Año 11 Número 77 | Fecha 2013-10-01
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por Rachel D.
Rojas
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¿Se ha preguntado
cuánto cuesta una cuerda de violín, o el violín mismo; un piano, unas
zapatillas de ballet, una licencia de software? Son cuentas difíciles de asumir
en un país donde los precios se multiplican entre las líneas de unas leyes
que bloquean cada iniciativa de subsistencia nacional y donde, a pesar de
eso, la enseñanza artística es gratuita.
Sobre la incidencia que en este campo de estudios tiene el bloqueo político
y económico que EE.UU. sostiene contra Cuba, se realizó este 26 de
septiembre un conversatorio en la misma Universidad de las Artes (ISA);
allí participaron numerosos profesores y artistas que, graduados en la
escuela, se encuentran hoy al frente de las cinco facultades que la
integran.
El tema del bloqueo a Cuba tiene muy pocas referencias históricas en otras
latitudes. Otros países han enfrentado este tipo de políticas
injerencistas, pero en Cuba ha sido una particularidad la resistencia simbólica
y cultural que nadie puede dejar de reconocer durante más de medio siglo.
Es por eso que algunos profesores prefirieron hablar de lo que esa política
no ha podido tocar al interior del ISA.
“Hay una universidad
física, que es a la que nos hemos estado refiriendo hasta ahora, acosada
por numerosas dificultades de índole material; pero también hay, por sobre
todas las cosas, una universidad espiritual. Aun con todas nuestras
deficiencias seguimos siendo capaces de formar y de crear a ese profesional
que goza de gran reconocimiento en cualquier lugar del mundo”,
afirmó Osvaldo Cano, Decano de la Facultad de Arte Teatral.
La Universidad de las Artes cuenta hoy con una matrícula de 1400
estudiantes que se especializan en alguno de los 44 perfiles dentro de las
cinco carreras: Teatro, Música, Danza, Artes Visuales y Comunicación
Audiovisual. Cada año, Cuba invierte alrededor de 10 mil dólares en la
formación de cada estudiante de arte… cada curso escolar.
“La enseñanza artística
tiene un alto costo, y una gran parte de los insumos necesarios para poder
desarrollar esa docencia hay que adquirirlos en otros países”,
explicó Diosvany Ortega González, vicerrector docente del centro de
estudios.
En palabras de Marilyn Cruz, Vicedecana de la Facultad de Música, buena
parte del financiamiento que la escuela necesita se pierde a causa de las
leyes norteamericanas que, entre otras consecuencias, impiden a “cientos”
de instituciones en el mundo apoyar económicamente numerosos proyectos
artísticos nacidos en la universidad cubana.
El efectivo que se desperdicia en procesos de compra de suministros por
terceros países marca una clara línea entre la realidad y la posibilidad.
Solamente en la Facultad de Arte Danzario las zapatillas de media punta,
consideradas “material gastable”, tienen una vida útil de aproximadamente
15 días. Cada par de zapatillas tiene un costo de 35 a 40 dólares.
En la Facultad de Artes Visuales quienes ejercen la docencia también han
asumido, en una considerable medida, el apadrinamiento de los talleres
donde los estudiantes deben desechar una buena suma de materiales antes de
obtener resultados significativos. Resulta increíble escucharlo cuando el
profesor Ossain Raggi lo explica, pero una sencilla piedra litográfica de
40 centímetros cuadrados tiene hoy un precio de 10 mil dólares.
“Los profesores compran
muchos artículos en tiendas minoristas y los donan a la escuela. Pero esto
es una irregularidad, y no debería ser así. Además, los procesos de compra
en el exterior llegan a ser desgastantes, riesgosos y con un alto índice de
errores”, declaró Raggi.
Según la decana de la Facultad de Arte en los Medios de Comunicación
Audiovisual, Dra. Marta María Fernández, ninguno de los equipamientos
necesarios en esa especialidad se produce en Cuba. El perfil de sonido,
señaló, es uno de los más perjudicados en ese sentido. Se trata de la
carrera “más sujeta al
desarrollo tecnológico. Los equipos son escasos y su explotación, como debe
ser durante los primeros años, indiscriminada, pues no hay otra manera de
aprender”, dijo.
“Por otro lado
—consideró—, los intercambios con alumnos y profesores de otros países son
mínimos en comparación con lo que se necesitaría, a causa de las
restricciones y los temores instaurados por el bloqueo económico”.
Los profesores estuvieron de acuerdo en que la flexibilización en la
política del presidente Barack Obama en relación con los viajes a Cuba es
solo un espejismo, ya que se continúa negando la visa a muchos
profesionales. Además, “establecen
una diferencia entre los viajes a Cuba en calidad de turista y los viajes
oficiales a instituciones del país, al menos en el ámbito cultural”, apuntó
Diosvany Ortega.
Todo eso forma parte, en palabras del vicerrector docente, de una
estrategia de descapitalización profesional cuyo impacto no es medible en
términos económicos. “Para
ellos ese intercambio siempre ha sido selectivo; llegan allá las personas
que les interesen, culturalmente hablando”.
La Universidad de las Artes es un espacio inmenso. Sus instalaciones,
consideradas Monumento Nacional, están siendo valoradas para ser nombradas
Patrimonio de la Humanidad. Pero necesitan, también, personal y recursos
dirigidos solamente a su constante mantenimiento infraestructural. El ISA
es la construcción más contemporánea, cuyos autores están todavía vivos,
que se puede encontrar en la lista de la organización no gubernamental
World Monuments Fund, la cual se dedica a proteger el patrimonio
arquitectónico del mundo.
Aunque las injustas y harto denunciadas políticas económicas de EE.UU.
contra Cuba no han podido impedir el desarrollo artístico profesional en la
Isla, sin duda lo han obstaculizado y encarecido. Se hace en tres años lo
que demoraría uno; se enseña con imaginación, rigor de espíritu. Y ya es
tiempo de permitirle a la Universidad de las Artes la prosperidad que
merece. ¿Sabe cuánto lo necesita la enseñanza artística en la Isla? ¿Se ha
preguntado alguna vez cuánto cuesta una cuerda de violín, o el violín
mismo?
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Fuente: La Jiribilla
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por Vincenzo
Basile
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"Esos blogs
forman parte del ámbito cubano aunque no estés de acuerdo con sus puntos de
vista. (...) Yo no defiendo a nadie en particular, solo el derecho a no
excluir a nadie. Si (...) es un asalariado de la SINA es su problema y su
conciencia sabrá. Pero es cubano y no debemos excluirnos entre nosotros
(...) Caemos en lo mismo. La intolerancia a la orden del día (...) Por
estos comentarios es que Cuba demora en que exista reconciliación
nacional.”
Con estas palabras, hace unas semanas, un joven cubano entraba en una
discusión sobre la inclusión indirecta, o más bien la cita, de un
"bloguero contrarrevolucionario" en un espacio recién nacido, la
Revista Blogosfera Cuba. La cuestión surgió porque el obsceno Orlando Luis
Pardo Lazo había sido calificado, en dicha Revista, de intelectual
bloguero, y muchos reaccionamos evidenciando su compromiso con la Sección
de Intereses de Estados Unidos en La Habana, con la extrema derecha cubana
radicada en Miami y con algunos sectores procedentes del terrorismo contra
Cuba, como la misma emisora Radio y Televisión Martí o algunos exponentes
políticos del poderoso lobby cubanoamericano. Sobre estas afirmaciones
llegó el citado comentario; un comentario que inevitablemente me ha llevado
a una reflexión sobre un concepto que hoy día se utiliza con una frecuencia
tal que se ha quedado vaciado de cualquier significado concreto, es decir,
la libertad de expresión.
Antes de proceder, considero que es necesario aclarar que mi reflexión no
quiere absolutamente convertirse en una acusación contra el joven cubano;
al contrario, quiere referirse a un ámbito mucho más amplio ya que se trata
de una característica que lamentablemente se puede notar en varios sectores
de la juventud cubana, y su comentario solo sirve como paradigma particular
para unas consideraciones generales.
De esta larga reflexión, he sacado, ante todo, dos conclusiones. En primer
lugar, que este comentario es consecuencia de la necesidad de marcar las
distancias de las divisiones generadas por la guerra fría, divisiones que
quizás en Cuba han sido más acentuadas, debido a la peculiar colocación
geográfica de la Isla y a los innegables intentos de aniquilamiento por
parte del poderoso vecino del Norte, respeto al resto del mundo. Y en
segundo lugar, que es consecuencia también de una suerte de ansiedad
histórica, el anhelo de formar parte de lo que se considera ser el mundo
moderno y desarrollado, de sus cánones y principios básicos de
funcionamiento, es decir, consecuencia de una interiorización del
modernismo, un fenómeno muy común en las sociedades del tercer mundo, que
lleva a verse a si mismo como un elemento de una sociedad atrasada (no
solamente desde una perspectiva económica) que para desarrollarse tiene que
seguir necesariamente el camino de las naciones más avanzadas.
En este sentido, el muchacho -quizás como rechazo a una exasperada visión
monolítica de la sociedad, a una política interna que necesariamente tiene
que defender la soberanía nacional, algunas veces con el puño de hierro, frente
a décadas de intentos subversivos, y a viejos esquemas interpretativos que
ya no caracterizan su contemporaneidad- está asumiendo y respaldando
determinadas concepciones de principios de libertad y pluralidad, y así cae
en ingenuas, incorrectas y, lamentablemente, banales interpretaciones de
los que él considera ser los principios básicos de las sociedades modernas,
del mundo, como -por ejemplo- la libertad de expresión, el respeto al
pensamiento ajeno, incluso cuando este pensamiento llega a tocar y superar
límites extremos, como simpatizar con el terrorismo o suportar moral y
materialmente los atentados contra la soberanía nacional. Es decir, se
llega a olvidar la historia, se intenta cortar los incómodos lazos con el
pasado para abrirse un fácil camino hacia un idílico pero improbable futuro
donde supuestamente -no se entiende bien como- todos los cubanos
reconciliados trabajarían por la paz y el desarrollo del país, olvidando
años de sufrimiento y muerte.
El problema que impide la realización de este noble y ambicioso proyecto es
que el terrorismo contra Cuba no es propaganda política, ni un cuento
construido. Es un hecho. Durante las últimas décadas, ha provocado más
víctimas que los atentados yihadistas del 11 de septiembre 2001 en Estados
Unidos, del 11 de marzo 2004 en Madrid y del 7 de julio 2005 en Londres. Y
sería interesante averiguar, por ejemplo, cual ciudadano de Nueva York,
Madrid o Londres haría un llamado a la libertad de conciencia si alguien
defendiese las posiciones de Al Qaeda, o cual de estos ciudadanos quisiera
"reconciliarse" con los que rechazan condenar dichos atentados o
hasta simpatizan con sus autores.
En mi mundo democrático y de las grandes libertades, un mundo que el
anónimo comentarista parece anhelar y desear más que cualquier otra cosa,
por cuantas distintas interpretaciones podamos tener sobre los atentados
terroristas que sacudieron este lado del mundo y, sobre todo, sobre las
responsabilidades históricas que los generaron, a nadie con un sentido
común se le ocurriría afirmar que respaldar las posiciones de un terrorista
es un libre derecho a la opinión y de libertad de expresión, nadie diría
que recibir dinero para atentar contra la independencia del propio país es
solamente un problema de conciencia. Claro está, sin considerar el aspecto
penal, como la apología del terrorismo y los atentados contra la soberanía,
solo para citar dos de los más comunes delitos castigados con largas
condenas por todos los códigos penales del mundo moderno y avanzado, y que
increíblemente solo en Cuba, según las palabras del joven cubano, se
convierten en una cuestión de conciencia.
Por esto, el colega comentarista debería entender que si su objetivo es
vivir un día en una Cuba plural y avanzada en términos de libertades, lo
está haciendo muy mal. Debería entender que ha tomado el camino más
equivocado posible para alcanzar este objetivo; que alguien como él, que
seguramente condena el terrorismo pero respeta las opiniones de quienes lo
apoyan, en el mundo moderno, sería considerado sin respeto y a sus palabras
no se les reconocería el más mínimo valor; y que el pluralismo no se
consigue con escasas y vacías afirmaciones de tolerancia generalizada.
Espero que no se ofenda si quizás he podido resultar un poco belicoso en
unos párrafos o si hasta he tergiversado el significado de sus palabras.
Reitero que he utilizado su comentario como base para una reflexión
generalizada. Además, en todo caso, creo que -para citar sus palabras-
estoy dando mi punto de vista, y mi conciencia sabrá; estoy ejerciendo mi
libertad de expresión, pero la auténtica, la que no daña u ofende a nadie,
ni a él, ni a la memoria de las miles de víctimas del terrorismo. Estoy
gozando de una la libertad que tiene un límite imprescindible, es decir, la
libertad de los demás.
El resto, lo que él anhela, es un concepto inexistente y absurdo de
libertad, donde -por lo que entiendo- cualquiera podría decir lo que más
quiera, sin preocuparse de los que están a su alrededor, actuar con el
único límite de la propia conciencia. Esta no es libertad. Es barata y
vacía demagogia que corre el riesgo de convertirse en una perversa
degeneración de una idea que si aplicada hasta las extremas consecuencias
solo generaría anarquía y caos, no nos permitiría distinguir el bien del
mal, conocer y reconocer los límites que tienen que existir para el
funcionamiento de la vida asociada. Y dudo firmemente que esto sea el mundo
plural con que sueña el colega comentarista.
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Fuente: Capítulo Cubano
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por Ana Carla
Jiménez Hernández
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Pasar unos días en
la cosmopolita ciudad de México resultaba una tentadora oferta de mis
padres que impacientes me esperaban en el aeropuerto Benito Juárez del DF.
El monumento a la Revolución Mexicana, el sitio donde asesinaron a Mella,
la Casa Azul de Frida, los prismas basálticos en el estado de
Hidalgo, los canales de Xochimilco y la casa de María Antonia donde
se conocieron el Che y Fidel, todos estaban incluidos dentro del mapa a
recorrer durante la visita a la ciudad. Pero nunca conté con que nos
invitarían una mañana de jueves a conocer a una familia que alojó y entrenó
a los expedicionarios del yate Granma.
Salimos temprano. Mientras atravesábamos el barrio de Tepito (conocido por
los peligros de las leyendas urbanas y las anécdotas periodísticas de los
diarios nacionales) imaginé que nos recibiría una numerosa familia en una
casa convertida en museo o al menos organizada como tal. Tocamos a la
puerta de Penitenciaría 27. Como Irma, sobreviviente, la menor de los tres
hermanos Vanegas nos recibió llena de cuentos mezclados entre destreza de
juventudes y recuerdos firmes de aquellos jóvenes alocados y decididos que
durmieron sobre las tablas que cubrían el suelo de su casa.
De manera inesperada el hijo de Irma, Raúl Cedeño Vanegas (quien debe su
nombre al de su padrino de bautizo Raúl Castro) sacó de su propio armario
una camisa que perteneció a Fidel, una capa de torero comprada por Raúl, la
bombilla para el mate donde el Che bebía sus infusiones y también la mochila
de guerrillero utilizada por éste. Sorprendida por tener todo aquello en
mis manos, el flash inundó los rincones de la casa.
“María Antonia fue la
que presentó a Fidel ante mi hermano. Ellos se iban con Arsacio en las
tardes y noches a entrenar al gimnasio. Allí aprendieron técnicas de lucha
y defensa personal”, nos relata Irma haciendo un esfuerzo por
delimitar el tiempo: aquel aun es su presente. Mientras escuchábamos, Raúl
Cedeño nos mostró una carta de pésame que el Comandante en Jefe le envió a
las hermanas Vanegas cuando el mayor de la familia murió en el año 2001.
Al fondo del lugar un espacio pequeño y oscuro alberga las máquinas de la
antigua imprenta de los Vanegas Arroyo, donde los periódicos daban a luz
las famosas catrinas de José Guadalupe Posada hacia la segunda década del
siglo pasado. Una herramienta útil en 1956 para imprimir folletos del
Movimiento 26-7 y apoyar así la lucha revolucionaria del pueblo cubano
impulsada por Fidel y los futuros expedicionarios del yate Granma.
Luego de compartir una taza de café con nuestros anfitriones, quedé
pensando “cómo es posible que en este humilde lugar quepa tanta historia
custodiada por una familia tan sencilla” pero así es la historia más
auténtica: la hacen y conservan los de abajo.
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Fuente: La pupila insomne
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por Pedro Martínez
Pírez
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El desarrollo del 68
periodo de sesiones de la Asamblea General de la Organización de Naciones
Unidas permite avizorar una nueva y contundente derrota de la diplomacia
yanqui en el tema del bloqueo económico, comercial y financiero contra
Cuba.
Ya son decenas los estadistas de varios continentes los que en sus
intervenciones recientes han condenado por ilegal el bloqueo de más de
medio siglo contra Cuba y han pedido a Washington que acate la resolución
que en los últimos 21 años ha aprobado en tal sentido la Asamblea General
de la ONU.
El año pasado 188 de los 193 países miembros de la ONU votaron a favor de
la resolución presentada por Cuba contra el bloqueo, es decir más de 97 por
ciento de los integrantes del máximo organismo internacional.
Si se descuentan las dos abstenciones, de Islas Marshall y Micronesia, en
la votación en Nueva York del pasado 13 de noviembre, se verá que Estados
Unidos cuenta únicamente, como cada año, con el voto del régimen sionista
de Israel, al que el año anterior –y para vergüenza de Washington—se sumó
el de Palau, protectorado norteamericano del Pacífico con una población
total de 20 mil 609 personas.
El fariseísmo de la política exterior de Estados Unidos, que insiste en
estos debates en que no se trata de un bloqueo, sino de un embargo, recibe
año tras año un amplio desmentido de Presidentes y Cancilleres de naciones
de todos los continentes que sufren también el impacto de la guerra
económica de Washington que ha ocasionado a Cuba pérdidas por más de un
millón de millones de dólares en el último medio siglo.
Los representantes de Estados Unidos hacen el ridículo desde 1992 en la
Asamblea General de la ONU al tratar de fundamentar su voto contra el
proyecto de Resolución que presenta Cuba, el cual recibe un aplastante
respaldo incluso de países aliados de Washington que también sufren por el
alcance extraterritorial de las leyes yanquis del criminal bloqueo,
considerado como la mayor violación de los derechos humanos que se ha
cometido contra pueblo alguno en el último siglo.
Pero el poderío económico y militar no le es suficiente a Estados Unidos
para callar las voces que se alzan cada año en este debate sobre el
bloqueo, del cual emerge fortalecida la imagen de Cuba, pequeño país
latinoamericano que, con el apoyo mundial, levanta su dignidad y su derecho
a la independencia y soberanía nacionales frente al gigante que pretende
humillarlo y someterlo.
La derrota número 22 para la diplomacia yanqui, que pronto se producirá,
constituirá un triunfo moral de la Revolución Cubana y también un mensaje
de la inmensa mayoría de las naciones del mundo contra el hegemonismo, la
prepotencia y la soberbia de Washington.
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Fuente: Radio Habana Cuba
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por Amaury E del
Valle
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Septiembre 29, 2013
-En su tercera visita
a La Habana, esta vez casi 30 años después de la primera en 1984, el
Reverendo Jesse Jackson, pastor bautista norteamericano, llamó a poner fin
al bloqueo de su país contra Cuba y a construir puentes entre ambas
naciones.
En una celebración religiosa que tuvo como escenario la Iglesia Evenecer, junto
al Centro Memorial Martin Luther King Jr., el religioso estadounidense
recordó sus anteriores visitas a Cuba en 1984 y 1988, y las largas
conversaciones que sostuvo en aquella ocasión con el líder histórico de la
Revolución, Fidel Castro.
Al rememorar sus encuentros, el Reverendo Jackson ratificó sus mejores
deseos y bendiciones para los pueblos cubanos y el suyo, los cuales,
aseguró, deben estrechar lazos en múltiples sectores, entre ellos la salud,
educación y la economía, pues, ratificó, solo unidos se logrará que el
bloqueo caiga definitivamente por tierra.
Durante la celebración, el religioso recibió un reconocimiento por su
contribución pastoral a la labor ecuménica a favor de nuestro pueblo del
Consejo de Iglesias de Cuba, el cual fue entregado por su presidente, el
Reverendo Joel Ortega Dopico.
También el Reverendo Raúl Suárez Ramos, director del Centro Memorial Dr.
Martin Luther King, reconoció el esfuerzo y valentía de Jackson, a quien
dijo se le debe agradecer la osadía de haber visitado nuestro país en 1984
y su voluntad de romper la separación que nos han impuesto entre pueblo y
pueblo.
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Fuente: Juventud Rebelde
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Quito, 28 sep (PL)
El presidente Rafael Correa expuso hoy un plan para optimizar el sistema de
Salud ecuatoriano que incluye la contratación de mil médicos cubanos para
suplir la actual escasez de estos profesionales en el país andino.
Necesitamos médicos de familia, y por eso vamos a contratar médicos de
familia cubanos, dijo el mandatario en su habitual programa radiotelevisado
sabatino Enlace Ciudadano, transmitido desde el cantón de Salitre, en la
provincia de Guayas.
Explicó que el plan gubernamental hasta 2017 prevé la construcción de mil
582 centros de salud equipados con todos los implementos necesarios, 163
hospitales básicos y 24 de especialidades.
De acuerdo con Correa, para atender todas esas instalaciones se necesitarán
18 mil 675 profesionales de la Salud, de los cuales más de la mitad son
médicos.
Aclaró que con la ayuda de Cuba ya se están formando doctores ecuatorianos
en la Escuela Latinoamericana de Medicina de La Habana, pero que ese
proceso demorará varios años.
Mientras tanto, ladren los perritos que ladren, traeremos a los médicos
cubanos, recalcó Correa, en alusión al rechazo que generó en el gremio
local el anuncio de la contratación de los profesionales de la isla
caribeña.
A instancias del mandatario, el viceministro de Salud, Miguel Malo, dio
detalles del proyecto, y aseguró que los cubanos no les quitarán puestos de
trabajo a sus colegas locales, ni devengarán mejores salarios.
Correa, por su parte, dijo que el mejor ejemplo a seguir para la Revolución
sanitaria que impulsa su gobierno es Cuba, que tiene, apuntó, uno de los
sistemas de salud más completos del mundo.
Añadió que el objetivo del gobierno de Ecuador es llegar a dedicar el 9,2
por ciento del Producto Interno Bruto a los gastos de salud, cifra similar
a la que utiliza la isla caribeña.
Mientras yo sea Presidente, aprovecharemos nuestros recursos naturales para
dar salud, y mejorar la vida de los ecuatorianos, sentenció.
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Fuente: Prensa Latina
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Cubarte, 2008.
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