lunes, 5 de septiembre de 2011

fábricas recuperadas argentinas Luis Caro CGT cartoneros costureros

Publicado en el último semanario de Noticias Urbanas

 

HABLA LUIS CARO, ABOGADO DE LOS TRABAJADORES

El líder del movimiento que aglutina las fábricas gestionadas por sus ex empleados analiza la nueva norma que rige para estos casos. La unión con las cooperativas de cartoneros y costureros. El intento de ingresar a la CGT.

Por Lucas Schaerer 

La primera fábrica porteña recuperada y gestionada por sus trabajadores nació hace casi diez años. En el verano de 2002 los ex empleados de Ghelco acampaban a la intemperie en la puerta de la inmensa fábrica ubicada en Vieytes 1743, en el barrio de Barracas. 

A los dos meses de ingresar en la planta, que produce materia prima para heladerías y confiterías, lograron que la Legislatura porteña sancionara la ley que declaraba a Ghelco de utilidad pública y sujeta a expropiación.

“Mi mujer se cruzó con una señora en el almacén que le contó que un abogado y los trabajadores de la textil Unión habían logrado mantener una fábrica en Avellaneda”, relató la anécdota a este medio Miguel, un trabajador que se dedica
 a la producción en Ghelco y por la tarde hace portería allí mismo. 

Claudia es otra de las trabajadoras de Ghelco: “Cuando contactamos al doctor Caro lo primero que nos dijo fue que debíamos acampar en la puerta de la fábrica. No podíamos entender muy bien las razones, sí que queríamos nuestro trabajo. Ahí nació la solidaridad del barrio. Hicimos una locreada para explicarles a los vecinos por qué acampábamos. Un viejito que iba al súper nos dejaba siempre una bolsa con productos. De la panadería nos traían lo que no vendían, y las asambleas barriales nos ayudaron muchísimo. Pero cuando entramos en la fábrica, el 14 de julio, las alimañas eran del tamaño de una liebre. Todo sucio, un asco, sin gas, ni luz, ni agua. Entonces el vecino de al lado nos prestó una manguerita y baldes. Los insumos de limpieza los conseguimos por trueque. Cuando les cuento a mis tres hijos que cortamos el puente Pueyrredón no lo pueden creer. Necesitábamos que vinieran los medios. Pero entonces no venía nadie”, recuerda Claudia.

En la actualidad, Ghelco es proveedora de Nestlé. Su salto de calidad fue dado durante la gestión obrera. Es que en 2009 (la empresa tiene cuarenta años) se convirtió en la primera empresa argentina en el rubro que trabaja bajo las normas de calidad internacional ISO 9001. Con un catálogo de alrededor de 2.000 productos, Ghelco es líder en la fabricación de crema chantilly, pulpas y bases para helados.

Además, la Cooperativa Vieytes, como se conoce formalmente a Ghelco recuperada, es reconocida por su escuela. Allí montaron una especie de heladería para capacitación. En Capital Federal, las fábricas recuperadas alcanzan unas 30, lo que cubre entre 2.000 y 2.500 fuentes de trabajo. Desde metalúrgicas, pasando por frigoríficos, autopartes, textiles, hasta un hospital. 

En todo el país suman 20 mil trabajadores, según el Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas por los Trabajadores (Mnfrt). Todas estas cooperativas obreras, para reconocerse como tal, tienen varias particularidades.

La principal es que el costo empresarial es cero pesos y así se diferencian de “las malas experiencias de las cooperativas tradicionales”, según figura en uno de sus boletines.
De ahí que todos los socios cobran el mismo salario (que se transforma en participación de las ganancias), no se aceptan gerenciamientos externos y todas las decisiones se realizan en asamblea, por lo que el consejo administrador se somete a todos los trabajadores.

Luis Alberto Caro es conocido por ser pionero en la recuperación de fábricas abandonadas o quebradas por sus patrones. De 250 fábricas en las que participó en su rol de abogado jamás perdió una. Y estas cifras, ya convertidas en legado para los trabajadores, se concretaron sin una ley a favor.

Recién el último día de junio, la presidenta Cristina Fernández promulgó con su firma las modificaciones a la Ley de Quiebras, que básicamente regulariza la situación de las cooperativas de trabajadores que administran fábricas. La conferencia de prensa por el anuncio en la Casa Rosada fue encabezada por tres ministros nacionales y, en representación de los trabajadores, el abogado Caro. Ese acto fue leído como un reconocimiento al Mnfrt diferenciado del Movimiento de Empresas Recuperadas, que lidera Eduardo Murúa.

“La ley anterior privilegiaba, entre los acreedores de la quiebra, a los bancos y financieras. Su objetivo era vender los bienes para pagar a los acreedores. La ley actual tiene la posibilidad de que el síndico opte por los trabajadores que formen en cooperativa para preservar la fuente laboral. Primero se evalúa la opción de los trabajadores y no la venta para satisfacer a los acreedores.

Antes, el que prestó dinero para lucrar tenía más derecho que aquel que trabajó en la empresa para vivir. Ahora es igualitario”, explicó Caro. 

Detallando la nueva norma de quiebras, el abogado de cientos de fábricas en el país afirmó que “el patrimonio de los trabajadores es su indemnización. Ahora el acreedor laboral puede compensarse el crédito laboral. El 80 por ciento de los trabajadores dejan el crédito laboral para ser dueños del inmueble y las máquinas. Con la nueva ley, la fábrica no sale a compulsa a ver quién paga más, porque en el remate es donde existe la mafia de la liga de rematadores. La cooperativa hace la oferta. Se hace un proceso de verificación de crédito y la propuesta de compra. Si falta efectivo, los trabajadores pueden pagar en plazos”.

Para Caro, los ejemplos del funcionamiento de la anterior ley demuestran por qué quería modificarla. “Durante tres años un diario de Córdoba funcionó por sus trabajadores. Después la magistrada quería ponerlo en venta. Eso era legal pero injusto. La propia jueza lo reconoció. Por eso la ley ahora señala que quien se queda con el bien es aquel que recuperó el puesto de trabajo”.

“Pero no todo pasa por el puesto de trabajo. Con el paso a la quiebra, en las empresas, bajo acuerdo que los sindicatos firmaban, se suspendían los convenios colectivos de trabajo durante tres años, y se hacía un convenio crisis. Esto fue derogado. Ahora rige que la empresa debe cumplir con el convenio colectivo. O la empresa se vende o queda en cooperativa con la nueva ley”, señaló el abogado.

Noticias Urbanas pidió a Caro que ejemplifique el proceso de una fábrica a punto de quebrar y del que existe la posibilidad de que se transforme en una empresa recuperada. 

“Es justamente el caso de la marca de ropa Soho: esta empresa tiene 18 pedidos de quiebras y un notorio vaciamiento, ya que sigue vendiendo pero no incorpora materia prima. Entonces se hace la denuncia por vaciamiento en el juzgado comercial donde están los pedidos de quiebra. Una vez decretada la quiebra, los empresarios pueden presentarse en concurso preventivo y tienen diez días para hacerlo después de presentarse la quiebra. Una vez que la quiebra queda firme, puede ocurrir, como en cerámicas Zanón (Neuquén), que tras el desplazamiento de los administradores originales se designe un interventor judicial. En Zanón ocurrió que durante dos años hubo una gestión obrera con síndico. Hoy es netamente obrera”.

La nueva ley de quiebras es impulsada desde el año 2009. “Pero todo eso lo logramos por nuestro propio trabajo en las 250 fábricas donde intendentes y gobernadores vieron cómo los trabajadores pudieron mantener sus fuentes de trabajo. Además movilizamos e hicimos muestras, y la Presidenta puso a Carlos Zannini (el secretario de Legal y Técnica) para evaluar con los trabajadores la reforma. En Diputados no modificaron lo central, y allí agregaron el salvataje, la continuación inmediata, la adjudicación directa y los créditos de AFIP y Banco Nación. De 200 diputados presentes uno solo votó en contra. Fue un demócrata progresista de Santa Fe. Mientras que en Senado tuvimos 50 votos a favor. Lo importante es el consenso político. No sólo fue el apoyo con el decreto ley de la Presidenta, sino el respaldo de todos los sectores políticos.

Por lo que hoy lo jueces no tienen objeción de entregar los bienes a quienes dan continuidad laboral. Ya que, aún sin ley a su favor, los trabajadores demostraron que preservaron el pan a 20 mil familias”, cerró el abogado
y fundador del Mnfrt, Luis Caro.

RECUADRO I

Quién es Luis Caro

Luis Caro nació el 1 de mayo de 1963 en la villa miseria Corina de Avellaneda. A los 49 años es padre de siete hijos. Estudió para maquinista naval especialista en buques. Luego se recibió de abogado en la Universidad Católica Argentina (UCA). La Iglesia fue su segundo gran respaldo
en la vida, a través del obispo de Avellaneda, Rubén Frassia, con quien viene trabajando en la Pastoral Social. Durante ocho años fue funcionario del intendente de Avellaneda Baldomero Álvarez de Olivera. Pasó por la Dirección de Acción Social, luego fue jefe de Compras y, por último,
subsecretario de Empleo. Hace una década que asesora a los trabajadores. “Me mantienen los obreros, ese es mi honor y gloria. Trabajo para otros trabajadores”, dice.

RECUADRO II

Confederación con cartoneros y costureros

El hospital recuperado Israelita, ubicado en avenida Gaona y Terrada, es un ejemplo para el nuevo agrupamiento gremial, la Confederación de Trabajadores de la Economía
Popular (CTEP), donde confluyen trabajadores en cooperativas de fábricas recuperadas, de cartoneros, costureros y vivienda. El Israelita cuenta con una ley de expropiación votada por unanimidad y la adhesión a los trabajadores de la salud del líder de la Iglesia católica y arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, que visitó el nosocomio, y de la Presidenta de la Nación, quien había elegido ir al hospital para anunciar que promulgaba el decreto ley de reforma a la Ley de Quiebras, aunque eso quedó frustrado por un golpe en la frente que sufrió luego de una caída. Emilio Pérsico, por las cooperativas de mantenimiento del Movimiento Evita; Gustavo Vera, por la cooperativa textil La Alameda; Luis Caro, por el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas por los Trabajadores, y Juan Grabois, por los cartoneros del Movimiento de Trabajadores
Excluidos (MTE) fueron quienes dirigieron el acto fundacional de la CTEP. Ante un salón repleto se votó una declaración y una marcha para el 20 de diciembre hasta la sede de la Confederación General del Trabajo (CGT) para solicitar ser admitidos dentro de su estructura orgánica.

Noticias Urbanas . Jueves 1 de septiembre de 2011 . pág. 8