domingo, 19 de diciembre de 2010

Osvaldo Bayer el veraz revolucionario argentino

sábado 18 de diciembre de 2010

En pos de una verdadera república

Por Osvaldo Bayer
 

La honra. Ver cómo siempre triunfa la verdad en la historia. Se podrá mentir, se podrá ocultar, se podrá disfrazar de héroes a los misioneros de la muerte, pero llega el tiempo que queda todo al desnudo y ahí está, el triunfo de la Etica sobre los intereses económicos, sobre el uso omnímodo del poder. La vida sobre la muerte.

 

Y es lo que acaba de ocurrir en El Calafate, ese paraíso sureño. Allí, ante la tumba masiva de los peones fusilados por el Ejército Argentino en diciembre de 1921, se hizo un acto donde primó el calor popular y la sabiduría de la Historia. Un acto inolvidable.

 

Del silencio de décadas, a ese concurrir del pueblo a recordar un hecho que nos tiene que avergonzar a todos los argentinos. Con el agravante de que ocurrió no bajo una dictadura militar sino durante el gobierno del presidente radical Hipólito Yrigoyen.

 

En el acto participaron historiadores locales, cantores populares, el cura del lugar, el intendente de El Calafate, maestros, estudiantes, representantes de los pobladores originarios y pueblo, auténtico pueblo. Hubo emoción cuando los oradores recordamos la crueldad con que actuó el 10 de Caballería contra las peonadas. Allí, enfrente del cenotafio, se extiende la estancia La Anita, de Federico Braun, donde se hallan las tumbas masivas.

 

Al finalizar el acto se hizo un asado para el público y todos estuvimos conversando sobre la injusticia cometida hace noventa años. Con niños, con estudiantes, con docentes, con trabajadores rurales, con vecinos de El Calafate, de Río Gallegos, hasta llegó un grupo juvenil de investigación histórica de Puerto Deseado que ha iniciado un estudio profundo del pasado de ese lugar y las repercusiones de las huelgas del campo de 1921-22 en esa zona.

 

Ahí se dieron a conocer los planes de la Comisión por la Memoria de El Calafate, y se piensa solicitar al estanciero Federico Braun que se permita que el monumento recordativo se sitúe directamente donde se hallan las tumbas masivas de los peones fusilados. Y hay más planes, cargados de imaginación reivindicativa.

 

Lo que se prohibió o se silenció durante tantas décadas ahora está allí, permanente, el recuerdo. Es un principio de llevar a cabo la historia justiciera, la verdad de los hechos, y resaltar el nombre de los culpables, de aquel congreso nacional cuya mayoría radical se calló la boca y no permitió ninguna investigación y de un ejército que pasó a ser de liberador de pueblos con el pensamiento de Mayo a fusilador de obreros y más tarde a desaparecedor de personas y autores del robo de niños.

 

Un paso adelante. Por eso, nos parece bien el recuerdo de la Vuelta de Obligado, pero también deberíase recordar oficialmente, en el orden nacional, esta fecha de diciembre. No para corrernos a las playas o a “descansar”, sino para preguntarnos “qué nos pasó a los argentinos” para, después de ese pensamiento de Mayo, llegar ciento diez años después a los despiadados fusilamientos de peones rurales que salieron a pedir un poco de dignidad frente a las explotación de los latifundistas.

 

Pero en nuestro país siguen ocurriendo sucesos que nos demuestran que hay personas a las que no les importan estas enseñanzas de la historia. Por ejemplo, nos avergüenza lo ocurrido en Villa Soldati, en Formosa, y en tantos otros lugares donde se reprimió salvajemente al pueblo sin tener en cuenta que a los problemas hay que resolverlos de raíz. Por ejemplo, mientras no haya techos dignos para las familias, siempre habrá problemas; mientras no haya trabajo para los desocupados, siempre habrá violencia.

 

Y al fin y al cabo, los hechos nos están diciendo que sólo cuando hay violencia de abajo para llamar la atención a los dueños del poder, entonces sí, empiezan las conversaciones para solucionar esos problemas que hasta ese momento habían sido negados. No se soluciona diciendo que los bolivianos tienen la culpa.

 

Basta ver cómo estaba el llamado Parque Indoamericano. Qué parque si no es más que un enorme terreno baldío con basura y pozos. ¿Qué hicieron hasta ahora las llamadas autoridades de la Ciudad de Buenos Aires? En el barrio de Belgrano, donde vivo, recuerdo lo que era la placita Alberti, una manzana entre las calles que antes se llamaban Guanacache y Nahuel Huapi. Cuando yo era pibe estaba todo lleno de flores, verdes plantas y un césped maravilloso.

 

 Era un lujo sentarse en esos bancos de plaza, correr por los senderos y mirar todo esos colores. Ahora, la plaza es pura tierra y polvo, ya no hay más césped ni plantas. No se gasta un céntimo en cuidar ese pulmón verde en medio del barrio. Para qué –se pregunta uno– están las llamadas autoridades de la ciudad sino para observar estos bienes comunes entre los que están los más sagrado de una democracia: el derecho a una vivienda digna principalmente de las familias con hijos, esos hijos que son el futuro y no deben jamás crecer en un clima de violencias. Ese es el deber primordial de la democracia.

 

Esperemos que aprendan, luego de los hechos sangrientos que nos han conmovido a todos y de los cuales la Justicia tiene que juzgar a quiénes han sido los culpables de crear ese estado de cosas y los responsables de cuidar los sagrados derechos de todos los ciudadanos, sean ricos o pobres, bolivianos o paraguayos. Recordemos a nuestros Libertadores, señoras y señores autoridades, que marcharon a liberar a los pueblos americanos sin encerrarse en el egoísta racismo de los pequeños, los que creen en fronteras.

 

Y mencionamos a la Justicia. Acaba de ocurrir un hecho que nos llenó de alegría y orgullo. La actitud del juez Raúl Zaffaroni, miembro de la Corte Suprema de la Nación, ante el preso político Roberto Martino, quien se hallaba en huelga de hambre en protesta por la más que injusta prisión por su protesta frente a la embajada de Israel. El juez Zaffaroni no miró despectivamente desde el trono jurídico al prisionero. Sino que fue a visitarlo a su celda carcelaria. Y le aseguró que cuando su causa llegue a la Corte Suprema hará todo lo que esté a su alcance para respetar los principios constitucionales que nos rigen.

 

 ¿Quién ha sido capaz de hacer esto en nuestro país? No, todos se refugian en la “importancia” de su cargo, o en los principios burocráticos de las cadenas de instituciones jurídicas para desentenderse del problema eminentemente humano de la causa “Martino” por la cual están luchando desde largo tiempo las organizaciones de derechos humanos. Hasta ahora, nuestra Justicia se comportó igual que la justicia de Estados Unidos con la prisión de los cinco cubanos, un hecho de una crueldad pocas veces vista en la historia de la justicia mundial.

 

Y el juez Zaffaroni “bajó” hasta la humilde celda del preso político para darle la seguridad de que cuando a él le toque actuar hará sonar la voz de la honestidad, que debe ser el principio de esa palabra con mayúscula que se llama “Justicia”. Zaffaroni, un juez que nunca miró para otro lado, sino que estudió siempre a fondo cómo actuar en una sociedad que se dice democrática y justa pero que muestra síntomas graves de no haber aprendido todavía de la tortuosa historia de estos doscientos años argentinos. Vemos nuestra realidad: los políticos ladrones de la década del noventa, libres; pero un civil que hace uso de la protesta democrática en la calle, preso desde hace inmensos meses.

 

Este acto de este miembro de la Corte Suprema (vaya ese título de “suprema”) nos llena de optimismo. Mientras haya jueces con esa grandeza de sentimientos y ese coraje civil frente a cinismos o soluciones bizantinas que siempre favorecen al poderoso podemos tener fe en el futuro de nuestra República. Sí, lograr alguna vez poner en mayúscula ese término: República.

 

Y para terminar este deambular difícil, otra inmensa alegría. Que el docente Enrique Samar haya logrado triunfar en su lucha de años: que se haya cambiado el nombre de la plaza Virreyes por el del máximo libertador de la época colonial: Túpac Amaru. La dictadura de la desaparición de personas le había cambiado el nombre de Plaza Armenia por el de –nada menos– Plaza Virreyes. Un homenaje a los representantes del coloniaje con la esclavitud y la sumisión al “rey católico de España”. Samar, director de una escuela de esta capital, se jugó entero para terminar con esa ignominia. Y triunfó. Ahora la plaza recordará a quien sufrió la muerte más cruel en manos de los conquistadores europeos. Un paso más –esta vez simbólico pero pleno de fuerza– hacia la verdadera república.

 

 

 

 

 

Judíos contra la discriminación

Estos son mis hermanos judíos.        (espero que no sean comunistas ni mucho menos "negros").   Eladio González  toto  

 

Las expresiones discriminatorios son inaceptables, al margen de las circunstancias que sirvan como pretexto. 

Celebro que haya una organización judía que expresa su rechazo.     Cordialmente alex 

ICUF: IDISHER CULTUR FARBAND

Federación de Entidades Culturales

Judías de la Argentina


 

   El escenario de enfrentamiento presentado en algunos barrios de Buenos Aires durante el fin de semana pasado, nos propone una vasta gama de miradas, que se unen a un complejo encadenamiento de causa y efecto. La sociedad necesita hablar y el ICUF (Idisher Cultur Farband / Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina) está presente con la idea de aportar al debate sobre las soluciones a los graves problemas que plantea esa tragedia que son la pobreza y la miseria, y que en este caso se expresan en la toma de tierras para poder construir una vivienda propia.

   Los tristes y dolorosos acontecimientos que sucedieron en el Parque Indoamericano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires –y que muchos miramos por TV como si fuera algún otro "reality show"-, fueron capaces de mostrar en su crudeza, muchas cosas de ésta; nuestra Argentina.

   Observamos que, efectivamente, hay –al menos- 2 países: uno es el de los que no tienen y otro es el de los que tienen poco. Lo singular del caso es que los que tienen en serio observaban con ojo antropológico cómo se mataban, golpeaban, herían, insultaban y agredían pobres contra pobres. La Argentina de 2 pisos es una realidad. No es un dato nuevo. Y si las autoridades (de la jurisdicción que sea) no hacen nada, esta situación se va a profundizar, y quienes saldrán gananciosos serán los de siempre; los que sí tienen. Hay ciudadanos de primera y de segunda clase.

   En un reciente documento sobre la guerra carioca contra el narcotráfico, la Asociación Scholem Aleijem de Río de Janeiro decía: "Con una educación pública de todo tipo, la expectativa de logro personal, para una cuota importante de la población, lo que implica el acceso al trabajo decente y los activos tangibles e intangibles, es limitado. La desigualdad ha estado marcada por décadas de gobiernos incompetentes, represivos y, con frecuencia, corruptos. Fue creada, especialmente en los sectores de la clase media, una cultura de la exclusión y la discriminación que penaliza la pobreza".

   Está claro que la ausencia del Estado (criterio típico del neoliberalismo), posibilita este tipo de hechos, ya que condena de antemano a quienes no tienen y les abre las puertas de las peores lacras como la delincuencia, la prostitución, la drogadicción, el narcotráfico, la trata de personas y otras verdaderas calamidades.

   La otra cuestión que afloró en toda su magnitud fue una mezcla letal y repugnante de xenofobia + racismo + clasismo. El cuestionamiento de muchos pasaba no solo por el hecho que algunos de los que ocuparon el Parque eran extranjeros, sino también porque eran pobres. Albert Memmi dice que "el racismo es la valoración generalizada y definitiva de las diferencias biológicas, reales o imaginarias, en beneficio del acusador y en detrimento de su víctima, con el fin de justificar una agresión".

   Recordamos a todos que Argentina es un país multicultural por el simple hecho de que la mayoría de nosotros es descendiente de inmigrantes más o menos recientes (2-3 generaciones atrás), que compartimos y convivimos con los descendientes de los pueblos originarios y los criollos, a los que se deben sumar las personas procedentes de inmigraciones cercanas en el tiempo, procedentes de países, en general, limítrofes o aledaños. Y todos conservamos –orgullosos- muchas de las tradiciones de los lugares de origen de nuestros abuelos. Por eso aún existen y florecen, en muchos casos, las instituciones y asociaciones de comunidades o colectividades; y tanto es así que en muchos puntos del país se celebra el Día del Inmigrante con fiestas populares, bailes, exposiciones, encuentros de gran magnitud.

   Por todo ello, el ICUF (Idisher Cultur Farband / Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina) expresa:

  •      Su más profundo rechazo a cualquier hecho de carácter xenófobo, racista o discriminativo.

 

  •     Su repudio a las declaraciones de altos funcionarios de la CABA alentando este tipo de cuestiones.

 

  •      La imperiosa necesidad de elaborar políticas sociales inclusivas que den respuesta acabada a las necesidades primordiales de los sectores más postergados de la población, y que dejen de lado cuestiones clientelares.

 

  •      La urgencia de llevar a cabo una real distribución de la riqueza social que se crea a diario en nuestro país. Un país donde se producen alimentos para más de 300.000.000 de habitantes no puede dar lugar a hechos aberrantes como los ocurridos.

 

  •      Los derechos humanos, en su integralidad, no deben ser palabras de ocasión, sino políticas de Estado.

           

             Prof. Daniel Silber                 Sr. Marcelo Horestein

                Presidente                               Secretario

Lina Ruz González madre de Fidel Castro

De: froilan y adys [mailto:lfroilan@enet.cu]

V i c i s i t u d e s

 

  Pensamiento iberoamericano de Mujeres Ilustres, continuación, Tres Madres.

 Por Adys Cupull

 

                                        

 

El Sendero decoroso y firme      

 

“…Toda madre se siente orgullosa de sus hijos aunque estos no tengan más virtud que la de ser sus hijos  y nada más, pero ese no es mi caso, pues tengo en Uds. más que a mis hijos a los héroes imborrables de toda una juventud y de todo un pueblo que tiene cifradas sus esperanzas y su fe en aquellos que salieron de mis entrañas y a los cuales vi crecer  bajo la mirada que sólo tenemos las madres, hasta llegarse a forjar su propio camino recto y sin manchas y al mismo tiempo les indicabas a tus hermanos (los cubanos) el único sendero decoroso y firme que sin duda es el que están siguiendo en estos momentos. EL DE LA REVOLUCIÓN  LIMPIA Y JUSTICIERA…”

1)     

         Lina Ruz González

 

Nació en  Las Catalinas, término municipal de Guane, provincia de Pinar del Río, el 23 de septiembre de 1903, un pobladito fundado a orillas del río Cuyaguateje, donde resplandece el verdor de las hojas de tabaco.

 

Los cubanos nacidos en los primeros años del siglo XX tuvieron la dicha de coexistir con los hombres y mujeres protagonistas o testigos de las luchas libradas durante la Guerra de  independencia de Cuba, obtenían los conocimientos a través de esas fuentes primarias en la que los mayores narraban sobre los valientes mambises, basados en sus vivencias y en la realidad.

 

 Los niños como Lina crecieron escuchando las anécdotas sobre  el paso de  las  tropas de Antonio Maceo  por aquella zona, de cuando llegaron al pueblo y lo liberaron. Historias que pasaron de una a otra  generación fortaleciendo la conciencia de los  pobladores, el sentimiento de nación, de patria  y la necesidad de continuar la  lucha contra la ocupación de los Estados Unidos y la sustracción de los recursos naturales. 

 

Lina Ruz González aprendió de alguien más, de  Dominga, su madre, cuya cultura  y nobleza estaba basada en la lectura permanente de los  pasajes bíblicos. Entregada a las labores del hogar repetía frases de la ética campesina  en las que se afirmaba que  más importante que ser ricos, era ser honrados y limpios. Francisco, su padre, era imagen de la honestidad del obrero campesino, cuentan que transportaba cañas en una carreta de bueyes, desde el campo hasta el sitio de embarque, donde pesaban el bulto en una grúa.

 

El  abuelo materno tenía ascendencia asturiana. El abuelo paterno tenía sus raíces en Cádiz pero la abuela paterna, Rafaela Vázquez Rivera era originaria de Candelaria, en Las Islas Canarias.

 

Estudió en la pequeña escuela rural de Las Catalinas, en Guane, allí aprendió  a leer y a escribir. Sus primeros amigos de juego fueron niños campesinos. Tenía una hermana mayor y luego nació Alejandro.

 

La fragua de su vida

 

“Esta muchacha, cará, sí parece que tiene la fuerza de un rabo de nube”2) De esta forma la describió su padre.

Después de enfrentar el desastre del ciclón de 1910, su padre y otros familiares se trasladaron a otra provincia de mayor desarrollo, para mejorar la subsistencia de la familia; durante los años 1912 a 1913 pasaron por  diferentes pueblos mientras  la pobreza aumentaba, y los hijos también,  sin esperanzas de un lado para otro; fueron años duros hasta que  Francisco y su hermano, decidieron trabajar  con el señor Ángel Castro Argiz, oriundo de Galicia, quien nació en 1875, era propietario de una fonda y algunas fincas por la zona de Birán en la provincia de Oriente.

 

 Lina y sus hermanos crecieron en el ambiente natural que da vida y obliga a sentir y apreciar el trabajo para adquirir conocimientos y resistir a la muerte. Era una jovencita cuando  se escuchó la descripción de su padre: “Esta muchacha, cará, si parece que tiene la fuerza de un rabo de nube”3) cuando la observaba serena, ante los gritos de los  grupos de los partidos políticos de la época, liberales y conservadores. 

 

Dominga al igual que otros familiares  se refería a ella con orgullo “era el vendaval, el genio, la energía”4). Su padre  la consideraba  ejemplo de una estirpe ancestral. Hábil para subir y montar a  caballo, aún aquellos corceles rebeldes para los que se requería destreza y valentía, que ella  poseía.

 

Aprendió nociones de la medicina natural  que le trasmitió su madre para curar a los enfermos,  por eso,  cuando alguien padecía de dolores u otros males  acudía a Lina, que  decidida  aplicaba los fomentos, o yerbas medicinales a su alcance, o  gestionaba para ver al médico más próximo.

Así la conoció Don Angel  servicial, y valiente hecha en el trabajo y el amor de Dominga y de Francisco, enfrentando las vicisitudes que le obligaban a aprender cada día más acerca de los quehaceres de una casa,  de la familia, y hasta de una hacienda.

 

Todos admiraban y respetaban  a Don Angel, Aquel  hombre, que vestía elegantemente y llamaba la atención por su manera de comportarse abierta y franca,  vivía solo, y Lina no estaba excluida de la observación.

  

Creadora de virtudes

 

Su temprana  madurez,, le ayudó a consolidar el matrimonio con Don Angel, que algunos consideraron difícil de enfrentar, y lo era, más, ante la fecunda unión, creadora de siete descendientes: cuatro mujeres; Juana, Angela, Agustina, Enma, y tres hombres: Ramón, Fidel y Raúl. Su diminuta figura, aparentemente frágil estaba  preparada para la  atención a una casa grande y hasta el aprendizaje de nuevas técnicas como fue velar por la administración de la hacienda y hasta  conducir el  auto de la familia.

 

Lina tenía el sabio criterio de prever  una crisis económica en el hogar. Colaboraba con todos, pero protegía y velaba la administración de la  economía familiar. Su sentido de la justicia y solidaridad  hacía  que siempre asistiera  al llamado de los enfermos, de cualquier familia del batey,  y asumía los gastos cuando se trataba de niños, de la localidad. Actos que repercutía en la formación de sus hijos quienes compartían por igual con los hijos de trabajadores, campesinos, e inmigrantes, españoles y haitianos.

 

Era respetada y querida,  se enfrentaba a los soldados del Puesto Militar, a quienes no permitía el trato injusto que daban a los campesinos y trabajadores. A través de la obra de Katiuska Blanco se conoce su intervención ante algunos hechos, indebidos, abusivos que los guardias cometían contra los trabajadores. Sus  hijos siguieron el mismo ejemplo que daba Lina, no admitían el maltrato a los trabajadores tampoco lo admitía don Ángel. 

 

En el hogar, la disciplina era un principio aplicado para lograr la  unidad, hacía compartir a los hijos, encontrarse, en  una mesa para comer juntos. Integraba a los dos hijos de  Ángel con su primera esposa, María Lidia y Pedro Emilio, esta fue una de sus enseñanzas. Otros familiares participaban también y algunas veces se vio necesitada de imponer mayor exigencia a la muchachada, entonces, aplicaba recursos  rígidos, que ayudaron a crear el hábito de acudir al placer  de reunirse, conversar, conocerse.

 

Ráfagas de la Guerra Civil de España

 

La  Guerra Civil española estuvo presente en Birán, durante los años 1936 a 1939 a través de  los comentarios de los españoles que trabajaban en  la hacienda, unos simpatizaban con los  militares, y  otros  con los republicanos, específicamente, Antonio García, anciano analfabeto, muy querido por Lina,  a quien su hijo Fidel leía la prensa y mantenía al día de los acontecimientos anunciados en la prensa. Los periódicos llegaban invariablemente a Birán, tales como  El Mundo, Información, El País, El Diario de Cuba. Los  sentimientos de Lina apegados a la justicia, no podían estar ajenos, resulta interesante la atención que ella dio al español antifascista, antimilitarista convencido, Antonio García.

 

Cuando Antonio enfermó, Lina lo cuidó, como la mejor de las  hijas hubiera cuidado a un padre,  Ella era su médico, enfermera, le daba sus medicamentos y alimentos. García fue  el primer simpatizante de los republicanos que estuvo más cerca de  sus hijos y de ella. Él  consideraba  a los curas de España aliados a los terratenientes y culpables de  todo lo que estaba ocurriendo. Sus opiniones  fueron ráfagas de la Guerra Civil Española, que entraron a  Birán.

 

La superación de la familia.

 

No se detuvo en lo que había aprendido, ella y Ángel continuaron de forma autodidacta perfeccionando  sus conocimientos, lo consideraba necesario para poder administrar la  hacienda. Leían las  noticias, que llegaban a través de la prensa, escuchaban a través de la radio, se les veía en las prácticas de la lectura y caligrafía.

 

Lina hablaba aplicando la filosofía natural que se obtiene mediante la experiencia y la observación. Consideraba que el dinero, la riqueza, los bienes materiales no constituían el futuro, destacaba la necesidad de saber y tener conocimientos. Ahí estaba el  futuro, reiteraba convencida.

Insistía en la superación de sus hijos. Estuvo de acuerdo en  separarlos de su regazo para que cursaran los estudios  en  Santiago de Cuba. Al principio no le fue fácil aceptar el sacrificio.

 

 Su capacidad para prever y convencer sobre la importancia de la superación, hizo que vencieran  todas las dificultades  y contradicciones,  y sus hijos continuaron  los estudios en la ciudad. Tomó  la decisión, de apoyar a su hijo Fidel que anhelaba alcanzar los estudios universitarios;  y de convencer a don Ángel para que los demás regresaran a Santiago y luego a La Habana.  

 

 

Se enfrentó con entereza al sacrificio en su consagrado deber de madre. Sus hijos: Ramón, Fidel y Raúl, tuvieron  vidas plenas de luchas, principalmente en los tremendos años de la década de 1950, y otras acciones ocurridos en la década de 1940, en el ámbito de América Latina, en las que estuvo presente Fidel: La expedición de Cayo Confites y la histórica revuelta ocurrida en Bogotá, uno y otro hecho,  repercutieron en el mundo y en la familia, que se comportó comprensiva, ante los ideales de su hijo.

 

En 1953 reaparecía la  etapa insurreccional en Cuba, la continuidad de la lucha truncada en los dos últimos años del siglo XIX.  La madre ocultó su dolor ante el peligro que corrían sus hijos y actuaba serena. El 26 de julio de ese año,  Raúl y Fidel  estaban entre los asaltantes al Cuartel Guillermo Moncada.  Los soldados también estaban buscando al otro hijo, Ramón. Fue Angelita la que valientemente salió hasta Santiago y regresó con la noticia ¡Están vivos!

 

En la hacienda  sufrieron represión, acoso. Lina no podía olvidar  cuando la Guardia Rural entró a la Casa buscando a sus hijos, y diciendo que tenían que presentarse  en  la Jefatura Superior de Marcané  Había comenzado el suplicio, la angustia.

 

 “El viejo lloraba con desolación frente a la imagen del Sagrado Corazón, imploraba una y otra vez por la salvación de sus hijos. Lina soportaba el dolor sin dejarse arrastrar (…) Ella contenía las lágrimas y lo consolaba, asegurando que sus hijos saldrían con vida, mientras su interior se conmovía y vibraba exaltado por la duda. Las imágenes pasaban por su mente con una persistencia de goteo incesante desde que las noticias del asalto al Cuartel Moncada habían llegado a la finca y Lina, para calmar a don Ángel, le repetía una y otra vez: “Son hombres, viejo, son hombres.”

 

5) Luego, asistió a aquel juicio que trascendió y pasó a la Historia de América, Lina estuvo serena, fuerte. Al ver a Fidel, extendió los brazos y rompió el cerco de metralletas y hombres uniformados y abrazó a su hijo. Después la sanción, la cárcel, el desvelo intenso por sus vidas, la lucha junto al pueblo  por la amnistía, y en 1955 la excarcelación y el exilio en México. Tiempos muy difíciles para ella en que la familia fue asediada, vigilada. En este año, 1956, Don Ángel enfermó, y  falleció, se  había implantado el terror en Cuba.

En noviembre de 1956, desde México llegó aquella noticia, que presentía  cercana: su hijo  Fidel daba a conocer que ese año  serían libres o serían mártires; Añoraba estar a su lado, abrazar también a Raúl, el más pequeño de los tres hijos. Y pronto llegó la noticia del desembarco. El Granma los combates, la persecución. Y de nuevo  la incertidumbre, de si estaban vivos o muertos. La búsqueda de información. Las detenciones, declaraciones, y llegó la noticia. Esta vez  fue Ramón quien salió hasta Santiago y regresó  para decirle: ¡Están vivos!

 

Y desde lo más alto pelearon: en la Sierra Maestra, esas montañas hacían que Lina volteara su mirada al sur y rogara a la virgen, a todos los santos, y actuara, para verlos, para escribirles, para enviarles lo que necesitaran.

 

Después del desembarco  la casa de Birán estuvo permanentemente controlada, Lina visitó La Habana, pero, decidió regresar a Birán.  

Fue una cubana de mente ágil y profunda, se narra  en la obra  citada Todo el Tiempo de los Cedros, de Katiuska Blanco, que burlaba con prontitud a  los adversarios, así lo hizo un día en que al ser detenido el transporte donde viajaba,  desinformó  a los soldados que iban para Birán. En un diálogo rápido con ellos, les dijo  que tuvieran  cuidado porque en Birán había más de mil hombres y que situaron una  bomba de dinamita en la guardarraya. Que ella y su hermano lograron pasar dando  una vuelta de una legua gracias a una escolta rebelde que los guió. El oficial ordenó la retirada.  Su hermano Alejandro,  le  repetía a Lina “¡Mira que tienes pantalones!” 

 

6)  “Los años y los sufrimientos no habían logrado apagar la vivacidad de sus ojos a pesar de que ya no era la misma. Ante  los otros tenía una hidalguía de mástil,  pero se derrumbaba a penas se quedaba a solas, entonces se sorprendía de su tristeza, ante los más mínimos detalles de la vida que en otro momento su espíritu resistía casi sin inmutarse. Era rigurosa consigo misma al reconocerse frágil; sin percatarse de la entereza con que asumía lo difícil. Sus hijas se encontraban ausentes: Enma vivía en México, Agustinita estudiaba en Suiza; desde febrero de 1957, Angelita se encontraba en La Habana con: Maritza, Tania, Tony, Mayito e Ileana. Juanita también se había marchado a la ciudad con la idea de viajar a los Estados Unidos. Todas participaban y colaboraban o integraban el Movimiento. Por sus hijas era feliz. Enma incluso, le escribía con entusiasmo sobre sus amores con el mexicano Víctor Lomeli, un hombre de buenos sentimientos, dedicado al  trabajo como ingeniero naval.”

 

 

7)  En 1957, las amenazas contra Lina y su hijo Ramón, que participaba con el Movimiento 26 de Julio, eran contínuas. Se  publicó que los habían  asesinado. La noticia trascendió. En Cuba hubo manifestaciones de repudio  y críticas. El tirano se vio precisado a responder que no era cierto y se destinaron oficiales para  ofrecer  la seguridad de que no se realizarían represalias en la familia  residente en Birán.

 Lina, visitó el II Frente, Frank País, cuyo Comandante era su hijo Raúl, “…viajó a la Comandancia de Las Calabazas a fines de septiembre. Sentó a Raúl en sus piernas como si fuera un niño. Habló con él,  con la misma ternura del rocío o las sombras cálidas del cedro al dejar pasar la luz. Raúl confesaría después que casi muere ese día de tantas emociones…”

 

8) Regresó a Birán hasta el triunfo de la Revolución “…como uno de los troncos de Caguairán en el firme de lo que fuera la sombra de la casa grande de Birán. Su apariencia casi a los 55 años, seguía siendo pujante y resuelta…”

 

 

9) Mantenía  la esperanza de vivir el regreso de sus hijos.  La hacienda donde vibró la alegría de la familia grande y fuerte que ella y Angel forjaron, estuvo bajo su cuidado. Lina se preocupó por mantener sus costumbres, cuidar los naranjales, cedros. Se entregó al sostenimiento de aquello que con tanto amor, trabajo y sacrificio habían creado. Su victoria también fue la  del 1ero de enero de 1959. Participó, apoyando a sus hijos, en las trasformaciones de los primeros años de la Revolución. Conoció y experimentó las angustias de las madres que perdieron sus hijos, en la fracasada invasión mercenaria que organizó el Gobierno de Estados Unidos por Playa Girón; Jóvenes cubanos cayeron defendiendo la Revolución Socialista.

 

Y se indignó ante los actos terroristas que se gestaron desde Norteamérica contra el pueblo cubano. Lina también conoció  los momentos de peligros durante la Crisis de Octubre de 1962, y la heroica respuesta del pueblo.

 

Vivió  días felices como cuando se aprobó la Primera Ley de Reforma Agraria, y cuando Cuba fue declarada Primer Territorio Libre de Analfabetismo.

 

 La presencia de los nietos, relevo natural de la vida, alegró  momentos de estos años en Birán.         Falleció el 6 de agosto de 1963.

 

     

Lina Ruz González Seguirá siendo  vendaval,  genio, energía, ternura, firmeza, dignidad, y valentía prolongada  hacia el infinito de la Historia de su patria, porque fue  defensora del único sendero decoroso y firme, lo cual dejó escrito el 7 de agosto de 1958, en una carta  a su hijo Fidel,   testamento  fiel  de los ideales.

 

He aquí la carta:

 

7 de agosto de 1958.

 

Querido e inolvidable hijo  

 

  Ruego a Dios de todo corazón que al recibo de estas líneas y siempre, te encuentres gozando de una perfecta salud y que la buena suerte sea como hasta ahora tu eterna e inseparable compañera. Por aquí todos bien. G.A.D.

 

Te diré que tu hermano mayor fue a España, por iniciativa propia y voluntaria, yo me alegré mucho con ese viaje ya que ha trabajado mucho en estos años y en realidad necesitaba de ese descanso. Estoy muy contenta porque también Agustinita hizo un viaje muy favorable a Suiza para estudiar un año en un Colegio de ese País, todo esto cotizado por un buen señor que te admira mucho y quiso ayudarla.

 

Adjunto a esta carta te mando una foto donde estamos tu hijo y yo, esto fue a principios del mes de Abril que fui a visitarlo, como podrás ver está grandísimo y muy bonito, que Dios quiera tenga tus mismos ideales y tu gran valor.

 

Tengo siempre muy buenas noticias de mi otro hijo pues como está más cerca se me facilita mejor que las que recibo de ti.

 

Todos los días y a todas horas rezo y le pido al Señor porque muy pronto podamos abrazarnos todos juntos y llenos de felicidad, rodeados de la LIBERTAD que tanto amas al igual que todos los cubanos bien nacidos y que tengan un átomo de grandeza, decoro e idealismo. Toda madre se siente orgullosa de sus hijos aunque estos no tengan más virtud que las de ser sus hijos y nada más, pero ese no es mi caso, pues tengo en Uds. más que a mis hijos a los héroes imborrables de toda una juventud y de todo un pueblo que tiene cifradas sus esperanzas y su fe en aquellos que salieron de mis entrañas y a los cuales vi crecer  bajo la mirada que sólo tenemos las madres, hasta llegarse a forjar su propio camino recto y sin manchas y al mismo tiempo les indicabas a tus hermanos (los cubanos) el único sendero decoroso y firme que sin duda es el que están siguiendo en estos momentos.

 

 EL DE LA REVOLUCIÓN LIMPIA Y JUSTICIERA, por eso es que me siento doblemente orgullosa de mis hijos que son Uds.

 

Te pido de todo corazón que me escribas unas líneas cuando puedas pues me alegrarán mucho y me darán mucho más valor.

 

Sin más  por el momento me despido de ti con todo el cariño de una madre que desea verte pronto y que jamás te olvida.

 

Que Dios te bendiga.  10        )

 

                                                                                    Lina

 

Fuentes:

1-Katiuska Blanco Castiñeira, Todo el tiempo de los Cedros,  Editora Abril 2003 pp. 390 y 391

2- idem, p.61

3-idem p61

4-idem p. 63

5-idem pp. 307-308

6-idem p 378-379

7-idem p.389

8- idem 383

9- idem 390

10-idem pp. 390-391-392

Otras fuentes

-Katiuska Blanco Castiñeira, Ángel, la raíz gallega de Fidel Casa Editora Abril, 2008

-Ignacio Ramonet, Cien horas  con Fidel, Publicaciones del Consejo de Estado

- Fidel Castro, La Victoria Estratégica, Publicaciones del Consejo de Estado

tatu una historia de amor medicinal e internacionalista

Las Embajadas Norteamericanas en el mundo son oscuros rincones donde se confabula y  donde se socava la democracia. Eladio González,  toto   http://sphotos.ak.fbcdn.net/hphotos-ak-snc3/hs379.snc3/24255_103825826315814_100000651910720_105881_5933502_n.jpg  

                                                  

Extienden labor social médicos argentinos graduados en Cuba

Los integrantes de la Propuesta Tatú, nombre utilizado por el Che en la guerrilla del Congo, han atendido gratuitamente a más de 24 000 pacientes

Juventud Rebelde
digital@juventudrebelde.cu
18 de Diciembre del 2010 19:30:50 CDT

BUENOS AIRES, diciembre 18.— Médicos argentinos graduados en Cuba e integrantes de la Propuesta Tatú atendieron gratuitamente hasta el momento a más 24 000 pacientes de barrios humildes de esta capital y la provincia de Buenos Aires, reportó PL.

En las 18 misiones emprendidas hasta ahora se entregaron además 20 000 medicamentos, muletas, plantillas y botas ortopédicas para niños, ropa, calzado y alimentos, aseguró el coordinador del proyecto, Gino Straforini.

La más reciente tarea acometida por Propuesta Tatú —nombre utilizado por el comandante Ernesto Che Guevara en la guerrilla en el Congo— ha sido bautizada como Valle Grande y se desarrolla en una toma de tierras en Longchamps, Buenos Aires, donde residen 7 000 personas, incluidos 1 880 niños.

Según comentó Straforini, los habitantes del lugar carecen de asistencia sanitaria, servicios básicos como electricidad, agua potable y alcantarillado, y tienen pensado construir una sala de atención médica con el apoyo de movimientos sociales y territoriales.

Straforini destacó la incorporación a este proyecto solidario y humanista de jóvenes egresados de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, así como el apoyo brindado por especialistas en Cardiología de hospitales porteños y bonaerenses.

Encomió además el respaldo recibido del Sindicato de Visitadores Médicos y de donantes de Francia e Inglaterra, lo cual les ha permitido llevar adelante su labor.

Refiriéndose a algunos de los logros conseguidos por la Propuesta Tatú, mencionó el montaje de un sistema de salud en la Villa 20 (en una toma de tierras a la Policía Federal) y la construcción de una sala médica en la localidad bonaerense de Palumbo.

En la llamada Villa Cartón pusimos en funcionamiento cinco consultorios que se habían construido allí y estaban clausurados y logramos, mediante una apelación judicial, que el gobierno porteño se viera obligado a destacar allí a un grupo de médicos, abundó.

El diálogo con Straforini con PL transcurrió durante un acto en homenaje al aniversario 53 de la Revolución Cubana en el cual intervino Martina Ochoa, egresada en la promoción 2008 de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).

Desde Propuesta Tatú, explicó la joven galena, rescatamos los sueños y los objetivos de (Che) Guevara, su lucha anticolonialista, su visión antiimperialista, su actitud anticapitalista y su objetivo de construcción de una sociedad verdaderamente humana.

En Cuba, subrayó, nos incorporamos a una sociedad cuyo modelo es incluyente, desde la cultura, la salud, lo humano, hasta las relaciones sociales, y a un modelo de vida generoso y solidario que nos ha permitido hoy ser graduados universitarios.