viernes, 7 de agosto de 2015

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Cuba es antiimperialista, no antiestadounidense, asegura Eusebio Leal
En este artículo: Cuba, Estados Unidos, Eusebio Leal
6 agosto 2015 | 17 |
Foto: Alexis Rodríguez.
Foto: Alexis Rodríguez.
Cuando faltan pocos días de que la bandera estadounidense ondee en su nueva embajada de La Habana, el historiador de la ciudad, Eusebio Leal, subrayó que en Cuba nunca ha habido un “sentimiento antiestadounidense, sino un sentimiento antiimperialista”.
“El cubano siempre ha entendido bien esa sutileza. Muchas cosas nos unen en la historia y en cuanto a cultura”, afirmó Leal, una especie de alcalde de la capital cubana y el principal impulsor de la restauración de La Habana Vieja, el centro histórico de la ciudad, que es uno los principales atractivos turísticos de la isla.
Leal, que formó parte de la comitiva cubana que el pasado 20 de julio viajó a Washington a la ceremonia de la apertura de la embajada, insiste en que la normalización entre Cuba y EEUU es “necesaria”, pero queda todavía por delante un “largo proceso en el que tendrán que ponerse en claro una serie de cuestiones que no lo están todavía”.
“Nosotros, los agraviados, porque el bloqueo sigue intacto todavía, fuimos los primeros en ir allí a levantar nuestra bandera”, señaló Leal, quien apuesta por una relación entre ambos países basada en el “respeto y siempre a partes iguales”.
Con las embajadas ya abiertas y, después de que el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, presida el 14 de agosto en La Habana la ceremonia del izado de la bandera de las “barras y estrellas”, se abrirá el camino a la segunda fase de la normalización de las relaciones entre ambos países, para lo que quedan todavía “infinitos pasos”.
“Lo que pasa es que no todo tiene que ser público. Hay cosas que de manifestarse lo que son levantarían dificultades demasiado recias. Esto tiene que resolverse así, delicadamente y sin sensacionalismo”, precisó Leal, quien también es diputado en la Asamblea Nacional.
La relación Cuba-EEUU irrita todavía a algunos sectores, especialmente a la extrema derecha de origen cubano en Miami, por lo que Leal apuesta por la discreción y considera que uno de los “secretos mejor guardados de la historia de ambos países” fueron las negociaciones secretas que mantuvieron durante 18 meses con la mediación del Vaticano y del papa.
También opina que las acciones orquestadas por el presidente Barack Obama de acercamiento a Cuba han sido “valientes”, encaminadas a tratar de dejar un “legado positivo” y “alcanzar en las postrimerías, lo que le otorgaron las vísperas”, en referencia a la polémica y prematura para algunos concesión a éste del Premio Nobel de la Paz en 2009.
Sobre las elecciones presidenciales previstas en EEUU para el próximo año, sin dar nombres señaló que, aunque no vota, sí hace “campaña para evitar que las partes más reaccionarias y conservadoras, que han aborrecido hasta la sangre que llevan, puedan en un determinado momento predominar”.
“La corriente actual en esta parte del mundo favorece esto, que se mantenga el cambio; se mantenga lo sensato, lo positivo”, señaló Leal, un giro que a priori parece que tiene su continuidad garantizada con la candidata demócrata Hillary Clinton, quien la semana pasada se mostró en Miami partidaria de levantar el embargo y profundizar en el acercamiento a Cuba.
(Con información de EFE)
El mensaje de una ceremonia inolvidable
3 agosto 2015 | 10
El momento. Foto: Silvio Rodríguez / Segunda Cita
El momento. Foto: Silvio Rodríguez / Segunda Cita.
Ver la bandera de la estrella solitaria otra vez alzada en la Embajada cubana en Washington trae inevitablemente el recuerdo de quienes no pudieron asistir a una ceremonia por cuya realización, sin embargo, dieron generosamente sus vidas. Son muchos, cubanos, estadounidenses, puertorriqueños e hijos de otras tierras, los ausentes que asaltan la memoria y, vencedores del olvido, incitan a escribir estas rápidas reflexiones.
Mencionaré sólo a uno que a todos sintetiza. Carlos Muñiz Varela, quien hizo suyas y defendió hasta el último aliento dos insignias hermanas. Él tampoco asistirá, pero su presencia será imborrable, el día no lejano en que la enseña boricua se levante, libre, orgullosa y solitaria, en la capital norteamericana.
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos es ante todo una gran victoria del pueblo cubano y también de la solidaridad internacional. No se habría llegado a ese día sin la abnegada y heroica resistencia antillana frente al bloqueo económico que aún persiste y constituye el genocidio más prolongado de la Historia. Tampoco habría sido posible sin la exigencia unánime de los países de América Latina y el Caribe y de incontables amigos solidarios en Norteamérica y en otras partes.
Se pudo alcanzar este acuerdo, sobre todo, porque el continente vive una época nueva y los intentos por aislar a Cuba fueron derrotados y terminaron aislando totalmente a Washington. Hace medio siglo el Imperio forzó a todos los miembros de la OEA, salvo a México, a romper con Cuba, pero ahora, cuando reabre su Embajada en La Habana, encontrará aquí que, desde hace tiempo, todos los demás habían regresado y el poderoso vecino era quien estaba en la absoluta soledad que ahora quiere superar.
Habrá que continuar la lucha para eliminar completamente una política que el mundo entero rechaza y el presidente Obama reconoció que había fracasado, pero será necesario, asimismo, que Estados Unidos devuelva el territorio que usurpa en Guantánamo, abandone sus programas subversivos y compense a los cubanos por los cuantiosos daños causados durante más de medio siglo. Sólo después podrá hablarse de una relación normal entre los dos países.
Cuba ha obtenido este triunfo sin renunciar a ninguno de sus principios. Seguirá empeñada en el desarrollo de su proyecto socialista, buscará el socialismo realizable en el mundo de hoy, continuará practicando la política internacionalista y solidaria con otros pueblos que bregan por sus derechos nacionales y guardará fidelidad a la promesa de José Martí quien, al convocar a la Guerra Necesaria, dejó este mandato: “Conquistaremos toda la justicia”.
De Martí viene a los cubanos la obligación de respaldar el derecho de Puerto Rico a su independencia. Que Cuba flaquease en el cumplimiento de ese deber fue durante muchos años una de las principales demandas norteamericanas para normalizar las relaciones. De hecho, ésa fue la exigencia más duradera, pues otras condiciones igualmente inaceptables, como los vínculos con la URSS o el apoyo a los movimientos de liberación en África y Centroamérica, hace décadas fueron superadas por la historia.
Cuba nunca renunció a la solidaridad con la causa nacional puertorriqueña. No lo hará jamás y Washington lo sabe.
Por eso esta victoria cubana pertenece también a Puerto Rico y se produce cuando la isla hermana enfrenta una coyuntura definitoria, luego de que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) ha reafirmado que el caso de Puerto Rico es parte de su propia Agenda y avanza un apoyo internacional indispensable que debe hacerse cada vez más resuelto y eficaz.
El actual estatus colonial fue rechazado por la mayoría absoluta de la población en el plebiscito de noviembre de 2012 y todos reconocen que su modelo económico se derrumba y Puerto Rico sufre una profunda crisis de la que sólo podrá salir con el pleno ejercicio de la soberanía y la independencia.
Estados Unidos tiene una responsabilidad insoslayable y debe ejercerla si quiere mejorar sus vínculos con nuestro Continente. El imperio yanqui se apoderó de Puerto Rico por la fuerza en 1898 y desde entonces la trata como territorio que le pertenece, como a una posesión suya, es decir, una colonia. El presidente Obama, profesor de Derecho Constitucional, conoce que el colonialismo es ilegal y que las potencias coloniales, de acuerdo con las normas internacionales, tienen el mandato de devolver a los pueblos sometidos todos los poderes que detentan. Debe dar los pasos que le incumben para que el pueblo puertorriqueño asuma sus inalienables derechos nacionales y lo haga por sí mismo, libremente, sin intromisiones ni presiones foráneas. Debería apoyar una fórmula que cuenta hoy con muy amplio consenso, la realización de una Asamblea Constituyente en la que participen todas las corrientes de opinión boricuas y cuyos trabajos y resultados Estados Unidos se comprometa a respetar.
Hay otras cuestiones que el presidente Obama está en plena capacidad de resolver y respecto a las cuales tiene también una obligación ineludible. Poner en libertad inmediatamente a Oscar López Rivera, disponer que el FBI entregue toda la información que aún oculta respecto a los asesinatos de Santiago Mari Pesquera y de Carlos Muñiz Varela son decisiones que dependen enteramente de él y debe tomarlas ya, sin más dilación.
Estas medidas son acciones que puede emprender fácilmente ahora y están en sus manos precisamente porque Puerto Rico todavía es una colonia del Imperio que él preside. Sí se puede y él lo sabe.
(Tomado de Claridad)

informó el Museo " ERNESTO CHE GUEVARA " de Caballito, CABA
calle Rojas 129, esq. Yerbal, Buenos Aires  (AAC 1405) Argentina
Visitar lunes a viernes de 10 a 19 hs. (corrido) – entrada libre y gratuita
Escuela de Solidaridad con Cuba " CHAUBLOQUEO "
Registro donantes voluntarios de Células Madre  (INCUCAI)
Coordinador Mesa Vecinal Participativa en Seguridad de Caballito
Tel.  4 903 3285   Irene Rosa Perpiñal  -  Eladio González (Toto)  
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Lea libro Cuba Existe, es Socialista y No está en Coma del Arq. Rodolfo Livingston en http://estudiolivingston.com.ar/libros/cubaexiste.php  y emocionate.