Primera Mención de Honor Narración
Certamen Literario “Los Grandes Cuentan la Historia”
Edición 1999, otorgado por la Dirección General de Tercera Edad.
MI NUEVA MORADA
1ª parte
Está bien que soy un corazón sano y fuerte, pero hace pocas horas que mi querido Marcelo no para de correr. ¡ Claro ¡ El no cuenta con mi esfuerzo. Viene la sangre y se mete en mis aurículas y tengo que estar atento para que salga rápidamente por mis ventrículos y así una y otra vez sin parar un segundo y no solamente yo tengo que trabajar, todas las venas y arterias que me corresponden también están recargadas de trabajo. A pesar de que estoy apretujadito, mi miocardio es poderoso. Todo el tiempo estamos trabajando, no paramos ni un momento. Pun pun, pun pun, pun pun.... y así constantemente.
Terminó el partido, hasta mí llega la frescura del agua. Marcelo se está duchando y canta la marchita de su club. Se apura para llegar a casa, tiene tanto hambre que no ve el momento de sentarse a comer. Ahora estamos más tranquilos.
–Humm, hum ¡ Qué rico mamá ¡ Me encantan los bifes como los hacés vos. ¡
Hoy nos fue fenómeno ¡ Le metimos cinco goles al otro equipo.
– Comé despacito hijo...
Estoy muy contento en éste pecho tan fuerte, delante de mí está mi amigo el esternón y por detrás una columna poderosa y que cuento de los pulmones, soplan y resoplan sin parar un instante. Tengo otros vecinos, pero un poco más lejos siento el hígado removiéndose y los intestinos revoltosos. Y yo aquí me siento como un motor. No puedo, no debo parar nunca. Ese es mi destino, seguir tragando sangre y lanzarla nuevamente con la misma fuerza. Todo debe ser muy regular. Cuando Marcelo duerme yo estoy un poquito más tranquilo.
Todo lo que ocurre en este pecho lo siento y también recibo los movimientos que se producen afuera. ¡Que contento está Marcelo con el triunfo de su equipo! Hoy muy temprano subió a la moto, la puso en marcha y salió disparando.
-¡Otra vez me agarró el semáforo! ¡Dale ganso: ¿Cuándo querés llegar, mañana?
(....) ¡ Y este idiota que no se apura..!
Yo estaba asustado, la sangre me entraba rápido y rápidamente tenía que salir. ¡Oh qué sobresalto! Pun pun, pun pun..
El miocardio se encogía y se aflojaba con exceso de velocidad...¿Qué pasa, qué fue ese ruido terrible? ¡ Oh...Marcelo! ¿Qué has hecho? ¿Dónde estamos?
Algo se ha roto cerca de mí. Siento el calor de la sangre que resbala por la garganta. ¿Y esos gritos? Marcelo algo muy grave nos ha sucedido. Ya no estamos en la moto. Pude sentir el golpe del cuerpo contra un auto. Aquí dentro solo hay gemidos. Es un desorden total. Ya no estamos todos en su lugar, hasta el fuerte esternón está roto. El fuerte esternón de Marcelo lo tengo encima mío ¿Qué pasa con la sangre que viene tan poquita? Tengo que batir mis aurículas y ventrículos. ¡No puedo parar nunca! ¡Qué cansado me siento! A mi alrededor todos trabajan despacito. La sangre no corre con velocidad. Todo esto es muy raro. Apenas se contrae mi miocardio. La sangre calentita ya no pasa rauda dentro de mí. Alguien nos pone en un lugar muy tibio. ¡Marcelo! ¡Marcelo! ¿Qué has hecho contigo? Yo presentí que algo nos iba a pasar. He perdido casi toda mi fuerza. ¿Qué será de ti? ¿Qué será de mí?.
IIª parte
Plop... plop...plop...¿Qué están haciendo conmigo? ¿Qué pasó? ¿Marcelo se habrá dormido? ¡Ay, cuántos pinchazos! ¿Quién me lastima así? ¡Qué silencio!
¿Qué habrá pasado? ¿Me habré dormido? ¿Dormido?. Dormido no, nunca me dormí en mi vida.
Personas extrañas dicen cosas:
- Tijeras
<![if !supportLists]>- <![endif]>Gasas
<![if !supportLists]>- <![endif]>Tijeras
<![if !supportLists]>- <![endif]>Gasas
<![if !supportLists]>- <![endif]>Sutura
<![if !supportLists]>- <![endif]>¡Control!
<![if !supportLists]>- <![endif]>¡Presión!
Manos suaves, muy suaves me mueven de aquí para allá. Siento el calorcito de la sangre que está entrando en mis ventrículos. Soy como una bomba que estuvo parada y ahora vuelve a funcionar aspirando y expeliendo, aspirando y expeliendo.
Otra voz extraña:
<![if !supportLists]>- <![endif]>¡Cerramos!
<![if !supportLists]>- <![endif]>¡Cerramos!
Qué agradable calor pero...¿dónde estoy?
Otra vez la voz extraña.
-¡Vamos Mariano ! ¡Fuerza, ya terminamos!
¿Pero, por qué dicen Mariano? ¿Qué es esto? ¿Estoy en otro lugar?
Otra vez la voz de la persona que daba órdenes.
- ¿Qué tal doctor Fava, ¿todo en orden?
- Perfecto doctor. El transplante salió impecable. Vea el pulso. Pun pun, pun pun, pun...
El dador es un joven muy fuerte y este corazón tiene cuerda para rato.
¡Están hablando de mí! Ahora me doy cuenta: ¡He sido transplantado! No estoy más en el pecho de Marcelo, ahora mi labor es en el pecho de Mariano. Siento que me han cosido y recosido; pero a pesar de este cambio nada me molesta. Debo reconocer que en el pecho de Marcelo todo se movía con mucha fuerza, pero aquí es diferente, los pulmones no son poderosos, no tiran tanto aire, y habrá que ayudarlo. ¡Pobre Mariano! Debe sentir que le cambiaron el motor. La sangrecita entra a mis ventrículos no con mucha fuerza, pero yo contraigo mi miocardio y ¡zas! La mando a los ventrículos y con todo el vigor que puedo la envío a los pulmones y ellos tendrán que moverse.
Todo este cambio me tiene sorprendido, pero no estoy triste, solo fascinado.
Es la voz de Fava, está al lado nuestro.
- Vamos a ver jovencito, además de darle gracias a Dios...
- Hui...Hui... ¿Doctor Fava no se va a reír si le digo lo que pienso?
Siento como si me hubieran puesto un amigo en mi pecho, un buen amigo que me está ayudando a seguir viviendo....
¡Mariano! Qué dulzura hay en su voz, los sonidos me llegan clarísimos y me aceleran todas las válvulas. ¡Estoy muy emocionado...!
- Así es Mariano, tenés que quererlo y cuidarlo porque van a estar juntos toda la vida. Mariano conmovido suelta un sollozo.
Una voz se acerca a la cama llorando bajito.
- ¡Gracias, Dios mío! ¡Hijo querido! ¡Gracias a esa buena mujer!
Alguien se la lleva de nuestro lado.
¿Cómo estará la familia de Marcelo? Seguramente llorando, en cambio la familia de Mariano sólo agradece el milagro, la aventura de poder seguir viviendo. ¿Y yo, no pensaron en mí? ¿Nadie preguntó si yo queria entrar en el pecho de Mariano? Las suaves manos que me levantaron para entrar en el pecho de Mariano vinieron a ver la herida, toda cosida y recosida.
Yo sigo trabajando Pun pun, pun pun, pun pun...
Apenas siento la voz del dueño de mi nueva morada.
¡Parece que se dirige a mí..!
- ¡Sos mi nuevo corazón! ¡Tanto esperé! Ya te amaba antes de tenerte. Lástima que mi alegría no sea completa. Otra persona se fue de la vida y me dejó su corazón, fuerte y saludable. Yo te recibo con alegría y te prometo que te cuidaré todo el tiempo que estemos juntos. ¡Gracias por haber venido a mí...!
Mi respuesta es la de siempre, sólo sé contestar con mi único sonido. Pun pun, pun pun, pun pun, pun pun ...
IIIª parte
Pasaron varias semanas. Una mañana Mariano despertó feliz, durmió toda la noche apaciblemente. Yo también descanso más de noche, me siento menos exigido. La mamá de Mariano dijo...
¿Pero qué estoy diciendo? ¿Cómo la mamá de Mariano? Ahora es también mi mamá. ¿cómo es mi nueva vida? Estoy confundido.
Tengo que resolver mi identidad. ¿Quién dijo que la memoria está sólo en la cabeza? No sé bien qué me pasa. ¿Acaso extraño a Marcelo? En realidad después del horrible golpe que sufrió, sólo yo quedé vivo, todo lo demás se lo llevaron lejos. Debo estar atento, mi labor no tiene reposo, día y noche. Pun pun, pun pun, pun pun, esa es mi tarea. También yo percibo el movimiento de este cuerpo, a veces me sorprende. Hoy hay una actividad extraña en la casa. Mariano está excitado. La sangre entra por mis aurículas y sale por mis ventrículos con rapidez. A mi miocardio nunca le gustaron mucho los apurones. Mariano, recostado en el sillón conversa con su mamá. Desde que me trasladaron a esta nueva morada, soy el tema que más se comenta.
- Mariano, mi amor, deseo que estés totalmente de acuerdo...¿No te importa si viene a visitarte la mamá de Marcelo?
Mamá, yo no pienso en mí, pero pienso en ella. ¡Qué momento! Nunca vi a esa buena señora... pero ¿y si se pone muy mal? ¿Cómo creés que se sentirá? Yo un extraño, tengo en mi pecho el corazón de su hijo.
Las voces fueron muy claras, va a venir la mamá de Marcelo.
Estoy despavorido. Voy a poder sentir cerca de mí su cuerpo y seguro los besos que le dé Mariano llegarán hasta mí. Tengo que hacer un gran esfuerzo por serenarme. ¡Llegó el momento!
Estaríamos juntos, Mariano conmigo y mis dos mamás.
Chirrían las puertas y siento que las dos mamás dicen cosas muy hermosas.
¡Querida señora! ¡Qué alegría me da, haya venido a visitar a Mariano! El la está esperando con todo su agradecimiento.
Estan llorando y abrazadas con muchísima ternura.
Mi mamá, la que me tuvo en su panza, abrazó suavemente a Mariano y yo sentí todo el calor de su amor que llegaba hasta mí y me acariciaba igual como lo hizo miles de veces cuando yo estaba en el pecho de Marcelo.
Creo que toda esta emoción tan sublime nos ayudó a todos.
Qué raro sortilegio, el no haberme desperdiciado, cuando se produjo el desgraciado accidente.
El gesto noble de mi mamá, trajo felicidad a la familia de Mariano.
¿Y yo? Yo también soy feliz porque estoy vivo, sigo viviendo y siempre atento: Pun pun, pun pun, pun pun ....
FRANCISCA CÁNOVAS