miércoles, 18 de julio de 2012

Che Guevara combate en Gaeles Irlanda Jim FitzPatrick Shannon Galaway Lynch Blakes IRA

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     El Che combate en Gaeles

  LUNES, 08 DE JULIO DE 2012 06:34

Por: Manuel E. Yepe

El diario The New York Times publicó el 3 de julio un artículo con la firma de Maureen Dowd titulado “Guerrilla Gaélica” que demuestra por sí solo el grado de obsesión y pánico que aún provocan en la reacción la imagen, las ideas y la profundidad con que se inserta el ideario de Ernesto Che Guevara en los pueblos, no sólo del Tercer Mundo sino también de los países ricos de la periferia imperial.

En el artículo se habla de Bill Cameron, un entusiasta político local del Partido Laborista, miembro del Concejo de Galway City, población del Oeste de la República de Irlanda, quien nunca imaginó verse involucrado en un conflicto internacional.

La historia, según la cuenta Bill Cameron, comenzó en 1960 cuando el avión en que viajaba Che Guevara de Moscú hacia Cuba hizo una escala técnica en el aeropuerto irlandés de Shannon, para reabastecerse de combustible, y la estancia se prolongó algunas horas a causa de una intensa niebla.

Fue en tal circunstancia que el Che visitó brevemente un pub, característico bar británico, en la población costera de West Clare, cerca del aeropuerto.

Allí, Che fue atendido por un joven cantinero dublinés de nombre Jim FitzPatrick, quien dice haberle servido al Che aquella noche una copa de whisky irlandés y haber sostenido con él un diálogo que lo impactó vivamente. El líder guerrillero le dijo que era descendiente de irlandeses y le comentó que sus ascendientes eran Lynches de Galway y que admiraba a los revolucionarios irlandeses que ayudaron a Irlanda a “sacudirse las cadenas del imperio”.

Cameron ha estado divulgando y promoviendo la idea de que “el doctor Che Guevara Lynch” -como le llaman sus seguidores en Irlanda- es “galwegiano”, descendiente de los Lynches y los Blakes, dos de las 14 tribus originarias de Galway, importantes familias de comerciantes que en el pasado rigieron la ciudad.

Según Cameron, Patrick Lynch emigró a Argentina a mediados de los años 1700 y se estableció en Buenos Aires. “Che es parte de la diáspora irlandesa”, asegura con orgullo.

El artículo del NYT hace notar que la abuela de Che Guevara, Ana Isabel Lynch, y su padre, Ernesto Guevara Lynch, dijeron en una entrevista en 1969 que “lo primero que se nota en las venas de mi hijo es que fluye sangre de rebeldes irlandeses”.

Cameron concuerda: Estoy seguro que el Che estudió las tácticas guerrilleras del IRA (Ejército Republicano Irlandés, por su sigla en inglés), de la misma manera que lo hicieron los rebeldes Mau Mau de Kenia.

Sin embargo, todo empezó a complicarse para Cameron a partir de que propuso la construcción del monumento en honor de Che Guevara o “nuestro Che”, como lo llama Cameron, quien, al fundamentar la propuesta, lo calificó de famoso hijo de Hibernia (Irlanda, para los antiguos romanos).

El pasado año, el Concejo aprobó con su voto la construcción del monumento en honor del Che y Cameron afirma haber recibido promesas de aportes para su ejecución de las embajadas de Argentina y Cuba en Dublín. “Estoy seguro que el monumento atraerá a visitantes de Latinoamérica”, auguró Cameron.

El arquitecto Simon McGuiness y el artista dublinés Jim FitzPatrick –que no es otro que aquel joven cantinero que en 1960 conversó con el Che en el pub de West Clare- realizaron un proyecto artístico tridimensional interactivo del monumento, llamado a constituir un “homenaje total al hombre, la imagen y el ideal, forjando tres planos en cristal de diferentes colores con la icónica imagen del Che, según McGuiness.

Cuando la prensa hizo públicos los planes acerca de la construcción del monumento “se soltó el infierno”, dice Cameron.

En Washington, la ultrarreaccionaria representante republicana por la Florida y presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara, Ileana Ros-Lehtinen, enfureció. Le envió un hosco mensaje al Primer Ministro de Irlanda, Enda Kenny, llamando al Che “asesino masivo y violador de los derechos humanos”. Se sumó la prensa corporativa a la ofensiva condenando el “monstruoso proyecto” hasta provocar que el alcalde saliente de Galaway, y varios más en el Concejo, se retractaran alegando desconocimiento de las particularidades del proyecto, lo que determinó su paralización.

Cameron protestó, argumentando que no se debe permitir que Ileana Ros-Lehtinen y sus locos compinches sureños republicanos vengan, con su agenda miamense-cubana, a dictarnos cómo deben ser las cosas en la política de Galway. Cameron ahora espera que el Concejo de Galaway reasumirá prontamente el proyecto del memorial al Che. “Lo esencial es que se conozca que el Che llevaba sangre irlandesa en sus venas y acerca de su conexión con Galway”, concluye.

 

 

http://www.discrepando.com/index.php?option=com_content&view=article&id=2774:el-che-combate-en-gaeles-&catid=98:lo-mas-leido&Itemid=544

Iniciativa Buenos Aires - Declaración principios de orientación política Roberto Páez González Cristina Fernandez de Kirchner polit1

Iniciativa por Buenos Aires, siguiendo la consigna de Unión, Organización y Solidaridad, manifiesta su deseo de ser factor de unidad, extender su capacidad de consulta a todo el kirchnerismo, ayudar a generar fuerzas de proposición en la Ciudad de Buenos Aires, participar en la batalla cultural y en las movilizaciones populares y apoyar a las agrupaciones que aspiran a que la Capital Federal sea parte del Proyecto Nacional y Popular que lideraCristina Fernández de Kirchner.

 

 

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DE ORIENTACIÓN POLÍTICA

 

INICIATIVA POR BUENOS AIRES

 

Milita -desde la Ciudad de Buenos Aires, República Argentina- por la unión latinoamericana, apoyando los procesos de convergencia e integración, tales como la Unasur, el Alba, el Celac y el Mercosur y los logros democráticos, cultural y económicamente independientes de los países de Nuestra América, así como las luchas políticas solidarias de nuestros pueblos en pos de la realización de la Patria Grande.

1. PROYECTO NACIONAL. Argentina se reencuentra con su inserción suramericana. La justicia social, el espíritu democrático y la soberanía política constituyen juntos el punto de partida del resurgimiento de la libertad y la igualdad en la perspectiva de una sociedad animada por principios de un socialismo nacional y latinoamericano. De cara a nuestra historia, rechazamos todos los genocidios habidos y nos sentimos involucrados por el federalismo originario de la República. Condenamos todas las expresiones de racismo y xenofobia y las discriminaciones por razones de religión, género, color de piel u otras, entendiendo que es una responsabilidad del Estado garantizar su erradicación, con una prédica laica y leyes democráticas que protejan la igualdad de derechos. Proponemos que los ciudadanos puedan compartir una visión humanista, porque nadie es instrumento de los demás y todos somos responsables de nuestros actos.

 

2. LA INDEPENDENCIA CULTURAL. Es indispensable para el proyecto nacional, que requiere un pensamiento auténtico, un enfoque de los problemas nacionales a partir de nuestra realidad, sin perjuicio de aprovechar todas las conquistas intelectuales de la humanidad.

 

3. LA INDEPENDENCIA ECONÓMICA. Es la base material e intelectual con la que podemos producir, distribuir y consumir bienes y servicios, tomando como referencia prioritaria los intereses del pueblo argentino en materia de equidad, responsabilidad y satisfacción de nuestras necesidades materiales y espirituales, y poniendo nuestros recursos naturales al servicio del hombre y no de la especulación. La independencia económica debe permitir alcanzar las metas de una industrialización adecuada al crecimiento del mercado interno y el pleno empleo, como bases estables del bienestar social. No se la puede lograr sin la intervención del Estado democrático que está fortaleciendo esta orientación.

 

4. LA REVALORIZACIÓN DE LA POLÍTICA. La democracia se ejerce según la Constitución -si bien ésta puede ser reformada- pero también mediante la movilización participativa de los ciudadanos. El 54,11% de votos a favor de la Presidenta es una muestra de esta revalorización. Y las nuevas ganas culturales expresadas en los festejos del Bicentenario, el pesar colectivo por el fallecimiento del expresidente Kirchner y las constantes manifestaciones por los derechos humanos y otras conquistas en los últimos años aseveran que la voluntad popular gusta de expresarse de manera directa en los espacios públicos sin ser un apéndice de marionetistas burocráticos, ni como idea abstracta de la voluntad, sino como voluntad que expresa los deseos de felicidad del pueblo.

5. LA INCLUSIÓN SOCIAL. La revalorización de la política y el espíritu participativo tienen las metas de la lucha inmediata por la inmediata inclusión de todos los argentinos, erradicando a corto plazo la indigencia y la pobreza, mediante la redistribución del ingreso, las reformas legales relativas a la tenencia de la tierra, el uso social y ambientalmente justo de los recursos naturales, la previsión de la soberanía alimentaria, la equidad de género, la educación y la salud públicas, mediante la adecuación de los instrumentos legales, actividades institucionales del Estado y políticas de participación democrática de los ciudadanos.

6. LA PROMOCIÓN DE MUJERES, TRABAJADORES Y JÓVENES. Porque es preciso que se produzca un transvasamiento generacional, social y de género en la vida pública, partiendo del mejoramiento inmediato de sus condiciones laborales, educativas y de existencia en general; para lo cual también hace falta la expresión de la solidaridad intergeneracional que cuide de ancianos y niños con la alta calidad de la protección social que el Estado y la comunidad deben asegurar.

 

7. LA PROTECCIÓN DE LA NATURALEZA Y LA PRECAUCIÓN ECOLÓGICA. Estando en Buenos Aires o recorriendo el país y aun el mundo, el ciudadano de Buenos Aires puede y debe tener un rol social y personal en la defensa del medio ambiente. Después de dos siglos de desarrollo industrial en el mundo -sin conciencia ecológica, depredatorio del entorno natural- tenemos que ser conscientes de las amenazas ya planteadas y oponernos a la merma de la calidad de vida humana a la que se llega por su degradación. Es preciso impulsar un crecimiento económico y líneas de investigación en ciencia y técnica aplicadas que se atengan al principio de precaución ecológica y que respeten a la naturaleza.

 

8. LA CIUDAD DE BUENOS AIRES ES NUESTRA CAPITAL FEDERAL. La Ciudad no puede vivir dándole la espalda al país, sino que debe servirlo como una vitrina de las calidades y atributos de nuestros territorios y poblaciones, favoreciendo el conocimiento mutuo. También, la nuestra es una capital latinoamericana que puede vivir con orgullo y respeto las relaciones de fraternidad con nuestros compatriotas de la Patria Grande.

9. LA CONCIENCIA NACIONAL. Tener conciencia propia en la Ciudad de Buenos Aires es ser de Buenos Aires y defender una conciencia nacional. Lo otro, tanto en la historia, como en la realidad actual, no es más que disfrutar del gozo semicolonial de vivir en una factoría rica (o menos rica) haciéndole el caldo gordo a los poderes fácticos, con el cortoplacismo egoísta del sálvese quien pueda.

 

 

Viviana Gómez - Roberto Páez González

 

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Homenaje a Nicolás Guillén    (Escrito en 2007)

 

L I T T L E      R O C K         Salvador Capote

 

     Cuando la fiebre del oro en California, una pequeña roca a orillas del Arkansas sirvió de punto de referencia a los que viajaban por tierra desde Memphis (Tennessee) para el paso del río, y para las embarcaciones que lo remontaban desde el Mississippi ("el viejo río hermano de los negros") para iniciar, hacia el oeste, el "Fort Smith – Santa Fe Trial", la Ruta de Arkansas.

 

     Un siglo más tarde, en 1957, Little Rock, la ciudad surgida en el sitio, serviría también como punto de referencia de otra fiebre, la fiebre racista, que se extendió por todo el sur de Estados Unidos para impedir la integración de los niños negros a las escuelas públicas.

 

     Este año, aniversario 105 del nacimiento en Camagüey de Nicolás Guillén, y quincuagésimo de la "Central High Crisis", como le llaman en Estados Unidos a los sucesos de Little Rock, qué mejor para rendir homenaje al gran poeta cubano que sus propios versos.

 

                     "Un blues llora con lágrimas de música

                       en la mañana fina.

                       El Sur blanco sacude

                       su látigo y golpea. Van los niños

                       negros entre fusiles pedagógicos

                       a su escuela de miedo.

                       Cuando a sus aulas lleguen,

                        Jim Crow será el maestro,

                        hijos de Lynch serán sus condiscípulos

                        y habrá en cada pupitre

                        de cada niño negro,

                        tinta de sangre, lápices de fuego.

 

                       Así es el Sur. Su látigo no cesa."

 

     En 1999 se publicó un libro con sorprendentes revelaciones: "Bitters in the Honey". En él, su autora, Beth Roy, ofrece entrevistas realizadas a los que, entrando ya en edad de jubilación, fueron estudiantes blancos de la Little Rock's Central High School. La violencia racial de sus padres, de la que fueron testigos y en algunos casos participantes, marcó sus vidas para siempre con traumas, confusión, inseguridad, contradicciones, sentimientos de culpabilidad. "Betsy" –tenía entonces 16 años de edad- recuerda la escena que observó a través de la ventana de su aula en aquel septiembre de 1957: un grupo de hombres blancos perseguía a un periodista negro [del Amsterdam News de New York]. La maestra indicó a los niños que recitaran el "Pledge of Allegiance" (Juramento de Lealtad). "Yo estaba observando –relata Betsy- como lo perseguían a través de los jardines… y sabía, creía firmemente, que si lo atrapaban lo matarían. Y en aquel momento, mientras observaba y mientras recitaba el 'Pledge of Allegiance', con la mano puesta sobre mi corazón, pensaba que algo estaba mal. ¿Cómo podía estar sucediendo aquello en un país al que estábamos jurando lealtad? ¿Dónde estaba el error? Y esto dejó en mi una huella indeleble, puedo darme cuenta ahora. Es algo que nunca, nunca olvidaré." El libro de Roy ayuda a entender las complejidades del racismo, pues revela como los propios hijos de los victimarios suelen convertirse en víctimas.

 

     Si Orval Faubus, el gobernador de Arkansas que ordenó a la Guardia Nacional bloquear la entrada de la escuela a los nueve niños negros, hubiese escuchado a su padre, Sam Faubus, viejo militante del Partido Socialista, hubiera sabido que, como afirmaba éste: "El capitalismo es un fraude y ambos, los blancos pobres y los negros, son sus víctimas." Pero Orval Faubus era un renegado y había abrazado otra filosofía, la que expresó a un periodista del Arkansas Democrat-Gazette: "En política, como en la vida, la supervivencia es la ley primera". De esta cosmovisión faubus o faubusiana nos habla Guillén:

 

                "En aquel mundo faubus,

                  bajo aquel duro cielo faubus de gangrena,

                  los niños negros pueden

                  no ir junto a los blancos a la escuela.

                  O bien quedarse suavemente en casa.

                  O bien (nunca se sabe)

                  dejarse golpear hasta el martirio.

                  O bien no aventurarse por las calles.

                  O bien morir a bala y a saliva.

                  O no silbar al paso de una muchacha blanca.

                  O en fin, bajar los ojos yes,

                  doblar el cuerpo yes

                  arrodillarse yes

                  en aquel mundo libre yes

                  de que habla Foster Tonto en aeropuerto y aeropuerto,

                  mientras la pelotilla blanca,

                  una graciosa pelotilla blanca,

                  presidencial, de golf, como un planeta mínimo,

                  rueda en el césped puro, terso, fino,

                  verde, casto, tierno, suave, yes."

 

     Con la ley ("Voting Act") promulgada en 1965 que eliminó muchas de las restricciones para votar impuestas a los afro-norteamericanos, la carrera política de Orval Faubus llegó a su fin. Sus aspiraciones fallidas a la gobernación de Arkansas en 1970, 1974 y 1986 tuvieron que enfrentarse inutilmente al voto masivo de los negros.

 

     Qué dura debió ser para Faubus y sus iguales, la irrupción de los negros en la vida social de Arkansas, porque la intolerancia, la intransigencia, la hipocresía, la crueldad, el odio y la estrechez mental, consustanciales a la ultraderecha reaccionaria, están estrechamente ligados a la semiótica del lugar. El territorio de los elegidos es sagrado, y su carácter sacro se fundamenta en tradiciones, nostalgia del pasado, héroes, mártires, personajes mesiánicos, sangre derramada, profundos dolores, reales a veces y casi siempre supuestos. Un ejemplo bien conocido por los cubanos es el ghetto de Miami, el cual no puede ser contaminado por aquellos que no forman parte de los históricos, menos aún por liberales, socialistas, comunistas, …ni siquiera por demócratas. Todo el que aspire a pertenecer a los ungidos tiene que recitar diariamente las sagradas letanías.

 

     En muchas ciudades de Estados Unidos, sobre todo en las que se hicieron famosas por los linchamientos de negros, como Greensboro, en Carolina del Norte, se han creado recientemente Comités de Reconciliación. La intención, sin dudas, es buena, pero no es de esperar que logre algún efecto práctico. Dejando aparte el horror de la esclavitud (que para algunos es solo historia sin tener en cuenta que sus secuelas están todavía bien presentes), más de 5,000 negros fueron linchados en épocas posteriores y en muy pocos casos se hizo justicia, sin contar los, mucho más numerosos, que escaparon del linchamiento solo para ser condenados a muerte por tribunales y jurados racistas. El terror impuesto obligó a los afro-norteamericanos, durante decenas y decenas de años, a vivir en los peores barrios, a enviar a sus hijos a las peores escuelas, a tener que aceptar los peores trabajos, perpetuando así su ignorancia y su miseria. El progreso cultural, económico y político de los negros fue siempre controlado y limitado por los blancos mediante su dominio del sistema educacional, de las oportunidades de trabajo, de los medios de información y de opinión, de las fuerzas represivas y de los tribunales de justicia. Y lo peor es que los abusos y la discriminación están todavía muy lejos de haber cesado. El que quiera convencerse de ello sólo tiene que examinar la composición racial en las superpobladas penitenciarías de Estados Unidos y, en especial, en las galeras de los condenados a muerte. No basta con pedir disculpas, una verdadera reconciliación exige que se divulgue la verdad, que se restituya la justicia y que se ofrezca a las víctimas las reparaciones a que tienen derecho.

 

     Tiemblo al pensar en un mundo "todo faubus', como advirtió Guillén, o "todo bush" si actualizamos  la expresión.

 

                "Y bien, ahora,

                  señoras y señores, señoritas,

                  ahora niños,

                  ahora viejos peludos y pelados,

                  ahora indios, mulatos, negros, zambos,

                  ahora pensad lo que sería

                  el mundo todo Sur,

                  el mundo todo sangre y todo látigo,

                  el mundo todo escuela de blancos para blancos,

                  el mundo todo Rock y todo Little,

                  el mundo todo yanqui, todo faubus…

                                               Pensad por un momento,

                  Imaginadlo un solo instante.

TB outbreak in Florida the worst in twenty years kept secret ¡¡ poor cubans !! ex1

Worst TB outbreak in Florida in 20 years kept secret

Thursday, 12 July 2012 14:56 Palm Beach Post

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State rushes closure of its only TB hospital in Lantana

By Stacey Singer

From the Palm Beach Post

JACKSONVILLE - The CDC officer had a serious warning for Florida health officials in April: A tuberculosis outbreak in Jacksonville was one of the worst his group had investigated in 20 years. Linked to 13 deaths and 99 illnesses, including six children, it would require concerted action to stop.

That report had been penned on April 5, exactly nine days after Florida Gov. Rick Scott signed the bill that shrank the Department of Health and required the closure of the A.G. Holley State Hospital in Lantana, where tough tuberculosis cases have been treated for more than 60 years.

As health officials in Tallahassee turned their focus to restructuring, Dr. Robert Luo's 25-page report describing Jacksonville's outbreak — and the measures needed to contain it – went unseen by key decision makers around the state. At the health agency, an order went out that the TB hospital must be closed six months ahead of schedule.

Had they seen the letter, decision makers would have learned that 3,000 people in the past two years may have had close contact with contagious people at Jacksonville's homeless shelters, an outpatient mental health clinic and area jails. Yet only 253 people had been found and evaluated for TB infection, meaning Florida's outbreak was, and is, far from contained.

The public was not to learn anything until early June, even though the same strain was appearing in other parts of the state, including Miami.

Tuberculosis is a lung disease more associated with the 18th century than the 21st, referred to as "consumption" in Dickensian times because its victims would grow gaunt and wan as their lungs disintigrated and they slowly died. The CDC investigator described a similar fate for 10 of the 13 people who died in Jacksonville.

They wasted away before ever getting treatment, or were too far gone by the time it began. Most of the sick were poor black men.

"The high number of deaths in this outbreak emphasizes the need for vigilant active case finding, improved education about TB, and ongoing screening at all sites with outbreak cases," Luo's report states.

Today, three months after it was sent to Tallahassee, the CDC report still has not been widely circulated.

Backer of closing hospital didn't know

Meanwhile the champion of the health agency consolidation, Rep. Matt Hudson, R-Naples, said he had not been informed of the Jacksonville outbreak and the CDC's role as of Friday.

Told the details, the chairman of the House Health Care Appropriations Committee vowed that there would be money for TB treatment.

"There is every bit of understanding that we cannot not take care of people who have a difficult case of TB," Hudson said.

The governor's office asked a reporter to foward a copy of the CDC letter on Saturday, but did not comment by press time.

Treatment for TB can be an ordeal. A person with an uncomplicated, active case of TB must take a cocktail of three to four antibiotics — dozens of pills a day — for six months or more. The drugs can cause serious side effects — stomach and liver problems chief among them. But failure to stay on the drugs for the entire treatment period can and often does cause drug resistance.

At that point, a disease that can cost $500 to overcome grows exponentially more costly. The average cost to treat a drug-resistant strain is more than $275,000, requiring up to two years on medications. For this reason, the state pays for public health nurses to go to the home of a person with TB every day to observe them taking their medications.

However, the itinerant homeless, drug-addicted, mentally ill people at the core of the Jacksonville TB cluster are almost impossible to keep on their medications. Last year, Duval County sent 11 patients to A.G. Holley under court order. Last week, with A.G. Holley now closed, one was sent to Jackson Memorial Hospital in Miami. The ones who will stay put in Jacksonville are being put up in motels, to make it easier for public health nurses to find them, Duval County health officials said.

They spoke about CDC's report Friday, only after weeks of records requests from The Palm Beach Post. The report was released late last week only after a reporter traveled to Tallahassee to demand records in person. The records should be open to inspection to anyone upon request under Florida Statute 119, known as the Government in the Sunshine law.

TB strain spreads beyond homeless

In his report, the CDC's Luo makes it clear that other health officials throughout the state and nation have reason to be concerned: Of the fraction of the sick people's contacts reached, one-third tested positive for TB exposure in areas like the homeless shelter.

Furthermore, only two-thirds of the active cases could be traced to people and places in Jacksonville where the homeless and mentally ill had congregated. That suggested the TB strain had spread beyond the city's underclass and into the general population. The Palm Beach Post requested a database showing where every related case has appeared. That database has not been released.

It was early February when Duval County Health Department officials felt so overwhelmed by the sudden spike in tuberculosis that they asked the U.S. Centers for Disease Control and Prevention to become involved. Believing the outbreak affected only their underclass, the health officials made a conscious decision not to not tell the public, repeating a decision they had made in 2008, when the same strain had appeared in an assisted living home for people with schizophrenia.

"What you don't want is for anyone to have another reason why people should turn their backs on the homeless," said Charles Griggs, the public information officer for the Duval County Health Department.

Even the CDC was not forthcoming about the outbreak. An agency spokesperson declined requests from The Post when asked to make an expert available to discuss a CDC-authored scholarly paper on the possible origins of the Jacksonville outbreak, offering only general fact sheets on TB.

"After checking in with the Division of TB Elimination about your specific questions, they have suggested that you reach out to your health department," wrote Salina Cranor of the CDC's TB prevention office. . "They are really the best source for your questions."

"With TB it's a judgment call," said Duval County Health Director Dr. Bob Harmon in a telephone interview Friday, after the state's new surgeon general referred questions back to him.

"There have been TB outbreaks where we do alert the public, such as a school or a college," Harmon added.

For weeks, there had been a dissonant message coming from the Department of Health press office in Tallahassee. It released overall numbers of Florida tuberculosis cases showing a marked decline statewide, supporting the argument that A.G. Holley had become irrelevant. Asked whether she had been aware of the severity of Jacksonville's outbreak while delivering that message, she did not answer.

"Florida experienced a 10 percent decrease in cases for 2011 compared to 2010. For the period 2007—2011, there was a 24 percent decrease in cases," wrote agency spokeswoman Jessica Hammonds in an emailed response to written questions on May 18. She declined, at the time, to make agency experts available for interview.

In an article published in June's American Journal of Psychiatry, CDC experts Dr. Joseph Cavanaugh, Dr. Kiren Mitruka and colleagues described the apparent origins of the current outbreak, when a TB strain called FL 046 came to claim two lives and sicken at least 15 mentally ill residents of one assisted living facility in 2008.

A single schizophrenic patient had circulated from hospital to jail to homeless shelter to assisted living facility, living in dorm housing in many locations. Over and over, the patient's cough was documented in his chart, but not treated. It continued for eight months, until he finally was sent under court order to A.G. Holley. That year, 2008-2009, a total of 18 people in that community developed active tuberculosis from the strain called FL 046 and two died. The CDC sent a $275,000 grant to help pay for the staff needed to contain it.

After the money ran out, Harmon said, staff were redeployed to other needs. But in 2011, suddenly, the number of active cases of FL 046 spiked, rising 16 percent to 30 cases of a specific genotype, the one seen in 2008.

"We thought after 2008 that we had it contained," Harmon said. "It was not contained. In retrospect, it would have been better to inform the general population then."

Harmon said the Duval County Health Department will need more resources if it is to contain the current TB outbreak. In 2008, when the TB outbreak hit, his department employed 946 staff with revenues of $61 million. "Now we're down to 700 staff and revenue is down to $46 million," Harmon said. "It has affected most areas of the organization."

If he can raise at least $300,000, he will use the money to hire teams of experts — epidemiologists, nurses, outreach workers, to look under bridges, in fields — in all the places where Jacksonville's estimated 4,000 homeless congregate, to track down the people who may still be infected unknowingly. Fortunately, only a few of the cases have developed drug resistance so far. The vast majority respond to the first-line antibiotics.

In downtown Jacksonville, in the homeless shelters and soup kitchens, the TB strain called FL 046 continues to spread.

On a recent June morning, 60-year-old Lilla Charline Burkhalter joined about 100 other poor and homeless guests being served a free hot meal of scrambled eggs, grapes, potatoes and butterless bread by a local church youth group.

The youth group was volunteering at the Clara White Mission, where a man with active tuberculosis had been identified just three weeks earlier.

Looking weary but friendly, Burkhalter described her life of late, sleeping in grassy fields and in shelter dormitories. She lived on a small Social Security disability check, she said. It had enabled her to pay for a room in an apartment, for a while. But her roommate had kicked her out for making his girlfriend jealous, she said, and she hadn't been able to find any other accommodations. It had been a rough few months, she acknowledged. But she had been through tough times before.

As she spoke, she coughed often. It was her emphysema acting up, she explained.

Asked if she was fearful about the TB in the community, she shrugged.

"The health department tests me for TB once a year, so I know I don't have it," she said. "I'm not worried."

The Clara White Mission is now playing a key role in helping Jacksonville fight TB. Its housing case manager, Ken Covington, had spent most of his career helping bank branches assimilate after mergers. Two months ago, he joined Clara White, charged with placing homeless veterans and recently released jail inmates into homes. But the job has became much larger.

Today, Covington is the new chairman of the Duval County TB Coalition. In his hands he holds a massive binder with the intimidating title, "Core Curriculum in Tuberculosis: What the Clinician Should Know." It was given to him by Vernard Green, the CDC's visiting TB liaison.

Covington said he was a banker, not a clinician. But he had learned what to watch for with TB – coughing up blood, night sweats, sudden weight loss. The coalition members were looking at buying air filtration equipment, drafting intake protocols, getting to know the TB experts in the community, and educating shelter staff on what to watch for and what to do if a client appeared ill.

"We're trying to do what we can to rein it in, and stay in front of it, and not let it get any worse," Covington said. "I take it as a very important role for the community."

WHAT THE POST UNCOVERED

In 2008, a schizophrenic patient contracted TB but went untreated for eight months, wandering among many places where the homeless congregate, infecting at least 17 others.

In 2012, the CDC was invited to help with a sudden spike in cases of the same rare strain the schizophrenic patient had. What they found is the worst outbreak they have investigated in 20 years, and it is not contained.

Original version: http://www.palmbeachpost.com/news/news/state-regional/worst-tb-outbreakin-20-years-kept-secret/nPpLs/

 

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Cuba y el comunismo Gotha Pulacayo Marx Varsovia iluminismo China OTAN Engels Fidel Raul Che Guevara Camilo URSS rad2

Por Darío Machado Rodríguez [1]

Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia, en la presentación en La Paz del libro “Revoluciones desde Abajo”, reivindicó el sustantivo “Comunismo” y lo hizo en estos términos: “¿Qué decía Marx? ¿Qué es el socialismo? ¿Qué es el comunismo?. No es un ideal que conciben cuatro amigos en un café, en un Manifiesto, no es el programa de Pulacayo, ni es el programa del 70, ni es el Programa de Gotha; es el movimiento real de la sociedad que se desenvuelve ante nuestros ojos y que supera lo existente.”[2]

El comunismo es el movimiento real, pero es también un horizonte, un propósito inédito en la humanidad, que se ha constituido y construye como ideal por las contradicciones, las desigualdades y las injusticias a lo largo de su historia y que se constituye en ciencia, en la época del capitalismo. No existe, por tanto, una contradicción entre el comunismo como movimiento real, como ideal y como ciencia, aunque sí lógicamente diferencias.

Es el movimiento real, que se nutre hoy de las contradicciones del capitalismo tardío insalvables dentro de la lógica de ese sistema y del avance de la conciencia de la humanidad; es ciencia, porque a partir del surgimiento del marxismo y del descubrimiento del núcleo de contradicciones del sistema capitalista, se echaron las bases teóricas para coadyuvar positivamente a su superación y es ideal porque no es realidad aún en ningún rincón del planeta, es algo por lo que hay que luchar. 

Naturalmente, como afirma García Linera, no es un ideal inventado por unas cuantas personas, porque su existencia futura no está ni puede estar predeterminada en cuanto a como será, sino solo en lo que no será, que es lo que puede verse hoy en el sistema capitalista y que argumenta la necesidad de su superación. Su realización tiene que ser el resultado de ese movimiento real. El hecho trascendental del marxismo de haber puesto en evidencia las contradicciones principales del capitalismo, su modo de existencia, sus consecuencias, proporciona las bases para concretar acciones dirigidas a su superación; por tanto, no solo el movimiento, sino también, la ciencia del comunismo y el ideal, son procesos necesariamente cambiantes, cuya articulación y rearticulación requiere de la acción humana. Creo que en ello radica, entre otros aspectos, la insistencia de Fidel Castro en la importancia de las ideas, de la batalla de ideas.

Ahora bien, la elaboración de una ciencia del comunismo de alcance universal tiene en el conocimiento del capitalismo, de sus contradicciones y realidades, solamente el saber respecto de lo que es preciso superar, pero no la teoría ni el programa de su superación que tiene determinaciones históricas locales, nacionales.

Si entendemos la ciencia del comunismo, como el conocimiento no solo de las contradicciones y realidades existentes en una sociedad dada, sino también y principalmente el estudio de las condiciones, los caminos y objetivos posibles para su superación positiva en una nación, en una cultura humana concreta, y aunque la expansión mundial del capitalismo equipara en diferente medida las realidades locales, vista la ciencia no como saber en sí, sino como mediación positiva para el cambio, una ciencia del comunismo en Cuba (de la transición socialista), será naturalmente anticapitalista por definición, pero tendrá que elaborarse específicamente para las condiciones particulares de la sociedad cubana y desarrollarse junto con la experiencia misma de la superación del capitalismo, del que presiona desde afuera y del que hay adentro.

Lógicamente, también ello aporta a una ciencia universal del comunismo, la cual se nutrirá de las experiencias particulares del movimiento real que le otorgarán cientificidad. En el siglo XIX, Marx y Engels vieron las posibilidades de superación del sistema en el movimiento real que se produciría en los países capitalistas desarrollados de la mano del proletariado que habría cobrado conciencia de clase para sí y,  más o menos al unísono, lógica que luego se extendería inevitablemente a la periferia como hecho universal, total.

La historia demostró que las cosas no ocurrirían así.

¿Socialismo en un solo país? (I)

Durante el siglo XX tuvo lugar la Gran Revolución Socialista de Octubre, iniciándose un proceso paralelo, por una parte la creciente influencia de las ideas del socialismo en el mundo y, por otra, el aprendizaje del capitalismo para perpetuar su sistema. En este proceso se produjeron acontecimientos mundiales extraordinarios, las crisis del sistema capitalista, la desaparición del sistema colonial, la victoria sobre el fascismo en la Segunda Guerra Mundial, la revolución en China, el surgimiento del Sistema Socialista de Europa del Este, el surgimiento de la OTAN y posteriormente del Pacto de Varsovia, la creación de la ONU, la revolución cubana, entro otros.

Cuando se produce la revolución de octubre en Rusia, ya las ideas socialistas habían comenzado a influir entre los trabajadores cubanos. El proceso de expansión del capitalismo amplió exponencialmente el intercambio de información entre los terrícolas. Entraron en las Américas las ideas del Iluminismo y de la revolución francesa y, más tarde, las del marxismo.

Tanto las ideas liberales de la revolución francesa, como después las socialistas del marxismo tuvieron ecos de diferente magnitud en la conciencia y en la práctica de los cubanos porque existían procesos locales que condicionaron su asimilación y articulación, nutriendo de argumentos y acelerando la concientización de los actores populares y las acciones en defensa de sus legítimos intereses.

En la última década del siglo XIX ya se promovía entre los trabajadores cubanos el estudio de las ideas socialistas revolucionarias, el marxismo comenzaba a entrar en Cuba, al unísono con el desarrollo y crecimiento de las ideas y esfuerzos independentistas y las luchas por los derechos de los trabajadores.

Las primeras inquietudes de emancipación revolucionaria de los trabajadores vinieron de la mano del anarquismo y del anarcosindicalismo. El desarrollo del imperialismo, la intervención norteamericana, el surgimiento de la república mediatizada, pondrían a prueba las ideas del marxismo y las luchas que siguieron serían la fragua en la que se enriqueció la ideología revolucionaria cubana al calor de la fusión de la lucha por la independencia nacional con la lucha por la emancipación social.

Las ideas del marxismo y su expresión en las formas organizativas de los trabajadores y del pueblo dinamizaron las luchas populares en la primera mitad del siglo XX. La lucha contra la dictadura de Gerardo Machado fue una fragua para el avance de las ideas socialistas. Más tarde, y contra los gobiernos antiimperialistas de turno, en particular la tiranía pro imperialista de Fulgencio Batista, el marxismo continuó su gradual extensión e influencia. El líder de la generación del centenario y sus principales referentes eran martianos y marxistas. Fidel Castro lo explica así a Ignacio Ramonet: “Si nosotros no hubiéramos estudiado el marxismo –esta historia es más larga, pero solo le digo esto-, si no hubiéramos conocido por los libros la teoría política de Marx y si no hubiéramos estado inspirados en Martí, en Marx y en Lenin, no habríamos podido concebir la idea de una revolución en Cuba, porque con un grupo de hombres, ninguno de los cuales pasó por una academia militar no puede hacer usted una guerra contra un ejército bien organizado, bien armado e instruido militarmente, y obtener la victoria partiendo prácticamente de cero. Tales ideas fueron la materia prima esencial de la revolución.”[3]

El marxismo, a pesar de toda la campaña contra las ideas socialistas y comunistas, promovida por el maccarthismo y la guerra fría y de la persecución de la oligarquía criolla y los gobiernos corruptos contra los líderes obreros y revolucionarios, tenía presencia en Cuba y había fundamentado el desarrollo de formas organizativas numéricamente pequeñas, pero de gran disciplina, abnegación y espíritu de lucha.

Al triunfar la revolución en 1959, los planos y niveles mediante los cuales la influencia de las ideas marxistas se revelaban en nuestro país eran naturalmente los más diversos, pero la ideología revolucionaria socialista era un vivo y activo embrión con grandes potencialidades para desarrollarse, pero naturalmente no era la ideología dominante ni podía serlo; a las mayorías ciudadanas[4] les resultaba lejano, cuando no ajeno o negativo ese pensamiento.

Fueron las leyes revolucionarias, el vigoroso impulso a la educación, la rápida apertura de espacios a la participación ciudadana en todos los órdenes, la confianza en el pueblo, la actitud de los jefes y miembros del Ejército Rebelde y de la clandestinidad y la comunicación ideológica y política generada por el liderazgo de la revolución, en particular por Fidel Castro, las que fueron obrando el necesario cambio de mentalidad, hasta hacer comprender que los males que aquejaban a Cuba eran producto del sistema capitalista dependiente y que solo podría enrumbarse hacia su solución verdadera mediante cambios radicales en el metabolismo socioeconómico y en el ejercicio de la política en el país.

La trasformación de la mentalidad del cubano fue de tal rapidez y envergadura, que en apenas dos años, las palabras socialismo y comunismo pasaron de ser abominadas a resumir el ideal de emancipación y dignificación del ciudadano común.

En la base del cambio estaban las realidades nacionales, las contradicciones e injusticias del capitalismo dependiente. Todo un movimiento cultural político de colosal envergadura, en el que se entremezclaban sucesivos pasos ascendentes en la educación del pueblo, las experiencias crecientes en la actividad de la producción y la defensa, los enormes desafíos que implicaban la intolerancia y agresividad imperialistas, el ejercicio del poder ciudadano, la transformación radical que puso los medios de comunicación social al servicio del pueblo, la incorporación masiva a las tareas transformadoras de la revolución, constituyó el eje del anclaje de la ideología socialista en las mayorías ciudadanas. En pocos años el socialismo era el ideal universal de los cubanos.

Fueron años también en los que la URSS y los países socialistas marchaban a pasos agigantados alcanzando importantes logros en la producción, en la defensa y en las investigaciones científicas fundamentales. Muchos países del llamado tercer mundo se liberaban del yugo del colonialismo.

No se discutía entonces si el socialismo era posible en un solo país, ese debate había quedado archivado desde que el proceso de su construcción en la hoy desaparecida Unión Soviética que había derrotado al nazifascismo alemán en la 2da. Guerra Mundial y se levantaba como ave Fénix de sus cenizas, estaba demostrando en la práctica que no solo era posible, sino que se irían sumando nuevas experiencias socialistas en el mundo, aunque la inmensa mayoría en países de escaso desarrollo económico y tecnológico y ninguna en un país con alto desarrollo capitalista.

A finales de la década de 1980 y principios de la de 1990, a Cuba, cuya sociedad había pasado por diferentes experiencias de organización socialista del metabolismo socioeconómico del país, y en un proceso de extensión del predominio de la ideología socialista, le esperaba el mayor de los desafíos, que esta vez no vendría de la mano del imperialismo norteamericano, sino de la debacle del socialismo en Europa del Este y la URSS, cuyos efectos sobre Cuba se sumarían inevitablemente a las agresiones y bloqueo económico de los EEUU.

La desaparición de la URSS y del campo socialista de Europa del Este

Entre las acusaciones repetidas a lo largo de décadas de propaganda contra el comunismo, está la de denunciarlo como un sistema que somete a los individuos a su despersonalización, que los iguala sustrayéndoles su voluntad, los uniforma en el actuar y hasta en el vestir y en los gustos, les quita la libertad y la creatividad.

Lo cierto es que ninguna sociedad humana ha alcanzado el ideal comunista, ni siquiera el socialismo y su irreversibilidad, mientras que la homogeneización de la humanidad, la imposición de un pensamiento único, la despersonalización de los individuos ahora vulgares consumidores, la universalización de patrones de consumo, gustos estéticos y modo de vida, la dictadura del mercado, venían justamente de la mano del capitalismo tardío.

Pero mientras la propaganda imperialista tergiversaba el ideal comunista, se recrudecía el bloqueo tecnológico contra el campo socialista, las agresiones solapadas y el debilitamiento mediante la carrera armamentista, los países socialistas que finalmente colapsaron no contaron con las masas para defender el socialismo. Muchos ya han adelantado sus criterios sobre el colapso del socialismo, solo quiero destacar que los pueblos de la URSS y de las democracias populares del Este de Europa no defendieron un poder que realmente no tenían. El modo con el que se organizaba la experiencia socialista en esos países, nunca estuvo diseñado así ni podía estarlo en el pensamiento de los clásicos del marxismo, quienes tampoco especularon (eran científicos sociales) sobre el futuro, más allá de adelantar algunos rasgos generales de una necesaria transición.

La teoría de Marx señalaba la necesidad de un agotamiento de la capacidad de las relaciones de producción de asimilar el desarrollo de las fuerzas productivas, para que se generara una época revolucionaria, mientras que la Revolución de Octubre fue el resultado de un conjunto de agudas contradicciones sociales, de una opresión inicua contra el pueblo, de un agotamiento insoportable como resultado de la primera guerra mundial y de un estado intolerable de abuso, pobreza y miseria, en medio del cual Lenin y quienes compartieron su visión decidieron enrumbar sus esfuerzos por un difícil y riesgoso camino para tomar el poder, cuando Rusia estaba muy lejos del desarrollo capitalista. Pero la historia demostró que la decisión era justa.

La revolución rusa, la toma del poder político no eliminaba ni podía hacerlo la relación contradictoria entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, pero la colocó en otra perspectiva por la acción consciente del sujeto social.

Al imponer desde el poder político relaciones de producción exentas de la explotación del trabajo asalariado por el capital anuló el fundamento de la contradicción trabajo-capital liberando así colosales magnitudes de energías creadoras de los trabajadores para avanzar en el desarrollo de las fuerzas productivas, pero ahora junto con un necesario proceso de transformación cultural cuyo final previsible era la satisfacción de las necesidades de los trabajadores, la justicia social, el colectivismo, la solidaridad, la cooperación.

El desafío interno y externo de la revolución rusa de octubre de 1917 fue enorme y también lo fueron los adelantos que alcanzaron guiados por el poder soviético y el ideal comunista. Más allá de los errores de la ignorancia [5] y el atraso, y de las insuficiencias lógicas de una teoría de la construcción del socialismo, camino inédito para la humanidad, la URSS llevó adelante grandes planes de electrificación e industrialización, generó un desarrollo material y espiritual capaz de asimilar el gigantesco desafío de la invasión de la Alemania nazi e imponerle la derrota, cargando con el peso principal en los costos humanos y materiales de esa conflagración mundial.

En la posguerra, los soviéticos levantaron de nuevo su país, su influencia creció en el ámbito europeo y mundial y con ello las ideas socialistas.

Sin embargo, también es una realidad que si bien la URSS hizo importantes saltos en el desarrollo de la industria básica y la agricultura mecanizada, alcanzó un alto nivel en las investigaciones fundamentales y en sus medios defensivos al punto de neutralizar las tentaciones del capitalismo mundial de destruir manu militari ese experimento socialista, en la URSS arraigó el verticalismo, no se desarrolló la democracia socialista, se cometieron abusos de poder, no lograron una teoría eficiente de su transición socialista, algo que tampoco alcanzaron otros países socialistas de Europa del Este, donde no necesariamente funcionaría lo que se estaba haciendo en la Unión Soviética. Recordemos aquella frase el XXII Congreso el PCUS: “Esta generación vivirá en el comunismo”.

El ejercicio del poder político, el edificio jurídico, la organización y la economía no podían anclar en la sociedad con el esquema impuesto, cuando la ciudadanía misma necesitaba otro medio social para desarrollarse satisfactoriamente. Las posibles soluciones experimentales a través de una amplia, activa y consciente participación social que nutrirían el desarrollo de una teoría eficiente de la construcción socialista estaban impedidas por la separación entre la ciudadanía y el poder político, que a la postre resultó letal.

La conquista del poder político, si bien permite una gestión consciente para adelantar el desarrollo y hacerlo con criterios racionales compatibles no solo con los seres humanos, sino también, con la naturaleza, con el medio ambiente, no puede, so pena de un enorme desgaste, desafiar realidades que son inherentes a la sociedad en transición socialista, en el intento de avanzar más de lo posible y de un modo más arbitrario que científico. Y es precisamente ahí donde ha habido improvisación en más de una experiencia de orientación socialista. Desde la política y la orientación ideológica se puede mucho, pero no se puede todo. Lo posible define los límites de lo necesario y la determinación de lo posible no es una apreciación arbitraria, individual o grupal, se requiere de un enfoque científico, de una teoría general de la transición socialista que fundamente los programas de acción.

Lenin había alertado más de una vez oportunamente acerca de que el primer deber de toda revolución es defenderse. Pero esa defensa solo sería efectiva si descansa en los hombros de los trabajadores. Fue efectiva cuando la urgencia de una amenaza militar externa imperialista y racista y la inminencia del peligro de muerte acompañaron con el patriotismo la defensa del poder político. El Estado multinacional soviético desarrolló una capacidad militar superior y sus armas, sus leyes y su organización blindaron al enorme país contra la agresión exterior, pero el desconocimiento de las necesidades más íntimas de su propia gente, el alejamiento y extrañamiento del poder, la excesiva centralización y verticalismo que apagaron el entusiasmo y la creatividad, la presencia de privilegios para los dirigentes y funcionarios y la enajenación no superada, además de errores en la política de las nacionalidades que proclamaba a destiempo que ya existía un “nuevo pueblo soviético”, minaron por dentro el socialismo que terminó con su implosión bajo la enorme y múltiple presión del capitalismo internacional.

Los acuerdos de Helsinki 1975 habían sido definidos entonces por la URSS como demostración de la fortaleza de sus posiciones y como reconocimiento jurídico del socialismo. Pero a la luz de las enseñanzas de la historia cabe preguntarse si las bases de esos acuerdos podían ser aceptadas desde una perspectiva genuinamente revolucionaria y si debieron ser discutidas otras bases, sin obviar lo que debía ser a todas luces rectificado.

Naturalmente, desde los poderes fácticos nortecéntricos del capitalismo internacional se aprovechó al máximo lo que estaba ocurriendo presentándolo como la demostración de la pretensa desnaturalización del ideal socialista y comunista, el fracaso del marxismo y consecuentemente, la demostración de la perdurabilidad e inevitabilidad del capitalismo. No es menos cierto que lo iniciado con el socialismo en un solo país terminó en el reflujo hacia el capitalismo de las experiencias socialistas. Pero también es cierto que de la mano de la profunda crisis múltiple del capitalismo se ve un creciente movimiento popular anticapitalista, un renacer de las ideas socialistas y una relectura activa del marxismo.

¿Socialismo en un solo país? (II)

La sociedad cubana resistió las consecuencias de la desaparición del socialismo en Europa del Este y la URSS. Los costos materiales y humanos del período especial son de difícil evaluación, pero es indiscutible que por largos años en los que las ideas socialistas sufrían un indiscutible reflujo, Cuba las mantuvo el tiempo suficiente para vivir su renacer, en particular en Latinoamérica y el Caribe.

Ahora bien, si consideramos la respuesta a la pregunta del título bajo la premisa de un ideal de socialismo pleno, de algo acabado e irreversible, entonces es obvio que en la actualidad no es posible a corto o mediano plazo. De hecho cabe pensar que mientras a escala planetaria no se produzcan transformaciones sociales que inclinen la balanza a favor de la superación del régimen capitalista, un socialismo así no es posible, tampoco en Cuba, y su proclamación entusiasta no es políticamente viable, ya que solo generará críticas porque no es alcanzable. Siempre he afirmado que el socialismo en Cuba es realidad, ideal y experimentación y que no hay un modelo predefinido que tenga que realizarse indefectiblemente.

Reconocido lo anterior, a la luz de las realidades actuales, la pregunta del título habría que ampliarla: ¿Si no es posible el socialismo pleno a corto o mediano plazo, vale la pena seguirlo intentando?

Puede formularse de otro modo más explícito si se aprecia el problema como el dilema entre retroceder al capitalismo dependiente o continuar buscando las fórmulas eficientes para organizar el metabolismo socioeconómico de la sociedad en su conjunto sobre la base de los principios socialistas (me refiero básicamente al predominio de la propiedad social sobre los medios de producción de bienes y servicios, infraestructura y recursos naturales, al papel del Estado en la organización de la actividad económica, organizativa, política y cultural del país, al papel de la ideología socialista, de la planificación, del antiimperialismo, de la política exterior de principios, de la democracia socialista y participativa).

La respuesta solo puede ser afirmativa y no simplemente por una elemental reacción motivada ideológica y políticamente sino básicamente por un balance de costos - beneficios.

El retroceso al capitalismo dependiente significaría el regreso al predominio de la propiedad privada sobre los medios fundamentales de producción de bienes y servicios, la desaparición del Estado socialista, la población quedaría totalmente a merced del mercado, sería imposible desarrollar un programa propio de nación que tenga en cuenta todos sus territorios, que sea equilibrado, amigable con la naturaleza, justo y que responda a los intereses de las grandes mayorías ciudadanas, se produciría el retorno a la funesta politiquería y a la demagogia, sería el deterioro y fin de las políticas sociales, el incremento exponencial de las diferencias sociales, la fragmentación acelerada de la sociedad, la mercantilización de la educación y de la salud pública, la desprotección de la niñez y de la tercera edad, la desaparición de los planes de desarrollo científico y tecnológico convenientes y necesarios para el país, el incremento de la mortalidad infantil y materna, el debilitamiento y desaparición del sistema de la defensa civil contra los desastres naturales y el papel del Estado en la recuperación, la deformación y corrupción de los medios de comunicación, la imposibilidad de defender los recursos naturales, de evitar el deterioro del medio ambiente, los crecientes obstáculos para proteger y desarrollar la identidad cultural que se verá a merced de los patrones del capitalismo tardío y del pensamiento único, el incremento del delito y de su peligrosidad, de la corrupción en todos los órdenes, de las mafias, de la drogadicción, el acrecentamiento del individualismo y del egoísmo, la pérdida de la tranquilidad ciudadana, el debilitamiento y desaparición de las colaboraciones internacionalistas cubanas, un debilitamiento del proceso de integración regional, habría un enorme retroceso ético, la lista de costos sería interminable.

Los eventuales beneficios, no podrán estimarse como los vemos en la sociedad cubana, porque el concepto mismo de beneficio se vincula hoy en Cuba con la equidad y la justicia social. El mismo concepto de bienestar estaría entre los principales costos.

Los primeros aprovechados de un retroceso al capitalismo dependiente serían las transnacionales, el imperialismo norteamericano y sus servidores, los explotadores, los anexionistas, y los que se ubiquen como minoría privilegiada a costa de las grandes mayorías. El sueño de una acrecida clase media en un país subdesarrollado y dependiente en manos de las transnacionales es solo eso: un sueño. Entre los probables beneficios estaría la desaparición del bloqueo económico de los EEUU, pero ello servirá ante todo a quienes en tales circunstancias tengan la propiedad sobre los medios fundamentales de producción y servicios, al pueblo llano llegarían las migajas, como ocurría antes de 1959.

Por eso, cuando la finalidad estratégica de la liberación social se ve amenazada mortalmente por la acción violenta de la contrarrevolución, la defensa de esa finalidad liberadora solo puede mantenerse con la vigilancia necesaria y la acción revolucionaria en la confrontación clasista, lo que se expresará en las acciones del Estado, las leyes y la ciudadanía participativa.

Una lógica elemental indica que para Cuba, donde el poder político responde a los intereses de las grandes mayorías, y las instituciones políticas, ciertamente requeridas de modernización, están vigentes y mantienen sus potencialidades, y donde están vigentes las políticas sociales fundamentales, el dilema verdadero no es si retroceder al capitalismo o continuar el rumbo socialista, sino cómo continuar la orientación socialista, como contrarrestar la influencia del capitalismo, alejarse sistemáticamente de él, de sus múltiples redes y tentáculos, y cómo atemperar los ideales a las posibilidades, cómo reorganizar el metabolismo socioeconómico para que estimule la reproducción de la iniciativa y la creatividad en todos los órdenes de la vida social, como profundizar la democratización de la sociedad, o sea, cómo asegurar el derecho de las grandes mayorías ciudadanas a participar y decidir, cómo movilizar las potencialidades productivas del país y aprovecharlas en favor de las grandes mayorías ciudadanas.

De nuevo sobre la ciencia del comunismo

Si no fuera tan a menudo subestimada no sería necesario reiterar que la construcción del socialismo requiere de teoría. El camino socialista no es solamente un ideal, una ciencia y el movimiento real, es también en el caso de un país como Cuba una mediación eficiente para el desarrollo económico a la vez que para aprender el nuevo modo de vida. Pero cada paso debe responder a una concepción integral desarrollada sobre bases sólidas que tenga en cuenta las variables necesarias.

La sociedad cubana que ha vivido una experiencia única a partir de la segunda mitad del siglo pasado está todavía lejos de alcanzar las condiciones materiales y espirituales que la califiquen para poder definirla como una sociedad socialista plena. La política de la revolución es socialista, el poder es del pueblo, el ideal es socialista y hay importantes características socialistas en el país, Cuba es socialista, pero en Cuba no hay un socialismo pleno.

Ha quedado bien claro que no basta con el acto jurídico-político de suprimir la propiedad sobre los medios de producción de bienes y servicios para que estos sigan después produciendo con eficiencia, luego de lo cual se organizaría una distribución con justicia del producto social.

Con ese acto jurídico-político se corta de raíz una relación (importante, sí, pero no única) del metabolismo socioeconómico hasta entonces en curso: la relativa al derecho del capitalista a la propiedad, a la explotación del trabajo ajeno y a las ganancias que representa la plusvalía que obtiene, pero quedan otras realidades, cuya superación no es ni puede ser igual de rápida, sino lenta y gradual, se configurará una situación nueva, inédita, cuya observación y seguimiento necesita de estudio sistemático y enfoque teórico conceptual, para anular la improvisación y aminorar en lo posible el error.

El cambio es de tal envergadura que toca prácticamente toda la vida de la sociedad, lo que hace imposible describir la infinitud de su alcance y manifestaciones. Basta señalar que los nuevos dueños colectivos nunca aprendieron antes a organizar la producción, manejar la economía, el control, la contabilidad, tomar decisiones, que surgen ahora nuevas realidades como lo tocante a las motivaciones para producir, el desafío que plantea un nuevo modo de distribución del producto social, que habrá hostilidad política del capital internacional, por solo señalar algunos temas que considero relevantes.

No solo la complejidad del mundo hoy en crisis, sino y fundamentalmente el hecho de las insuficiencias del desarrollo del país, a lo que se suma el bloqueo norteamericano, hablan a todas luces de un largo camino en Cuba con una economía mixta, en la que participarán formas diversas de propiedad, que irán desde la propiedad social gestionada por el Estado, hasta la pequeña propiedad privada, pasando por las asociaciones, las cooperativas, las empresas mixtas y algunos emprendimientos con un 100% de capital privado extranjero.

Lo anterior significa que el sistema de dirección de la economía que cobijará esa complejidad tiene que articular la propiedad social socialista que es y será predominante y los restantes tipos complementarios de propiedad y estructurarlas en sistema.

La eficiencia en la planificación que haga el balance de la economía nacional está en el reconocimiento de los diferentes tipos y formas de propiedad, por lo que la planificación y el control que desarrolle el sistema de regulación del metabolismo socioeconómico de la sociedad cubana en transición socialista deberán responder a una estructura de subsistemas de características diferenciadas, articulados por el Estado.

Dos elementos son esenciales en esas circunstancias: uno estriba en que si bien la propiedad privada grande, mediana o pequeña tendrá una influencia en la economía y a través de ella también en la subjetividad de la sociedad, donde no tendrá influencia alguna es en lo tocante al poder político, ese que ha sido conquistado y defendido por el pueblo trabajador y que es garantía de la transición socialista, el otro elemento se refiere a la Constitución y leyes del Estado Socialista, que conforman las bases del ordenamiento jurídico de la coexistencia de diferentes tipos y formas de propiedad, las cuales se constituyen con arreglo a la juridicidad establecida, encargada de asegurar el derecho, desigual como todo derecho, que garantice el espacio a los diferentes tipos de propiedad y, a la vez, la legalidad que asegure los derechos fundamentales de todos los ciudadanos y ciudadanas del país.

Por ello, es fundamental que la teoría del socialismo de cuenta especialmente de la correlación entre el metabolismo socioeconómico y la educación, la formación cívica, ética, política y jurídica que encarnan los valores de la ideología revolucionaria socialista.

Cuando afirmamos arriba que la sociedad cubana no tiene aún las condiciones materiales y espirituales para un socialismo pleno, nos estamos refiriendo en lo material al desarrollo económico-productivo, tecnológico, científico, a la infraestructura del país; cuando hablamos de las condiciones espirituales, subjetivas, nos referimos principalmente a la persistencia de la psicología de intercambio de equivalentes y al menoscabo del trabajo como valor por la pérdida de sentido del valor del trabajo que se ha producido como resultado de no haber tenido en cuenta esa psicología, algo ahora agravado por el hábito perverso de “resolver” las necesidades individuales a costa de los recursos que pertenecen a todos los ciudadanos, pero también unos individuos a costa de otros.

En la larga transición socialista no puede desconocerse el interés individual, so pena de que este se mimetice y realice de las más diversas formas irregulares. Recordemos que Lenin calificaba las primas, en tanto estímulo material a los trabajadores, como una práctica insoslayable en la transición y cuya eliminación solo podía imaginarse en el futuro comunista.[6]

Hay quien sostiene la idea que la liberación real del hombre (puede leerse el socialismo pleno y el comunismo) requiere tanto de un elevado desarrollo de las fuerzas productivas, como de un proceso internacional de transformaciones que la respalde.

Ciertamente los efectos negativos sociales de las diferencias inobjetablemente existentes serán contrarrestados por un nivel razonable de suficiencia productiva, que puede traducirse como una abundancia vista racionalmente, pero incluso esta está comprometida hoy de modo puede decirse trágico por la criminal depredación de los recursos de la naturaleza gracias a la lógica absurda del capitalismo tardío. Sin educación, sin formación, sin ética, sin ideología será imposible organizar la vida humana actual y futura sobre nuevas bases, no solo porque el edificio del socialismo no puede construirse con la arquitectura capitalista fundada en la creación de necesidades artificiales, el consumismo y el afán de lucro a cualquier costo -si bien requiere hoy de elementos de su ingeniería-, sino porque los recursos serán cada vez más escasos, el medio ambiente está más resentido y amenazado catastróficamente y será imprescindible un nuevo concepto de bienestar y de felicidad, que se fundamenta en un consumo racional, responsable y saludable.

Aun necesitada de las relaciones mercantiles la sociedad en transición socialista tiene que prestar atención prioritaria a contrarrestar las relaciones humanas mediadas por las mercancías y hacerlas cada vez más directas, mediadas por los valores socialistas[7], relaciones humanas en el más cabal sentido de la palabra.

En cuanto a las condiciones internacionales propicias para un socialismo pleno, no hay manera de predecir cuándo se producirán, pero aun en las actuales condiciones el socialismo imperfecto, inacabado, es incomparablemente más humano que el capitalismo.

El desarrollo de una teoría eficiente de la construcción socialista requiere de integrar armoniosamente a los seres humanos entre sí y a estos con la naturaleza y eso es algo que no puede lograrse solamente con medidas económicas; son imprescindibles la ideología y la política, la ética, la educación.

El comunismo como ideología

La superación del capitalismo es la transición socialista y este objetivo es imposible sin la ideología socialista y comunista. La transición socialista vista como actividad humana, como práctica, es un proceso consciente en el que los ciudadanos, los grupos, organizaciones, instituciones de la sociedad que de conjunto articulan el sujeto del cambio, adoptan –en diferentes grados y formas- una actitud correspondiente en general con los objetivos consensuados. La acción coherente, cohesionada del sujeto social múltiple, articulado y naturalmente diverso es funcional al cambio porque la base de la sociedad reproduce intereses compartidos, las estructuras políticas y jurídicas los amparan y el sistema de ideales, objetivos, conceptos, valores socialistas y comunistas articulan al sujeto múltiple en su diversidad y diferencias y es el fundamento del programa de acción en lo económico, lo organizativo, lo jurídico, lo político, lo social, lo cultural.

El papel de la ideología es consustancial al propio cambio. El proceso de surgimiento y desarrollo de la ideología revolucionaria se produce por ser una necesidad de la actividad humana consciente. Los valores revolucionarios nacen en el proceso de liberación humana y experimentan una sinergia que los identifica, articula y finalmente sistematiza. Una vez que la sociedad reconoce y estudia su existencia y desarrollo en tanto sistema funcional a los propósitos revolucionarios de liberación social, la ideología revolucionaria deviene poderoso instrumento de educación, orientación, articulación de voluntades, organización, cuya negación a ultranza debilita y puede anular el desarrollo de la transición. El estudio de sus cambios, es imprescindible para que ella mantenga su funcionalidad como instrumento de las transformaciones revolucionarias. El estudio de la ideología revolucionaria, de su génesis, contenido, desarrollo, regularidades, papel social, etc. pasa a ser objeto de la actividad científica, y forma parte del saber necesario para el desarrollo de una teoría de la transición socialista en Cuba.

Soy comunista, toda la vida...

Así cantaban los guerrilleros italianos y los comunistas de todo el mundo en unos años en el que cundía un enardecimiento que presagiaba un impulso histórico al ideal comunista, la canción decía también “...y comunista he de morir”. Luego reapareció en Cuba a principios de la década del 60 del pasado siglo y después en el 68 parisino Pareciera que el epílogo de la revolución de octubre acabó con aquel entusiasmo, pero ahora una multitud de nuevos fantasmas comunistas está recorriendo el mundo, los reproduce la quiebra inevitable del capitalismo, su incapacidad para escapar de sus contradicciones y tragedias, su fatal ilusión de la eternidad, el mito de la salvación tecnológica del sistema.

Solo si no se logran ver los síntomas de su bancarrota histórica puede calificarse de triunfalista o de pura utopía el párrafo anterior. No lo es porque la profunda crisis múltiple del sistema es cierta y porque no se asignan plazos a priori, ni se definen pasos predeterminados para los cambios, algo que sería pura especulación. Lo que sí es a todas luces visible es que con los gigantescos recursos empleados en la propaganda pro capitalista, en la guerra cultural, si bien han logrado obstaculizar el avance de la historia, no han logrado el milagro de evitarlo.

Ahora bien, no se habla aquí del comunismo como de un esquema de algo que tiene que producirse de un modo dado, inevitablemente, o como la doctrina política de una organización, de un partido, sino como lo reiterado por Álvaro García Linera, el movimiento real que supera lo existente, un proceso en el que las ideas y la teoría jugarán su papel junto con los acontecimientos y la acción consciente. Y es hora de la ofensiva socialista.


[1] Licenciado en Ciencias Políticas, Diplomado en Teoría del Proceso Ideológico, Doctor en Ciencias Filosóficas, Profesor e Investigador titular del Instituto Internacional de Periodismo José Martí donde preside la cátedra de Periodismo de Investigación y es vicepresidente de la cátedra de Comunicación y Sociedad.

[2] Isabel Rauber, “Revoluciones desde abajo. Gobiernos populares y cambio social en Latinoamérica”, Ediciones Continente, Buenos Aires, 2012.

[3] Ignacio Ramonet, “Cien horas con Fidel”, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 2006, p. 153.

[4] Podrían reconocerse los grupos siguientes: los que tenían mayor cercanía a la literatura marxista, leyeron parte importante de su obra y conocieron sus diferentes aspectos históricos y lógicos, los que tenían acceso a esa literatura y además conocieron la experiencia socialista de la URSS y otros países socialistas, los militantes del Partido Socialista Popular, simpatizantes, líderes obreros, que recibían las ideas en forma de programas políticos, crónicas y análisis hechos por los anteriores, los que tenían alguna lejana noción de lo que era el socialismo y el comunismo, los que ganados por la propaganda anticomunista y la demonización del socialismo y el comunismo, rechazaban estas ideas, etc.

[5] Por ejemplo los efectos medioambientales el desarrollo de la URSS han sido grandes, pero en aquellos años los estudios ecológicos apenas mostraban algunos avances.

[6] “Aún cuando nuestro objetivo final sea lograr la igualdad de remuneración para todo trabajo y el comunismo integral, no podemos proponernos de manera alguna implantar esta igualdad de inmediato en el momento presente, en que damos nada más que los primeros pasos para la transición del capitalismo al comunismo. De aquí que sea necesario mantener durante cierto tiempo una más elevada remuneración para los especialistas, para que puedan trabajar mejor, y no peor que antes, y por la misma razón tampoco podemos renunciar al sistema de primas para el trabajo más eficiente, en especial en el trabajo organizativo; las primas serán inadmisibles en el sistema del comunismo completo, pero en el período de transición del capitalismo al comunismo no es posible prescindir de las primas como lo atestiguan la teoría y la experiencia de un año de Poder soviético.” (V. I. Lenin, OC en 55 tomos, Editorial Progreso, Moscú, 1986, T. 38, pp. 106-107.)

[7] En otros trabajos he tratado con amplitud este cambio, aquí solo anoto que si bien en la transición socialista, las mercancías tienen características diferentes, estas se siguen produciendo, solo que el valor de uso de estas pasa a ser la finalidad principal de su producción, no las ganancias, aunque estas últimas juegan un papel regulador en el metabolismo socioeconómico.

 

Fuente Aporrea

 



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Lic. Rosa Cristina Báez Valdés "La Polilla Cubana"
Moderadora Lista Cuba coraje, Coord. Red Social Hermes para Cuba y A. Latina y miembro fundador de la Red de Trincheras Amigas

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