sábado, 25 de septiembre de 2010

Colombia enlutada HA MUERTO UN REVOLUCIONARIO ¡VIVA LA REVOLUCIÓN!

Ha muerto un revolucionario
¡Viva la revolución!

 

El pasado 22 Septiembre un ataque del ejército colombiano y la CIA asesinó a una veintena de combatientes de las FARC, entre ellos el comandante Jorge Briceño, el Mono Jojoy, jefe militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. En el ataque intervinieron unos 800 hombres y 78 aviones y helicópteros, se lanzaron 30 bombas inteligentes de un cuarto de tonelada de peso. Recién al culminar el ataque aéreo los militares incursionan en el territorio donde se encontraban los campamentos insurgentes; si algo aprendieron en Vietnam y Afganistán es a rehuir al combate cuerpo a cuerpo. La CNN y demás voceros del imperio, entre ellos los pretores del estado colombiano celebraban a voz en cuello esto que llaman el mayor golpe a la guerrilla en sus 50 años de resistencia.
Dos  estados (Colombia y EEUU) que deben emplear semejante despliegue de tropas y recursos y recurrir al soborno para asesinar a un combatiente revolucionario no están dando muestras de gran eficiencia y mucho menos de consenso popular. Según aseveran las grandes cadenas de información, el gobierno de Colombia  sobornó con cerca de veinte millones de euros a miembros de las FARC para ubicar al camarada Briceño. Tal es la moral del estado colombiano, responsable del asesinato de miles de hombres y mujeres del pueblo de Colombia, de miles de desaparecidos enterrados en fosas comunes, cobardemente asesinados con la ayuda de su patrón, el imperialismo norteamericano, que igual que antes en Vietnam, Nicaragua y hoy en Irak y Afganistán, llena de dólares y “asesores” a los gobiernos que mejor ofician de administradores coloniales.
En poco menos de un mes se cumplirá un nuevo aniversario de la caída en combate de nuestro entrañable comandante Ernesto Guevara, cuyas últimas palabras a quien lo iba a asesinar fueron que “dispare, que sólo va a matar a un hombre” y no pudo el capital hacer más que eso, matar a un hombre. No murió su enorme ejemplo, no murió la semilla de la rebeldía que creció una y otra vez en cada trabajador, estudiante, en cada combatiente revolucionario que dejó su sangre por la libertad.
Hace décadas que anuncian la derrota de las FARC, los comunicados del ejército colombiano-yanqui y de la CNN sobre los “golpes letales” a la insurgencia se asemejan mucho a aquellos que hablaban del fin de la historia o el fin de las crisis del capitalismo.
Nos duele la enorme pérdida de uno de los mejores hijos del pueblo colombiano, pero sabemos que hay miles de hermanos colombianos dispuestos a recoger su fusil y  hacemos propia la consigna de las FARC:

¡POR NUESTROS MUERTOS NI UN MINUTO DE SILENCIO
TODA UNA VIDA DE COMBATE!

¡Camarada Jorge Briceño,  hasta la victoria siempre! 





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