viernes, 31 de octubre de 2008

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Una de las voces más autorizadas de la jurisprudencia cubana ha muerto. Más de una vez escuchamos su verbo en las Mesas Redondas Informativas, dándonos las razones jurídicas y morales por las que eran injustas las condenas a nuestros 5 compatriotas presos en Estados Unidos.


Honor y gloria a quien hiciera de la defensa de los derechos patrios su ley y su meta más alta:



Las cenizas del profe por Roberto Ginebra


Anoche, mientras hacía algo olvidado, sentí los gritos de mi esposa frente al televisor. Preocupado por su embarazo, estuve a su lado en cuestión de segundos. Pero la verdadera conmoción llegó cuando Serrano, el locutor del Noticiero Nacional, terminó la lectura de la noticia.

Aún en la bruma del desconcierto, entre la multitud de estudiantes, que lo éramos todos ante el profe, logré caminar unos pasos por el Aula Magna. No pude seguir. Vi después, al concluir la procesión gigantesca, como Julito (Julio Antonio Fernández Estrada), su hijo y otros familiares, esparcían las cenizas en la tierra luctuosa de la Plaza Cadenas, rebautizada hace años con el nombre de Ignacio Agramonte. Entre las flores martianas de la honra, contuve algunas lágrimas… y sonreí. No fue irreverencia, fue gratitud. Sólo al final, cuando casi se marchaba en el auto, fue que pude abrazar a Julito. Así, sin palabras.

Como aquellos sabios antiguos que más de una vez reseñara en sus clases y en su obra, el Dr. Julio Fernández Bulté logró el summum: la armonía entre el conocimiento y la pasión. Desde ese alto valladar de la cultura que nos impuso tuvo que ser, coherentemente, un hombre completo. La historia no contada de su vida va más allá de laureles y títulos cesarianos. Alguna vez le comenté a mi esposa, también jurista, que escuchar a Bulté era como leer "El Principito", pues tenía, como el libro de Exupery a la lectura común, esa extraña capacidad de lograr comunicarse con todos y cada uno de sus oyentes sin un ápice de esfuerzo, con una naturalidad casi mística. Nunca avasalló a nadie con su sapiencia descomunal, sino que hizo de su profesión un arte maravilloso, tan cercano al "miocardio inocente" (como el poema de Villena que citaba con frecuencia) como a la propia verdad de sus razonamientos.

No heredé de mis padres, como Julito, la vocación pedagógica. Cuando me siento en un aula con su libro de Filosofía del Derecho en las manos, colaborando con el noble programa de multiplicar la enseñanza universitaria en cada municipio del país, me siento un poco como el estudiante huraño que expone un seminario, no como alguien que imparte una clase y menos todavía un portador de conocimientos integrales de la materia, como sí los tuvo el profe, quien fue pionero de esa y otras asignaturas en la Facultad de Derecho de la Colina. Siempre lo cito, irremediablemente, y aún cuando discrepe de algún que otro detalle, como la influencia definitiva que ejercen las posiciones primeras de Heráclito de Éfeso sobre el pensamiento iusfilosófico, más remarcadas por mi retórica de bolsillo que la propia obra de Aristóteles. Si el profesor Bulté era vehemente cuando sus ideas versaban sobre el Estagirita; tal vez ese mismo ímpetu es el que le incorporo al análisis del padre de la dialéctica. Aún pienso seriamente que no soy profesor de nada, aunque me pare frente a un aula repleta de muchachos y muchachas ávidos, porque para serlo tendría que ser la mitad de bueno que fue Bulté. Y no puedo.

Cuando atiné a reconocer el suelo marmóreo de la Universidad de La Habana, también me topé con rostros de otro tiempo. Ahí estaban muchos de mis compañeros de aula, solemnes. Abogados de este otro Jardín de Academo contemporáneo, cuyo paradigma humano fue común para todos. Ante la tierra veteada por el polvo gris de las cenizas del profe, sonreí al búho centenario de ojos azules, que perpetuamente posado en la cumbre del Rectorado inclinaba su cabeza con un ademán respetuoso, y parafraseando al griego de mi recurrente inconsistencia "pedagógica" recité: "Una misma cosa es en nosotros lo vivo y lo muerto, lo despierto y lo dormido, lo joven y lo viejo: lo uno, movido de su lugar, es lo otro, a su lugar devuelto…"

El profe ha sido devuelto a ese sitio privilegiado de la memoria que el idealismo marginal nombró eternidad. Somos los únicos garantes de su lugar entre nosotros. Aquí permanece… joven, despierto, vivo. Aquí.



Repercusión en la prensa


http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2008-10-30/fallecio-julio-fernandez-bulte/
http://www.tribuna.co.cu/etiquetas/2008/octubre/30/exponen-aula-magna.html
http://www.cubarte.cult.cu/global/loader.php?cat=actualidad&cont=showitem.php&id=49704&tabla=articul
o&seccion=Titulares&tipo=Noticia
http://www.radiohc.cu/espanol/noticias/oct08/30oct/bulte.htm
http://www.prensalatina.com.mx/article.asp?ID=%7BCCFB7013-CA12-46F8-94BD-53B77F629890%7D&language=ES

* Estados Unidos vs. Cinco Héroes : Un juicio silenciado; fragm. / Prólogo de Julio Fernández Bulté
Todas las acciones terroristas que ha sufrido el país han sido concebidas, organizadas, financiadas y dirigidas por distintas agencias del gobierno de Estados Unidos, muchas veces actuando a través de, o escudándose en organizaciones contrarrevolucionarias anticubanas.

Ante esa situación irregular Cuba ha tenido que defenderse; nos hemos visto obligados a protegernos contra tales propósitos de destrucción y muerte y en esa dirección, cinco patriotas cubanos consagraron los mejores años de sus vidas a tratar de conocer y evitar las acciones terroristas de una serie de organizaciones contrarrevolucionarias anticubanas radicadas en Estados Unidos. Nunca fue su propósito conocer planes o intenciones agresivas del gobierno de ese país. Por demás, para ello no es necesario, en el mundo de hoy, la acción de cinco ciudadanos en un estado del sur del gran imperio.

La misión de esos hombres era proteger al pueblo cubano y también al estadounidense.

Pero el 12 de septiembre de 1998 fueron detenidos en un ruidoso operativo del FBI y desde entonces sufren un verdadero calvario de injusticia y violación de las más elementales normas del derecho norteamericano, del Derecho Internacional Público y de los principales instrumentos jurídicos de la comunidad internacional en relación con los derechos humanos.

Lo cierto es que esos luchadores cubanos contra el terror han sido sometidos a todo género de irregularidades en un juicio que viola las normas del debido proceso e incluso las normas constitucionales norteamericanas. […]

Los juristas cubanos, desde el inicio del proceso hemos trabajado en el estudio de la causa, y en sus particularidades e incidencias, a fin de brindarle a todo el pueblo la interpretación de cada momento procesal, de cada situación jurídica de dicho proceso. Para ello las mesas redondas han sido el vehículo esencial, y todos los medios de prensa han servido también a estos fines.

Apenas concluida la lucha por el regreso del niño cubano secuestrado en Miami por su parentela contrarrevolucionaria, tuvimos que afrontar las amarguras de estudiar, interpretar y divulgar las incidencias jurídicas de este juicio singular. El compañero Rodolfo Dávalos Fernández, profesor titular de nuestra Facultad de Dere­cho, y el que escribe las líneas de este prólogo hemos tenido el honor y el privilegio de participar en la mayoría de las mesas redondas en que se ha tratado lo concerniente a la causa de nuestros cinco compatriotas y hemos seguido las particularidades jurídicas en todos sus pormenores, junto a otros juristas cubanos.

Rodolfo Dávalos, con una dedicación admirable fue publicando semanalmente ricos, inteligentes y esclarecedores comentarios sobre el juicio, su significado, sus irregularidades y todo lo que en torno a él se iba tejiendo en la entraña del imperio. Esos artículos, en crecido número, fueron publicados semanalmente por el diario Juventud Rebelde.

Ahora el profesor Dávalos entrega no sólo al lector cubano, sino al de todo el mundo, una versión corregida, ampliada, mejorada y actualizada de esos análisis sobre esta causa singular. Este es el libro que ponemos ahora en manos de todos los lectores.

El libro Estados Unidos vs. Cinco Héroes, analiza todos los particulares del juicio, sus entornos políticos y las violaciones jurídicas y éticas cometidas durante el proceso y, de ese modo constituye no sólo una minuciosa información sobre todo ello, sino una comprometida denuncia de tales injusticias.

Es una nueva y esclarecedora voz encaminada a romper el muro del silencio que quisieron construir en torno a esta causa vergonzosa y que poco a poco se ha ido erosionando y fracturando gracias a la solidaridad internacional y la perseverancia de las fuerzas po­pulares en todo el planeta.

Con lenguaje sencillo, ameno, popular, sin petulancias tecnicistas pero con todo el rigor de la verdad jurídica y con toda la finura del discurso legal, el profesor Dávalos va descorriendo los telones de esta causa llena de sombras y vergüenzas y las ofre­ce ahora al lector.

Los valores académicos de Dávalos son bien conocidos: es un profesor de crédito internacional en el Derecho Internacional Privado, laureado muchas veces en foros e instituciones jurídicas internacionales y con una obra escrita que es verdaderamente significativa. Pero el hombre que escribe este libro no es el erudito académico, sino el militante revolucionario, apasionado en esta causa que nos toca a todos en lo más profundo de nuestros sentimientos.

Actualmente las apelaciones contra las desmesuradas y arbitrarias sentencias dictadas contra nuestros compatriotas, han sido apeladas al Onceno Circuito de Atlanta, donde el 10 de marzo del año se celebró la vista de apelación. El juicio, en consecuencia, está concluso para sentencia. El panel de tres jueces designados el 24 de febrero de 2004, para conocer de esa apelación, estudia la voluminosa causa. Es este pues, un momento de alta tensión y enormes expectativas en esta causa penal que puede ser históricamente trascendental.

La lectura de este libro descubre la esencia misma del juicio irregular, ofrece reflexiones cargadas de rigor jurídico y de hondos sentimientos humanistas. Es pues, no sólo un libro revelador, sino que además contribuye al enriquecimiento de los valores esenciales en que se sustenta nuestro proceso revolucionario.

Ha habido causas penales en las que se ha juzgado algo más que a algunos hombres. De hecho en ellas se ha juzgado la esencia humanista de nuestra civilización y el porvenir de los seres humanos. Menciono entre esas causas especiales el proceso seguido en Francia contra Dreyfus, el proceso de Leipzig contra Ernest Thaelman; los procesos penales de la posguerra, en Nuremberg y Tokio, la causa contra los esposos Rosenberg, la causa de Nelson Mándela. Creo sinceramente que el juicio seguido en Estados Unidos contra los cinco patriotas cubanos, luchadores antiterroristas, es una de esas causas extraordinarias en que está en juego, de modo particular, la credibilidad en la supuesta lucha antiterrorista que ha proclamado Estados Unidos y los fundamentos mismos de la legalidad norteamericana.

Este libro debe contribuir a que todos ganemos conocimientos sobre la responsabilidad que como seres humanos, que vivimos en los inicios del tercer milenio, tenemos con un hecho de esta naturaleza.

*Estados Unidos vs. Cinco héroes. Un juicio silenciado, de Rodolfo Dávalos Fernández. -- Editorial Capitán San Luis, 2005.

Recién impreso este libro, la Corte de Apelaciones de Atlanta se pronunció declarando nulo el juicio celebrado en Miami.

Lic. Rosa Cristina Báez Valdes

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