A partir de la
propuesta de nuestro Héroe René González, de engalanar el territorio nacional
con cintas amarillas como muestra de nuestro reclamo por la libertad de los
Cinco, llamado que fue acogido por el pueblo, y el 12 de septiembre amaneció
con cintas amarillas atadas a puertas, balcones, árboles, columnas y en cuantas
cosas se les ocurriera a cada cual desde el Cabo San Antonio a la Punta de Maisí, surgen
versos diversos sobre el tema. A mí se me ocurrieron éstos que hacen un llamado
a su permanencia, compartiendo con varios compañeros y compañeras del Comité
Internacional el día de mi cumpleaños. Fueron leídos, por primera vez, en la
visita al Municipio de Gibara durante el Coloquio Internacional en Holguín:
Penden
cintas amarillas.
Penden de mi
balcón
lazos de cintas
amarillas,
cintas pequeñas,
sencillas,
pero de mucho
valor.
Penden de la
palma real
que simboliza
hidalguía,
y de árboles que
día a día
protegen el
manantial.
Penden del
Bici-Taxi aquel,
del carro que
está al lado,
y del carruaje
alado
por un hermoso
corcel.
Penden de mi
sombrero,
del bolso que
llevo encima,
del poste que
está en la esquina
y del barquito
velero.
Penden cintas
amarillas
esperando a los
gigantes,
Héroes que van
adelante
sin hincarse de
rodillas.
Penden hoy, y
penderán
mientras estemos
esperando
a Ramón, Tony,
Fernando
Y Gerardo. ¡VOLVERAN!
Luis Matos
12/10/2013