La Habana, 6 mar (Redacción Web).-
El canciller Bruno Rodríguez confirmó la aceptación oficial a la propuesta de la Unión Europea para iniciar con Cuba un diálogo político y de cooperación sobre bases “de igualdad” y de “respeto mutuo”.
En conferencia de prensa en La Habana, afirmó Rodríguez que el primer paso del proceso de diálogo fue comunicar tal decisión al embajador de la Unión Europea en esta capital Herman Portocarrero.
Cuba acoge con satisfacción la propuesta del 10 de febrero de la alta representante (de la UE, Catherine Ashton), que significa el fin de las políticas unilaterales de la Unión Europea sobre Cuba y aceptar el inicio de negociaciones al respecto", apuntó
Mientras duren los contactos que según el canciller se establecerán “por vía diplomática para determinar las modalidades y fechas de este proceso, que seguramente será largo”, continuará vigente la “posición común" impulsada en 1996 por el entonces presidente español José María Aznar.
Recordó que durante los 26 años de distanciamiento 14 países europeos mantuvieron acuerdos bilaterales de cooperación.
Rodríguez reiteró la disposición de Cuba “a discutir, sobre bases de igualdad soberana y respeto mutuo, cualquier tema, incluidos los temas de derechos humanos sobre los cuales tiene muchas preocupaciones de lo que acontece en diversos países europeos”.
El canciller expresó la solidaridad de Cuba con Venezuela y Ucrania. Dijo desconocer negociaciones para establecer bases militares rusas en territorio cubano y no consideró el rompimiento de relaciones con Panamá para sumarse a la decisión del gobierno de Venezuela.
Sobre la posibilidad de un derrocamiento del presidente Maduro precisó: “Si algún iluso podía tener dudas sobre la expresión del pueblo venezolano de defender al gobierno legítimo debían haberse disipado” tras ver las manifestaciones de apoyo de miércoles en Caracas.
El canciller recordó –y criticó que nadie lo publica- una circular del departamento de Estado del 2010 que perfila el plan para desestabilizar gobiernos que se estaría aplicando en Venezuela y que Estados Unidos ha intentado aplicar en Cuba.
Editado por Pedro Manuel Otero