martes, 31 de mayo de 2011

Libia por Stella Calloni invasion colonial ONU cómplice polit1

De: Stella Calloni <smjcal@yahoo.com.ar>
Fecha: 30 de mayo de 2011 17:01
Asunto: Estas son tre snotas sobre Libia en un trabajo de investigación para mandar juntas o separadas
Para: CAPAC <capac.periodistasamigosdecuba@gmail.com>

resumen:    algo de mi librito sobre Libia.. la tercera contiene las respuestas que pedí a la cancillería libia

LA OTAN EN LIBIA

LAS MASACRES DE “LA DEMOCRACIA” IMPERIAL

Stella Calloni (1)
Los recientes bombardeos de la Organización del Atlántico Norte (OTAN)sobre Trípoli una ciudad con  unos dos millones de habitantes con bombas que llevan su carga de uranio empobrecido, lo que siembra nuevas tragedias al futuro o sobre los puertos de Libia, hundiendo ocho barcos civiles han causado un desastre humanitario en ese país, víctima de la ilegalidad internacional y de uno de los más aceitados esquemas de desinformación y silencios informativos.

Esto sucede  en el marco de una sucesión de invasiones coloniales que auguran otras tragedias en el mundo, si no se detiene este brutal avance expansivo  de Estados Unidos y sus aliados.

Si algo faltara en el armado contrainsurgente de Washington y los “cruzados” del siglo XXI  contra Libia, -que decidieron la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas(ONU)el pasado 17 de marzo sin analizar informes que negaban los supuestos bombardeos del gobierno libio contra civiles- ahora se agrega otra medida de dudosa legalidad como es la decisión del fiscal Luis Moreno Ocampo de la Corte Penal Internacional (CPI),  ordenando la detención de Muammar El Khadafi, su hijo y otros, por presuntos crímenes de lesa humanidad.

Esta decisión está basada exclusivamente en informes de los llamados “rebeldes” de la OTAN en Benghazi, es decir de  los invasores en ese país norafricano.

Según el propio Moreno Ocampo, esto lo hizo por solicitud de la ONU, con lo cuál queda en claro que la CPI está pasando a ser otro organismo al servicio de planes anexionistas, que han derivado en la invasión y ocupación colonial de países como Afganistán e Irak y como se intenta  ahora en Libia.

El fiscal no tuvo ningún reparo de conciencia al anunciar la apresurada decisión de la CPI, en momentos en que la OTAN asesinaba en Trípoli el 29 de abril de 2011 a un hijo de Khadafi, a tres de sus nietos menores de cuatro años y a centenares de ciudadanos de ese país, a lo que se agregan los heridos que abarrotan los hospitales que quedan en pie,

Y nada ha hecho ante el asesinato de 11 líderes religiosos y otros, entre ellos niños, víctimas de un bombardeo a un centro infantil. Esta actuación del fiscal de la CPI se confronta con la indiferencia del mismo ante las denuncias y pruebas que se acumulan desde hace años en casos como el régimen de Báhrein, (la dinastía monárquica Al Khalifa)entregadas por sacrificados organismos humanitarios sobre  crímenes de lesa humanidad, ejecuciones extrajudiciales, torturas, desapariciones, lo que sigue sucediendo en estos momentos en ese país.

Tampoco actuó la CPI ante los bombardeos israelíes  sobre el pueblo palestino de Gaza, encerrado en la mayor cárcel a cielo abierto del mundo, ni en El Líbano, ni ante la masacre cometida por tropas israelíes, en aguas internacionales cuando asaltaron una flotilla de barcos con pacifistas.

Y menos aún ante los crímenes de lesa humanidad, exhibidos por televisión  cometidos en Afganistán o Irak, donde ya se calcula  más de un millón de muertos a manos de las tropas extranjeras de  ocupación. Los fiscales de la CPI no han visto Guantánamo, ni una larga lista de situaciones similares. Si la CPI se preocupara por los pueblos agredidos, algo habría hecho ante el bloqueo criminal de Estados Unidos contra el pueblo cubano, un sitio medioeval que dura más de medio siglo y que tanto daño ha causado.

Esta Corte -cuya creación dejó muchas dudas que parecen razonables a la luz de estos nuevos y otros recientes sucesos – parece decidida a tomar ahora resoluciones favorables a los impulsos guerreros y las necesidades del poder    hegemónico.

En realidad todo se blanquea y ya nadie disfraza las intenciones verdaderas: la “exclusión aérea” resuelta por la ONU se transformó en bombardeos permanente de las fuerzas que iban a “pacificar” y a “proteger” a un pueblo, al que están matando, además de producir daños contra miles de edificios públicos, escuelas, hospitales, ministerios, radios, sedes televisivas  y hoteles.

Saif al Arab Khadafi, y sus pequeños hijos murieron junto a otra cantidad de víctimas, en un ataque aéreo lanzado por la OTAN en Trípoli, tratando de asesinar a Khadafi quien estaba en el lugar con su esposa.

El bombardeo fue una doble provocación de la OTAN porque en esos momentos y una vez más Khadafi  llamaba a negociar  un cese del fuego con la OTAN.

"Hasta este momento Libia está dispuesta a aceptar un cese del fuego, pero un cese del fuego no puede ser unilateral dijo Khadafi por la TV estatal de su país y agregó “nadie puede obligarme a dejar mi país, y nadie me puede decir que no debo luchar por mi país",  a la vez  que exigió que un acuerdo de cese del fuego sea firmado por todas las partes involucradas en el conflicto.

Por supuesto que nadie de los que conforman el llamado  Consejo Nacional de Transición (CNT), creado a instancia de los invasores y no como sostienen los medios hegemónicos, por “el pueblo rebelde”, aceptaría  un alto al fuego y una negociación que salvaría muchas vidas, porque esta “guerra” es una cuestión de negocios, de geoestrategia  y de asegurar el control de los recursos del mundo al precio de anular todas las soberanías y no otra cosa.

Estados Unidos y sus aliados europeos -que una vez más quedarán relegados si llega a concretarse la toma de Libia- no están allí para pacificar sino para invadir porque no se trata de una “misión humanitaria” sino de un nuevo asalto colonial y ocupación de  un país.

El actual vicepresidente(porque hubo varios en un escaso tiempo) del Consejo Nacional de Transición (CNT), Abdelhafizh Ghoga dice ahora que “la gente en Libia no puede imaginarse ni aceptar un futuro en el que el régimen de Khadafi esté presente", como si él representara la liberación y no la entrega del país.

Pero, en tanto, lo que arde por bombas  a solicitud de estos “rebeldes” son casas donde viven familias. Como se sabe mediante las leyes libias -que nadie cita- cada libio tiene derecho a una casa y salud y educación gratuitas, entre otros que su constitución establecía,

Un ojo de la CPI ve crímenes de lesa humanidad en un lado, pero el otro se tapa -como lo hacen los piratas-cuando esos crímenes están documentados fehacientemente y sus responsables están amparados por el poder hegemónico.

Desde que el 31 de marzo pasado  la OTAN, se puso al frente de los ataques, en una maniobra de Estados Unidos para apaciguar “los entusiasmos” franceses y británicos y advertir quien en realidad manda en estos asuntos,  se han realizado más de cinco mil operaciones aéreas sobre el país, entre ellas más de dos mil bombardeos.

LA ONU AMPARA BOMBARDEOS

El objetivo primario de acuerdo a la Resolución 1973 era  “supervisar la zona de exclusión aérea”, mantener el embargo de  armas y proteger a la población civil.

Ahora la población civil está desprotegida ante los bombardeos de la OTAN y ya no se trata de evitar los supuestos ataques de Khadafi contra la población civil, sino de derrocar al gobierno, lisa y llanamente y de armar con dineros del Estado libio a los “rebeldes” que están bajo el amparo de los invasores.

Aprovechando el marco de las revueltas en Túnez, Egipto y otros países se armó el levantamiento ”popular” en Benghazi y otras ciudades, con aceitada mano externa, como lo reconoció el presidente de Estados Unidos Barack Obama  el 30 de noviembre de 2010, en The New York Time, al   admitir que desde hacía tiempo había mandado a comandos de la CIA a Libia para ponerse en contacto con los presuntos rebeldes y orientarlos y asesorarlos.

Cada vez se conocen más datos sobre el ingreso de mercenarios, a los que curiosamente algunos periodistas europeos definieron como “tribus” de las zonas fronterizas “en rebelión” contra Khadafi,  por motivos religiosos y “tribales”.

Las “tribus” en realidad fueron mercenarios muy bien armados (con armas que llegaron de manos del ejército de Egipto entre otros)los que se escurrieron por las fronteras porosas  para crear el foco que se necesitaba para intervenir en Libia.

La voz de la razón para detener esta masacre no se escucha. Cada llamado al diálogo es respondido con bombardeos, como lo ha registrado la agencia Prensa Latina cuando describe (17-5 2011)los ataques contra “edificios residenciales” y  oficinas gubernamentales que  “sufrieron daños considerables” entre ellos un hotel que albergaba periodistas extranjeros.

Por supuesto que los invasores no aceptarán nada y ¿por qué habrían de hacerlo si ya estaban preparados con barcos, aviones, portaviones y demás desde mucho antes de que se hablara de “inquietudes” en Libia? .

Y en la oleada de bombardeos, como lo relata también PL  se afectaron viviendas y mientras las casas “quedaban  envueltas en llamas” sus habitantes huían por las calles.

En esos días la OTAN bombardeó también áreas periféricas como una planta petrolera en Ras Lanuf, respondiendo a un pedido de Gran Bretaña y de la “oposición armada” libia “para intensificar y ampliar sus ataques”.(PL)

¿Qué clase de rebeldes libertarios pedirían que se bombardeara a su pueblo y a su territorio?.

En sus esfuerzos negociadores Libia envió una delegación a Moscú a la vez que anunciaba una amnistía para “alzados arrepentidos y mercenarios” respaldado  por  un acuerdo del denominado “foro de notables” y ancianos de la Conferencia Nacional de Tribus Libias, en una reunión con representantes de más de 860 etnias. Estos llamaron a “hacer todo lo posible para lograr la paz, la unidad y el diálogo entre los libios a partir de un alto el fuego y una solución negociada al conflicto”.

La respuesta es la intensificación de los ataques.

El pasado de 21 de mayo el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia Serguei Lavrov advirtió que la OTAN incumple el mandato de la ONU. Por su parte el portavoz oficial de la Cancillería, Alexander Lukashevich, señaló que pese a asegurar que en Libia se toman las decisiones correctas, la OTAN persiste en derrocar al gobierno de ese país, para lo cual nadie le dio mandato alguno”, a la par que se pronuncian por una salida negociada al conflicto en Libia (Prensa Latina).

Esta posición aparece como una respuesta definida a la propuesta de David Richards, jefe de las  Fuerzas Armadas británicas quien se pronunció por aumentar “el rango de sus objetivos” para “acabar” con Kadhafi, como reportaron diversas agencias.

“Se puede o no tener simpatía por el primer Kadhafi o por el Kadhafi de los últimos años, pero definitivamente no se puede estar del lado de los ‘cruzados’ ni de la prepotencia de los fabricantes de bombas y los comerciantes de oleoductos. Estas gestas sólo producen muertes sobre muertes hasta que el planeta entero caiga en la lista negra”, advierte desde Italia el analista Gabriel Impaglione.


GUERRA COLONIAL Y ASALTO A LIBIA

Stella Calloni (2)

Si alguien tenía dudas de lo que significó la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, del 17 de marzo de 2011, que autorizó con eufemismos de por medio, la invasión a Libia, basta con analizar la Conferencia de Londres del 29 de marzo pasado, para entender  lo que había detrás de la falsa intervención humanitaria, cuando sin pudor comenzó el reparto de los bienes de ese estado del norte de Africa.

A la reunión sólo llegaron los “cruzados” Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña y también Alemania, dejando afuera a China y Rusia, mientras que la delegación de la Liga Arabe fue muy pequeña, expresando el desacuerdo general y la Unión Africana se negó a participar, previendo la inmoralidad de este robo a mano armada.

Durante la conferencia sin siquiera saber quienes conformaban el  Consejo   Nacional de Transición(CNT), se decidió apropiarse del dinero del Estado libio que estaba depositado en bancos europeos y previamente congelado por éstos, para supuestamente  armar a los “rebeldes”.

Es decir para comprarse armas a sí mismos y guardarse lo que cada uno estime “necesario” en sus propias cajas. Por supuesto que  los “cruzados” que atacan a Libia no mencionaron sus intereses,  no sólo por el petróleo, sino por el enorme acuífero que existe debajo de ese territorio o la posición estratégica de Libia y la necesidad de instalar allí una base militar del Africom (esa especie de Comando Sur estadounidense para controlar Africa)a lo que el “monstruoso” Khadafi se negaba.

Hay que agregar a esto varias “desobediencias” del dirigente libio y algo que Europa lamentará en el futuro y es que la venta de petróleo en euros significaba decir adios al dólar estadounidense, con todas las consecuencias que esto tenía. Era una negociación independiente para ambos.

En esa reunión de Londres se violaron hasta las propias reglas del mercado que tanto defienden, como la seguridad bancaria, al apoderarse del dinero del pueblo libio al que dicen proteger.

Por otra parte se aseguraron la comercialización del petróleo desde las zonas que la OTAN controla para supuestamente  “ayudar” a sus rebeldes, entre los cuáles cualquier observador serio podría encontrar a connotados mercenarios de los ejércitos privados que Estados Unidos llevó a Irak y mantienen en la región para sus guerras sucias.

EXTRAÑOS “REBELDES”.

Varios autores han señalado el hecho curioso de que “los rebeldes libios” tomaron tiempo de su “rebelión” en marzo para crear su propio Banco  Central, antes de que tuvieran un “gobierno” o un control territorial verdadero, tal como muestra un trabajo de Ellen Brown, abogada y presidenta del Public Banking Institute, que recoge importantes análisis. (Red “Sin permiso” mayo, 2001).

Entre  estos cita  una nota escrita por Roberto Wenzel en Journal of Political Economy donde el autor dice que “Nunca antes había oído hablar de un Banco Central creado en cuestión de semanas durante un levantamiento popular. Esto sugiere que los rebeldes son algo más que un montón de pobres en trapos y que hay algunas influencias bastante sofisticadas detrás de su movimiento”.

Asimismo se cita un artículo de Alex Newman    en The New American donde señala que “ en un comunicado  los ‘rebeldes’ informaron sobre los resultados de una reunión celebrada el 19 de marzo. Entre otras cosas, estos supuestos revolucionarios ‘harapientos’ anunciaron la ‘designación’ del Banco Central de Benghazi como autoridad monetaria competente en las políticas monetarias en Libia y el nombramiento de un gobernador del Banco Central de Libia, con una sede temporal en Benghazi”.

Newman citó al Editor Senior de CNBC John Carney, quien preguntó: “¿Es esta la primera vez que un grupo revolucionario ha creado un banco central, mientras que todavía está en medio de la lucha contra el poder político arraigado? Sin duda y parece indicar lo extraordinariamente poderosos que se han convertido los banqueros centrales en nuestra época”.

En el trabajo analítico se refieren a “otra anomalía  que consiste en la justificación oficial para tomar las armas contra Libia que supuestamente son las violaciones de los derechos humanos, pero la evidencia es contradictoria”.

Se hace referencia a un artículo publicado en la página web de  Fox News el 28 de febrero, donde se señalaba que  “mientras las Naciones Unidas trabajan febrilmente para condenar el líder libio Muammar al-Kadhafi(dicen Gaddafi) por tomar medidas enérgicas contra los manifestantes, el Consejo de Derechos Humanos está a punto de aprobar un informe con alabanzas sobre el desempeño en derechos humanos de Libia. Este documento elogia a Libia por mejorar las oportunidades educativas, por hacer de los derechos humanos una ‘prioridad” y por mejorar su marco constitucional”.

La cita surge de las conclusiones de una delegación de médicos de Rusia, Ucrania y Bielorrusia, quienes escribieron un llamamiento al presidente ruso, Dmitri Medvédev  donde dicen que “después de familiarizarse con la vida de Libia”, opinan que “los libios tienen derecho a tratamiento gratuito, y sus hospitales están equipados con el mejor equipamiento médico. La educación es gratuita, y los jóvenes capaces tienen la oportunidad de estudiar en el extranjero a expensas del gobierno. Al casarse, las parejas jóvenes reciben 60,000 dinares (unos 50,000 dólares) de ayuda financiera. El estado otorga préstamos sin intereses, y aparentemente, sin fecha. Debido a los subsidios del gobierno el precio de los coches es mucho menor que en Europa, para que estén al alcance de todos. La gasolina y el pan cuestan un centavo, y la agricultura no paga impuestos. El pueblo libio es tranquilo y pacífico, no liba (no bebe), y es muy religioso”.

Añade la página que incluso si es sólo propaganda, “no se puede negar por lo menos un logro muy popular del gobierno de Libia: llevar agua al desierto, mediante  la construcción del proyecto de irrigación más grande y más caro en la historia, el Great Man-Made River (GMMR)de 33 mil millones dólares, ya que más que  el petróleo, el agua es crucial para la vida en Libia”.

En ese informe reconocen que “el GMMR provee al 70 por ciento de la población con agua potable y para riego, bombeándola desde el sistema acuífero de Nubia en el sur a las zonas costeras pobladas 4 mil kilómetros al norte, concluyendo que  “el gobierno libio ha hecho por lo menos algunas cosas bien”.

En el mismo informe se hace referencia a  una entrevista de la Red Democracy Now.  donde se documenta que en una entrevista con el general Wesley Clark (R), de 2007este dijo que “alrededor de 10 días después del 11 de septiembre de 2001, otro general le había comentado que  ya se había tomado la decisión de atacar a Irak ante lo cual sorprendido  preguntó ¿por qué?.

La repuesta fue  “No sé(…). “Supongo que porque no saben qué más hacer”.Más tarde, el mismo general explicó que el plan era atacar a siete países en cinco años: Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán e Irán.

Y la pregunta de los analistas es ¿qué tienen estos siete países en común?. Una de las repuestas más lógicas  es que “ninguno de  estos está entre los 56 miembros del Banco de Compensaciones Internacionales – BIS (Bank of Internacional Settlements – Banque des Règlaments Internationaux). Eso evidentemente los pone fuera del alcance del largo brazo del banco central de los banqueros centrales en Suiza”.

Y además se añade que los más “renegados del lote eran Libia e Irak, los dos que han sido atacados”.

Otra nota que cita el informe es el de Kenneth Schortgen Jr. Publicado en “Examiner.com” donde señala que “seis meses antes de que EE.UU. atacara a Irak para derribar a Saddam Hussein, el país había empezado a aceptar euros en lugar de dólares en pago por su petróleo, y que eso lo convirtió en una amenaza al dominio global del dólar como moneda de reserva, y su dominio como el petrodólar”. Esto también está señalado en otros análisis como el del estadounidense Paul Harris.

Y más adelante se hace referencia  a un artículo ruso  que se titula “El bombardeo de Libia-El castigo a Kadhafi por su intento de rechazar el dólar”, donde se señala que este  dirigente  intentó hacer lo mismo( que Hussein ) “inició un movimiento para rechazar el dólar y el euro, y pidió a las naciones árabes y africanas utilizar una nueva moneda, el dinar de oro, sugiriendo establecer un continente africano unido  con 200 millones de habitantes utilizando esta moneda única”. Esta idea fue  aprobada por muchos países árabes y la mayoría de países africanos.

“Los opositores sólo fueron la República de Sudáfrica y la cabeza de la Liga de Estados Árabes. La iniciativa fue vista negativamente por  EE.UU. y la Unión Europea, con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, llamando a Libia ‘una amenaza para la seguridad financiera de la humanidad’, pero Kadhafi no se dejó influir y siguió empujando para la creación de una África unida”.

A partir de esto, los analistas destacan (citando un artículo de Eric Encina en  Market Oracle) que “Un hecho que rara vez se menciona es que el Banco Central de Libia es  cien por ciento propiedad estatal y que en la actualidad, el gobierno libio crea su propio dinero, el dinar libio, a través de los medios de su propio banco central. Pocos pueden discutir que Libia es un país soberano con sus grandes recursos propios, capaces de sostener su propio destino económico. Y un problema importante para los carteles de la banca globalista es que para hacer negocios con Libia hay que pasar por el Banco Central de Libia y usar su moneda nacional, un lugar donde no tienen absolutamente cero dominio o poder. Por lo tanto, tumbar el Banco Central de Libia (CBL) puede no aparecer en los discursos de Obama, Cameron y Sarkozy, pero esta es sin duda la prioridad de la agenda globalista para absorber a Libia a su colmena de las naciones obedientes”.

Además se señala que Libia no sólo tiene petróleo. Según el FMI, el banco central tiene cerca de 144 toneladas de oro en sus bóvedas. “Con ese tipo de reservas, ¿quién necesita al BPI(BSI)al Fondo Monetario Internacional(FMI) y sus reglas?”.

Para explicar esto se recurre a un artículo de 2002 en Asia Times, titulado “El BIS versus los Bancos Nacionales” en el que  Henry Liu Jianchao señalaba que la normativa del BIS “sólo sirve el único propósito de fortalecer el sistema de banca privada internacional, incluso a riesgo de las economías nacionales”

Y en este caso el BIS “le hace a los sistemas bancarios nacionales lo que el FMI le hizo a los regímenes monetarios nacionales. Las economías nacionales bajo la globalización financiera ya no sirven a los intereses nacionales. La IED [inversión extranjera directa] denominada en moneda extranjera, principalmente en dólares, ha condenado a muchas economías nacionales a un desarrollo desequilibrado hacia la exportación, sólo para hacer los pagos de intereses en dólares, con pocos beneficios netos a las economías nacionales”.

De esta manera  se llega a otra conclusión relacionada con el hecho de que “ tomar préstamos del propio banco central estatal tiene la ventaja de que es sin intereses, lo que reduce el costo de los proyectos públicos en un promedio de 50 por ciento” y “así parece ser cómo funciona el sistema libio. El banco estatal de Libia emite la moneda nacional y presta dinero para fines estatales.

Esto finalmente explicaría de dónde obtiene Libia el dinero para ofrecer educación y atención médica gratuitas y préstamos sin intereses de  50 mil dólares para los recién casados. También explicaría de dónde obtuvo el país los  33 mil millones de dólares para construir el proyecto Gran Río Artificial.

Precisamente una de las preocupaciones de los libios es que la OTAn pueda dañar esta obra monumental produciendo otro “gran desastre humanitario”.

La conclusión final es muy clara al preguntarse si esta es una guerra por petróleo o por bancos. “Tal vez ambos – y por agua, también. Con energía, agua y crédito suficiente para desarrollar su infraestructura, una nación puede ser libre de las garras de los acreedores extranjeros. Y eso puede ser la verdadera amenaza de Libia: puede mostrar al mundo lo que es posible”.(1)

(1)La traducción de estos textos para www.sinpermiso.info: Antonio Zighelboim)


LOS “REBELDES” DE LA OTAN Y

LO QUE NADIE DICE SOBRE LIBIA

Stella Calloni (3)

Más de dos meses de bombardeos criminales de la Organización del Atlántico Norte (OTAN)sobre Libia, debieran ser suficientes para exigir a Naciones Unidas el estricto cumplimiento de la Resolución del 17 de marzo pasado, de por sí ilegal, estableciendo una zona de exclusión aérea para  “proteger” al pueblo de ese país soberano, utilizada por los “protectores” para ataques masivos sobre la población civil  y todo el territorio libio.

 “Es absurdo pensar que las razones para bombardear Trípoli o para tirar  al pichón en las afueras de Benghazi están concebidas para proteger a      la población civil. La utilización de argumentos está concebida para   atraerse el apoyo de los ciudadanos euro-norteamericanos y de parte   del mundo árabe” había advertido el pasado 4 de abril, Tariq Alí, (The Guardian y “Sin Permiso” ) una de las voces más reconocidas en esta temática.

Tariq Alí dijo también que el “cinismo es tan patente, que quita el aliento. Se supone que debemos creer que unos dirigentes que se han manchado las manos de sangre en Afganistán y Pakistán están defendiendo ahora al pueblo libio”.

Con duros términos para los medios de comunicación británicos y franceses que  “son capaces de tragarse cualquier cosa”, lamentó que “gentes decentes de   izquierda caigan todavía en el estercolero lo que resulta deprimente”, para señalar un fenómeno que sucedió en estos meses con sectores y medios considerados “progresistas”.

Por su parte  el analista y escritor Pepe Escobar, escribió en la red “Rebelión” (3 de abril de 2011)que esta es “la primera guerra africana de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), tal como Afganistán es la primera guerra de ésta alianza  en Asia central y del sur”.

Analizó que la OTAN como “brazo armado de la ONU” utilizó un nuevo concepto estratégico “humanitario imperialista” que “acaba con  la soberanía nacional, en un hábil replanteamiento que desdibuja completamente el Artículo 2,  de la Carta de la ONU sobre el principio de la igualdad soberana de los Estados”, y  desenmascaró la farsa de la “protección” al pueblo tal como se vendió esta guerra  al mundo.

Ante esta situación la autora de esta nota consultó a diplomáticos libios solicitando  la versión de su país ocultada por los medios hegemónicos.

De acuerdo a documentos de la cancillería libia los hechos comenzaron  cuando en febrero pasado fueron “activadas células dormidas de Al Qaeda”, organización ligada a la CIA estadounidense desde sus principios, cuyos mercenarios “lograron infiltrarse en Libia, favorecidos por los sucesos en Túnez y Egipto creando  el clima para ello”.

El gobierno libio comprobó que “se emitieron órdenes a estas células para atacar inmediatamente cuarteles en Albaida, Benghazi y otras ciudades, donde mataron a las guardias y se apoderaron de armas. Luego fueron a prisiones liberaron a criminales a quienes entregaron armas que fueron utilizadas para aterrorizar y atacar a ciudadanos”.

Asimismo destruyeron “estaciones policiales e instituciones de justicia, e incendiaron los edificios, incluyendo los archivos. Describe el informe que las ciudades fueron tomadas por asalto “matando indiscriminadamente a ciudadanos y mutilando sus cuerpos al quemarlos o despedazarlos”.

Los objetivos fueron también compañías, campos  petroleros y puertos, afectando a trabajadores “ciudadanos de países extranjeros, obligando a estos a evacuar a sus nacionales y a retirar a empleados de sus embajadas por temor a los ataques”.

Los diplomáticos libios denunciaron a los “medios masivos y canales de satélites árabes y occidentales”   que aprovecharon estos eventos para lanzar una campaña de desinformación contra Libia, “difundiendo mentiras, distorsionando hechos e instigando a la opinión pública”, mediante noticias  “redactadas fuera del país y lejos de la realidad del terreno”, logrndo influenciar y presionar a países y organizaciones regionales e internacionales que apoyaron las acciones  dirigidas “contra la seguridad, la unidad de Libia, y la estabilidad de su pueblo”,

La propia Liga de los Estados Arabes sin comprobar nada “suspendió  la participación de la delegación libia en las reuniones del organismo, una decisión sin precedentes desde su establecimiento en 1945.

En una acción planificada estos medios  “calificaron lo que sucedía en Libia de crímenes contra la humanidad” los que acusaron al gobierno, y sin ningún tipo de comprobación de los hechos, el país fue separado  del Consejo de Derechos Humanos  de la ONU en “un acto sin precedentes, que carece de la mínima lógica, justicia y neutralidad”.

Lo mismo sucedió con la resolución 1973  de Naciones Unidas tomada “sin tener la información necesaria sobre los sucesos reales”  y aduciendo proteger a la población ( más de seis millones de habitantes) habilitó miles de incursiones aéreas y bombardeos con las consecuencias que se conocen.

En otro punto  se analiza que mediante las noticias manipuladas, se propagó también la falsa idea de bombardeos libios contra civiles para desalentar  rebeliones, “en una deliberada falsificación y distorsión de las verdaderas operaciones en tareas limitadas y muy precisas”.

Y en este aspecto aclaran que la defensa libia sólo actuó “como lo puede demostrar” para inutilizar depósitos de armas y municiones, “lejos de áreas habitadas, a fin de destruirlos e impedir que fueran tomados y utilizados para incrementar la violencia y expandir los crímenes que estaban cometiendo”.

Se protegió la vida de los que cuidaban esos sitios a los que se advirtió previamente.

Esto concuerda con las declaraciones de diplomáticos rusos, chinos y turcos y algunos medios de comunicación latinoamericanos presentes en el lugar, de que no se había comprobado ningún bombardeo libio sobre población civil.

Sostienen los informes que la “violenta campaña” de desinformación llevó  a apoyar la resolución de la ONU “bajo la equivocada conclusión de que las autoridades libias  habían perdido legitimidad”, lo que no sucedió y “todos pueden ver a un pueblo que resiste y rechaza las ofertas de los que bombardean para que Libia se rinda”.

Los funcionarios destacan que en una resolución anterior (la 1970)de  este año el Consejo de Seguridad incluyó una serie de medidas coercitivas contra Libia en tiempo récord, lo que  llevó a la cancillería a advertir que el Consejo de Seguridad tomó decisiones sobre Libia, violando los estatutos, “ya que debió hacerlo de acuerdo con los capítulos sexto y octavo, puesto que es un tema africano y debe ser manejado por la Unión Africana”.

De la misma manera se preguntan “por qué  el Consejo emitió su resolución bajo el capítulo séptimo en base a informes de prensa, ignorando deliberadamente  que las autoridades libias habían aceptado el envío de una comisión investigadora al terreno, en respuesta a la resolución emitida por el consejo de Derechos Humanos el 25 de febrero de 2011, y  a la resolución emitida por el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana el 23 de febrero de 2011”.

Entre otros interrogantes los diplomáticos libios también  se preguntan sobre las razones por las cuáles el Consejo de Seguridad  no tomó resoluciones contra la OTAN en su lucha con las que llamaban ‘bandas armadas’ en Afganistán y Pakistán o por qué  Estados Unidos y sus aliados no  fueron  castigados “cuando en sus planes de guerra” atacaron la ciudad iraquí  de Fallujah matando a muchos de sus habitantes  y destrozando edificios y mezquitas, con el argumento de que Al-Zarqawi se había atrincherado allí”.

Enumeran una serie de casos y situaciones donde se produjeron ataques criminales guerras ilegales,  violaciones al derecho internacional y humanitario y masacres contra los pueblos, sin que la ONU haya hecho nada.

Contrastando con esas posiciones reclama  que no se reconociera a Libia “el legítimo derecho a la defensa ante tan duros ataques  y ante la injerencia externa que era por todos conocida”.

También se aclara que en el país no hubieron manifestaciones pacíficas sino que se trató desde el primer momento de “una conspiración externa, diseñada por adelantado y ejecutada por bandas armadas latentes o ‘dormidas’ con la complicidad de ciertos países” afectando la  soberanía, la  independencia, la unidad del territorio libio y buscando apoderarse de sus riquezas petroleras y otras.

Los informes destacan las presiones sobre  las misiones  libias en el exterior, “para que los diplomáticos renuncien”, todo lo cuál conforma “una flagrante intervención en los asuntos internos” y pone como ejemplo el hecho de que los gobiernos extranjeros que participan en los ataques a Libia, “establecieron contactos con los líderes de bandas, sin conocer quienes eran, y los consideraron sus interlocutores, incluso aterrizaron en zonas libias  bajo control extranjero, desconociendo la soberanía del país, sin permiso del gobierno competente.

Estas acciones ilegales, “mostraron que nunca hubo interés en una solución que resguardara la vida del pueblo libio”, sino que  “vinieron a derrocar el gobierno, a dividir el país y a volver a los tiempos coloniales, matando a centenares de civiles y destruyendo lo que el esfuerzo del pueblo construyó desde que el país dejó de ser una colonia en los años 69”.

LOS “REBELDES” DE LA OTAN.

El gobierno libio reclama el derecho a defender a su pueblo y su territorio, y lamenta que las denuncias sobre la presencia extranjera en las supuestas rebeliones “no hayan sido tomadas seriamente por  otros Estados y organizaciones, que hubieran podido comprobarlo en el terreno e impedir esta tragedia”.

Documentan   cómo el gobierno  cumplió con todas las resoluciones de la ONU constituyendo  el 7 de marzo de 2011   “un tribunal de apelación y un tribunal independiente, integrado por jueces experimentados para investigar los casos criminales ocurridos en Libia desde el 15 de febrero de 2011”.

También acató lo acordado en la reunión sostenida con Abdulelah Alkhatib, enviado del secretario general de la ONU a Libia,  disponiendo detener todas las operaciones militares, pero el país fue atacado de inmediato.

“En respuesta al Comunicado del Consejo del 23 de febrero de 2011 se preparó la recepción de una misión del consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana para comprobar la  situación en el terreno y  se ofreció recibir un comité investigador internacional bajo el liderazgo de la ONU ante las demandas del Consejo de Derechos Humanos” señala el informe libio.

La cancillería informó asimismo a los miembros del Consejo de Seguridad sobre las disposiciones tomadas por Libia ante la primera Resolución  asumiendo el compromiso de proteger a los civiles, proveer ayuda humanitaria, respetar los derechos humanos y proteger a ciudadanos extranjeros, la no utilización de mercenarios por parte de Libia, la apertura de canales para la discusión “con vista a preservar la soberanía nacional en todo el territorio de la patria” y pidió a organismos y autoridades internacionales que investigaran en el terreno, “en lugar de apoyarse en falsas alegaciones”.

Nada de lo hecho por Libia fue reconocido y la respuesta ha sido hasta ahora el bombardeo permanente. “Esta agresión enfatiza que lo que está ocurriendo actualmente en Libia es la ejecución de una conspiración premeditada, como había sido advertido desde el inicio” y por eso no hubo ninguna respuesta ante la disposición del ejecutivo libio a cumplir todos sus compromisos, incluso aceptando el mapa de ruta propuesto por el comité africano de alto nivel  el 19 de marzo que estipulaba en su primera fase, el alto a todas las hostilidades”.

Se demuestra así que los atacantes “no querían ni la paz, ni la protección del pueblo..Quieren a Libia y sus riquezas no importa cuantos deban morir”.