Fernando cumplió la injusta condena el 27 de
febrero del 2014, pero no fue liberado en esa fecha. Recupera su libertad
un día después, al llegar a la
Patria, donde sus familiares y su pueblo lo esperaban con los
brazos abiertos.
Digo esto, porque con la salida de la cárcel
no concluyo su condición de prisionero del imperio, como el mismo reconoce. Al
parecer el “poderoso” gobierno temía a este noble joven, ya no tan joven
después de más de 15 años de encierro, y por eso lo mantuvo encadenado,
incluso, en el avión en que viajó al reencuentro tan esperado.
Ayer tuve la gran satisfacción de darle
un fuerte abrazo, y en el breve encuentro percibí su grandeza y su sencillez.
Percibí que no sentía rencor, incluso, por aquellos que lo trasladaron
encadenados, temerosos no se de qué, pues no eran de él que debían cuidarse,
sino de los terroristas que ese sistema protege, que me imagino están rabiando
por no haber podido llevar a cabo muchos crímenes que a tiempo pudieron evitar
los Cinco, y por eso los quieren muertos.
Debían los carceleros estudiar la vida de los
Cinco, su patriotismo, su valentía, su entrega por preservar la vida de los
demás, para que en un futuro les digan a sus hijos y nietos “Yo tuve el
honor de cuidar en la cárcel a uno de estos titanes”
Ahora nos corresponde intensificar nuestra
batalla por la liberación de Tony, Ramon y Gerardo, y no conformarnos con que
salgan victoriosos al cumplir las condenas, sin doblegarse a las autoridades
terroristas de los Estados Unidos, como lo hicieron Rene y Fernando, que
vencieron al imperio ya desmoralizado mundialmente en cuanto a justicia se
refiere, pues esa espera significaría, en el caso de Gerardo, que muriera en
prisión quedándole todavía una cadena perpetua mas quince años. Que mente mas
putrefacta la de esos señores que impusieron esa condena, como si Gerardo
pudiera morir dos veces y volver para cumplir los 15 años restantes.
Prof. Luis Matos