miércoles, 23 de abril de 2008
hija de secuestrado, torturado, asesinado, desaparecido Leonardo Sampallo Abuelas Plaza de Mayo, María Eugenia Sampallo Barragán nieta recuperada,
Febrero 2008
LA JOVEN QUE LES HACE JUICIO A SUS APROPIADORES
"Me quisieron hacer creer que de bebé fui abandonada en el Hospital Militar"
Ayer declaró en la causa María Eugenia Sampallo, la hija de desaparecidos que fue restituida.
EN MARCHA. MARIA EUGENIA SAMPALLO, AYER, EN CAMINO A LOS TRIBUNALES, DONDE ACUSO A SUS APROPIADORES.
Con una sonrisa tímida, sus rulos negros prolijamente recogidos, jean rojo, remera y ojotas negras, María Eugenia Sampallo-Barragán, la primera nieta recuperada por las Abuelas de Plaza de Mayo que se presenta como querellante ante sus apropiadores, llegó a la moderna sala de los Tribunales de Comodoro Py ayer a las diez y veinte.
Sólo uno de los acusados estuvo en la audencia. Fue Osvaldo Rivas, acusado junto a su ex pareja, María Cristina Gómez Pinto, de haber falseado la identidad de María Eugenia para hacerla pasar como su hija. Ni la apropiadora, ni el ex capitán del ejército Enrique Berthier -el militar que se la entregó-, se hicieron presentes.
Durante poco más de dos horas, con la mirada puesta en el fiscal, con voz firme y sin voltear la vista para mirar a su apropiador, María Eugenia relató cómo llegó a conocer su verdadera identidad.
Rivas y Gómez le encomendaron a una psicóloga amiga que le contara que ellos no eran sus padres. "Sucedió en 1985 o 1986", dijo María Eugenia, que habría nacido en el verano de 1978. La versión que recibió de la psicóloga, Nelly López, fue que sus verdaderos padres murieron en un accidente. "La noticia no fue particularmente triste. Pero tuve ganas de saber quiénes fueron mis padres", afirmó.
Después los apropiadores fueron transmitiéndole otras versiones: desde que su madre había sido mucama de la familia de Rivas, hasta que era hija de una azafata europea. Finalmente, la única que le dieron con nombre y apellido fue la que involucraba a Berthier. El militar era amigo de Gómez de la adolescencia.
Según María Eugenia, le quisieron hacer creer que de bebé fue abandonada en el Hospital Militar. Y Berthier era -según le contó la pareja-, quien le dio el aviso. "Yo no creía ninguna de las cosas que decían, porque parecían fabulaciones", dijo.
Poco después de aquella confesión, la convivencia empeoró. "Gómez empezó a tener peleas con Rivas y discusiones constantes conmigo", declaró María Eugenia. Y agregó: "El matrimonio de Rivas y Gómez se vino abajo. Y en 1988 se separaron".
María Eugenia se quedó viviendo con Gómez y pasaba los fines de semana con Rivas. Pero poco tiempo después dejó de ver a Rivas. "Los fines de semana era derivada más o menos a casa de cualquiera", detalló.
Fue entonces que se le quebró la voz por primera vez. "Gómez generaba peleas por procesos estúpidos, cotidianos en los que me reprochaba que yo no era agradecida con ella por lo que había hecho por mí y me decía que si no fuera por ellos, yo estaría tirada en una zanja", contó.
Enseguida retomó su tono firme.
Un día Gómez le pidió que saliera de la casa y cuando volvió le dijo que "unas viejas la querían separar de ella". Se refería a las Abuelas de Plaza de Mayo. Esa visita derivó en el primer análisis de sangre de María Eugenia en el Hospital Durand, en el año 1989, cuando tenía once años. Pero los resultados fueron negativos.
Durante los años del secundario Berthier visitó el departamento de Gómez en dos oportunidades. En la segunda, se animó a preguntarle sobre su origen. Y obtuvo la versión que ya conocía: que la encontró abandonada en el Hospital Militar.
María Eugenia se fue de la casa de Gómez a los 19 años en malos términos. "No me llevé recuerdos que estuvieran relacionados a Rivas y Gómez, porque prefería no recordar", sostuvo.
Volvió a ver a Gómez dos años más tarde, con la esperanza de que le diera pistas de su pasado. "La charla terminó en exabruptos". Fue el fin de la relación. Poco antes lo había visto a Rivas, que la había contactado para pedirle plata y alojamiento. "Le dije que no. Esa fue la última vez que lo vi hasta la audiencia del martes", contó.
En el 2000 retomó la pista que había seguido sin éxito once años antes: la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi). Nuevos análisis y esta vez el resultado fue positivo: así se encontró con la familia de su verdadera madre, Mirta Mabel Barragán. Ella está desaparecida desde 1977. Había sido secuestrada cuando estaba embarazada de seis meses, junto a Leonardo Sampallo, el padre de María Eugenia.
La joven recuperó su identidad completa en el 2002, cuando se encontró con las dos hermanas del padre. Con todo, María Eugenia cuenta con pocos datos de Leonardo, aunque aseguró: "Mi papá supo que había nacido".