó a Gerardo de conspiración para cometer asesinato porque supuestamente –el gobierno no presentó evidencia– él entregó la información de vuelo a las autoridades cubanas a sabiendas que los aviones serían derribados. (¿Cómo puede un agente en Miami saber de decisiones de alto nivel en La Habana?)

 

Los cubanos aseguran que dispararon sus misiles a los aviones intrusos en el espacio aéreo cubano. Si el mapa de la NSA demuestra la aseveración de Cuba, entonces Gerardo, quien supuestamente entregó a las autoridades cubanas la fecha y hora del vuelo fatal, no cometió un delito.  Los acusadores no presentaron pruebas de que Gerardo pasara esa información. Hollywood presentaría la escena del tribunal de Miami con el fiscal diciéndole al jurado: "Yo no tengo que mostrarles a ustedes ninguna prueba de porquería".

Es más, el abogado defensor de Gerardo demostró que Basulto, el jefe de Hermanos al Rescate, ya había anunciado la fecha de los vuelos, y varios funcionarios norteamericanos también sabían del plan. Incluso la FAA había avisado a las autoridades cubanas acerca de los inminentes vuelos. Los hechos no importan cuando un jurado y una jueza saben que una decisión "errónea" podría tener como resultado que sus casas fueran incendiadas.

 

La NSA ignoró los citatorios de los abogados defensores para que presentaran sus mapas vectoriales en el juicio y las apelaciones: "Seguridad Nacional, las dos palabras letales que no se encuentran en la Constitución ni en la Biblia, constituyeron su razón (excusa) para no presentar los documentos. ¿Cómo se podría obligar a la NSA a que acceda? No tenemos respuesta, pero la pregunta permanece.

 

Me preocupaban otras preguntas. ¿Qué motivó al FBI a arrestar a Gerardo y a sus cuatro colegas? Después de todo, los agentes cubanos habían entregado al FBI, por vía de La Habana, suculentos bocados relacionados con actividades terroristas, incluyendo la localización de un barco en el río Miami lleno de explosivos. El FBI se incautó del barco antes de que zarpara hacia Cuba –o hiciera explosión en Miami.

"Héctor Pesquera", respondió Gerardo. Pesquera fue nombrado Agente a Cargo del Buró de Miami y de inmediato desvió la atención de los terroristas y la enfocó en los antiterroristas. Después de que el jurado entregara una declaración de culpabilidad en el juicio de los Cinco Cubanos, Pesquera se ufanó en una emisora radial de Miami de que "había sido él quien cambió el enfoque y en vez de espiar a los espías presentó acusaciones contra ellos". (Ver Stephen Kimber, Lo que hay en el agua: la verdadera historia de los Cinco de Cuba, un libro digital en Amazon).

 

Es más, Pesquera persuadió a funcionarios del Departamento de Justicia a cambiar la atención de los terroristas exiliados en el Sur de la Florida a los agentes de la inteligencia cubana que habían penetrado los grupos terroristas. El caso "nunca se hubiera juzgado si él no hubiera insistido personalmente ante el director del FBI, Louis French". (Kimber, pág. 286.)

 

Ann Bardach reforzó la visión del papel clave de Pesquera en el cambio del FBI de investigar a terroristas a investigar a los antiterroristas. Bardach y Larry Rohter escribieron dos artículos en julio de 1998 para The New York Times en los cuales Luis Posada Carriles admitía ser autor intelectual en una serie de sabotajes con bombas en Cuba para ahuyentar a turistas extranjeros. Una de estas bombas mató a un joven turista italiano cuyo padre esta demandando a los Estados Unidos por patrocinar el terrorismo.

Bardach me contó de su sorpresa cuando Pesquera respondió a su pregunta acerca de Posada diciendo: "mucha gente aquí piensa que Posada es un luchador por la libertad". Pesquera, amistoso hacia los exiliados ultraderechistas, terminó la investigación de Posada y destruyó el expediente. Mientras Pesquera dedicaba la atención del FBI a destruir a los agentes cubanos, 14 de los 19 participantes en los ataques del 11/9 se entrenaban en el área sin escrutinio del FBI. Pesquera parece haber escapado el escrutinio por su aparente lapso. ("Trabajadores," 22 de mayo de 2005.)

 

Gerardo y yo cambiamos temas sobre la entrevista a Alan Gross realizada por Wolf Blitzer, de CNN. Gross, condenado en Cuba por actividades diseñadas para socavar al gobierno, lo cual fue documentado por Desmond Butler, reportero de AP, se quejó de su vida en prisión, la comida, su ventana tenía barrotes y solo había podido recibir visitas de senadores y representantes a la Cámara de EE.UU., presidentes de otros países, grupos religiosos y un día con su esposa. Se quejó de que las condiciones en el hospital militar de La Habana eran como las de una prisión.

 

Peor aún, ignorando el reportaje de Desmond Butler y el desvastador artículo de opinión del ex funcionario del Consejo de Seguridad Nacional Fulton Armstrong en The Miami Herald (25 de diciembre de 2011), él proclamó su inocencia, insistió en que solo deseaba ayudar a que la comunidad judía tuviera mejor acceso a Internet. ¿Para esto llevó de contrabando equipos (documentado por Butler) y recibió un pago de $600 000 dólares de manos de una compañía relacionada con la USAID?. Y Blitzer, a quien debieran concederle el premio de periodismo de peor estenógrafo, no le hizo ninguna pregunta acerca de los hechos que Butler y Armstrong habían planteado.

 

Nos dimos un abrazo de despedida. Gerardo levantó triunfalmente un puño antes de regresar a su celda. Yo caminé hacia el seco viento del desierto, el auto, y descendí 5 000 pies y 40 millas hasta el aeropuerto de Ontario, California; una vez más, la oportunidad de pensar en la justicia y la injusticia.

 

Landau es miembro del Instituto para Estudios de Política. Sus filmes Por favor, que el verdadero terrorista se ponga de pie y Fidel están disponibles por medio de cinemalibrestudio.com

José Martí Cónsul argentino en Nueva York Mallarme Dos Rios Jesus de cara al sol

El Museo Ernesto Che Guevara de CABA-llito, Buenos Aires, Argentina difunde

el bello escrito del compañero cubano Julio César Sánchez Guerra y le dá razón

en que la espiritualidad de Martí vive en cada cubano. También vive el Jesús cubano

roto en muchos compatriotas del libertador nacido en Rosario de Santa Fé.  toto

 

Martí: La isla espiritual.

                                       por Julio César Sánchez Guerra*

 

Aquel domingo 19 de mayo de 1895, la tropa mambisa recibió la mañana con una fiesta saltando entre las palmas; Gómez había regresado al campamento después de andar dos días persiguiendo fuerzas enemigas.

A las once de la mañana se reúne la tropa para escuchar la palabra viva de los jefes de la guerra, y por primera vez, muchos de aquellos hombres, escucharon a Martí. Era un tono protoplasmático, parecía, comentó un testigo, que hablaba con inspiración bíblica, como el Moisés del Génesis lazando el mensaje a su pueblo.

Nadie recogió las palabras de nuestro apóstol, apenas se conservaron en la memoria retazos de aquel torrente de ideas y amorosa energía. Lo que muchos no pudieron olvidar, fue el instante en que Martí expresó: Por Cuba, sépase bien, estoy dispuesto a dejarme clavar en la cruz.

Hay algo del martirio de Jesús en la vida de Martí; “Jesús inútil”, le había llamado Ramón Roa sobre el vapor  Alfonso XII, pero el mismo Martí nos dice: “yo soy un Cristo roto”; nos asegura que “Jesús no murió en Palestina sino que vive en cada hombre”, y por si fueran pocos los símbolos y las premoniciones, las mujeres de la emigración le regalan, antes de partir para Cuba, una cruz de caracoles de medio metro.

Ahora en la manigua, vuelve la imagen de la cruz, y se une a los versos de anunciación: Yo soy bueno y como bueno / moriré de cara al sol. Por eso cuando corre la noticia por el campamento de que se acerca una columna española, nadie le puede exigir a Martí que la vanguardia no es su puesto… Ha llegado la hora de los hornos, y no se ha de ver más que la luz.

En medio de la batalla y la escaramuza, Martí se queda completamente solo, encuentra a un joven que venía de cumplir una misión, es Ángel de la Guardia; y con él, parte a la carga. Dicen que Martí vestía como quien va para una boda, todo en él era reluciente, desde el revólver hasta el caballo. Lleva en los bolsillos unos versos de Estephan Mallarme, la carta a Mercado, fotos, y un pañuelo para el sudor, o la sangre.

Había llovido mucho por aquellos días; la vegetación es verdísima, la primavera revienta en frutos, el suelo está húmedo, pero a la tierra le falta una semilla, entonces, suenan los disparos…

La bala que le rompe la lengua lo echa sobre la hierba, otra bala en el muslo, y Martí, sobre una “carro de hojas verdes”, por un hilo de vida respira. Manos al servicio de España y de una mala causa, dan el tiro de gracia que atraviesa en diagonal, el pecho. Parece que todavía nos perforan las balas a nosotros mismos.

Ha pasado un siglo y diecisiete años, y Martí es de esos hombres que “no para de nacer”. El mayor homenaje a su memoria no son los rincones, ni actos formales, ni repetición fría de frases fuera de contextos y de su magisterio ético; sino vivir en nuestras vidas la inspiración dolorosa del amor a los hombres, a la patria, a la humanidad entera.

José Martí es para los cubanos, una isla espiritual que recoge el sustrato de una cultura de emancipación y resistencia; es un visionario, hombre del fuego y la ternura.

Hablamos mucho de Martí pero todavía no hemos develado toda la savia que esconde la cáscara. Él es conocimiento y sabiduría. Nos da un método para entender el mundo: una dialéctica del equilibrio o “genio de la moderación”; y un camino para asumir el sentido de la vida haciendo el bien a los hombres.

No solo es el político que se convierte en autor intelectual del glorioso día del la Santa Ana; es también el poeta con experiencias místicas, el hombre que lucha con dos medicinas; la libertad del pensamiento, y el amor…

Conmueve hasta los tuétanos de la nación, saber que la espiritualidad de Martí vive, y que cada cubano le rinde misteriosa honra. El mayor reto cultural, es impedir que los jóvenes vivan sin descubrir la inmensa isla del pensamiento y la sensibilidad martiana, esa de dar el corazón con que vivimos, y la limpieza de una mano franca.

Todavía en las aguas de Dos Ríos, y en el portal silencioso de la tierra, hay un hombre que nos habla desde la muerte que no lo mata: Escuchemos el himno, la voz de Martí se confunde con nuestro canto, cuando regamos otra semilla en el surco.

 

* Profesor de la Universidad "Jesús Montané Oropesa"