Y EL CHE GUEVARA FELIX ELMUSA AGAISSE
Por Adys
Cupull y Froilán González
“…A ellos se les ha recordado mejor haciendo la
revolución y garantizándola, porque sólo la revolución hará siempre que se les
recuerde. Si perdemos la batalla de defender la revolución, entonces ¿quién los
recordará?1-
Fidel Castro
Entre
los 82 expedicionarios del Yate Granma iba
el periodista Félix Elmusa Agaisse. Un día antes de la salida por Tuxpan hacia
Cuba cumplió 39 años. La minuciosa
investigación de Luis Hernández Serrano, para su libro biográfico, titulado El quinto expedicionario, hace posible que se conozca su ascendencia, la
cual es una conjugación de nacionalidades, por ello afirmamos que sangre
de origen palestino también fue
derramada por la libertad de Cuba, en diciembre de 1956.
Hijo
de Esaad Elmusa, quien nació en Nazaret,
Palestina, de padres sirios; y de Lucía Otilia Agaisse, cubana, cuyo padre era de ascendencia germana, Félix, representa la
composición heterogénea de ser cubano. Es el periodista, emblema de la más alta
condecoración que se entrega a los profesionales del periodismo y a otros, como
reconocimiento al trabajo virtuoso y
patriótico. La historia de los hombres bravos es la mejor novela que podemos
leer. Elmusa fue uno de esos hombres.
En
las entrevistas, Luis Hernández,
remueve los recuerdos de los familiares y amigos. Se acerca a ellos en busca de la verdad, debe saberse todo; y
el Héroe aparece en imágenes, datos y
anécdotas, desde su origen y formación ascendente, hasta su muerte seis días
después del desembarco, fiel a las ideas martianas, a Fidel.
Félix
Juan, como le llamaron sus padres, nació
el 24 de noviembre de 1917, en Calle 8 número 810, Buena Vista, Marianao. Al año siguiente los padres, se trasladan a Ciego de Ávila, por poco tiempo. Luego
residen en Santo Suárez donde nace su hermana Cira. Pero es la casa de Buena
Vista en Marianao, el hogar definitivo.
Estudió en la Escuela Primaria número 16, los amigos le decían El Morito.
En
su infancia, padeció las necesidades de familia humilde, Asaad, su padre, trabajaba en todo lo que aparecía, con honestidad y entrega, para mantener a los dos hijos. Lucía, era ama de casa. Asaad relataba con
frecuencia, su vida en el Medio Oriente.
Los hijos percibieron las angustias narradas por el padre. Los ojos vivos y pícaros de Félix, detallados así por los vecinos, lo miraban
interrogantes. En ese círculo de trabajo
y abnegación creció él, con un carácter
jovial, sincero, amable, preocupado por
la gente que quería, por la Historia de Cuba, por la vigencia de José
Martí.
Hernández
Serrano quiso que brotaran las palabas, frases, ideas de los entrevistados, y
Cira, la hermana, habló de su carácter, conservador, compartimentado, sin
romper la comunicación familiar, mantenida a través de cartas, mensajes, y
saludos que enviaba desde República Dominicana, Miami, Estados Unidos y
México.. En esta etapa de su vida ya se había casado y tenía hijos.
Cuando
era estudiante creó una pequeña revista llamada Amena, más tarde,
escribió para el diario El Sol , corresponsal del periódico La
Discusión; reportero de La Prensa y La Mañana y Jefe de Redacción de El
Progreso cubano. Periodista Insobornable, sus escritos fueron escudos
de un soldado en la batalla contra las
injusticias. El 8 de diciembre de 1956, fue detenido por el ejército de la tiranía, junto a Andrés
Luján Vázquez, y Santiago Liberato Hirtzel. Al atardecer, los unieron a
otros expedicionarios, los obligaron a subir a una camioneta que se internó en un sitio solitario
y tenebroso. Todos fueron masacrados, en
la noche. En la tierra que amó se
derramó su sangre de moro y cubano.
1-Luis Hernández Serrano, El quinto
expedicionario, Editorial Pablo de la Torriente Brau, 1999, p.5