Las mujeres cubanas; respuesta positiva
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Por Aleida Godínez Soler
Soy optimista y siempre espero
cosas buenas de la vida, pero las que escuché y vi este 8 de marzo en el 9no
Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas, creada el 23 de agosto de 1960 y
presidida por la inolvidable combatiente del llano y la Sierra, nuestra querida
Vilma Espín hasta su desaparición física, no puedo dejar de contarlas.
Llegué con la puntualidad que
requería la ocasión especial y tomé el asiento que me asignaron. Confieso que
no soporto la inactividad por muchas horas y siempre que asisto a este tipo de
evento me sobrecojo por la solemnidad y porque sin faltar a la verdad, me gusta
andar de acá para allá en muchas ocasiones faltando a la disciplina.
Pero este que no es el primero
al que asisto, fue el de mayor sorpresa. Las horas se me fueron volando y el
día me pareció muy corto en la medida que avanzaban las intervenciones de las
delegadas, cada una de un tema diferente y expuestas a la manera franca y
abierta que tenemos las mujeres en este país de expresarnos libremente.
Me reconocí en Suzette
González, que con la candidez de su juventud expresara que las jóvenes tienen
derecho a dirigir, solo que: “a veces es la muchacha la que quiere estar, pero
se lo niegan por carecer de experiencia, pero si no nos dejan estar, nunca
adquiriremos ese conocimiento” y agregó: «Debemos ser capaces de cautivar a las
nuevas generaciones con un discurso más fresco, renovador, más representativo y
propositivo» y en eso coincidimos.
Como para que el tema no
quedara al aire la voz de Solange Sáez, estudiante de Derecho de Santiago de
Cuba, inundó la Sala Plenario para decir; que la FMC cuenta entre las
estudiantes universitarias con un pilar importante pues “no pueden estar
divorciadas de las comunidades a las que tributan” Y no pasó por alto el tema
de las indisciplinas sociales cuando aseveró: «Además de mujeres patriotas,
nuestro país necesita mujeres ciudadanas, que luchen contra los delitos, las
indisciplinas sociales... y que lo hagan con estrategias y métodos viables»
Mucho disfruté las cortas pero
sentidas palabras de Yarelis Barrios, nuestra discóbola campeona, gloria del
deporte cubano, cuando dijo que sus entrenamientos y competencias le dejan poco
tiempo para el trabajo en su Delegación, cuando está en Cuba…trabajo - y quiso
decir más pero los nervios la traicionaron- … no se puede ser campeona de la
palabra a la vez que campeona lanzando un pesado disco, y la Secretaria General
Teresa Amarelle la ayudo a pasar el apuro, que supongo ella agradeció.
Me agradó mucho su nobleza y
cuando nos sentamos a la mesa para almorzar - no por casualidad escogí la de
ella, le pregunté con curiosidad periodística: Campeona, dime una cosa aquí en
secreto, cuando nuestra Yipsi Moreno lanza un disco y logra una medalla se da
un golpe en el pecho y dice una palabrota fuerte… ¿Tú también la dices? Y con
la sonrisa afable y la timidez característica de los gigantes esboza una
sonrisa y le digo: No, no me respondas, tu sonrisa lo dice todo. Acto seguido
acotó… ¿Usted sabe cuánto pesa ese disco? Tu voluntad es más pesada, le
riposté.
Sin embargo, escuche
testimonios que fueron más allá del discurso práctico y necesario a la
admiración de quien redacta estas líneas.
Allí en el plenario estaba Estela Sánchez
Torres, de Mayarí en la provincia de Holguín, una mujer sencilla como son las
campesinas, que nos contó que cuando su esposo enfermó, ella solicitó tierras
en arrendamiento para ponerse a producir y que hasta pasaron a su nombre las de
él, que lamentablemente está discapacitado. Que a partir de ese momento se
dedicó al acopio de leche y a la ceba de toros; que cada día aporta entre 30 y
40 litros del preciado líquido. Por lo que hizo un llamado a las mujeres
campesinas a solicitar tierras ociosas y a dejar de ser solamente la que lleve
al surco la merienda del marido, para que se sientan dueñas de su trabajo, ya
que eso es posible en Cuba. La ejemplar ganadera se desempeña como Secretaria
del Bloque 81 Camilo Cienfuegos al tiempo que es miembro del Comité Provincial
y Nacional de la organización femenina.
Cuando aún no salía de mi asombro ante
semejante proeza, le cedieron la palabra a Yamila Pérez Rodríguez, una muchacha
de apariencia frágil que aburrida de ser la gastronómica del marido le dijo:
“Dame una mocha que me voy a picar caña”. Como era de esperar se suscitaron las
risas y alguien comentó en tono de jarana… ¿Y te dio la mocha? ¡Claro! acotó la
Secretaria desde la Presidencia, ella es más eficiente que el marido con la
mocha en la mano. Yamila no atinaba a levantar su rostro ante la cámara, estaba
apenada, pero aseguró ser más eficiente que él en una brigada de 47 macheteros
manuales donde ella es la única mujer. Después tuve el privilegio de conversar
y me contó que tenía un hijo de 14 años, que lleva 13 zafras derribando caña
desde que su niño era pequeño. Yamila distribuye su tiempo entre las tareas del
hogar, el corte de caña en el poblado El Junco del Municipio Jesús Menéndez en
la Unidad Básica de Producción Cooperativa Santa María 11 y la Delegación de
Base de la FMC.
Tampoco faltó la breve
intervención de Ana Delia a la que apodan El Diablito Tun Tun, que agradece a
Vilma Espín su trabajo de “mecánica moledora” del central Primero de Enero
(antiguo Violeta), situado en el municipio avileño que lleva su nombre, pues
según la simpática mujer de color de ébano, hace 44 años desde 1972 trabaja
allí y aunque ya se jubiló se reincorporó nuevamente porque ese trabajo es su
vida. Al preguntarle a Ana Delia el motivo de su apodo responde con autoridad;
porque trabajo 24 horas y descanso 72 y cuando descanso voy caminando 11
kilómetros de casa en casa a visitar a las federadas y dejarles orientaciones y
cuando me ven llegar dicen: ¡Ahí viene el diablito…!
Sin lugar a dudas, la mujer
cubana ha dado un salto cualitativo en su incorporación a todas las tareas de
la sociedad y de ello hablan las estadísticas recogidas en el Informe Central
al Congreso y recordadas por José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del
Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Vicepresidente del Consejo de
Estado en su intervención al dejar clausurado este 8 de marzo de 2014 el 9no
Congreso de la FMC y cito:
“La fuerza laboral femenina
representa el 48 por ciento de los trabajadores cubanos, el 66 por ciento de
los profesionales y técnicos, y en el sector no estatal son el 29 por ciento de
los que laboran por cuenta propia. Las féminas son mayoría en el sector educacional,
con el 81,9 por ciento de los trabajadores; en la salud con el 78,5 por ciento
y en el sistema de tribunales y fiscalías con más del 70 por ciento.
Más de 17 000 mujeres son hoy
usufructuarias de tierras, acogidas al Decreto Ley número 300; y la Asociación
Nacional de Agricultores Pequeños, ANAP, ha crecido en más de 60 000 mujeres
desde que estableció su estrategia de género.
Las mujeres cubanas son hoy
fundamentales como dirigentes en el sector estatal civil, representando el 46
por ciento de los cuadros; y en el Poder Popular, en las últimas elecciones,
alcanzaron el 33,5 por ciento de los delegados de base.
En el Parlamento cubano las
féminas hoy representan el 48,86 por ciento de sus miembros, siendo uno de los
tres países del mundo con más alta representatividad.
En Cuba, dos vicepresidentas, y
el 42 por ciento de los miembros del Consejo de Estado son mujeres, igualmente
existen ocho ministras y 44 viceministras.
También en las organizaciones
políticas y de masas hay una amplia presencia femenina, lo que se evidencia en
que el 42 por ciento de los miembros del Comité Central del Partido son
mujeres, el 52, 1 por ciento de la Unión de Jóvenes Comunistas y el 70 por
ciento de los aglutinados en la Central de Trabajadores de Cuba”
Los números hablan del trabajo
sistemático, profundo y enriquecedor que ha impulsado la Revolución Cubana a
través de la FMC para colocar a la mujer en el lugar cimero que hoy ocupa en
nuestra sociedad.
Dan fe de la constancia, amor y
dedicación del trabajo de la organización femenina encabezada por nuestra
Vilma, desde el momento de la creación de los Círculos Infantiles para
potenciar en la mujer el derecho a la independencia y la igualdad de género en
una nueva sociedad perfectible que cada día se agiganta en la construcción de
un Socialismo próspero y sustentable, en el que las mujeres adornamos el sitial
de honor que hemos sabido ganar en la historia de nuestra Patria