" El malabarista " por Nuria Barbosa (cubana)
Un material con el título "El malabarista", de Guillermo Heredia, me llamó la atención. Su lectura me conmovió: " La mayoría levanta las tres clásicas pelotitas por el aire. Un saludo previo, la mitad de una sonrisa siempre triste, y al final, el recorrido auto por auto, que quizás les dejará una moneda. De doce ó trece años, flaco y alto, tez morena, rostro enjuto, serio, pies descalzos. Se paró frente a mi coche, el único de ese momento en el semáforo, y sin mediar saludo, comenzó su breve malabar con tres cascotes. Terminada la función se acercó a mi ventanilla, le di unas monedas, dijo gracias secamente y caminó hacia el cantero central de la avenida, donde sus zapatillas esperaban las monedas que tintinearon al caer desde lo alto. Después se sentó en el cordón de la vereda, cruzó los brazos sobre sus rodillas, bajó la cabeza y miró hacia el suelo ".
Pensé instantáneamente en mi patria y en 40 años que tengo de vida no he visto a un niño limpiando parabrisas en los semáforos, tampoco ejercen ningún trabajo forzado y mucho menos hacen malabares para comer. Tampoco hay tristeza en sus rostros y la risa es el despertar de cada mañana. En mi país la niñez está garantizada por la Constitución, existe un Código de la Niñez y la Juventud que ampara a los infantes del maltrato físico y del abuso. Les da derecho a la educación, la salud y a la vida plena. Los niños comienzan la escuela primaria a la edad de cinco años y a las ocho de la mañana en todas las calles y avenidas de la Isla un mar de uniformes escolares camina hacia los centros educacionales con la mayor tranquilidad. Su única preocupación es la actividad docente planificada para el día. El niño y adolescente que se ausenta a la escuela es visitado por los maestros y autoridades educacionales, si está ingresado en algún hospital puede asistir a las clases que se imparten en las aulas ambulantes de los pediátricos donde se les repasa las materias del grado. Hay escuelas especializadas para los niños que requieren de enseñanza especial, están las de ciego, sordos, limitados físicos motores, de retardo y de retraso escolar. Todas tienen transporte para trasladar a los niños y en ellas reciben merienda y almuerzo gratis. Los libros son gratuitos y a partir del año 2000, cada aula cuenta con un televisor y un vídeo para recibir las teleclases. En cada centro educacional existe un laboratorio de computación y en el programa de estudio está concebido la enseñanza del idioma inglés y de la educación física con carácter obligatorio. Lo que más llama la atención es que en cada escuela laboran varios instructores de arte y de acuerdo a las aptitudes de cada niño conforman círculos de artes plásticas, danza, música, teatro y coro. Desde hace muchos años en las primarias existen las bandas rítmicas donde se combinan las marchas con el paso de los redoblantes. Esa es la niñez que protege Cuba, lo puedo atestiguar porque vestí el uniforme escolar, fui pionera y hoy soy madre de dos niños, uno de 10 años y otro de 18, que asisten a la escuela todos los días.
Aquí no hay malabaristas, eso es un arte del circo.
*guillermo_heredia@ciudad.com.ar, Guillermo Heredia
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