ALIADO CONTRA LOS “FONDOS BUITRES” Y ERRÁTICO EN OTROS ASUNTOS
Buenas, regulares y malas en la actuación política del Papa
El Papa Francisco mantiene altos índices de popularidad en Argentina y el mundo. En su gestión hay elementos positivos que dan base a tal apreciación. También hay aspectos regulares y malos que forman parte del balance.
EMILIO MARÍN
La Papamanía se mantiene como tendencia, en base a declaraciones y gestos de Francisco que son positivos y efectistas. Es Vaticano recupera aire político y creyentes que sufrían decepción y alejamiento del catolicismo.
El viaje del argentino a Albania, de sólo 11 horas de duración, el domingo 21, ratificó esa popularidad con centenares de miles de devotos y curiosos que lo saludaron. El auto que lo llevaba iba más rápido e hizo pocas paradas a saludar, con un impresionante dispositivo policial ante el temor de un atentado de grupos cercanos al Estado Islámico.
El día anterior había recibido a la presidenta argentina y una numerosa comitiva. Ese almuerzo en Santa Marta, con una conversación a solas y luego departiendo con el resto de la comitiva e intercambiando regalos, tuvo mucho espacio en los medios.
Y valió la pena porque la posición vaticana es favorable a la Argentina en el conflicto con los “fondos buitres”. Jorge Bergoglio no se pronunció en forma explícita -asunto recalcado aviesamente por la corresponsal de “La Nación”, Elisabetta Piqué- pero los hechos desmienten a ese diario. La jefa de Estado iba en viaje a Nueva York a despotricar con justa causa contra los “buitres” de NML Capital, Elliot Management y Aurelius, y el Papa le recibió. ¿Qué significa ese acto político sino la simpatía con el gobierno argentino?
La correcta interpretación la dio la mandataria en su conferencia de prensa en el aeropuerto italiano antes de reembarcar: el Papa tiene posición tomada a favor de países como el nuestro y en contra de “fondos buitres”. Invocó el capítulo 56 de una encíclica suya, Evangelii Gaudium -la Alegría del Evangelio-, donde deplora el accionar totalitario del libre mercado, los privilegios del capital financiero especulativo y los enriquecimientos indebidos y asimétricos en un polo, y el empobrecimiento en el otro, mayoritario.
¿Papa peronista?
La muy buena onda, el almuerzo y reuniones durante tres horas, y los regalos y fotografías sonrientes indicaron que el encuentro entre CFK y Francisco fue positivo y valorado por ambas partes.
Eso desairó a la derecha argentina neoliberal y conservadora que contó durante algunos años con Jorge Bergoglio como reserva suya en la Catedral metropolitana y haciendo fuego desde allí contra los gobiernos de Néstor Kirchner y los de su esposa. Ese juego terminó desde 2003 y no se sabe hasta cuándo. Game is over.
Otra cosa es que el Papa haya autocriticado su política de ese tiempo o haya roto con sus aliados como Mauricio Macri, Gabriela Michetti, Momo Venegas y otros viajeros y contertulios en el Vaticano.
El acercamiento entre los kirchneristas, comenzando por la mandataria, y el jefe del Vaticano, ha producido cierta confusión y discusiones al interior de aquel movimiento político. Como esta última comitiva incluyó a dirigentes de La Cámpora, cabe presumir que en ese segmento no habría mayor resistencia a adherir a la tesis de que hay un Papa peronista.
Sin embargo la discusión no ha concluido. En minoría, Horacio Verbitsky escribió su columna en Página/12 (“A Dios rogando”), donde reconoce que el encuentro de Santa Marta fue de mutua conveniencia y favorable para la presidenta en su búsqueda de un voto tan calificado como el papal para la pulseada en la ONU.
Pero al mismo tiempo el periodista citó las encíclicas de un siglo y medio antes, de diversos Papas, sobre la “doctrina social de la Iglesia”. Fue una forma de quitarle méritos a Bergoglio. Y luego demostró que sigue en pie la estrategia de quien por un lado dice apreciar a la presidenta pero por el otro -por medio del ceremoniero Guillermo Karcher- dice estar preocupado por “la gobernabilidad” en Argentina.
Ese esmerilamiento de la figura papal no les gustó nada a los peronistas y kirchneristas. Con anterioridad figuras no idénticas como Hebe de Bonafini y Sergio Berni, este último luego de ser criticado por la represión de Gendarmería a trabajadores, recordaron que Verbitsky había criticado al Papa. Ahora surgieron otras voces K defendiendo al Pontífice de esa supuesta mala; en la polémica, el cronista comparte la postura del presidente del CELS.
La mutua conveniencia tiene su precio político que van a pagar no sólo los católicos sino los laicos y de otras confesiones. Cristina ha dado orden a su bloque en Diputados para que vote inmediatamente la reforma al Código Civil y Comercial que contiene gruesas concesiones a la Iglesia. El aval de Francisco no fue gratis...
Otra buena
Además de esa coincidencia con los derechos argentinos frente a los “fondos buitres”, se puede mencionar otro punto favorable. Bajo el influjo del Papa quedó bajo arresto el anterior nuncio apostólico Jozef Wesolowski, polaco, que había sido juzgado por un tribunal eclesiástico en junio pasado y encontrado culpable de abusos y violaciones de menores durante su estadía en República Dominicana.
El acusado había sido ordenado sacerdote por Juan Pablo II y designado como nuncio en Bolivia por Benedicto XVI; santo el primero y Papa benemérito el segundo, evidentemente fallaron en sus promociones del pederasta.
Al argentino le tocó el buen rol de castigar esos delitos contra los menores, por pederastas como el obispo de marras. Ahora está bajo arresto en el Vaticano y afronta un juicio, de donde puede terminar en una cárcel italiana o en el estado que tan mal representó.
Wesolowski había sido retirado en 2008 del país caribeño y pasaron seis años antes que se resolviera esta primera parte de su proceso, lapso demasiado grande. Se ve que la justicia con conexión con lo divino también es demorona.
Se dirá que es sólo un caso y que llegó tarde. Es cierto. Nobleza obliga: hay que reconocer este muy buen primer paso dado por el Vaticano, después de tanta impunidad y cobertura para delitos sexuales cometidos por sus agentes de sotana. Hasta ahora las demandas las habían solucionado con dinero de las bien provistas cajas de las iglesias; ahora hay un responsable de primer nivel que paga con su cargo y libertad.
Pifias y tergiversaciones
Con un ánimo constructivo y respetuoso, el cronista necesita puntualizar tres asuntos donde la posición papal luce como equivocada y, en uno, dogmática.
Durante su visita a Albania, calificó al anterior sistema socialista allí imperante como “régimen inhumano” y rindió homenaje “a los católicos que fueron asesinados durante el comunismo”. Aseguró que “tras el invierno del aislamiento y las persecuciones, ha llegado por fin la primavera de la libertad, con elecciones libres y nuevas estructuras institucionales”.
En rigor en ese país llegó el socialismo sobre el fin de la II Guerra Mundial, luego que los guerrilleros del comunista Enver Hoxha y el Partido del Trabajo de Albania lograran derrotar a los invasores, el mussolinismo italiano. Bergoglio inventa crímenes de católicos, lo que es una tergiversación de la historia; otra cosa es que criticara ese socialismo albanés por ser promotor del ateísmo. Y si iba a cuestionar ese rasgo, primero debía una autocrítica del estado que preside; su antecesor Pío XII fue gran aliado del nazismo y el fascismo.
Parece fallar la amplitud de miras de Bergoglio. Luce plural para el diálogo de religiones y el respeto de católicos, ortodoxos, musulmanes y judíos. Perfecto, pero deja afuera y ataca a los ateos. Y si encima éstos son socialistas, son doblemente “excomulgados”.
El otro tópico donde lo suyo es errático es en su apreciación de que está en desarrollo la III Guerra Mundial. El 13/9, en la homilía que pronunció en el cementerio de Fogliano Redipuglia, dijo que “puede hablarse de una III guerra mundial combatida por partes, azuzada por intereses espurios como la codicia y permitida por una suerte de indiferencia cainita que ya consintió las atrocidades”.
El cronista discrepa con esa definición tremendista de que ya empezó la III Guerra. Hay sí agresiones de potencias contra pueblos varios, que no siempre han tenido la condena papal. Por ejemplo recibió amistosamente a Barack Obama, jefe del imperio que más agresiones militares produce en el mundo. ¿Por qué no le cerró la puerta del Vaticano como repudio a esas invasiones? Hubiera ayudado a postergar otra gran guerra...
También falla en el diagnóstico. Las guerras mundiales no se producen por “codicia” e “indiferencia” sino por el imperialismo, los monopolios y su afán por dominar el mundo y explotarlo más en todo sentido. El riesgo de III Guerra tiene a EE UU como promotor, y a Rusia y China como objetivos estratégicos o blancos. El Papa tendría que clarificar su pensamiento al respecto.
Finalmente, un déficit más aldeano pero sensible de Bergoglio es su silencio frente al desalojo policial y de Gendarmería contra el barrio “Papa Francisco” en Lugano. Setecientas familias fueron arrasadas por las fuerzas represivas y sus topadoras, que tiraron abajo sus precarios alojamientos. Todavía se espera alguna condena contra ese procedimiento. Allí vivían y soñaban con una casa propia muchos católicos y devotos suyos. Aunque no excomulgara a Macri, algo tendría que haber dicho. Amén.
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Sergio Ortiz
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