CULMINÓ LA X CUMBRE DEL ALBA EN ECUADOR
Los países del ALBA esta vez acordaron temas sobre plurinacionalidad y etnias
Los ocho países de la Alianza Bolivariana de las Américas se dieron cita en Otavalo, Ecuador. Dejaron instalada una Comisión Permanente sobre pueblos indígenas y afrodescendientes.
EMILIO MARÍN
Otavalo, ubicada 100 kilómetros al norte de Quito, en la provincia Imbabura, es una de las localidades más representativas de los pueblos originarios de Ecuador. Por eso fue elegida sede de la X Cumbre del ALBA, que sesionó esta semana tomando como puntos centrales los derechos de esos pueblos indígenas y afrodescendientes, la multiculturalidad, los estados plurinacionales, etc.
En un teatro coliseo de aquella ciudad deliberaron centenares de delegados e invitados de organizaciones sociales, así como funcionarios que prepararon el terreno para la deliberación del viernes de los presidentes.
Los anfitriones fueron Rafael Correa, su canciller Ricardo Patiño y la ministra de Pueblos, Movimientos Sociales y Participación Ciudadana, Alexandra Ocles. Justamente esta ministra dio el jueves una de las conferencias centrales, estando la otra a cargo del canciller de Bolivia, David Choquehuanca.
Es que Bolivia y Ecuador vienen siendo los más avanzados en la construcción de estados plurinacionales, un objetivo y derechos que están garantizados en sus respectivas constituciones. Obvio, son Cartas Magnas nuevas, surgidas de asambleas constituyentes, plebiscitadas por los ciudadanos e impulsadas por Evo Morales y Correa no sin sufrir muchísima y violenta oposición de las clases dominantes de los dos países.
De los ocho miembros del ALBA, estuvieron representados a nivel presidencial el dueño de casa, Venezuela y Bolivia; en tanto por Cuba fue el vicepresidente Esteban Lazo, afrodescendiente. Por el resto estuvieron sus cancilleres o primeros ministros. Daniel Ortega, de Nicaragüa, justificó su falta porque estaba en cama, con gripe.
Por la agenda, fue invitada Guatemala, donde la mayoría de la población tiene origen indígena.
“La construcción del Estado plurinacional e intercultural va más allá de lo étnico y aglutinará a los diversos sectores de la sociedad”, manifestó la ministra ecuatoriana Alexandra Ocles. Sonó a una advertencia política de que tal plurinacionalidad no se agota en los movimientos indígenas, pues en Ecuador y Bolivia hay organizaciones con esos puntos de vista tan estrechos. Correa los criticó: "existen grupos en el país que creen que ser plurinacional es cogobernar o crear un Estado paralelo, eso es absurdo".
Las delegaciones de los países se reunieron en cuatro mesas de trabajo y debatieron sobre “la interculturalidad en la función pública, los derechos económicos, políticos y sociales en contra del racismo, el cambio climático y los derechos de la naturaleza, y el comercio exterior entre pueblos” (Prensa Latina).
Uno de los frutos de Otavalo fue la creación de un Consejo de Autoridades Indígenas y Afrodescendientes, que funcionará de modo permanente. En esos días, la población de esa ciudad estaba alegre por la festividad del Inti Raymi, cuando las comunidades tributan al Sol y piden por buenas cosechas.
El camino recorrido
El ALBA fue una decisión política de los presidentes de Cuba, por entonces Fidel Castro, y de Venezuela, Hugo Chávez, sellada en la declaración del 14 de diciembre de 2004. Fue concebida como un foro regional latinoamericano de carácter político y no meramente comercial ni económico.
Esos dos mandatarios no creen que la política sea algo abstracto ni alejado de las necesidades de sus pueblos. De allí que la flamante creación comenzó a caminar con tareas de cooperación, tales como la alfabetización con el programa y facilitadores cubanos del “Yo sí puedo”.
Inmediatamente, a fines de 2004, se avanzó con el plan para operar gratuitamente de la vista a los latinoamericanos pobres que padecían de cataratas y carnosidades (pterigium). Esta segunda movida fue bautizada como “Operación Milagro” (OP), porque devolvía la vista a quienes la habían perdido.
El éxito de ambos programas fue impresionante. En 2005 Venezuela fue declarada libre de analfabetismo, marca a la que arribó Bolivia al año siguiente y Nicaragua un tiempo después.
Otro tanto en operaciones oftalmológicas: a fines de 2009 la información oficial de OP puntualizaba que los operados llegaban a 1.6 millón de personas de escasos recursos. De Argentina eran 28.000, en su mayor parte intervenidos en el sur de Bolivia por profesionales cubanos; debió ser afuera por la resistencia de los colegios médicos y en general de la medicina privada a la instalación de esas clínicas cubano-venezolanas en nuestro territorio.
De todos modos, en ese pétreo e insensible muro capitalista se abrió una brecha, pues en diciembre de 2009 se fundó el “Centro Oftalmológico Dr. Ernesto Guevara” en la Cooperativa Junín Salud, una clínica recuperada por los trabajadores en Córdoba. Allí ya han sido operados exitosamente 700 cordobeses y habitantes de otras provincias, sin pagar ni un peso.
Al compás de los resultados positivos en educación y salud, más los acuerdos económicos y comerciales motorizados por Caracas en torno al petróleo y la energía (Petrocaribe), muchas conciencias se fueron aclarando. A la dupla fundadora se fueron sumando Bolivia y Nicaragua en primer término, luego Dominica y Honduras, y posteriormente Ecuador en simultáneo con las caribeñas San Vicente y Granadinas, y Antigua y Barbuda. En las cumbres de 2009 participaron como observadores los cancilleres de Paraguay y Granada.
Ese aumento de representatividad en Latinoamérica y el Caribe no era sólo expresión de la bondad de aquellos programas sociales sino también un síntoma de que los vientos de cambio estaban recorriendo la región. Como es lógico, si el capitalismo neoliberal y su templo de Wall Street se caían a pedazos en setiembre de 2008, muchos gobiernos perjudicados buscaron mejores horizontes. El ALBA era uno de ellos, el Grupo de Río y la Unasur los otros.
Mejor el ALBA
De las diez cumbres realizadas por la Alianza Bolivariana desde su creación, las agencias internacionales que se reportan al Departamento de Estado han hablado poco y mal. La invisibilización y ninguneo resultan lógicos: son los países que buscan un camino propio hacia la Segunda y Definitiva Independencia.
Incluso, como plantearon en su última cita en Ecuador, se proponen avanzar hacia formas de gobiernos socialistas con sus peculiaridades nacionales. Chávez lo dijo con todas las letras en Otavalo: “la colonización fue instalada por los burgueses en el propio pueblo pobre que aún desprecia al indio y al negro. El racismo hay que atacarlo desde lo cultural, cambiar las costumbres y la vieja cultura del coloniaje desde la raíz”. Según recogió Prensa Latina, el presidente venezolano concluyó: “hay que recuperar nuestra cosmovisión, y construir el socialismo, levantando las banderas del socialismo del siglo XXI”.
Se entiende entonces por qué las deliberaciones de este núcleo progresista, popular y de izquierda en Latinoamérica son ignoradas por esos grandes medios, como no sea para denigrarlas.
Sin embargo la realidad es tozuda.
Por ejemplo, Ecuador ha decidido explotar en forma racional sus reservas de hidrocarburos y emplear esa renta en función del desarrollo nacional.
Bolivia, que tomó una decisión nacionalizadora del gas e hidrocarburos hace tres años, así como en telecomunicaciones y otros rubros, está por primera vez en su historia reciente con reservas por 8.500 millones de dólares, amén de financiar las pensiones a la niñez, la ancianidad y las madres embarazadas. Muy posiblemente en 2011 el país del altiplano podrá disponer del satélite Tupac Katari, de fabricación china, para impulsar planes educativos, disponer de información climática, etc.
Venezuela ha sido reconocida por la ONU como que ha cumplido cinco años antes con seis de las ocho metas planteadas por la entidad en la Cumbre del Milenio en el año 2000.
Esa mejoría de los índices socioeconómicos de la nación bolivariana no fue una mera bendición de la Faja de Orinoco, si bien se basa en esa renta del crudo. Lo fundamental ha sido la política de su gobierno de signo nacional y popular, mal que les pese a los cráneos de la Casa Blanca, el Comando Sur, la SIP y “La Nación” vernácula, especialista ésta en torpedear las relaciones entre Argentina y Venezuela.
El resultado político de aquellos avances es que Chávez goza hoy en día de un 61 por ciento de imagen positiva, lo que resultaría clave para las legislativas de setiembre próximo.
¿Y de Cuba qué podemos agregar a todo lo bueno que ha hecho? La UNICEF ha reconocido que es el único país de América Latina y el Caribe que ha resuelto la cuestión de la desnutrición infantil. En el mundo hay 146 millones de niños menores de cinco años bajos de peso. Ninguno de ellos es cubano, y eso que es un país bloqueado en forma impiadosa e ilegal por el imperio.
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¡Salven a los argentinos! "las ballenas"