domingo, 23 de septiembre de 2007

Graciela M. Gutiérrez Profesora modalidad artística Partido de la Costa y General Lavalle El Vigía Dante Lopez Foressi


El Vigía | 23 Septiembre, 2007 04:11

Un sueño con raíces y alas…

Por Prof. Graciela M. Gutiérrez
Docente de niveles Primario, Secundario y de modalidad Artística
Partido de La Costa y Gral. Lavalle
Pcia. de Buenos Aires

Un proyecto para la enseñanza de la música destinado a adolescentes, dentro de la perspectiva de la reivindicación de los propios orígenes, podría soñarse como un fenómeno colectivo, con raíces y alas.

Raíces que conecten con lo ancestral, lo originario, lo propio y alas para el vuelo grupal, personal y mestizo en un presente donde los jóvenes parecen, a veces, sólo acercarse al folklore para soñar con ser meteóricas estrellas en los escenarios de los festivales.

La nueva visión que aquí se intenta proponer la daría el abordaje del hecho musical como manifestación de los pueblos, como necesidad comunicativa personal y grupal y como ejemplo de sincretismo cultural entre diversas sociedades, a veces cercanas y otras lejanas.

La primera aproximación podría ser a través de especies musicales representativas de cada una de las regiones de cultura folk de nuestro país, y a partir de allí la exploración de su contenido autóctono fusionado con el aporte europeo en su momento de origen, y su perdurabilidad hasta la actualidad al producirse el natural dinamismo de toda manifestación cultural, evidenciado en los géneros llamados de proyección o fusión. Es decir, a modo de ejemplo, una especie criolla como la zamba sería el disparador para encontrarse con el barroco y romanticismo europeo que dieron marco a la época de la conquista, explicar, investigar y entender los procesos de acriollamiento post-coloniales y su contemporaneidad al tomar formas y texturas de géneros propios de siglo XX como el rock, el jazz o la bossa nova.

La complejidad gradual de las formas musicales podrían propiciar el acercamiento a aspectos teóricos de la música de manera contextualizada , y nociones de lenguaje musical, como medio de registro útil de los ritmos explorados y no como una imposición programática alejada de lo que auditivamente el espectador / actor / alumno está en condiciones de percibir y analizar. Así, a modo de ejemplo, al experimentarse diversos acompañamientos rítmicos para una baguala o un gato, el alumno tendría la herramienta para su registro escrito, o su lectura si ha sido creado por otro. Esto no excluye el valor creativo de la improvisación.

Lo corporal no quedaría excluido en este tipo de proyectos, ya que se puede y debe incluir el aprendizaje coreográfico de las danzas folklóricas argentinas, partiendo de formas tradicionales e intentando arribar a creaciones colectivas o grupales de estilización. En este punto, es de fundamental importancia formar a los alumnos como ESPECTADORES COMPETENTES Y CRITICOS de nuestro folklore, pudiendo diferenciar los diversos estilos en muestras, certámenes o videos, emitiendo valoraciones personales de lo observado con fundamentos adecuados.

Un esbozo inicial para este tipo de proyecto podría cimentarse en la siguiente organización sobre nuestro territorio, tomando como disparadores a las diversas especies musicales y desde allí recorrer su abordaje tanto desde lo musical y recreativo, como desde la investigación folklórica y el análisis crítico sobre su actual presencia o ausencia en los medios masivos de comunicación:

NOROESTE: Canto vallisto – Baguala – Vidala – Vidalita - Huayno – Carnavalito
NORDESTE: Chamamé – Chamarrita – Chotis – Polca – Rasguito doble
CENTRO: Vals - Gato – Chacarera – Escondido – Zamba
CENTRO / OESTE: Cueca – Tonada.
CENTRO / ESTE: Triunfo – Huella – Milonga (con todas sus variantes) – Tango
PATAGONIA: Loncomeo – Kaani – Choique purum

Ese recorrido no resultaría lineal ni a una sola voz, ni tampoco se propone aquí restringirlo a la organización territorial o las especies musicales antes mencionados. Debe contener la rica polifonía de los posibles diversos abordajes. Ello es vastísimo y, entre otros, pondría en juego procedimientos, estrategias y actitudes, los cuales ocupan páginas enteras en los programas curriculares pero que, en la actualidad, son de dudosa concreción:

Relacionar y contextualizar las producciones artísticas y colectivizarlas.
Conocer parámetros de sonido y crear climas sonoros.
Reproducir, inventar, superponer y concertar ritmos y melodías.
Incorporar la lecto escritura del sonido
Experimentar la danza.
Reconocer elementos musicales y visuales de la danza.
Reconocer e investigar las producciones artísticas populares. Apreciarlas.
Iniciar apertura hacia obras universales. Apreciarlas.
Interpretar la organización de elementos en obras folklóricas y universales.
Analizar las producciones artísticas difundidas en los medios de comunicación social.
Opinar sobre las producciones artísticas difundidas en dichos medios.
Participar respetuosamente de audiciones grabadas y en vivo.
Lograr el aprovechamiento creativo del tiempo libre para disfrutar de las manifestaciones socio-culturales
Respetar las posibilidades expresivas y creativas de los otros.
Improvisar estableciendo relaciones grupales.
Acordar, aceptar y respetar reglas para la producción creativa.
Valorar la identidad cultural. Superar estereotipos discriminatorios.
Reflexionar de manera crítica sobre las producciones obtenidas y las estrategias utilizadas.
Valorar los lenguajes artísticos en su aspecto comunicativo y representativo.

Releyendo lo desarrollado, puede confirmarse la sobreabundancia de verbos en tiempo condicional. Queda en cada docente, padre o artista convertir estas acciones en el más categórico presente y futuro del modo indicativo… En los espacios que se ocupen y con los recursos con que se cuente, aunque parezcan ahora escasos. Sólo así, desde el compromiso personal, podrán ser éstos cada vez más frecuentes y mejores.

Sólo así pariremos jóvenes conocedores de sus raíces quienes podrán, entonces, desplegar sus alas…

N de R : El presente artículo ha sido especialmente redactado para AGENCIA EL VIGIA, en referencia a la grata repercusión que mi artículo anterior «LAS ZONAS FOLKLORICAS ARGENTINAS» del 6/9/07 ha tendido entre docentes y estudiantes. Vaya en éste mi agradecimiento y la promesa de abordajes periódicos sobre estas temáticas.