Así mi corazón
Por Adys Cupull y Froilán González
¿Cómo puede el Amazonas, cuando está desbordado, preocuparse de la conveniencia que para aumentar su caudal pueda tener, una nube que pasa cargada de agua, si esta se rompe en llovizna? Así mi corazón.”1)
Julio Antonio Mella, México 1920
Fundador de la Federación Estudiantil Universitaria FEU, de la Liga Antimperialista de las Américas, del Primer Partido Comunista de Cuba . Asesinado en Ciudad México el 10 de enero de 1929, por sicarios de la tiranía de Gerardo Machado.
HIJO DE IRLANDESA Y DOMINICANO: NACIÓ CUBANO.
Julio Antonio Mella, tenía en su formación la herencia de la historia rebelde de sus antecesores, isleños por naturaleza, de República Dominicana, el padre: Nicanor Mella Brea. De Irlanda: la madre, Cecilia Mac Partland.
Vio la luz el 25 de marzo de 1903 en ciudad de La Habana, su padre, Don Nicanor Mella fue hijo del General dominicano Ramón Matías Mella y Castillo, Héroe de la Guerra de Independencia de la República Dominicana y María Josefa Brea, de la misma nacionalidad.
Alrededor de 1875, el padre emigró a Cuba y residió en la ciudad de Colón, provincia de Matanzas donde trabajó en una sastrería y vivió unos 15 años, luego se trasladó a la ciudad de La Habana. Fue un hombre crítico a las intervenciones de Estados Unidos en nuestro continente, que para esa etapa hasta 1898 invadía e intervenía en casi todos los países de Nuestra América, entre ellos, México, Panamá, Nicaragua, Haití, Honduras, Argentina, Brasil, República Dominicana, Uruguay y Chile.
En 1898 el padre de Julio Antonio Mella fue testigo de cómo los norteamericanos después de concluida la Guerra Hispano-Cubana-Norteamericana ocuparon Cuba, (1898 a 1902). Su sastrería siempre fue un lugar de encuentros entre importantes personalidades de la ciudad, donde se comentaban temas de actualidad, entre ellos las intervenciones del poderoso país, y las noticias de la prensa que planteaban los problemas de la Sociedad neocolonial, como ésta, publicada en 1899.
“Las autoridades de ocupación en La Habana se vieron obligadas a cerrar el café Washington, propiedad de ciudadanos norteamericanos, por negarse a prestar servicio a personas “de color.” El escándalo divulgado por la prensa tuvo su origen en la negativa de los dueños del local de atender a un negro general del Ejército Libertador. Autorizados por el gobernador norteamericano a reabrir el café, los propietarios colocaron un cartel en idioma inglés, con la siguiente inscripción: Atendemos solo a personas blancas.”2)
En uno de sus viajes a Estados Unidos el padre de Mella conoció a la joven Irlandesa Cecilia Mc Partland. El apasionado amor culminó con la instalación de Cecilia en la calle Obispo No 67, de la capital cubana, donde nació Julio Antonio Mella. Y posteriormente, en 1905, su hermano Cecilio.
En 1906 nuevamente tropas de Estados Unidos intervinieron en Cuba y se posesionaron del país. Ocupación que duró 4 años; y en 1907, penetraron en Honduras, otra vez. Las tropas quedaron estacionadas en las ciudades de Trujillo, La Ceiba, Puerto Cortés, San Pedro Sula, Laguna y Choloma.
Los desórdenes y hechos irrespetuosos ocasionados por los marines ocurrieron en diferentes ciudades, que fueron noticias en la prensa:
Publicado en 1906: “Las tropas norteamericanas, provocaron sonados incidentes en Mariel y Wajay…”3)
En 1907: “Más de 500 marinos embriagados se desmandaron en las calles de Cienfuegos…, algunos entraron sin autorización en hogares y ofendieron a propietarios y familiares. Ello provocó la respuesta airada de la población, y colisiones en que hubo varios heridos de gravedad…”4)
“Los marinos interrumpieron a gritos la función del circo Ticket con disparos de arma de fuego... Y otra turba de marinos borrachos incineraron a una prostituta como diversión.” 5)
A mediados de 1910 Julio Antonio Mella viajó a Estados Unidos por primera vez, con su madre que estaba enferma. Meses después regresaron a La Habana; pero su madre tuvo que retornar a Nueva Orleans para su total restablecimiento. Los dos niños quedaron al abrigo de su padre y de la esposa de este, Mercedes Bermúdez.
Julio Antonio y Cecilio realizaron sus primeros estudios en colegios católicos. Durante su adolescencia se interesó por la vida de su abuelo paterno, el General Ramón Matías Mella y conoció de sus hazañas militares.
Estados Unidos no cesó sus invasiones e injerencias, otra vez ocuparon Nicaragua, Honduras y República Dominicana y continuaron ejerciendo su intromisión en Cuba.
En 1915 falleció la esposa de Nicanor Mella. Julio Antonio y su hermano viajaron a los Estados Unidos por segunda vez. Vivieron con su madre dos años y asistieron a una escuela de la religión protestante, durante este tiempo perfeccionó el idioma inglés.
Regresaron a La Habana, en 1917. Al llegar él y su hermano fueron a residir a la calle Obispo No 105, donde su padre había instalado la sastrería y en el piso superior, su residencia. El adolescente fue matriculado en la Academia Newton, donde estudió la enseñanza secundaria. Entre sus profesores estaba el poeta y político mexicano Salvador Díaz Mirón, quien conoció a José Martí, e influyó en las ideas de Julio Antonio Mella.
El padre de Julio Antonio fue amigo del historiador Emilio Roig Leuschering, uno de los intelectuales antiimperialistas de esta etapa, autor de las obras: “La ocupación de la República Dominicana por los Estados Unidos” y “El Derecho de las Pequeñas Nacionalidades de América,” en las que denunció la rapacidad del imperialismo yanqui, libros que el joven Mella leyó.
Mella fue un lector incansable, desde la adolescencia, conoció las obras que lo acercaron a José Martí, fundamentalmente “Nuestra América” y “Madre América”, y seguía de cerca los acontecimientos internacionales.
En 1920 emprendió su primer viaje a México, de ello hablan sus cuarenta y siete crónicas, publicadas por primera vez en 1998 en nuestra obra “Hasta que llegue el Tiempo” de la Editora Política. Sus crónicas representan la suma del pensamiento y conducta del joven que a los 17 años, ya poseía una ideología antiimperialista, martiana. Durante el viaje escribió parte de su Diario, con especial prosa, pleno de inesperadas metáforas y símiles. En ellas hay palabras de amor y añoranzas por su primera novia: Silvia Masvidal, y entrelaza la realidad con la fantasía, el deseo, la razón y los sueños. Habla del espíritu de bronce, de su vocación por las letras, de los grandes libertadores del continente. Y afirma que quiere ver a las repúblicas de Nuestra América fuertes, respetadas, dominadoras, y servidoras de la Libertad.
Notas:
1-Así mi corazón Editora Abril, 1998, pág. 3
2.- La Fruta que no Cayó, Editora Capitán San Luis, 2013 pág. 162
3- Ídem. pág. 164
4- Ídem. pág. 164.
5- Ídem pág. 164
 | El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus. |
