jueves, 11 de septiembre de 2008
Philip Goldberg Embajador norteamericano expulsado por el indio Presidente Evo Morales de Bolivia América aplaude
"Del Che nunca se podrá hablar en pasado" Fidel Castro Ruz
1. Evo echó al embajador de EE.UU. en Bolivia.
2. Apoyos de Lula, Chávez y de la OEA.
3. El hombre de la foto con un "para".
DESPUES DE OTRO DIA DE OCUPACIONES Y VIOLENCIA AUTONOMISTA EN LA REGION DE LA MEDIA LUNA
Evo echó al embajador de EE.UU. en Bolivia
El presidente boliviano acusó a la oposición de orquestar un “golpe de Estado civil, cívico y prefectural” y al embajador de Washington, de alentar el clima destituyente. Sigue la toma de instituciones federales en Oriente.
Por Sebastián Ochoa
Desde Santa Cruz
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-111392-2008-09-11.html
En el segundo día de tomas a instituciones y organizaciones desligadas del Comité Pro Santa Cruz y la prefectura, el presidente boliviano Evo Morales echó al embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, porque “no queremos separatistas en Bolivia”.
Morales fue duro con el diplomático norteamericano. “Sepan que aquí hay una autoridad externa que conspira contra la democracia. Sin miedo declaro al embajador de EE.UU. persona non grata. Pido al canciller enviar esta decisión para que retorne a su país. En Bolivia no queremos separatistas que atenten contra la democracia”, dijo Morales sobre Goldberg, que hasta 2006 fue jefe de Misión en Bosnia y Kosovo, donde “consolidó la separación y dejó miles de muertos”, según el presidente.
Consideró que los días y noches de violencia en la Media Luna significan “un golpe de Estado civil, cívico y prefectural. En las dictaduras militares se cerraban las radios mineras, ahora los cívicos van por las radios campesinas. No hay dónde perderse”.
Y sostuvo: “No permitiremos que algunas familias, algunos grupos, hagan de este palacio un centro de negociados. Me preguntaron si me asusta lo que pasa, ¿por qué asustarme? Estos momentos son para organizarnos, para concientizarnos y para defender a la patria”.
Mientras los militantes de la autonomía departamental siguieron en la toma de instituciones y organizaciones, los campesinos bloquearon los pocos caminos que no tenían bloqueados los cívicos.
El grupo de 60 jóvenes que el martes y la madrugada de ayer tomó diez entidades independientes del comité y la prefectura cruceña se echó a descansar. Pero los cívicos se mantuvieron sobre la ola para tomar “pacíficamente” la Caja Petrolera de Salud y la Confederación de los Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob). Y en Chuquisaca ocuparon una planta de gas que va a Argentina.
En La Paz, Morales dijo que estos grupos “antes eran enemigos del pueblo y de la patria desde este palacio. Ahora se encierran en prefecturas para atentar contra la unidad de Bolivia”. Morales habló ante decenas de adolescentes participantes del programa “Mi Primer Empleo”. Empezó didáctico: “Tenemos que respetar a nuestras hermanas y hermanos. Cuando era chico, mi papá me decía ‘Evito, si quieres ser respetado debes respetar a tus mayores y a tus menores’.”
De pronto, pasó a referirse a que “algunos grupos no sienten respeto por nuestra patria, la democracia, la unidad del país, lo que es inaceptable”, dijo en referencia la Media Luna o Consejo Nacional Democrático (Conalde), que agrupa a prefectos y cívicos de Santa Cruz, Beni, Tarija, Chuquisaca y Pando, todos vinculados a los gobiernos del ex dictador Hugo Banzer o del acusado de genocidio Gonzalo Sánchez de Lozada, al menos en el caso de los prefectos.
El martes, en la ciudad de Santa Cruz, grupos vinculados a la Unión Juvenil Cruceñista (UJC), grupo de choque del Comité Pro Santa Cruz, destrozaron, robaron y quemaron las oficinas de Impuestos Nacionales, Grandes Contribuyentes, el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), la radio Patria Nueva, la estatal Televisión Boliviana y el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis), una organización que da asesoramiento legal a campesinos e indígenas. El enojo del autoproclamado “pueblo cruceño” obedeció a la negativa del gobierno nacional a devolver a las prefecturas el 30 por ciento del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), restados para financiar una renta vitalicia de vejez. Según el Palacio Quemado, la suma reclamada sólo representa el seis por ciento de lo que reciben las prefecturas.
A este motivo se agregó la repulsa cívica a la nueva Constitución, que Morales intenta refrendar. El 25 de enero de 2009 se elegirá prefecto donde fueron revocados: La Paz y Cochabamba. El gobierno espera una ley del Congreso para agregar ese día la consulta constitucional.
El martes terminó con 50 heridos, 13 de ellos policías. El prefecto Rubén Costas justificó la violencia: “Lo sucedido es consecuencia del terrorismo de Estado del gobierno, de su ceguera, que impide reconocer el derecho de los pueblos, la determinación libre y soberana por las autonomías departamentales”. Ayer, al cierre de esta edición, los unionistas intentaban tomar la estación de ómnibus y ferrocarriles.
Los cívicos del Chaco boliviano tomaron en la madrugada de ayer el campo Vuelta Grande, entre Santa Cruz y Chuquisaca, administrado por la argentina Panamerican Energy. Cerraron 26 pozos gasíferos. Cuando llegaron, sólo dos soldados vigilaban, mientras los 25 restantes dormían.
En la ciudad de Tarija, cívicos y empleados de la Prefectura tomaron el aeropuerto local e intentaron hacer lo mismo al Mercado Campesino. Pero tras dos horas de lucha con ocho heridos de ambos bandos, los atacantes se retiraron. Pero cortaron la luz a los campesinos para que no pudiera transmitir la radio Patria Nueva que custodian.
El gobierno decidió no dictar el estado de sitio en Santa Cruz, ya que “por un grupo de 500 a 1000 malandrines no vamos a alterar la vida de un millón de cruceños”, dijo el ministro de Defensa, Walker San Miguel.
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EL MUNDO › SORPRESA EN WASHINGTON POR LA MEDIDA DE EVO
Apoyos de Lula, Chávez y de la OEA
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/subnotas/111392-35182-2008-09-11.html
Brasil dio un fuerte respaldo al gobierno de Bolivia y dijo estar tomando todas las medidas para garantizar el flujo de gas tras el atentado perpetrado ayer contra un gasoducto boliviano que lleva gas a San Pablo. El presidente venezolano Hugo Chávez y la Organización de Estados Americanos (OEA) también respaldaron a Morales, pero el embajador de Estados Unidos en La Paz, Philip Goldberg, expresó su sorpresa por la “inexplicable” decisión del presidente boliviano de declararlo persona no grata y pedirle que se vaya del país.
“El gobierno brasileño sigue con gran preocupación la evolución de los acontecimientos en Bolivia y lamenta el recrudecimiento de la violencia y de los actos de desacato a las instituciones y al orden legal”, dice un comunicado de la Cancillería brasileña emitido anoche. La nota indica que “Brasilia solidariza con el gobierno constitucional de Bolivia y espera que cesen las acciones de los grupos que usan la violencia y la intimidación”. Asimismo, el gobierno de Lula da Silva exhortó a los sectores políticos bolivianos a “respetar la institucionalidad democrática y retomar los canales de diálogo y de concertación, en la búsqueda de una solución negociada y duradera”. Más aún: la Cancillería dijo que el gobierno brasileño está tomando “todas las medidas necesarias para garantizar el abastecimiento de gas” tras el atentado sufrido en la madrugada de ayer por el gasoducto que transporta el fluido que Bolivia exporta a Brasil.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, manifestó su “repudio” por los disturbios ocurridos en las últimas 48 horas en Bolivia y alabó la “prudencia” del presidente aymara frente a esos hechos. El secretario general aseguró que la situación es “extremadamente seria” en Bolivia y reiteró que “no es aceptable” el uso de la violencia por parte de la oposición “por mucho que se reclamen autonomías”.
En tanto, Chávez usó lenguaje más crudo para respaldar al gobierno boliviano. “Lo que ocurre en Bolivia es una arremetida de las fuerzas en Estados Unidos y de los yanquis de la extrema derecha.”
Por su parte, la Embajada de Estados Unidos en La Paz informó ayer que Goldberg recibió con sorpresa la noticia sobre el anuncio que le dirigió el Ejecutivo cuando estaba reunido con el canciller, David Choquehuanca. “Durante la reunión, el canciller recibió una llamada del presidente Morales, quien le informó (a Choquehuanca) que acababa de declarar al embajador Goldberg ‘persona no grata’, en un acto público”, agrega la embajada.
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EL MUNDO › PHILIP GOLDBERG, EXPERTO EN CORTOCIRCUITOS
El hombre de la foto con un “para”
La expulsión del embajador Philip Goldberg marca el punto de máxima tensión de una etapa en la que la desconfianza y las acusaciones de conspiración por parte de La Paz fueron moneda corriente. “Espero que Goldberg no vuelva para unificar a la oposición, de cara al revocatorio, y ser articulador político de una oposición que no sabe qué hacer”, había dicho el ministro de Gobierno, Alfredo Rada, tan sólo un mes atrás.
Formado en la carrera del Servicio Exterior estadounidense, Philip Goldberg presentó sus credenciales al presidente boliviano el 13 de octubre de 2006. Hasta entonces se había desempeñado como jefe de misión estadounidense en Pristina, Kosovo, cargo que llevó adelante desde 2004. Pero su llegada a La Paz no era su primera experiencia sudamericana. Entre 2001 y 2004 había sido consejero de la Embajada de EE.UU. en Chile.
El primer cortocircuito entre el diplomático y el gobierno del presidente Evo Morales llegó en noviembre de 2007. El ministro de Gobierno, Alfredo Rada, brindó una conferencia de prensa para divulgar una fotografía en la que Goldberg posaba junto a un delincuente colombiano. El diplomático se excusó asegurando que se trató de una foto casual, durante un evento social en Santa Cruz de la Sierra. Morales insistió con que el hombre de la foto era un paramilitar, pero el hecho no pasó a mayores.
Tres meses después Rada citó a Goldberg a su despacho, esta vez para pedirle explicaciones sobre un caso de espionaje. Durante más de tres horas el diplomático aclaró las de revelaciones de un becario estadounidense que había denunciado que Vincent Cooper, un empleado de la embajada, le había exigido que recopilara información sobre las actividades de los cubanos y venezolanos que trabajaban en el país andino en tareas de asistencia médica y campañas educativas. “El gobierno boliviano acepta las disculpas del embajador”, dijo entonces el canciller David Choquehuanca, aunque las sospechas de conspiración se mantuvieron presentes.
El 9 de junio, tras la revelación del ex presidente Sánchez de Lozada –acusado de genocidio– de que el gobierno estadounidense le había otorgado asilo, miles de vecinos de la ciudad de El Alto se manifestaron con piedras, palos y petardos ante la Embajada de EE.UU. en La Paz. Tras los hechos de violencia, desde Washington llamaron a su embajador a consultas, a modo de queja del apoyo de Morales a la protesta. Goldberg regresó dos semanas después. Rada manifestó su inquietud por el hecho de que, ante su vuelta, los opositores se reunieran con funcionarios de la embajada.
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