No pudieron. Nieto Ciento Uno. La esperanza y enseñanza quedaron selladas con la expresión de Francisco cuando abrazó a su papá “No pudieron”. Francisco tiene 32 años. Era la primera vez que abrazaba a su padre. Hijo de Silvia Mónica Quintela y Abel Pedro Madariaga fue uno de los tantos niños y niñas secuestrados por la infamia de los componentes de la Dictadura del 76. Silvia, nacida en noviembre de 1948 en Punta Chica, San Fernando, estudió medicina en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y, al momento de su secuestro, enero 17 de 1977, con un embarazo de cuatro meses, estaba terminando su residencia como cirujana en el Hospital Municipal de Tigre. La tuvieron en el Centro Clandestino de Detención “El Campito”, en Campo de Mayo. En julio de 1977, con 28 años dio a luz a un varón al que llamó Francisco, como había acordado su compañero. Al igual que otras, como Norma Tato de Casariego y Beatriz Recchia de García, la ingresaron en el demoníaco espacio de desaparecidas-embarazadas del CCD “El Campito”. Los tres casos fueron resueltos como producto de persistencia de las Abuelas de Plaza de Mayo y la participación de la justicia. Abel, nacido en febrero de 1951, en Paraná, Entre Ríos, siguió la carrera de agronomía en la Universidad de Buenos Aires hasta que fue expulsado por la intervención en esa casa de estudios. Al igual que Silvia, militaba en la columna norte de Montoneros. A poco del secuestro de Silvia, se exilió en Suecia, luego en México y regresó a Argentina en 1983. Se integró a Abuelas. Fue Coordinador de los Equipos Técnicos y en la actualidad Secretario de la institución. La búsqueda de su hijo, la hizo desde siempre con Sara Elena de Madariaga y Ernestina “Tina” Dallasta de Quintela, las abuelas de Francisco. Ocurrió que Francisco tenía sus interrogantes. Creía que era hijo de desaparecidos. La insistencia ante “su madre” hizo que esta, Inés Susana Colombo, le confesase que lo habían traído de Campo de Mayo y que había posibilidades de que fuera hijo de desaparecidos. El 3 de febrero de este año se apersonó en la sede de Abuelas. Se presentó con el nombre y apellido que siempre había llevado, Alejandro Ramiro Gallo. Lo acompañó Inés Susana Colombo quien manifestó que su ex esposo, Víctor Alejandro Gallo, era oficial de Inteligencia del Ejército Argentino y que en el año 1977 le dijo que había un niño abandonado en el Hospital Militar de Campo de Mayo, a lo que ella respondió que “cómo iban a dejar a un niño abandonado, que lo trajeran” Le llevaron el bebe el 10 de julio de 1977. Aún tenía el cordón umbilical. El 4 de febrero de 2010, Francisco acudió al Banco Nacional de Datos Genéticos para dejar las muestras para conocer su verdadera identidad. El miércoles 17 de febrero, la jueza Sandra Arroyo Salgado, Juzgado Federal N° 1 de San Isidro, llamó a Abuelas para que le comunicaran a Abel que habían encontrado a su hijo. Solo pasaron catorce días desde que Alejandro Ramiro Gallo llegara con su interrogante hasta la sede de Abuelas de Plaza de Mayo para ahora encontrase con su real identidad, la de Francisco Madariaga Quintela. Por eso, al abrazar por primera a su padre dijo “No pudieron” + (PE) Nota. Francisco Madariaga Quintela es el nieto 101 que reencontró su identidad. Víctor Alejandro Gallo, Capitán retirado del Ejército de Argentina, fue su apropiador. En 1997 Gallo fue condenado a diez años de prisión por su participación en la Masacre de Benavídez.+ (PE) PreNot 8764 100224 24/02/2010 - PreNot 8764 Agencia de Noticias Prensa Ecuménica 54 291 4526309. Belgrano 367. Cel. 2914191623 Bahía Blanca. Argentina. www.ecupres.com.ar asicardi@ecupres.com.ar |