jueves, 5 de mayo de 2011

Oir y ver La Cripta Ana Sipowicz Quito Mariani Victor Acha Córdoba rad2

 

Necesitaba contarles.

Por  Ana Sipowicz.

Córdoba.

La Cripta es como se conoce en Córdoba, Argentina, es la parroquia Nuestra Señora de Valle.

Desde hace muchos años intentamos como comunidad, vivir el evangelio siguiendo la línea del Vaticano II. Tuvimos como guía y apoyo al párroco "Quito Mariani" que fue cuestionado y hostigado hasta su jubilación por la jerarquía eclesiástica.

Su sucesor  Víctor Acha,  surgido después de un duro enfrentamiento entre la comunidad y el obispo continuó con la misma línea pastoral. Víctor debía  jubilarse este año. Sorpresivamente el obispo anticipó el alejamiento nombrando en su lugar a Pedro Torres de una línea totalmente distinta, muy afín a la de la jerarquía.

Los laicos pedimos la reconsideración del nombramiento. A lo largo de cuatro meses intentamos dialogar con el Obispo Carlos Ñañez obteniendo sólo una breve entrevista, con un reducido número de representantes, donde se informó que la decisión estaba tomada.

La Cripta insiste en mantener la voz y el poder de los laicos en la toma de decisiones y en no aceptar imposiciones del obispo sin ser escuchados

El obispo elige el 1 de mayo para el recambio, y avisa que la ceremonia contará con su presencia. Al día siguiente escribí a algunos amigos y amigas intentando abrir el diálogo para pensar juntos sobre lo que sucedió. Ahora lo comparto con Uds.

"Queridos amigos, es lunes, el cielo está azul y el aire fresco y limpio y yo empezando un montón de cosas como sacar toda la ropa del placard, que ahora está arriba de la cama, para seleccionar invierno verano. Sospecho que en el mejor de los casos será reingresada como está y en el peor...esta noche habrá que hacer espacio…

Estoy nerviosa, desolada, furiosa, triste .....Tengo que contarle a alguien lo que vivimos con Alberto anoche en la Cripta, ahora Nuestra Señora del Valle, y sólo sirve contárselo a los que entienden de qué hablo.

La ceremonia comenzaría a las 20  y previendo mucha gente llegamos con mi esposo Alberto a las 19,15, yo con la secreta idea de dejarme ganar por los recuerdos de ese lugar tan querido y que de una forma tan especial los incluye y agradecer por lo vivido. Seguía teniendo mis dudas sobre lo que vendría pero con cierta aceptación de que hay que dar una oportunidad.

Había pocas luces, algunas personas ya acomodadas, muchas mujeres, algunos hombres y como en bandada iban llegando monjitas con hábitos blancos. Algunos chicos jóvenes llegaban con sus instrumentos. Un señor apurado trajo un poster de Juan Pablo II y lo colocó en esas nuestras queridas paredes vacías, cerca de la cruz.

Había cierta tensión en el ambiente, o sería en mí, y nadie hablaba, hasta que una mujer comenzó con el rezo del rosario, de pronto todos estaban rezando en voz alta con ese murmullo que a veces he supuesto como tranquilizador pero que ahí era evidente preanunciaba algo que alteraba el ánimo, algunos aprovecharon a arrodillarse frente al poster de Juan Pablo II.

La Cripta se fue llenando, algunos ómnibus especiales traían más y más gente que entraba en grupos, muchos llegaron en sus propios autos. La gente de la parroquia miraba casi azorada, quizás como yo rogando que lo que veíamos no fuera cierto.

Se encendieron las luces y entró el Obispo, Pedro Torres, muchos curas más, todos de blanco, también el Quito con un cura amigo que se colocaron del otro lado. Se empezó rápido y mientras Víctor salía a buscar un micrófono para el Obispo y le ayudaba a colocárselo, se leía el decreto con el anuncio de su sustitución por Pedro Torres. 

En clima ya acelerado, se cantó una canción  y allí Darío, el presidente del Concejo Pastoral se adelantó y leyó una nota corta dirigida al Obispo pidiéndole por última vez que escuchara a la comunidad en lo que tenía para decirle.

El Obispo bajó los ojos, miró al suelo y mantuvo esa postura hasta el final, mientras tanto los de la Cripta nos pusimos de pie y acompañamos a Darío...de pronto y a la voz de "Cristo está en el Obispo" la multitud empezó a gritar , se mezclaban rezos del rosario, gritos "qué hacen acá todavía", "váyanse"...., por ahí un "el Espíritu Santo está presente"......

El Obispo seguía mirando para abajo y Pedro Torres sonreía; había unos cuatro o cinco representantes de los grupos de la parroquia que también iban a leer algo pero era imposible por el griterío. Pedro T. se adelantó y pidió que "con espíritu democrático déjenlos hablar", pero no fue fácil calmar la multitud, dos mensajes más y Pedro T, el Obispo seguía mirando el piso, avisó que habían sido democráticos y que no iban a escuchar más, la gente aplaudía a rabiar, todos de pie intercalando gritos  y avisando que Cristo, el Espíritu, la Virgen estaban con ellos....

Víctor se puso de pie y le dijo al Obispo que le había jurado obediencia, que lo reafirmaba, pero que ante esta situación tenía que retirarse, la multitud estalló en aplausos. Víctor les dijo que la mayoría de los que estaban allí no sabían de la lucha de cuatro meses por conseguir el diálogo con el obispo, que de paso seguía mirando el piso, alguien gritó "andate", y todos aplaudieron.

El Quito antes de salir dijo que La Cripta era algo que escapaba a los límites de las paredes, que era un modo de vivir la fe que se buscaría vivir en otra parte, pero cuando lo reconocieron no lo dejaron terminar. De paso descubrí como se puede insultar diciendo palabras "sagradas", así abucheados, con clima de euforia vencedora a nuestra espalda, avanzó Víctor, el Quito y los de la parroquia hasta salir afuera, aún allí nos pidieron que nos calláramos porque parece que allí empezó a hablar Ñañez o Pedro, nosotros ya no estábamos adentro.

Con algunos de ustedes posiblemente no coincidimos o dejamos de alguna forma de coincidir en la visión de la iglesia, pero lo que vivimos anoche supera ampliamente lo que yo creía posible.

La planificación del atropello, la violencia liberada, la sonrisa imperturbable de Pedro Torres, la mirada baja, ni una vez levantó la vista el Obispo ante tamaño atropello, me hacen coincidir con una frase de Vittín Baronetto: esta noche han secuestrado la Cripta.

Disculpen esta necesidad de decir ésto, no espero que tengan nada para decirme, egoístamente necesitaba que lo escucharan. Un abrazo.+ (PE)

 

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