sábado, 20 de junio de 2009

Eladio González Rodríguez Toto director Museo Ernesto Che Guevara Buenos Aires Argentina adhiere manifiesto de 50 sacerdotes y laicos antipedofilos




http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-126954-2009-06-20.html

CINCUENTA SACERDOTES Y OTROS TANTOS LAICOS CRITICARON A LA JERARQUIA CATOLICA POR NO DEFINIRSE SOBRE GRASSI

“Este silencio tiene la apariencia de otorgar”
En un documento, los sacerdotes se solidarizaron con las víctimas del cura condenado por pedofilia y que permanece libre hasta que el fallo quede firme. En el texto lamentan que la cúpula de la Iglesia no se pronunciara sobre el tema, como tampoco en el caso Von Wernich.

Por Carlos Rodríguez

En un comunicado, cerca de un centenar de sacerdotes y laicos de la Iglesia Católica de todo el país expresaron ayer su “saludo solidario” a los tres jóvenes que denunciaron al cura Julio César Grassi y expresaron que “el peligro” de que el condenado siga en libertad “no es el procesal”, es decir que se presente o no ante los llamados de la Justicia, sino “la posibilidad de que reincida en aquello por lo que se lo ha condenado en primera instancia”, en referencia a la pena de 15 años de prisión que se le aplicó por “pederastia y pedofilia”.

Al mismo tiempo, los firmantes de la declaración pública, a la que tuvo acceso Página/12, lamentaron “el silencio de las cúpulas eclesiásticas ante este caso, y otros como el de (Christian) Von Wernich”, condenado a prisión perpetua por siete homicidios y 34 casos de tortura ocurridos durante la dictadura militar. Los firmantes resaltaron que no entienden “este silencio que tiene la apariencia de callar y otorgar”.

Entre los curas y religiosos que suscriben el documento figuran Eduardo de la Serna, párroco de la Iglesia Jesús, el buen pastor, de San Francisco Solano y miembro del Grupo de Curas en Opción Preferencial por los Pobres; el sacerdote neuquino Rubén Capitanio, que fue colaborador del fallecido obispo de Neuquén Jaime de Nevares, uno de los pocos miembros de la Iglesia que se manifestaron públicamente en contra de la dictadura militar, y el presbítero Ernesto Narcisi, que ahora desempeña su tarea sacerdotal en Añatuya, Santiago del Estero, de recordada actuación en la parroquia de la villa del Bajo Flores. Entre los laicos que adhirieron al texto del documento figuran docentes, psicólogos, trabajadores sociales, catequistas, periodistas y estudiantes.

En diálogo con Página/12, De la Serna comentó que la declaración es el resultado “de una serie de manifestaciones aisladas y reiteradas que se vienen produciendo en los últimos tiempos, desde el comienzo del juicio contra Grassi y que decidimos aunar para expresar la opinión de un sector importante de personas relacionadas con la Iglesia”.

Según De la Serna, después de la difusión de la carta “han aparecido nuevas adhesiones y seguramente seguirán apareciendo, pero creíamos necesario darla a conocer ahora y no esperar más tiempo”. La declaración dice en forma textual:

“Ante el fallo que encuentra culpable al presbítero Julio César Grassi por pederastia y pedofilia, pero que a su vez le concede libertad e incluso la posibilidad de ir, con alguien por él elegido, a la Fundación Felices los Niños, queremos señalar:

“1. Nuestra mirada pretende ser –como lo hemos dicho muchas veces– desde las ‘víctimas’, que son, en este caso, evidentemente, los menores abusados;

“2. Creemos que la fuerza de los curas no puede ni debe estar dada por su cercanía al poder sino por la credibilidad, y –por lo tanto– no entendemos la negativa a someterse a pericias, ni su presencia coercitiva en la Fundación;

“3. Nos parece que ‘el peligro’ principal no es el procesal (esto es, que Grassi comparezca o no a los llamados de la Justicia), sino la posibilidad de que reincida en aquello por lo que se lo ha condenado en primera instancia. Eso sería gravísimo y responsabilidad directa de quienes le conceden la libertad;

“4. Lamentamos el silencio de las cúpulas eclesiásticas ante este caso, y otros como el de von Wernich. Vemos que otros episcopados como el colombiano han hecha pública su voz en casos semejantes y no entendemos este silencio, que tiene la apariencia de ‘callar’ y ‘otorgar’.

“Desde nuestro lugar de curas, religiosos, religiosas y laicos/as hacemos llegar nuestro saludo solidario a los menores víctimas y a otros que eventualmente existieran, y como miembros de la comunidad eclesial les pedimos perdón por la violencia que surgió contra ellos desde nuestra ‘casa’.”

Luego siguen las firmas de 49 curas y religiosos, y las de 50 laicos que trabajan en parroquias e iglesias de Córdoba, Neuquén, Chascomús, Rosario, San Isidro, Quilmes, Formosa, Santiago del Estero, Avellaneda, San Nicolás, La Rioja, Mendoza, San Justo, San Miguel, Merlo, Moreno, Rafaela, Lomas de Zamora, Morón, La Plata y en la ciudad de Buenos Aires.

De la Serna, a título personal, consideró que “un pedófilo es una persona enferma, como lo es un torturador, pero no es un enfermo cualquiera. Es un enfermo peligroso, porque hay enfermos que no le hacen mal a nadie. Grassi es una persona enferma, pero hay que tener en cuenta que el único lugar en el que puede curarse es la cárcel”. Sobre el rol de la cúpula de la Iglesia, el religioso sostuvo que los firmantes se consideran “parte de la institución y por eso salimos a disculparnos”.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/126954-40634-2009-06-20.html

Apelación con freno de mano

Por Carlos Rodríguez
Las apelaciones presentadas por la Fiscalía y por dos de los querellantes, Juan Pablo Gallego y Sergio Piris, para que se ordene la inmediata detención del cura Julio César Grassi, están frenadas en razón de las vacaciones que se tomaron, por 30 días, los miembros del Tribunal Oral Nº 1 de Morón, Luis María Andueza, Jorge Carrera y Mario Gómez. Por una cuestión formal, el tribunal es el que tiene que recepcionar el pedido y luego trasladarlo a la Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Morón, que es la que tiene que resolver en definitiva si corresponde o no modificar el fallo y ordenar la detención del cura que fue condenado a 15 años de cárcel.

Ayer se hizo el sorteo, entre los jueces de ese fuero, para nombrar a los jueces interinos del Tribunal Oral Nº 1 para suplantar a los que están de licencia. Ellos serán Angélica Parera, Leticia de Carlo y Osvaldo Cedarri. Recién el viernes de la semana próxima, la apelación llegaría a la Cámara, que tiene diez días para resolver. Como se ve, la causa Grassi tiene el ritmo frenético de una tortuga renga.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/1-40633-2009-06-20.html

LA POSIBLE ESTRATEGIA DE LA DEFENSA SI EL CURA QUEDA DETENIDO

De cómo Grassi ya estuvo 14 años en prisión

Por Carlos Rodríguez
Se trata apenas de una especulación, pero con el tiempo puede convertirse en una posibilidad que nadie descarta. Como se sabe, a Julio César Grassi lo condenaron a 15 años de prisión, pero sigue libre hasta que la sentencia quede firme, aunque la Fiscalía y los querellantes quieren que vaya preso de inmediato (ver recuadro). En el caso de que se produzca la detención, a la defensa le quedaría una alternativa que, con seguridad, despertará una nueva polémica si es que finalmente se concreta. Podría argumentar, se dice, que lo que cumple Grassi desde noviembre de 2002 es un régimen de “prisión morigerada”, pero “prisión” al fin. Esto significaría que estarían en condiciones de decir que Grassi, por aplicación de la ley del dos por uno, ya cumplió 14 de los 15 años que tendría que cumplir.

“Eso no es más que una especulación, algo que nosotros no estamos planteando en estos momentos”, le dijo a Página/12 Daniel Cavo, uno de los abogados del sacerdote. “Los querellantes quieren poner el tema sobre el tapete, pero es algo que no está planteado ahora. En el futuro se verá”, completó Cavo. Otras fuentes, aunque no abiertamente, vienen señalando, desde antes de que se conociera el fallo, que los defensores de Grassi van a pedir que se aplique el dos por uno. La ley 23.490, llamada del dos por uno porque computaba dobles los días en prisión de los detenidos sin condena firme, fue derogada para todos los delitos cometidos a partir del 2 de junio de 2001.

Los delitos por los que se condenó a Grassi ocurrieron antes del año 2000, de manera que, en su caso, el beneficio sigue teniendo vigencia. El caso Grassi se hizo público recién hacia fines de 2002, pero los hechos arrancaron unos dos años antes. El rumor sobre las intenciones de la defensa de Grassi viene de lejos. El 7 de abril, cuando la Fiscalía pidió una pena de 30 años para el cura, los fiscales, en conferencia de prensa, dijeron ante una pregunta que lo que cumple Grassi “no es una prisión morigerada” sino una “libertad vigilada”.

El que amplió la idea fue el fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate, en diálogo con Página/12. “Nunca tuvo un régimen de prisión morigerada. El está con una libertad vigilada, de manera que, si se le dicta una condena efectiva, no puede solicitar que se le descuente el tiempo que estuvo bajo proceso, porque no fue una prisión preventiva ni una prisión morigerada. No fue prisión”, insistió Nieva Woodgate. Desde este punto de vista, a Grassi sólo podrían computarle dobles los 29 días que estuvo efectivamente preso, en una comisaría de Morón, entre octubre y noviembre de 2002.

Sin embargo, el querellante Juan Pablo Gallego, que representa al Comité de Seguimiento y Aplicación del Convenio sobre los Derechos del Niño, cree que la defensa de Grassi “es capaz de apelar a todos los caminos posibles para que su representado nunca vaya a la prisión”. Por su parte, una fuente judicial que pidió mantener su nombre en reserva dijo que tenía “la certeza de que la cuestión del dos por uno va a ser planteada en algún momento por la defensa de Grassi y hay que estar atentos sobre el tema”. Otro de los querellantes, Sergio Piris, quien en el juicio representó al chico conocido como “Gabriel”, estimó que es “seguro” que los defensores de Grassi van a realizar el pedido del doble cómputo. Según Piris, el fallo dejó abierta esa posibilidad.

Este diario volvió a pedir ayer la opinión de uno de los fiscales del juicio, Alejandro Varela, quien fue terminante, como lo había sido antes el fiscal general. “Lo que nosotros entendemos es que no corresponde aplicar la ley del dos por uno. Lo que cumple Grassi no es una prisión morigerada ni una prisión vigilada. No estuvo ni está preso. Lo que se aplicó, en su caso, fue una libertad ‘alternativa’, una figura incorporada hace poco al Código, que ni siquiera es una ‘prisión vigilada’, como dijo erróneamente el tribunal (Oral Nº 1 de Morón, que condenó a Grassi). El estuvo libre en todo momento. Su única obligación, durante todo el proceso, fue la de presentarse una vez por mes ante el tribunal y nada más. Si la defensa plantea que se aplique el dos por uno, nosotros nos vamos a oponer porque no corresponde.”

Sociedad / Edición Impresa
cuestionaron su libertad porque temen que reincida
Los curas no perdonan los pecados de Grassi
Un grupo de cuarenta y nueve sacerdotes y cincuenta laicos lamentaron, además, el silencio de la cúpula eclesiástica ante el caso. “Tiene la apariencia de callar y otorgar”, dijeron. Pidieron perdón a las víctimas de los abusos sexuales.

20.06.2009 http://www.criticadigital.com.ar/impresa/index.php?secc=nota&nid=26260
Grassi. Otros sacerdotes se manifestaron en contra del fallo: “Si reincide, sería responsabilidad directa de la Justicia”.


Cuarenta y nueve sacerdotes y cincuenta laicos se pronunciaron en contra de la libertad de Julio César Grassi ante “la posibilidad de que reincida en aquello por lo que ha sido condenado” –el delito de pedofilia– y lamentaron “el silencio de las cúpulas eclesiásticas ante el caso”.

El pronunciamiento público se conoció una semana después de que el titular de la Fundación Felices Los Niños fuera condenado a 15 años de prisión por pedofilia contra el denunciante “Gabriel” en 1996. Sin embargo, el cura fue absuelto por otras 15 denuncias realizadas por los entonces menores “Luis” y “Ezequiel”. La polémica se despertó a partir de la decisión del Tribunal de dejar en libertad a Grassi mientras la sentencia no quede firme y permitirle presentarse en las sedes de la fundación acompañado por una persona que él designe.

Por esto, curas y religiosos de todo el país, apoyados por docentes, letrados, teólogos y estudiantes, firmaron un documento para sentar su oposición a la decisión judicial.

“Nos parece que el peligro principal no es el procesal (es decir que Grassi comparezca o no a los llamados de la Justicia), sino la posibilidad de que reincida en aquello por lo que se lo ha condenado en primera instancia. Eso sería gravísimo y responsabilidad directa de quienes le conceden la libertad”, acusa el texto que suscriben eclesiásticos de las provincias de Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe y La Rioja.

“Lamentamos el silencio de las cúpulas eclesiásticas ante este caso y otros como el de (el sacerdote Christian) Von Wernich. Vemos que otros episcopados como el colombiano han hecha pública su voz en casos semejantes y no entendemos este silencio que tiene la apariencia de ‘callar’ y ‘otorgar’”, continúa.

En el documento, los firmantes aclaran además: “Nuestra mirada pretende ser –como lo hemos dicho muchas veces– desde las víctimas, que son, en este caso, evidentemente, los menores abusados. Creemos que la fuerza de los curas no puede ni debe estar dada por su cercanía al poder sino por la credibilidad, y –por lo tanto– no entendemos la negativa a someterse a pericias, ni su presencia coercitiva en la fundación”.

LA DECISIÓN FINAL. Antes de las firmas, el escrito señala: “Desde nuestro lugar de curas, religiosos, religiosas y laicos/as hacemos llegar nuestro saludo solidario a los menores víctimas y a otros que eventualmente existieran, y como miembros de la comunidad eclesial les pedimos perdón por la violencia que surgió contra ellos desde nuestra ‘casa’”.

Los presbíteros de Córdoba Víctor Acha, Julio Aguirre, José Alessio y Miguel Berrotarán son algunos de los religiosos firmantes, mientras que la docente bonaerense Carmen Adaro, la trabajadora social quilmeña Gladys Alcaraz y el diseñador gráfico Gustavo Balbi son algunos de los laicos que suscriben el documento.

El martes último, la Subsecretaría de Niñez y Adolescencia de la provincia de Buenos Aires resolvió impedir al sacerdote entrar en la fundación y tomar contacto con los menores internados, aunque la decisión final correrá por cuenta de la Justicia.

“Creemos que la libertad de ese delincuente sexual y su ingreso al escenario de los crímenes derivará en la reiteración de los abusos de menores”, argumentaron los abogados Sergio Piris y Juan Pablo Gallego en el escrito que presentaron ante la Sala I de la Cámara Penal de Morón.

Enrique Stola
Buenos Aires, Argentina

"El silencio es complicidad" José Adán Castelar, poeta de Honduras. América Central
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