|
A DOCE AÑOS DEL
MENSAJE DE LOS CINCO AL PUEBLO DE ESTADOS UNIDOS
MENSAJE AL PUEBLO DE ESTADOS UNIDOS
Cinco cubanos leales a su pueblo, que durante 33 meses y 5 días hemos
soportado el riguroso encierro en las celdas de una prisión de otro país
cuyas autoridades son hostiles al nuestro, y donde hemos sido juzgados
después de un largo y escandaloso proceso mediante procedimientos, métodos
y objetivos de carácter absolutamente políticos y bajo un verdadero diluvio
de propaganda malintencionada y fraudulenta, hemos decidido dirigirnos
directamente al pueblo norteamericano para hacerle conocer que hemos sido
víctimas de una colosal injusticia.
Se nos acusó de poner en peligro la seguridad de Estados Unidos,
imputándonos numerosos cargos, e incluso delitos como la conspiración para
asesinar los que, por su incuestionable falsedad, no fueron ni podrán ser
probados, y por los cuales podemos ser sancionados a decenas de años de
prisión y a cadenas perpetuas.
Un jurado constituido en Miami, y esto lo explica por sí mismo, nos declaró
culpables de todos los cargos que se nos imputaban.
Somos patriotas cubanos que nunca tuvimos la intención de dañar los valores
del pueblo norteamericano, ni su integridad; sin embargo, nuestro pequeño
país, que heroicamente ha sobrevivido durante 40 años a agresiones y
amenazas a su seguridad, a planes de subversión, sabotajes y a la
desestabilización interna, tiene derecho a defenderse de sus enemigos, que
utilizan el territorio norteamericano para planear, organizar y financiar
actos terroristas violando las propias leyes internas que los prohíben.
Tenemos derecho a la paz, al respeto a nuestra soberanía y a nuestros
intereses más sagrados.
Estuvimos en este país durante más de cuatro años y siempre nos preguntamos
por qué no podemos vivir en paz ambos pueblos, por qué intereses mezquinos
de una extrema derecha, incluidos grupos y organizaciones terroristas de
origen cubano, pueden enrarecer la atmósfera entre dos pueblos, que por su
cercanía geográfica están en posibilidad de mantener relaciones de respeto
e igualdad.
En nuestros días de prisión hemos reflexionado sobre nuestra conducta en
este país y reafirmamos la más profunda convicción de que con nuestra
actitud y acciones no transgredimos ni pusimos en peligro la seguridad del
pueblo norteamericano y sí contribuimos en alguna medida a descubrir planes
y acciones terroristas contra nuestro pueblo, evitando la muerte de
ciudadanos inocentes cubanos y norteamericanos.
¿Por qué es necesario que patriotas cubanos cumplan el honroso deber de
proteger a su país, lejos de su familia y seres más queridos, teniendo
incluso que postergar el disfrute de la convivencia diaria con su pueblo?
¿Por qué autoridades de Estados Unidos con su tolerancia permiten que se
atente contra nuestro país; no investigan ni adoptan medidas contra los
planes terroristas que CUBA ha denunciado, no evitan los numerosos planes
de atentado contra nuestros dirigentes?
¿Por qué los autores confesos de estos y otros actos terroristas se pasean
libremente por el sur de la Florida, como se evidenció en el desarrollo del
juicio?
¿Quiénes fueron sus entrenadores y quiénes permiten sus planes?
¿Quiénes son los que verdaderamente perjudican la seguridad de Estados
Unidos?
Son los grupos terroristas de origen cubano y sus mentores económicos y
políticos norteamericanos los que erosionan la credibilidad de este país,
los que dan a esta nación una imagen de salvajismo y a sus instituciones un
comportamiento inconsecuente, prejuiciado y poco serio, incapaz de
conducirse con cordura y sensatez ante los problemas que tienen que ver con
CUBA.
Estos grupos y sus mentores se han organizado con vistas a influir para
propiciar un conflicto entre ambos países. Promueven en el Congreso y en el
Ejecutivo medidas y cursos cada vez más agresivos hacia CUBA.
Ellos quieren mantener actualizada la historia de invasiones, sabotajes,
agresiones biológicas u otras similares. Luchan por crear situaciones que
provoquen graves incidentes para nuestros pueblos.
Como resultado de estas agresiones en nuestro país, entre los años 1959 y
1999, se provocaron 3 478 muertos y 2 099 incapacitados, así como un
elevado costo material.
Continúan desarrollando campañas de propaganda para distorsionar la imagen
de CUBA en Estados Unidos y tratan de impedir con diferentes pretextos,
mediante leyes y regulaciones, que los norteamericanos viajen libremente a
CUBA y valoren la situación real del país. También obstaculizan la
cooperación en temas de interés mutuo como la lucha contra la emigración
ilegal y el tráfico de drogas que tanto afecta a la población
estadounidense.
A ello se une la constante demanda de nuevos y mayores fondos del gobierno,
que afectan a los contribuyentes, para financiar las actividades contra
CUBA. Enormes sumas que se dedican a transmisiones radiales, de televisión
y al financiamiento de sus súbditos en la Isla, van en detrimento de los
recursos para afrontar problemas sociales que afectan a los propios
ciudadanos norteamericanos.
Hay antecedentes recientes de la influencia y presiones que estos grupos
ejercen sobre la comunidad en Miami, sus agencias gubernamentales, incluido
el sistema judicial.
El mayor servicio que se le puede prestar al pueblo norteamericano es
liberarlo de la influencia de estos extremistas y terroristas que tanto daño
le hacen a Estados Unidos al conspirar contra sus propias leyes.
Nunca hicimos nada por dinero y siempre vivimos modesta y humildemente, a
la altura del sacrificio que realiza nuestro pueblo.
Nos guió un fuerte sentimiento de solidaridad humana, amor a nuestra patria
y desprecio por todo lo que no respete la dignidad del hombre.
Los acusados en esta causa no nos arrepentimos de lo que hemos realizado
para defender a nuestro país. Nos declaramos totalmente inocentes. Nos
reconforta el deber cumplido con nuestro pueblo y nuestra patria. Nuestras
familias comprenden el alcance de las ideas que nos han guiado y sentirán
orgullo por esta entrega a la humanidad en la lucha contra el terrorismo y
por la independencia de CUBA.
17 de junio 2001.
|