GOBIERNO DE IRÁN APROBÓ EL MEMORÁNDUM CON
ARGENTINA
AMIA y DAIA y otros enemigos del acuerdo con
Irán, en offside
El presidente iraní aprobó el memorándum con
Argentina relativo a la causa AMIA. Las cúpulas de AMIA y DAIA, quedaron
descolocados. La oposición pega “palos porque bogas y palos porque no bogas”.
Clarín y “La Nación”, también en offside.
EMILIO MARÍN
La buena noticia sobre la investigación del
atentado de 1994 contra la AMIA, que provocó 85 muertos, fue que el presidente
Mahmud Ahmadinejad lo aprobó el domingo 19. Lo confirmó el martes 21 el
encargado de negocios en Buenos Aires, Alí Pakdaman, a Radio del Plata. El
diplomático manifestó: “según el punto 6 (del Memorándum), no hace falta que
vaya al Parlamento. La Argentina lo llevó porque no quería que todo el peso se
lo lleve el Ejecutivo. Nosotros lo declaramos con todos los valores”.
El documento firmado en enero por los
cancilleres Héctor Timerman y Alí Akbar Salehi planteaba que sería remitido “a
los órganos relevantes de cada país, ya sean el Congreso, el Parlamento y otros
cuerpos, para su ratificación o aprobación de conformidad con sus leyes”. “Por
otros cuerpos” se puede interpretar el Ejecutivo persa, que lo rubricó.
Pakdaman aclaró que los memorándum no necesariamente deben pasar por el Majlis,
Parlamento, y que un decreto presidencial tiene fuerza de ley.
En los próximos días el Palacio San Martín
recibirá la notificación oficial iraní y podrán intercambiarse las notas
verbales de los dos cancilleres. Se pondrán así en marcha los mecanismos
legales del convenio.
El siguiente paso serán las reuniones de
representantes para la designación de los miembros de la Comisión de la Verdad.
Cada una de las partes debe designar a dos juristas internacionales sin ser
connacionales, y luego seleccionar al presidente de la Comisión, también
independiente.
Luego comenzará otra fase importante: los
países deben girarse recíprocamente la información judicial disponible, y a la
Comisión Internacional, que puede hacer consultas y pedir ampliaciones. Así se
avanzará hacia las audiencias judiciales en Teherán con los cinco iraníes
sospechosos de responsabilidad en el atentado, y que tienen “circular roja” de
Interpol.
No inventar mentiras
El convenio con Irán fue enviado al
Parlamento por la presidenta Cristina Fernández y originó una discusión
democrática. No fue un trámite exprés como falsificaron los dirigentes de AMIA
y AMIA, Clarín y “La Nación”, y la oposición conservadora. Al final de ese rico
debate, Diputados lo convirtió en ley con 131 votos positivos y 113 negativos.
En cambio en Irán, el memorándum fue enviado
al Congreso pero no fue tratado, por diferentes razones. Hay que tener en
cuenta que está en el ojo de la tormenta, por las agresiones del sionismo y
Estados Unidos, que sancionan, vigilan y agreden, incluso con riesgo de
agresión militar. Lo que está sucediendo en Siria es tomado como un anticipo de
lo que pueden hacer en su perjuicio.
Por otro lado en la nación persa hay
elecciones presidenciales el 12 de junio próximo y no son unas elecciones
cualquiera. Se terminan los dos mandatos de Ahmadinejad y no puede ser
reelecto. Y existen diferencias de cierta gravedad institucional entre el
mandatario y el jefe supremo, ayatola Ali Khamenei. Esas contradicciones pueden
no haber garantizado las mayorías suficientes en el Majlis para el acuerdo con
Buenos Aires. Quizás por eso el jefe de Estado optó por no hacerlo pasar por el
ámbito legislativo.
Esas tres circunstancias (agresiones del
imperio, elecciones presidenciales y diferencias políticas en el poder político
y religioso) podrían explicar que el memo no fuera al Congreso. Pero no se debe
mentir con que los iraníes no cumplieron el acuerdo o que su convalidación no
sería válida.
“La Nación” en posición
adelantada
La aprobación de Ahmadinejad fue una
cachetada a la “tribuna de doctrina” ganadera, bursátil y estadounidense. Es
que el domingo 19 de mayo, justo cuando el islámico estampaba su firma al
memorándum, ese diario publicaba un editorial titulado “AMIA: Irán y el
escandaloso acuerdo con la Argentina”.
Allí se quejaba amargamente de que “nuestro
país sigue siendo burlado por la demora en que incurre Teherán para ratificar
el memorando sobre la investigación del atentado. El capricho de nuestra
Presidenta logró, hace ya casi cuatro meses, que en el Congreso de la Nación,
actuando con humillante docilidad y sumisión, el oficialismo ratificara a tambor
batiente el Memorando”.
Hay que ser precisos. Ese convenio no daba un
plazo urgente de aprobación, por lo que la demora iraní no suponía una “burla”.
Buscar formas legales de que Teherán aceptara el interrogatorio a sus cinco
ciudadanos tampoco era ningún “capricho” presidencial. Y el trámite en el
Congreso no fue una actuación con “humillante docilidad y sumisión”.
Los dóciles y sumisos en esa oportunidad
fueron los legisladores, el lobby sionista y los medios afines, incluyendo a
“Gaceta Ganadera”, que opinaron tal cual lo requería Benjamin Netanyahu desde
Tel Aviv.
Sólo un candidato
Otra inexactitud de esos medios monopólicos
fue asegurar que cuatro de los cinco iraníes sospechosos serían candidatos en
las elecciones del mes entrante, supuestamente para comprar su impunidad. El
ladrón cree que todos son de su condición.
Al oficializarse los candidatos se vio que
sólo uno de los sospechados por la justicia argentina será parte de la carrera:
el ex asesor Mohsen Rezaei. No lo serán el actual ministro de Defensa, Ahmad
Vahidi; el ex ministro de Información, Alí Falahijan; el ex agregado de la
embajada en Buenos Aires Moshen Rabbani, ni el ex diplomático Ahmad Reza
Ashgari. Estos son los cinco con “tarjeta roja” y sólo uno competirá en junio.
De los otros tres sospechosos para el fiscal pro-sionista Alberto Nisman,
ninguno será de la partida electoral: el ex viceministro de Exteriores, Hadi
Soleimanpour; el ex ministro de Exteriores, Alí Akbar Velayati, y el ex
presidente Akbar Rafsanjani. El último fue precandidato, pero aparentemente fue
vetado por el Consejo de los Ayatolas.
Entre “todos”, “cuatro y uno, hay
diferencias. Se nota el estilo lanatista de recontramacanear con datos
irremediablemente falsos.
Hay otra cuestión de fondo sobre la que
debería contestar la colérica cúpula sionista en Buenos Aires. ¿No era que el
Memorándum era taaan favorable a Irán? Si fue así, por qué se demoraron estos
meses en tratarlo, sin darle un respaldo legislativo. Nadie se demoraría tanto
ni lo aprobaría sólo el Ejecutivo si estuviera frente a un obsequio total, tal
la valoración de la oposición orientada desde Tel Aviv.
Otra impostura
Los detractores del acuerdo con los persas
pretenden tomarse de que lo firmó Ahmadinejad, quien dejará de ser presidente
en agosto próximo.
Un país puede cambiar de postura, eso suele o
puede ocurrir pero no sólo en este caso, pero lo firmado por aquel mandatario
tendrá fuerza de ley y será exigible a su país, aún cuando él ya no esté en el
gobierno.
Hipotéticamente, el futuro líder iraní puede
tener ser adverso al convenio y eso sería un problema de cara al futuro
(problema ante todo para Irán, cuya credibilidad internacional se vería más
afectada). Pero, ¿qué decir de los precandidatos presidenciales como Mauricio
Macri, José M. De la Sota, Ricardo Alfonsín y otros, quienes han manifestado
que si llegan a la Casa Rosada van a anular el memorándum? Varios han admitido
que derogarán la ley de medios, la estatización de Aerolíneas y un largo
etcétera que en un caso hasta incluye el Fútbol para Todos.
La seguridad jurídica, la previsibilidad del
país y los asuntos de Estado requieren de una oposición que se comprometa a la
continuidad de lo firmado por Argentina e Irán, pero aquellos dirigentes
aguardan el momento de tirar todo eso abajo.
¿Por caso cómo andamos?
Si un desprevenido lee los medios
concentrados o escucha a los dirigentes del lobby sionista Julio Schlosser de
DAIA y Guillermo Borger de AMIA, puede llegar a la errónea idea de que Teherán
es el palo en la rueda del Memorándum.
Se puso de moda usar cartuchos color rojo
contra CFK. Joaquín Morales Solá sostuvo anteayer en “Gaceta Ganadera”: “la
decisión de Cristina Kirchner de acordar con Irán marcó una frontera nueva en
el creciente aislamiento internacional del país. Argentina rompió su alianza
occidental y pactó con los gobernantes iraníes”.
Al mandatar a Timerman a firmar el acuerdo,
luego enviarlo al Congreso y aprobarlo, CFK ha procurado un paso de avance en
la búsqueda de justicia en la causa AMIA. Frente al “terrorismo ideológico” del
sionismo de que las audiencias en Teherán serían ilegales, el juez Rodolfo
Canicoba Corral declaró que él no veía inconvenientes legales.
La oposición al memo viene de otro lado. AMIA
y DAIA presentaron un recurso ante la jueza María A. Biotti, pidiendo por
cautelar que el convenio con Irán no siguiera adelante, atacándolo de
“inconstitucionalidad” (la presidenta habría obstruido a la justicia). Esa
magistrada se declaró incompetente y elevó el recurso a Canicoba Corral, que
también dijo ser incompetente y ahora deberá resolver la Cámara de Apelaciones
en lo Contencioso Administrativo Federal. Puede haber apelaciones y llegar el
asunto a la Corte Suprema, con mucho tiempo dilapidado.
¿Quién obstruye entonces el memorándum?
¿Ahmadinejad que lo firmó o los opositores locales pro-sionistas que lo tildan
de inconstitucional?
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Sergio Ortiz
facebook.com/sergio.ortiz.906
twitter: @Sergioortizpl
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